-Solía venir aquí cuando era pequeño.- Dijo Seunghyun mientras entraban en el Guggenheim a la mañana siguiente.

-¿Ah, sí?- Dara habló, pero sin prestar mucha atención, tomó distancia por el propio museo. No podía evitar sentir una sensación de reverencia cada vez que pasaba por las puertas.

Siempre estaba iluminado, se dio cuenta en primer lugar, la cálida luz hacia abajo desde arriba, a veces se imaginaba que esto era lo que el cielo debía ser. Levantó la vista hacia la rampa en espiral enroscada como siempre y sonrió.

Seunghyun estaba hablando, y Dara pronto recordó que estaba ahí.

-… Y entonces mi mamá nos alcanzaba eventualmente.

Dara se rió y notó que reía demasiado, sintiéndose culpable de que había perdido la historia. Pensó en pedir disculpas y pedirle que la repitiera, pero antes de que pudiera decidirse, el momento se perdió.

Se dirigieron a la línea de entrada y Dara trató de pensar en algo que decir, algo que podría provocar algún tipo de conversación. Delante de ellos en la fila iba una pareja de jóvenes vestidos en trajes a juego. Su hija, o al menos la niña que Dara pensó que era su hija, estaba al lado de ellos.

-¿Quieres niños?

A Dara le tomó varios segundos para darse cuenta de que Seunghyun le hablaba a ella.

-¿Qué?

-No conmigo.- Dijo rápidamente.- Quiero decir… me refiero, tú sabes, en general.

No era el tema que Dara tendría previsto discutir mientras estaba en la fila en el Guggenheim, pero pensó que había peores lugares.

-Ah.- Dijo, algo incómoda. No tenía respuesta a esa pregunta.- Tal vez. Algún día.

-Eso es interesante. Siempre he querido hijos, muchos hijos.

-¿Como veinte?

-No tantos.- Dijo con una risa.- Como seis.

-Seis.- Repetía Dara como avanzaba la fila. Miró a la niña en frente de ellos que estaba girando una y otra vez mientras cantaba. Trató de imaginarse seis.- Bien, buena suerte.- Le sonrió.- ¿Qué pasa si tu esposa no quiere seis hijos?

-Bueno, me gustaría dejarlo claro antes de casarme.

-¿Como en la primera cita?

Se rió.

-Tal vez. O quizá lo utilice para ligar.

-Quisiera saber si eso llega a funcionarte.- Dijo Dara y se rió. La fila se movió de nuevo.- Pero, ¿y si encuentras a la mujer perfecta y ella no quiere tener hijos?

-Entonces no sería la mujer perfecta.

Dara asintió pensativa.

-Admiro tu convicción.- Dijo, aunque lo que quería decir es que ella lo envidiaba. Desesperadamente quería saber el tipo de persona que sabía exactamente lo que quería.

-Bueno, ¿qué hay de ti? ¿Hay algo sobre lo que sientes muy fuertemente?

Había muchas cosas sobre las que creía firmemente: el medio ambiente, los derechos de los animales, el arte. Pero ella no quería profundizar más que eso.

-No realmente.- Dijo finalmente.- Quiero decir, estoy segura de que debe haber algo, pero no soy demasiado exigente.

Finalmente llegó su turno y Dara insistió en pagar su entrada. Podría no saber lo que quería, pero ella sabía lo que no quería: No quería caer en los viejos patrones. No quería una persona que solo piense en dinero.

Miró a Seunghyun, guardaba sus billetes; la camisa arrugada y los pantalones vaqueros manchados como los suyos. Estar con Seunghyun, le gustaba la idea, en forma teórica. Sin embargo, sus pensamientos, mientras caminaban juntos hasta la rampa en espiral, estaban a la deriva y alejados del presente y se dirigían hacia la noche por delante.

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Chaerin inspeccionó el contenido de su armario esperando que algo saliera y le dijera: “Utilízame esta noche”, pero su ropa estaba en silencio. Detrás de ella, Minzy veía una entrevista y anuncios de televisión.

-Entonces, eso es un sí, ¿qué hay del comercial de chicles para Japón?

Chaerin se dio la vuelta.

-¿Qué comercial?

-Del que he estado hablando desde hace por lo menos cinco minutos.- Dijo Minzy sonando impaciente.- Vamos Chaerin, concéntrate por un segundo.

-Lo siento, es sólo…- Chaerin se volvió hacia el armario de nuevo para no tener que enfrentarse a Minzy.- Es una estupidez.

-Dara.- Dijo Minzy, sin molestarse en decirlo como una pregunta.

Chaerin no respondió. No quería decir que sí, que era Dara. Dara, que en ese momento estaba en una cita con un chico.

-Todavía no tengo idea de si ella va a estar en la fiesta esta noche.- Dijo Minzy suavemente.

Chaerin prendió la luz apagada en el armario y salió de la habitación.

-No importa. Y eso fue un no al comercial.

Minzy siguió a Chaerin fuera del dormitorio del armario y fueron hacia la sala de estar amueblada recientemente.

-Yang vendrá el miércoles. Él tiene un nuevo guión y te lo quiere entregar en persona.

-Genial.- Dijo rotundamente, y se estremeció ante la falta de emoción en su voz. Ella quería prestar atención. Quería estar emocionada por la perspectiva de un nuevo papel. Pero no podía.

Minzy pasó a su lado y se dejó caer en el sofá recién entregado.

-¿Te he dicho lo feliz que estoy de que finalmente tengas un asiento apropiado en este lugar?

Chaerin logró esbozar una sonrisa.

Se fijó en la nueva adición a su apartamento y su ánimo se levantó brevemente. Ella también estaba feliz. El sofá en blanco y negro había llegado temprano por la mañana y encajaba perfectamente en su espacio asignado.

-Es increíble lo que un poco de muebles puede hacer.- Dijo, pasando a tomar asiento junto a Minzy.

-En serio.- Dijo Minzy, apoyando sus pies sobre el sofá a juego.- Está comenzando a sentirse cómodo.- Suspiró con satisfacción.- Es muy cómodo este sofá, a diferencia de ese bloque de cemento que tienes en California y se hace pasar por un sofá.

Los pensamientos de Chaerin cambiaron inevitablemente a Dara y trató sin éxito de empujar los pensamientos de la artista a la distancia.

-Bueno.- Dijo Minzy.- Ya que no tengo tu atención en las cuestiones relacionadas con el trabajo, ¿por qué estás desanimada?

-Nada nuevo.- Dijo Chaerin con un suspiro. No quería hablar de Dara. En realidad no quería hablar de nada.- ¿Cómo está Youngbae?

-No estoy segura.- Dijo Minzy frunciendo el ceño.- Me envió un mensaje de texto muy desconcertante sobre anillos para el pene.

-Wow, esa no es la respuesta que yo esperaba.

-Dijo que quería probar algo nuevo para la próxima vez que no viéramos y el siguiente mensaje decía algo acerca de atascarse. Y luego otra vez me envió otro mensaje diciendo que no me preocupara. Por lo tanto, no tengo idea de lo que se ha hecho ahora.

-… Y esa es la última vez que pregunto por Youngbae.

Minzy sonrió.

-¿Así que… Dara?

-No es nada. Ella está en una cita. Y eso está bien. Es bueno. Muy bueno. Es… grandioso.

Minzy asintió con la cabeza.

-Sí, te ves muy emocionada.

Chaerin se dejó caer en el sofá, sintiéndose derrotada.

-¿Por qué es que nunca tus emociones siguen lo que tu mente dice? Quiero estar feliz por ella.

-Pero estás celosa…

-No tengo derecho a estarlo. Pero sí, creo que eso es lo que siento.

Minzy palmeó la mano de Chaerin.

-No tengo palabras sabias para ti.

-Sólo necesito empezar a filmar. Necesito una distracción.

-Ah, sí.- Dijo Minzy con una sonrisa.- La película en la cual puedes llegar a hacerlo tanto con Jessica y la mejor amiga de Dara.

-Cállate.- Dijo Chaerin frunciendo el ceño.- ¿No deberías ir a llamar a tu novio y asegurarte de que continua siendo anatómicamente masculino?

Minzy se rió y tomó su teléfono del bolsillo.

-Muy buena idea.- Dijo marcando.- Creo que deberías empezar con eso.

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Bom estaba esperando en el pasillo cuando Dara se aventuraba en el apartamento. Iba vestida casualmente en un albornoz de color rosa y una toalla enredada en su cabeza.

-Dímelo todo.- Le exigió antes de que la puerta incluso se haya cerrado.- Y ven conmigo, todavía no he escogido un traje para esta noche.

Dara obedeció y fue tras Bom a su dormitorio.

-Él quiere seis hijos.- Fue la primera cosa que pudo decir.

-Wow.- Dijo Bom, arrugando la cara.- Chicos, ustedes sí que se mueven rápido.

Dara se sentó en el borde de la cama de Bom.

-¿Quién le dice a alguien que quiere seis hijos en la primera cita?

-Espera, ¿quería seis hijos en la primera cita?

-No. Quiero decir, ¿cómo alguien dice eso en la primera cita? Quise decirle algo como: “Buena suerte, porque conmigo nunca sucederá”. ¡No lo sé! ¿Qué puedo hacer si quiere seis hijos?

-¿Él quiere exactamente seis? ¿Qué pasa si accidentalmente tiene uno extra? ¿Le tira a la basura?

Dara dejó escapar una risa.

-Tal vez.

Bom levantó un vestido y lo sacudió ante Dara.

-¿Qué opinas?

-Saca a relucir tus ojos.

-Es de color rojo. ¿Me estás diciendo que estoy poseída?- Se dirigió al espejo y colocó la prenda contra su pecho.- ¿No crees que hace ver más oscura a una rodilla que la otra?

-¿Qué?

-No importa. ¿Que quiere seis hijos? Bueno, probablemente no los quiere ahora, ¿correcto? Algún día. Y como has dicho, tal vez algún día querrás lo mismo. ¿Cómo estuvo el resto de la cita? En realidad, solo quiero saber la parte jugosa. ¿Te besó?

Dara sonrió.

-No. Parecía que quería, pero… no lo sé. No lo sé, Bom. Cuando estoy con él, no siento… lo que sea que se supone que sientes cuando estás atraída a alguien. Es lindo. Creo que es atractivo, pero… no hay nada más.

Bom rodó sus ojos.

-Atracción es todo lo que se necesita algunas veces. ¿A quién le importa si no llegas a pasar el resto de tu vida con él? Tienes veintiún años, Dara. Deja de pensar a largo plazo y piensa en el aquí y ahora. Al igual que esta noche. Tal vez encuentres a alguien que haga a tu corazón latir. Nunca se sabe.- Sostuvo otro vestido.- ¿Qué tal este?

Dara le echó un vistazo pensativa.

-Creo que hace que tu ceja izquierda se vea más gruesa que la derecha.

-Graciosa. Ojalá pudiera saber lo que todos llevarán. ¿Qué llevará CL?

Dara se iluminó ante la mención de la actriz.

-Ropa, me imagino.

-Qué útil. ¿Qué llevarás?