Tiempo inmortal para los mortales

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

My Universe; Coldplay X BTS

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—Me gusta el verano- pero odio vivirlo en temporada de escuela.

MinHo podía coincidir en eso, especialmente cuando aún no se recuperaba de su resaca.

—Creo que perdí mi corazón —sollozó en letanía ChangBin—. Somi…

—Siento que me voy a morir… —se quejó Chan, escondiendo su rostro entre sus brazos—. Que alguien acabe con mi sufrimiento.

La hora del almuerzo no era más que gemidos de clemencia y sufrimiento, suspiros entre cortados y dolorosas intervenciones en sus cabezas que los tentaba en vomitar algún tipo de contenido en su interior.

Claro, todos menos ChangBin, quien gozaba de la bandeja de su comida sin impedimento.

—Creo que esta es la primera vez que los he visto a todos en estado de borrachera —comentó ChangBin incorporándose en la mesa para ver al resto de sus amigos y animarse por lo enfermo que se encontraba el resto—. Y- puedo admitir que, me agradan más así que estando sobrios.

—Cierra la boca —SeungMin espetó, inclinándose hacia el respaldo de la silla—. Todo es tan… ruidoso.

—Tú eres ruidoso.

—Tú existencia es ruidosa.

—La tuya igual.

—Y la tuya-

—Cállense —MinHo, sin paciencia, le tiró el pan que acompañaba su bandeja de comida a la cara de ChangBin, haciendo callar a los otros dos—. Ugh, ni siquiera quiero comer- ¿Por qué me obligaron a sacar la bandeja?

—Te dijimos explícitamente que no lo hicieras —le dijo HyunJin.

—Yo no me dejo mandar por ustedes.

JeongIn, soltando un fuerte suspiro, terminó por recostarse también sobre el respaldo de la silla, haciendo que poco a poco el resto del grupo los imitara.

—Estos ventiladores no refrescan nada —se quejó Felix, mirando la pieza aérea que estaba sobre ellos.

—Fueron una donación de hace décadas atrás —explicó JiSung, igual de frustrado—. Creo que no han sido limpiados desde que los instalaron.

La mirada del grupo de ocho se mantuvo pegada en el ventilador, viéndolos de forma hipnotizante como este giraba, y giraba, y giraba…

—¿Es idea mía o está parando? —dijo ChangBin.

—Creí que estaba loco —coincidió Felix—. Está frenando…

—No puede parar ahora- no cuando hacen como cincuenta grados —pidió HyunJin mientras cerraba los ojos y juntaba las palmas frente a su rostro—. Por favor, Dios, haz que esta cosa no se detenga.

—¿En serio estás rezando? —le cuestionó JiSung.

—¿Tienes otra solución?

JiSung, pareciendo bastante cansado, terminó por encogerse de hombros e imitar a HyunJin. MinHo le chitó para llamar su atención, haciendo al otro imitar el actuar de HyunJin antes de ponerse a rezar.

—Oh- se detuvo —volvió a anunciar Felix.

HyunJin y JiSung soltaron un bufido.

—Podríamos notificarlo al director —opinó Chan, viendo los demás ventiladores del techo de la cafetería—. Todos funcionan menos este. Tal vez es un defecto de fábrica o- ¡SE VA A CAER!

Y con un fuerte estruendo, el ventilador cayó sobre la mesa.

—¡¿Alguien herido?! —preguntó Chan, histérico—. Uno- dos- tres- cuatro- cinco- seis- siete…

El grupo, desparramado por el suelo con restos de comida sobre ellos y con las sillas esparcidas por todas partes, se miraron completamente atónitos- al igual que el resto de la cafetería, quienes incluso algunos habían soltado un despavorido grito al ver el contundente objeto caer del techo.

—¡Eso pudo matarnos! —chilló JeongIn.

SeungMin, en su desgano, chitó. —Rayos- será para la otra.

—SeungMin, no.

. . .

Tanto el ruido de los focos de luces como de los pasos de las personas dentro de la sala de maestros hacían a JiSung estresarse- en especial por las miradas y susurros a sus espaldas de los cuales obviamente hablaban de él, pero JiSung prefería ignorarlos y esperar a la respuesta del entrenador Connor.

Pero, el hombre, se veía bastante batallado.

—¿Esto fue porque no ganamos? —preguntó por enésima vez.

JiSung contuvo el impulso de poner sus ojos en blanco.

—El suneung se realizará en dos meses más —volvió a explicar JiSung, intentando no parecer hartado—. Necesito tiempo, entrenador; también acabaré con mis sesiones con HanSoo a causa de esto.

—¿No puedes organizarte mejor? —preguntó.

—No- lo siento, entrenador, pero realmente necesito tiempo —dijo con lástima—. Me gustó demasiado estar en el equipo, pero debo concentrarme en mis estudios.

—No me malinterpretes, es una razón completamente válida —se apresuró a decir él—. Es solo que…, chico, necesitas una distracción.

—Está bien —JiSung esbozó una forzosa sonrisa antes de inclinarse—. Rendiré un buen examen, entrenador. Muchas gracias por todo.

—Sí… —aún confundido, el hombre agitó su mano—. Éxito con tu trimestre.

Una vez más se inclinó y salió del aula de maestros, sintiendo un peso eliminarse de sus pulmones.

Bien, ya hice uno- me falta el otro.

Sus sesiones con HanSoo habían ido bien- o algo así; en vez de concentrarse en hablar de su vida con la mujer, JiSung se preocupaba con saber qué era lo que se estaba perdiendo en clases y cómo se organizaría para poder retomarlo más adelante. Si pudiera detener el tiempo sería mucho más sencillo, pero como JiSung era un simple mortal, podía suprimir sus horas de psicólogo.

Y, tal como lo presumía, HanSoo no se vio contenta al recibir la noticia.

—Está bien —fue lo único que le dijo en la oficina—. Pero sabes que tienes un lugar donde hablar.

No fue tan pedante como el entrenador Connor, lo cual le daba puntos extras en agrado.

Con bloques vacíos en su vida, JiSung se encaminó hacia el salón avanzado para seguir con su estudio.

—Hola… —la maestra Ji recibió a JiSung con una sonrisa cuando regresó al salón, pidiéndole mantener el silencio—. Estamos haciendo un ensayo de práctica. ¿Ya decidiste tus optativas?

—Biología y Química —ratificó el otro. La maestra Ji, aceptando las palabras, fue hacia su escritorio para buscar el folio de práctica de ese examen y se lo entregó a JiSung.

Él había perdido el tiempo con optativas humanistas, por lo que tenía que ponerse al corriente si quería postular a medicina.

 Sin algún tipo de problema, realizó el primer, el segundo examen de práctica; le siguió con un tercero sobre la historia de Corea; el cuarto de Matemáticas con cálculo diferencial; el quinto de inglés y el to de literatura Coreana. Una ronda de exámenes y exigencias tan alto que JiSung se preguntó cómo es que su cuerpo no reaccionaba al cansancio, comparado con el resto de sus compañeros que habían caídos rendidos después de entregar el último examen de práctica.

—¿Puedes hacer clases por mí hoy? —le preguntó ChaeWon, acercándose a él completamente pálida.

—Lo siento —se disculpó JiSung mientras guardaba las cosas en su bolso y comprobaba la hora—. Me voy a juntar a ver el tema de la obra escolar- te compenso mañana.

—Okey… —rendida, la chica volvió hacia su pupitre para poder descansar un poco.

Despidiéndose de la maestra, JiSung se encaminó con total tranquilidad hacia el aula donde el Centro de Estudiantes tendía a realizar sus reuniones, encontrando a Chan y ChangBin sentados fuera de ella esperando a JiSung.

—Lamento la demora, tuvimos una corrida de ensayos de exámenes —se disculpó JiSung.

—¿De todos los exámenes? —ChangBin le preguntó con sorpresa, extrañando a JiSung.

—¿Sí…?

—No sé cómo tienes energía —le dijo Chan, incorporándose desde el suelo—. Yo estaría muerto.

JiSung se encogió de hombros restándole importancia, y abrió la puerta del aula.

Los tres chicos entraron pareciendo interrumpir alguna situación que llevaba una charla, haciendo que Yuna bufara de frustración. —Veré esto primero y enseguida continuamos con lo otro —ordenó ella hacia su vicepresidenta, quien tomó el mandato.

Yuna, remojando continuamente sus labios, indicó con su dedo un puesto vacío en la esquina del salón, donde los tres chicos la siguieron obedientemente y, de alguna forma, terminaron por acomodándose los cuatro ahí.

—¿Tienen el guion? —consultó ella.

—Sí —sacando de su bolso, Chan entregó un cuadernillo de veinticinco hojas a la chica—. Lo leímos y completa la hora. Trata la historia de Son, un chico que conoce a Tai en una estación de autobuses; bajo ese encuentro, varias cosas fantásticas comienzan a suceder que puede animar a los niños pequeños, y junto con una intervención musical en el , la obra terminaría con Son relatando que todo lo sucedido pasó en su cabeza.

—Oh —Yuna, mostrándose bastante conformista con el plan, sonrió a los chicos—. Es interesante, ¿Tienen una idea de la canción?

—Con JiSung hicimos algo durante el verano —contó ChangBin, indicando con su dedo unas hojas sueltas de cuaderno que estaban dentro del cuadernillo—. Chan está trabajando en la composición musical- o, bueno arreglando la música de una canción ya existente.

—¿No los denunciarán por plagio o algo así? —consultó Yuna con preocupación.

—Mientras no se haga viral.

—Genial- si estamos así, podríamos hacer este jueves las audiciones —dijo la chica, animada—. ¿Qué opinan?, ¿Tienen a alguien en mente para hacer el papel de Son?

—No —respondió Chan—. Solamente creemos que debemos dejar que las personas hagan su prueba con tranquilidad; después, nosotros tres decidiremos los roles.

—Me parece muy profesional de su parte —dijo ella—. Bueno- tomaré el guion para mostrarlo al director Kwon y a la sostenedora económica de la obra, pero creo que les gustará.

—Lo sabemos —ChangBin, sin bajar de su ego, sonrió—. Fueron intensas sesiones de escritura.

—¿Era por eso de que no contestabas mis llamadas? —consultó Yuna a JiSung, dirigiéndose a él por primera vez.

JiSung, por su parte, contestó algo que él consideró razonable; sin embargo, el semblante cayente de Yuna lo hizo cuestionarse por qué de repente todo estaba tan silencioso.

La imagen de un puma cazando a un Quokka se posó en su mente, y se preguntó cuál era la velocidad máxima del segundo animal y si es que podía volar.

Cuando regresó a si, se dio cuenta que estaba tendido en el suelo.

—¡Hay que levantarle las piernas! —JiSung escuchó gritar a ChangBin—. Sé cómo lidiar con esto.

—JiSung- JiSung —la voz de Chan sonaba lejanamente cerca. Logró enfocar su vista de forma espontánea y, muy cercanamente, la nariz de Chan casi lo picaba en los ojos—. ¿Puedes escucharme?, ¿Sabes qué día es hoy?, ¿Cómo te llamas?

—¿Por qué me preguntas eso? —murmuró, aunque no estaba muy seguro si efectivamente lo había dicho.

Sintió como sus piernas eran elevadas drásticamente, haciéndolo soltar un jadeo de sorpresa.

—¡Aquí está su barra! —escuchó a Yuna gritar de alguna parte, antes de asomarse dentro de su campo visual para mostrar una barra de cereal energética nueva—. Esto le subirá el azúcar.

JiSung pudo ver las manos de Chan temblar mientras tomaba la barra de cereal para abrirla y partir un pedazo con ellas antes de acercarlo a la boca del castaño.

El mero olor era vomitivo.

—¿Qué día es hoy, JiSung? —Yuna preguntó con preocupación, hincándose a su lado.

—¿Martes? —JiSung, desentendido, fue incorporado con ayuda de ChangBin y Chan, siendo este último el soporte de la espalda del otro—. Ayer entramos a clases- y nos cayó un ventilador a la hora de almuerzo.

—¿En serio creían que perdería la memoria? —ChangBin les preguntó a los otros dos.

—Tu primer instinto fue hacerle un torniquete, cállate —Chan le dijo.

Una vez más, el australiano ofreció la barra de cereal a JiSung, pareciendo ser la única opción para evitar que los otros se preocuparan por lo que tomó la comida y, con lentitud y asco, comió poco a poco desde la punta.

—¿Cuál fue tu última comida, mi amor? —preguntó Yuna—. Voy a llamar a tu mamá y-

—No —detuvo enseguida JiSung, sintiendo su esófago caer drásticamente—. No la llamen- estoy bien.

—Mi amor-

—Solamente se me bajó el azúcar —dijo, intentando restar importancia pero fracasando en el intento—. En serio.

De repente, notó que no solo sus amigos y su novia estaban sobre él: el resto del alumnado perteneciente al Centro de Estudiantes miraban con preocupación y sorpresa a JiSung, donde inclusos algunos se debatían en ir o no en busca de un maestro.

—Estoy bien —aseguró JiSung—. Puedo pararme.

Sin embargo, sintiéndose cada vez más inútil y necio, sus rodillas flagelaron a primera instancia antes de poder levantarse recto por completo.

—Tienes que ir a casa —le recomendó Yuna—. No puedes seguir aquí- estuviste todo el día en un examen, ¿No?

—¿Y? —JiSung no quería sonar borde, pero le hartaba la amabilidad—. Los otros chicos del salón están bien- como yo. Solamente necesitaba un poco de…

—¿Qué?, ¿Dormir una siesta? —ChangBin le preguntó con sarcasmo.

Dejen de preocuparse. Déjenme solo.

Sus pensamientos no eran lo suficientemente fuertes como para ser transmitidos, haciendo que las miradas siguieran en él.

¡BASTA!

—Irás a mi casa —demandó Yuna con decisión, aproximándose hacia sus propias cosas—. Queda más cerca y puedes descansar.

—No- Yuna-

—Sí- los acompañaremos —Chan dijo, imitándola—. Así nos aseguramos de que no se descomponga por el camino.

—¡Bueno, ya!

El repentino grito de la garanta de JiSung lo hizo arder, y la culpa máxima lo apuñaló en la espalda haciéndolo perder la consciencia por un momento.

Cálmate, forzó a decirse. Cálmate o te sacaré los ojos.

—Está gruñón porque tiene hambre —ChangBin, sin temor a nada, tomó las cosas de JiSung y cruzó su mochila en su espalda—. Vamos.

Yuna y Chan hicieron casos, y pareciendo que estuviesen cuidado de un niño en vez de un joven adulto, rodearon a un desagradado JiSung durante todo el trayecto a casa de la chica. JiSung prefirió ahorrarse todo tipo de comentarios irritantes por lo enojado que estaba, porque no quería vomitar la culpa una vez más cuando ya se sentía lo suficientemente mal por todo.

Una vez que llegaron a casa de Yuna, ChangBin y Chan se despidieron de la pareja y regresaron presuntamente a la escuela; JiSung, molesto, entró a rastras con intenciones de dirigirse al sofá para sentarse, pero Yuna insistió en que se fuera a recostar a la habitación de ella y que le llevaría algo para comer. JiSung no estaba de acuerdo con ello, pero aún subió las escaleras y llegó a la cama de Yuna sin cuidado, sintiéndose como un infante amurrado que no quería que se hicieran cargo de él.

Antes de notarlo, JiSung se quedó dormido.

Al abrir los ojos, notó que la cortina de la habitación estaba cerrada y que sus piernas estaban tapadas por una manta; su estómago rugía cuan bestia y sentía que su cuerpo estaba por completo ido de sí.

Tengo que estudiar.

Se reincorporó junto a un fuerte mareo, y dobló la manta como medio de distracción hasta que se sintió completamente seguro de poder levantarse. Se colocó las pantuflas que estaban a la orilla y salió de la habitación, notando que la mayoría de las luces de la segunda planta estaban apagadas salvo por las del primer piso, donde escuchaba susurros de conversación.

—JiSung —saliendo de su habitación, el padre de Yuna lo saludó—. Hola, ¿Cómo te encuentras?, Yuna me contó lo que sucedió.

Genial- otra persona arriba mío.

—Hola… —se inclinó ligeramente—. Lamento la venida espontánea-

—No te preocupes —sonrió él, aunque sus ojos si destilaban un poco de molestia—. Vamos al primer piso para que comas algo.

El cuidado era algo que hacía sentir a JiSung raro; era extraño e invasivo, tomándose atribuciones de comportamientos que las demás personas creían que eran altruistas pero en verdad no eran algo más que una inflación de narcisismo puro, por lo que JiSung costaba aceptar la ayuda humanitaria bajo la voluntad de alguien.

Entendía en aspectos académicos, estos tenían un fin.

¿Pero de salud?, no era más que una falsedad.

Al llegar al primer piso, vio a Yuna jugar con su hermano menor en el televisor, pero cuando el padre carraspeó, ella se levantó enseguida para acercarse a JiSung.

—¿Cómo estás? —preguntó ella al instante—. Llamé a tu mamá para avisarle que estabas acá. Te serviré la cena.

—No…, creo que me iré —negó JiSung con cortesía.

—No puedes, tienes que cenar —insistió.

JiSung, sin ánimos de seguir discutiendo, terminó por asentir y dejarse ser guiado hacia la mesa.

Eran legumbres. Legumbres con algo que JiSung no lograba reconocer.

Comida que JiSung no lograba reconocer.

¿Qué como yo?, se preguntó. ¿Con qué me alimento?

No fue hasta hace mucho que había almorzado con MinHo para las vacaciones, ¿Por qué en ese momento se veía todo tan extraño?

—¿Has estado muy estresado? —preguntó Yuna a JiSung, tomando asiento a su lado en el comedor.

—No… —negó JiSung, aunque no ocultaba que fuera mentira.

Yuna frunció un poco sus labios. —No tienes por qué esforzarte tanto.

—Yuna-

—Sé lo que dirás —se apresuró a decir ella, aunque corrió su silla un poco más cerca de él para acariciar su cabello—. Lo sé, pero…, JiSung, hay escuelas técnicas mucho más accesibles- u otras carreras y universidades que no requieren tanto sacrificio.

—Lo sé —dijo, intentando no sonar enojado—. Sé que hay… otras, pero esto es lo que decidí hacer.

—Yo solo no quiero que estés mal… —siguió—. Para los exámenes del año pasado tu estabas tan distante…, tan cegado por entrar al Salón Avanzado…, no quiero que te enfermes.

¿Por qué estás preocupándote por mí? ¿Por qué ahora?, hace un año tú querías estar con otro…

—Estaré bien, en serio —renegó una vez más JiSung, discutiendo internamente si estaba bien o no comer la cena.

Yuna frunció sus labios, pero no agregó más. Indicó a JiSung que siguiera comiendo de la cena haciéndole compañía en silencio, dejando una tácita presión sobre los hombros del chico haciéndolo sentir enfermo.

Pasada de las ocho, casi las nueve de la noche, JiSung llegó a casa y, al igual que los últimos tres días, su madre no le dirigía la palabra.

—He llegado… —anunció, ordenando sus zapatos en la entrada para acercarse a la sala, donde SunHee se encontraba en la misma posición que JiSung conocía.

La madre de JiSung, al escucharlo llegar, se incorporó para levantarse del sofá y apagó el televisor antes de dar media vuelta y encaminarse hacia la escalera.

—Hazme un té —ordenó, antes de subir.

Es mejor esto que otra cosa, pensó JiSung, encaminándose hacia la cocina para preparar el cometido.

Su cabeza estaba pesada, y sentía en su estómago un fuerte nudo ansioso que había desarrollado desde el primer día de clases (día anterior); tener su mirada enfocada en la preparación del té lo hacía concentrarse en algo y, por un momento pequeño, se alivió anhelando que la calidez del agua fuera para él.

Al dejar el té de su madre sobre el mueble para dejar la tetera en la estufa, un pensamiento intrusivo se apoderó de su consciencia, mojando su mano con el agua ardiente antes de darse cuenta de lo que había hecho.

—¡Mierda!, ¡Mierda!, ¡Mierda! —se quejó entre dientes mientras dejaba el hervidor en la estufa y se acercaba hacia el lavabo, abriendo la llave helada para poder ponerla de bajo aliviando el dolor.

Esto es asqueroso, pensó, sintiendo sus ojos aguarse a causa del dolor.

Llevó el té a su madre, y terminó por encerrarse en su habitación por estudiar un poco.

Al día siguiente, un poco más temprano de lo acostumbrado en el horario de clases, JiSung encontró a MinHo sentado dentro de su casillero mientras pegaba algo con cuidado en el interior de la puerta.

—¿Qué haces? —saludó JiSung, hincándose frente a él para poder ver.

—Innie me regaló un sticker —contó MinHo, usando un pedazo de cartón para ayudar a pegar el sticker con mejor tacto—. ¡Soy yo!

Efectivamente. JeongIn tenía la habilidad de hacer zorros de desiertos con temática, dibujando esta vez a un fénec antropomorfo con jeans apretados, camiseta de U2 y una cazadora negra, y con Cessi a su lado.

—Esto es gracioso —opinó JiSung.

De repente, silencio.

Ambos no habían hablado directamente de lo sucedido en la fiesta de MinGi, creyendo que no era necesario hacerlo ya que ninguno estuvo en estado de lucidez. Acuerdo tácito de no mencionarlo por el resto de sus vidas.

—¿Cómo estás con lo de ayer? —preguntó MinHo con preocupación—. No respondiste mi mensaje. Presumí que estabas durmiendo.

—Sí- aunque tenía que estudiar —contó—. Se me bajó un poco el azúcar, eso es todo.

—Te desmayaste.

—Me recuperé rápido.

MinHo se mantuvo en silencio un momento, manteniendo su mirada en JiSung haciendo al otro hartar.

—Me preocupas —dijo MinHo.

—Por favor —JiSung puso sus ojos en blanco—. No tienes por qué-

Drásticamente, MinHo puso una mano en la boca de JiSung para callarlo.

—Si no quieres preocupar a las personas, entonces comienza a cuidarte —le dijo.

Desagradado, JiSung quitó la mano de MinHo de su boca. —¿Quién te crees que eres?

—Muchas cosas, querubín. Almorzaré contigo para asegurarme de que comes alguna mierda en el día, aunque sea —desafió, levantándose del casillero.

—No soy un niño- pueden dejarme solo —JiSung bufó enojado, imitándolo—. Me encuentro bien, ¿Vale?, ni siquiera tengo mucha carga como para poder enfermarme o algo así. Nadie de mi salón se ha muerto.

—¿Tenemos que esperar a que uno se muera para poder actuar? —MinHo preguntó con burla, perdiendo la paciencia—. No seas ridículo.

—Ridículo tú. Déjame tranquilo.

—¡Está bien!, ¡Haz lo que quiera! —terminó por decir MinHo, cerrando su casillero.

—¡Bien!

—¡Bien!

JiSung, enojado, se giró y se encaminó con furia hacia el salón avanzado, omitiendo su saludo de los otros dos chicos que ya se encontraban presentes para tomar asiento en su lugar y sacudir con brusquedad su rodilla.

Idiota- ¿Qué se cree?, interviniendo de esta forma como si él fuera algún tipo de superhéroe o algo así…

No obstante, el movimiento de su rodilla se detuvo.

Solo está preocupado…, se dijo a si mismo. Yuna también lo está, como ChangBin y Chan ayer…, soy un mal agradecido.

La amargura de la culpa comenzó a bajar por su garganta, sintiéndose peor persona de lo que era.

Y mi mamá no me habla…

Mordiendo compulsivamente su labio, se levantó del asiento para encaminarse hacia MinHo, no sin antes notar que el otro ya había abierto la puerta del salón.

Ambos se miraron a los ojos, y JiSung sintió la vergüenza subir por su cara.

—Uh… —MinHo no esperaba nada de lo pasado.

—Perdón —terminó por ceder JiSung, bajando un poco la voz para que los otros dos chicos no los escucharan—. Yo…, lo siento, no tuve que actuar así.

—No- vale —tartamudeó, trabándose con su lengua—. Uh…, ¿Vienes a mi casa después de clases?

—¿La de tu abuela?

MinHo, cambiando a su postura bufón, sonrió. —Ya que me echaron de la mía…

JiSung no pudo evitar corresponder esa sonrisa, y asentir. —Sí, está bien.

. . .

Now I’m standing alone in a crowded room, and we’re not speaking —canto MinHo con la guitarra acústica de ChangBin—. And I’m dying to know is it killing you like it’s killing to me? Yeah~

—¿Estás bien? —preguntó YiSu sobre su máquina de coser.

I don’t know what to say, since a twist of fate- when it all broke down —la ignore—. And the story of us looks a lot like a tragedy now.

YiSu, soltando un suspiro, terminó de coser (lo que sea que estaba cosiendo, MinHo no sabía) y lo dejó sobre la mesa para poder girar su cuerpo hacia él. —¿MinHo?

No es como si él lo hubiese hecho intencional, pero no quería entrar a clases y, como lo tenían baneado del club, no tenía otro lugar para pasar el tiempo que el taller de diseño y costura, donde, para su no-sorpresa, YiSu se encontraba ahí.

Él estaba bien, por supuesto, salvo de la extraña incomodidad emocional que estaba teniendo desde que comenzó a vivir con su abuela y que empezó a intensificarse cuando Chan y JeongIn le contaron que se irían a vivir a Australia, y que pareció desbordarlo un poco cuando cayó en cuenta que el suneung se haría en dos meses más.

YiSu era su amiga, él podía asegurarlo. Tal vez era un poco incómodo referirse así a la novia de su mejor amigo, pero al igual que Lily, temía el cómo lidiar con una chica de forma genérica, por lo que relacionarse con ellas de forma tan platónica le hacía tener un poco de estima no solo al resto sino también consigo mismo.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —comenzó él.

YiSu, tomando el vestido que estaba haciendo y chistando por notar que lo había cosido mal, asintió. —Sabes que sí.

—¿Cómo te sientes con el hecho de que SeungMin se irá?

Él vio cómo los ojos de la chica se abrían abruptamente, y MinHo se sintió tonto.

Ah- tal vez ella no sabe.

—¿Por qué dices que se irá? —preguntó YiSu con un tono específico, dando a entender de que si sabía a lo que él se refería.

—Tú sabías que él rendirá el suneung, ¿No? —consultó, y ella, vacilante, asintió. MinHo se sintió repentinamente molesto—. Solo estaba siendo capcioso, ¿Por qué tú sabes?

YiSu se encogió de hombros. —Supongo que es necesario, ¿No?, es algo grande.

—Bueno- a mí no me lo dijo.

—¿En serio?, creí que sí- ¿Cómo sabes?

—Mientras estaba en su casa vi los folios de práctica —contó—. ¿Por qué hizo esto?, ¿Qué se cree con mantenerlo en secreto?

—Sabes que él es orgulloso, debes respetar su decisión.

—Lo conozco de toda la vida. Yo no tengo respeto hacia él.

YiSu rio ligeramente antes de asentir. —Entiendo…

—El bastardo se hace el importante como si no lo conociera como la mugre de mis pies —se quejó, moviendo una clavija de la guitarra—. Él fue el tonto que me delató por no haber hecho mi tarea, y yo lo acusé por haber intentado lamer el sapo del salón siendo que ni siquiera lo había hecho- YiSu, me sé sus secretos más oscuros, ¿Y no me dice esto?

—Tal vez no tienes que tomártelo tan personal —opinó ella, cortando la mal cosedura con tijeras de hilo—. Él quiere rendir el examen para tener algo mejor para su futuro, ¿No? —su voz no era agresiva, en cambio, era mucho más tranquila y empática en comparación con sus palabras—, y si su orgullo impide decirlo con antelación…, ¿Por qué molestarse por ello?, no es como si estuviese escrito en las estrellas irse del pueblo o que, si él se va, dejar de tener contacto con todo el mundo.

Las palabras de ella eran razonables, demasiadas para el gusto de MinHo, tan así que lo molestaban de sobre manera.

—No instalaron una antena en el pueblo para no tener internet —continuó ella.

—Tú no lo entiendes —chistó él con molestia, aun girando la clavija de la guitarra.

Ella, poniendo sus ojos en blanco, asintió. —Tienes razón. No tengo idea de lo que pasa por tu cabeza.

Fastidiado, MinHo siguió girando la clavija en silencio mientras que la otra chica seguía con un desarreglo.

JiSung se va; SeungMin se va. Chan y JeongIn se irán a Australia el siguiente año y será cuestión de tiempo para que el resto del grupo termine desintegrándose.

¿Por qué?

—¿Sabes qué? —rompiendo con el silencio, YiSu dejó el vestido de lado para prestarle atención a él—. Si tienes problemas con eso, te recomiendo hablarlo con él- si dejas que el tiempo pase solo crearás rencor.

—Crear rencor —repitió, bufando—. ¿Él sabe que yo sé?

—No.

MinHo, una vez más, giró la clavija. —No, si- está bien. No me importa realmente que él se quiera ir.

—Si haces un embrollo, terminarás actuando en High School Musical 3 y tu rol será el lindo amigo toxico que no hace ni mierda de apoyo —burló ella, retomando su humor.

—Já- ¡MIERDA!

La cuerda se tensionó y rompió, golpeando a MinHo en la orilla del ojo.

—¡¿Por qué siempre tengo tanta mala suerte?! —exclamó él con furia, mientras YiSu sacaba la guitarra de ChangBin del regazo de él para dejarlo a un lado—. ¡Maldita sea!

—Vale, está bien… —tranquilizó ella, sacando la mano de MinHo de su rostro para ver su cara—. No sucede nada, ¿Okey?, te quedará rojo y no te golpeó el ojo.

—Oh- genial, lo que me faltaba.

—Te ahogas mucho con un vaso de agua, ¿Sabes?

—Cállate —gruñó.

—Vamos a ponerle hielo a tu ojo, ¿Vale?

En silencio, ambos salieron del taller para encaminarse hacia la enfermería, que después de recibir un regaño por parte del hombre encargado del lugar por saltarse las clases, le entregó una botella de hielo y ordenó a los dos chicos a regresar a sus aulas.

No obstante, el desinterés de ambos para entrar a clases no se fue, por lo que se sentaron en el pasillo apoyados en los casilleros esperando a que los pocos minutos que faltaban para la hora de almuerzo pasaran.

—Si te molesta con SeungMin…, ¿Por qué no te molesta con JiSung? —preguntó YiSu, retrayendo el tema de conversación.

La mención de JiSung por la boca de YiSu lo hizo sentirse desconcertado y tímido, habiendo olvidado parcialmente que ella también sabía sobre aquello.

Mordiendo internamente su labio, encogió sus rodillas. —No sé, supongo que soy consciente desde que lo conozco que se quiere ir.

—Entonces estás más preparado.

—Le dijo al director que tenía que estar en el salón avanzado para irse del pueblo —recordó—. Creo que sentir rencor con él sobre aquello no sería más que egoísta.

—¿Y ya han hablado sobre ello?

MinHo se encogió ligeramente de hombros. —No creo que tengamos que hacerlo, ¿Sabes?, hay cosas obvias entre…, entre nosotros.

Él pudo ver cómo la chica suprimía una sonrisa para asentir. —Pero nunca está demás —aconsejó.

—Lo sé, pero aún es muy pronto.

—El tiempo pasa.

—Tampoco es como si nos fuéramos a morir por no hablar de ello.

—No, pero si te ahorrarás un par de sufrimientos innecesarios.

Esta vez el chico esbozó una sonrisa mientras asentía, para después soltar un suspiro de frustración. —No quiero seguir hablando del tema.

—Genial, porque tengo una pregunta con lo otro

—Oh, no…

Pero entonces, dentro de una de las aulas, la puerta se abrió y MinHo notó que era parte del horario libre de JiSung, viéndolo conversar con Delicia seriamente, aunque llamándole la atención ver a los otros dos chicos sentados en el suelo.

—¿Y ustedes qué? —JiSung despidió a Delicia para ver a los otros dos chicos.

—No queremos entrar —respondieron a la par.

Hincándose frente a ellos, JiSung miró a MinHo. —¿Qué te sucedió?

—Le rompí una cuerda a la guitarra de ChangBin y en venganza la cuerda me pegó en el ojo —contó.

Boo.

MinHo esbozó una sonrisa involuntaria, pero la vergüenza comenzó a apoderarse de él al notar que YiSu seguía a su lado.

—Eh… —rompiendo con su vergüenza, MinHo miró a la chica—. JiSung te quiere preguntar algo.

—No es cierto.

—Entonces YiSu te quiere preguntar algo —repitió, esta vez enfocándose en el otro.

JiSung puso sus ojos en blanco, haciendo a los otros dos reír.

—Es solo que… —ella, cruzando sus piernas, miró a los dos—. ¿Cómo…?

—¿No lo veías venir? —consultó MinHo, avergonzado.

—Era más probable que terminaran golpeándose- ya saben, con todo lo que pasó —se explicó.

—¿Puedo golpearte? —preguntó JiSung a MinHo.

—Luego.

—¿Cuándo empezó? —consultó de nuevo ella—. O- mejor dicho, ¿Desde hace cuándo nos han estado viendo la cara de estúpidos?

—Siempre los veo de esa forma —le respondió MinHo.

—Creo que…, no sé, ¿Abril? —JiSung vaciló, mirando a MinHo—. ¿Marzo?

—Creo que fue Abril —corroboró.

YiSu esbozó una sonrisa, antes de que JiSung se sentara por completo en el suelo para hablar- —Y tú…, uh, ¿No lo has mencionado…?

—No, no lo he hecho —respondió enseguida—. Esto no…, no se toma a la ligera.

—No se toma a la ligera, ¿Cierto? —MinHo repitió—. ¿Ni siquiera a SeungMin…?

—Quise decírselo porque creí que él sabía —admitió, pareciendo afrentada—. Pero después…, no- sabía que él no sabía porque si hubiese sabido habría sido obvio, pero después supe que no sabía porque si él lo hubiese sabido habría significado que él me lo haría saber porque-

—Vale —interrumpieron los otros dos—. Te entendemos.

Notando que la campana de la escuela sonó dando inicios al bloque de almuerzo, los tres chicos se levantaron del suelo.

—Tengo que ir al club —le indicó MinHo a JiSung, haciendo alusión a que el otro tenía las llaves—. Quiero ver si quedan cuerdas de guitarra- o sino, comprarle a ChangBin.

—No creo que esté muy contento con eso —opinó JiSung.

—No hay que ser pesimistas —dijo—, si lo cambio antes de la tarde, él nunca se habrá dado cuenta.

Sin embargo, llegando al viejo pasillo, los tres chicos notaron que el resto del grupo se encontraban sentados fuera del club pareciendo más perdidos que antes, con el ruido de la música proviniendo desde el interior.

—¿Qué pasó? —preguntó MinHo.

—ChangBin me pidió las llaves del club porque se le había quedado algo aquí —explicó Chan, pareciendo bastante arrepentido de su acción—. Se encerró adentro, y…

You betrayed me… —cantó ChangBin desde el interior—. ‘cause I know that you’ll never feel sorry for the way I hurt, yeah…

—¿Estás de joda conque está escuchando la discografía de Olivia Rodrigo? —preguntó JiSung con sorpresa, intentando aguantarse de la risa.

—Bueno- ¿Quiénes somos nosotros para juzgar su dolor? —dijo.

—Está sobre las colchonetas —informó JeongIn, estando tanto él como Felix de puntillas para ver por las ventanas el interior—. Y está llorando.

—Lleva el duelo mejor que el de su primera novia —comentó HyunJin, apoyado al otro lado de la pared—. ¿Recuerdan como no salió de su habitación y estuvo repitiendo You Were Beautiful porque fue el momento justo que a SeungMin se le dio por ser fan de Day6?

—Incluso yo sentí pena por él —dijo el nombrado, haciendo el resto jadear.

—¿Y planea estar así toda la tarde? —consultó MinHo, acercándose hacia la puerta para intentar abrirla—. Tengo hambre.

—Tal vez sea solo esta canción —dijo Chan.

Traitor terminó y enseguida comenzó Driver License, haciendo al grupo bufar.

—¿No tienes tú las llaves? —MinHo indicó a JiSung.

—Sí, pero- uh, creo que es buena idea de que haga catarsis —opinó, acercándose hacia las ventanas para unirse a JeongIn y Felix—. Y a medida que pasen las canciones, tal vez esté mejor- oh, abrazó a Choi WooShik.

—Oh, si lo llega a mojar con sus lágrimas de cocodrilo, le cortaré las bolas —amenazó MinHo para volver a intentar abrir la puerta, fallando—. ¡Déjame entrar, maldita bestia!

And I just can’t imagine how you could be so okay, now that i’m gone… —se escuchó a ChangBin gritar—. I  guess you didn’t mean what you wrote in that song about me… ‘cause you said forever, now I drive alone past your street…

—Tal vez puede detenerse —dijo HyunJin.

RED LIGHTS, STOPS SIGNS!!! I STILL SEE YOUR FACE IN THE WHITE CARS, FRONT YARDS, CAN’T DRIVE PAST THE PLACES WE USED TO GO TO!!!

—Oh, dios —SeungMin se tapó el rostro—. Esto es horrible.

Fue así, como durante el bloque del almuerzo, el grupo se turnaba en cuidar a ChangBin desde lejos mientras iban a almorzar.

—¿Qué haces? —le preguntó MinHo a HyunJin, viéndolo enfocar su cámara desde el interior.

—Creando recuerdos —contestó él—. No hay forma de perderme esto sin tener algún registro.

All the things I did just so I could call you mine… —canto esta vez no solo ChangBin, sino que Felix y YiSu le hacían compañía sentados desde la puerta—. The things you did- well, I hope I was your favorite crime…

—Esto es horrible.

Y no fue hasta una canción más adelante que el disco se acabó, justo en el inicio de las clases de la tarde.

—Hola —pareciendo no haber sufrido una catarsis en lo absoluto, ChangBin salió del club con una sonrisa de oreja a oreja—. ¿Cómo están?

—Mejor que tú, opino —mencionó SeungMin con sarcasmo.

—¿De qué hablan? —haciéndose el ignorante, ChangBin sonrió y se largó de ahí.

. . .

—Se ven estresados —comentó JiSung, viendo al espontáneo grupo de estudios de chicos de la escuela media que, por alguna razón, él y ChaeWon habían adoptado.

—Nosotros cinco tendremos un examen oral el viernes—explicó una de las chicas de cintillo fluorescente—. No tenemos idea del tema.

—¿De qué es?

—Guerra fría —respondió otro chico, compañero de la primera—. El maestro Yun explica para la mierda- perdón, hyung, quiero decir- es complicado de entender y no sé nada.

—La guerra fría es una temática fácil —opinó, dejando a un dúo de primer año de escuela media seguir con su tarea de matemáticas—. Como somos bombardeados con información occidental, a veces no nos damos cuenta que los efectos de la guerra están en nuestro alrededor.

—¿Cómo qué? —preguntó otro.

—Uh…, el libre mercado —opinó—, pero en el exterior, no solo dentro de Asia. Norcorea es un efecto de la guerra fría.

Enseguida vio al grupo de cinco acomplejados tomar nota, haciendo a JiSung sonreír ligeramente.

Horas más tarde, él se encontraba en casa de la abuela de MinHo ayudando a preparar la cena.

—¿En serio no tienes problemas con quedarte a dormir? —preguntó MinHo por enésima vez—. Es miércoles.

—Mi mamá no me dirige la palabra —respondió JiSung, terminando de cortar el cebollín para verterlo en el sartén donde MinHo sofreía las verduras—. Le pedí permiso para venir y no me contestó. Tal vez mañana se enoje, pero mientras no aparezca la policía no hay problemas.

—No me pongas en esta situación, ¿No ves que soy mayor de edad y pueden denunciarme por secuestro? —bromeó sonriendo ladinamente, colocando chuletas de carne cortadas finamente sobre el sofrito del sartén.

JiSung correspondió con la sonrisa, antes de volver con su trabajo de cortar su propia ensalada.

—¿Quieres que agregue algo más, abue? —consultó MinHo a la abuela Goo, apuntando hacia la carne.

—No, no, ¿Quiere tú o tu amigo algo? —preguntó también ella, preparando cebolla con rodajas de tomate—. ¿JiSungie quiere agregar algo más a su acompañamiento?

—Oh- no, no es necesario —le respondió a MinHo, sintiéndose tímido—. Tomate y cebolla está bien.

—No seas modesto —le dijo MinHo.

—En serio- muchas gracias —se inclinó JiSung hacia la abuela Goo, dándole a entender que lo que tenía era suficiente.

La abuela, correspondiendo con la sonrisa, siguió con su preparación.

—Bien- pondré la mesa —anunció MinHo—. ¿Puedes voltear la carne o te da mucho asco?

Nah —le restó importancia.

MinHo salió de la cocina con individuales para colocar en la mesa, dejando a JiSung observar a la carne cocinarse junto con las verduras, el aceite y el agua hirviendo.

De repente, notó que la carne estaba preparándose. Y de forma inerte, JiSung acercó sus dedos para poder girar la carne.

Antes de poder quemarse, sintió un pequeño golpe en sus pantorrillas, notando que Soonie estaba acariciándolo.

—Se ve muy joven para tener dieciséis —opinó JiSung, tomando los palillos del mueble para girar la carne.

—Ah- este es el hijo de Noori —contó la abuela Goo—. Noori está con MoonRyu en casa de nuestra hija- Él no quería apartarse de él.

—Ah… —JiSung asintió, mirando de nuevo hacia Soonie que seguía restregando su rostro en las piernas de JiSung—. Está muy lindo el naranjo.

—No venía en más colores —bromeó.

JiSung rio ligeramente, siguiendo la cadena del humor de MinHo.

Una agradable cena se llevó a cabo entre los tres, con la abuela Goo contando algunas reminiscencias de la vida de MinHo haciendo a JiSung estar más interesado en el otro, como también contestar preguntas de índole personal que hacían a MinHo avergonzarse por el descaro de su abuela.

Pasada de las nueve treinta de la noche, luego de que ella diera las buenas noches y se llevara a Soonie a su habitación, MinHo terminó de preparar el segundo colchón de la cama individual para que JiSung durmiera, aunque ambos sabían que no sería usada.

—¿Por qué estás llorando?, bebé.

—Porque me da pena, Neanderthal —contestó JiSung mientras se secaba sus lágrimas—. ¿Y por qué lloras tú?

—Se me metió una basurita al ojo —se excusó, pasando un dedo por su lagrima húmedo.

MinHo había ofrecido ver una película, y JiSung propuso El Castillo Ambulante, metiéndose a la cuenta de Netflix de las tías del chico terminaron por pasar parte de su noche viéndolo a través del celular de MinHo.

—Tienes que decirme cuánto vas a recargar en tu celular para darte la mitad —le avisó JiSung mientras se sentaba en la pequeña cama, dejando el celular de MinHo a un lado mientras el otro comenzaba a trenzar pulseras.

—No te preocupes- no trabajo para no mantenerte —contestó el otro.

—¿Eres mi Sugar Daddy?

—No estoy tan viejo- idiota.

JiSung rio mientras volvía a recostarse junto a MinHo, observándolo estar concentrado en el trenzado e interviniendo de tanto en tanto con pequeñas bolitas de mostacilla provenientes de una bolsa de plástico que descansaba entre ellos en la cama; dejándolo momentáneamente cautivado por el aspecto del otro.

—¿Por qué tu mamá no te habla? —preguntó MinHo, rompiendo el hielo de la tensión que habían forjado horas atrás.

Él soltó un suspiro. —Te conté que peleamos porque tenía pensado salirme del equipo, ¿No?

—Ajá.

—Bien- como salí de ahí en medio de la pelea y no regresé al día siguiente, me dijo que no merecía el trato que ella siempre me estuvo dando porque yo era un mal agradecido —contó, intentando no mostrarse afectado—. Así que- uh, dejó de hablarme.

—Tu madre es una bruja —opinó MinHo—. Al menos no has estado lidiando con ella estos últimos días con tus cosas.

Sí, pero me siento mal al respecto, pensó.

—No sé cómo explicarlo, pero… —JiSung estiró sus manos, intentando poner ahí las palabras que no sabía escoger—. Es como que- ella, sin hablarme, fuera reemplazado por una… gigantesca bestia que me observa desde las montañas- no opina, no juzga, no comenta, pero me observa.

—Bestia —repitió—. ¿Cómo…?

—¿Has visto ese video repetitivo que muestra las montañas del mundo con forma humana? —le preguntó, para darse a entender mejor—. Como ese tipo de bestias- seres existentes que pertenecen a la naturaleza y que- y que por eso me hacen sentir observado.

—¿Te pone ansioso ese silencio?

JiSung asintió ligeramente. —Me asfixia.

—Entonces- estás entre el silencio asfixiante de tu mamá, o la violencia verbal de ella —dijo MinHo con lentitud, pareciendo percibir la sensibilidad del tema—. No creo que sea buena idea que dejes a HanSoo ahora.

—Te prometo que iré a ella una vez que termine el suneung —aseguró JiSung, igual de convencido—. Sé que la necesito- no puedo lidiar con todo esto solo, aunque… —y rio ligeramente, haciendo que MinHo lo mirara—, no lo sé- es muy tonto.

—¿Qué sucede? —preguntó.

—Es solo que…, no sé —JiSung se recostó de espaldas en la cama para mirar el techo—. Siento que lo que paso ni siquiera es real…, creo morirme de hambre cuando me alimento de forma sana; creo que mi casa es un campo de guerra cuando ella solamente quiere lo mejor para mí… No tengo problemas reales.

—Bueno- si no fueran reales, no te afectarían —razonó MinHo—. ¿Cómo dices tú?, tus problemas tienen palabras, y las palabras construyen realidades.

Por alguna razón específica, JiSung se sintió conmovido con las palabras; aunque no podía negar la idea en su cabeza de que era una mala persona y que sobre exageraba todo, podía consolar el hecho de que alguien más podía verlo como una persona real.

—Eres admirable —continuó MinHo, regresando a su trenzado—. No todos pueden tener un panorama completo de su situación- algunos encuentran incluso normal el estilo de vida que tienen.

—Somos coreanos, debemos ser exigentes.

—Por eso estamos en el top 3 de la tasa de suicidios adolescentes más altos del mundo, ¡hip, hip, hurra!

JiSung rio ante eso, volviendo a concentrar su mirada con el trabajo de MinHo.

—Pareces acostumbrarte a estar acá —comentó JiSung—. O sea, es la casa de tus abuelos, pero no pareces incómodo.

Nah, es agradable —reconoció MinHo—. Aunque mi abuela es un poco invasiva- me pregunta sobre las comidas y qué hice durante el día, ¿No es un poco obsesivo?

—No soy el mejor ejemplo —se excusó.

—Fuera de eso (—y aparte de tener que hacer viajes más largos. —Son quince minutos más. —Cállate), es agradable. Nunca tuve una mascota también a causa del trabajo de mi papá, así que es agradable despertar con Soonie —sonrió—. Mano.

JiSung estiró su muñeca y MinHo la midió, notando que era perfecta para mezclarse con las otras pulseras de macramé que el chico tenía.

—¿Sabes qué deberías hacer? —MinHo comentó, cortando con tijeras el hilo sobrante y quemando las puntas con el encendedor—. Mi viejo me dijo que a mi madre le ayuda mucho distraerse y tener actividades- ¿Por qué no te tomas un tiempo para tu hobby?

—¿Hobby? —JiSung quiso reír—. Creo que no tengo.

MinHo, dramáticamente, bajó sus manos de golpe a su regazo para ver al otro con la boca abierta. —¡No!

—Te juro que no recuerdo —admitió—. ¿Tal vez escuchar música…?

—Es el pasatiempo más básico que alguien puede tener si es que no se dedica a la música —dijo, tomando la mano de JiSung para anudar la pulsera ahí—. Te enseñaré a hacer pulseras, ¿Vale?

—Oh- no, realmente soy malo para estas cosas —expresó, aunque MinHo lo jalaba del brazo para que se levantara—. MinHo~

—Te enseñaré lo básico. Así mantendrás tu mente ocupada en algo —insistió, cortando un par de hilos y anudándolos—. Vamos, ¿Por mí?

—¿Por qué crees que diciendo por mí haré todo lo que me pidas? —le cuestionó JiSung, incorporándose en la cama para sentarse con él.

—Porque me simpeas.

—¿En serio conjugaste esa palabra?

—Claro- tú simpeas, yo simpeo, nosotros simpeamos.

—Cállate y enséñame.

Sin embargo, JiSung era demasiado malo haciendo pulseras.

—La práctica te hará bien —apoyó MinHo—. Solamente no te rindas.

—Soy tan malo que da pena —se quejó JiSung.

—Mira- solamente debes tener la costumbre —alentó—. De aquí al fin de semanas tendrás una pulsera hecha.

. . .

—Uh- realmente hay gente interesada en participar en la obra —Chan comentó, entrando al salón del Centro de Estudiantes donde llevarían a cabo las audiciones express de la obra—. No me lo esperaba.

—El maestro de literatura los convenció de tener aumento en calificaciones si es que quedaban —contestó ChangBin—. No quería pasar toda mi tarde en esto.

—Bueno- es lo que aceptamos —se resignó Chan, dejando al primer chico pasar para ganarse en el frente de la sala, mientras que él tomaba asiento con JiSung y ChangBin en el fondo—. ¿En qué estás?

—Hago una pulsera —contestó JiSung, aunque a mitad del trenzado JiSung había cambiado la técnica—. O- bueno, algo así.

—Bien- el primero es… ¿YeoSang?

Los tres chicos, con sorpresa, levantaron su cabeza para ver al chico, mirando con seriedad al trío.

—Uh…, hola —le saludó JiSung.

—¿Bromeas, hombre? —ChangBin no se veía tan respetuoso—. ¿En serio?

—Me gusta actuar —contestó YeoSang con seriedad.

—Creí que no eran tan hombre para hacer estas cosas y-

Pero calló cuando YeoSang le tiró una zapatilla a la cara.

—Bien- prosigue.

La lista de estudiantes era sorprendentemente larga, abarcando a chicos de la escuela media hasta de sus propios grados y generaciones; aparte de la idea de conseguir crédito extra para las clases, los tres chicos se encontraban bastante orgullosos de su alcance.

—Hola, soy Lee MinHo —siendo una mala broma, el chico agarró una silla y se sentó frente al trío con Cessi en su regazo—. Sé que son audiciones de monólogo, pero como hay un segmento musical creí que sería buena idea presentar un poco de mi arte en esto.

—Por favor, no… —pidió Chan, mientras ChangBin sacaba su celular para grabarlo.

—Esta canción es de mi propia composición, aunque usé la melodía de Bad Romance de Lady Gaga para hacerlo más sencillo —explicó—. Esta canción es muy importante para mí porque la letra refleja mi estado mental actual.

—Oh, no… —Chan se tapó sus oídos.

—Un, dos, tres y… OOOOOOOOOHHHHH-

ChangBin le lanzó el zapato que YeoSang le había tirado.

—¿Y tú por qué mierda estás acá? —preguntó ChangBin, después de que tres estudiantes pasaran para mostrar a HyunJin frente a ellos—. Ya lidiamos con MinHo.

—¡Quiero ser el protagonista! —dijo HyunJin con ánimo—. Me aprendí el monólogo de memoria y- si lo hago mal, puedo apelar al nepotismo.

—No eres familiar de ninguno de nosotros —contestó Chan.

HyunJin se mantuvo un momento manteniendo su mirada en el trío, antes de gritar.

—¡¡¡JeongIn!!!

Dos estudiantes más tarde, Yeji apareció en la puerta con una cuerda.

—Oh, dios —ChangBin se urgió, incómodo—. Va a ahorcarnos.

—Voy a saltar la cuerda mientras canto Wannabe de ITZY —dijo ella, empezando a ubicarse en medio de la cuerda—. Y, con un poco de sinapsis en sus cabezas, harán que tenga el crédito de literatura.

Los tres chicos tenían un poco de miedo de ella, por lo que terminaron accediendo.

—No puedo creer que hayamos tenido a más de veinte estudiantes en esto —comentó Chan con asombro, viendo la lista de chicos para poder seleccionar en roles—. Me siento muy mal con tener que descartar gente…

—Tendremos que ver eso con Yuna —opinó ChangBin, antes de mirar a JiSung—. ¿Tú qué dices?

—Si sobra gente, siempre puede ayudar con escenografía —dijo, apartando la mirada del mal trenzado para ver la lista—. O para el segmento musical- gente que baile y esas cosas.

—Bien- supongo que este sería el orden de los seleccionados —sentenció Chan, mirando la lista del nombre del estudiante junto al rol que realizaría—. Aunque siento que hay algo mal en esto…

Y lo fue, porque para el viernes, los mellizos Hwang encararon a Chan, ChangBin y JiSung antes de entrar a clases.

—¡¿Qué mierda está mal con ustedes?! —cuestionaron con fuerza, llamando la atención del pasillo.

—¿Por qué? —preguntó ChangBin.

—Son unos puercos asquerosos —espetó la chica.

—Nunca pensé que algo como esto provendría de alguno de ustedes —siguió HyunJin.

De repente, la bombilla se encendió en la cabeza de los tres.

Ah, cierto, pensó JiSung. Intereses románticos.

—Uh- lo sentimos, no nos dimos cuenta —se disculpó enseguida Chan—. Por qué…, uh, ¿Piedra, papel o tijera?

—Olvídalo- sácalo a él —demandó Yeji.

—¿Por qué a mí? —HyunJin agudizó la voz—. ¡¿Por qué no a ti?!, ¡Yo necesito ese crédito en literatura!

—¡Yo también lo necesito!

—Uh… —ChangBin, moviendo aleatoriamente su dedo en la hoja de los estudiantes inscritos para la audición para escoger a un protagonista—. Mierda- ¿Qué hay YeoSang?

—¡¿Me van a cambiar por YeoSang?! —HyunJin expresó ofendido—. ¡¿Quién se creen que son?!

—Si, pongamos a YeoSang a cargo —aceptó JiSung, antes de alejarse del grupo—. Voy tarde- ¡Adiós!

Esa mañana, en casa, su madre siguió sin dirigirle la palabra, incluso haciendo el aire mucho más pesado que antes; eso había bajado un poco los niveles de normalidad en JiSung, haciéndolo sentir mucho más pesado y cansado comparado al inicio de la semana.

Al llegar al salón avanzado, notó a sus demás compañeros observar el pizarrón de clases. A JiSung le llamó la atención y, ubicándose junto a ChaeWon, miró como su nombre era acompañado por distintos números.

—¿Qué es esto? —le preguntó a ChaeWon.

—No tengo idea —respondió, mordiendo las uñas de su dedo pulgar—. Peor se ve…, veo.

Ninguno de los números presentes sobrepasaba el setenta.

—Oh… —cuando JiSung captó lo que significaban, una ola de pánico lo hizo temer enseguida; revisando sus propios números en caso de haber visto mal.

Pero no.

52, 68, 31, 45, 62, 71.

—Mierda —masculló en voz alta, y escuchó a alguien sollozar en el fondo.

En eso, pareciendo una película de terror, la profesora Ji entró al salón con su amable semblante.

—Es una sorpresa, ¿Eh? —ella misma se veía sorprendida, pero no le dio mucho interés para ubicarse en su puesto—. Lo anoté con plumón permanente para que lo tuvieran presente, ¿Sí?, faltan dos meses y medio para rendir el suneung. ¡Pueden hacerlo!

—¿Está jodiendo conque esos fueron nuestros resultados? —un chico, un poco desbordado de sí mismo, alegó—. ¡Yo…, yo me maté estudiando!

—En serio lo lamento, pero no lo están demostrando —la profesora Ji comentó con un falso semblante de pena—. Por favor, esfuércense un poco más para demostrar que realmente quieren ir a la universidad.

JiSung tembló ligeramente mientras su estómago se anudaba, al igual que las inmensas ganas de llorar se apoderaban dentro de él. Sintió un leve movimiento a su lado y se dio cuenta que ChaeWon se había tapado el rostro para llorar, haciendo que JiSung enseguida acudiera a ella para poder contenerla un poco.

Esto fue solo un ensayo. Fue solo un ensayo. Puedes hacerlo mejor la próxima vez…

Pero en su interior decía que esa oportunidad no existía, que estaba acabado. Que era un fracasado aún cuando todo estaba centrado en la práctica.

Sentía que no podía respirar.

No hubo mucho más tiempo para recomponerse, por lo que el grupo regresó a estudiar en silencio, simulando que sus rupturas no existieron.

Por la vergüenza y humillación de haber tenido esas calificaciones, evitó salir en los siguientes recesos del aula, saltando así la comida mientras se hundía en la culpa.

Mi madre hace tanto por mí y yo la trato de esa forma. Ella hace tanto por mí y yo entrego estos resultados.

Estos resultados ni siquiera pueden ser para ella, son para mí, y soy el mediocre de la realidad que no puede escapar de casa.

No puedes huir de lo que eres.”

No puedo, no puedo.

La campana que daba por finalizado la jornada sonó, y JiSung tuvo que cumplir con su deber moral junto a ChaeWon de recurrir al centro de estudios clandestinos.

No obstante, al llegar a la biblioteca, parte del grupo de estudios se veía bastante molesto.

—Hola —saludó ChaeWon, fingiendo compostura mientras les sonreía—. ¿Cómo les fue a los que tenían examen hoy?

—Para la mierda —escupió un chico.

Oh, no…

—¡¿Qué mierda nos enseñaste?! —preguntó la chica acomplejada días atrás a JiSung, parándose frente a él desafiantemente.

—¿Qué pasó? —preguntó ChaeWon.

—¡Nos enseñó pura mierda! —gritó otro chico, ignorando los chiteos—. ¡Repetimos como loros lo que nos enseñó hyung para el examen de la guerra fría y resultó que estaba todo malo!

De repente, JiSung cayó en cuenta de algo ante los dichos.

—¿Guerra fría? —preguntó, sintiendo una vez más la culpa allanarle el cuerpo.

—¡Si, la tonta guerra fría! —dijo otro—. ¡El de Estados Unidos y la Unión Soviética!

Oh, mierda…, exclamó internamente.

—¿JiSung? —ChaeWon, parcialmente molesta, lo encaró—. ¿Qué pasó?

—Me confundí —admitió, aterrado antes de mirar al grupo—. Lo siento- en serio lo siento mucho, me confundí de contenido y- ¡Mierda!, creí que se referían a- a la guerra de Corea.

—¡¿Por qué querríamos saber sobre la guerra de Corea?! —chilló una chica—. ¡¿No sabes cuán muerta estaré por culpa suya?!

—¿Les enseñaste mal? —ChaeWon preguntó—. Mierda-

—En serio lo siento —repitió JiSung.

—¡Ni siquiera te pagamos! ¡Me van a regañar!

—¿Cómo demonios confunde la guerra fría con la guerra de corea?

—Por dios, ¡Eres tan idiota!

—¡Paren ya con los insultos! —ChaeWon espetó al grupo de cinco de escuela media que estaban furiosos—. JiSung, acompáñame afuera.

JiSung no sabía qué decir en ese momento, más que estar ahogándose en la culpa y en la autoflagelar.

—En serio, lo siento —volvió a disculparse cuando salieron de la biblioteca—. Me traspapelé y- en serio ChaeWon-

—Olvídalo, ¿Sabes cómo inicio el grupo de estudio? —lo detuvo ella—. Sus padres me pidieron ayuda y se esparció el rumor. No me pagan, esto lo hago por amor al arte a la docencia, pero la responsabilidad moral que cargo es tremenda.

—Lo sé, ChaeWon, lo sien-

—Y sé que traficas material del salón avanzado a tus amigos —le dijo.

La sangre de JiSung se heló.

No, mierda…

—Te pedí este favor porque parece que te gusta enseñar también, y si a tus amigos les iba bien significaba que eras un buen maestro —siguió—. Ahora puedes irte, pero espero que cuando regreses tú tengas la cabeza donde se debe. No discrimines a estos chicos solo porque no se relacionan contigo, ¿Vale?

—No los discrimino, Chae- en serio estaba desconcentrado y-

—Está bien, JiSung, vale —cortó ella de nuevo—. Solo dime si no quieres enseñar y todos felices- no tienes por qué hacer lo que hiciste.

E, impidiendo a JiSung decir algo más, la chica regresó a la biblioteca.

Bien, todo esto ha venido genial, se dijo JiSung mentalmente mientras se retiraba de ahí, sin saber realmente en donde estar. Sabía que el día sería de mierda, pero nunca tan así.

Por la- siento que voy a matarme en cualquier momento.

No- alto, no te digas eso, no es como si lo fueras hacer.

No lo voy a hacer, es solo un mal día.

¡Por Dios! ¡¿Cómo puedo ser tan cobarde que con un mal día ya pienso en suicidarme?!

Ni siquiera lo digo en serio, ¿Por qué me altero tanto?

Solamente quiero descansar un momento.

Se encaminó lo más rápido que pudo a alguna parte- afuera de la escuela; idealmente quería llegar a casa, pero se sentía tan mareado por la culpa que terminó por sentarse en la cuneta de la vereda a esperar a que el mundo dejara de girar para irse a casa.

Soy tan mala persona. ¿Por qué hice todo eso?, no entiendo por qué sigo acá. Quiero irme. Quiero irme luego.

No, no puedo hacerlo, tengo malas calificaciones. Me fue mal en el ensayo.

¿Por qué me fue tan mal?, nunca es suficiente. Nunca hago lo suficiente.

Soy mediocre. Mi madre tiene razón. Soy tan mediocre que me quedaré con ella para siempre.

Tal vez ese es mi fin. Quedándome con ella sin poder salir de acá.

Y puede que-

Kimi na yo- Kimi nanda yo- oshiete kure- ah, JiSung —HyunJin, apareciendo por la entrada de la escuela, lo miró con sorpresa—. ¿Qué haces acá?, pensé que estabas con los ñoños de la escuela media y-

JiSung no había querido llorar en ese momento porque sentía que no valía la pena, porque llorar no solucionaba nada y solamente te mantenía en un estado de vulnerabilidad innecesaria. Podía estar triste sin llorar.

Sin embargo, la inocencia y sorpresiva presencia de HyunJin hizo a JiSung romperse.

—Tuve un mal día… —sollozó, sintiéndose cada vez más patético de sí—. Fue… mi madre sigue sin hablarme, tuve malas calificaciones en el ensayo del suneung, le enseñé mal al grupo de estudio y…, y estoy muerto de hambre…

Sintiéndose idiota, JiSung se tapó el rostro para seguir sollozando para sí, esperando que todo fuera parte de su delirio y no tuviera que estar en una calle llorando por penas inútiles. Sin embargo, HyunJin no pareció juzgar por completo la pena del chico, y pareciendo verse en pánico, se sentó en la cuneta junto a él para poder abrazarlo.

JiSung no quería ese apiade, no quería que lo tomaran en cuenta y se preocuparan por él, pero él se sentía tan cansado de vivir con tanto miedo de su rendimiento, anhelando que esa era la única forma en la que podía tener una vida decente, que sentir el cosquilleo del cabello largo de HyunJin en su oreja lo hizo sentir más ordinario que alguien que no era.

Se mantuvo así un rato, mojando el hombro de HyunJin mientras este esperaba en silencio a que se detuviera. JiSung se apartó del hombro del chico sorbiendo sus mocos y sintiendo como la grima se apoderaba de él.

—Lo lamento —JiSung se apresuró en decir—. Lo siento- no quería hacerlo. Perdón, en serio-

—Vamos, ¿En serio te vas a disculpar con eso? —HyunJin, inocente, sonrió—. Puedes llorar más fuerte si quieres, nadie va a detenerte.

—No voy a llorar… —dijo, sintiendo su labio temblar.

—¿Te parece si me acompañas a comprar para beber, y de ahí vamos al club? —ofreció, sacando de su bolsillo su celular—. Ahora SeungMin está en su casa haciéndole comida a YiSu- le diré que te traiga.

—No quiero molestar-

—No importa. Ya lo hice.

JiSung se removió con incomodidad, y se incorporó enseguida para limpiar compulsivamente sus pantalones. —Gracias, HyunJin, pero estoy bien.

—Estarás mejor si nos acompañas —insistió, también levantándose antes de ofrecer su brazo—. Vamos~ te dedicaré una canción.

Él lo miró por un momento, vacilante de su decisión, esperando a que no fuera realmente meritado todo lo que el rubio estaba diciendo.

—Y si…, uh… —de repente, HyunJin se sonrojó—. Si sigues teniendo problemas con tu mamá…, puedes quedarte en mi casa el tiempo que quieras.

No eran cercanos. Hace un año ellos no se hablaban. HyunJin era parte de un grupo de amigos donde todos se trataban por igual y JiSung aún temía por sentirse parte de ahí.

Pero, de todas formas, eso no evitó a que, una vez más, JiSung comenzara a lagrimear.

—Es muy amable de tu parte… —sollozó JiSung, pasando la manga de su gran polerón bajo sus ojos—. Perdón y- y gracias…

—No es amabilidad —HyunJin tomó el brazo de JiSung para engancharlo con el suyo—. Son actos que ocurren dentro de una amistad, ¿Sabes?, son obvias.

JiSung se preguntaba cuantas personas geniales había en su entorno que él había perdido a causa de su entorno.

San, MinGi, YeoSang, amigos de la escuela media que ahora no eran más que chicos con los cuales le agradaba pasar tiempo por un momento de superficialidad.

Sin embargo, su mente no estaba ahí. Su comodidad y vida le hacía cuestionarse qué habría pasado si todo hubiese seguido un curso distinto a lo que era en ese momento.

Treinta minutos más tarde, más calmado y con el rostro lavado, comía sobre las colchonetas un termo de sopa mientras veía a Lily dar indicaciones a la banda para poder grabar una canción, haciéndole recordar a JiSung que, una vez más, todavía tenía tiempo.

—Conté el dinero —anunció Lily después de grabar la canción Animal de Neon Trees que MinHo había interpretado con notorio orgullo—. Y luego de contarlo, noté que lo reunido por ustedes durante el verano permite el lujo de tocar en el busking con el dinero reunido.

—¿Bromeas? —ChangBin se veía más contento comparado con el resto de la semana—. ¿Podremos hacerlo?

—Puedo hacer la inscripción enseguida —informó—. Pero deben tener el 45% restante para el día de la fecha, así hacer el depósito y tocar por completo.

—No te entendí ni mierda- ¡Pero bueno! —exclamó HyunJin con alegría, mirando al resto de la banda—. ¿Qué mejor que presentarnos en el Busking?

. . .

—No quiero presentarme en el Busking.

Días después del anuncio, MinHo y JiSung caminaban juntos a casa después de clases.

JiSung, alzando la mirada de su trenzado, miró a MinHo. —¿Disculpa?

—La gente ahí te juzga muy rápido, ¿Qué tal si me lanzan un zapato mientras toco? —preguntó.

—ChangBin te defenderá, no te preocupes.

MinHo bufó en respuesta, pateando una piedra del camino antes de sacar del bolsillo de su pantalón la papeleta de autorización que le había entregado esa mañana. —Como sea- ¿Irás al campamento?

—Tengo qué- la profesora Ji dijo que sería una buena iniciativa —se quejó, mostrando sus manos—. Tiemblo por el estrés.

—Ya, pero no es eso lo importante —y con una sonrisa socarrona, MinHo acercó la papeleta al rostro de JiSung—. Mira las fechas, ¿No te parecen lindas?

—Son solo números.

—¡Por favor!, celebraremos el cumpleaños tuyo y de YongBokkie allá, ¿Qué mejor regalo que eso? —expresó MinHo—. Los cumpleaños son geniales- son un lindo recuerdo de la existencia de uno a las demás personas.

—Los abuelos de Felix fallecieron para su cumpleaños.

—Fue hace años.

—Fue hace dos.

—¡Como sea!, ¿Quieres que te regale algo?

JiSung meditó un momento su respuesta, pero tras ver el desastre de sus manos con los hilos, se encogió de hombros. —No, realmente. Un buen libro puede ser.

—Eso es muy ñoño- otra cosa.

—¿Tienes el regalo de Felix pensado?

—Claro que sí- un cargador portátil. Útil, ¿No?

—En serio puede ser cualquier cosa —repitió—. O- mejor aún, no hacerme regalos, me sofoca la hipocresía de la gracia de los regalos y felicitaciones —dijo con disgusto—. “Feliz cumpleaños hombre,” “chúpame el pene, Karofsky.”

—Eres realmente gruñón —rio MinHo.

Terminaron por despedirse frente a la casa de Yuna, y MinHo se encaminó con orgullo hacia su propio hogar, yendo hacia el jardín donde encontró a su madre trabajar en su propio huerto.

—Hola, má —saludó MinHo, acercándose a ella para ver más de cerca su trabajo—. ¿Cómo está el viejo?

—Puedes verlo- ha intentado derribar tus discos desde hace dos días —contestó la mujer mientras palmeaba con sus manos la tierra—. Te recomiendo guardarlos en nuestra habitación- de todas formas, ¿Qué haces acá?

—¿No puedo visitar mi casa? —preguntó, jocoso.

—No sin algo entre manos.

MinHo, suspirando con una falsa ofensa, volvió a sacar la papeleta para mostrársela a su madre. —Autorización para el campamento.

—Ah- bueno —ella, sin mayor complicación, se levantó del suelo y sacudió la tierra en sus pantalones antes de entrar a la casa—. ¿Quieres ir?

Seh, será una agradable experiencia —dijo con sarcasmo, siguiéndola al interior—. Ah- también tengo otra pregunta.

—¿Qué pasa?

—¿Qué examen crees que será más conveniente y sencillo rendir en el suneung?

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja