Capítulo 40: "- Tú lo dijiste. No siempre puedes salvar a todo el mundo."

taeyeon kim ( taeny, vampiros)

- ¡YOU WILL REMEMBER ME!

Cada día me convenzo más de que eres un jodido fenómeno fany.

Seguí saltando en la cama y cantándole a mi público imaginario con mi precioso micro-peine de color verde con diseño de sapitos.

No soy tan inmadura como parezco, lo juro.

- ¡REMEMBER ME FOR CENTURIES! – soo  apareció de la nada, descalza, con unos cortísimos pantalones de pijama y un buzo que le quedaba gigante. Con sus brazos en alto, gritó a todo pulmón la letra de la canción mientras se unía a mí. Amaba tener una amiga como soo.

La música seguía sonando mientras nosotras saltábamos, reíamos y cantábamos con fuerza cada oración de la canción que sonaba por todo el departamento.

- ¡LOS VECINOS! - Le grité a soo  para que pudiera escucharme.

- ¡A LA MIERDA LOS VECINOS! - Me contestó mientras seguíamos riendo. Era inevitable que no te pararas y bailaras ésta canción hasta que te sangraran los pies.

O al menos para mí lo era.

- Estoy exhausta. - Le sonreí a soo  mientras ambas nos tirábamos a la cama con fuerza luego de que fifth harmony acabara. Nos quedamos en silencio mientras veíamos el techo sin hacer nada, porque no teníamos nada para hacer. Era fin de semana y ya habíamos hecho nuestras tareas y habíamos limpiado la casa porque ya era un  desastre, lleno de ropa por todas partes y ropa interior de soo colgada en cualquier maldito lugar en el que tuviera oportunidad de hacerlo. Me irritaba y me hacía reír al mismo tiempo. - ¿No ibas a salir con siwon? - Le pregunté nada más que para hablar de algo

- Sí. - Me dijo subiendo las cejas. - Pero llamó hace dos horas para decirme que no podía. Estaba algo preocupado o enojado y le dije que no importaba. - Se encogió de hombros. - Últimamente nos estamos viendo demasiado, está bien un descanso, él tiene sus amigos y yo te tengo a ti. - Sonreí.

- Entonces estás tratando de decirme que dejaste de salir con un chico jodidamente caliente porque querías estar conmigo... - Ella sonrió. - ¿Qué mierda se te cruzó por la cabeza soo? - Golpeó mi brazo mientras se levantaba de la cama.

- No lo sé, pasar tiempo contigo es un martirio, pero a veces debo tener un poco de dolor en mi vida... Ya sabes, para saber si sigo viva o si simplemente estoy soñando.

- Revoleé una almohada a su cara mientras reía.

- ¡CURSI! - Caminó hasta la puerta de mi habitación.

- ¿Quieres ver una película? - Asentí con la cabeza. - ¿Cuál? - Me encogí de hombros.

- Elige tú. Pero que no sea ningún cliché, ninguna película predecible y nada que me haga llorar porque te voy a golpear. - Salió por la puerta mientras la escucha reír.

- ¿Qué tal algo de lobos? - Mis ojos se abrieron como dos gigantescos platos mientras caía de la cama por mi movimiento brusco.

¿Había escuchado bien? ¿¡HABÍA ESCUCHADO BIEN!?

- ¿¡Qué dijiste!? - Le grité desde el pasillo. Me dolía la rodilla por la caída.

- Lobos. - Siguió caminando. - Ya sabes, por la luna llena... ¿Qué pasa fany? ¿Temes no poder dormir porque el pequeño lobito vendrá por ti? - Me metí a mi habitación sin contestarle.

siwon. Luna llena. Lobos.

Empezaba a hilar los cabos sueltos en mi cabeza y no me gustaban para nada las imágenes que se estaban formando allí adentro.

Creo que me habrá tomado quince segundos decidir que iría a la casa de siwon para ver cómo estaba.

Y no me importaba nada. Ni siquiera me puse a pensar en lo peligroso que esto sería para cualquiera. Sólo había tenido este impulso que corría por mis venas. La preocupación que se formaba y me hacía desear con toda mi alma saber que siwon estaba bien.

Ni siquiera me saqué los pantalones de mi pijama, simplemente cambié mi remera por una limpia y me puse una campera y botas porque afuera hacía frío.

- ¿A dónde vas? La película está a punto de empezar. - Me dijo soo cuando tomé mi teléfono de la mesa. Era obvio que iba a salir porque era obvio.

- Voy a comprar cosas. ¿Quieres algo? No importa. Si veo algo que te gustaría, lo compro. Adiós.

- Pero... - Cerré la puerta con llave antes de que pudiera seguir interrogándome. Salí del edificio como alma que lleva al viento, preguntándome si en londres habría luna llena también.

¿Cómo estaría nik?

Corrí al autobús como por una cuadra gritándole que se detuviera. Al parecer, le di pena, porque paró y me dejó pasar. Puse las monedas en la pequeña máquina y me senté en uno de los asientos vacíos. Sólo éramos tres personas. Un hombre, que tenía sus auriculares puestos y estaba completamente dormido; y una señora bastante mayor que no despegaba su vista de la ventana. Estaba segura que éste era el autobús correcto, porque era el que habíamos tomado el otro día para ir a la cena en la casa de siwon.

Por mucho que soo me lo había reprochado, yo seguía estupefacta por el hecho de que éste pueblo tuviera, aunque sea, un autobús.

cerré los ojos con fuerza mientras veía al sol desapareciendo por el horizonte de a poco. Y mientras que el sol se iba, y el reflejo de la luna llena se hacía presente, mi cuerpo se tensaba, se ponía nervioso, se asustaba, se preocupaba.

Casi no sentí a mi celular vibrar en mi bolsillo. Lo tomé antes de que cortara y atendí sin mirar quién era.

- ¿Hola? - Dije con la respiración entre cortada. No sabía si era por el susto o por haber corrido como una loca hasta hacía unos minutos.

- Ni se te ocurra. - Reconocí la voz de taeyeon y, mentalmente, preparé mi mejor voz de confundida y desentendida del universo.

- ¿Qué? ¿taeyeon? ¿Qué pasa? - Dije como toda la actriz en la que me estaba convirtiendo desde hace unos meses.

- No me teatrices a mí porque voy a matarte. Te vas a bajar en la primer maldita estación del autobús y vas a ir caminando hasta tu casa si no quieres que te patee el trasero hasta que no te puedas sentar Tiffany . - Era obvio que no podía mentirle. Ya me tenía harta con su to sentido de vampiro acosadora.

- siwon es mi amigo y no quiero que le pase nada. - Le dije entre enojada y caprichosa.

- No puedes hacer nada por él, ¿acaso no lo entiendes? No puedes evitar que se convierta y menos si es luna llena. - Sabía que élla no podía verme, pero su tono de voz enojada y firme me hacía fruncir el ceño con enojo.

- Pero por lo menos podré estar ahí para ayudarlo. Apoyo moral o lo que sea. - taeyeon resopló y hasta me lo podía imaginar con los brazos cruzados y las cejas fruncidas, haciendo esa cosa con los labios que siempre hacía cuando la hacía enojar.

- Lo único que vas a lograr, es hacer que te maten. Ahora bájate de ahí y vete a tu maldita casa. - Me ordenó.

Me ordenó. ¿Me ordenó? ¡ME ORDENÓ!

- No quiero. - No me importaba parecer una niña de cuatro años.

- No hagas que tenga que ir a buscarte. - Dijo con tono de advertencia.

¡DE AD-VER-TEN-CIA!

- No me importa.

- Bien. Que la pases lindo mientras un montón de lobos te desgarran la garganta. No me importa.

- Bien.

- ¡Bien! - Dijo y le corté antes de que dijera otra cosa, porque esa era mi parada, y aunque me diera un tremendo miedo, tenía que bajar.

 

 

 

Así que lo hice. Y no me arrepentí mientras caminaba hasta la puerta. Ni tampoco cuando la golpeaba para que me abrieran.

Luego de unos largos minutos que para mí duraron horas, la mamá de siwon me abrió la puerta. Con una mirada triste, los ojos algo aguados y debajo de ellos, se posaban unas grandes ojeras. Me miró con sorpresa cuando se dio cuenta quién era.

- ¡fany! - Dijo intentando crear una sonrisa que duró poco tiempo sobre sus labios. - ¿Qué estás haciendo aquí?

- Vengo a ver a siwon, ¿está en casa? - En realidad, no sabía si debía enfrentar ese tema ahora, prefería dejar que ella se diera cuenta sola de que yo ya sabía.

- Linda... No creo que sea un buen momento... - Me dijo mientras miraba al suelo.

- Necesito verlo, señora choi. Necesito verlo. - Prácticamente le rogué con mis ojos, esperando a que entendiera.

- No hermosa, tú no entiendes... - La interrumpí buscando su mirada con mis ojos.

- Créame cuando le digo que yo entiendo más que nadie en este mundo. - Y al parecer comprendió. Sus ojos, que inspeccionaban mi rostro detalladamente me lo decían. Miró a los lados, como si se asegurara de que nadie nos veía y luego me tomó del brazo.

- Ven, hace frío afuera. - Tiró de mí hasta que entramos en la casa y, con rapidez, cerró la puerta. Pero no la cerró como cualquier persona normal. No. Usó la llave, una traba con cadena, alrededor de tres candados y, como si todo eso fuera poco, una tabla que cruzaba por ambos extremos de la puerta. Obviamente no quería que nadie entrara. O, más bien, que nadie saliera. - Vamos. - Volvió a tirar de mi brazo hasta la cocina, en donde me sorprendí al ver a la abuela de siwon preparando algo en un mortero mientras pisaba, lo que supuse que era pasto seco. Su bisabuela, la pasa arrugada y loca, veía por la ventana, completamente sumida en sus pensamientos. Y con una escopeta en la mano.

Mi primera reacción fue correr, pero obviamente, hubiese parecido una niña estúpida. Así que solamente pude quedarme quieta, mirando el arma como si se tratara de un extraterrestre.

- Está loca, pero sabe lo que hace, tranquila fany. - Clare me tomó de la mano y me hizo sentarme junto a ella. Tomó un rosario y comenzó a rezar con mucha convicción.

- ¿En dónde está siwon? - Pregunté, con un tono de voz bastante bajo para no llamar la atención de la pasa intimidante.

- En el sótano. Con los demás. Intentando resistir lo más que puedan. - La tía de siwon, apareció por la puerta, con los ojos cansados y su camisa desordenada.

- ¿Cómo están, Christina? - Preguntó Beatrice, la abuela de siwon, mientras Christina se sentaba junto a mí.

- Con fiebre. Y vómitos. Y salvajes y enojados. - Ella miró a Clare que la miró con

 

los ojos aún más cristalinos. – Baekhyun y lay están llorando. Me pidieron por favor que los dejase estar juntos. - Clare sollozó mientras se tapaba el rostro. - No pueden hacerse daño entre ellos, así que los dejé. Están muy asustados.

- Todos estamos asustados. - Intervino Beatrice, tomándole la mano a Clare. – Pero ya pasamos por esto y no es la primera vez que sucede. Baekhyun y lay sólo tienen que acostumbrarse, es el tercer cambio desde su primera vez. Ya verás que se volverán igual de fuertes que siwon. - Clare siguió rezando. - ¿Y Mike? - Christina se tomó la cabeza.

- Controlándolos. Aunque no sé cómo, porque está volando de fiebre. - Las miré a todas. Se veían tan preocupadas y acostumbradas a este tipo de cosas que me sorprendí.

- ¿Por qué ustedes no se convierten? - Se me escapó sin querer. Todas dirigieron sus ojos a mí y agaché la mirada, intentando demostrar que no era mi intención husmear ni nada parecido. - Lo siento, no quería... - La abuela de siwon acarició mi mano y me sonrió.

- Las mujeres lobo, vamos perdiendo la capacidad de convertirnos a medida que el tiempo va pasando, hasta que llegas a la edad en que ya no te conviertes más, y quedas humana para siempre. - Siguió moliendo lo que sea que estuviera dentro de ese mortero mientras hablaba. - El caso de los hombres lobo, es completamente al revés. Ellos se convierten con más frecuencia y en vez de durar unos cuantos días, el tiempo comienza a convertirse en semanas o incluso meses, hasta que se quedan lobos para siempre. Como mi esposo. - Se dio vuelta y tomó una olla con algo parecido a un té que hervía. - Ten, -se lo pasó a Christina que se tomaba la cabeza con fuerza- para la migraña. - Ella lo tomó mientras sonreía.

- Gracias mamá. - Bebió pequeños sorbos de la taza que le había tendido y puso cara de asco. - Esto es horrible. - Beatrice golpeó su cabeza con una revista de por ahí y ella se sobó la frente. - Lo siento.

- Entones tú eres una mujer lobo. - Afirmé o casi pregunté. Christina asintió con la cabeza.

- A pesar de que la luna llena me afecta, por ahora puedo controlar mi cambio. Pero no será por mucho tiempo.

- ¿Y ustedes también? - Dije mirando a las demás. La abuela de siwon asintió y miró a su madre, que seguía acariciando su escopeta como si se tratara de oro, mientras  se mecía en su silla. Supuse que aquella señora también lo era. Luego, miré a Clare, a la cual le temblaban las manos mientras mantenía el rosario entre sus dedos, pasando cuenta por cuenta y repitiendo oraciones en su mente.

- Yo no. - Dijo. Supuse que había sentido mi mirada sobre ella y por eso había hablado. - Yo soy humana. - Sonó casi como un lamento. No sabía si estaba orgullosa de decirlo o apenada.

- ¿Y seohyun? - Pregunté, refiriéndome a la hermana de siwon. Clare me miró con atención.

- No sabemos. Mike dice que tiene todo el coraje de un lobo. Pero yo creo que tenemos una normal. - Casi sonrió.

 

- ¿Y nik? - Está bien, sí, esa preocupación era más mía que parte de mi curiosidad.

- Se las arregla como puede en londres. Dice que conoció a una manada que lo ayuda a controlarse y las lunas llenas las pasa con ellos. Es tan horrible tenerlo lejos. -

Asentí con la cabeza, dándole a entender que la comprendía.

- ¿Y tú, niña? ¿Cómo sabes tanto de nuestro mundo? ¿Quién te contó? - Sentí los ojos hasta de la pasa momificada, puestos en mí.

- Es una larga historia. - Dije con media sonrisa en mi rostro.

¿Cómo le decía a una manada de lobos que salía, si a lo mío con taeyeon se le podía llamar salir, con un vampiro sin que me rasgaran la garganta con sus dientes o, peor, me echaran de su casa?

Soo  iba a matarme si se enteraba que estaba oficialmente des-invitada a seguir viendo a la 'manada'.

- La noche es larga... - Me dijo Beatrice. Tragué saliva con fuerza. Algo en sus ojos me decía que ya sabía qué sucedía detrás de todo esto.

- ¡MAMÁ! - Todas nos giramos al escuchar un grito que provenía de las escaleras. Obviamente, todas corrimos como si se tratara de una emergencia que no podía esperar.

- ¿Qué pasa? – seohyun  estaba parada en las escaleras, con un pequeño peluche entre sus manos y parecía que en cualquier momento se largaría a llorar.

- Escuché un ruido que venía del sótano. Y Baekhyun y lay no están en sus habitaciones y... Y... ¿Y si es un monstruo y se los quiere comer? – seohyun  acarició la mejilla de su hija con delicadeza.

- Todo está bien amor, ahora sólo vuelve a la cama.

- Pero...

- Pero nada seohyun, vuelve a la... - El ruido de un fuerte golpe la hizo callar. Nos hizo callar a todas. Nos hizo dejar de respirar por al menos cinco segundos, esperando que alguno de los chicos se haya convertido, o que alguno haya podido entrar a la parte de la casa. Todas esperábamos lo peor. Pero reaccionamos cuando seohyun comenzó a gritar, completamente espantada.

- ¡ES EL MONSTRUO, ES EL MONSTRUO!

- ¡seohyun! ¡seohyun todo está bien! - Los golpes en la puerta se hicieron más contundentes mientras seohyun seguía gritando y Clare intentaba calmarla. - ¡fany, llévala a su habitación! - Asentí con la cabeza y tomé a seohyun en mis brazos, que empapó mi campera con sus lágrimas. Cuando iba a subir por las escaleras, Clare tomó mi brazo, deteniéndome. Beatrice y Christina corrieron hacia el fondo de la casa y se perdieron de mi vista. - No salgan de la habitación por nada del mundo. -

 

 

 

Asentí con la cabeza y subí por las escaleras mientras escuchaba los golpes en el sótano y los sollozos de seohyun en mi oreja.

No sabía cuál era la habitación de seohyun  porque nunca había entrado allí, pero supuse que sería la puerta rosa y con flores que tenía escrito 'seohyun', con una letra casi ilegible. Cerré la puerta detrás de mí, y por alguna extraña razón, no me sorprendí al ver la misma cantidad de candados y trabas que en la puerta principal.

- Todo va a estar bien, tranquila. - Me senté en el piso, y la rodeé con mis brazos mientras abrazaba a su peluche con mucha fuerza. Miré por la ventana de su habitación, dándome cuenta que había oscurecido más rápido de lo que yo pensaba. Y ahí estaba. La luna. Llena, redonda y blanca. Por alguna razón, sentía que ella se estaba burlando de nosotros.

Mi teléfono vibró en mis pantalones y tuve el gran dilema entre contestar y no hacerlo.

Porque había dos grandes posibilidades.

La primera, era que aquella persona que estaba llamando era soo. En ese caso, ella estaría preocupada, intentando concentrarse en la película de lobos que hubiera puesto, pero no lo habría logrado, porque los pensamientos de yo siendo violada o asaltada o atacada por un oso, no dejarían su conciencia tranquila. O tal vez, simplemente llamaba para saber cuándo llegaría con la comida.

La segunda opción, y la más aterradora, era que taeyeon  estaba llamando. Y no se cansaría de llamar hasta que lo atendiera. Así que, mientras seohyun calmaba sus sollozos, yo saqué el celular de mi bolsillo y, confirmé con terror, que era taeyeon ella que me estaba llamando. La fotografía de su rostro seria como identificador de llamadas me lo decía. Atendí y lo puse en altavoz, pensando que tal vez, la voz de  otra persona haría que seohyun se concentrase en otra cosa en vez de los monstruos que se encontraban en su sótano.

- ¿¡En dónde mierda estás!? - Gritó. Golpeé mi frente con resignación.

¿En serio élla podía ser tan jodidamente mal hablada? Que mal ejemplo, por Dios.

- Hey, tranquila, estás en altavoz y una menor está escuchando la conversación. -

Miré a seohyn que me miró, con lágrimas en sus mejillas e hice una cara para hacerla reír. Funcionó, obviamente.

- ¿Una menor? fany, ¿en dónde estás?

- En la casa de siwon, con su hermanita. Di hola seohyun. - Ella negó con la cabeza y se tapó la cara con su peluche, otra vez. - ¿Ves? Eres tan fea y mala que ni siquiera seohyun quiere saludarte.

- ¿seohyun? ¿Podrías golpear a fany por mí ya que no estoy? - Revoleé los ojos.

- ¿Qué clase de ejemplo te crees que... ¡AUCH! - La maldita enana me había clavado el ojo de plástico del maldito conejo en la frente. - ¡SEOHYUN! - Le reproché mirándola mal.

- ¡Élla me dijo que lo hiciera! - Tomé su peluche mientras escuchaba a taeyeon  reír bajito, y lo revoleé lejos. - ¡MALA! - Me dijo con sus labios fruncidos.

- ¡LA PEOR! - Imité su cara y nos quedamos mirando por unos segundos, desafiándonos. - ¿Qué quieres taeyeon? - seohyun se cruzó de brazos, ofendida.

- Quiero que salgas de ahí. La luna cada vez se pone peor y, fany, tú no tienes ni idea de lo que es estar en el cambio de un lobo. En serio, yo... Estoy yendo para allá, pero no voy a servir de mucho. Por favor sal de ahí.

- No puedo. - Le dije con toda sinceridad. Antes de que pudiera replicar, hablé otra vez. - Estoy encerrada en el cuarto de seohyun porque los... Monstruos, están en el sótano y ella tiene mucho miedo. ¿Entiendes? - Miré a seohyun otra vez y ella cerró los ojos, para evitar verme.

- No, no entiendo nada.

- Que seohyn, no sabe qué tipo de monstruos son los que se esconden en el sótano de su casa. Pero los escuchó y su madre me pidió que nos metiéramos en su habitación y que no salgamos para que no pudieran... Asustarnos. - No podía ser más explícita y disimulada a la vez. Si élla no entendía, era una tarada y no había remedio a eso.

- ¿¡SE ESCAPARON!? - Gritó a través del teléfono.

- Eso creo. O al menos estaban intentándolo.

- Mierda.

- ¡TAEYEON!

- Lo siento. Carambolas. - seohyun y yo reímos al unísono.

Esto no parecía tan malo. Bueno, evitando la parte en que lobos salvajes estaban intentando meterse en la casa y que, ellos eran personas, pero no personas comunes, personas que conocíamos y queríamos y no podíamos lastimarlos.

Está bien, esto estaba siendo una mierda.

- Mira, estaré allí como en una hora. Tal vez un poco más. Tengo que parar a buscar... Un juguete para regalarles a los monstruos. - Era tan estúpida a veces.

- No vas a hacerle nada a los monstruos. Quédate en tu casa y espera a que esto termine.

- Pero, ¿y si intentan matarte? Tengo que ir. - Mordí mi labio para evitar decirle que era un amor.

- Voy a estar bien, yo y seohyun vamos a estar encerradas, peleándonos y jugando a estupideces. No vengas taeyeon, no quiero que te pase nada a ti tampoco. - seohyun me sonrió como si supiera algo que yo no sabía.

- No puedo dejarte fany, lo siento. - Y cortó el maldito teléfono. Un millón de palabrotas se me vinieron a la cabeza, pero obviamente no dije ninguna porque seohyun estaba allí, sobre mí, mirándome con la misma sonrisa. Como si alguien le hubiese regalado una caja llena de caramelos y no me hubiera enterado.

 

- ¿Y a ti qué te pasa? - Le pregunté.

 

Sí, era un amor con los niños.

- Era tu novia. - Nunca jamás creí que una niña podría ser tan linda y, a la vez, querría matarla por eso.

- No, no lo era. - Repliqué.

- Sí, lo era. Dijo que no podía dejarte. - Revoleé los ojos.

- ¿Y eso qué tiene que ver? Mi hermano no podría dejarme. Un amigo no podría dejarme. ¡Mi peluche no podría dejarme!

¿En serio estaba discutiendo con una niña de ocho años por mi estado civil? ¿En serio?

- No es lo mismo.

- ¡Claro que lo es!

- No, no lo es. - Ella se paró y tomó su cadera con sus manos, en forma de jarra. -

Lo dijo como le dicen los chicos lindos a las chicas lindas en las películas.

- Tu argumento no es para nada válido, seohyun. - Le dije mientras fruncía las cejas.

- No sé qué significa eso, pero élla lo dijo como en las películas. Cuando están enamorados. - Sonrió aún más. - Están enamoradas... ¿Están enamoradas? – Estuve a punto de mandarla a la mierda, en serio. Ya no me importaba su edad ni que fuera una niña. Iba a mandarla a la mierda y a sus derivados. Pero ambas nos asustamos cuando escuchamos un tremendo grito que venía de afuera. - ¡FANY! - me gritó entre desesperada y asustada. Corrió por detrás de mí y me abrazó con fuerza, sentía sus uñas clavarse en mis piernas.

Escuché otro grito, seguido de un fuerte gruñido y mi corazón comenzó a latir con fuerza. Demasiada fuerza.

¿Y si algo le había pasado a siwon? ¿Y su algo le había pasado a la familia de siwon?

¿Y si algo iba a pasarnos a nosotras?

Intenté pensar un plan, a pesar de que no eran lo mío, porque, como soo decía, siempre eran suicidas. Y supuse, que en este caso, la única solución que yo tenía, era recrear uno de mis más suicidas planes para poder ayudar a quien sea que necesitara de mi ayuda.

- seohyun, quiero que te encierres en el armario y que no salgas hasta que yo te diga que salgas.

- Pero...

- Pero nada. Cerrarás los ojos y te taparás los oídos. Vas a imaginar que estás en algún lugar bonito que te encante, como la playa o alguna montaña y no vas a dejar de imaginártelo hasta que yo te lo diga, ¿está claro? - Ella asintió con la cabeza y  corrió a su armario al tiempo que lo abría con la pequeña llave que había sacado de uno de sus cajones. Tomé todos los peluches que estaban sobre su cama, las almohadas y su cobertor también y los metí en el armario junto a ella. Le pase el conejo que había revoleado por los aires minutos antes y ella se sentó y se tapó con todos sus peluches, mientras agachaba un poco su cabeza para que la ropa que estaba colgada de allí no la molestara. - Toma, - le tendí mi teléfono- si en treinta minutos todavía no te he dicho que salgas, llama a la policía. ¿Sabes cuál es su número, cierto? - Asintió con la cabeza. - Bien, ahora quiero que cierres el armario de la parte de adentro y júrame por lo que más quieras que no vas a salir, seohyun.

Júralo.

- Te lo juro fany. - La miré fijo, intentando descifrar que hablaba en serio, pero sus ojos sólo demostraban miedo, no podía ver nada además de eso.

- Cierra la puerta apenas salga de aquí. - Asintió y besé su frente con delicadeza. -

Todo va a estar bien, lo prometo.- Salí del armario al tiempo que escuchaba la puerta cerrarse con llave. Tomé una de las tablas que trababan la puerta de su habitación, y la puse en la puerta del armario para asegurarla. No sabía de qué, la verdad, pero sólo quería estar segura que a seohyun no le pasaría nada. Aunque no tenía la certeza de que eso fuera cien por ciento cierto. Me dirigí a la puerta y respiré muy hondo mientras comenzaba a quitar los candados y trabas que se encontraban allí.

A veces, me pregunto por qué tus planes son tan jodidamente suicidas. Pero luego me acuerdo que estás loca y eres estúpida y encuentro la razón con facilidad.

Respiré una vez más mientras giraba la llave intentando hacer el menor ruido posible.

Esto parecía una tortura.

Cerré la puerta detrás de mí con el silencio que jamás había tenido en mi vida entera y luego, la cerré con llave. Sólo para que seohyun estuviera más protegida.

Mi corazón iba a mil y mis manos temblaban. Todo ocurría tan rápido, mis piernas débiles, mis pies intentando no arrastrarse para no hacer ruido y mis oídos atentos, intentando descubrir qué era lo que sucedía.

Estaba nerviosa y asustada y preocupada y paranoica y un millón de cosas más que en este momento no tenían un nombre fijo y no tenía tiempo para inventarles uno tampoco.

Antes de bajar las escaleras, me fijé hacia abajo, pero no se veía absolutamente nada. Sólo se escuchaba un ligero llanto y pisadas que iban y venían alrededor de la casa. Bajé las escaleras rápido y en silencio, o al menos en el mayor silencio que podía hacer mientras bajaba unas escaleras.

Mis ojos detectaron a Clare tirada en el piso al instante. Sus ojos sólo me vieron cuando corrí hacia ella y sólo me veía con horror y miedo. Muchísimo miedo.

- ¡fany, no! - Dijo mientras se largaba a llorar y mordía sus labios para que no se escuchara.

- seohyun  está encerrada en el armario. Tenía que venir a ayudar. - Ella negó con la cabeza y se tapó la boca.

- No puedes ayudar. Tienes que esconderte. - Acercó mi rostro al suyo y tapó mi boca y mi nariz con su mano. - Se escaparon... Y siwon está rondando por aquí.

Pueden escucharnos... Te tienes que ir. Ahora. - Fruncí las cejas y saqué su mano de mi boca despacio.

- No puedo dejarlos. Menos ahora. - Ella limpió sus lágrimas y miró a los costados. Hice lo mismo para verificar que no había ningún lobo cerca.

- En la cocina. - Sus ojos se iluminaron. - Una de las puertas de la cocina lleva al patio, te puedes ir por allí. Si corres rápido tal vez ni siquiera te escuche. Yo lo distraeré para que no vaya tras de ti. - Negué con la cabeza mientras ella asentía. -

No es tu batalla fany. Esta es mi familia, y sé lo inútil que te sientes por no poder hacer nada, creo que soy la persona que más podría llegar a entender en el mundo.

Pero tienes que comprender, que no siempre puedes salvar a todo el mundo. – La miré fijo. A sus ojos llenos de lágrimas que me transmitieron sinceridad, verdad.

Tal vez Clare tuviera razón. Tal vez yo no podía salvar a todos. Tal vez tenía que empezar a salvarme a mí misma, en lugar de a los demás.

Sus manos hicieron que me corriera junto a ella y estamparon mi espalda contra la puerta que llevaba a la cocina. Puso un dedo en sus labios cerrados, pidiéndome silencio, y luego señaló a la sala. Miré con cuidado.

Un lobo. Un gigantesco y negro lobo con sus ojos extremadamente amarillos y los dientes saliendo de su boca. Estaba atento, oliendo y mirando a todos lados, como si buscara a su presa. Como si nos estuviera buscando a nosotras. Ambas vimos cómo se acercaba a las escaleras que llevaban arriba. En donde seohyun estaba escondida.

Por un momento mi corazón se paró y no supe qué pensar.

- seohyun... - Se escapó de mis labios mientras miraba a Clare. Ella pareció entenderme después de cuatro escasos segundos. Secó su cara y apretó su mandíbula mientras tomaba una escoba que estaba en un closet cerca de nosotras, sin hacer nada de ruido. Me miró desde arriba, y yo desde abajo. Estando sentada, me daba la sensación de que era una pequeña hormiga a la que podían aplastar en cualquier momento.

- Corre. - Miró al lobo y luego a mí otra vez. - Corre mientras distraigo a siwon. Lasllaves están sobre la puerta. - Me paré junto a ella. - Y no te detengas. No te detengas por lo que más quieras en el mundo. - Antes de que pudiera prepararme  mentalmente por lo que estaba a punto de pasar o de siquiera respirar, Clare se lanzó a la sala y estampó con fuerza la escoba en el estómago de siwon lobo, que ya se veía bastante decidido a subir por las escaleras.

Observé, estática en mi lugar, cómo siwon se levantaba del piso y sacudía su cabeza, mientras Clare tomaba una perfecta posición de defensa y ataque. siwon le gruñó y mostró sus dientes. Ambos se veían, esperando a que el otro diera algún movimiento para saltar y atacar.

 

Y yo estaba petrificada. Ya tendría que haber corrido a la puerta y la tendría que haber abierto después de haber tomado la llave. En este momento, tendría que estar corriendo lejos y con rapidez para salvar mi trasero de unos cuantos lobos que podrían sacarme los intestinos para luego comérselos. Pero no. Por supuesto que no.

¿Estaba dispuesta a salir de allí corriendo para salvar mi vida? ¿Estaba dispuesta a confiar en que todo estaría bien, como Clare había dicho? Sí. Por supuesto que sí. O por lo menos la parte egoísta de mí, estaba súper dispuesta a hacer eso. Pero había algo que no me dejaba. No sabía si era mi conciencia, o mi parte moral y no lógica del cerebro, o incluso mi corazón que había tomado cariño por éstas personas, pero mis piernas no respondían a las órdenes que mi cerebro les estaba dando.

¡CORRAN! ¡SAQUEN SU MIERDA DE ADENTRO DE ESA CASA Y NO VUELVAN! ¡CORRAN YA!

No podía. No podía dejar a un siwon  desmemoriado y salvaje, que no podía reconocer ni siquiera a su madre y que estaba cien por ciento dispuesto a hacerle daño, sin darse cuenta. No podía permitir que a alguien de ésta familia le sucediera algo. No podía permitir que cuando Jake se despertase, unos cuantos días después, descubriera su cuerpo lleno de sangre y el cuerpo de su madre o el de Carly o el de su abuela o el de su bisabuela, junto a él. No podía dejar que eso pasara. A veces me odio tanto por ser una buena persona.

Clare estaba tirada en el piso, atrapada bajo el cuerpo lobo de siwon, que ya había desgarrado gran parte de su hombro, del cual no dejaba de salir sangre. Lo único que detenía a siwon de no desgarrar la cara de su madre con sus dientes, era el palo de escoba que Clare luchaba por dejar atrapado entre las mandíbulas del lobo.

No sabía qué era lo que estaba haciendo, pero de repente, una sartén estaba entre mis dedos, y de repente, estaba plantándola en la cabeza de siwon, que cayó de lleno en el piso mientras Clare se levantaba del piso y me veía enojada. No había tiempo para eso. La abuela de siwon apareció de la nada, corriendo y nos miró a ambas sorprendida.

- La puerta del sótano está abierta. Los lobos están saliendo por allí, sólo falta siwon, Christina ya se ha convertido. - Las tres saltamos al escuchar el gruñido de siwon mientras tomaba fuerzas para levantarse a combatir otra vez.

Pero claro que sus ojos sólo me veían a mí. Claro que sólo quería desgarrarme la garganta a mí. Claro que sí.

Esto era una pesadilla vuelta realidad.

- fany, no te muevas. - Me dijo Beatrice. - Sólo tenemos que llevarlo al sótano y él se irá solo.

- Váyanse.

¿En qué mierda estaba pensando?

- ¡Váyanse! - Les grité a ambas mientras me miraban como si estuviera loca. Siwon seguía mirándome con esos ojos de lobo, locos y asesinos, que ahora eran parte de su cuerpo. - Su atención está en mí, yo lo llevo al sótano. - Miré a Clare que me veía mientras negaba con la cabeza. - Tú lo dijiste. No siempre puedes salvar a todo el  mundo. - La abuela de siwon asintió una sola vez con la cabeza y arrastró a Clare a las escaleras.

Miré a siwon fijamente y apreté con fuerza el mango de la sartén entre mis manos.

¿De dónde había sacado tanta valentía y coraje? ¿Acaso esto era nuevo en mí o solamente estaba oculto?

Esperen... ¿¡EN DÓNDE CARAJO ESTÁ EL SÓTANO!?

- Mierda. - Dije antes de que siwon se largara a correr detrás de mí.

 ¿En dónde estaba la vieja pasa arrugada con escopeta cuando la necesitaba?

Tiré todo lo que encontré en mi paso hacia el suelo para retrasarlo. A pesar de que no estaba a su cien por ciento por lo que lo habíamos golpeado, siwon era bastante rápido. Pero esperaba que yo lo fuera aún más.

Al llegar a abrir la puerta del fondo del pasillo principal de la casa, que supuse que era el sótano, siwon rasguñó mi pierna con su pata delantera.

Caí al suelo de inmediato y vi cómo mi pantalón se teñía de un rojo, casi bordo, y luego escuché a siwon gruñir. Lo miré a sus ojos de lobo y me convencí de que ya no quedaba nada del siwon que yo conocía allí adentro. Intenté usar mi sartén contra él, otra vez, pero al parecer los lobos eran bastante inteligentes, porque su cuerpo se abalanzó sobre mí y sus patas atraparon mis hombros bajo ellas, clavándome sus garras, perforando mi piel. Grité del dolor y cerré los ojos esperando que él hiciera lo que tenía que hacer rápido. Contuve el aliento y sentí cómo una lágrima de miedo se escapaba de mis ojos. Me tragué los sollozos, porque estaban de más, y sólo esperé a que fuera rápido y con el menor dolor posible.

Al menos pude escaparme de ese maldito lugar. Hice feliz a mi mejor amiga... Y hasta creo que conocí al amor de mi vida.

Abrí mis ojos. No estaba segura muy bien del por qué, sólo los abrí. Estaba tardando más de lo esperado en matarme. O al menos más de lo que yo no tenía planeado y me imaginaba. Me tomé el tiempo de mirarlo mejor. Su pelaje era como el de cualquier perro, tal vez un poco más grueso. Sus orejas estaban paradas y atentas a cualquier ruido que se produjera a su alrededor. Sus dientes parecían mucho más grandes, al igual que su cuerpo, al verlos de cerca. Su nariz y su boca tiraban un aire cálido directo a mi cara. Estaba asustada, hasta que miré sus ojos.

Pero ya no eran esos ojos amarillos y asesinos que me miraban hacía unos minutos, no. Eran los ojos de siwon. Esos marrones y jodidamente hermosos y redondos ojos que me miraban y me transmitían una tremenda paz que no entendía por qué invadía mi cuerpo.

- ¿siwon? - Susurré. El lobo pareció bajar todas sus defensas y hasta guardo sus dientes. Era como si me estuviera prestando atención, como si me escuchara. - Jake, soy yo. fany... - Volví a susurrar al tiempo que recuperaba el aliento que él mismo me había robado. siwon retrocedió un paso y creo que hasta lo escuché llorar, como hacían los perros, mientras se alejaba de mi cuerpo. Parecía confundido y hasta, me animaría a decir, perdido.

Antes de que pudiera pararme de mi lugar, o de que siwon lobo pudiera salir completamente lejos de mí, lo vi volar por los aires y caer sobre la pared que estaba junto a mí.

- ¡NO! - Grité de una manera desgarradora, pensando que le podría haber pasado algo. Pero mi corazón volvió a latir mientras lo veía intentar levantarse, prácticamente sin fuerza. Miré a mi lado y mis ojos se abrieron más que antes al ver a taeyeon, completamente agitada y agotada físicamente. Se le notaba a kilómetros que ya no podía más. Élla estaba mirando a siwon con completa rabia en los ojos, y si no fuera porque se veía cansada, estoy segura de que lo hubiera matado con sus propias manos.

Me levanté del suelo como pude, mientras siwon hacía lo mismo. Tomé mi pierna y jadeé al sentir el dolor que se repartía por todo mi cuerpo. De repente, sentía que el mundo daba vueltas sobre mis pies y ya no podía mantener el equilibrio. Me faltaba la respiración y mis piernas no funcionaban. Estaba agotada. Exhausta. Sentí a taeyeon  correr hacia mí y sostenerme para que no cayera. Tomé mi cabeza y cerré los ojos con fuerza, esperando a que cuando los abriera, pudiera ver algo que no estuviera borroso. Algo que no fuera una figura difuminada. Esperaba ver algo.

¿Qué me está pasando?

- fany... ¡fany! - La voz de taeyeon me trajo de nuevo a la realidad y abrí mis párpados para encontrarme con sus ojos preocupados que inspeccionaban mi rostro, buscando qué estaba mal.

- Estoy bien. - Logré articular, o al menos creo que lo hice. Escuchamos a siwon gruñir en frente de nosotros y nos detuvimos a mirarlo.

Sus ojos volvían a ser amarillos, pero parecía haber dejado su posición de ataque.

Parecía más tranquilo, más pasivo. taeyeon apretó su mandíbula junto a mí, pero no me soltó de sus brazos. siwon nos miró una última vez, de una forma poco defensiva y luego salió por la puerta que había abierto antes con rapidez.

Definitivamente ése era el sótano.

Taeyeon  me ayudó a levantarme y cuando ambas estuvimos de pie me abrazó con mucha fuerza, prácticamente exprimió todo el jugo que llevaba adentro. A pesar de que me costara admitirlo y aunque no quisiera, desde el momento en que mis ojos se habían posado en taeyeon, todo mi cuerpo había tenido esta extraña sensación de protección y seguridad que seguía odiando y odiaría siempre.

- Nos vamos ya. - Ni siquiera me dejó hablar y si apenas respirar. Sólo besó mi frente y se dio media vuelta. Comenzó a caminar y se le veía bastante decidida, lo  cual me confundió. Le seguí unos pasos, pero un fuerte estallido me hizo parar, saltar y temblar en mi lugar. Todo al mismo tiempo.

Al principio, creí que alguien había gritado. Luego me di cuenta que eso no tenía sentido y pensé que tal vez alguien había tirado la puerta abajo. Tal vez los lobos habían vuelto. Pero después vi caer a taeyeon de lleno al suelo y mi respiración cesó.

 

Mi corazón paró por un segundo en el que no la vi moverse para nada, y su remera comenzaba a teñirse de rojo.

Tragué saliva mientras veía por detrás de mí. Parecía que pasaban horas, semanas, incluso años, pero en realidad sólo habían sido segundos. Escasos segundos que me estaban dejando sin respiración. La bisabuela de siwon, con sus ojos entrecerrados y mirando por la mirilla de la escopeta que apuntaba a taeyeon.

Ni siquiera pude gritar. Ni siquiera corrí. Mis rodillas fallaron y caí al suelo sin saber en dónde, exactamente, había caído. Me arrastré como pude hacia élla y empujé su cuerpo sobre mis piernas, para que pudiera verla y para poder tenerla más cerca.

Seguía respirando. Podía sentir su corazón latiendo bajo mi mano. Y dentro de mí. Por encima de su cadera, a un costado, la sangre teñía todo de rojo y me hizo entrar en pánico. Ver que su herida no cerraba me estaba poniendo los pelos de punta.

- Debemos llevarla a un hospital. - Ni siquiera había escuchado a Clare, seohyun y a la abuela de siwon bajar por las escaleras. Me giré hacia ellas y luego hacia donde debía estar la maldita pasa arrugada que ahora deseaba con ansias que muriera, pero ya no estaba.

- No... Élla puede... Élla tiene que... - Las palabras salieron como un jadeo ahogado mientras sentía mis lágrimas caer por mis mejillas. Y ni siquiera sabía por qué. taeyeon estaba viva. Y su herida tenía que sanar. No sabía nada. Sólo sabía que el dolor en mi cuerpo se había desvanecido y sólo había lugar para la preocupación.

- Cariño. - Beatrice se acercó a mí y apoyó una mano sobre mi hombro. – Los vampiros como las kim pierden sus poderes durante la luna llena. - Y esa fue la gota que rebalsó mi vaso.

 

PERO QUE CAPITULOOO ESTA MUY BUENO COMENTE QUE LES PARECIO LO ULTIMO QUE DIJO BEATRICE ME QUEDE COMO ¿ POR QUE SON DEBILES LOS VAMPIROS EN LUNA LLENA?....

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Comments

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dafnytae
#1
Chapter 57: Como vas con la segunda temporada? (>_<)
2597611 #2
Chapter 57: Yeahhh!! Porfin
Itaenylove
#3
Chapter 57: siiiiiii
por fin
Skyth06
#4
Chapter 57: Antes q nada feliz año, mis mejores deseos, y púes sii segunda temporada :3!!
mv007842 #5
Chapter 57: Hola que este año sea de mucho excito y que dios te bendiga y que bueno que ya vas a actualizar la segunda temporada de esta historia actualiza chau
rafayola
#6
Chapter 57: HOLAAA y un MUY felíz año te deseo lo mejor :D y pues claro a apoyarlas, en cuanto a la segunda temporada espero con ansias <3
Taeny16 #7
Chapter 56: No quería leer este capítulo :( pero lo leí porque soy una maldita masoquista
rafayola
#8
Chapter 56: No puedo con el último capítulo, me destrozó muchas gracias por la adaptación espero con ansias la segunda temporada
Taeny16 #9
Chapter 53: Este Fic es genial, me encanta, lo estaba leyendo antes pero la autora no lo actualizó más. Me encanta❤ Pero tengo miedo de leer el final :(