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- Cada día, esto se torna más imposible y retorcido. – wendy estaba igual que preocupada que todos nosotros. Salvo yoona. yoona estaba tranquila leyendo su libro, sentada en un rincón, mientras nosotras estábamos paradas formando un círculo, debatiendo la cantidad de posibilidades que podían existir con respecto a lo que sucedía con hyuna. Nadie podía culpar a Yoona  por no preocuparse, y nadie podía culparnos a nosotras por sobre-preocuparnos.

- Estoy perdido. - Declaró Suzy  y se sentó junto a yoona. Tocó su libro molestándola y élla la fulminó con la mirada, sacó sus manos y se rió de su hermana.

- ¿Y a éste qué le pasa? ¿Acaso la presencia de mujeres te pone incómoda? Está unos segundos y me imaginé que estaba debatiéndose entre matarla o simplemente golpearla muy fuertemente. Optó por la opción de ignorarla y volver su atención al libro.

- ¿Cómo pudo siquiera tocar la daga de plata? Otra vez. - Susurró seulgi  como si estuviera diciéndolo para sí misma.

- Un humano. – taeyeon  dijo como por décima vez y Wendy  suspiró exasperado.

- Imposible. Ni un humano ni un lobo. ¿Tu cabeza no puede procesarlo? hyuna no podría mantenerse cerca de un humano ni por diez segundos sin comérselo como a un sándwich, mujer. – taeyeon  pasó sus manos por su cara y se sentó en uno de los sillones que había en la sala. - Y jamás, ni siquiera el lobo más asqueroso  putrefacto, sería capaz de aceptar un trato con un vampiro... Y si así fuera, por principios, no podría matar a uno de los suyos. - Bien, la explicación de Wendy  parecía razonable.

- ¿Cómo hizo para tocar la plata? Con sus propias manos. – seulgi  volvió a repetir, y la verdad, ya empezaba a preocuparme.

- Tal vez usó guantes. - Dije y me encogí de hombros. Todos en la sala pararon lo que estaban haciendo, hasta pensar, para mirarme a mí. Debo decir, que me sentí un poco intimidada por unos segundos. Hasta que todos estallaron en risas y lo único que pude hacer fue apretar mi mandíbula y cruzarme de brazos para demostrar lo enojada que estaba porque ellos se burlaran de mí. Hasta me pareció que Yoona había sonreído, aunque probablemente estaba alucinando. Y no era justo, porque Suzy había sugerido 'aliens' y nadie se rió de eso. Y estaba cien por ciento segura de que mi idea era menos estúpida que la suya. Suzy  paró de reír y me miró por unos cuantos segundos examinando mi rostro y luego sonrió.

- Podría funcionar. - Dijo haciéndome sonreír.

- Gracias. - Les sonreí a todos con mi falsa gratitud.

- ¿Ya te volviste loca? Porque pensé que la cú-cú, solamente era ella. – Wendy  juntó sus cejas y yo hice lo mismo. Suzy se paró de su lugar mirando a todos como si no pudieran ver lo que tenían en frente.

- Piénsenlo. El material correcto, el hombre correcto, la suficiente práctica... ¿Por qué no? - Todos me miraron a mí una vez más y taeyeon  sonrió mientras se acercaba y me rodeaba con sus brazos, besando mi frente.

- Por esto eres mi humana favorita en todo el universo. - Intenté no sonreír.

- Aún sigo enojada. - Dije con mis brazos aún cruzados.

- Celosa. Y lo sé. - Salió lo más rápido que pudo por la puerta y detrás lo siguieron Suzy,seulgi y wendy. Miré a yoona que seguía leyendo su libro. Al parecer, sintió mi mirada, porque levantó sus ojos hasta los míos.

- ¿Vienes? Va a ser divertido. - Sonreí intentando parecer amable, cuando la verdad, su seriedad y la razón de que nunca hablara, me ponían jodidamente nerviosa.

Apoyó su libro con fuerza sobre la mesa, haciendo que sonara más de lo necesario, se paró, caminó hasta mí, me miró unos tres segundos de la peor manera posible y luego salió por la puerta.

Definitivamente tendré que trabajar con élla luego.

Suspiré y abrí la puerta para ver qué era lo que estaba sucediendo. Me sorprendí al ver a bora con un plato lleno de galletas y una sonrisa.

- ¿Galletas? - Sonreí y tomé una. - Las chicas están afuera. Algo sobre un proyecto de ciencias. - Asentí como si supiera de qué carajo estaba hablando. Me tendió el plato. - Probablemente tengan hambre, llévaselos, ¿sí? - Volví a asentir con la galleta en mi boca y antes de que bora se fuera, la detuve.

- bora, sobre lo que pasó en el cuarto de taeyeon... - Ella me hizo una señal para que me calle.

- No diré nada cariño, tranquila. - Negué con mi cabeza rápidamente.

- Es que nada sucedió. - Sonreí intentando convencerla. Ella rió y dio media vuelta.

- ¡Si eso quieres que piense! - Dijo mientras volvía a caminar hasta la cocina.

Definitivamente tendré que trabajar en eso también.

suspiré y caminé hasta la puerta principal. Mientras la abría, me pregunté qué mierda podían estar haciendo estas chicas ahora, pero la respuesta fue mucho peor que cualquier cosa que me imaginara.

suzy: guantes de lana rosas. taeyeon: buscando cosas en su auto. wendy: riendo.

seulgi; analizando todo con sus ojos. Y yoona... Bueno, yoona era yoona.

- Un minuto. Sólo me fui un minuto y ya volvieron a Suzy mas  gay. – Wendy se rió aún más fuerte y seulgi  se acercó a mí con una sonrisa, mientras tomaba el plato lleno de galletas.

- jajajja el rosa no me queda ni en un ñillon de años. - Me sonrió y vi como Taeyeon  nos miraba a ambas con sus cejas fruncidas. No entendí por qué, pero me ponía incómoda su mirada, así que me acerqué a élla.

- ¿Qué estás haciendo? - Le pregunté cuando llegué a su lado. Su mandíbula estaba apretada y cuando me asomé para ver qué estaba haciendo, las benditas cadenas aparecían en mi vista, otra vez.

- Nada. - ¿Por qué de repente estaba tan seca? - Tienes que tomar esto y dárselo a Suzy  cuando yo te diga, ¿de acuerdo? - Asentí. Taeyeon  ni siquiera me miró. Cuando pasó junto a mí la tomé del brazo y élla se giró, viendo mi agarre sobre élla.

- ¿Estás bien? - Su asentimiento de cabeza fue casi imperceptible y hasta pensé que lo había imaginado. No pude decir nada, porque se fue mucho más rápido de lo que mi cerebro había podido procesar.

¿Y a ésta que le pasaba ahora?

Revoleé los ojos mientras veía a las kim hablar entre ellas. No tenía mi atención y concentración puesta en lo que estaban diciendo, nada más pensaba en lo   que la idiota de taeyeon  podría estar pasándole y la manera en que no me decía nada porque era una maldita idiota jodidamente bipolar.

Agh, que fastidio.

- fany, ¿estás lista? - Miré a seulgi que me llamaba y salí de mi burbuja al instante. No quería hacer esto. No otra vez. Y menos a suzy. - fany... - Volvió a llamarme. Cerré los ojos con fuerza y respiré hondo, diciéndome a mí misma que sólo duraría un rato y con suerte, mi plan funcionaría y no le sucedería absolutamente nada.

Tomé las cadenas en mis manos que parecían estar más pesadas que la otra vez y caminé hasta el centro, en donde estaba suzy, sintiendo las miradas de todos sobre mí. Lo único que faltaba, era que me cayera y todos se rieran de mí. Suzy estaba jodidamente ansiosa o nerviosa. Una mezcla de ambos. Se notaba por la manera en que se movía. Me paré frente a élla y nos miramos directamente a los ojos.

Dios, no quería hacer esto, en serio. No quería, no quería, no quería.

- No quiero... - le susurré a Suzy  intentando que los demás no me escuchasen, obviamente era imposible por la súper audición y esa mierda. Suzy  me guiñó un ojo mientras tragaba saliva y sus ojos seguían corriéndose a mi cuello.

- Vamos muñeca, no pasa nada. No me gusta que me digan muñeca.

Suzy  rió porque al parecer, no lo había pensado nada más y se había escapado de mi boca sin quererlo. Puse las cadenas de plata sobre las manos de Suzy y me separé tres pasos mientras élla gritaba y las dejaba caer al suelo.

- Eso definitivamente no funcionó. – Suzy  quitó los guantes de sus manos y las agitó en el aire, intentando que el color rojo desapareciera de ellas. No sabía si erasangre o qué, élla las ocultó detrás de su cuerpo. - Tal vez con guantes de cuero o de esos que usamos en el taller. – Wendy  asintió y desapareció de la vista de todos. Un horrible y asqueroso vacío crecía en mi interior y estoy segura que era por la culpa que sentía. Yo había hecho eso. Yo le había dado las cadenas. La idea había sido mía. Yo la había lastimado.

Maldita sea, soy una idiota.

- ¿Puedes tranquilizarte? Estás agotándome. - taeyeon me tomó del brazo y susurró.

Junté mis cejas.

- ¿Cómo sabes... - Me interrumpió.

- No lo sé. Sólo para. - Asentí mientras Wendy  ayudaba a Suzy  a ponerse los nuevos guantes que había traído.

- ¿Listo? - No, no estoy lista.

- ¿Cuándo no estoy lista? - Deja de hacer malditas bromas al respecto suzy. Tomó las cadenas del suelo y cerré los ojos con fuerza.

- Oigan, esto no es tan malo. - ¿En serio? - No, esperen... Sí lo es. ¡SI LO ES! - Suzy  dejó caer las cadenas lejos y se sentó en las escaleras de la entrada. Corrí hasta él al igual que todas los chicas. - Oh, maldita mierda... Mis manos. - Me senté junto a élla y quité sus guantes con cuidado mientras lo escuchaba gemir y quejarse del dolor.

- Oh mi Dios, suzy...

- Sabía que era una mala idea. Lo supe desde el principio; eres un idiota. – seulgi había tomado el nerviosismo de todas y lo había absorbido para sí misma.

- Voy a llamar a bora. – Suzy  me detuvo con sus manos y gimió del dolor soltándome de inmediato.

- ¿Quieres que le dé un infarto? - Apreté mi mandíbula por la impotencia que tenía dentro de mí y me senté otra vez junto a élla mirando sus manos. - Exacto.

- Voy por el botiquín de primeros auxilios. – Wendy  volvió a desaparecer de nuestra vista. Ya no sabía si se trataba de súper velocidad o élla simplemente había adquirido un nuevo poder que lo hacía desaparecer.

- Duele. - Miré a Suzy  preocupada. ¿Y cómo no iba a hacerlo? Podía ver su carne y se suponía que eso no era normal. Sus manos estaban completamente ensangrentadas y podía ver su piel desgarrándose de a poco. ¿Qué mierda se suponía que teníamos que hacer? Seulgi seguía lamentándose, caminando de un lado a otro, mientras Yoona  la seguía, intentando calmarla, supongo. Taeyeon  estaba a un lado de nosotras, mirándonos igual que lo había estado haciendo desde que salimos de la casa. Tomé las manos de Suzy  sin tocar sus heridas y noté lo calientes queestaban.

- Tú, eres un idiota. - No podía evitar ver sus manos mientras élla reía por lo que le decía.

- Curiosa. Generalmente a las chicas les gusta eso de mí. - Sonreí.

Dios, en verdad era un idiota.

- Toma. – Wendy  apareció de repente junto a mí, haciéndome sobresaltar y me tendió una pequeña caja.

- ¿Por qué yo? - Élla frunció las cejas.

- No pienso hacerle de enfermera a esta idiota calentóna. Tal vez después tenga fantasías conmigo. - Se alejó de nosotras y revoleé los ojos mientras abría el maletín.

- Hay una crema que hizo Jaejoong  ahí dentro. Hace que nuestras células se reproduzcan más rápido y que la quemadura tarde menos de lo normal en sanar. -

Tomé un pote de lo que élla me decía. - Perfecto. ¿Tienes algún corte en las manos o cualquier cosa que deje pasar tu sangre? - Examiné mis manos y negué con la cabeza. - Bien, tienes que esparcir la crema por mis manos. Y con cuidado por favor, porque arde como la mismísima mierda, ¿ya? Necesito mis manos para sobrevivir.

- Necesita sus manos para pajearse con las revistas o que tiene bajo su cama. -

Revoleé los ojos ante el comentario poco productivo de wendy.

- ¿Va a dolerte? - No quería seguir causando dolor y sabía que al preguntar parecía una estúpida niña asustada. Me ponía de los nervios parecer jodidamente débil.

- Casi nada. - Agradecía que me mintiera con tanta convicción, pero sabía que no era verdad, así que no sirvió para que mi cuerpo se relajara. Puse un poco de la crema transparente sobre mis dedos y me preparé mentalmente para lo que iba a hacer. Luego de unos segundos, estaba pasando mis manos por las de Suzy  mientras élla tensaba su cuerpo e intentaba no gritar del dolor para no espantarme.

Pero lo que élla no sabía, era que ya estaba completamente espantada desde hacía ya un buen tiempo. - Bien fany, lo hiciste bien.

- ¡No, claro que no! - le dije mientras veía mis manos ensangrentadas.

- Sí, lo hiciste bien. Ahora toma vendas y enróllalas alrededor de mis manos. -

Tomé las vendas con la parte de mis manos que no estaba roja y logré vendar sus manos con rapidez. Suzy  suspiró con alivio y luego comenzó a reír. - Okay, la  teoría de los guantes queda cien por ciento descartada. - Con uno de sus brazos, rodeó mis hombros y yo suspiré con cansancio mientras me apoyaba en su pecho y pasaba mis manos por mi rostro repetidamente. Vi a taeyeon  observándonos con su fría mirada mientras Suzy  me sonreía diciéndome lo buena enfermera que había sido y que probablemente me llamaría cuando sus dolores estomacales volvieran.

(...)

Cerré el juego que estaba usando en mi celular y lo bloqueé. Miré al frente y suspiré con cansancio. Por vigésima tercera vez. Estaba aburrida y fastidiada. Y era de noche. Y tendría que explicarle a soo  por qué había desaparecido en todo el día. Suspiré una vez más. Vigésima cuarta. No quería perder la cuenta. Miré a taeyeon que estaba manejando con una mano y con la otra mordía uno de sus dedos con sus dientes. Está bien, podía estar fastidiada con élla, pero seguía siendo jodidamente y y eso no iba a cambiar ni aunque quisiera. Suspiré. Vigésima quinta vez.

- Ya. Lo soporté hasta aquí. ¿Puedes decirme qué mierda te sucede? Porque estás jodidamente rara y no tengo ni una sola pista de lo que está pasando. - Ya me había cansado de golpetear mis dedos contra el vidrio para evitar el silencio incómodo. Y también me había cansado de su actitud. Élla parecía la mujer histérica de una relación que ni siquiera existía.

La vi dudar con lo que iba a decir y me sorprendí de que taeyeon kim dudara al menos una vez en su vida. Quería la verdad. Y la quería ahora.

- Nada. - Definitivamente no nos estábamos entendiendo. Ni un poco.

- Y yo no tengo una y tú no me gustas ni un poco. - Creí haber visto una sonrisa, pero con taeyeon  nunca podía saberlo. - Dímelo ahora. - Élla mordió su labio inferior con fuerza y juro que me dio calor en ese instante.

- ¿Enfermera? ¿En serio? - Me costó entender lo que estaba pasando, porque, bueno, mi cerebro era jodidamente lento.

- ¿Estás celosa de Suzy ? - Dije sin poder creerlo. Élla apretó su agarre en el volante y mordió su dedo mucho más fuerte.

- No vuelvas a repetir esas palabras, por favor...

- Pero élla es tu hermana. - Junté mis cejas sin poder entender lo que esta chica estaba diciendo.

- ¡YA LO SÉ! - gritó haciendo que mis oídos retumbaran. - Ya lo sé, lo sé muy bien fany. - Giré mi cuerpo para poder verla mejor.

- ¿En serio me crees capaz de hacer una cosa así? - Élla apretó su mandíbula.

- No. Tú no eres lo que me preocupa... - Mi cerebro volvió a tardar en procesar lo que estaba diciendo.

- Pero éllz es tu hermana. - Volví a repetir como una idiota.

- Por eso lo digo. Porque es mi hermana y lo conozco demasiado bien. - No sé qué estaba sucediendo con mi cerebro, pero estaba más estúpido de lo normal.

- taeyeon... - Élla revoleó sus ojos ante mi tono de sermón. – Suzy  puede ser muy coqueta y estúpida a veces. Muy estúpida. - Asintió dándome la razón. - Pero élla nunca te haría una cosa así, ¿de acuerdo? Tal vez no lo conozco como tú lo haces, pero estoy segura que ninguna de ellas jamás haría lo que piensas que Suzy  está haciendo. Sólo somos amigas. – taeyeon  jugaba con su mandíbula demostrando lo insegura que esta situación lo ponía.

- ¿Y los mariachis? - Mi cerebro tardó otra vez. Pero al instante comencé a reír.

- ¿Cómo te enteraste? - Élla me miró y me puse seria.

- No. Es. Jodidamente. Gracioso.

- Lo es para mí. - Dije mientras sonreía. Élla volvió su vista al camino poniéndose tensa otra vez.

Genial.

- Élla está intentando conquistarte. Le gustas. - ¿Desde cuándo yo me había vuelto irresistible para los vampiras?

- Oh por Dios, fue un chiste. Sólo me reí. No significo nada.

- No me mientas. A ti te gusta también.

- ¡CLARO QUE NO! - Junté mis cejas aún más y taeyeon  comenzó a acelerar el motor del auto.

Maldición.

- Sí te gusta. - Esta chica es una jodida maniática.

- ¿Puedes por favor darte cuenta de la estupidez que estás diciendo y bajar la jodida velocidad, por favor? – taeyeon  ni siquiera me escuchó. Mordió su dedo aún más fuerte y pude ver su mano tiñéndose de un delgado hilo rojo que salía de su dedo. -

taeyeon, te estás lastimando. Para. - No me hizo caso. - ¡Maldición taeyeon! ¡suzy  no me gusta por Dios! ¡Estoy jodidamente loca por ti! ¿¡Qué mierda tengo que hacer para demostrártelo!? - taeyeon paró el auto en el medio de la ruta y juro que si no hubiese tenido el maldito cinturón de seguridad, hubiera volado a través del parabrisas. Élla me miró, y yo la miré a élla mientras tomaba mi pecho que subía y bajaba demasiado rápido. - MALDITA SEA TAEYEON, ¿¡ESTÁS LOCA!? – grité completamente aterrada.

- Sí, de remate. - Ni siquiera pude contestarle cuánto odiaba su maldito cambio de humor constante, porque élla ya había tomado mi cara con firmeza y había plantado un jodido beso en mis labios al cual mi cerebro tardó en responder, otra vez. Tal vez, y sólo tal vez, yo podría vivir con sus cambios de humor si élla prometía besarme así siempre. Y cuando digo siempre es siempre. Porque está bien, tal vez no había besado a muchos chicos  o chicas en mi vida... Para ser sincera, sólo había besado a una y élla  lo estaba haciendo jodidamente bien. Yo era un desastre, estaba segura de eso. Pero estaba dispuesta a tener un jodida profesora que besara tan bien como taeyeon. Y cuando hacía esa cosa con su lengua y se enredaba con la mía... Dios, podía vivir así para siempre.

Sentí cómo mi cuerpo se relajaba cuando élla me acostaba contra sus piernas y seguía besándome como élla sabía que a mí me gustaba. Pasé mis manos por su cuello haciendo que se acercara más a mí, y no pude evitar jugar con el cabello de su nuca.

Me encantaba hacer eso.

Comencé a sentir una opresión en mi pecho que no estaba segura de qué era. Luego de unos segundos, empecé a sospechar que era falta de oxígeno. Y después, claramente lo confirmé. Alejé a taeyeon un poco para poder respirar. Nuestras frentes estaban juntas y sentía cómo mi aliento chocaba contra su cara.

- Lo siento. Lo siento. Tienes que respirar. A veces lo olvido. Lo siento. – Reí mientras mis pulmones se llenaban de oxígeno y me dije a mí misma que ya estaba lista para una segunda ronda de candentes besos de taeyeon kim. Acerqué mis labios a los suyos mientras sentía sus brazos tomarme por la espalda para levantarme un poco más a su altura.

Maldición. Esto era jodidamente hermoso.

- ¿Sabes qué? ¡PÚDRETE! ¡NO QUIERO VOLVER A HABLAR CONTIGO NUNCA MÁS! - Un adorno que habíamos comprado con soo  antes de mudarnos, salió disparado hacia mi dirección mientras abría la puerta de entrada. No sé cómo mierda hice para esquivarlo, simplemente lo hice. Entré al departamento y observé a Soo  sentada en el sofá, devorando un tazón de palomitas con furia y sin piedad, con su teléfono celular a un lado. Procuré no decir nada, pero no podía evitar tener una sonrisa en mi cara.

Me senté junto a ella y miré la televisión. Todavía no estaba segura qué era lo que estábamos viendo. Tomé un gran puñado de palomitas y lo metí en mi boca.

- ¿Qué estamos viendo? - La protagonista ahora estaba cantando una canción en francés.

- No lo sé. - Me lo imaginé. Nos quedamos unos segundos calladas mientras veíamos a un hombre secuestrar a la protagonista. - Bill preguntó por ti.

Oh, mierda. Sabía que me olvidaba de algo.

- ¿Qué le dijiste?

- Que tenías que estudiar. - Sabía que no iba a preguntarme en dónde había estado, pero esperaba que yo misma se lo dijera.

- Estaba en la casa de sunny  terminando un trabajo. - sunny probablemente se volvería en mi mejor excusa.

- Bien. – soo  comió más palomitas y yo hice lo mismo.

- ¿Y siwon? - Estaba apretando la herida con fuerza. Lo más probable era que soo  se había peleado con siwon, por eso tanto escándalo.

- No lo sé, pero espero que debajo de un camión que carga vacas. - Contuve la risa como pude.

- ¿Qué pasó? - Esto iba a ser divertido. Soo  tomó prácticamente todas las palomitas y las metió en su boca con dificultad.

- Eha hehoho.

Bueno, eso es lo que yo entendí.

- Repítelo otra vez, pero traga primero. – soo  masticó y tragó lo más rápido que pudo.

- Está celoso. - Reí.

- Al parecer, hoy es el maldito día de los malditos celos. – soo  ignoró mi comentario.

- Dice que hablo con los chicos del equipo de fútbol en las prácticas de las porristas y que les coqueteo y que levanto mi falda más de lo normal. - Reí con fuerza porque eso sonaba jodidamente muy soo.

- ¿Y lo haces? - Ella abrió sus ojos con indignación.

- ¡CLARO QUE LO HAGO! - Volví a reír. - Pero él exagera todo jodidamente mucho... El capitán del equipo se me acercó y me invitó a una fiesta, le dije que no, y que mí no-novio nos estaba mirando. Y lo de la falda pasó una sola jodida vez cuando estábamos practicando un salto de no sé qué mierda y la falda se levantó mientras estaba en el maldito aire. - Reí. - ¡Vamos hombre! No puedo controlar la jodida gravedad, ¿ya? ¿Qué se supone que tengo que hacer? Lo mandé a la mierda y le dije que ni se le ocurra volver a hablarme si no iba a pedirme perdón. – Me levanté del sofá y me paré frente a ella.

- Tú, eres una jodida histérica y él es demasiado bueno para ti. – soo  juntó las cejas.

- Eso es lo que todas las chicas en la escuela dicen, pero claro, yo no puedo estar celosa por eso. - Caminé hasta el pasillo para irme a dormir. - Y la próxima vez que me mientas, procura que tu lápiz labial no esté corrido, inepta. - Me quedé dura mientras escuchaba la puerta de su habitación cerrarse detrás de mí. Iba a matar a taeyeon cuando lo viera por no habérmelo avisado. Por eso se había reído jodidamente mucho.