Capítulo 37
Black Ice (Hielo Negro)
Acurrucándome cerca del fuego, me froté los dedos para devolverles la sensibilidad. Era tentador pensar que podría descansar ahora, pero sabía que el reloj estaba corriendo. No podía sentarme aquí durante toda la noche, tenía que sacar a Tae. Había pasado sobre un obstáculo, pero no había terminado. Me estremecí mientras pensaba en lo que estaba sucediendo dentro de las paredes de Idlewilde. Siwon no se detendría hasta que tuviera el mapa. Él sabría cómo lastimar a Tae, como agotarla. Si esperara mucho más tiempo, temía que sería muy tarde.
Y entonces el plan vino a mí.
Me enderecé por la sorpresa. Tae había encontrado un camino dentro de Idlewilde sin usar las puertas delanteras o traseras. Cualquier punto de acceso que había utilizado, tenía que encontrarlo. Disfrutando del calor un último momento, me preparé para el inminente frío, y escarbé fuera de la zanja. Corriendo a lo largo del perímetro de la cabaña, fui caminando de ventana a ventana, tratando de abrirlas a la fuerza. Una de ellas tenía que desbloquearse. Era la única manera en que Tae podría haber entrado. Y entonces, mientras giraba por el lado de la cabaña, vi el punto de acceso de Tae. Una ventana del sótano había sido rota. También bajé por la ventana. Las herramientas que ella había utilizado se extendían a mis pies: una piedra grande y un trozo de madera. Había utilizado la piedra para romper el vidrio y la madera para quitar cualquier fragmento grande como púa del marco. Elaboré un esquema mental de Idlewilde. El dormitorio en la parte superior de la escalera estaba en el lado opuesto de la cabaña.
Tae debía haber explorado la cabaña durante algún tiempo, determinando las posiciones de Siwon y mías, y forzó su entrada tan lejos de nosotros como fuera posible, y así redujo la posibilidad de que escucharíamos estallar el vidrio. Había sido un plan inteligente. También significaba que tenía que cruzar casi todas las habitaciones de la cabaña para llegar a Tae, sin ser descubierta primero por Siwon. Corrí a toda velocidad a través de la helada oscuridad del sótano. En la parte superior de las escaleras del sótano, abrí la puerta con facilidad, mirando a la cocina. Las luces estaban apagadas, y me escabullí por la cocina y el comedor, escondiéndome en el borde de una pared mientras inspeccionaba la sala de estar. Pude ver a Jessica en el sofá. Aún estaba inconsciente, pero Siwon la había cubierto de mantas.
De todos nosotros, Jessica era la que estaba más segura. A pesar de lo que Siwon le había hecho, no pensé que podría ser capaz de matar a su hermana. Lo cual significaba que sacaría a Tae, iría por ayuda, y después regresaría por ella. Mi abrigo y las botas estaban cerca de la puerta principal, y los agarré antes de subir las escaleras al segundo piso, mis pisadas hacían suaves chirridos que parecían ensordecedores para mis oídos. En la puerta de la parte superior de las escaleras, escuché.
Nada.
Abrí la puerta.
El hedor del sudor y la sangre colgaban en el aire.
La vela parpadeó sobre la mesa de noche, arrojando una luz tenue sobre la figura inmóvil encima del colchón. Los brazos y piernas de Tae, aunque atados, estaban relajados, y su cabeza colgaba a un lado, acunada sobre su hombro bueno. Por un espantoso momento, pensé que estaba muerta. Pero mientras me acercaba, su pecho se levantó superficialmente. Estaba dormida.
O inconsciente. Dada la cantidad de sangre en las sábanas, supuse que era lo último. Me apresuré a la cabecera, retirando las sabanas. La ventana había sido cerrada, pero entraba una corriente de aire frío. No quería trasmitirle otro estremecimiento, pero tenía que despertarla. Sin embargo, en la retirada de la sábana, sentí nauseas. La causa de las sabanas empapadas de sangre apareció a plena vista. El cuadro sangriento era suficiente para que mis entrañas se revolvieran. Puse la mano sobre mi boca, sofocando las ganas de vomitar. Verdugones y ampollas rojas y a simple vista dolorosas, se esparcían por el pecho de Tae. Pero las marcas en su cuerpo no se comparaban con los bultos hinchados alrededor de sus ojos, o la piel dividida y en carne viva de sus pómulos.
Una cantidad de piel con moretones estaba inflamada como un pequeño balón purpura alrededor del ahora hueso torcido del puente de la nariz. Su r
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