Los días siguientes fueron un caos para mi pobre Jiyeon, el CEO resignado le había permitido volver a la casa que todas compartimos, pero claro que como aún no se creía del todo mi relación con Jang Woo oppa, decidió que Jiyeon durmiera terminantemente sola, todo esto al menos mientras Lee Dong Gun se recuperaba. No quería ni pensar en aquel hombre, cuando mi Dino me conto lo que sucedió, por poco voy al hospital para terminar lo que ella empezó, por eso tuve que recurrir a los calmantes una vez más, es decir a los calmantes más fuertes, no a los ansiolíticos que solía tomar todos los días.

Las demás aunque apoyaron a Jiyeon parecían sumidas en su propio mundo. Boram estaba molesta, y sé que es porque quiere formalizar su relación con Jun Ki oppa, pero es difícil cuando la situación de ninguna con la empresa está del todo bien. Y eso me hace sentir responsable en gran parte. Pero por su lado está el Minkyul, aquellas dos parecían vivir en una constante luna de miel últimamente, me ponía feliz por ellas, pero estos días sentía que me ocultaban algo.

Me encontraba en mi cuarto junto con Soyeon, quien dormía plácidamente, pero yo no podía conciliar el sueño, las preguntas daba vueltas en mi cabeza, ¿cómo conseguiríamos averiguar lo que estaba tramando Lee Dong Gun? ¿No era acaso este el momento justo para lograrlo? es decir, ¿qué mejor momento que ahora, cuando se encontraba impedido de hacernos daño a mi o a Jiyeon? ¿Y qué es lo ocultaban aquellas dos? Eran demasiado evidentes al querer ocultarme algo, estaban hablando muy juntas todo el tiempo, y eso no sería sospechoso, de no ser porque cuando me veían se callaban rápidamente o cambiaban de tema de forma poco sutil, aquellas dos como detectives privados morirían de hambre en el primer mes de trabajo o deberían vivir a ramen instantáneo.

Me levante y me dirigí directamente a la habitación de aquellas dos, con la idea de al menos aclarar un punto de los que no me dejaban dormir, pues sentía que no podía hacer esto sola, pero en cuanto llegue a la puerta, me di la vuelta avergonzada, gemidos demasiados audibles se escapan de aquel lugar y agradecí no haber tocado la puerta antes de escucharlos, no quería si quiera imaginarme si provenían de Qri o de Hyomin.

-ah...Minnie...mas...- escuche que decia Qri mas audible aun, dándome la respuesta que no quería escuchar, aisshh, tape mis oídos y me di la vuelta.

- no se tu Unnie, pero yo siento bastante envidia.-dijo Jiyeon sorprendiéndome, estaba recostada contra la pared frente a la puerta.

-¿estabas... aquí?- pregunte titubeando

- claro, te vi salir del cuarto, pero no entiendo ¿por qué vendrías al cuarto de Qri-a y Hyomin-a y no al mío?- pregunto sonriéndome de lado

- no pienses cosas extrañas Jiyeon-a, tengo que hablar con ellas, es solo eso.- dije nerviosa al ver cómo me miraba de arriba a abajo.

-¿vestida así Unnie?- dijo acercándose a mi sin dejar de mirar mi cuerpo, me mire por primera vez, estaba con una musculosa fina color negra, sin sostén y unos shorts de algodón azules.

-¿qué tiene mi ropa?- dije a la defensiva, mientras intentaba cubrirme con las manos. Ella se acercó más a mí, tan cerca que sentía su aliento en mi piel y mi corazón comenzó a acelerarse.

- solo yo puedo verte así Unnie, no quiero que nadie más lo haga.- susurro en mi oído- permito que duermas con Soyeon Unnie porque sé que nunca te miraría de ese modo, ella solo puede ver a  Rambo.

- ertida- dije apartándola, pero ella me abrazo de manera más dulce de lo que pensé lo haría, casi sin apoyar su cuerpo contra el mío- Jiyeon-a...

- extraño sentirte, sé que no paso tanto tiempo desde que estuvimos juntas, pero realmente te necesito, me muero por besarte, por escucharte gemir mi nombre- susurro nuevamente.

Mi piel se encendió con cada palabra, mi mente comenzó a viajar hacia los días  donde aquí mismo nos hubiéramos besado sin miedo a que nadie más nos viera, pero para mantener la farsa Jiyeon siempre me esquivaba durante el día, o solo me hablaba de este modo, en susurros. Queria besarla, claro que quería, mis labios reclamaban por ello con cada día que pasaba, pero me decía a mí misma que si alguien entraba de imprevisto, y ese alguien era el manager, el CEO o alguno de los asistentes y nos veían, sería la caída de mi falsa relación con Jang Woo oppa y la alejarían de nuevo de mi lado. Pero era de noche, nadie entraría en este momento ¿que importaba?

Jiyeon se apartó mientras yo pensaba en todo esto y cuando volví a mirar me encontraba sola en el pasillo, suspire.

- Ah...dios...Qri...!!!!!!!- escuche la exclamación de Hyomin y me tape los odios, debía decirles a esas dos que se callaran un poco, las demás dormíamos o paseábamos por los pasillos y no era agradable escuchar aquello. Mañana se los diría, aparte de exigir explicaciones. Volví por donde vine  y esta vez intente conciliar el sueño, pero luego de varias noches sin pesadillas el rostro de Jiyeon se apareció de nuevo en ellas, volví a soñar con mi yo pequeña y nuevamente era Soyeon Unnie quien me tenía entre sus brazos cuando desperté llorando y agitada.

Luego de darme una ducha y despejarme un poco, Soyeon me abordo mientras iba hacia la cocina para desayunar, hoy tendría una agenda apretada y la verdad iba bastante apurada. 

- Eunjung-a... ¿estas yendo con el Dr. Choi?- pregunto Soyeon sin rodeos, creo que debía esperarme aquella pregunta de ella o de alguna de mis unnies.

-bueno...- dije sonriendo.- no es que no esté yendo...es que..

- ¿Eunjung-a!??!!!- me reclamo, indignada obviamente por mi descuido en mi tratamiento, pero sinceramente no confiaba en el Drcho.

- lo siento, lo siento, luego hablamos Unnie..- dije escapándome de su mirada de enojo y salí de la habitación.

- ¿apurada?- me pregunto la voz de Jiyeon desde la cocina mientras yo iba casi corriendo, decidí ignorarla, no quería recordar mis pesadillas de la noche.

Ya en la van de la empresa con un asistente me sentí más tranquila, pero el pequeño celular que Boram me había dado y que guardaba dentro de mi ropa, entre el sostén y la remera comenzó a vibrar, agradecí que mi asistente no se encontrara a mi lado y no pudiera notar lo nerviosa que me