Las luces del sol perseguían las sombras a través de la alfombra negra de la limusina mientras el vehículo se movía entre el tráfico de medio día, y Chaerin observaba las sombras en movimiento antes de cambiar su mirada a la ventana. Cita. Esa fue la palabra que Dara había utilizado y Chaerin le había hecho eco. Pero no hay nada seguro sobre la forma en que se sentía en torno a Dara, y especialmente acerca de Dara, lo que hacía aún más difícil no obsesionarse con la intención de las palabras.

-Las fotos de hoy fueron grandiosas.

Chaerin no dijo nada y los momentos de silencio se marcaron. No sabía cómo expresar que no le importaba.

-Y la fotógrafa era bastante y, ¿eh?- Minzy continuó, tocando al mismo tiempo las teclas de su celular.- ¿Cuál era su nombre? Algo exótico.

-Jane.- Dijo Chaerin, y casi sonrió.

-Era y.

Chaerin no lo había notado. Recordaba vagamente las luces brillando sobre ella mientras luchaba por mantener una pose fotogénica, escuchando la voz de una mujer guiándola desde su cámara de un momento a otro. Se recordaba mayormente pensando en Dara.

-¿Cómo lo hiciste?

Minzy fruncía el ceño desde su Blackberry.

-¿Hacer qué?

-Dejar de quererme.- Chaerin miraba intensamente a su amiga, buscando una respuesta en sus ojos.- Habías dicho que te gustaba antes… que querías más de mí.

-¿Me estás haciendo en serio esa pregunta?- Minzy sonaba un tanto asustada y avergonzada. Miró hacia afuera, como si se debatiera si responder o no. –No hay truco para ello, Chaerin. No hay manera de obtener más de alguien.- Miró hacia abajo en su teléfono otra vez, pero no volvió a escribir.- Estoy haciendo una conjetura de lo que realmente quieres saber.

-Así es.- Admitió Chaerin, y la idea de que pudo haber ofendido a Minzy entró en su cuenta.- Lo siento. No debí preguntar eso.

-No importa.

-Por supuesto que importa. Son tus sentimientos respecto a mí. Incluso lo que yo no conocía en ese momento.

Minzy no respondió de inmediato, y el sonido del tráfico circundante tomó el lugar del silencio en el ínterin.

-Chaerin, no quiero que lo tomes a mal, pero… ¿alguna vez has considerado que tal vez solo te gusta Dara porque piensas que no puedes tener nada con ella? ¿Qué tal vez solo te permites sentir algo por ella porque piensas que es seguro?

Seguro; ahí estaba esa palabra otra vez, y Chaerin frunció el ceño solo brevemente antes de descansar la cabeza contra la ventana. Dejó la cuestión perderse en los espacios vacíos de la limusina mientras veía pasar los edificios.

¿Cuál era el propósito de encontrar razón a sus emociones?

-La quiero.- Dijo finalmente.- A pesar de tener miedo.

-Pero, ¿la seguirías queriendo si pudieras tenerla?

-Sí.- Dijo Chaerin fácilmente, sabiendo que era verdad.- Aunque no hay alguna posibilidad de que eso suceda.

-No puedes saber eso.

-Bueno, prefiero pensar que no existe esa posibilidad.- Admitió Chaerin.- Incluso si me gusta la idea, no puedo albergar la esperanza de que sus sentimientos sean los mismos. ¿Cuál es el punto? Siempre me dejaría al final.

-Esa es una actitud tonta.

-Estamos francos hoy, ¿verdad?

Minzy pasó a su asiento, mirando seria.

-Chaerin, no puedes entrar en una relación pensando que no va a durar. Por supuesto, las posibilidades son que no, pero eso no quiere decir que la ruptura sea segura. Solo porque dos personas descubren que no están hechos el uno para el otro después de meses de soportar cosas como robots japoneses e improvisados anillos de pene no significa que la relación sea una total pérdida de tiempo.

Las palabras fueron registradas por la mente de Chaerin, y miró a Minzy sorprendida.

-¿Tú y Youngbae rompieron?

Minzy se mordió el labio en respuesta.

-Depende de cómo te sientas acerca de ello. Si estás enfadada, no, estamos felices juntos.

-Minzy.- Dijo Chaerin, sintiéndose impaciente.- ¿Por qué no me lo habías dicho? ¿Cuándo sucedió esto?

-Aproximadamente una semana.- Minzy parecía aliviada cuando lo decía.- Tuvimos una gran pelea porque… bueno, no importa. Simplemente nos dimos cuenta de que no estaba funcionando. Queremos cosas diferentes, no estamos en el mismo punto emocionalmente, etc.

-¿Así de fácil? ¿Se ha acabado?- La idea era deprimente. Chaerin luchó para envolver su mente alrededor de la noción de que dos personas podían estar un día locamente enamorados y al siguiente… ¿qué?

-Todavía seguimos siendo amigos. Youngbae me encanta, y sé que se preocupa por mí, pero ahora no estamos bien. Honestamente, suena como un cliché.

-¿Robots japoneses?

Minzy dejó escapar una carcajada.

-¿No te dijo acerca de Buttercup? Espera, no, no solo Buttercup, sino Buttercup!, con un signo de exclamación al final.

-Creo que recuerdo esa conversación.

-Es ese misterioso guión que no le dijo a nadie acerca de él. Y de alguna manera, solo Dios sabe, que tenía financiación garantizada. Yo estaba entusiasmada con todo hasta que me dijo que se trataba de un robot japonés asesino cuyo nombre era Buttercup! y que su batería funcionaba a base de sushi.

El estado de ánimo de Chaerin se levantó y se echó a reír. Había algo edificante sobre la locura de Youngbae.

-Por favor, dime que va a ser un musical.

Minzy se iluminó de repente.

-¡Oh, Dios mío, eso espero! En realidad es un proyecto más interesante ahora que no tengo que pensar que es mi novio. De todos modos, eso sigue siendo un secreto.- Añadió, ya que su celular sonó. Miró en la pantalla y sacudió la cabeza.- ¿Echaste un vistazo a las invitaciones que te di? Mentes inquisitivas quieren saber a cuales asistirás.

-Creo que iré por la apertura del club mañana por la noche.- Dijo Chaerin, pasando mentalmente a través de las opciones de clasificación.- Estaba pensando…- Hizo una pausa, al darse cuenta de que no había pensado lo suficiente, y que quizá no debería decirlo todavía.

-¿…Tú estabas pensando?

Consideró decir algo distinto a la verdad, pero decidió que era absurdo.

-Estaba pensando en pedirle a Jessica que no encontráramos ahí… tú sabes, accidentalmente a propósito. Pero no sé, quizá es estúpido.

-Creo que mientras no seas sorprendida atrapada haciendo algo en el baño con ella, todo estará bien.- Minzy sonrió. -¿Irás por ella?

-No sé.- Dijo Chaerin, porque eso era realmente la verdad.- Siento como si debiera hacer algo más que caer en Dara. Jessica me gusta… simplemente no puedo averiguar hasta qué punto me gusta, o hasta donde podría llegar con ella.

-No deberías analizar esto demasiado. Te gusta o no. Quieres dormir con ella o no. Puedes pensar todo lo que quieras, pero no va a cambiar cómo te sientes cuando está frente a ti. Y lo mismo pasa con Dara, puedes minimizar tus emociones a tu antojo, pero no vas a hacer que la quieras menos.

-Tal vez debería despedirte como manager y contratarte como mi psiquiatra.

-Podrías.- Acordó Minzy con una sonrisa.- Pero no creo que puedas permitirte eso.

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El apartamento olía ligeramente a cloro y alimentos fritos, los restos de otro productivo día en la vida de Kyung Park. Dara se sentó en la sala, pensado que su  madre parecía tanto agotada como deprimida. La culpa se levantó en su interior con tanta fuerza que tragó saliva. Tendría que haberla visitado antes y llamar más seguido. Debería haber estado más disponible. Pero había sido egoísta, atrapada en frivolidades y tontos enamoramientos, y ahora aquí estaba su madre, mirándola malhumorada y desgastada.

-Realmente desearía que vistieras mejor.- Dijo Kyung, al hacer un sonido con su lengua en desaprobación.- ¿No tienes ropa bonita?

Dara miró hacia abajo en su camiseta y sus pantalones vaqueros y se preguntaba qué veía su madre en lugar de eso. Pero la culpa todavía estaba ahí, haciéndola desear complacer a su madre.

-Tal vez podamos ir de compras alguna vez.

La sorpresa brilló claramente en los ojos marrones de Kyung.

-Si tú quieres.

-Claro que sí.- Dijo Dara con confianza, pensando que tal vez era cierto. Tal vez ella quería vestirse mejor. Tal vez cierta estrella de cine podría notarla entonces.- ¿Dónde está Jeong?

Parecía una pregunta bastante inocente, pero el humor de su madre se oscureció.

-No sé.- Dijo, en un tono que implicaba el final de la conversación. Tomó el control remoto y encendió la televisión.- Voy a ver el final de mi novela.

El súbito cambio tomó a Dara con la guardia baja y luchó para dar sentido a la reacción de su mamá. ¿Qué se había perdido?

-Voy a empacar los plátanos.- Dijo ella, de pie.

-Le pedí que se fuera de la casa.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Las cosas no estaban bien.

Dara miraba a su madre, con la esperanza de una explicación o, al menos, un momento de claridad a través de la confusión, pero nada apareció. Kyung subió el volumen de la televisión y se acomodó en la silla.

-Deberías ver esto…- Dijo.- Es muy buena. Hay un joven muy guapo.

-Voy a saludar a SangHyun.- Dijo, molesta de que su madre estaba encerrada en su comportamiento.

Se dirigió por el pasillo, sintiendo menos culpabilidad. Ahora recordaba por qué no la había visitado en un tiempo.

Llamó a la puerta de su hermano. Cuando respondió, entró, trató de recordar la última vez que había estado ahí. No podía poner una fecha a la misma, pero poco había cambiado. La cama doble se mantenía contra la pared izquierda, con las sábanas hasta el piso. Las paredes estaban cubiertas con imágenes predecibles: coches, y una ocasional mujer semidesnuda.

Dara casi dio por terminada su inspección, cuando su mirada cayó sobre una cara familiar. Oculta en el collage de las decoraciones de la pared estaba una tapa de CL vestida en un bikini negro, el agua y la arena mojaba rociaban en su piel bronceada. El primer instinto fue mirar, a fin de tener en perfecta forma a Chaerin y comprometer aún más a la memoria. Pero entonces sintió una sacudida de ira en sí misma y, a continuación, hacia su hermano. Tuvo la repentina necesidad de rasgar el cartel de la pared y lanzar comentarios hipócritas a SangHyun.

-¿Sólo vas a estar ahí todo el día?

Su ira se desinfló en el sonido de su voz. SangHyun estaba sentado en su escritorio, jugando en el ordenador.

-¿Qué estás jugando?

-StarCraft.- Dijo distraídamente, sus dedos se desplazaban rápidamente sobre las teclas.- ¿Qué te trae a mi guarida?

-Mamá está rara.

-Sí…

Dara se apoyó contra el costado de su escritorio. Lo observó en silencio durante unos minutos más. Su cabello oscuro estaba demasiado largo, golpeando su rostro al ritmo del juego. Sus ojos marrones brillaban con el reflejo del monitor y el parpadeo de las imágenes en movimiento, su mirada pasaba de un lado a otro en la pantalla.

-¿Qué pasa con ella?- Preguntó, volviendo al tema en cuestión.- Ella no me lo dirá.

-Piensa que Jeong está durmiendo con la señora de abajo.- Dijo casualmente, con su atención en el juego.

Las palabras la conmocionaron y parpadeó.

-¿Qué? ¿Por qué?... ¿Lo hace?

SangHyun resopló y se echó a reír.

-Jeong es demasiado como un gatito para engañar a mamá. Pero no te preocupes, lo estuve observando para asegurando. Mami no necesita esa mierda otra vez.

-No.- Corrigió ella.

-Sí.- Dijo, asintiendo con la cabeza, distraída aún por la acción en pantalla, pero hizo un sondeo sobre el asunto. –Le patearé el maldito trasero si hace lo mismo que hizo el otro cabrón.

Dara pensó en su padre y sintió la ira regresar.

-¿Por qué cree mamá que Jeong la engaña?

-Porque él va al centro a ver a un psiquiatra.- Dijo.- Hurgué en sus cosas y encontré los recibos. Tiene que ir como tres veces a la semana. Había cierta carta de su jefe exigiendo ver a alguien por algo del estrés relacionado con el desglose que había tenido en el trabajo. Pero, por supuesto, él es un machista de mierda para admitir eso. Así que sigue diciendo esa mierda acerca de donde está y lo que ha venido haciendo. Llegó a casa con algunos plátanos el otro día y dijo que había ido a recogerlos en el mercado, y luego el día de hoy vino una señora preguntando algo sobre alguna basura y de alguna manera se supo que los plátanos eran de ella. Mami pasó a echarlo.

-Jesús.- Dijo Dara, envolviendo su mente alrededor de la historia. Se preguntaba donde había estado a través de todo.- ¿Por qué Jeong se habría quebrado?

-Siwon, probablemente. Él estaba todo desgarrado al respecto; giraba en torno a actuar como si perdió un hijo. Mamá creo que solo resultó aliviada de que no seamos uno de nosotros que resultara ser extraño.

Pánico, eso es lo que Dara sentía ante las palabras; sintió un miedo tan fuerte que la dejó momentáneamente sin aliento. Su mirada indicaba el cartel de CL y se sentía avergonzada.

-¿Cómo está Siwon?- SangHyun preguntó suavemente, de modo que Dara casi no lo oyó.

-Él está bien.- Dijo con cuidado, segura de por qué su hermano estaba preguntado.- ¿Por qué?

Miró rápidamente a otra parte y se encogió de hombros.

-Lo extraño.- Su voz era tranquila, como si le preocupara que alguien pudiera escuchar.- No lo odio ni nada, ¿sabes?

Dara no lo sabía, pero quería saberlo.

-Reaccionaste muy fuerte…

-Sí, bueno.- Él se encogió de hombros una vez más, incómodo con el tema. El juego parecía olvidado.- Mira, este es el tipo de mierd