Chaerin se sentó en la alfombra de color crema pálida, con su espalda contra el borde de la cama,  su rostro se bañó de las huellas de un poniente sol. La conversación con Youngbae había dejado algo pendiente en ella.

“Nunca vas a encontrar a alguien a quien amar.”

Lo dijo como si las cosas fueran tan simples. Como si pudiera encarar a alguien y decir: “Hola, quiero tener una cita contigo”. Y vivir felices para siempre.

Si tan sólo pudiera amar a Youngbae…

Si al menos no se encontrara en el ojo público.

Si…

Suspiró y dejó caer su cabeza contra el colchón. Se sentó junto al cuadro que había comprado anteriormente, mirándolo con expectativa. Aún no sabía por qué no lo había empaquetado junto con todo lo demás, o por qué mantenía la mirada fija en él.

No era como si ella siempre se interesara por el arte, nunca había tenido tiempo para ir a galerías o museos. Pero había algo acerca de esa imagen, sobre la soledad que irradiaba, que le llamó la atención a Chaerin de una manera que no podía explicar.

La hacía sentir menos sola, sentada en la sala en silencio, viendo como otro día sin sentido se perdía en su memoria.

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-Te amo.- Dijo girándose para mirarla en su lugar de la cama.

Pero Dara mantenía su mirada en la pantalla de la computadora, a su informe de Shakespeare, un lienzo en blanco en la pantalla.

¿En serio? Quería preguntar, porque lo había escuchado, y porque a pesar de sí misma, ella realmente quería saberlo.

-También te amo.- Respondió cuando el momento de la verdad había pasado y todo lo que quedaba era una sensación de expectativa.

-¿Quieres hacer algo más tarde?

-Estoy tratando de escribir este informe.- Ella contestó, mirándolo, atreviéndose a iniciar una pelea.

-Después de esto.

-No estoy segura de que habrá un “después de esto”. Creo que me va a tomar toda la noche.

-¿Cuánto tiempo te puede tomar?

-No soy buena con los informes.- Respondió ella, con un poco de irritación en su voz.- No todos somos unos genios aquí, ¿recuerdas?

Jiyong suspiró cubriendo su desagrado.

-Mira, voy a callarme y dejar que hagas ese informe.- Él saltó fuera de la cama y se puso junto a ella por un momento, mirando hacia Dara cuidadosamente.- ¿Cenamos mañana?

-No puedo. Cosas de familia.

-¿Qué cosas de familia?

-Siwon quiere hablar con nosotros acerca de algo.

-¿Sobre qué?

-Puedo decirte con seguridad que no tengo ni idea.

-Oh…

Dara se mordió el labio y lo miró.

-Lo siento, no te invitó.

-No, está bien. Me imagino que sólo no soy parte de la familia como lo pensaba.

-Jiyong…

-Lo siento.- Él se disculpó.- Si es una cosa de familia, entonces es una cosa de familia.

Dara optó por dejar de lado el hecho de que sí había invitado a Bom.

-Es cosa de Siwon.

-Y él me odia, ¿no?

Dara frunció el ceño a su novio.

-No te odia. Él simplemente no te conoce muy bien.

-Sí, y tú no pareces muy interesada en poner remedio en esa situación.

Jiyong parecía visiblemente molesto, y Dara no sabía qué decir para que él se sintiera mejor. Es cierto que su hermanastro no le había tomado cariño a Jiyong, a diferencia del resto de la familia, que prácticamente lo adoraban. Simplemente no tenía ninguna explicación de por qué.

-Es sólo una noche. Voy a ir, escuchar lo que Siwon tiene que decir, y luego, tal vez podamos salir juntos cuando regrese.

Jiyong asintió después de un momento de reflexión.

-Voy a esperar aquí. Bom va a estar fuera mañana, ¿verdad?

Mierda.

Dara centró su mirada en el monitor de la computadora donde la esperaba su informe, lo que parecía en ese momento, el menor de todos los males.

-Ehm, en realidad, ella viene conmigo.

Jiyong guardó silencio y Dara se vio obligada a mirarlo.

-¿Por qué?- preguntó.

-Siwon quiere que ella vaya.

Jiyong asintió.

-Entiendo.

-Ellos se han conocido desde siempre, Jiyong. Tiene sentido.

-Déjalo, Dara. Me voy.- El golpe de