Capítulo 12: "- Aléjate de mí..."

taeyeon kim ( taeny, vampiros)

Era lunes. Estaba cansada, estresada, desganada, prácticamente hubiese sido más fácil que cualquiera se haya acercado a mí y me hubiese dicho "Ten fany, una pistola, dispárate en la frente y libérate de una vez."

Estaba llegando tarde a biología porque tenía que buscar a la señora Guinea, la profesora de matemática, para entregarle el trabajo especial que me había mandado a hacer. Tenía que dárselo a primer hora así ella podía calificarlo y subir mi nota en el semestre.

 

 Y lo hubiera hecho sin llegar tarde a mis clases de no ser por los muy felices siwon  y Soo  que no dejaban de hacerse mimos y cariños mientras yo intentaba no vomitar, y repetía una y otra vez que llegaríamos tarde. Aunque no me escucharon ni una sola vez.

Y no lo tomen personal. No tengo nada en contra del amor, además de pensar que sólo sucede muy pocas veces en la historia de la humanidad, y que Shakespeare había acertado cuando decía que en el amor siempre había tragedia y drama, me parecía algo muy bonito que pasara entre dos adolescentes.

Pero no cuando me hacían llegar tarde

Está bien, estoy acostumbrada a esas estupideces de llegar tarde porque soy la persona más impuntual que conozco.

Y ahora justamente en este preciso instante, yo estaba quedándome sin aire  corriendo por toda la escuela mientras intentaba llegar a mi casillero para tomar mis cosas de biología.

Las pocas personas que quedaban en los pasillos me veían correr y respirar como una foca amorfa con problemas de respiración, y se reían o sólo me ignoraban mientras intentaban saltarse sus clases.

Patético.

Probablemente siwon y soo  ya estaban en el salón de biología repartiendo su amor frente a los pobres adolescentes que tenían que verlos porque no tenían otra opción.

Malditos idiotas enamorados.

Llegué a mi casillero y puse mis manos en mis rodillas mientras buscaba un poco de aire.

Por el amor de Dios, necesito hacer ejercicio y ponerme en forma de una vez. Me paré derecha y respire hondamente por al menos cinco minutos. Y aunque no tenía tiempo para eso, mientras volvía a correr al salón de biología, podía decir que había tenido un ataque de asma y por eso había llegado tarde.

 

Ahora que lo pienso, siempre estoy mintiendo.

 

                     

Abrí mi casillero para sacar mis libros y guardé todo lo demás que no iba a necesitar. Esto de los casilleros hubiese sido un muy buen método en el orfanato.

Volví a mirar el reloj de mi teléfono. Hacía ya diez minutos que la campana había tocado.

Maldita sea.

Cerré mi casillero y comencé a caminar rápidamente hacia el aula porque si corría iba a tener un serio ataque cardiorrespiratorio y no tenía ganas de eso ahora también.

Acomodé mi bolso en mi hombro y miré al frente mientras caminaba a paso firme. Un suave empujón me detuvo mientras chocaba contra los casilleros.

Ay Dios mío. Todo siempre me pasa a mí.

Taeyeon kim  estaba tomándome de las muñecas mientras se acercaba a mí acorralándome contra los casilleros.

Estaba enojada. Se podía notar a kilómetros. Su respiración era pesada, sus ojos estaban muy abiertos revelando el negro profundo e intenso que había en ellos. Su mandíbula estaba apretada, como usualmente pasaba cuando se encontraba cerca de mí. En ese momento me pregunté si el problema de estar siempre enojada, era por mí o por sí misma. Me miró fijamente por al menos tres minutos y me sentí tan pequeña ante su mirada que tuve la necesidad de hacerme una bolita y ponerme a llorar. Podía sentir a mis piernas temblar. Tragué saliva intentando que el nudo que tenía en mi garganta se fuera.

Taeyeon  dirigió sus ojos a mi cuello y eso me puso mucho más nerviosa.

- ¿Quién eres? - Su pregunta me tomó por desapercibida y no pude evitar juntar mis cejas ante lo que estaba diciendo.

¿Quién era? Venía sentándome con éllz en biología casi por un mes. Conocía a sus hermanas. ¿Qué clase de pregunta era esa?

- fany.. - Susurré. Élla tomó mis brazos más fuerte y los dirigió de nuevo contra los casilleros, golpeándose a élla mismo ya que su mano rodeaba toda mi muñeca.

Cerré los ojos ante el impacto y el ruido que eso había ocasionado. Mi respiración  se tornó más pesada y los nervios recorrieron todo mi cuerpo, otra vez, batallando contra los escalofríos de mi espalda.

- No te pregunté cómo te llamas. Pregunté quién eres. - Sentía sus ojos mirándome fijamente a pesar de que los míos estaban cerrados y volví a tragar saliva mientras los abría.

Estás asustada fany, estás asustada.

- No... Yo no sé a qué te refieres... - Tomaba grandes bocanadas de aire y estaba

 

segura que élla podía sentir mi aliento ya que se encontraba a unos pocos centímetros

 

de mi cara. Volvió a repetir esa acción con mis brazos y podía jurar que de lo fuerte que golpeó sus manos contra el casillero, sus nudillos estaban sangrando y mis muñecas tenían marcas como si me hubieran atado con una soga. Me estaba sosteniendo muy fuerte y dolía. Y por más que me retorciera o hiciera lo que hiciera no podía liberarme de él. Tenía una fuerza impresionante y me ponía de los nervios que me mirara tan fijo.

- ¡DEJA DE MENTIRME! - Su voz retumbó por todo el pasillo y un sollozo salió de mis labios. No tenía sentido, ya que no estaba llorando, aunque ganas no me faltaban.

- No estoy mintiéndote. Lo juro. Juro que no te estoy mintiendo. - Élla me miró fijamente y ahora sí podía sentir las lágrimas en mis ojos, pero luchaba contra ellas.

No quería que una chica me viera llorar.

- Sí lo haces. Sí lo haces. - Parecía que intentaba convencerse a sí misma de lo que decía y temí por mi vida, porque esta chica estaba loca. Completamente loca. Sus ojos volvieron a los míos y contuve la respiración. - Tú eres algo. Y estas mintiéndome. Porque lo que yoona te hizo, te afecto en el bar, yo te vi, estabas aterrada. Pero élla no puede leer tus pensamientos.

 

¿Qué? Adiós fany. Esta mujer atractivamente loca va a asesinarte y va a salir impune de todos los cargos porque tiene un problema mental. Y tú vas a morir.

Simplemente por querer tener una vida normal y de pueblo.

- ¿Por qué? - Su mirada estaba en mis ojos y mi respiración era cada vez más pesada y costaba que llegara a mis pulmones. Sentía que iba a desmayarme. Me sentía enferma. - ¿¡POR QUÉ!? - Volvió a gritar y desee que alguien apareciera por el final del pasillo y me rescatara. Sus manos volvieron a repetir el proceso de golpearlas contra los casilleros llevándose a mis brazos con élla. Cerré los ojos y pude sentir las lágrimas cayendo por mis mejillas. Otro sollozo salió de mis labios e intenté controlarlo pero estaba fuera de mi alcance.

- No lo sé. No lo sé. - Seguía sollozando y eso me ponía más nerviosa que antes. - No sé de qué estás hablando. No sé a qué te refieres. No sé nada, lo juro. - Abrí los ojos mientras tragaba saliva y veía mi pecho y el suyo subiendo y bajando rápidamente.

Sus ojos escaneaban todo mi rostro.

¿Qué era lo que estaba pasando? Volví a sollozar y nuevas lágrimas cayeron por mis mejillas. Élla las miró caer hasta el final de mi barbilla. Sus manos no soltaron mis muñecas, pero se dirigieron a mi cara lentamente. Dudando de lo que iba a ser, posó sus pulgares debajo de mis ojos secando las lágrimas. Cerré los ojos y me apreté contra los casilleros ante su tacto. Tragué saliva nuevamente mientras élla seguía secando mis lágrimas con sus pulgares.

Abrí los ojos encontrándome con los suyos que me miraban fijamente.

 

Mientras secaba mis lágrimas sin sacar sus ojos de los míos, mi respiración cada vez se volvía más tranquila y estaba odiando eso.

Élla me había hecho llorar y tenerle miedo y se supone que no tenía que tener el poder para calmarme. No era justo. Y no tenía sentido alguno.

¿Qué le estaba sucediendo a mi cuerpo?

Posó sus manos a los costados de mi cara, inmóviles. Tragué saliva nuevamente y sus ojos volvieron a deslizarse hasta mi cuello.

La vi tragar saliva y me dije a mí misma que era la primera vez que me parecía verla nerviosa.

Sus manos aflojaron de a poco el agarre que tenían en mis muñecas y cuando por fin las soltaron, éstas cayeron a mis costados como si no tuvieran vida.

Élla seguía igual de cerca que antes. Mis ojos habían dejado de lagrimear y mi boca estaba seca. Pasé mi lengua por mis labios en un intento de humedecerla y sus ojos se movieron directamente hacia ellos. Élla repitió la acción que yo había hecho y cerró los ojos, apretando su mandíbula un poco más.

Se alejó de mí.

Dio un paso hacia atrás y se alejó de mí. Sus ojos no se habían abierto todavía y comenzaba a dar pasos lentos, lejos de mí.

Cuando élla se apartó pude sentir el calor que corría por mis venas. Cuando lo había tenido cerca sólo podía sentir el frío que emanaba de su cuerpo normalmente y me rodeaba apoderándose de mi calor corporal. Los escalofríos recorrían todo mi cuerpo y reaccioné cuando élla estaba de espaldas a mí yéndose por el pasillo.

Despegué mi espalda de los casilleros y di tres pasos.

- Espera... - Salió de mi boca como un grito ahogado, con la boca seca nuevamente y mi respiración tranquila. Élla se detuvo, pero no se giró, su espalda seguía siendo lo

único que veía. - Espera. - Volví a repetir pero esta vez más firme.

- Aléjate de mí. - Su voz era firme, como si lo que acababa de pasar no hubiera pasado. Como si élla no me hubiese empujado en contra de los casilleros exigiéndome respuestas de preguntas que no comprendía, y como si después élla no hubiera hecho ese lindo gesto de secar mis lágrimas... Las lágrimas que élla misma había provocado. - Esto es peligroso... - Su voz era un firme susurro que podía escuchar a pesar de que estuviera a unos cuantos pasos de mí. Vi como su cabeza seolteaba solo un poco para verme por encima de su hombro. - Yo soy peligrosa. -

Negué con mi cabeza tragando saliva mientras buscaba su mirada con mis ojos.

- No puedo... - Admití en un susurro, haciendo que su mirada volviera a estar atenta en mí, aunque seguía dándome la espalda. - No quiero hacerlo. - Mi voz volvía a ser firme y agradecí porque no haya salido temblorosa. Su mirada volvió al frente y noté como sus puños se cerraban a los lados de su cuerpo.

 

Todo lo que decía salía de mi boca sin que yo pudiera controlarlo, como siempre sucedía cuando estaba nerviosa. Y esta no era la excepción, y lo primero que había pensado había salido de mi boca sin filtro.

- No digas que no te lo advertí. - Su mirada se dirigió una vez más a mí, mientras volteaba su cabeza sobre su hombro.

Lo único que recuerdo después son un par de manos en mi cuello y cómo todo se volvía negro, pero no caía al suelo, porque un par de brazos me sostenían fuertemente.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
dafnytae
#1
Chapter 57: Como vas con la segunda temporada? (>_<)
2597611 #2
Chapter 57: Yeahhh!! Porfin
Itaenylove
#3
Chapter 57: siiiiiii
por fin
Skyth06
#4
Chapter 57: Antes q nada feliz año, mis mejores deseos, y púes sii segunda temporada :3!!
mv007842 #5
Chapter 57: Hola que este año sea de mucho excito y que dios te bendiga y que bueno que ya vas a actualizar la segunda temporada de esta historia actualiza chau
rafayola
#6
Chapter 57: HOLAAA y un MUY felíz año te deseo lo mejor :D y pues claro a apoyarlas, en cuanto a la segunda temporada espero con ansias <3
Taeny16 #7
Chapter 56: No quería leer este capítulo :( pero lo leí porque soy una maldita masoquista
rafayola
#8
Chapter 56: No puedo con el último capítulo, me destrozó muchas gracias por la adaptación espero con ansias la segunda temporada
Taeny16 #9
Chapter 53: Este Fic es genial, me encanta, lo estaba leyendo antes pero la autora no lo actualizó más. Me encanta❤ Pero tengo miedo de leer el final :(