No menos de media hora más tarde, un gruñido fuerte maldiciendo me agitó desde el sofá de la sala donde me quedé dormida, con la cabeza en el regazo de Siwon. No recordaba encorvarme hacia él, pero debí, porque no un momento después que la palabrota se arrastró hacia abajo desde la habitación en la parte superior de las escaleras, Siwon se puso de pie, depositándome rudamente sobre el cojín del sofá de cuero. Ya estaba caminando hacia las escaleras.

   —No subas —me dijo, lanzándome una mirada de advertencia por encima del hombro—. Quiero hablar con ella a solas.

   Había un filo en la voz de Siwon que me hizo desplazar con inquietud. Si maltrataba a Tae, no se vería bien cuando la policía llegara. Y llegarían. No esta noche, pero sí quizá mañana. Con suerte, el sol derretiría la nieve en la carretera lo suficiente para que podamos ir en busca de ayuda. Sabía que a Siwon no le gustaría si se lo sugería de nuevo, pero no estaba pensando lógicamente. Obviamente su ira había tomado el control. Había asesinado a Yul, y estaba asustada de que le hiciera lo mismo a Tae. Él no podría cubrir ambos asesinatos. El hecho que estaba actuando como podía, solo probaba que estaba loco de ira. Tenía que ayudarlo a retroceder y pensar con claridad.

   —Siwon —dije—. No la toques.

   Siwon se detuvo en las escaleras, entrecerrando los ojos hacia mí, con su mandíbula apretada con fuerza. Se contuvo a sí mismo tan rígidamente que me recordó a piedras esculpidas.

   —Lastimó a mi hermana. Y te lastimó a ti.

   —No me lastimó.

   Siwon se burló.

   —¿Te estás escuchando? Ella te secuestró. Te hizo marchar por las congeladas montañas como una prisionera.

   ¿Cómo se supone que iba a convencer a Siwon, sin sonar como lavada de cerebro, de que Tae me había salvado la vida? Tae me había tratado con humanidad. Había prometido ayudarme a llegar a Idlewilde, cuando habría sido más fácil para ella dejar que me congelara en el bosque y escapar sola. Incluso después de haberle dado el mapa, se había quedado conmigo. Si hubiera huido, se habría quedado conmigo hasta el final, estaba segura de eso.

   —Mantente fuera de esto —dijo Siwon—. Has pasado por mucho, y no estás pensando claramente.

   —He pasado por mucho, Siwon —dije, golpeando un dedo en mi pecho—. Yo sé lo que sucedió ahí afuera en las montañas. Y te estoy pidiendo que la dejes en paz. Deja que la policía se encargue de ella.

   Me estudió con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado, desconcertado.

   —¿Por qué la proteges?

   —No lo hago. Te estoy pidiendo que dejes que la policía lo maneje. Para eso están.

   —Ella te secuestró, Tiff. ¿Me oyes? Lo que hizo fue ilegal y peligroso. Muestra una completa falta de respeto por la vida humana. Pensó que podía salirse con la suya. Te usó, y seguirá usando a gente como tú a menos que alguien la detenga.

   —¿Gente como yo? —Repetí con incredulidad.

   Siwon agitó los brazos con impaciencia.

  —Indefensa. Ingenua. Simplemente eres el tipo de chica que a tipas como ella les gusta cazar. Y ella es una depredadora. Detecta la debilidad y la incompetencia de la misma manera que un tiburón huele una sola gota de sangre a una milla de distancia.

   El calor subió a mi rostro. Yul y Tae no me habían secuestrado por mi incompetencia. De hecho, la razón por la que Yul me había secuestrado por encima de Jessica era porque ella creía que era una mochilera capaz y fuerte. Porque fui lo suficientemente inteligente como para convencerla de que Jessica tenía diabetes, y debía ser dejada atrás.

   —Ofrecí resistencia. Eres tan estúpido Siwon. Crees que sabes todo, pero no. Tal vez deberías preguntar por qué Yul y Masy me llevaron con ellas, pero dejaron a Jessica en la cabaña.

  —Porque Jessica no es tan sumisa e indefensa como tú. —Dijo Siwon directamente—. Has andado por la vida esperando que tu padre, Ian, incluso yo, y probablemente muchos chicos de los que no sé, vengan a tu rescate. No puedes hacer una cosa por ti misma, y lo sabes. Masy y Yul te observaron y vieron un blanco fácil. Una incrédula niña con baja autoestima. Jessica jamás se habría quedado con ellas tanto como tú hiciste. Ella habría luchado. Habría huido.

   —¡Huí! —Protesté.

   —Te diré porque te eligieron —me informó Siwon con calma, lo que hizo que mi temperamento aumentara. No podía soportar su fría compostura, o la mirada condescendiente de sus ojos. En ese momento, me pregunté qué es lo que había visto en é