Capítulo 26
Black Ice (Hielo Negro)Algo sobre la luz matutina filtrándose por el árbol y el alcohol destilado desvaneciéndose, hizo que el recuerdo de anoche surgiera de nuevo con una claridad aterradora. Me recosté rígidamente en el suelo, horrorizada mientras cada detalle de mis acciones cruzaba por mi mente. Me había besado con Tae. La mujer que me había mantenido cautiva. Que fuera caliente, y y protectora conmigo era irrelevante. Mantuve los ojos cerrados en un sueño fingido durante varios minutos después de que desperté, a pesar de que podía escuchar a Tae haciendo ruido alrededor. Probé un rompehielos en mi cabeza. Nada parecía apropiado. ¿Qué había estado pensando al beber alcohol destilado? Eso me había llevado a besarla.
No.
Me había sentido atraída por Tae cuando estaba 100 por ciento sobria. Podría tratar de convencerla de que fue el alcohol, pero no podía mentirme a mí misma. Me besé con ella porque quería. Era vergonzoso, pero era la verdad. Masajeé mi frente con la palma e hice una mueca. No había más remedio que sobreponerme a la incómoda mañana siguiente de una vez.
—Acerca de anoche —comencé, sentándome y sintiendo un ligero dolor de cabeza moverse por mi cráneo. Con conmoción, me di cuenta de que estaba experimentando mi primera resaca. Ligera, pero sin lugar a dudas una resaca. Si había un resquicio de esperanza, era que papá no podía ver cuán gravemente lo había decepcionado. Desafortunadamente, no podía ahorrarme la misma humillación.
Pretendiendo estar profundamente interesada en atar mis botas, mantuve los ojos firmemente fijos sobre mis pies, evitando la mirada directa de Tae.
—Lo que hicimos fue estúpido, obviamente. Un error. —Un error colosal—. Había bebido mucho y no estaba pensando. Me gustaría poder volver atrás.
Tae no hizo ningún comentario.
—Ya estaba medio desmayada cuando nosotras… hicimos lo que hicimos. Casi no recuerdo lo que pasó. —Si solo fuera verdad. En realidad, el recuerdo me atormentaba con un perfecto guión paso a paso—. Lo que sea que pasó entre nosotras, no fue mi intención que sucediera. Quiero decir, la verdadera yo no habría hecho esas cosas.
Cuando Tae seguía sin responder, lancé una mirada nerviosa en su dirección. La cuidadosa y evaluadora forma en la que me estaba observando me hacía difícil leerla. Estaba segura de que se sentía de la misma forma. ¿No? Había muchas cosas que quería preguntarle, pero me contuve. No iba a buscar una manera de racionalizar mi comportamiento. No importaba lo que Tae pensaba. Lo que hice estuvo mal, punto. Y ella era la peor persona posible con la que podría haber cometido tan grave error. Tae se irguió y estiró, lánguido como un gato. Rodó sobre sus rodillas, se puso el cinturón en los pantalones y me lanzó una astuta mirada.
—¿Cuánto tiempo te tomó llegar a ese discurso?
Fruncí el ceño.
—No fue un discurso. Fue improvisado.
—Bien. Eso explica por qué apestó.
—¿Apestó? ¿Disculpa?
—No estabas ebria, Fany. Estabas achispada, claro, pero no olvides que tomé mi mitad de la botella. Voy a tratar de no sentirme ofendida porque piensas que me habría aprovechado de ti mientras estabas ebria. Y si así es como besas cuando estás ebria, no puedo esperar a ver cómo besas cuando tu mente está completamente despejada.
La miré fijamente, con la boca entreabierta. No sabía cómo responder. ¿Me estaba tomando el pelo? ¿En un momento como éste?
—¿Cuándo fue la última vez que fuiste besada? —Continuó con facilidad—. Y no estoy hablando del seco y evasivo beso sin sentido que olvidas tan pronto como termina.
Me arrastré fuera de mi estupor el tiempo suficiente para bromear—: ¿Cómo el beso de anoche?
Ella arqueó una ceja.
—¿Así fue? Me pregunto entonces, ¿por qué gemiste mi nombre después de que estabas medio dormida?
—¡No lo hice!
—Si solo hubiera tenido una videocámara. ¿Cuándo fue la última vez que fuiste realmente besada? —Repitió.
—¿En serio piensas que voy a decírtelo?
—¿Tu exnovio? —Supuso.
—¿Y si lo fue?
—¿Fue tu ex quién te enseñó a estar avergonzada e incómoda con la intimidad? Tomó lo que quería, pero nunca pareció estar alrededor cuando tú querías algo a cambio, ¿no es cierto? ¿Qué es lo que quieres, Fany? —Preguntó sin rodeos—. ¿De verdad quieres fingir que anoche nunca sucedió?
—Lo que sea que pasó entre Siwon y yo no es asunto tuyo — disparé—. Para tu información, él fue un verdaderamente buen novio. ¡D-desearía estar con él ahora! —Exclamé falsamente.
Mi comentario descuidado la hizo estremecerse, pero se recuperó rápidamente.
—¿Él te ama?
—¿Qué? —Dije, nerviosa.
—Si lo conoces tan bien, no debería ser una pregunta difícil. ¿Él está enamorado de ti? ¿Alguna vez estuvo enamorado de ti?
Lancé mi cabeza hacia atrás altivamente.
—Sé lo que estás haciendo. ¡Estás tr
Comments