Capítulo 48: "- Mierda, mierda, mierda."

taeyeon kim ( taeny, vampiros)

- Este es el plan. – soo  susurró. Era miércoles por la noche, y el tiempo se nos acababa. Supuestamente había tenido una muy buena idea para escapar, y habíamos esperado a que Tony oyera el plan con nosotras, detrás de la puerta por supuesto. –

Mañana en la noche, cuando chang  esté preparándose para irse, Tony vendrá a buscar a los que estén cuidando nuestra puerta, les dirá que Rick quiere hablar con ellos, se irán, y tendremos el pase libre para abrir la puerta.

- Pero estará cerrada, ¿cómo se supone que van a salir? - Tony me había robado las palabras de la boca. Soo  me miró, y la luz blanca de la luna hizo destellar más su sonrisa.

- Fany sabe hacerlo. - Está bien, no era una habilidad de la que estaba orgullosa, pero era cierto.

- Necesito herramientas, no puedo sólo hacerlo con los dedos. - Dije frunciendo mis cejas.

- Ahí es cuando entro yo... - La voz de soo  sonaba más entusiasmada de lo que en realidad tendría que estar. - Mañana me encargaré de robar lo que necesites de la cocina, sólo tienes que pedírmelo. - Asentí con la cabeza, haciendo una pequeña lista de lo que necesitaría para hacer mis herramientas de manera casera. – chang  y los demás se irán, lo cual significa que nuestra única preocupación, son Rick y sus amigos, que rondarán por todo el lugar cuidando que todo esté en orden. La idea es evadirlos, lo más que podamos. – soo  se acercó a mi oreja y usó un tono que fue extremadamente bajo, apenas audible para mí. - Iremos a la habitación de los niños, y llevaremos a lauren con nosotras. - Asentí con la cabeza cuando se alejó. Ninguna de las dos quería que Tony se pusiera mal al hablar sobre eso.

- ¿Pero cómo van a salir? Sólo hay una salida. La puerta principal. Y es en frente de la oficina de chang, si alguien está cuidándola, es imposible escabullirse sin que las vean. Además, está cerrada con llave y candados. Tendrían que tener el cami   demasiado libre por mucho tiempo como para que Fany las abra. Es imposible. - Miré a soo negar con la cabeza.

- No vamos a salir por la entrada principal. - Fruncí mis cejas otra vez.

- ¿Entonces por dónde? - La sonrisa de soo  se hizo más grande mientras me mirabaincluso parecía macabr

- El sótano. - Mi cara generó una mueca de confusión completa.

- ¿El sótano? - La voz de Tony había sincronizado con la mía, no sólo con la oración, sino que también con la confusión.

- El sótano. - Negué con la cabeza, esperando a que soo  se explique. - ¿Recuerdas que cuando éramos pequeñas, casi siempre desaparecía?

- Sí, cuando chang  nos llamaba para asignarnos las áreas que teníamos que robar...

¿Qué tiene eso que ver? - Pregunté, aún confundida.

 

- Como no quería estar ahí, recorría el orfanato hasta que me aburría y volvía a la habitación. Un día, mientras vagaba por las habitaciones abandonadas, las que Chang  usa para dejar las cosas del orfanato, encontré una pequeña puerta detrás de unas estanterías, y cuando pasé, baje unas escaleras de madera y ahí estaba el sótano. Era pequeño y húmedo y estaba lleno de telarañas. Pero había juguetes. Muñecas de porcelana y pelotas, también ropa. Supongo que eran cosas que los asistentes del gobierno enviaban de vez en cuando, como regalo o donación, y chagn  las ponía ahí. - Abrí los ojos sin poder creerlo.

Ese maldito bastardo. Había usado la misma camiseta por tres semanas. Había tenido que robar una porque la otra se había arruinado de tantos lavados.

- Hay una pequeña ventana. Tiene cerrojo y toda la cosa, pero sé que podrías abrirlo si lo hacemos con rapidez. Espero que quepamos. - No pude evitar sonreír. Me abalancé sobre soo  y besé su frente mientras reía.

- ¡Tú, pequeña Dora la exploradora! ¡No sé si besarte o abofetearte por ser la responsable de que estemos aquí adentro! – soo  me sonrió un poco tímida mientras me abrazaba.

- Te dije que nos sacaría de aquí. Era lo mínimo que podía hacer. – Estábamos adelantándonos, obviamente, pero las esperanzas no dejaban de crecer dentro de mi corazón.

Volvería a ver a taeyeon. Volvería a sentir sus brazos a mí alrededor cuando me abrazaba. Volvería a besarla. Volvería a tenerla  junto a mí.

- ¡Oye, tú! – soo  y yo nos miramos alarmadas al oír una voz que no era la de Tony detrás de la puerta. - ¡No puedes estar aquí! - Pegamos nuestras orejas contra la puerta para escuchar mejor.

- Creí que era mi turno de vigilancia, lo siento. - Tony mintiendo. Era una extraña sensación y me sentía mal por decirlo, porque no estaba bien, pero, por Dios, cómo había extrañado al Tony mentiroso. Era un actor de primera. - Me iré y ya no causaré más problemas. - Miré a soo, conteniendo la risa y los nervios de que lo descubrieran. Nos descubrieran. - Adiós. Y vigílalas bien, están bastante revoltosas.

- Distinguir los pasos de Tony por el pasillo, se había convertido en un pasatiempo. Soo  golpeó mi brazo en el momento en que escuchaba el ruido de la cerradura. Corrimos como animales hambrientos a un plato de pasta y nos sentamos en nuestras camas. Soo  tomó el cobertor de la cama y cubrió todo su cuerpo mientras un chico de unos quince años abría la puerta, con el ceño fruncido.

- ¡OH POR DIOS! ¡OH POR DIOS! ¡ESTOY DESNUDA! ¡DEGENERADO! -

Gritó soo, completamente histérica. Me quise reír al ver la cara de terror del niño, pero no lo hice.

- ¡OH POR DIOS! ¡QUIERE VIOLARTE SOO! ¡OH POR DIOS! - Le seguí el juego y luego gritamos como dos chicas en plena película de terror. Soo  tomó su almohada y la revoleó directamente a la puerta, golpeando en la cabeza al chico que ahora estaba horrorizado.

 

- Yo no... - Dijo, poniéndose rojo.

 

- ¡NO NOS VIOLES, POR FAVOR! ¡SOMOS VÍRGENES! - Gritó soo otra vez.

El chico, al ver tremenda escena, tragó saliva y dejó la almohada dentro de la habitación, levantando las manos, como intentando decirnos que no nos haría daño. Luego, intentó hablar una vez más, pero yo chillé agudamente y simplemente cerró la puerta detrás de él.

Soo  y yo estallamos en carcajadas silenciosas.

Extrañaba nuestros momentos.

(...)

 

- ¡SÓLO PEDÍ UNA JODIDA DUCHA! ¡Y ME DIERON DIEZ MÍSEROS MINUTOS! ¡NO TUVE TIEMPO DE ENJUAGAR MI CABELLO! - Rick empujó a la soo  chillona dentro de la habitación.

- Estuviste metida ahí adentro como media hora. - Bufó frustrado.

- Que tú no estés familiarizado con lo que 'ducha' significa, no es culpa mía. – Rick apretó sus puños, conteniendo sus ganas para golpearla, pero en vez de hacerlo, cerró la puerta con fuerza. Soo se volteó hacia mí con una sonrisa y metió su mano dentro del bolsillo de su pantalón. Una tijera se deslizó por el piso. Cuando levantó su remera, pude notar un alambre alrededor de su estómago. De la cintura de su pantalón se asomaba un cuchillo que también se deslizó por el suelo junto con el alambre. - No conseguí una lima, pero supongo que esto sirve. - Metió la mano debajo de su blusa y sacó un afilador de cuchillos de su ropa interior. La miré horrorizada. Ella sólo se encogió de hombros. - Los compro más grandes para que parezcan más grandes. - Sonreí y negué con la cabeza. No tenía remedio. - Oh, casi lo olvido. - De su cabello, sacó unos cuantos clips que se había enganchado, generando un bonito peinado. - Creo que voy a plantarlos como una nueva moda. - Me dijo mientras los ponía en mi mano. - ¿Crees que podrás terminarlo para esta noche? - Tomé las cosas y las esparcí en mi cama, intentando crear una ganzúa casera que soportara unas cuantas cerraduras.

- Eso espero. - No estaba segura de mis manos hábiles, porque últimamente estaban muy torpes. Hacía unos cuantos meses que no hacía esto, hasta parecían años, y antes sólo la había usado para abrir las alacenas en donde chang  guardaba la buenacomida. Dulces, principalmente. Los dulces valían el riesgo.

Suspiré intentando recordar todos y cada uno de los pasos. No podía cometer un solo error, porque un error significaba encerradas para siempre. Significaba chagn  y Rick furiosos. Significaba golpes.

Agité la cabeza y me obligué a concentrarme mientras me ponía manos a la obra.

Había pasado toda la tarde dedicada a llevar a cabo nuestra única esperanza de salir de este lugar. Había tenido que esconder mi creación, de la cantidad de veces que Rick y sus amigos habían abierto la puerta, y me sorprendí a mí misma cuando Chang  no había venido a visitarnos. Hacernos sufrir era su pasatiempo favorito.

Pero supuse que estaba muy ocupado. soo se había encargado, además, de traer la comida y de ayudarme cuando se lo pedía. Generalmente, con las herramientas correctas, en el lugar correcto, de la manera que quería, sólo tardaba media hora para crear la ganzúa. Pero en este caso, había hecho más de cuatro, y ninguna parecía ser lo suficientemente resistente como para no romperse mientras intentaba abrir la cerradura de alguna puerta. Las guardé en mi bolsillo, sólo para tener unos cuantos repuestos.

- ¡Chicas! - La voz de Tony me hizo entrar en pánico. Aún no había terminado la que tenía en la mano. Soo  abrió los ojos en mi dirección, mientras veía que me volvía loca y que mis dedos se movían con más velocidad que de costumbre. -

Tienen diez minutos hasta que se den cuenta que Rick no los ha llamado de verdad. Debo irme en este mismo instante o chang  mandará gente a buscarme. Ya se están subiendo todos a la camioneta. - Sentía que me ponía a llorar. Porque mis manos parecían más torpes que nunca, y porque Tony se estaba yendo y no había manera de que nosotras podamos ayudarlo. - Adiós, y buena suerte. - Miré a soo  que luchaba, al igual que yo, por no llorar. - Las amo. - Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Limpié mis lágrimas con mis brazos, porque mis manos estaban ocupadas.

- Nosotras también. - Dijo soo  por ambas. Sorbí mis mocos, y asentí, sin poder decir una sola palabra. Se me partía el corazón en un millón de pedazos mientras Soo  limpiaba sus lágrimas y se sentaba junto a mí. Las dos escuchamos al mismo tiempo los pasos de Tony por el pasillo. Corriendo. Agité mi cabeza para sacar la imagen de él de mi cabeza. Tenía que concentrarme para que todo saliera bien. -

¿Te falta mucho? - Fulminé con la mirada a soo  y se alejó de mí con cuidado. Rápidamente, doblé el alambre como pude con la tijera y mis manos, intentando hacer un ángulo recto.

- Ya está. - Le dije mientras corría hacia la puerta y me agachaba a la altura de la cerradura. Soo  se quedó parada junto a mí. Apenas intenté poner la herramienta que había creado en el encaje donde debería ir la llave, el alambre se quebró en mis manos. - ¡Vamos! - Dije enojada mientras tomaba otro de mi bolsillo trasero.

- ¿¡Qué estuviste haciendo toda la tarde!? - Dijo soo, histérica. Pero ni siquiera le presté atención. Estaba demasiado ocupada intentando abrir la puerta. Habían pasado cinco minutos, o lo que yo pensaba que habían sido cinco minutos, con una Soo  incómoda y nerviosa a mi lado, que no dejaba de comerse las uñas.

Mis manos sudaban mientras movía la ganzúa dentro de la cerradura, intentando abrirla. Sentía un suspiro a mi lado, cada vez que hacía algún ruido. Ambas esperábamos que se abriera cuanto antes.

Sonreí como nunca antes había sonreído y tiré del picaporte, abriendo la puerta. Soo contuvo un grito de emoción mientras salíamos con rapidez de la habitación. Corrimos hasta el final del pasillo, cuando escuchamos una serie de pasos venir en nuestra dirección. Me pegué a la pared, y tiré de soo  para que hiciera lo mismo.

Ella me miró confundida y yo tapé su boca e hice una señal para que entendiera que alguien venía hacia nosotras. Sus ojos me demostraron el pánico que corrían por sus venas y los míos no hacían otra cosa que mirar para todos lados, buscando una solución. Y sólo se me ocurrió correr. Pero, ¿hacia dónde? No era como si tuviéramos muchas opciones. Correr hacia quien sea que estaba muy cerca de nosotras o correr hacia el otro lado, y quedarnos atrapadas, porque el pasillo terminaba a unos cuantos metros de nosotras. Y las habitaciones que teníamos en frente estaban cerradas con llave. Todo se cerraba con llave por la noche. Miré a soo  una vez más, quedándonos sin tiempo. Y sólo se me ocurrió hacer una cosa.

- Tú corres. Yo los distraigo. – soo  negó con la cabeza al escuchar lo que acababa de decir. Sin dejarla hacer una sola cosa ni decir nada más, me di vuelta y corrí por el pasillo, llevando con mi cuerpo a una persona que estaba de espaldas. No escuché a soo  correr y la odié por no seguir mis indicaciones. Golpeé con todas mis fuerzas la espalda de quien sea que estaba debajo de mí mientras un par de brazos me tomaban y me separaban como podían del chico en el suelo. - ¡Aléjate de mí, idiota!

- Con mi codo, golpeé el costado de quien estaba agarrándome y me sorprendí al sentirlo tan fuerte y duro. Me soltó de repente y me volví para ver a quién golpearía en el rostro.

- ¡fany! - Me giré confundida al escuchar el grito susurrante de soo. Ella hizo una seña con su cabeza hacia el chico que estaba contra la pared, tomándose el costado.

Lo miré y al segundo se me cortó la respiración.

- ¡SUZY! - Grité, sin privarme del derecho de sentirme feliz al tenerla frente a misojos. Me abalancé sobre élla y la abracé con toda la fuerza que existía en mis brazos. Suzy me correspondió con delicadeza y alivio. - ¿Qué estás haciendo aquí? - Dije, mi voz ahogada contra su pecho. Sentía su respiración pesada sobre mi cabeza mientras movía sus manos sobre mi espalda, intentando tranquilizarme. Me alejó de élla y sentí que sus ojos buscaban los míos en la oscuridad. Sonreí.

- No tienes idea de lo feliz que estoy de verte. - Sus dedos pasaron por debajo de mis ojos y no me había dado cuenta que estaba llorando hasta que élla secó mis lágrimas.

- Emmh, hola. Chica herida, por puños de acero de chica loca, en el suelo. - Me giré al escuchar la voz de Wendy  detrás de mí. La ayudé a levantarse y cuando estuvo parada, sus brazos me rodearon sin esperarlo, asfixiándome. Hice lo mismo y cada vez sentía más que el vació en mi corazón se pasaba. - ¿Cómo es posible que ala herida no le den el amor que le han dado ala idiota que no hizo nada? - Reí en su cuello.

Se habían acordado de mí... No me habían olvidado.

- Porque la supuesta idiota es mucho más guapa. - Me alejé de wendy, aún con más lágrimas en mis ojos y la golpeé en el hombro. - ¡Ay! - Se quejó. - ¿Por qué fue eso?

- ¡Se tardaron jodidamente demasiado! - Dije entre enojada y divertida. Suzy  sobó su brazo, aunque sabía que no le había dolido. Un carraspeo de garganta nos interrumpió.

- ¿fany? – soo  dio un paso adelante. Estaba nerviosa y movía sus manos detrás desu espalda. Negué con la cabeza, haciéndole saber que no había nada que temer.

 

- Está bien, son idiotas, pero son confiables. - Le dije con una media sonrisa. Soo aún parecía aterrada, pero bajó sus hombros, intentando parecer menos a la defensiva. Agradecí a Dios y a cualquier ángel que hubiera escuchado mis plegarias, por la confianza ciega que soo  estaba teniendo en mí.

- Hola, señorita. - Dijo suzy, en español, pronunciando de sobremanera la 'r'. La golpeé en la cabeza cuando intentó acercarse a soo  con una sonrisa. – Estás malditamente agresiva, hwang. - La miré mal.

- soo…Wendy y suzy. - Las señalé a ambas con mi mano y ella asintió con unmovimiento de cabeza.

- Las vampiras. - Dijo, entre asustada y sorprendida. Suzy subió las cejas e hizo un ademán con su mano.

- Preferimos el término 'candentes-criaturas-del-infierno'. - Volví a golpearla.

- Es mi hermana. - Les dije a ambas, para que supieran quién era.

- Quieres decir, tu mejor amiga, la que se escapó contigo de aquí hace un tiempo. -

Miré a Wendy  sorprendida, élla se encogió de hombros. - taeyeon nos contó. – La mención de su nombre, hizo que mi corazón diera un vuelco. Wendy  se dio cuenta.

- Está como loca buscándote por todo el edificio. - Contuve las ganas de llorar un poco más y sonreí con ganas. - Y tu novio también, el lobo. - Miré a soo que parecía que acababan de abofetearla con un pescado.

- ¿siwon está aquí? - No sabía si la palidez de su cara se debía a la luz de la luna que entraba por algún lado del pasillo o si simplemente el nombre de siwon lo había producido. Wendy  asintió.

- Llorando, y echándose la culpa. Está insoportable. - Volví a reír mientras una lágrima se caía por mi mejilla y la limpiaba con rapidez, para que no lo notaran. -

Estaba tan desesperado por encontrarte que hizo un trato con nosotros... Al parecer no confiaba que las encontraríamos, pero ya ves, en su cara. – soo  me miró y escuché su respiración agitada a pesar de que estaba a unos cuantos pasos de distancia. Ambas pensábamos lo mismo.

- Tenemos que encontrarlos. – Wendy y Suzy se miraron y asintieron al vernos tan decididas. Comenzamos a caminar con sigilo por detrás de ellas. Sentía que mi corazón explotaba de lo fuerte que latía contra mis costillas. Apenas podía escuchar lo que sea. Mi pulso se había vuelto loco al pensar en taeyeon. Intenté calmar mi respiración de alguna forma, pero me parecía imposible.

Mi cerebro llegaba a un montón de conclusiones mientras apurábamos el paso y evitábamos a un par de chicos que rondaban los pasillos del orfanato. Suzy y Wendy  iban al frente, dándonos indicaciones o diciéndonos si alguien venía, mientras nosotras dábamos las órdenes hacia dónde ir. Ninguno de las dos sabía en dónde estaban taeyeon y siwon, sólo sabían que se encontraban dentro del edificio.

 

Recorrí todos y cada uno de los pasillos con el corazón en la boca, y juraba que este lugar jamás me había parecido tan grande como ahora.

- Esperen aquí. – Suzy  hizo que ambas nos pegáramos a la parte oscura que daba en la pared, intentando pasar más desapercibidas. Ambas caminaron con cuidado por el pasillo que se abría frente a nuestros ojos y por un segundo, sentí que estábamos en misión imposible.

- ¡Hey! - Mi cuerpo se paralizó al escuchar una voz detrás de nosotras. - ¡Ustedes no pueden salir de su habitación! - El chico caminó furioso hacia ambas y justo cuando estuvo a punto de tomar a soo por el brazo, cayó al suelo como una bolsa de papas. - No... No puedo moverme. - Dijo completamente asustado, intentando mirarnos a los ojos. - ¡No puedo moverme! - gritó, ahora completamente desesperado. - ¡AYU...! - Y cerró la boca de repente. Miró hacia todos lados, presodel pánico. Observé a soo, confundida y ella hizo lo mismo.

- Cállate. – Wendy  le sonrió mientras sus ojos brillaban de un color azul intenso, su mueca macabra me dio escalofríos.

Estaba controlándolo como a un muñeco.

Suzy  se dio cuenta de lo que sucedía y tomó al chico en sus brazos para sacarlo del medio del pasillo.

- ¿Dónde podemos dejarlo? - Me preguntó. No respondí por unos segundos. Estaba demasiado atónita como para hablar. Ver a Wendy  controlando a un humano de esa manera, me había revuelto el estómago. Ya lo había hecho, lo había visto haciéndoselo a los chicos unas cuantas veces, pero a un niño... No sabía qué me sucedía. Al parecer estaba demasiado sensible. O simplemente recordé esa vez que él me dejó ciega temporalmente y no pude evitar sentirme identificada por el terror que veía en los ojos del chico que Suzy  cargaba en el hombro.

- Abajo, en las habitaciones vacías. - Respondió soo  por mí al ver que no podía hablar. - Es por aquí. - Tomó la delantera y nos condujo por unos cuantos pasillos hasta llegar a las escaleras.

- Él va a estar bien. - Me susurró Wendy  al ver que seguía horrorizada. Asentí con la cabeza, sabiendo que tenía razón y me obligué a reaccionar y a ser útil para algo.

No servía para nada en estado de shock.

- Viene alguien. - suzy se puso por delante de soo  mientras bajaba por las escaleras y nos hizo retroceder y pegarnos a la pared. Un amigo de Rick, que reconocía por haber vigilado nuestra puerta cuando Rick no estaba, se hizo presente a unos tres escalones de nosotros. Soo  apretó mi brazo, entrando en completo pánico mientras se hacía más pequeña contra la pared, yo hice lo mismo. Pero él ni siquiera nos dio una mirada, subió las escaleras como si no nos hubiera visto y recorrió el pasillo que nosotros habíamos dejado atrás hacía mucho tiempo. Observé los ojos de suzy, y no me sorprendí al verlos brillar, volviendo el verde de sus ojos, aún más esmeralda.

- Eso ha sido lo más raro que he visto jamás. - Dijo soo, susurrando. suzy le sonrió mientras seguíamos bajando por las escaleras.

 

- Lo haría siempre, pero no es tan fácil como parece. - Todos doblamos a la derecha y soo nos condujo a una puerta que estaba cerrada. Me agaché a la altura de la cerradura y luego de tres minutos, estaba abierta. - Definitivamente, tienes que enseñarme a hacer eso.

- Todo a su debido tiempo. - Corrimos dentro de la habitación al escuchar unos pasos por el pasillo. Cerré la puerta detrás de mí, mientras Suzy  dejaba al chico entre unas cuantas cajas. Sus ojos seguían moviéndose por todos lados, en completo pánico.

- Necesitamos algo para atarlo, cuando me vaya y lo deje aquí, va a recuperar todos los sentidos. – Suzy  tomó un cable de una de las cajas, y lo ató entre sus muñecas y sus pies. Yo tomé una tela que anteriormente había sido una camiseta e hice un bollo para metérsela en la boca. - Alguien viene, escóndanse. - Tiré del brazo de soo para ponernos detrás de una estantería. Perdí de mi vista a Suzy y Wendy  cuando la puerta de la habitación se abrió, llenando todo el cuarto de luz. La sonrisa de Suzy destelló en la oscuridad.

- ¿Dónde están? - Su voz me heló la sangre y sentí que las rodillas me temblaban. La puerta se cerró detrás de ellos y me asomé con cuidado, intentando saber si mi cerebro estaba en lo cierto. Pero era imposible para mí no reconocer su voz. Soo seguía sosteniéndome del brazo, ella no tenía ni idea. - ¡fany! - Dijo su voz llamándome una vez más. Mis piernas reaccionaron antes que yo y salieron corriendo en su encuentro. Se volteó cuando me sintió cerca de élla. Mis brazos se apoderaron de su cuello mientras élla tomaba mi cintura con fuerza y delicadeza y me levantaba del suelo, estrujándome. Mis ojos se cerraron al sentir su respiración volverse pesada en mi cuello. Sentía el alivio que emanaban sus músculos, relajados por al fin haberme encontrado. Un sentimiento de seguridad me recorrió todo el cuerpo mientras sentía cada fibra de su ser a mí alrededor, sin soltarme. – Nunca vuelvas a irte. - Me susurró, con la voz quebrada. Más lágrimas salieron de mis ojos sin querer, e hice lo que pude para tragarme todos mis sollozos.

- Sabía que vendrías. - Mi voz salió completamente estrangulada de mi garganta. Enterré mi cara en su cuello y me embargó su olor a nada en particular que me volvía loca. Mis labios le dieron un pequeño beso en el cuello, y sentí cómo su piel se erizaba debajo de mi boca. - Sabía que no me dejarías. - No sabía cuánto tiempo habíamos estado abrazadas. Sólo sabía que todo lo que había alrededor se había borrado y sólo existían sus brazos tomándome como nunca antes lo había hecho.

- Lamento ser la que rompa el hermoso momento que se ha creado, pero si no nos movemos rápido, van a atraparnos. - Abrí los ojos en el momento que taeyeon me soltaba de a poco. Sus brazos viajaron hasta el final de los míos y me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos.

Era la primera vez desde que la conocía que me tomaba de la mano.

- Tenemos que buscar a lauren. - Dije de repente, cayendo en el mundo real en que todavía teníamos que escapar de Rick y de chang, que volvería en cualquiermomento.

- Y hay que encontrar a seulgi y yoona. - Respondió taeyeo n, mirándome a los ojos.

- ¿seulgi y yoona están aquí? - Élla apretó su agarre un poco más y juro que estaba sonriendo.

 

- Claro que sí, yoona fue la responsable de todo esto. - Abrí la boca sin poder creerlo.

- ¿Qué? - Dije en completo modo de irrealismo.

- Élla tuvo la idea, dirigió el plan. Y, bueno, seulgi  no se lo perdería ni loca. - No podía salir de mi asombro. Agité la cabeza intentando reaccionar.

- Tenemos que buscar a lauren. - Ninguna me entendía, así que sólo me giré hacia soo y ella asintió con la cabeza, entendiendo con la mirada lo que estaba a punto de decir. - Ve tú, soo. Yo... Tengo algo pendiente que hacer. Nos encontramos aquí en media hora.

- Yo te acompaño. - Ni siquiera me había dado cuenta que siwon estaba detrás de taeyeon. Me había quedado demasiado embobada al tenerla cerca de mí, como para haberlo visto. Observé cómo soo se ponía rígida en su lugar, pero no dijo nada. Sólo salió por la puerta, y siwon  la siguió, ambos con los ojos en el suelo.

Que par de estúpidos.

- Nosotras vamos a buscar a seulgi y yoona. Esperemos que no hayan matado a ningún niño. – Wendy  arrastró por el brazo a suzy, que seguía mirándonos con una sonrisa. - Déjalas en paz.

- Las dejamos... Solas. - No era momento de bromear, pero el baile de cejas queSuzy  nos había dado me hizo sonreír aún más. Wendy  tiró de élla una vez más y la hizo desaparecer al cerrar la puerta.

- Juro que casi me muero. - Empezó taeyeon al ver que la miraba. - Cuando fui a tu apartamento y no te encontré por ningún lado, me volví loca. Y luego apareció siwon, y casi lo mato a él. Revisé todo intentando encontrar alguna pista, y cuando vi tu nota... Te lo juro fany, no sabía cómo hacer para encontrarte. Estaba volviéndome loca de a poco y...

- Ya cállate. - Dije con una sonrisa mientras me soltaba de una de sus manos y la tomaba de su blusa  para arrastrarla contra mis labios.

Me besó con necesidad, con desesperación, pero más que nada, me besó extrañándome. Sus labios se movían como si hubiese pasado demasiado tiempo para recordar cómo hacerlo. Me besó con tanto amor, que creí que se estaba despidiendo. Pero era todo lo contrario. Me daba la bienvenida, me decía cuanto me amaba, cuanto me quería, cuando me extrañaba en cada segundo que no había estado junto a élla. Me decía que había estado preocupado, que estaba feliz de tenderme de nuevo en sus brazos. Sus besos me decían tantas cosas, algunas había podido descubrirlas, otras sólo se habían quedado atrapadas en nuestros labios y nunca descubriría su significado. Serían un secreto que nuestras lenguas compartirían hasta que ambos nos fuéramos a la tumba, yo antes que élla, por supuesto.

Me dijo todo eso en un simple beso.

Me alejé sin quererlo, y por la manera en que taeyeon  seguía acariciándome, supuse también, que élla tampoco lo quería.

- ¿Qué te parece si salimos de aquí y luego me besas todo lo que quieras? – Sonreí cuando sentí que besaba mi nariz con ternura.

 

- Me parece más que perfecto... Me parece Tiffany hwang. - Reí y tapé mi boca para que nadie pudiera escucharme.

Seguía siendo una idiota. la idiota más linda que había conocido, pero una idiota al fin y al cabo.

- Vamos. - Sin soltar su mano, salimos por la puerta y corrí por el pasillo, sabiendo exactamente a dónde me dirigía.

Rick iba a pagar todas y cada una de las maldades que me había hecho, y las iba a pagar ahora. taeyeon apretó aún más la mano al ver que no sabía a dónde nos dirigíamos, pero no le hice caso, estaba demasiado cegada por la venganza, y con taeyeon  a mi lado, no había nada que pudiera detenerme.

Son esos pequeños beneficios que una chica tiene al poseer una novia vampiro.

Sabía perfectamente en dónde estaba la habitación de Rick, no sabía si él estaría adentro o no, no me importaba tampoco. No me iría de ese lugar sin antes haberle dado lo que se merecía.Intenté abrir la puerta, pero obviamente estaba cerrada, así que me tomó unos dos minutos abrirla, mientras taeyeon  me miraba de arriba, como si no pudiera creer lo que estaba haciendo.

- Así que eres ágil con las manos... - Abrí la puerta y la miré con mis cejaslevantadas.

- ¿Tienes una idea de lo ertido que sonó eso? - No sonreí, pero quería. La cara de vergüenza fue monumental, y revolvió su cabello nerviosa.

- Yo no... Quiero decir... No... - La interrumpí revoleando los ojos y abriendo la puerta sigilosamente. Rick no estaba adentro.

Encendí la luz y cerré la puerta detrás de taeyeon.

- ¿Qué hacemos aquí? - Dijo, aún avergonzada por lo que antes había sucedido.

- Esperamos a que el comandante idiota se haga presente y yo tenga la venganza que soo  y yo nos merecemos. - Hubiera deseado poder vengarme de chang, pero él no estaba en el edificio, e intentar esperarlo sólo complicaría las cosas.

- ¿No dicen que el asunto de la venganza no es bueno? - Examiné las cosas que Rick tenía en su escritorio y no me sorprendió descubrir revistas o.

Probablemente chang se las había pasado al hijo no legítimo.

Me dieron ganas de vomitar.

- ¿Desde cuándo te importa lo que digan? - Estaba a la defensiva. Pero sabía que todo el tema de seguir encerrada aquí me afectaba.

- Desde que se trata de ti... ¿No preferirías dejarlo? ¿Olvidarlo? Sabes que tengo razón. La venganza no es buena para nadie. - Lo pensé. De verdad lo pensé. Sólo porque taeyeon era la que estaba diciéndolo. Y llegué a una conclusión.

 

- Me importa un comino. Voy a hacerlo pedazos. - La cerradura interrumpió a Taeyeon de intentar decir lo que sea en contra de mi causa. Lo tomé del brazo y la arrastré detrás de la puerta, junto a mí. Su cuerpo se apretó aún más contra el mío, mientras la puerta se abría y dejaba ver la sombra del apestoso Rick en el umbral.

Dio unos cuantos pasos, observando todo como si viviera en otro planeta, y recordé que había estado tocándolo todo y no lo había acomodado. Cerró la puerta, a pesar de que aún no podía vernos, ya que estaba de espaldas. Contuve mi respiración mientras sentía los ojos de taeyeon hacerme un hoyo en la cara de lo mucho que me miraban. Pero no me importo.

Dando un grito de guerra épico, y haciendo que Rick se girara asustado, lo derribé mientras lo ahorcaba. Mi intención no era matarlo... Por ahora.

- ¡Maldita escoria! - Dije mientras él tomaba mis manos y hacía fuerza intentando que dejaran de rodear su cuello. Seguía sin importarme que su rostro estuviera rojo y que estuviera tosiendo, y aún menos, que sus ojos estuvieran muy abiertos. - ¡Vas a pagar todo lo que me hiciste! - Antes de que pudiera golpearlo como se lo merecía, las manos ágiles de taeyeon, me tomaron, haciendo que lo soltara. - ¡Déjame matarlo taeyeon! ¡Se lo merece! - Grité revolviéndome entre sus brazos y dando patadas, pero élla no se rindió. Observé a Rick sonreír mientras tosía y se apoyaba sobre sus codos.

- ¿Quién lo diría? Fany  trajo un héroe, pero veo que perdió su capa. - Apreté mi mandíbula mientras me relajaba al escuchar a taeyeon susurrarme en el oído cosas que no podía entender porque estaba muy enojada. - Tony estará feliz de saber que lo has reemplazado, aunque con un modelo de no muy buena calidad, al parecer. -

Me zafé del agarré de taeyeon, pero no hice nada. Sólo me quedé quieta junto a élla observando al idiota que seguía en el piso.

- No te atrevas a pronunciar el nombre de Tony. Es demasiado bueno como para que tú intentes ensuciarlo con tu asquerosa boca. - Rick sonrió. Parecía no entender nada de lo que pasaba. Mi respiración era agitada y mi pecho subía y bajaba de manera irregular, hasta que sentí el peso de las manos de taeyeon  en mis hombros.

Sus manos bajaron por mis brazos y me tomaron con delicadeza, intentandotranquilizarme. Respiré una vez más y sentí la respiración de taeyeon caer sobre mi cabeza. Rick había observado todo y su sonrisa había desaparecido, sólo mordía su labio inferior.

- Oh... - Dijo, entre divertido y enojado. - Ya veo. - Rió apretando sus dientes. – Veo que has comenzado un pequeño negocio desde que te fuiste... Dime amiga, ¿cuánto cobra la hora? Estoy seguro que puedo costearlo, ya sabes, parece ser una puta bastante barata. - Ni siquiera me había dado cuenta que taeyeon no estaba detrás de mí, sólo lo noté cuando vi que un cuerpo  tomaba a Rick del cuello y lo estrellaba contra una pared, levantándolo en el aire. Esperé unos segundos, disfrutándolo, antes de caminar con lentitud y una sonrisa de victoria en el rostro y tocar su hombro para que parara.

- ¿Qué dijiste? - Sentí una extraña sensación en el estómago al verla defendiéndome de esa manera. Rick movía sus piernas en el aire, intentando zafarse. Pero claro que no podía. Mi taeyeon era una súper vampira y le patearía el trasero cuando quisiera.

- Na-da. - Dijo Rick, con la voz estrangulada por las manos de taeyeon.

- ¿Estás seguro? Porque creo que escuché que me llamaste 'puta barata', ¿no es verdad, taeyeon? - Sonreí como él me había estado sonriendo desde que me había atrapado en mi departamento y me había encerrado aquí adentro.

- No estoy cien por ciento segura, por eso necesitaba que me lo aclare. – Dijo taeyeon, sin despegar sus ojos de Rick. - ¿Acaso le dijiste 'puta barata' a mi novia? -

Una sonrisa gigantesca se plantó en mi rostro.

Oh. Mi. Dios.

OH MI DIOS.

Había usado la palabra con 'N'.

La temida palabra con 'N' que hacía meses esperaba que saliera de su hermosa boca.

No sabía si ponerme a gritar de la emoción o si debía besarla, o si debía arrancarle la camisa en ese mismo lugar en ese mismo momento sin importarme una mierda Rick.

Sus ojos volaron a mí, completamente asustado. Élla tenía el mismo miedo que yo tenía de llamarla de esa manera. Pero no dije nada. Sólo sonreí y miré a Rick, poniéndome completamente roja mientras élla juntaba sus cejas.

- N-o lo hi-ce. - Me encogí de hombros.

- Creo que merezco unas disculpas, de todas maneras. Ya sabes, el maltrato... Los gritos... Los golpes. - Vi cómo taeyeon apretaba más su cuello mientras que de la garganta de Rick salía un grito ahogado.

- Ya escuchaste a la chica. Pídele disculpas. - Dijo fulminándolo con sus ojos.

- Lo s-ient-o. - Su voz salió en un pequeño hilo y borré mi sonrisa mientras tomaba las llaves de su habitación y le hacía una seña a taeyeon para que lo soltara.

Obviamente, se tomó su respectivo tiempo para revolearlo con toda su fuerza hasta la cama. Escuché la respiración por fin libre de Rick. Comencé a caminar hacia la puerta, pero algo simplemente no se sentía bien.

- Oye, Rick... - Dije deteniéndome y volteando hacia él, que tomaba su cuello y tosía. Con rapidez, y mientras me observaba acercarme a su persona, mi puño se apretó aún más y, con todas las ganas que alguna vez había tenido de golpear a alguien, se plantó en su cara con toda la fuerza que me embargaba. Lo vi caer, completamente ido y tomando su nariz, en el colchón mientras sacudía mi mano y arrugaba mi cara. Un calor inminente había recorrido todo mi brazo, seguido de un agudo dolor. Me giré a taeyeon, que me sonreía mientras yo tomaba mi mano,

 

intentando parar el dolor. - ¿Cómo hacen los hombres para hacer eso siempre que se pelean? Duele como los mil demonios. - Salí de la habitación, dejando a un dolorido Rick, quejándose, y sí señores, llorando en su cama.

Me sentía muchísimo mejor.

Cualquiera que dijera que la venganza no era buena, era sólo porque nunca la

había probado.

Cerré la puerta con la llave que había tomado del bolsillo de Rick detrás de mí y miré a taeyeon, que me sonreía con sus brazos cruzados. Estaba un poco colorada. Eso, o yo era daltónica.

- ¿Qué? - Dije de mala gana, corriendo la mirada de repente, completamente avergonzada.

- Nada, nada. - Dijo élla, y comenzamos a caminar hacia el cuarto en donde tendríamos que encontrarnos todos.

Lo primero que vi, al abrir la puerta, fue a dos policías de espaldas. Y mi respiración se cortó, hasta que ambos se voltearon y reconocí, a pesar de la semi oscuridad, el rostro de seulgi sonriendo.

- ¡fany! - Entre aliviado y feliz, seulgi  se abalanzó sobre mí, abrazándome.

- ¿Qué mierda haces disfrazada de policía? - Podría haber disfrutado un poco más de su amor, pero la duda estaba comiéndose mi cerebro. Élla se separó, casi riendo.

- Es una larga historia para la cual no tenemos tiempo. - Miré detrás de élla, y noté a un muy enojada yoona, también disfrazada de policía. Wendy y suzy estaban hablando con élla y, al mismo tiempo, jugando con los pies dela chica que habíamos atado y secuestrado minutos antes.

Se veía incluso más tierna de policía.

¡SE SUPONE QUE NO TENGO QUE PENSAR ESAS COSAS!

- Tenemos que irnos. - Dijo, seco y aún más colérica. Obviamente no hablaba conmigo, sólo se dirigió a taeyeon, pero no me importó.

- No podemos. Soo y siwon  tienen que... - La puerta golpeando mi espalda me interrumpió. Seulgi  me tomó para que no cayera al piso.

- Tenemos que irnos. - La voz de siwon retumbó en mis oídos mientras me volteaba y veía una melena llena de rulos y rojiza, enroscada en el cuello de soo. Sus pequeños brazos caían completamente muertos a sus costados, a pesar de que uno sostenía un pequeño conejo de peluche, casi destruido por el tiempo y su uso. Sus piernas y su diminuto cuerpo se aferraban a soo  como podían. Las lágrimas habían vuelto de repente a mis ojos al distinguir a lauren.

Asentí sin decir absolutamente nada mientras miraba a soo  y ella me miraba a mí, entendiendo completamente el sentimiento. Noté sus ojos algo rojos y me imaginé que había llorado bastante. Mientras todos se dirigían a la puerta que soo  les indicaba, me acerqué a ella, y por ende, a lauren, que dormía en sus brazos. Limpié las lágrimas que habían caído mientras le sonreía a soo una vez más. Acaricié su cabello, haciendo que sus gigantescos ojos verdes se abrieran con sueño.

- Hey, enana... - Dije mientras ella escaneaba mi rostro. Al descubrir que era yo, su sonrisa se había plantado en su rostro al instante.

- fany. - Dijo aún somnolienta. - ¿Por qué estás aquí? ¿Y dónde está Tony? -

Tragué saliva y saqué los rulos salvajes que caían en su rostro.

- Él... Él está esperándonos afuera. Vamos a salir de aquí. – lauren  apenas sonrió, volvió a apoyar su cara en el hombro de soo, cerrando los ojos con mucho sueño.

Soo  me dio una mirada de soslayo y yo sólo negué con la cabeza. lauren no se iría a ninguna parte si sabía que Tony no vendría con nosotras.

- Bien. - Su peluche colgaba de sus dedos con fuerza, sin soltarlo. – Cuando salgamos, quiero comer unos nachos. - Sonreí y contuve las lágrimas. Era una pequeña enana intuitiva, se daría cuenta que algo sucedía.

- Vamos. - soo y yo corrimos al final del pasillo, en donde las chicas intentaban abrir la puerta, sin resultado alguno. Las empujé, sin una gota de tacto, y destrabé la puerta lo más rápido que pude. - Detrás de la estantería. – Yoona y taeyeon, como las dos chicas  fuertes que eran, la corrieron con cuidado, intentando no hacer mucho ruido. Una puerta de madera, del tamaño de una puerta para enanos, se hizo presente frente a nuestros ojos. Seulgi  corrió las telarañas, y no me sorprendió nada cuando intentó abrir la puerta y no pudo hacerlo. Me arrodillé frente a la cerradura, y, como si fuera mi trabajo, mi pasatiempo, de lo que me ganaba la vida, la abrí en poquísimo tiempo, casi un record. La habitación, completamente en penumbras, no dejaba que ninguno de nosotros viera nada. Ni siquiera a siwon, que se suponía que tenía mejor visión en la oscuridad. - El interruptor está en la pared a la derecha, estúpidos. - Dijo soo, al ver que todos nos amontonábamos en la puerta y nos peleábamos para ver quién podía descubrir qué había detrás de la oscuridad. Con una mano temblorosa pegada a la pared, me asqueé al sentir telarañas entre mis dedos, y casi caí al vacío por los escalofríos que me causaba pensar que arañas caminaban en mi mano. Sentí el plástico duro de una palanca pequeña y me juré un millón de veces que tenía que ser el bendito interruptor. La luz se hizo presente cuando lo impulsé hacia arriba y casi me dejó ciega.

- Mierda. - Escuché decir a seulgi  junto a mí. Y no había una expresión más acertada que la que acababa de decir.

- Mierda, mierda. - Dije yo, al notar que la escalera que se suponía que tenía que llevarnos al suelo no estaba.

- Mierda, mierda, mierda. – soo se asomó por arriba de mi cabeza. Sentí que se me secaba la garganta al ver la distancia que tenía hacia el suelo. Probablemente eran unos dos o tres metros, pero desde mi punto de vista, sentía que estaba en un décimo piso.

- Bien, hay que saltar. – Aseulgi pasó sus piernas por la puerta, dejándolas colgando y estaba a punto de tomar impulso en su disfraz de policía cuando la paré, estrujando su brazo con mis dedos.

 

- ¿¡Pero es que acaso te volviste loca!? - Dije completamente histérica, élla  frunció el ceño mientras miraba mi brazo.

- ¿¡Quieres matarte!? - Susurró gritando soo. Élla la miró incómodo y luego me miró a mí, esperando que entendiera. La solté del brazo de inmediato.

Claro, vampiro súper ágil, lo había olvidado.

- Soy muy buen atleta... - Le dijo a soo. - En quinto grado gané un premio por... -

Lainterrumpí.

- Vampiro, soo. - La vi asentir con la cabeza y mirar a todos incómoda. Bueno, la entendía. Todos, menos siwon que observaba al piso, y Wendy y suzy, que ya la habían escuchado, la miraban con los ojos como platos y luego me miraban a mí.

- ¡FAN...! – seulgi  no tuvo tiempo de gritarme, empujé su hombro tan rápido que ni élla se lo había visto venir. Un grito de sorpresa, para nada niñita, salió de su boca mientras caía. Se estrelló contra el piso de espalda, y se levantó fulminándome con la mirada y tomando su hombro.

- ¿Estás bien? - Estaba treinta por ciento arrepentida por haber hecho lo que hice, y setenta por ciento a punto de reírme en su cara como una loca maniática.

- Oh, claro. Sólo tengo el jodido hombro dislocado, y tal vez me rompí una estúpida costilla, pero descuida, estoy de diez. - Subió sus pulgares en mi dirección y mesonrió de la forma más irónica que podía. No le hice ni el mínimo caso a sus quejas.

- Bien, ¿quién sigue? - Pregunté mirando a los demás.

- ¡YO! – Wendy y Suzy  no cuidaron su tono. Aún parecían no entender que estábamos escondidos. Comenzaron a empujarse y pelearse para ver cuál de las dos iría primero. Revoleé los ojos mientras taeyeon se adelantaba y se tiraba al vacío, cayendo como una pluma y aterrizando como un gato, con sus piernas flexionadas. Caminó hasta seulgi, que aún tocaba su hombro y lo revisó.

- Completamente fuera de lugar. - Dijo.

- ¡Gracias, fany! - seulgi tenía la mandíbula apretada mientras me miraba.

- No hay de qué, cuando quieras. – Suzy había empujado a wedny  lejos y se había preparado para saltar como si se tratara de una piscina. Me guiñó un ojo antes de tapar su nariz y tirarse, hizo una pirueta en el aire y cayó al piso dando una vuelta en el suelo y parándose al instante.

- ¡TA-RÁN! - Dijo mirando hacia arriba. - Gracias, muchas gracias. – Hizo reverencias y me repetí una vez más que Suzy  no había entendido el término 'escapando'.

- ¡YO QUIERO TAMBIÉN! – Wendy  hizo exactamente lo mismo. - ¡Soy tan genial! - No sabía si reírme o revolearles mi par de zapatos a las dos idiotas que habían comenzado a discutir sobre quién era más asombrosa y quién era menos asombrosa. siwon seguía, y no sabía cómo sería para él tirarse al piso así. Pero lo hizo perfectamente, en silencio, y cayendo en cuatro patas, o más bien, en cuclillas.

 

Yoona saltó como si fuera de lo más normal para élla, y cayó al suelo de pie, a penas flexionando sus rodillas. Me giré a soo  y me sorprendí al ver a lauren de pie junto a ella refregando sus ojos y abrazando a su peluche.

- Tú sigues. - Le dije a soo que negó con la cabeza de inmediato.

- Ni loca saltó desde ahí. No soy como ellos, yo muero con facilidad. - Fruncí mis cejas.

- Eres porrista. Estás acostumbrada a hacer estas cosas. - Ella se agachó junto a mí y miró hacia abajo. Volvió a negar con la cabeza.

- Estoy acostumbrada a mover los pompones con gracia y bailar como una estúpida para una audiencia de cien o doscientas personas. No estoy acostumbrada a tirarme desde el tercer piso de un edificio y caer al suelo sin romperme absolutamente nada.

- Nuestro pequeño debate de 'prefiero que mueras tú primero, así puedo aterrizar en tu cadáver' se había vuelto popular en el piso de abajo.

- ¡Vamos! ¡Nosotras las atrapamos! - Miré hacia abajo al mismo tiempo que soo.

- Ni drogada. - Dijimos ambas al mismo tiempo, mientras las chicas se ponían enformación para que cayéramos donde cayéramos, sus brazos nos detuvieran.

- ¿Puedo hacerlo yo? - Miré hacia atrás y la sonrisa radiante de lauren  iluminó, prácticamente en toda la habitación. No sabía qué decir, y soo  tampoco. Mi plan no era matar a la hermana de Tony, mi plan era salvarla. Se abrió paso entre ambas, aprovechando nuestro pequeño momento de sorpresa y antes de que pudiera detenerla, se lanzó al vacío. Gritando de alegría y riendo.

Estaba descerebrada.

Cuando miré abajo, noté que reía aún más fuerte en los brazos de Wendy y Suzy que la miraban sorprendidas y con una sonrisa.

- ¡Eso fue asombroso, niña! - Le dijo suzy, mientras aún la tenía en sus brazos. lauren

juntó sus cejas.

- Mi nombre no es niña, es lauren. – Suzy  arrugó toda su cara mientras la dejaban en el piso.

- Fuiste muy valiente lauren, estoy impresionada. - Le dijo Wendy  sonriéndole. Noté que las mejillas de lauren se ponían algo rojas mientras abrazaba aún más a su conejo de peluche.

- Gracias. - Apenas la había escuchado, ya que su voz era obstruida por su muñeco.

- ¡PEDÓFILA! – Suzy  señaló a Wendy  y comenzó a reír sola. Hasta que notó que todos lo miraban absolutamente mal y cesó sus risas al instante. - Me caí de la cuna de cabeza cuando era un bebé. - Dijo, encogiéndose de hombros, intentando dar lástima. Pero todas las chicos ya estaban golpeándola. Menos siwon. Siwon sólo revoleó los ojos.

 

- Sigues tú. – soo  y yo habíamos hablado al mismo tiempo otra vez.

- ¿Piedra, papel o tijeras? - Le dije y preparé mi puño sobre mi palma.

- Esto es increíble. - Escuché decir a seulgi.

- Hecho. - Me dijo soo, mientras achicaba sus ojos y hacía lo mismo.

Piedra. Piedra. Piedra. Piedra.

- ¡JA! - Sabía que soo iba a sacar tijeras. Siempre sacaba tijeras.

- Te odio malditamente tanto en este preciso instante. - Miró hacia abajo e hizo una mueca con sus labios. - Mierda. - Susurró. - ¿Qué tal si me quedó aquí? No está tan mal... - La miré mal.

- ¿En serio necesitas que te empuje?

- ¡NO! - Gritó seulgi, que era la única que no tenía sus brazos alzados, ya que le había lastimado el hombro.

- Está bien, confío en élla. – soo  la señaló con el dedo y miró al piso otra vez.

- No tenemos todo el jodido día soo. - Le dije y ella dio un pequeño grito mientras pasaba sus larguísimas piernas y quedaban colgando.

- No me pongas jodida presión fany. - Cuando estuve a punto de empujarla a ella también, sentí un agudo gritito que era obvio que provenía de soo y observé cómosiwon se acercaba hacia donde ella caía para atajarla, antes de que siquiera los demás lo intentaran.

La había atrapado en sus brazos como en las jodidas películas románticas y siwon le había susurrado algo al tenerla tan cerca, a lo que ella había asentido con la cabeza.

siwon no la soltó y se siguieron viendo a los ojos por unos cuantos segundos.

- ¿Soy la única que piensa que eso fue jodidamente precioso a pesar de que siwon es el que está tomándola? - Dijo wendy, sonando como un gay de primera. Y Suzy se había reído de él mientras soo  se removía algo incómoda en los brazos de siwon. Él la dejó en el piso con delicadeza y ambos habían corrido sus miradas él uno del otro como dos niños pequeños avergonzados.

wendy no era la única que se había conmovido por la escena.

- ¡Vamos fany! - Sentí que seulgi me gritaba. - ¡Es divertido! ¡Piensa, principalmente, que puedes dislocarte el hombro! - La miré mal.

- Vete a la mierda y supéralo de una vez, seulgi. - Miré hacia abajo una vez más y tragué saliva. - ¿Están seguros que pueden atraparme? Porque no soy la persona más liviana del mundo en absoluto. - Dije mirándolos a todos, que ya parecían fastidiadas.

- ¡Por favor! ¡Tengo hambre! - Noté la pequeña mirada de pánico que soo le daba a suzy, y élla también lo hizo. Le sonrió coquetamente. - No como chicas lindas, me divierto con ellas. - Le guiño un ojo y siwon le gruñó, completamente enojado. Suzy  levantó sus manos, disculpándose.

 

- ¿Están seguros de que no hay otra manera? ¿Por qué no buscan la escalera? -

Sentía que las gotas de sudor caían por mi frente. Las limpié y lamí mis labios.

- Porque no está. - Dijo seulgi, aún enojadz.

- Vamos Fany, yo te atrapo.

Oh, taeyeon, no me hagas esto. Por favor no me hagas esto, porque por ti salto del piso sesenta de cualquier edificio si me dices que vas a atraparme. Completamente derretida por las palabras de taeyeon, pasé mis piernas por el agujero de la puerta y las vi colgar como si se tratara de un par de fideos que tenían la capacidad de temblar.

- ¿Prometes atraparme igual de lindo que siwon por soo? - Dije, después de tragar saliva. Élla sonrió con ternura.

- Incluso más bonito. - Alzó sus brazos e hizo una seña con sus dedos para que fuera hacia élla. - Vamos bombón. Ni siquiera tuve el valor de decirle que ese era el apodo más estúpido que me había dado desde que nos conocíamos, aunque las chicas lo estaban haciendo por mí.

Sabía que odiaba y amaba al mismo tiempo que me pusiera nombres tiernos o de perros. Y siempre lo hacía a propósito. Tenía una manía para hacerme enojar que sabía que jamás perdería.

Cerré los ojos con fuerza y apreté mis labios para no gritar como una loca maniática. Tomé impulso con mis brazos y mis piernas y volé en el aire. En mi cabeza, yo parecía una pluma cayendo desde un castillo en las nubes. En la realidad, probablemente, había parecido un enredo de piernas y brazos agitándose, y cabello volando por todas partes. La segunda opción, parecía incluso más delicada de lo que en realidad se había tratado mi vuelo de águila rapaz.

Sentí un dolor agudo que me recorrió todo el cuerpo al aterrizar sobre algo completamente macizo. Al principio, pensé que había sido el piso, y que estaba teniendo una contusión y una hemorragia interna al caer directamente al suelo, pero luego, me di cuenta que las baldosas no podían moverse, y menos aún quejarse.

Entonces abrí los ojos. Y juro que yo misma sentí cómo me ponía, primero, pálida como un papel, y luego, roja como un camión de bomberos.

Había caído sobre yoona. Pero no, 'caído', como soo había caído sobre siwo . No. Yo tenía mi torso sobre su pecho y su clavícula se estaba clavando en mi teta izquierda. Supuse que en algún momento en el aire, había dado vueltas como una licuadora y había terminado así.

- Lo siento tanto. - Escupí en el momento en que élla me miró con las cejas fruncidas.

Genial. Si yoona me odiaba antes, después de esto, élla estaba planeando la manera de matarme.

Me puse de rodillas intentando alejarme de élla lo más rápido posible, pero al parecer, no era únicamente mi torso lo que estaba sobre un suelo movedizo. Escuché un gemido y tos, al ponerme de rodillas. Mis manos estaban en el piso mientras Yoona  se levantaba y escuché cómo todos los chicos se quejaban y ponían caras.

 

Miré hacia atrás mío y noté la cara de sufrimiento que taeyeon estaba poniendo. Al parecer, al caer y dar vueltas como una licuadora, la parte de arriba de mi cuerpo había aterrizado sobre Yoona  y mis cortas piernas habían sido las responsables del dolor intenso de taeyeon. Porque no estaba apoyando mis rodillas en cualquier lado.

No. Porque como el universo me odiaba excesivamente , y mi suerte era tal vez, más mala que la de Tom, el gato de 'Tom y Jerry', o el coyote de 'El Corre-caminos', una de mis rodillas estaba en el fuerte y duro estómago de taeyeon y la otra, estaba en su entrepierna.

Sí. Mi rodilla. En su entrepierna.

Podía imaginar mi cara aún más roja de lo que estaba cuando salté hacia atrás, liberando a taeyeon  de su increíblemente agudo dolor.

- ¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento! - Repetí, una y otra vez. Me arrodilléjunto a élla, que tenía los ojos cerrados, y tomaba la parte más sensible del cuerpo con sus manos. Rodó en el suelo, quejándose, quedó de rodillas al suelo, y sosteniendo su torso con su cabeza. Era una posición extraña, pero no podía quejarme. A mí todavía me dolía la teta izquierda por culpa de la traviesa clavícula de yoona. -

¿Estás bien? ¿Te lastimé mucho? - taeyeon se arrodilló y me sonrió al ver que estaba preocupada.

- Estoy de maravilla. - Dijo, aún con la voz estrangulada. - Pero preferiría que salgamos de aquí para poder ir al médico, porque creo que se me rompió algo. – Me disculpé un millón de veces más mientras élla se paraba con mi ayuda.

- Van dos, faltan tres. - Dijo seulgi. - kim, cuídense. Tiffany Hwang  rompe huesos. - La fulminé con la mirada mientras notaba a soo y siwon  en el fondo de la habitación, en donde apenas alumbraba la luz. Supuse que buscaban la ventana que daría paso a nuestra libertad. O tal vez sólo un lugar más oscuro para poder besarse sin que nadie los viera.

- Esa fue la peor caída en toda la historia de las caídas. – Suzy  arrugó la cara, y mi cerebro sólo afirmó que era más torpe de lo que pensaba.

- Esa caída fue incluso peor que aquella vez cuando saltaste del tejado de casa porque creías que te habías convertido en el hombre araña después de que una araña te había picado. - Intenté ni siquiera mirarlos porque sabía que la rabia y la vergüenza crecerían en mi cuerpo y sólo había una respuesta para esa ecuación.

Golpes.

- Está cerrada. - Dijo soo  cuando todos nos acercamos a ellos. Siwon  había intentado arrancar las bisagras, pero eran tan pequeñas que sus gigantescas manos no habían podido sostenerlas por más de diez segundos.

Corrí a soo  y tomé la ganzúa de mi bolsillo trasero de mis jeans, los cuales estaban algo bajos después de la caída.

 

¿Se habría visto mi ropa interior?

Comencé con mi trabajo mientras sentía el calor instalarse otra vez en mi cara. Me estaba tardando más de lo normal. Pero no entendía la cerradura que tenía esa cosa. Sentía que abría una caja fuerte y todos tensos detrás de mí no ayudaban en absoluto, y menos si estaban todos quejándose.

- Ya me cansé. - Había escuchado a taeyeon  lo suficientemente tarde como para pararla. Sentí que se subía al pequeño cajón que nos levantaba lo suficiente del suelo como para alcanzar la ventana con las manos. Su codo se estrelló contra el vidrio y lo rompió al primer instante.

- taeyeon. - Dije reprochándole y con las cejas juntas.

- ¿Qué? - Su tono de voz era entre confundido y frustrado. Saqué la ganzúa de la cerradura mientras se abría y con mis manos abrí la ventana. Como una persona normal, no como un cavernícola. Revoleé los ojos y miré a los demás.

- Salgo primero, aseguro que no haya moros en la costa y luego doy la señal para que salgamos todos. suzy, tú haces esa cosa que nos vuelve invisibles y corremos hasta llegar a la carretera.

- bora y jaejoong  están esperando en los autos que trajimos, los dejamos al final del camino de tierra entre los árboles, para que nadie sospechara. - Me sorprendí al escuchar que Tayeon  mencionaba a sus papas.

¿Ellos se habían metido en esta locura para salvarnos?

Sentí que se me erizaba la piel ante la sensación de tener a alguien mayor cuidando de nosotras. Era un sentimiento maravilloso que jamás había experimentado en mi vida.

Taeyeon tomó mis piernas y me ayudo a alcanzar la ventana. Me impulsé con mis brazos intentando aferrarme a la tierra. Estuve a punto de salir. Juro que sentí por un segundo que estábamos a salvo. Hasta que escuché el sonido de un motor, y luego la camioneta de chang había aparecido y estaba estacionando frente a la puerta principal del orfanato.

- ¡Bájame! ¡Bájame! - Le susurré a taeyeon  hasta que soltó mis piernas. Sentí que mi respiración se volvía pesada mientras veía a los demás que no entendían ni mierda de lo que estaba pasando. – chang está aquí. – soo  palideció al igual que yo. – No podemos salir hasta que entre al edificio. Y luego tenemos alrededor de tres minutos para correr hacia el auto hasta que se dé cuenta que Rick no está en donde debería estar. De otra manera va a descubrirnos. - Miré a Suzy , esperando que me dijera que tenía la energía suficiente para jugar con su mente y hacer que en vez de vernos a nosotros, viera un grupo de perros, o mariposas, o lo que sé que Suzy  hacía. Pero élla sólo negó con la cabeza, entendiendo lo que le decía con la mirada.

- Mierda. - Repitió seulgi otra vez. Y era verdad. Sería extremadamente fácil para ellas deshacerse de chang. Pero no sería de una manera bonita. Y yo jamás les pediría que golpearan a alguien hasta dejarlo inconsciente, porque sabía que ellas no lo harían, y porque estaba mal, a pesar de que se tratara de la mierda de chang.

Me giré y observé por la ventana a todos bajar de la camioneta. Mis ojos volaron de inmediato a Tony. O al que creía que era Tony. Se veía muchísimo más alto y menos flacucho de lo que recordaba, pero era Tony, estaba segura. Su cara era un mancha negra en la oscuridad. Observé cada paso que dieron hacia el edificio y mi corazón daba un vuelco nuevo al ver que chang  miraba a los lados, como si supiera que estaba intentando escaparme. Cuando estuvo a punto de poner un pie dentro del orfanato, escuché una sirena de policía, no tan lejos como parecía. Las luces azules y rojas comenzaban a iluminarlo todo, incluso las caras de terror de todos los que habían bajado de la camioneta junto a chang.

- ¿¡QUIÉN MIERDA LLAMÓ A LA POLICÍA!? - Grité, sin controlarme. Todos miraron hacia los dos disfraces de policías que llevaban puestos seulgi y yoona.

- Puede... – seulgi  se removió nerviosa en su lugar. - Puede que hayamos robado una patrulla para que la localizaran y mandaran preso al idiota que te secuestró. – Abrí los ojos sin poder creerlo.

- ¿¡QUÉ!? - Gritamos soo y yo al mismo tiempo.

- Se suponía que a esta hora ya tendríamos que haber estado en casa, riéndonos de todo y tomando chocolate caliente. - No dije nada más. Su plan era estúpido y peligroso. Pero si funcionaba, eso significaba no más chang. Nunca más.

No había vuelta atrás. Era correr o correr. Y la primera opción me aterraba más que la segunda. Taeyeon  entendió al instante lo que debíamos hacer. En cuanto las patrullas, porque eran más de dos, se hicieron presentes en mi campo de visión, yo estaba tirando del brazo de soo  para que subiera junto a mí. Para nuestra suerte, la ventana de donde estábamos escurriéndonos, estaba lo suficientemente lejos como para que chang  y los demás nos notaran, ya que estaban todos demasiado preocupados intentando esquivar a los policías que, estaban armados, pero no estaban disparando e intentaban atraparlos.

Tomé el muñeco que lauren me había tirado mientras soo  la ayudaba a pasar por la ventana. La tomé de la mano mientras observaba a las chicas salir del estrecho lugar como si estuvieran acostumbradas. Cuando Suzy  salió, noté que sus ojos brillaban aún más verdes en la oscuridad y para cuando me volteé sólo faltaba seulgi, que tardaba por el pequeño accidente y el dolor en su hombro.

Todo había pasado tan rápido. Sentía que otra persona era la que corría entre las plantas y arrastraba a lauren del brazo, intentando apurarse e intentando no lastimarla.

La veía todo desde otra perspectiva, desde afuera. Las chicas tomando la delantera, al ser más rápidos. Seulgi  tomando su hombro y siwon ayudando a soo, que tenía el mismo problema de piernas temblorosas que yo. Los pasos de taeyeon detrás de mí me perseguían. Sabía que no podíamos alejarnos mucho de suzy, porque eso significaba que su hechizo desaparecería. Sólo quería correr, volar, desaparecer.

Pero mis piernas parecían no responder a la orden de mi cerebro de agilizar sus pasos, además de que seguía arrastrando a lauren por el brazo, que también corría lomás rápido que podía, y observaba atrás con las cejas fruncidas.

- ¡NO! ¡TONY! - Sentí que la presión que ejercía en su brazo desaparecía en un instante, y para cuando miré hacia atrás, su melena pelirroja y llena de rulos intentaba saltar sobre un policía que intentaba esposar a Tony.

- ¡LAUREN! - grité desde el fondo de mi garganta y me dispuse a salir detrás de ella, pero taeyeon me detuvo.

- ¡SUÉLTAME! - miré a mi costado y siwon hacía lo mismo con soo, que luchaba con todas sus fuerzas por correr al igual que yo. Tiré una vez más para que los brazos de taeyeon soltaran mi cintura, pero me era imposible. Lauren  ya estaba metida dentro de la patrulla y golpeaba el vidrio mientras lloraba por su hermano que era golpeado en el piso por uno de los policías en un intento de defender a lauren de aquel abusivo hombre que la había tomado a la fuerza para meterla al auto.

- ¡PAREN! - Grité mientras veía que lo lastimaban, sin parar. El frío golpeaba mis mejillas mientras taeyeon  tiraba de mí a la fuerza para que caminara.

- ¡TONY! - La voz de soo  sonaba tan destruida como la mía e imaginé que siwon luchaba al igual que taeyeon  para detenernos.

- Debemos irnos. - Me susurró taeyeon al oído. Al principio no había entendido qué decía, luego, una rabia inminente había aparecido en mis entrañas al pensar que élla tenía tan poco corazón como para dejar a ambos de esa manera, hasta que al final noté que un par de policías nos habían visto, y corrían hacia nosotros como perros rabiosos. Aun así, seguí luchando para que taeyeon me soltara. Se las había arreglado para levantar mis pies del suelo y aguantar mis golpes mientras salía corriendo detrás de siwon. Ambos se movían rápido.

- ¡NO! - Grité en un sollozo que hizo que mi garganta se desgarrara. Me había puesto a llorar y ni siquiera lo había notado hasta ese momento. Apreté mis puños y sentí algo extraño que hizo que mis uñas de la mano derecha no se clavaran en mi palma hasta lastimarme. Noté que aún tenía el conejo de peluche de lauren en mis manos. Pataleé aún más en los brazos de taeyeon y seguí llorando, y llorando, sin ningún tipo de consuelo mientras notaba que todos se hacían más pequeños, y las luces de las patrullas dejaban de alumbrar tanto en la oscuridad. Al final, lo único que oí, fueron los pasos apurados de  taeyeon y mis sollozos y los de soo que eran imposibles de tapar.

Se me había roto el corazón. Otra vez.

 

(...)

 

- Lo siento tanto. - Sentía mis ojos arder mientras que taeyeon me abrazaba. Me había dado su sueter  porque estaba temblando, aunque élla y yo sabíamos que no era por el frío. Mi cerebro estaba en otra galaxia, y apenas había reconocido que estábamos paradas en la calle, en frente de nuestro apartamento. Lo único que me mantenía en el mundo, eran los brazos de taeye0n, que me rodeaban como si nunca me fueran a soltar. Le agradecí interiormente por estar ahí junto a mí. Apoyé mi cabeza en su pecho y observé a soo  llorando desconsoladamente en los brazos de siwon. Las chicas, nos observaban fuera del auto con cara de tristeza y juraría que Yoona había soltado una que otra lágrima en el viaje absolutamente silencioso de auto.

Sentía tanto dolor y tristeza en mi cuerpo, que me provocaba una sensación de náuseas y mareos constantes. No sabía por qué había dejado de llorar. Tal vez tantas lágrimas me habían dejado seca. O tal vez era por el hecho de que intentaba pestañear lo menos posible para que mis ojos no gotearan como un grifo roto.

Las manos de taeyeon  acariciaban mi espalda y mi cabello, como si estuviera intentando sacar toda gota de dolor de mi cuerpo. No podía hacerlo, a pesar de que lo intentara.

Me alejé de élla, y me miró sorprendida al ver que caminaba hacia las chicas. Ellas me miraron aún con más pena y odié eso con cada célula de mi cuerpo.

- fany... - Interrumpí a seulgi antes de que pudiera decir una simple palabra. Si alguien mencionaba a alguno de los dos, me pondría a llorar y no pararía jamás hasta tenerlos a mi lado.

- Gracias por venir a buscarnos. Significa mucho para ambas. - Dije refiriéndome a Soo  y a mí. Sentía que mi cabeza estallaría en cualquier momento y que me caería al suelo, muerta.

- No es nada. – Suzy  me sonrió de una manera triste. Wendy se acercó a mí y me abrazó como si tuviera miedo de romperme. Hice aún más fuerza para que las lágrimas no salieran de mis ojos y noté cómo todos se volvían para meterse en los autos. Detuve a Yoona  con mi brazo y élla se volteó completamente confundida. No sabía si el dolor me había vuelto loca o si simplemente lo estaba soñando. Antes de que pudiera decir cualquier cosa o mirarme de la forma despectiva que siempre me miraba, enrosqué mis brazos alrededor de su cuerpo y apoyé mi cabeza en su pecho, para que no notara las lágrimas que habían comenzado a correr por mis mejillas.

Sus brazos no me tocaban para nada, y vi cómo los levantaba, como si nunca hubiera dado un abrazo y no supiera cómo hacerlo. Estaba completamente sorprendida y recé interiormente para que no me empujara y me gritara que jamás me acercara a élla otra vez.

- taeyeon  me dijo que todo fue idea tuya. Gracias. - Dije lo suficientemente fuerte como para que élla me escuchara. No sé cuánto tiempo estuve abrazándolo, tampoco me importó que todos nos vieran sorprendidas como si fuéramos extraterrestres.

Lloré un poco más al ver que bora  derramaba lágrimas y me sonreía al igual queSuzy  lo había hecho, con tristeza. Sólo me importó que un par de brazos habían encerrado mis hombros, y estaban estáticos en mi espalda, entre los omoplatos. Yoona  estaba abrazándome, y el hecho de que por primera vez había sentido cariño de su parte en vez de desprecio, me hizo llorar un poco más.

-Siento... Siento mucho lo de lauren. - Sonaba confusa e incómoda. Pero no me importó. Sólo necesitaba sentir que no me odiaba, y el hecho de saber que estaba abrazándome, me hizo sentir mejor de un millón de maneras diferentes que no comprendía. Me separé de élla, derramando más lágrimas, y Yoona  dejó sus brazos contra su cuerpo, otra vez estáticos. Sonreí un poco al ver que la incomodidad traspasaba sus ojos.

 

- Yo también lo siento. - Dije, con completa sinceridad. Élla asintió con la cabeza una vez más, hizo una mueca con los labios y se subió al auto. Bora  había intentad decir algo, pero estaba ahogada en sus lágrimas. La entendí por completo, y la saludé con mi mano mientras me limpiaba las lágrimas con la otra. Ella aceleró y se fue con rapidez.

- Wow. - Escuché detrás de mí. Los brazos de taeyeon me rodearon la cintura y me atrajeron a su cuerpo. Saqué el peluche de lauren que estaba enganchado a uno de los bolsillos de mi pantalón y lo apreté con fuerza entre mis dedos, deseando, y prometiéndome a mí misma que se lo devolvería a lauren la próxima vez que la viera.

Porque la vería otra vez. Y ella sería una niña feliz. - Nunca jamás en todos mis años de existencia y convivencia junto a yoona, había visto que abrazara a alguien. - Casi sonreí al sentir su aliento en mi oreja. No respondí, porque no sabía exactamente qué decir. - Podría quedarme esta noche si quieres. Prometo que dormiré en el sofá. - Observé a soo, con los ojos rojos y la cara hinchada de tanto llorar, caminando hacia nosotras, mientras siwon la abrazaba por los hombros.

- Creo que mejor me quedo con soo. Necesitamos una noche para charlar de todo lo que ha pasado. - Mi voz salió en un ligero hilo. Taeyeon  se había tenido que acercar más a mí para escucharla.

- Lo que te haga sentir mejor. - Sus labios se plantaron en mi cabeza y se quedaron ahí unos largos segundos. Sentir sus brazos a mí alrededor era reconfortante y abrumador al mismo tiempo.

- ¿Estás segura que estarán bien las dos solas? - Escuché que siwon  le decía a soo, con preocupación. Había olvidado por completo que, de una manera u otra, siwon  se había enterado quiénes éramos en realidad. Probablemente taeyeon le había dicho al contarle qué significaba la nota. No lo sabía. Tampoco me interesaba saberlo por ahora. Mi cabeza explotaría si seguía pensando en todo este asunto.

- Vamos a estar bien. Nosotras siempre lo estamos, ¿verdad? - Dijo soo  con la voz estrangulada. Asentí con la cabeza y le sonreí como pude a siwon, intentando tranquilizarlo. Él besó la mejilla de soo y luego la mía.

- Oh, fany. Blaze está en mi casa. Lo he cuidado en estos días que no estuviste. -

Me había olvidado por completo de Blaze. Por completo. Pero si siwon decía que lo había cuidado, creía en su palabra. - Al principio no quería y me mordía como los mil demonios, pero creo que sólo era porque te extrañaba. - Me hubiese venido bien un par de caricias por parte de Blaze.

- Gracias.

- ¿Quién es Blaze? - Preguntó soo, y mi corazón dio un vuelco otra vez al recordar que soo odiaba a los perros. Aunque a partir de ahora, tendría que aprender a amarlos, le gustara o no. Negué con la cabeza, imaginando la cara de soo.

Probablemente lo sospechaba. La excusa de 'no había llegado al baño', se había vuelto algo rara después de la tercera vez.

- Luego te explico. Estoy exhausta. - Ella asintió con la cabeza y miró a taeyeon, despidiéndolo. Élla movió la cabeza, haciendo lo mismo.

 

Tenía mucho trabajo que hacer con estas dos.

Besé a taeyeon en la mejilla y se negó a que le devolviera su sueter. Me abracé a Soo  mientras las veíamos subirse al auto en el que conducía Jaejoong. Nos veía igual que todos nos veían, y no supo qué decir cuando me despedí de élla. Pero la entendía. Nadie sabía qué decirme para hacerme sentir mejor. Ni siquiera yo.

- Sabes que hicimos lo que pudimos, ¿verdad? - Le dije a soo mientras caminábamos al edificio.

- Lo sé. - Busqué la llave de repuesto que teníamos escondida debajo de una de las macetas que adornaban el lugar. Abrí la puerta y ambas pasamos. Abrazadas, con los ojos rojos y las caras hinchadas de tanto llorar y sufrir en silencio. - Tú también lo sabes, ¿cierto? - Dijo cuándo las puertas del ascensor, que ya funcionaba, se abrieron en nuestro piso. No respondí.

No respondí porque sentía que si decía lo que ella quería oír, estaría mintiendo. Porque realmente, no sentía que había hecho todo lo que podía. Y si lo había hecho, entonces no había sido suficiente. Y si no era suficiente entonces se me rompía el alma en un millón de pedazos. La imagen de Tony siendo golpeado en el suelo, y los gritos de desesperación de lauren  mientras miles de lágrimas caían por sus mejillas, seguían frescos en mi memoria. No sería capaz de olvidarme nunca de lo que había pasado. No sería capaz de olvidarme de lo que sentía en este preciso momento.

Apreté el muñeco contra mi pecho con más fuerza, deseando que lauren  y Tony pudieran estar a mi lado.

 

 

QUE CAPITULO TAN MAS TRISTE , AHORA QUE PASARA QUE SOO LO SABE TODO ENSERIO ME DIO GANAS DE HORCARLA SIWON TAN LINDO.

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Comments

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dafnytae
#1
Chapter 57: Como vas con la segunda temporada? (>_<)
2597611 #2
Chapter 57: Yeahhh!! Porfin
Itaenylove
#3
Chapter 57: siiiiiii
por fin
Skyth06
#4
Chapter 57: Antes q nada feliz año, mis mejores deseos, y púes sii segunda temporada :3!!
mv007842 #5
Chapter 57: Hola que este año sea de mucho excito y que dios te bendiga y que bueno que ya vas a actualizar la segunda temporada de esta historia actualiza chau
rafayola
#6
Chapter 57: HOLAAA y un MUY felíz año te deseo lo mejor :D y pues claro a apoyarlas, en cuanto a la segunda temporada espero con ansias <3
Taeny16 #7
Chapter 56: No quería leer este capítulo :( pero lo leí porque soy una maldita masoquista
rafayola
#8
Chapter 56: No puedo con el último capítulo, me destrozó muchas gracias por la adaptación espero con ansias la segunda temporada
Taeny16 #9
Chapter 53: Este Fic es genial, me encanta, lo estaba leyendo antes pero la autora no lo actualizó más. Me encanta❤ Pero tengo miedo de leer el final :(