Toda la vida, Chaerin se había preguntado acerca de su madre. ¿Qué hubiera sido si ella hubiese vivido? ¿Cómo sería Chaerin? ¿Hubiera sido diferente? ¿Feliz?

Chaerin había pasado muchas horas de su vida aspirando un pasado diferente. Ella no podía dejar de pensar que hubiese sido una mejor persona, que hubiese conocido a su madre que murió cuando tenía cuatro años, que vivió en la mente de Chaerin sólo a través de las historias que su abuela le contaba, de momentos capturados en el tiempo.

“Ella realmente amaba la fotografía”. Dijo una vez su abuela, cuando Chaerin tenía diez años y no sabía con certeza a donde había ido. Ellas estaban sentadas en la sala de la casa de su abuela, bebiendo chocolate caliente y armando un rompecabezas.

Recuerda la forma en que su abuela se inclinó en su silla, con una melancólica sonrisa en su rostro: “A tu madre le gustaba tomar fotos. Ella tomaba fotos de todo: animales, niños, polvo en el suelo…”.

Chaerin se recordó intentando imaginar a su madre con una cámara apuntando a algo, presionando el botón, esperando el flash. Trató de evocar una imagen clara del rostro de su madre utilizando las fotografías que había visto como orientación, pero no funcionó.

No recordaba mucho, no tenía ninguna concepción en el momento de la vida y de la muerte, de la idea del cielo, sin comprender que su madre se había ido.

Ella recordaba, o creía que recordaba, estar de la mano de su padre en el cementerio, viéndolo llorar. Lo recordaba hasta su recogida, sosteniéndola con su mano apretada. Lo retuvo en la memoria como el momento antes de que su vida empezara a cambiar, como el momento en que su vida eligió su camino.

El rastreo a través del tiempo se convirtió en un pasatiempo para Chaerin. A ella le gustaba volver a examinar la historia de su vida, pasando atrás en los pasos de las decisiones anteriores.

No recordaba todo, no sabía si algunas de las cosas que recordaba habían ocurrido en realidad o si la frecuencia de sus pensamientos había distorsionado los frágiles límites de la realidad.

Recordaba que le había dicho a su abuela que deseaba ser actriz. A Chaerin le parecía la mejor forma de ser todo a la vez. Ahora, mirando atrás, reconoció que también era la manera perfecta de no ser nada. Pero en el momento, su abuela sonrió, miró hacia abajo a Chaerin y dijo: “Puedes ser cualquier cosa que desees, Chae. Cualquier cosa.”

Fue suerte en su mayor parte, reconoció Chaerin, que aterrizó en una publicidad. Pero fue el apoyo de su abuela, la ausencia de su padre, su nuevo matrimonio, el nacimiento de su media hermana, lo que empujó a Chaerin hacia adelante. Adelante y en el centro de atención.

En algún lugar de camino, con el permiso de su padre, y la aprobación de su abuela, Lee Chaerin se convirtió sólo en CL.

-¿Cómo te sientes?- Le había preguntado su abuela cuando tenía los documentos firmados.

-Un poco como tener un cumpleaños.- Había respondido Chaerin.- ¿Sabes? Sólo una cosa ha cambiado, y lo siento igual.

-Bien.- Su abuela había dicho.- Muy bien.

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-¿Sabes?- Janet Lee comenzó, su voz sonaba quebrada por los sonidos de los cubiertos de los platos y el sordo sonido de la conversación.- Estoy empezando a pensar que se trata de una elección horrible de restaurante.- Sus ojos gris-azulado consideraron el menú con un poco de asco.- No hay nada bueno para comer.

Chaerin ahogó un bostezo desde detrás de su propio menú y echó un vistazo a su reloj. Había estado en el set de “Guardián” la mayor parte del día y quería nada más que un largo baño caliente después del trabajo. Pero en su lugar tenía un recordatorio de Minzy para que no perdiese el tiempo programado para su familia.

-Es una vergüenza.- Continuó Janet.- Como te has perdido una obra de Harin. Ella hizo una fabulosa Julieta.

-El director dijo que yo era la mejor que había visto nunca.- Añadió Harin sin una pizca de modestia. Empujó rizos de color marrón claro detrás de su oreja y le sonrió a Chaerin.

-Wow.- Dijo Chaerin, mirando por encima del menú a su media hermana.- Siento que le haya perdido.

-Quizás podríaa ayudar a Harin a ponerse en contacto con ese agente tuyo.- Dijo Janet.- He oído que es muy bueno.

-Lo es.- Chaerin volvió su atención al menú, con la esperanza de que el tema tuviera su propia caída.

Ya había visto actuar a Harin, y no era ciertamente algo que le encantara.

-No quiero el agente de Chaerin.- Dijo Harin.- Prefiero tener uno propio.

-Bueno, tal vez Chaerin pueda sugerir algunas personas.

-Voy a consultarlo con él.- Di