3.
El amor es tan complicadoEl día se había extendido interminablemente. Los minutos se habían congelado por horas. Había vuelto al Central Park por un capricho, deseando tan solo escapar de las sofocantes paredes de la habitación del hotel, sólo por querer participar en algo distinto de su propia vida. Era suficiente sentarse ahí; oculta bajo una peluca y grandes gafas de sol, ver otras vidas pasar en el murmullo de las conversaciones fragmentadas. Era suficiente con simplemente mezclarse entre ellas.
-Oye, ¿no eres tú la chica de la televisión?
Chaerin miró a Youngbae caminar hacia ella.
-¿Cómo me encontraste?
-Minzy te insertó un ingenioso dispositivo de localización en el cráneo, ¿no lo sabías?- Youngbae miró a su alrededor.- Buenos días.
-Claro.- Y Chaerin asintió.- ¿Cómo realmente me encontraste?
-En primer lugar, es bastante presuntuoso suponer que yo te estaba buscando. Se me antojó salir a correr, sin meterme con nadie, cuando al ver a una joven con una horrible peluca, me asusté. Tras una investigación más cercana descubrí que la mujer no era otra que mi mejor amiga.- Se sentó a su lado y sonrió.- Ahí lo tienes.
-¿Me estás diciendo que sólo pasabas por aquí?
-Sí.
-¿Y que no estabas instigando a todos para que te dijeran… como al gerente del hotel que habló conmigo antes de salir?
-No.
-¿Estás seguro?
-No puedo estar más seguro.
-Correcto.
-Bueno.- dijo Youngbae encogiéndose de hombros.- Pude haber escuchado algo acerca de que venías al Central Park. Pensé que era una excelente idea.
-Mmhh, lo era.- Youngbae simplemente asintió y Chaerin limitó su atención. Cayeron en un cómodo silencio.- Yo estaba pensando…- Dijo Chaerin cortando el silencio entre ellos con su suave voz.- Que podría venir a vivir aquí. Tal vez después de terminar el programa.
Cuando su amigo no dijo nada, Chaerin se volteó a mirarlo, solo para encontrar que su atención estaba puesta en una mujer rubia muy alta.
-O quizá simplemente haga un trío con algunos elefantes del espacio exterior.- Añadió Chaerin despreocupadamente.
-¿Qué?- Youngbae se volteó a mirarla un segundo.- ¿Qué trío?- Dijo regalándole una sonrisa torcida.- Lo siento. Yo solo estaba… eh…
-¿Comprobando la carne blanca local?- Adivinó Chaerin.
-Es lo que hay de cenar.
Detrás de sus gafas de sol, Chaerin puso sus ojos en blanco.
-Eso es desagradable.
-No hay nada desagradable en la unión de un hombre y una mujer.- Respondió el chico.- O incluso un hombre y dos mujeres. O tres…
Chaerin sólo sonrió.
-Si apenas puedes arreglártelas tú solo, ¿qué vas a hacer con tres mujeres?
-¡Oye!- Youngbae frunció el ceño.- Tú sabes que puedo manejarme muy bien yo solo.
-Cállate.
-Tú comenzaste.
Chaerin suspiró.
-Entonces, ¿qué te parece?
-¿Acerca de qué?
-Acerca de lo que he dicho antes.
Youngbae pasó su mano arriba y abajo por su cabello y dijo pensativo.
-Creo que si voy a tener un trío, entonces tú podrías hacerlo mejor que los elefantes. Quiero decir, no eres una chica que se vea mal, y los elefantes, ellos huelen…
Chaerin quería estrangularlo mil veces.
-Hablo de mi traslado a Nueva York después del programa.
-¿Y dejar Los Ángeles?- Él frunció el ceño.- Yo pensé que amabas vivir ahí.
-Es sólo un pensamiento.- Se encogió de hombros como si no fuera importante. Después de un momento, suspiró.- ¿Deberíamos regresar?
-Supongo.- Youngbae bostezó y se levantó.- ¿Deberíamos llamar a Minzy? Tal vez le guste un paseo de regreso al hotel.
-Estoy segura de que se la está pasando bien.- Respondió Chaerin, un poco distraída por los cuadros a lo largo del camino. Los miró y sonrió brevemente.- A menos que la extrañemos…
-¿Vas a seguir con eso? Ya te dije que no tengo sentimientos por Minzy.
-Claro.
Quería decir algo más, pero entonces ella lo vio: un dibujo en carboncillo sobre papel. Se detuvo en sus pasos y miró por un largo momento, insegura del por qué no podía seguir caminando.
-¿Estás bien?
Ella dio unos pasos, y finalmente se dirigió a Youngbae y le dijo.
-¿Podrías obtener esa pintura por mí?
Youngbae miró atrás el tema en cuestión.
-¿Crees que soy tu esclavo?
-Bae.- Dijo Chaerin, con su voz sonando molesta.- Yo sé que Clark Kent podría llevarlo a cabo con un simple par de gafas, pero no quiero presionarlo…
-Bien, bien.
Chaerin lo miraba a varios pies de distancia. Ella rodó los ojos de nuevo al verlo tratando de seducir a la pelinegra det
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