Si vas a vivir en mi cabeza, al menos paga la renta

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

Voices; Stray Kids

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Sentía sus pulmones perezosos, tantos que se asustaba de no poder respirar hasta lo más profundo. No había tocado un cigarrillo en esos días y siempre se cuidaba en no estar mucho rato en la calle cuando sus tías vivían cerca de una fábrica de comida de perros.

Los días en Gimhae habían sido tortuosos, tanto por su ansiedad por saber sus calificaciones como por estar completamente alejado del resto del mundo. Le habría gustado estar en el pueblo realmente, pero luego ponía en una balanza sobre los permisos que tendría en vacaciones y, con pésame, reconocía que no sería muy distinto a como había sido esos días.

Había visto un par de películas, leído en su kindle y jugado con su primo que apenas cumplía los tres años; todo lo que un adolescente necesitaba en vacaciones de navidad.

Sin embargo, todo eso se acababa ahora.

Empacar sus cosas para regresar al pueblo nunca había sido tan perturbador como lo era ahora. JiSung no sabía cómo vivir con el nudo en el estómago sobre tener que enfrentarse al viaje del día siguiente para poder ir a la escuela y ver sus calificaciones.

Verlos…

Quería tenerse fe, realmente lo deseaba, pero la voz dentro de su cabeza insistía reiteradas veces que no lo había logrado, que había fracasado tal y como el trimestre anterior.

Pero le dolía, le ardía saber que esa voz tenía razón porque ese trimestre había tenido muchas distracciones.

Yuna, el noviazgo, la banda, MinHo. Tantas cosas habían sucedido que JiSung ni siquiera sabía cómo ponerlo en orden de prioridad, lo cual producía alcanzarlo más en el terror de su llegada al pueblo.

—¡JiSung! —Su madre, SunHee, miraba escépticamente desde el marco de la habitación de invitados que la casa tenía cómo JiSung terminaba de empacar—. Apresúrate, nos iremos en veinte minutos.

—Está bien… —Pero el terror lo sintió real cuando ella miró sobre el hombro de él. JiSung se encontraba empacando las películas DVD que le había comprado al vecino de sus tías a espaldas de su madre y se había dedicado de envolverlas con cuidado en su ropa.

Sin embargo, su madre no pareció realmente interesada en la ropa del chico y se fue de la habitación, dejándolo soltar un suspiro de alivio.

Comprobó la hora en su celular y notó como eran pasada de las siete de la tarde. No sabía qué tenía su madre con viajar tarde, pero no iba a cuestionarla si iba a llegar a su casa lo más pronto posible.

SunHee… bueno, ella tenía una personalidad particular, y no se llevaba realmente bien con su hermana. JiSung había rezado que su madre se comportara en ese viaje, pero los comentarios desagradables sobre el estilo de vida que llevaban con sus tías en un tono pasivo-agresivo no hacían más que poner el ambiente brutalmente denso.

Él lo lamentaba profundamente, como también se ponía en la posición de ellas al tener que lidiar con una parte de la familia que lo único que se dedicaban a hacer era tratarlas de forma despectivas. Él realmente admiraba la valentía de su tía y su esposa, porque él no creía tener la fortaleza de poder enfrentarse a algo como eso.

—¡Sung! —Su primito se adentró a la habitación con sus piernas temblando al caminar mientras estiraba sus brazos para ser cargado—. ¡Aiba!

El impulso de negarse estaba por mandato de sus tías, pero él lo amaba tanto que no pudo evitar sonreír y cargarlo. Probablemente no lo vería por un buen tiempo.

—¿Me echarás de menos? —Consulta JiSung con palabras suaves, mientras besaba juguetonamente sus mejillas.

—Si —Soltó con ternura—. Te tengo egalo.

—¿Un regalo? ¿En serio? —JiSung fingió con sus grandes dotes actorales una impresión. Su tía le había avisado de ello de antemano—. ¿Me quieres mostrar?

JiSung quiso ponerlo en el suelo para que caminara, pero se negó aferrándose al cuello de él. Sus tías le habían dicho que el bebé había desarrollado la costumbre de estar cargado por lo que intentaban que caminara solo, pero como se dijo anteriormente, JiSung era realmente débil.

Lo cargó hasta la habitación del niño, decorada con un lindo tapiz infantil y con una gran montaña de peluches que JiSung le había llamado la atención el primer día. Su primito se había puesto territorial con su dormitorio por lo que era toda una honra estar ahí, en especial cuando lo bajó y, de la pirámide de peluches, sacó un quokka de ojos grandes.

—¿Es para mí? —JiSung lo tomó con cuidado. Por alguna razón era un quokka antropomorfo que vestía con un hoddie negro.

—¡Si! —Sonrió con alegría el menor.

—¿Y cómo se llama?

—No tiene nombe —Explica—. No necesita.

—No necesita… —Repite él mirando el peluche antes de volver a besar las mejillas del menor—. Muchas gracias. Me encanta.

—Tú —Apuntó—. Tú eres.

—¿Yo soy? —Cuestionó sin entender, hasta que el dedo de su primo viajó desde el peluche hasta su rostro—, ¡Oh! ¿Yo soy el Quokka?

—¡Si!

Le gustaba pensar que su primo bebé lo veía como el animal más contento del planeta.

—¡JiSung!

—¡Ya voy!

Y por tercera vez besó las mejillas de su primo antes de terminar de empacar.

Lo bueno del viaje de regreso es que su madre no lo molestaba con escuchar su mp4 mientras regresaban al pueblo, por lo que con emoción comenzó a escuchar las canciones que había descargado estando ahí, desde grupos como Simple Plan hasta A day to remember, incluso un poco de The Rose y N.Flying le habían conquistado.

(Él sabía que probablemente MinHo se burlaría de él por eso, pero podía ser fuerte)

El viaje era cerca de cuatro horas, considerando que de Gimhae a Seúl era casi de tres y de Seúl al pueblo eran cuarenta minutos. Lo bueno de tener que regresar es que no tendría que hacer cuarentena- que, bueno, tampoco tendría sentido porque estuvo todo el tiempo encerrado en la casa de sus tías.

Estaba realmente emocionado en regresar, aunque temía ir a la escuela el día siguiente; si no quedaba en el salón avanzado, JiSung no sabría cómo lidiar con la decepción de su madre.

El año anterior él no había quedado cuando había postulado porque había fallado -irónicamente- en biología y química, sacando un 93 y 91 respectivamente. Sabiendo lo estricto y exclusivo que era ese salón seguía esforzándose, aún cuando muy en el fondo sabía que no podría lograrlo.

Y si no entraba al salón avanzado, sus probabilidades de dejar el pueblo eran aún más bajas, y lo único que él necesitaba era irse de ahí.

Del pueblo y de su madre.

De repente, aún con la música en sus auriculares sonando, pensó en MinHo. En él y en cómo era tan idiota como para no aceptar ese pase hacia la libertad de forma directa.

Recordó antes de conocerlo, y en cómo su nombre era lo único que conocía dentro de ese grupo revoltoso e idiotas de amigos que MinHo tenía. De cómo la única forma que JiSung tenía para describirlo era un espacio relevante en una habitación, un mueble tan lindo que todo el mundo lo admiraba por su eficiencia.

JiSung quería ser ese mueble; no necesariamente para el mundo, realmente, pero si para alguien.

Yuna, su madre, un amigo, alguien quien quisiera a JiSung por quien realmente es y no por… no por quien no lo era.

Cerca de las once de la noche SunHee aparcó el auto en la acera y JiSung la ayudó a desempacar. La casa estaba jodidamente helada y ella prendió enseguida el calefactor, y antes de que JiSung pudiese opinar o decir algo ella lo mandó a preparar un té y que se lo fuera a dejar a la habitación.

Regresar a casa después de dos semanas era toda una experiencia, entre recibir el frío del entorno y la amargura de su propia mente lo hacía sentirse en la deriva; ¿Probablemente debería huir un rato de ahí y perderse en el bosque? ¿O tomar el auto de su madre para volver a Gimhae a casa de sus tías, un lugar donde se sentía un poco más apreciado?

No negaba el amor que su madre le entregaba, pero según el libro La lingüística y la Moral no todas las palabras que ella decían iba con el sentido que las expresaba, lo cual era un poco obvio para JiSung pero siempre era un alivio ratificar eso- asegurar que él realmente no estaba siendo alguien injusto con su madre.

Al terminar de preparar el té a su madre él se hizo uno de té verde para zacear un poco el hambre. Sus tías no estaban de acuerdo conque él siguiera una dieta si estuviese en el equipo de baloncesto el resto del año, pero JiSung era lo suficientemente fuerte como para soportarlo.

Lo que no te mata te hace más fuerte, canturreó con victoria en su mente mientras vertía el agua en el termo.

De repente, su pulso falló por un momento y el agua se vertió repentinamente sobre su mano que sostenía el termo. Lanzando una maldición dejó el hervidor en el mueble y rápidamente colocó su mano bajo el agua fría del regadero, aliviado por esa especie de sensación tranquila que venía después del dolor.

Aunque, irónicamente, se sentía tan podrido por dentro que no podía dimensionar el dolor de la quemadura.

Su piel estaba roja y probablemente estaría sensible en los siguientes días, por lo que sacó una compresa helada del frigorífico y se la colocó en la mano y, como si nada hubiera pasado, cerró su termo con té verde y subió hacia su habitación para poder encerrarse.

Apenas era media noche, y dentro de doce horas sabría los resultados de sus exámenes.

¿Doce horas de felicidad o de tortura?

Para su piedad colocó el CD que estaba sobre su escritorio: “Lista de canciones que Lee Know usa para sentirse protagonista”, un último préstamo por parte de MinHo que le había entregado antes del viaje que lastimosamente JiSung no pudo traspasar a su mp4, por lo que para no ser tan mal amigo lo colocó en su estéreo para tener un poco de tranquilidad mientras iba hacia su estantería a leer La Lingüística y la Moral.

Rio en silencio cuando la primera canción que sonó fue The Showman de U2, pareciendo casi una mala broma.

No tenía pensado dormir esa noche.

Las canciones del CD eran realmente nostálgicas y céntricas, casi como para ser un protagonista. Su lectura se vio desconcentrada cuando canciones de BTS y Fergie sonaron en el estéreo y no pudo evitar cantar en voz alta cuando Animals de Neon Trees sonó, e incluso cuando dejó el libro en la estantería no pudo evitar bailar.

Oh, oh, I want some more

Oh, oh, what are you waiting for?

What are you waiting for?

Say goodbye to my heart tonight

El instante en que sus pies comenzaron a moverse sintió la corriente eléctrica musical apoderarse de cada ajuste emocional de JiSung, desde canciones de Seventeen con aires nostálgicos como Home o Thanks hasta explosiones de Flow con su canción Sign; la voz femenina de Heather Nova también se hacía presente o de Solar en Mamamoo; y la insaciable necesidad de querer gritar a todo pulmón cuando Queen finalmente se mostró con Bohemian Rhapsody como canto de auxilio de toda su dolencia.

A veces pensaba en su padre y en cuánto lo echaba de menos; en cómo sería su vida si estuviera vivo en esos momentos, y en si su camino estaba destinado a acabar como el de él.

Escuchó el CD un par de veces, los cuales daban vuelta de cada tanto en tanto mientras él escribía cualquier basura en su laptop, investigaba sobre algún tema de su interés o leía de nuevo La Lingüística y la Moral, lo que sea para poder sacar la ansiedad de su cuerpo.

Lo bueno de haber estado en vela toda la noche es que no se despertó fatigado a las cuatro de la mañana para vomitar, ni despertó con sus pulmones pidiendo ayuda. Solamente era él y su consciencia, esa voz que no era su mejor amiga pero su única aliada.

Antes de darse cuenta, ya eran las nueve de la mañana.

Su madre preparaba desayuno en el primer piso y su estómago se abrió al sentir el olor del arroz y del huevo cocinarse, pero él tenía que ser fuerte porque si pedía de ello le llegaría un regaño, y JiSung se sentía tan cansado que no quería pelear con nadie ese día.

Se dio una ducha para quitar toda la adrenalina y se cepilló los dientes nueve veces, se vistió con su clásica camiseta de polar talla XL y jeans comunes, su jersey gigante y bufanda gruesa contra el frío y salió de casa en dirección donde Yuna.

Tal vez no se notaba, pero él estaba emocionado de verla. No saber de ella por dos semanas le fue lo suficiente como para querer echarla de menos.

Aunque le doliera hacerlo.

Se compró con unas monedas sueltas de su jersey en el pequeño supermercado una bebida energética y siguió con su ruta hacia casa de su novia, saludando a un par de chicos de la escuela que iban en dirección a ella.

Cuando finalmente llegó, golpeó tres veces la puerta para indicar su llegada, y cumplió con su terror de que fuera el padre de la chica quien abrió la puerta.

—JiSung —El padre de Yuna lo miró de pies a cabeza, estancando su mirada en la nueva cabellera rubia del chico—. Me gusta tu pelo.

—Gracias, señor —Se inclinó con cortesía—. ¿Está Yuna?

—Si, está desayunando —Contestó mientras se apartaba de la puerta—. Ven, únete.

—Oh, no se preocupe, ya desayuné —Se inclinó nuevamente antes de ingresar a la casa.

La casa de Yuna era igual a la suya, solamente que ubicada un poco más lejos. Cuando vio que ella desayunaba en pijama junto a su hermano menor y lo vio, no pudo evitar corresponder su animada sonrisa.

—¡Volviste! —Chilló ella mientras se levantaba para abrazar a JiSung por el cuello—. ¡Hola!

—Hola —Sonrió de vuelta JiSung mientras se dejaba besar.

Su padre carraspeó a un lado, notoriamente incómodo por el saludo.

—Oh —JiSung miró la cabeza de Yuna, estupefacto—, estás pelinegra.

—Y tú rubio —Carcajea ella—, quería darte una sorpresa.

—Yo igual —Vacila.

—Ven a tomar desayuno.

A veces le costaba decir que no a Yuna. Más allá de que era igual de insistente que un cachorro, JiSung seguía flechada por ella por lo que se le era realmente difícil negar algún tipo de petición hacia ella; sin embargo, con toda la controversia de MinHo de por medio, le costaba un poco verla a la cara sin pensar que ella realmente no lo quería.

Los momentos en los que estaban solos y juntos JiSung se preguntaba si ella actuaba como era en realidad con él; las veces que lo tomaba de las manos, en que lo abrazaba o lo besaba él se cuestionaba si realmente lo sentía cómo la forma en la que él lo sentía. Pensar en que quizá su mente esté en otra persona le rompía un poco el corazón.

Pero JiSung no podía exigir nada a cambio. Al entrar en esa relación JiSung sabía cuán exigente era Yuna, y si él no podía darle el tiempo que ella merecía entonces él simplemente no la merecía.

A pesar de que él había negado tomar desayuno, se le fue inevitable no comer acompañándola en la mesa mientras pasaban tiempo juntos, ella contándole cómo fueron sus semanas de vacaciones mientras que JiSung hacía lo mismo, comentándole agraciadamente como su primo le había regalado un Quokka porque lo recordaba a él.

—Es extraño —Murmuró ella mientras lo tomaba de las mejillas con una mano—, no hay rastros de que seas el animal más feliz del mundo.

—Me dañas —Bromea.

—Me refiero a que- bueno, normalmente estás serio —Comenta antes de darle un corto beso en la boca—. Eso no quiere decir que no me gusta eso de ti.

No es como si JiSung fuera serio o nunca sonriera, solamente que a veces no le nacía ensanchar sus mejillas.

Al terminar de desayunar, ambos fueron a la habitación de la chica (con la puerta abierta, obviamente) y pasaron la mañana juntos, viendo un par de películas en el notebook de ella que tenía descargadas y manteniendo conversaciones banales sobre la trama. Estaban pasando más tiempo juntos de lo que habían pasado las semanas anteriores.

—¿Estás nervioso por lo de hoy? —Consulta ella mientras los créditos se mostraban en la pantalla.

JiSung se mordió la mejilla interna antes de imitar una sonrisa. —Un poco, sinceramente.

—Sé que lo lograrás —Palmea ella su muslo—, te has estado esforzando.

—Si, lamento haberte dejado de lado por eso —Se disculpa.

Ella, como un espejo, correspondió la misma sonrisa incómoda de JiSung. —Ni lo menciones.

Y ya para el mediodía ambos salieron de la casa de ella, tomados de las manos, en dirección a la escuela.

Como pasada del medio día las notas ya estarían en los tableros de los pasillos de la escuela era de esperarse encontrarse con un montón de estudiantes merodeando por la calle principal del establecimiento, aunque eso no evitó que JiSung se sintiera mucho más pesado y aterrado que de lo que estuvo varias horas atrás.

Good Morning —MinGi, YeoSang y San los había interceptado. JiSung aún no les hablaba por lo sucedido en la semana de vacaciones, pero no quería estar eternamente enojado con ellos—, ¿Cómo está nuestro chico? Estás rubio.

—Revolucionario —Se burló YeoSang.

—Estoy bien —Contesta JiSung sonriendo igualmente con amabilidad—, ¿Cómo fue sus vacaciones?

—Pasamos en el árbol parte de la tarde porque alguien discutió con su novia —Murmura MinGi mientras aludía con su codo a San, quien bajo su gorro fruncía feamente el ceño.

—¿Terminaron? —Consulta Yuna con sorpresa.

—Probablemente lo harán —YeoSang dice para la pareja—, a lo mejor se aburrieron de al distancia.

—Por eso no hay que noviar con nadie de Seúl —Asiente MinGi.

—O noviar —Completa YeoSang.

MinGi lanzó una carcajada mientras le golpeaba con su cadera. —Tú calla.

Yuna se involucró en la conversación con los otros dos chicos mientras que JiSung buscaba sutilmente con su mirada alguna señal de los otros chicos. No mentiría que había estado más emocionado verlos a ellos que a su propio cuarteto, lo cual lo hacía sentir emocionalmente culpable.

—Oh, allá está mi cuñado —MinGi canturreó de repente sacando a JiSung de su búsqueda, apuntando hacia un grupo cerca de la reja peatonal—. Y si él está ahí, eso significa… ¡Hola, cuñis!

JiSung miró hacia donde se refería, y al ver a HyunJin con sus trenzas coloridas mirando con asco a MinGi, a la vez levantándole el dedo del medio en su dirección.

—Yeji dijo que no saldría conmigo si no me portaba bien con HyunJin —Le explica MinGi a JiSung.

Él quería ir hacia el grupo, pero lo dicho por MinGi le sorprendió.

—Espera- ¿El plan de trece meses que te creó San para conquistar a Yeji funcionó?

—No, bobito, aún voy en el mes séptimo —Roda los ojos—, pero ella parece acceder de a poco. Pero me dijo que podría olvidarme de todo si seguía molestando a HyunJin y a sus amiguitos.

—¿Por qué cuando ella te lo pides les haces caso, pero cuando lo hice yo me ignoraste por completo? —Cuestiona JiSung, mirando también al resto de sus amigos—. Son del asco.

MinGi lanzó una limpia carcajada al igual que YeoSang, quien después se le unió finalmente San.

¿Por qué se ríen? Pensó él con desagrado, pero no discutiría por eso ahora cuando escuchó a Yuna también reír a su lado.

 La campana de la iglesia del pueblo que marcaba el medio día comenzó a sonar a la par que la reja de la entrada de la escuela se abría, alcanzando la muchedumbre de estudiantes nerviosos y emocionados por querer saber sus calificaciones.

JiSung dejó a Yuna en su salón mientras él se encaminaba hacia el suyo, sintiendo sus piernas flaquear del nerviosismo.

—¡Felix! —Ignorando por completo a sus tres amigos, JiSung se aproximó hacia él rápidamente, quien al reconocerlo fuera de su salón se aproximó hacia él con la misma velocidad para abrazarlo.

—¡Hola! —Correspondió el chico con la misma emoción—. ¡¿Cómo estás?! ¡Estás rubio!

—Si, mis tías me tintaron el pelo —Comenta mientras pasaba su mano por su cabello—, ¿Y tú? ¿Cómo estuvieron tus vacaciones?

—Geniales. Hicimos fogatas en el jardín de MinHo y fuimos al bosque —Cuenta Felix—, también estuvimos ensayando, y no sé qué le dio a MinHo por querer tocar a Taylor Swift- aunque yo lo apoyo.

Oh, me hubiera encantado estar acá —Expresó con lamento—. No es que lo haya pasado mal, pero estar encerrado en una casa a que estar acá… No hay forma de comparar.

—Alcanzamos la mínima de cero grados.

—Sigues sin convencerme.

El profesor correspondiente del salón de JiSung y Felix abrió la puerta con los resultados de los exámenes en sus manos, saludando a todo el mundo de forma cordial dejó que todos los estudiantes se distribuyeran aleatoriamente dentro del salón. Obviamente JiSung y Felix no se apartaron, ocupando los asientos más próximos a los calentadores para poder zacear un poco el frío.

—¿Cómo crees que te fue? —Le consulta JiSung a Felix.

—Probablemente me muera —Acierte Felix—. Me van a castigar, de eso estoy seguro.

—¡Vamos!, te ayudé a estudiar, ¿No? —Intenta animarlo.

—Y aunque eres un profesor genial, yo soy un caso perdido —Felix se echó sobre su mesa con lamento—. O al menos con las humanidades. Sé que en literatura y filosofía fallé estrepitosamente.

—El profesor debería de tenerte piedad, llegaste hace poco.

—¡Nunca es excusa!

—Silencio, por favor —Su profesor llamó la atención al bullicioso grupo—. Los llamaré por apellido y vendrán a buscar sus boletas de calificaciones, continuamente se retirarán de la sala. Pueden pasar a la cafetería por chocolate caliente y un sándwich.

—Que agradable consuelo —Masculla con sarcasmo Felix con un divertido tono coreano—, probablemente mi madre me castigue hasta el próximo año, pero qué importa si bebí chocolate en la escuela.

—Prometo ayudarte este trimestre —JiSung puso su mano en el hombro del chico para sobarlo—, y el siguiente ciclo.

—No tendrás tiempo para mi —Y el pésame de Felix fue cambiado por una sonrisa—, porque tendrás que pasar tu tiempo estudiando.

—¿Por qué lo dices?

—Entrarás al salón avanzado.

—Oh, por favor —JiSung roda los ojos—. No me tengas fe. Probablemente no lo hice.

—Ten estima, por favor —Felix ahora comenzó a menear lentamente a JiSung—. Nos ayudaste a HyunJin, JeongIn y a mi en el periodo de exámenes. Probablemente sacaste la mejor calificación que todos. Y cuando entres, todos celebraremos en mi casa y-

—No digas-

—Gan NaHeul —Interrumpió el maestro con el llamado de la estudiante—, y Gang SooBin

La mayoría de sus alumnos tomaban su papeleta de calificaciones y salían del salón para revisarlas; algunos exclamaban de lamento mientras que otros de euforia, lo que causaba que algunos estudiantes rieran del nerviosismo. JiSung, por su parte, movía su pierna con tanta fuerza que hacía temblar la mesa de Felix; incluso el chico había sacado un tupper de brownies recién hechos que, con el dolor del corazón del rubio, tuvo que negarlo excusándose con que probablemente lo vomitaría.

—Lee Felix —Llamó el profesor.

JiSung le dio un último apretón a la rodilla de Felix antes de que él se levantara para tomar su papeleta y salir del salón. Él lo siguió con la mirada hasta que cerró la puerta, y JiSung estiró su cuello para ver a través de las ventanas superiores del salón que daban para el pasillo alguna señal del chico.

Pudo exhalar cuando el pequeño pulgar levantado del chico le indicó la buena noticia.

Espero que a los otros les haya ido bien…, rezó JiSung hacia sus adentros.

Pero la pequeña calma que Felix le había entregado cuando saltaron del apellido Pun al Hyeon, omitiendo por completo a JiSung.

Oh Dios…, su estómago comenzó a retorcerse fuertemente mientras sentía su respiración aún más pesada, Oh Dios, debes estar jodiendo…

Finalmente nombraron al último chico que quedaba antes de dejar solos a JiSung y su profesor, con un ambiente realmente pesado.

—¿JiSung? —Le llamó el profesor—, ven por tu calificación.

No quiero, se negó internamente JiSung mientras se levantaba. No quiero, olvídelo, puede romperla.

No quiero ver, no quiero ver.

Está entregando la hoja hacia abajo- oh Dios, me fue mal, me fue asqueroso. Fracasé.

JiSung se ganó en la mesa más próxima de su profesor y, con sus manos temblando, tomó la hoja casi arrugándola en sus dedos. ¿Qué tan descabellada era la idea de comerse la maldita papeleta?

Pero mientras se replanteaba eso, giró la hoja.

Matemáticas: 96/100

Electivo:

       Bioquímica: 92/100

Lengua: 99/100

Estudios Sociales: 100/100

Inglés: 99/100

Electivo artístico:

       Artes: 100/100

Literatura: 99/100

Educación Física: 97/100

Ciencias Generales: 91/100

Filosofía: 100/100

Oh…, el peso de los hombros de JiSung decayó abruptamente, solamente para darle paso a la decepción.

—Sé cuánto querías entrar —Lamento su profesor, con un claro semblante de pena—. Lo lamento, JiSung.

—Está bien —Rápidamente JiSung hace una sonrisa mientras guardaba la papeleta en su jersey—, en serio lo está. Siempre puedo intentarlo para tercer año.

—Las opciones no se acaban solo por no entrar ahí —Intenta animarlo él, pero tanto el docente como JiSung sabían que eso era mentira.

Ese salón era la única forma de poder salir de ese maldito pueblo.

Pero está bien, intenta consolarse él, solamente tendré que esforzarme el triple- o cuádruple.

“Hay gente que lo tiene peor que tú,”

Tienes total razón, hay gente que está peor que yo

“Y ellos pudieron salir adelante.”

Eso significa que yo también puedo

“O, en su defecto, que eres menos que ellos.”

 Se inclinó cordialmente ante su profesor antes de salir del aula.

Realmente JiSung no tenía una noción de cuánto tiempo estuvo metido en ese infierno, pero el pasillo estaba vacío salvo por un par de estudiantes que se encontraban invadiendo la oficina del director Kwon. La tentación de querer ir y exigir su lugar en ese salón le estaba ganando a su raciocinio, pero algo más grande que la rabia que tenía en ese momento era la decepción, por lo que sabía si alzaba un poco la voz explotaría en llanto.

Bien, intentó darse ánimos de nuevo. Diste lo mejor de ti; alcanzaste el puntaje máximo en tres calificaciones, eso es un logro comparado con el año anterior.

Pero el nudo de su garganta era cada vez más grande, por lo que en pánico se aproximó hacia el baño más próximo para poder encerrarse en un cubículo para poder calmarse.

Vale, ¿Cómo se lo diremos a mamá?, pensó JiSung intentando no entrar en pánico.

De repente, la memoria corporal comenzó a situarse en su espalda y piernas. El pequeño armario acogido en las que a veces pasaba su tarde, casi como un recuerdo nostálgico desde la infancia.

Probablemente pase ahí el fin de semana, se dice amargamente.

Su desempeño pudo ser mejor, claro está, pero a pesar de que había resultado victorioso en algunas asignaturas, ¿Por qué en las que se dedicaba a estudiar había fallado tanto?

¿Había sido su capacidad de aprendizaje?

¿Su habilidad?

¿Su maduración?

O tal vez…

¿Probablemente su entorno?

No, se detuvo abruptamente él, no le echaré la culpa a nadie. Este fue mi error.

“Nunca tuviste tantas emociones en un trimestre.”

¿Y eso qué tiene que ver?

“Te desconcentraste, es así de fácil.”

No lo hice. Actué igual que siempre

“Tienes novia. Nunca has tenido novia.”

Cállate

“¿Qué hay de las tardes en un garaje? En vez de andar perdiendo el tiempo pudiste haber estado estudiando.”

No

Su piel comenzó a arder.

“Pudiste haber hecho algo mejor, pero solamente rendiste como un mediocre.”

Di lo mejor que pude.

“¿Recuerdas a silogismos? ¿Qué conclusión te lleva eso?”

Por favor

“Eres un mediocre.”

“Un gran mediocre que no es capaz de tener vida social y novia al mismo tiempo.”

“No puedes lidiar con lo básico, ¿Cómo serás médico si no lidias con lo básico?”

“Tu novia se enamora de otro y tú fallas miserablemente en tus calificaciones.”

“¿Por qué crees que eres listo? ¿Por qué crees que eres inteligente?”

 Oh, mierda.

Pudo haber explotado, golpeado las paredes del cubículo o vomitar como en las noches lo hacía, pero no, porque todo se quedaba en su mente, tan cerrado y atascado en una emotividad tan frustrante que solamente permitían a JiSung ahogarse en sus sentimientos.

La culpa era del mundo, pero mayoritariamente suya por haberlo permitido, porque así de débil era.

Salió del baño con calma, hacia el pasillo desértico que, por una vez en su vida, agradeció estar realmente solo.

Pero- por supuesto, nada resultaba como JiSung lo esperaba.

—¡Regresaste! —JiSung no supo si MinHo había salido de la tierra o qué, o se construía de partículas que siempre se unían cada vez que JiSung lo necesitaba lejos. MinHo era su maldito llamado de mala suerte.

—Así parece —Comentó con un ligero sarcasmo, esbozando una leve sonrisa para no llamar la atención.

JiSung no pudo identificar de dónde venía, pero él asumía que era de la entrega de exámenes porque sostenía una papeleta enrollada en su mano.

—¿Cómo te fue? —MinHo se meneó de un lado a otro, pareciendo ansioso—, me topé con Yuna y me dijo que no te había encontrado, ¿Dónde estuviste? ¿Te encontró la profesora Ji?

—¿Por qué?

—Dijo que te estaba buscando —Él se encogió de hombros sin entender muy bien—, no sé realmente por qué, pero dijo que quería hablar contigo- pero olvídalo, ¿Cómo te fue?

Su cabeza, alarmada, negaba completamente humillarse ante MinHo- eso sería un golpe bestialmente bajo.

No quería ni siquiera mirarlo a los ojos. Sentía una mezcla de decepción como de culpa, porque el chico pasó noches en su casa estudiando para sacar ese desastroso resultado.

—¿JiSung? —MinHo chasqueó sus dedos frente a los ojos suyos para volver a traerlo—. ¿Sigues en tierra? Me estás asustando.

—Lo siento… —Se sintió patético al sentir su voz temblar—, fracasé.

—¿Fracasaste? —Cuestionó sin creérselo—. Déjame ver.

—No quiero.

—Vamos-

—No, MinHo, en serio no quiero.

Instintivamente JiSung puso sus manso en los bolsillos para apretar con fuerza la papeleta, pero como MinHo era tan terco como a JiSung le concernía comenzó a forcejear con las manos del muchacho para poder alcanzar la papeleta. Finalmente MinHo usó el sucio truco de cosquillas en las costillas para poder debilitarlo, logrando finalmente sacar el papel.

—¿Fracasaste? —Volvió a cuestionar MinHo, leyendo la papeleta—. ¿Estás de joda?

JiSung no pudo evitar tapar una mano sus ojos, sintiendo sus orejas arder tan fuerte que quería arrancárselas.

—Por favor… —La voz de JiSung volvió a temblar—, por favor para.

—Pero ¿Por qué lo dices? —La voz de MinHo era de clara impresión—. ¡Tres calificaciones máximas! ¡Y tres noventa y nueve!

—Y un noventa y dos y un noventa y uno —Completa JiSung con pésame—. No pude entrar. Lamento tanto haberte hecho perder el tiempo en esto-

—¿De qué estás hablando, rey del drama? —MinHo sigue cuestionando con la misma sonrisa alentadora—. No me pidas perdón- sé que querías entrar, pero esto te asegura en la tabla en al menos el top 5 del maldito pueblo-

—Y no es suficiente —Interrumpe JiSung, completamente harto de la situación—. No es suficiente y tú no pareces entenderlo.

MinHo abrió la boca para replicar, pero la cerró enseguida.

—La verdad es que no —Suelta MinHo, rascando con su mano tatuada su nuca—. ¿Por qué no me explicas?

Ahora fue el turno de JiSung de abrir la boca para hablar, discutir, pelear o gritarle algo al cabeza hueca que tenía en frente, pero la maldita sonrisa de MinHo se asomaba en sus labios como si encontrase completamente graciosa toda la situación.

Como si JiSung no tuviera su maldito autoestima destrozado.

Le habría encantado replicar algo sarcástico, violento, hablando sobre cómo el super genio Lee Know no sabía medir la situación en la que JiSung se encontraba porque él tenía todo fácil, porque era un maldito genio que hacía que hasta el director se pusiera a sus pies con su tonta cabeza; quería expresar lo arrepentido que estaba en ese momento de haber cedido estudiar juntos silogismos el año anterior; gritar el cómo con la cantidad de tiempo que lo conocía, con las noches que había pasado con él hablando de todo y de nada, que con toda la información que él tenía de MinHo seguía sin entender cómo es que Yuna estaba malditamente enganchada de él…

Pero no, no valía la pena, porque por más que le convenciera su cabeza que había sido culpa de MinHo de ese fallo, JiSung no podía escapar de la realidad de que el fracasado era él.

—La verdad es que no quiero —Terminó por soltar JiSung, agotado—. Solamente quiero ir a casa.

Y pasar el resto de mi vida encerrado en un armario.

—Oye, pero hoy es viernes —MinHo frunció su ceño—. Es noche de cine, y tú me debes un par de películas- y la profesora Ji estaba buscándote.

¿Cómo es posible que este idiota no sepa leer a las personas?, se cuestionó JiSung mientras lo miraba con recelo.

—¡JiSung! ¡Han JiSung!

Como si no hubiese tenido suficiente, se giró sobre sus talones mientras suspiraba por su nariz toda su agonía y enfrentar a la nombradísima profesora Ji, maestra titular del salón avanzado que parecería darle el pésame por las calificaciones de JiSung.

—Oh, ¡Lee MinHo! —La mujer miró con sorpresa a MinHo—, que agradable que ambos están acá. ¿Por qué no me acompañan a la oficina del director Kwon?

—Realmente debo irme, profesora… —Intentó JiSung no sonar borde, queriendo llorar.

—Ay, será rápido.

JiSung iba a volver a negarse, pero MinHo lo empujó deliberadamente con sus brazos para que siguiera el paso de la profesora Ji, pasando un brazo alrededor de los hombros de JiSung para poder asegurarse de que no se escaparía.

¿Desde cuando hace eso?, se cuestionó JiSung por el movimiento deliberado de MinHo, pero no se sentía del todo mal.

Caminaron por el pasillo hasta llegar al ala de la oficina del profesor Kwon, pasando de donde los estudiantes seguían reclamando sobre calificaciones o dudas con la secretaria hasta entrar a la pequeña división de cuatro paredes que aislaba al director Kwon de todo.

—Oh, ¿Dónde estaban? —El profesor Kwon se veía realmente alterado. Tal vez le afectaba el caos que estaba sucediendo afuera—. Llevamos tiempo buscándolos.

Lo dudo, pensó JiSung, viendo claras señales de que el profesor Kwon ni siquiera había dejado la oficina.

—Bueno, haremos esto rápido… —El director Kwon buscó en una carpeta verde las copias que tenía de las boletas de calificaciones de ambos estudiantes antes de acertar en ellos—. Muy bien, Han JiSung… Noventa y seis, noventa y dos, noventa y nueve, cien, noventa y nueve, cien, noventa y nueve, noventa y siete… noventa y uno, y cien…

JiSung quiso bufar de la frustración, pero se abstuvo desesperadamente.

—La verdad es que dudo contigo —Terminó por admitir el director Kwon. JiSung no solo tensó los hombros sino que pudo ver de reojo como MinHo lo imitaba—, no es que no hayas demostrado que eres capaz, porque lo eres… Sin embargo, entro en conflicto porque tus calificaciones en tu área de electivos no son lo esperables para los requisitos.

El rubio bajó su cabeza, impotente con la mirada de lástima que el director Kwon le estaba entregando.

—Muy bien, Lee MinHo… Cien, noventa y cinco, cien, noventa y ocho, cien, ¿Ciento y tres?, ¿Noventa y cinco? ¿Obtuviste ciento y tres puntos en el examen de ciencias generales pero noventa y cinco en el examen de humanidades?

MinHo se encogió de hombro y JiSung puso los ojos en blanco.

Debes estar bromeando…

—La verdad es que con estas calificaciones sigues teniendo la opción de entrar al salón avanzado —Reconoce la profesora Ji, observando las calificaciones sobre el hombro del director Kwon—. Sigue habiendo un cupo para él- podríamos contactar a su madre y así-

¿Qué?, JiSung levantó la cabeza de golpe. No podía asegurar de no estar mirando con expresión de horror al director.

—Uh —MinHo carraspeó con respeto—, lo siento, creo haber mencionado que no quiero ingresar a ese salón.

—¡Tienes un buen futuro, hijo por dios! —Exclamó el director Kwon, impresionado—, puedes entrar a la SNC, hacer el curso de bachillerato allá. Podemos recomendarte en mejores escuelas para tu último año-

—Y estoy agradecido con eso —Asiente MinHo con modestia, bastante incómodo por la presencia de JiSung a su lado—, pero vuelvo a declinar la oferta. Simplemente no estoy interesado.

—Han JiSung es un buen estudiante —La profesora Ji finalmente comentó hacia el director Kwon—, hasta el momento está cumpliendo con los otros prerrequisitos: entró en el equipo de baloncesto y el entrenador Connor está contento con su ingreso, dice que tiene una buena resistencia. Además de que tiene un promedio general de noventa y cinco de cien.

—Y el club en formación-

—Traje la papeleta —Habló JiSung con voz rasposa, buscando en su bolso cruzado por su pecho el sobre que MinHo le había regalado para navidad. Sin atreverse a mirar al director entregó el sobre—. Es un club de banda.

—Música.

—Si.

—Sigue flagelando en su electivo —El director Kwon siguió insistiendo—. No sé si tendrá mucho sentido tenerlo ahí para que se especialice en algo que tiene mejor calificación de lo pedido.

—¿Y por qué no cambia de electivo? —Propuso la idea la mujer, cambiando su mirada del director Kwon a JiSung—. Eres bueno en humanidades, JiSung, ¿No has pensado en especializarte en ello?

—Quiero estudiar Medicina.

—Está bien, pero creo que podrías experimentar en las humanidades —Propone ella—, o al menos, si ingresas este trimestre, poder tomar la especialización y si no te gusta puedes regresar a la bioquímica.

¿Esto es en serio?, JiSung se preguntó mientras se atrevía a mirar el rostro de meditación del director Kwon.

—¿Qué opinas, Han?

—No tengo problemas con probar con humanidades —Dice rápidamente antes de procesar la información—. Es en lo que más destaco.

—Pero no cumpliste con uno de los prerrequisitos.

Y JiSung rodó, pero realmente rodó los ojos frente al director de la escuela.

—MinHo tampoco y están entregándole el cupo de forma gratis —Contestó. Aunque rápidamente se mordió la lengua por tal falta de respeto.

El rostro del director Kwon cambió, y JiSung pronosticó el regaño. Pero antes de que el hombre abriera la boca, MinHo habló.

—Tiene toda la razón. Si lo ve de cierta forma, con JiSung somos iguales —Opina MinHo deliberadamente—. Flagelamos en nuestras áreas pero destacamos en las otras. Si usted me da esta oportunidad sin tomar en cuenta los prerrequisitos, ¿Por qué no hace lo mismo con JiSung?

—La clase avanzada es demasiado exigente, necesitamos a gente capaz para entrar.

—Y lo soy —Esta vez fue JiSung quien habló con una repentina seguridad—. Soy capaz de hacerlo. Ingresé al club de deportes y abriré un club de la banda. Desde que tengo memoria en esta escuela he tenido de promedio sobre noventa. Soy un buen estudiante y tengo mi expediente intacto. Entrar a la clase avanzada, profesor, me ayudará a irme del pueblo.

El arranque de confianza del chico lo corrompió por completo, porque una vez que terminó de hablar sintió nuevamente sus pulmones perezosos. Pero no. Si usaba el inhalador en ese momento, si se movía o comentaba malditamente algo, probablemente rompería con su imagen.

—Si sigues trabajando con esa convicción este trimestre, no dudaré en hacerte una carta de recomendación —Terminó sentenciando el director Kwon.

—¿C-carta de recomendación? —JiSung preguntó, incrédulo.

—Para la universidad.

Ahora sí, pareciendo una situación cómica, la profesora Ji y al director Kwon pareció hacerles gracia que JiSung casi se desmayase en ese momento mientras tomaba el inhalador y jalaba de él dos veces.

—Señor Lee-

—Lo siento, pero sigo en la misma postura —Pero por el tono de voz JiSung notó que MinHo estaba sonriendo—, ahora, si nos disculpan profesores, tenemos que celebrar.

—Estoy emocionada por tenerte en mi clase, JiSung —Sonríe la profesora Ji.

JiSung, atontado, asintió apenas antes de girar sobre sus talones y salir de la oficina del director Kwon. Volvió a pasar de los estudiantes quejándose y salió rápidamente hacia el pasillo, sintiendo como el aire se aprisionaba en su garganta de forma intoxicante.

—¡Y tú no teniéndote fe! —Exclamó MinHo con alegría, siguiendo el paso de cerca a JiSung—. ¡Hombre! ¡Felicidades!

—Quiero golpear tu rostro —Es lo único que JiSung puede pronunciar.

—Después. Los chicos están en la cafetería.

JiSung ni siquiera se había dado cuenta que nuevamente MinHo lo abrazaba por los hombros mientras lo encaminaba hacia el final del pasillo principal, la cafetería; se encontraba tan atontado y sin consciencia que creía que estaba sufriendo algún tipo de alucinación y que antes de darse cuenta él despertaría de nuevo en su cama en Gimhae o su consciencia se habría recuperado en el baño.

—¿Estás bien? —MinHo le preguntó, agitándolo levemente—. No estás hablando.

—Estoy en estado de shock —JiSung se agarró de la chaqueta de MinHo—. No puedo creerlo. Mi madre me matará.

—¿Porque te metiste al salón avanzado?

—Porque me cambié a humanidades.

Todo parecía ser un sueño lúcido.

Cuando llegó a la cafetería, MinHo lo guio hacia una mesa en particular, cerca de la salida hacia el jardín, donde todos sus amigos estaban ahí.

Amigos, pudo pensar JiSung, porque al llegar todos en la mesa se quedaron en silencio mientras lo miraban de forma expectante.

¿Me miran a mí?, se preguntó él.

—¡¿Y bien?! —Preguntó ChangBin sin paciencia—. ¡¿Entró o no?!

—Tenemos al chico con futuro del grupo —Intentó hacer humor JiSung, pero solo resultó en una penosa frase.

Una penosa frase que logró que varios cuerpos se le lanzaran encima, que su cabello se desordenara y que varios gritos estallaran en su oído desorientándolo completamente.

—¡JiSung! —Escuchó la voz de Yuna sobre todo el bullicio.

El grupo se apartó lentamente de JiSung dejando su momento hacia la pareja, quienes veían la resplandeciente sonrisa de Yuna mirar a su novio. —¡¿Es verdad?!

—¡Si! —Gritó JiSung.

La felicidad de Yuna fue contagiosa, porque al fin pudo aterrizar sus pies en la tierra y notar que, después de todo, pareciera merecer ese momento.

—Opino que hay que celebrar —Alza su mano Chan—. En casa de Felix.

—¡Si! ¡Vamos, vamos, vamos! —Asiente el australiano con emoción.

JiSung se iba a negar, claro que lo haría, porque su madre no le daría autorización perderse una tarde sin dar señales- no podía arriesgarse ahora, no, claro que no; no cuando estaba teniendo su premio.

—Yo te cubro. Diré que dormirás en mi casa.

Volvió a mirar en frente donde Yuna lo miraba con una sonrisa, sus ojitos brillaban con tanta intensidad que JiSung se sentía realmente querido por ella, y que quizá toda la paranoia que había sufrido antes era solo eso, paranoia.

—¿Segura? —Corrobora JiSung.

—¡Si!, ve con tus amigos —Ella vuelve a darle un beso en los labios antes de apartarse hacia su propio grupo.

Después, al igual que los momentos anteriores, todo pareció ser un sueño lúcido.

Conversando con HyunJin, ChangBin y Felix mientras iban a casa de Felix a su vez que el resto del grupo iba hacia el pequeño supermercado para comprar cosas para comer. Beber un par de cervezas y finalmente permitirse comer frituras mientras presenciaba el karaoke que SeungMin y JeongIn estaban haciendo. Reír a carcajadas desde el fondo de su estómago los comentarios que estaban haciendo con La gran película de Goofy. Y disfrutar un poco de su juventud.

—¡Compraré ramyeon! —Avisó Chan, con SeungMin y ChangBin uniéndose en la compra.

Era cerca de las cuatro de la tarde, pero JiSung sentía que había vivido una vida entera.

Mientras un grupo iba de compra al supermercado, otro se perdió en la cocina y alguien fue al baño, pero entre la borrachera y la falta de sueño parecía sentirse tan embriagado que no creía permitirse volver a ese estado alguna vez.

—Creo que esta es la primera vez que te veo tan relajado —Carcajea MinHo, quien era el único en la sala, sentado a su lado en el sofá—. ¿Cómo te sientes?

—Muerto, no me hables.

—Vamos, ¿Sigues enojado conmigo?, ni siquiera sé lo que hice.

JiSung levantó su cabeza del respaldo del sofá hacia el hombro de MinHo, donde dejó decaer sus palabras.

—Tú… Eres realmente atrayente.

Y cayó dormido.

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja