Capítulo 9
Black Ice (Hielo Negro)
He escuchado que cuando las personas están cerca de la muerte, recuerdos destellan ante sus ojos. Mientras estaba esperando lo que el destino de Yul y Masy tenían pendiente para mí, mi mente trajo recuerdos de Siwon, quien desesperadamente tenía la esperanza de que estuviese de camino a encontrarnos. La primera vez que fui de campamento con los Choi, tenía once años y Siwon trece.
Era julio, y las montañas estaban en un frío repuesto del calor de la ciudad. Jessica y yo finalmente éramos lo bastante mayores para dormir al exterior solas, y el Señor Choi nos ayudó a alzar la tienda en el profundo césped verde detrás de Idlewilde. Prometió dejar la puerta de la cocina desbloqueada, en caso de que necesitásemos usar el baño en medio de la noche.
Jessica y yo teníamos lápices de labios, tubos coloridos, frascos de colorete y sombra de ojos esparcidos por el suelo de la tienda, y estábamos dando la una a la otra maquillajes de Katy Perry. Cuando terminásemos, íbamos a filmar nuestro propio video musical de “Hot N Cold.”
Jessica tenía aspiraciones de fama, y no podía esperar a que comenzase. Jessica estaba aplicando Dulce Manzana Roja a mi boca cuando escuchamos falsos ruidos fantasmales viniendo del exterior. Un haz de luz bailó erráticamente por la tela de la tienda.
—¡Déjanos solas, Siwon! —Gritó Jessica.
—Cálmate, —dijo él, quitando la cremallera de la tienda y gateando dentro—. Voy a dejar la linterna. Mamá dijo que lo olvidasteis.
—Bien, —dijo Jessica, arrancándole la linterna de las manos—. Ahora sal. Ve a jugar con Lee Donghae, —añadió en tono burlón.
Siwon le mostró los dientes como un perro.
—¿Qué está mal con Donghae? —Pregunté.
Jessica me había invitado al viaje de acampada, y Siwon había invitado a Donghae.
Pensé que Siwon y Donghae eran amigos.
—Mi padre hizo a Siwon traer a Donghae, —anunció Jessica con una risa de superioridad—, pero Siwon no puede soportarle.
—A mi padre le gusta Donghae porque es bueno en el tenis y es listo, y sus padres están forrados, —me explicó Siwon—. Cree que Donghae me lo contagiará. Ni siquiera me dejará elegir a mis propios amigos. Estoy en secundaria, y está haciendo arreglos de citas de juegos para mí. Es estúpido. Él es estúpido.
Miré preocupadamente a Jessica. —¿Te hizo invitarme? —No podía soportar la idea de Siwon y Jessica riéndose de mí después de mi regreso.
—Solo hace cosas así para Siwon, —me aseguró Jessica.
—Porque tú eres su princesa, —dijo Siwon en un oscuro y odioso tono—. No le molesta lo que haces.
—Sal, —espetó Jessica, inclinándose hacia adelante por lo que su cara estaba nariz con nariz con la de su hermano.
—Claro que lo haré. Pero, ¿chicas, sabéis que noche es hoy, verdad? —Dijo Siwon,
—Viernes, —respondí.
Sus ojos se iluminaron.
—Trece.
—El viernes trece es una estúpida superstición, —dijo Jessica—. Sal antes de que comience a gritar. Le diré a mamá que estabas intentando ver la ropa interior de Tiff. Te castigará sin videojuegos todo el fin de semana.
Siwon me miró y me sonrojé. Estaba llevando mi vieja ropa interior blanca con agujeros debajo del elástico. Si él las veía, moriría de vergüenza.
—Tiff no me delataría, ¿verdad? —Me preguntó.
—Me voy a quedar fuera de esto, —murmuré.
—Si el viernes trece es solo superstición, ¿cómo es que los hoteles no tienen una planta trece? —Preguntó Siwon a su hermana.
—¿Los hoteles no tienen una planta trece? —Jessica y yo hicimos eco al mismo tiempo.
—Nop. Demasiado desafortunado. Ahí es donde los incendios, suicidios, asesinatos, y raptos ocurrían. Al final, las personas se volvieron listas y sacaron la planta treceava.
—¿De verdad? —Preguntó Jessica, con los ojos amplios.
—No con una mirada, estúpida. Reetiquetaban la planta treceava. Todos se convertían en 12A. De cualquier forma, hay un motivo por el que deberíais estar asustad
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