Capítulo 31
Black Ice (Hielo Negro)
—Lamento que tu padre fuera tan duro contigo —le dije a Siwon, entrelazando mis dedos con los de él, mostrándole que estaba de su lado. Él no se había movido de mi cama. Con hombros rígidos, miraba a la pared como si estuviera viendo su infeliz infancia proyectándose como una película. El sonido de mi voz pareció romper su trance, y se encogió de hombros.
—¿Era? Todavía es duro conmigo.
—Por lo menos has podido escapar a California este año. Ofrecí con optimismo, con un suave, juguetón tirón en su manga. Recordé a Siwon la vez que me estuvo alabando por ser capaz de cambiar sus estados de ánimo, oscuros pensamientos, con una simple broma o un beso. Ahora me sentía obligada a mostrarle que algunas cosas nunca cambiaban. —La distancia debe haber ayudado. Su paliza sólo alcanzaba hasta cierto punto.
—Sí —estuvo de acuerdo con suavidad—. No quiero hablar de mi padre. Quiero que las cosas entre nosotros sean como solían ser. No entre mi padre y yo —aclaró rápidamente—. Entre nosotros. Tú y yo. Quiero que confíes en mi otra vez.
Sus palabras me golpearon como una fuerza invisible. Nuestra conversación había ido misteriosamente cerca de la que yo había imaginado en el viaje hasta Idlewilde, hace unos días, antes de que conociera el peligro en la tienda. Fantaseaba con que Siwon me quisiera de vuelta. Me prometí que no me volvería a ablandar hasta que hubiera pagado en su totalidad por hacerme daño. Pero no me sentía más vengativa. Quería que me amara. Estaba cansada de los juegos.
Siwon tomó mi barbilla, empujando mi rostro al suyo.
—Pensé en ti todas las noches en mi dormitorio. Imaginando besarte. Tocarte.
Siwon, soñando conmigo. A kilómetros de distancia, en alguna habitación pequeña que nunca había visitado. Siwon, compartiendo mi fantasía secreta. ¿No era esto lo que había querido? Juguetón, me agarró por la nuca de mi cuello y me llevó a su regazo.
—Se siente bien estar contigo. Te deseo, Tiff.
Siwon quería estar conmigo. Debería haber sido un momento romántico, debería haber sentido música en mi corazón, pero mi mente seguía viajando de nuevo por todo lo que acababa de pasar. Hace unas horas, había llegado a su puerta casi congelándome hasta la muerte. No me recuperé totalmente. ¿Por qué quería esto ahora? ¿No estaba preocupado por mí?
—¿Esta es tu primera vez? —Preguntó Siwon—. Sólo duele un poco —su boca se curvó en mi mejilla—. O al menos eso me dijeron.
Siempre había querido que Siwon fuera mi primero. Había pasado mi infancia fantaseando que algún día iba a estar caminando por el pasillo y encontrándome con él en el altar. Mi primera vez sería en nuestra luna de miel,
Comments