Capítulo 6
Black Ice (Hielo Negro)
El miedo congelado se agitó en mis venas, pero hice exactamente lo que pidió. Levantándome de la mesa de la cocina, aturdidamente le permití a Yul acorralarme fuera de la habitación. Jessica estaba directamente detrás de mí, y la escuché esnifar. Sabía lo que estaba pensando, porque era la misma idea precipitándose por mi mente. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que Siwon se diese cuenta de que estábamos en problemas y viniese a buscarnos? Y cuando lo hiciera, ¿cómo nos encontraría dada la nieve, la posibilidad de que hubiera dado un giro equivocado, y el hecho de que habíamos caminado una buena distancia desde el auto.
No había forma lógica para que él nos encontrara.
Yul nos condujo por la sala de estar y abrió una puerta, revelando un pequeño y sin terminar cuarto de almacenamiento con estantes de plásticos vacíos alineándose en las paredes. Al principio pensé que era una tubería de agua corriendo del suelo al techo, pero cuando ella encendió la luz, vi que era un poste de metal sólido.
Algo sobre el poste hizo la habitación más terrorífica.
Había marcas a lo largo del mástil, marcas que podrían haber sido hechas por la fricción de una cadena. El nauseabundo olor de orina y perro mojado penetraba el cerrado espacio. Tuve que ordenarme no especular más allá.
Yul le dijo a Masy: —Mantén a Jessica aquí. Quiero hablar con Tiff a solas.
—¡No puedes hacer esto! —Gritó Jessica—. ¿Sabes quién soy? ¿Tienes alguna idea de quién soy?
La última palabra apenas había salido cuando Yul golpeó el arma a través de su rostro. Un verdugón rojo brotó rápidamente en su camino. Jadeé. Mi padre nunca me había tocado bruscamente. Nunca me levantó la voz. Fuera de la televisión y las películas, solo había visto a un hombre golpear a otra persona una vez.
Hace años, había sido invitada a dormir en la casa de Jessica, y en medio de la noche, me había escabullido de la cama por una bebida. En las sombras del pasillo al exterior de su dormitorio, vi al Señor Choi dar un fiero golpe en la cabeza a Siwon, golpeándole contra el suelo de espaldas. El Señor Choi le gritó a Siwon que se levantase y actuase con disciplina como un hombre, pero Siwon yació ahí, inmóvil. No podía decir si estaba respirando. El Señor Choi abrió los párpados de su hijo y sintió su cuello en busca de pulso. Entonces lo llevó a la cama.
Me apresuré a la habitación de Jessica, pero no me dormí. No sabía si Siwon estaba bien. Quería revisarlo, pero ¿qué pasaba si el Señor Choi volvía? Nunca le dije a Siwon lo que vi. Pasé años intentando restregar ese recuerdo de mi mente.
Jessica gimió, frotándose la mejilla. Al igual que esa noche fuera de la habitación de Jessica, me sentí caliente y enferma, y quise llorar, a pesar de que Jessica estaba herida, no yo. Capté un destello de algo oscuro y repugnante en los ojos de Masy, pero ella lo alejó y obedientemente guió a Jessica al cuarto de almacenamiento mientras Yul me guiaba desde el pasillo al baño con un rudo golpe de su arma. Sacudió la cabeza hacia el asiento del váter.
—Siéntate.
Dejó la puerta medio abierta, una franja de luz esparciéndose por la habitación. Esperé a que mis ojos se adaptasen a las sombras. Lentamente, su rostro tomó forma, sus ojos volviéndose oscuros agujeros que me observaban, juzgando, calculando, evaluando.
—Esta cabaña no es tuya, ¿verdad? —Pregunté en voz baja—. No te pertenece.
Me ignoró, pero ya sabía la respuesta.
—¿Irrumpiste en ella? —Continué—. ¿Están Masy y tú en problemas? —Si la policía estaba buscándoles, me preocupaba lo que eso significaba para Jessica y para mí. Podríamos identificarlas. También sabíamos otra información, como qué autos conducían. Podría dirigir a la policía hasta las cámaras de seguridad del 7-Eleven y mostrarles exactamente como se veía Masy. Jessica y yo éramos una carga. No había nada detuviera a Yul de matarnos.
Se rió, el sonido afilado y cruel.
—¿De verdad crees que voy a responder tus preguntas, Tiffany? — Apoyó un puño contra la pared, inclinándose sobre mí—. Los equipamientos sobre los que nos hablaste antes. Los necesitamos.
—Están en mi coche.
—¿Puedes encontrar tu camino de regreso?
Estaba a punto de dar un seguro no, cuando la más leve de las preocupaciones rasguñó el borde de mi mente. Instintivamente, dije—: Sí, eso creo. Ella asintió, su arma de mano relajándose, y supe que había dado con la respuesta correcta.
—¿A qué distancia?
—En la nieve, podríamos llegar a él en alrededor de una hora.
—Bien. Ahora dime el mejor camino para salir de las montañas a pie. Sin carreteras o senderos. Quiero permanecer en el bosque.
Me encogí de dolor.
—¿Quieres ir a pie? ¿A través de los árboles?
—Nos vamos esta noche. Tan pronto como consigamos los equipamientos y los suministros. —Yul estaba definitivamente en problemas. Si íbamos a meternos en el bosque, era para evitar ser vistas. No podía pensar en alguna otra explicación. Caminar por el bosque de noche, en una tormenta, era peligroso. No necesitaba la experiencia de Siwon para saber eso. Por ahora, varios centímetros de nieve revestían el suelo. La caminata sería extremadamente fría y lenta. Si nos llegásemos a estancar, nadie nos descubriría.
—¿Conoces el camino o no? —Preguntó Yul.
La idea que había estado esbozándose salvajemente en la parte trasera de mi mente rompió a través en ese momento y me hizo ver con claridad lo que Yul estaba haciendo. Esto era una prueba. Yo iba primero, seguida de Jessica. Ella sopesaría nuestras respuestas. Necesitaba saber que podíamos conducirla por las montañas. De otra manera, seríamos inútiles para ella. Forzándome a ser valiente, lo miré directamente.
—He estado viniendo a estas montañas por años. Sé mi camino. He caminado a mochila por partes de la Ruta de la Cresta Teton múltiples de veces, y he escalado por toda la cordillera de la montaña. Puedo llevarte por ahí. Será mucho más difícil viajar a través de una tormenta de nieve, pero puedo hacerlo.
—Esto es útil, Tiff. Buen trabajo. Necesito que nos lleves a algún lugar donde pueda coger un auto. ¿Qué dices a eso? —Yul se inclinó más cerca, descansando las manos sobre las rodillas. Su cara estaba al nivel de la mía, y pude ver a su mente trabajando rápidamente detrás de sus ojos. Si arruinaba esto, se terminaba.
—Te llevaré a través del bosque hasta la carretera. Será una de las primeras carreteras que despejen. —No sabía dónde estaba la carretera en relación a nosotras. Ni siquiera sabía dónde estábamos. Pero tenía el mapa de Siwon. Si Yul me dejaba sola unos minutos, podría ser capaz de usarlo para determinar nuestra localización y averiguar por qué dirección deberíamos ir. Quería llevar a Yul a la carretera. Una carretera significaba autos. Personas. Ayuda.
—¿A qué distancia de la carretera?
—Seis millas. —Imaginé—. Pero no estaremos tomando la ruta directa. ¿Tal vez siete?
—Esa es mi chica. —Asomó la cabeza por la puerta y gritó hacia Masy, mientras yo cerraba los ojos con alivio. Había pasado esta parte de la prueba. Nos había mantenido vivas un poco más de tiempo. De hecho, la parte más difícil, convencerles sabía que lo estaba haciendo una vez que estuviésemos caminando por el bosque, estaba aún por llegar—. Hora del cambio. Jessica es la siguiente.
Comments