Minzy examinó el documento impreso que tenía en la mano durante un momento, lo leyó varias veces en caso de que se le haya pasado algo.

-Lo siento.- Dijo mirando a Chaerin.- ¿Quieres que haga qué?

-Quiero que encuentres una razón para que yo esté ahí.- Dijo Chaerin.- Encuéntrame una fiesta de caridad, una causa, lo que sea. Simplemente para hacerles saber que estoy llegando. Ah, y dile a mi publicista. No me importaría algo de prensa en este evento.

Minzy volvió a mirar la invitación.

¿Desde cuándo Chaerin se preocupaba por el arte? ¿Cuándo fue la última vez que había salido de su casa para estar en cualquier otro lugar?

-¿Es esto sobre la artista?

-Sí.- Dijo Chaerin levantando la vista de la maleta sobre la cama.- Sí, es sobre la artista. ¿Está bien?

Minzy se quedó mirando a la actriz, si saber qué decir. Colocó la invitación en su cartera y asintió con la cabeza.

-Voy a hacerlo.

-Gracias.- Chaerin regresó a su tarea de preparar el equipaje, revisó los elementos apilados en la cama y recorrió una lista mental de las cosas que aún quedaban por guardar.- Odio preparar el equipaje.

-Lo sé. Deberías contratar a un empaquetador profesional.

Chaerin hizo una pausa para mirar a Minzy.

-¿Tienes uno de esos?

-Estoy segura de hay alguno. ¿Quieres que busque uno para ti?

Chaerin hizo una mueca.

-No. Creo que sería un poco excesivo.

-Por lo tanto, ¿es todo por ahora? Tengo alrededor de ocho mil millones de mandados para hacer antes de que termine la noche.

Chaerin sonrió.

-Debes contratar a un asistente para hacer todo eso.

-Tal vez algún día.- Dijo Minzy con una sonrisa. –Youngbae y yo estamos trabando en un guión, juntos.

Chaerin la miró sorprendida.

-¿Enserio? ¿Te pasó al lado oscuro con él? ¿Qué fue lo que dijo de su próximo proyecto que estaba a punto de salir?

Minzy se rió.

-Sí, todavía está trabajando en eso. Algo sobre la vida de una manzana. No he sido capaz de hacerlo cambiar de opinión. El nuestro es más de un comentario social acerca de… bueno, vamos a dejar que lo leas cuando lo tengamos. Hasta el momento es sólo un montón de garabatos.

-Buena suerte con eso.- Le dijo, aunque no quería perder a Minzy.

Minzy, como todo el mundo en Hollywood tenía sueños que trascendían a la rutina diaria del trabajo de nueve a cinco. Había sido parte de la razón por la que se había convertido en ayudante de Chaerin en primer lugar, ella lo sabía.

-Gracias.- Dijo Minzy mientras se dirigía hacia la puerta. En la puerta, se detuvo y se volvió hacia ella. –Chaerin, si quieres hablar…

-¿De qué?

-Cualquier cosa…

Chaerin miró a su asistente, vio la preocupación e interés tras unas gafas de montura metálica.

-Dara tendrá su trabajo en una muestra de arte. Quiero estar ahí.

-Pero ella no sabrá que eres tú.

Chaerin se encogió de hombros.

-Yo sabré que lo soy.

-Apuesto que sentirás tensión al verla en persona.

Hay cosas más temibles, Chaerin pensó, pero sinceramente no podía pensar en ninguna.

-Será aterrador.

Minzy le ofreció una sonrisa simpática, y a continuación, se puso seria de nuevo.

-Sé que me vas a odiar por preguntar esto pero… ¿te gusta?

-Admiro su talento artístico.- Dijo Chaerin naturalmente como si fuera la más simple de las verdades. –Siento que si yo fuera cualquier otra persona en el mundo en lugar de lo que soy, seríamos grandes amigas.

-¿Qué te detiene de ser su amiga? Eres una gran persona, Chaerin. Verá lo que importa de ti.

Chaerin ahogó el impulso de suspirar.

-Gracias, pero ambas sabemos que no funciona de esa manera. Una vez que ella sepa quién soy, no me verá de la misma manera. CL no es alguien de quien hacerse amigo. Es alguien a quien pedir autógrafos, es un cuadro a colgar en una pared. Es alguien a quien envidiar por su perfección y su vida de Hollywood. Es tan ficticia como los personajes que interpreta.- Se encogió de hombros y se sintió deprimida. –Yo sólo soy una persona que juega a ser ella. Nada más.

Para sorpresa de Chaerin, Minzy sonrió.

-Te gusta.

Suspiró en ese momento.

-Minzy…

-Relájate, no me malinterpretes, no estoy diciendo que estás enamorada de ella, ni nada tan dramático como eso. Pero cuidado. A ti te importa lo suficiente como para ir a su exposición, y te importa lo suficiente como para preocuparte de si había de reconocer o no tu voz en el teléfono. Demonios, incluso te importó lo suficiente para preguntar si ella todavía te querría si supiera que eres gay. ¿Alguna vez se lo confesaste?

Chaerin no respondió. Simplemente lanzó una camisa dentro de la maleta e ignoró la sonrisa en el rostro de Minzy.

-¿Cómo lo ha tomado?

-Lo tomó bien.

-Tú sabes, puedes permitirte preocuparte por las personas, Chaerin. Estás autorizada a hacer amigos. No es como si estuvieras hecha de piedra.

A veces me gustaría, Chaerin pensó para sí misma, las cosas serían más fáciles.

-¿No tenías cosas qué hacer en este momento?

Minzy dejó escapar un sonido que se parecía a un suspiro maternal. El tipo de sonido reservado para los momentos cuando las palabras no pueden expresar los niveles adecuados de frustración.

-Nos vemos esta noche.

Chaerin escuchó cómo se alejaban sus pasos y el sonido del cierre de la puerta delantera. Durante mucho tiempo miró los espacios vacíos en la maleta. Quería, en ese momento, llamar a Dara de nuevo. Decirle que estaba haciendo las maletas para un viaje a Nueva York. Que estaría en su exposición el jueves. Que tal vez, más tarde, podrían ir a tomar un café y hablar de lo extraño que era que estén las dos en un mismo lugar, en lugar de a miles de kilómetros de distancia.

No podía llamar y decírselo, por lo que no llamó en absoluto. En cambio, se movía por la habitación, recogiendo las piezas vitales de su vida que la seguirían a Nueva York.

~~~~ **** ~~~~

-¿Negro o azul?- Decía Dara a un montón de ropa.

-El evento será en varios días.- Dijo Bom como respuesta mientras llevaba una cucharada de cereal a su boca.

-Sí, pero la noche de apertura es especial. Estaré demasiado entusiasmada el viernes, el sábado y el domingo, pero nada será igual a la noche del jueves. Tiene que ser el vestido adecuado.

Bom asintió con la cabeza como símbolo de que la comprendía.

-Entonces, supongo que depende de lo que quieras llevar.

-Bueno, quiero tener un aspecto profesional, pero artístico. Quiero transmitir clase, al tiempo que me veo creativa. Pero no demasiado creativa. No quiero esforzarme demasiado. No quiero algo que diga, “Hey, soy una artista y aquí está mi ropa para demostrarlo.”

Bom dejó caer la cuchara en la taza y consideró cada vestido a su vez con lo que parecía ser una actitud reflexiva.

-Definitivamente el azul.

Dara miró el vestido.

-¿Tú crees?

-Sí, se ve más escotado.

Dara asintió con la cabeza.

-Muy bien, el negro será. Gracias.

-Cuando gustes. Así que escucha, tengo una cita con Dong Wook esta noche, no te preocupes si no regreso a casa.

-¿La estrella o? Pensé que ya habías salido con él.

-No, sólo hablamos por teléfono. Tuve que cancelar nuestros planes para el viernes, así que lo pospusimos para esta noche. Pedí la noche libre en el trabajo, ya que estoy esperando por completo el mejor o de mi vida, me imagino que valdrá la pena.

-Muy bien, entonces.

-Hablando de o, ¿qué tal la conversación telefónica con tu lesbiana?

-No es mi lesbiana.- Dara colgó los vestidos en el armario de su habitación y frunció el ceño ante su amiga.- ¿Y qué hace que mi conversación telefónica tenga que ver con o?

-¿Tuviste o por teléfono?

-¡Por supuesto que no!

-Entonces supongo que nada. ¿Cómo te fue? Parecía bastante joven y femenina para ser un asesino de gatitos.

Dara sonrió, decidiendo hacer caso omiso a los comentarios de Bom.

-Todo salió muy bien. Es todo tan bonito como parecía en línea.

-¿No han intercambiado fotos todavía?

-No.

Bom estaba sintiendo con la cabeza.

-Ella probablemente es fea.

-¿Qué importa como sea?

Bom se encogió de hombros.

-Nada. ¿Qué sentido tiene? Hablar con ella, quiero decir. ¿Qué puedes decirle que no me puedas decir a mí?

Dara se encogió de hombros y se sentó en la mesa.

-No es acerca de eso. Tienes muchos amigos aparte de mí.

-Hay personas con las que salgo a divertirme y a beber a veces. No es que hablemos de cosas profundas y significativas. No les digo las cosas que te digo. Pero tú y ella… todo lo que hacen es un intercambio personal. ¿Por qué? ¿No es excesivo?

Dara pensó en ello tratando de decidir por qué hablar con Chae parecía tan distinto de hablar con Bom.

-Ustedes son personas muy diferentes. Me encanta su perspectiva sobre las cosas. No es mejor que la tuya ni nada. Es sólo diferente. Además, la encuentro interesante. Y ella es divertida.

-Yo también soy divertida.

-Esto no es una competencia.

Bom se encogió de hombros.

-Y ella es divertida de una manera diferente.

-¿Qué manera es esa?

-No lo sé. Ella es ingeniosa.

-¿Yo no soy ingeniosa?

-Bom sigues siendo la persona más divertida que conozco. No tengo una definición exacta de lo que eres.

Bom parecía contenta por eso.

-Así que es ingeniosa…

-Sí, ella lo es.- Dara consideró la curiosidad de Bom.- ¿Por qué todas esas preguntas?

-Leí en alguna parte que la gente se rodea con los que satisfacen una necesidad básica en ellos. Me preguntaba qué necesidad estaba cumpliendo Chae para ti.

Dara pensó en ello y se sentó.

-Supongo que estaba realmente necesitando una amistad de larga distancia con una lesbiana.

Bom se echó a reír.

-Supongo que sí.

~~~~ **** ~~~~

Nueva York, pensó Chaerin mirando los rascacielos desde la ventana de la limusina. Ahí estaba de nuevo.

-… Cuando llegue al hotel.- Minzy estaba diciendo en su teléfono.- Yo también te extraño… Awww… ¿de verdad?

Chaerin no prestaba atención, concentrándose en cambio en las vistas del exterior. Dara estaba en alguna parte, se dio cuenta, viendo la multitud en grupos, gente de rostro borroso. Pudo haber pasado ya delante de ella y no lo sabía. Dara estaba ahí fuera, en alguna parte, cenando, planificando su exposición, viviendo su vida. Y Chaerin estaba ahí, moviéndose lentamente a lo largo del tráfico de la ciudad de Nueva York, mirando al resto del mundo, viviendo su vida.

-Youngbae vendrá hasta mañana.- Dijo Minzy de repente y Chaerin volvió la cabeza para encontrar a su asistente sonriendo alegremente.

-¿Por qué?

-Dijo que es porque encuentra Nueva York inspirador, pero tengo la firma sospecha de que teme perder el o. O a mí. O las dos cosas. Espero.

-Todas las razones están bien.- Chaerin volvió su atención hacia la ventana.

-La reunión con Jessica para beber en el bar es a las nueve y media.

-Lo recuerdo.- Dijo Chaerin. Había estado esperando distraídamente que Minzy sacara el tema.- ¿Cuáles son tus planes para la noche?

-Servicio de habitación.- Minzy respondió con sencillez.- Y llamar a Youngbae. Tal vez un baño muy largo. No estoy segura de que haga lo primero.

Sonaba como una manera agradable de pasar la noche. Sus propios planes era igualmente simples en naturaleza: revisar su correo, tomar una ducha, reunirse con la directora, revisar su correo de nuevo.

Se preguntó cuáles eran los planes de Dara. ¿Incluían comprobar su correo? Chaerin trató de imaginar a Dara sentada frente a una computadora en alguna parte, escribiendo. Y todavía no podía hacerse una imagen de ella. La Dara en su mente era tan borrosa e indefinida como la gente caminando ahí afuera.

Minzy estaba de vuelta en el teléfono, presentándose a sí misma a quien estaba en el otro extremo de la línea.

-Por favor dígale al gerente que CL ha llegado…

~~~~ **** ~~~~

-¿Has oído hablar de Jiyong?- La madre de Dara preguntó, alzando la voz un poco más ante el ruido del agua cayendo en el fregadero de la cocina.

En la sala de estar, Jeong y SangHyun estaba jugando un videojuego, el sonido de sus peleas se mezclaban con el sonido del agua y la voz de su madre. Dara terminó de secar un plato y lo puso en el armario.

-No.

-Era un buen muchacho ese Jiyong. No debiste dejarlo ir. Alguien así, con todo ese dinero y toda esa inteligencia… habría sido buena para ti.

Dara agarró otro plato.

-Él me estaba engañando, mamá.

-Los hombres engañan.- Dijo su madre con toda la naturalidad del mundo.- Tu padre no fue diferente.

-¿Y lo dejaste?

Su madre dejó escapar una especia de risa ahogada.

-¿Eso es lo que piensas? ¿Que yo lo dejé?- Kyung sacudió la cabeza, enjuagó un plato, y se lo entregó a Dara.- Después de todos estos años, ¿piensas que yo quería que se fuera? No. Él se fue. Él empacó sus cosas y se mudó a California para estar con esa…- Dejó el resto de la frase en el aire. –Yo quería que se quedara. Tú y tu hermano merecían tener un padre.

Dara no sabía qué decir. No podía imaginarse en los zapatos de su madre, casada con un hombre infiel, y desear que se quedara por el bien de sus hijos. Pensar en eso la deprimía. Eso la hizo feliz de deshacerse de Jiyong.

-Tuvimos a Jeong.

Su madre asintió con la cabeza.

-Sí, ha sido un buen hombre.- Su madre siguió asintiendo, como si la acción la convenciera de lo que estaba diciendo. –No debiste haber dejado ir a Jiyong.

Dara respiró hondo, pero no respondió. Esperó un segundo hasta saber que el tema había terminado.

-Hablé con Siwon ayer.

Kyung hizo una pausa en sus acciones, sólo brevemente, antes de continuar.

-No me importa oír hablar de ese muchacho. Eso que tiene… es un enfermedad… eso no lo sacó de la familia de Jeong. Hablamos de ellos. Debe ser de esa mujer horrible que le dio a luz. No deberías estar hablando con él.

Dara suspiró en voz baja, sintiéndose cansada.

-Él se encuentra bien.- Dijo de todos modos.- Sé que no te importa y tal vez a Jeong tampoco… pero bueno, ya lo sabes.

Kyung no dijo nada. Las dos cayeron en el silencio mientras el agua seguía corriendo. La música de los videojuegos y el sonido de la risa de SangHyun seguían sonando.

-¿Quieres venir a mi muestra de arte en la galería?- Se atrevió a preguntar Dara. Había sido la razón por la que había llamado y acordado la cena.

Kyung se volvió hacia ella y sonrió.

-Claro que sí. ¿Crees que me perdería el gran momento de mi bebé? Por nada del mundo.

Dara sintió cómo se le formaban unas repentinas lágrimas en los ojos y rápidamente se apartó para que su madre no la viera. Toda la noche había temido preguntar, segura de que lo que ella consideraba un gran logro, sería visto por su familiar como un asunto trivial.

-El jueves es la noche de apertura.

Su madre se volvió a los platos.

-¿Vas a traer una cita?

Dara frunció el ceño ante la pregunta.

-No había pensado en e