Estaba lloviendo el día en que Dara decidió visitar a su hermanastro, y estuvo a punto de aplazarlo para otro día. Se situó a la entrada de su apartamento, con un paraguas sobre su cabeza, mirando como los baches en la carretera se llenaban de agua sucia. Había considerado dar vuelta atrás, ponerse su pijama y pasar el día asegurándose de que por las ventanas de su dormitorio no entrara agua. Entonces recordó la cara de Siwon el día en que se había confesado en el apartamento de sus padres, y sabía que no podía esperar otro día para hablar con él. Ya había esperado demasiado tiempo.

Durante el viaje, había visto a un hombre sin hogar durmiendo estirado en los asientos delante de ella. En su camino fuera del tren, escondió un paquete de galletas bajo el brazo del hombre y se sintió triste de no haber tenido nada más para darle.

El viento fue aumentando en su camino al edificio de Siwon, haciendo obsoleto su paraguas. Tratando de distraerse a sí misma de la lluvia, trató de pensar en qué decirle a Siwon una vez que llegara a donde iba. No podía pensar en una sola cosa que decir más allá de un “lo siento”. La posibilidad de que podría incluso no estar en casa no pasó por su mente hasta que estaba a una cuadra de distancia.

Podría haber llamado, Dara lo sabía. Podría haber llamado y hecho todo esto por teléfono. Podría haberse salvado a sí misma del viaje, salvarse a sí misma de la vergüenza de hacer frente a su hermanastro casi dos semanas después de su anuncio, pero le debía más que una conversación telefónica. Le debía, al menos, un abrazo.

Una mujer con tres de sus hijos fueron saliendo de la construcción cuando Dara se acercó, y uno de los niños fue lo suficientemente bueno para mantener la puerta abierta a fin de que Dara pudiera entrar. Agradeció al niño con una sonrisa, y expresó su agradecimiento a la madre, que parecía más irritada que satisfecha de la valentía de su hijo. Dara culpó al tiempo.

El paraguas iba dejando un rastro de gotas de lluvia en el piso mientras se dirigía hacia dentro. Se formó un charco frente a sus pies mientras esperaba frente al apartamento de Siwon, mirando nerviosamente a los torcidos números negros en la puerta pintada de color blanco. Podía escuchar la música proveniente del otro lado.

Después de un momento, Dara golpeó.

La música se hacía más fuerte a medida quela puerta se abría, y Dara miraba estúpidamente a los ojos marrones que la observaban detrás de ella.

-¿Sí?-  Dijo un chico que Dara no reconoció.

-Hola, lo siento, estoy buscando a Choi Siwon.- Dijo, preguntando por si había llegado de alguna manera a la puerta equivocada, o si Siwon se había mudado sin decírselo a nadie.

-¿Y tú eres…?

-Sandara Park. Yo…

-¡Oh, Dios mío!- Dio un grito, aumentando el tono de su voz y su comportamiento cambió a la de una agradable sorpresa.- ¿Eres Dara?- Él dejó la puerta abierta y pasó la vista a Dara de arriba y abajo.- Cariño, estás incluso más y que en tus fotos.- Sonrió y extendió su mano.- Soy Heechul.

Dara estaba segura de que faltaba algo, pero le estrechó la mano de todos modos.

-Sé que no tienes idea de quién soy. Pero yo sé todo sobre ti. Entra. Siwon no está aquí ahora mismo, pero te invito a esperarlo. Estás empapada. ¿Quieres una toalla o algo?- Desapareció en cuarto, y la música se detuvo abruptamente.

-Ehmm, no, gracias. Estoy bien.- Dijo Dara cuando apareció Heechul de nuevo.

-¿Quieres café? ¿Té?- Heechul se trasladó hacia la cocina, que estaba inmediatamente a la izquierda de la entrada. Acercó un taburete junto al mostrador e invitó a Dara a tomar asiento.- Él va a estar feliz de verte. Ha estado todo deprimido desde que le salió a tu familia, y he estado diciéndole: “Cariño, tienes que darles tiempo. Ellos van a venir.” Y aquí estás para probarlo.- Arqueó una ceja, con una mirada confusa.- ¿Dijiste café?

-Umh, seguro.- Dijo Dara y dejó su paraguas junto su bolso en el piso al lado de la puerta, y entró a la cocina para sentarse.

-Así que estás probablemente preguntándote: “¿Quién es este hombre magnífico con cabello fabuloso que dice un millón de palabras por segundo y se mueve por el apartamento de mi hermanastro como si fuera suyo?”, ¿verdad?- No esperó su respuesta y dijo.- Yo, mi querida Sandara, soy el pequeño y sucio secreto de tu hermano. O como le gusta que me llamen, su compañero de habitación.

Dara parpadeó sorprendida.

-Así que tu eres su… su…

-Sí, su pareja.- Heechul sonrío.- Y estoy tan feliz de finalmente conocerte. Habla de ti todo el tiempo.

Dara se sintió triste al instante.

¿Por qué no le dijo Siwon la verdad antes? ¿Por qué no le presentó antes a Heechul? ¿Qué más hay sobre su vida que no sabe?

-Me alegro de conocerte, también.- Dijo sinceramente.- Lo siento si estaba tan conmocionada por todo esto, es que Siwon nunca…

-Lo sé.- Dijo Heechul y colocó una taza de café en frente de Dara.- Él es increíblemente bueno en la clandestinidad. ¿Quieres leche? ¿Azúcar?

-Me gusta así, en realidad. Gracias.- Dijo Dara mirando hacia abajo en su taza, tratando de no mirarlo. Cuando miró arriba, sonrió. –Así que, ¿Cuánto han estado tú y Siwon juntos?

-Un poco más de dos años.

-¿Dos años?- Preguntó Dara con sorpresa.

¿Por qué no me dijo? Puedo entender por qué se lo escondía a mi madre y a su padre, incluso a SangHyun, ¿pero a mí?

Heechul sonrió con simpatía.

-Si te hace sentir mejor, él quería decírtelo desde hace mucho tiempo. No fue más que un gran cobarde.

Dara simplemente asintió y bebió un sorbo de su café. Echó un vistazo cuando oyó que la puerta se abría.

Un segundo más tarde, Siwon estaba de pie en la puerta, con el paraguas goteando, y con una mirada de sorpresa al ver a Dara.

-Dara.- Dijo, cerrando la puerta detrás de él.- ¿Qué estás haciendo aquí?

-Andaba por aquí.- Sonrió y bajó la taza.- Pensé en venir a pedir disculpas por ser una horrible hermana.

-Yo no diría “horrible”.- Siwon sonrió y dio un paso adelante para dar un abrazo a Dara.- Estoy muy feliz de verte.- le