Compartir con Jinah no fue desagradable, en realidad la modelo era mucho más divertida de lo que jamás hubiera imaginado. En las revistas que Yunjin había visto siempre se demostraba muy elegante o y, pero en realidad era bastante torpe, se reía muy fuerte y a veces hasta parecía un poco desubicada, pero su encanto era innegable. Yunjin llegó a la conclusión de que la mujer de las revistas era Nana y la que tenía frente a ella era Jinah. Lo que fue desagradable era tener que ver a su mamá tan nerviosa con su presencia, Yunjin no podía dejar de pensar en que quizá le gustaba o incluso que ya estuvieran saliendo a escondidas.

—Fue un gusto compartir con ustedes, espero que nos volvamos a ver antes de que te vayas. —Jinah la atrajo a un abrazo que casi la estranguló. No respondió, pero le regaló una suave sonrisa que fue suficiente para la modelo. Yuri se despidió con palabras y tomó a su hija de la mano para así evitar el abrazo.

El camino de vuelta a casa fue completamente silenciado por la música que Yunjin reprodujo en la radio del vehículo. No tenía ganas de hablar con su mamá, no quería tener que decir “Cenar con Jinah fue agradable, aunque te comportaste como una adolescente nerviosa” ni mucho menos quería terminar la conversación que estaban teniendo antes de que la modelo las interrumpiera.

Al llegar a casa Yunjin le hizo saber a su mamá que estaba muy cansada y que se iría derecho a dormir, Yuri le dijo que cualquier cosa estaría en su oficina.

Yunjin se puso su pijama y mientras se limpiaba el rostro llamó a su mamá quien no demoró en contestar, seguramente estaba esperando eso. —Jin, cariño. Me alegra escuchar de ti ¿Todo bien?

—Todo bien, me estaba arreglando para ir a la cama así que aprovecho de llamarte ¿Cómo estás tú?

—Te extraño. —Yunjin sonrió, ella y su mamá Yoona eran muy apegadas y eran contadas las ocasiones en que no estaban juntas. Ambas tenían que empezar a acostumbrarse a esas visitas que las alejaría. —Estuve pintando, por cierto, me enteré que Taeyeon y Tiffany se vendrán a vivir acá.

Yunjin dejó de hacer todo lo que estaba haciendo y se quedó pensativa. —¿Jin?

—Oh, si, perdón ¿Se van a vivir allá? ¿Por qué?

—Ya sabes que el papá de Taeyeon está enfermo, han decidido venir y acompañarlo.

—¿Y Minjeong?

—También viene a vivir acá. De hecho, irá a tu escuela. —Yunjin solo dejó escapar un “Ajá” y se concentró en aplicar su tónico. —Sería bueno que se vuelvan amigas nuevamente, ya sabes que no es fácil llegar acá. Creo que para ella será incluso más difícil.

—Seguramente, pero va a estar bien.

Su mamá empezó a reír desde el otro lado. —Recuerdas cuando eras pequeña y nos dijiste que te querías casar con ella, nos mostraste unas revistas de novias y tu mamá estaba tan celosa.

—Mamá, eso era de broma.

—Lo sé, pero parecía que realmente te gustaba.

Yunjin rodó los ojos y por suerte nadie estaba ahí para verlo. —Mamá, yo no soy como ustedes. —Resaltó la última palabra y luego se sintió un poco arrepentida por la forma en que lo hizo sonar. —Es decir yo…

—Tranquila. —Su mamá no quería hacer las cosas incómodas. —Bueno, pero sería un buen gesto de tu parte que la trates bien.

—No la voy a tratar mal. —Yunjin se metió a su cama, agradecida de que su mamá no se molestara. —Entonces ¿Todo bien? —Volvió a preguntar Yoona. —¿Cómo está tu mamá? —Yunjin pensó en lo mucho que se había demorado en mencionarla.

—Trabajando.

—Por supuesto. —Su mamá sonaba decepcionada, pero no sorprendida. —Bueno, te dejo descansar. Llámame mañana ¿Si? Te amo.

—Te amo también.

Yunjin cortó la llamada y se quedó un momento mirando el techo de su habitación. Se quedó pensando un momento en esa conversación recién terminada y suspiró “Yo no soy como ustedes” sus palabras se seguían reproduciendo en su cabeza. Se sentía tonta por ser tan cruel, pero estaba tan confundida que su manera de escudarse era siendo un poco pesada. Daba igual si le gustaba un chico o una chica, las relaciones fracasaban igual y al menos estando con un chico no tendría que pasar por tantos momentos incómodos que había tenido que ver a sus madres vivir.

Y Kim Minjeong. Había pasado tantos momentos pensando en ella cuando eran pequeñas, al principio era una amistad infantil y sus madres eran tan amigas que la sentía casi como familia, pero cuando comenzó a crecer y Minjeong demostró ser una chica atenta y protectora Yunjin no podía evitar pensar en lo atractivo que era estar con una chica así. Fue la primera vez en que pensó que en realidad si era un poco como sus madres, pero Kim Minjeong… Kim Minjeong era como su hermana, estaba completamente prohibida y la única forma con la que pudo olvidarse de esos pensamientos fueron demostrando un falso desinterés en ella, comportarse como una malcriada que ya no tenía nada en común con la mayor.

Y funcionó. Cuando tenían que compartir apenas hablaban y cuando Yunjin la veía en sus redes sociales con una chica distinta cada noche no le importaba, se había salvado de estar con una mujeriega.

Pero aunque se había olvidado de ese pequeño (o grande) crush, tampoco había podido sentir algo por otra persona. No había ningún chico que le pudiera llamar la atención y evitaba ver a las chicas con alguna intención especial, mientras más las evitaba mejor. Le gustaba juntarse con Jay, el chico era atento, atlético, inteligente y guapo. A Yunjin le gustaba estar con él, pero absolutamente nada se encendía dentro de ella cuando estaban solos. Sus amigas la obligaban a juntarse con el chico, diciendo que harían una pareja perfecta y Yunjin estaba dispuesta a intentarlo porque tenía claro que ningún amor sería suficiente para toda la vida.

Nuevamente se encontraba dando vueltas en la cama y sin darse cuenta estaba respondiendo una encuesta en internet para saber qué tan gay eres. El resultado de 95% gay parecía no sorprenderle.

“No lo entiendo” pensó, porque estaba rodeada de chicas todo el tiempo y absolutamente ninguna le llamaba la atención. También existía la posibilidad de ser aual, pero en su interior estaba segura de que no era el caso.

Su navegador parecía saber el dilema en el que se encontraba y casi sin voluntad apretó una publicidad que descargó una aplicación de citas para chicas.

—Cariño ¿Todo bien? —No supo cómo, pero lanzó su teléfono al otro lado de la habitación junto con un grito que hizo que Yuri grite también.

—¡Me asustaste! —Explicó Yunjin, levantándose lo más rápido posible para alcanzar su móvil antes de que su mamá lo hiciera y vea lo que tenía abierto. —Está todo bien, si.

Yuri la observó con sospecha, pero decidió no insistir. —Amor ¿Te molesta almorzar sola mañana? Me programaron una reunión a última hora, pero si quieres lo cancelo y.

—No te preocupes. —Yunjin no tuvo tiempo de enojarse porque estaba muy nerviosa. —Hablaré con la tía Sooyoung, puedo pasar el día con ella.

—Cualquier cosa estaré en la oficina, buenas noches. —Yuri se acercó y besó su frente, pensó en preguntar qué tenía en su teléfono, pero prefirió ser permisiva y no arruinar la poca relación que les quedaba.

Yunjin se tomó unos cinco minutos en volver a ver su teléfono, estaba todavía nerviosa y un poco arrepentida, pero tampoco tenía sueño y sus amigas no respondían sus mensajes.

Decidió poner fotografías vagas donde su rostro no era visible, no quería que nadie la reconociera, marcó los campos de edad, signo y gustos personales. Para su biografía simplemente escribió “No tengo idea de qué hago aquí” porque era lo que realmente sentía.

Estuvo treinta minutos rechazando sugerencias de la aplicación. Quizá tenía razón, no era capaz de sentirse atraída por nadie. No iba a negar que había chicas lindas, pero ninguna despertó en ella la necesidad de poner me gusta en sus perfiles. Decidió entonces que tal vez no tenía que ser tan exigente.

“Odio a las mujeres” leyó justo cuando creía que nadie podía ser más vaga que ella para escribir una biografía. Yunjin le dio me gusta, sus fotografías tampoco mostraban su rostro así que no pudo asumir si aquella chica le parecía atractiva o no. Para su sorpresa, el me gusta había sido mutuo y eso les daba la posibilidad de comenzar a hablar inmediatamente.

[0008.01] ¿Qué haces aquí?

Yunjin comenzó a reír, al menos tenía sentido del humor.

[Jen.08] No tengo idea ¿Me odias?

[0008.01] Eres un pixel, no podría odiarte.

Su sonrisa creció y se alegró de que no estuviera hablando con una idiota.

[Jen.08] ¿Por qué odias a las mujeres? Tu respuesta no me va a ofender, soy un pixel después de todo.

[0008.01] No las odio, en realidad me encantan.

Notó que la otra persona seguía escribiendo así que espero a ver su siguiente mensaje.

[0008.01] Acabo de terminar con mi novia, es por eso que estoy un poco enfadada.

Yunjin hizo una mueca difícil de descifrar, le pareció mal que alguien que acababa de terminar con su pareja ya estuviera buscando salir con otras chicas. Supuso que no eran mucho mejor que los hombres después de todo.

[Jen.08] ¿Y es por eso que estás aquí?

No quería sonar mal educada, pero en realidad si le causaba curiosidad el actuar que tenía.

[0008.01] No. En realidad lo único que quiero es estar con ella. Supongo que solo quería poder hablar con alguien, ninguna de mis amigas lo entendería.

Yunjin se demoró un poco en contestar ¿Por qué le iba a creer a una desconocida? Seguramente era otra mujeriega inventando alguna historia para poder salir con alguna chica y excusarse con que necesitaba alguien que lamiera sus heridas. Pero ese “Ninguna de mis amigas lo entendería” se le hacía tan familiar que realmente cayó, y bueno, si era una mujeriega tal vez sería divertido dejar que alguien la ocupe alguna vez. A lo mejor ella podía lamer las heridas de una desconocida.

[Jen.08] ¿Quieres contarme lo que sucedió?

[0008.01] Empezamos a salir cuando teníamos 15. Siempre fuimos muy buenas amigas y de repente las cosas cambiaron, yo tenía miedo de confesar y cuando el temor me había ganado por completo ella confesó primero. Todo fue como un sueño, hacíamos la pareja perfecta y realmente siempre pensé que sería el amor para toda mi vida. El verano pasado me tuve que mudar, no tan lejos, pero lo suficiente como para no podernos ver a diario. Ambas hacíamos el esfuerzo de irnos a visitar al menos una vez al mes hasta que ella empezó a poner excusas. Siempre se preocupaba por sus estudios y me decía que viajar le quitaba mucho tiempo y que mi presencia la distraía, lo entendí porque tiene sentido y aunque no quería confesarlo, mi desempeño en la escuela igual estaba empeorando. El problema es que ella se puso fría y cada día nos sentía más lejos, llegó el verano y teníamos planificada mi visita con meses de antelación. Llegué hace dos días y simplemente me recibió para decirme que quería que terminemos, que ya no sentía lo mismo y que quizá estaba conociendo a otra persona. Así que aquí estoy, lejos de mi casa y arrendando el único hotel que puedo pagar porque prefiero sufrir aquí sola antes que tener que darle una explicación a mis padres.

Yunjin releyó la historia unas tres veces, ya no dudaba si era verídica o no porque se sintió tan mal leyéndola que nunca pensó en cuestionarlo. No tenía idea de qué decir, era una mierda lo que le había pasado y tenía sentido que estuviera ahí para poder desahogarse un poco.

[Jen.08] No hay nada que diga que te haga sentir mejor, todo es muy reciente, pero al menos sabrás que amaste valientemente, que fuiste sincera e intentaste todo lo posible para amar a esa persona de la forma en que ella merecía. Algunas cosas simplemente no son para siempre, aunque nos hubiera gustado.

[0008.01] Hablas muy bien de mí aunque no me conoces.

Era extraño, pero por alguna razón esa chica le recordaba a su mamá Yoona. Intentando todo para salvar una relación cuando en realidad se necesitaba de las dos personas involucradas para hacerlo.

[Jen.08] Seguramente hiciste algo mal, quién sabe. Pero estás mal y no te quiero golpear cuando estás mal.

Yunjin se rió de ella misma por su pobre elección de palabras.

Eran las cuatro de la mañana.

Seguía hablando con ella.

Despertó a eso de las 9:30 de la mañana, estiró los brazos y escuchó el ruido de su teléfono golpeando el suelo.

Lo tomó de inmediato y lo primero que vio fue el chat abierto con su nueva amiga.

[0008.01] Supongo que te dormiste. Gracias por la compañía, descansa bien y ojalá podamos seguir hablando.

Prefirió no responder, no sabía qué responder. Se metió a la ducha y después se fue a desayunar, no encontró nada para comer y se conformó con un café.

No llevaba ni una hora despierta y ya estaba aburrida, fue a su habitación y tomó el primer libro de su colección de Harry Potter y salió de su casa en busca de un taxi. Cuando encontró uno dio la dirección a la que quería ir y se entretuvo leyendo en el camino. Entró al café y el aroma del lugar hizo que su estómago suene casi instantáneamente. Llegó al mostrador y se pidió un americano con un pastel de chocolate y se fue a una mesa solitaria.

Se entretuvo mucho leyendo el libro que había leído más de una vez y disfrutó de su comida, se sentía completamente desconectada del mundo hasta que la voz de su tía la trajo de vuelta.

—¡Jin! No esperaba verte aquí. —La mencionada se puso de pie y abrazó a Sooyoung susurrando “sorpresa” en un tono juguetón. —¿Qué haces aquí? Pensé que habíamos quedado en cenar.

—Estaba sola en casa y quería desayunar.

—Kwon Yuri, le dije que compre cosas. Seguro lo olvidó.

—Da igual, tampoco sé cocinar. —Sooyoung acarició su hombro y después fue por una silla para sentarse frente a su sobrina.

—¿Cómo estuvo todo ayer?

Yunjin comenzó a detallar todo lo que había ocurrido, desde su encuentro con Jinah y los nervios de Yuri además de esa incómoda conversación que habían tenido antes de que la modelo llegara a interrumpir.

—Yuri está muy perdida. —Sooyoung probaba el té que le acababan de servir y continuó. —No tengo hijos y quizá por eso no soy la mejor para opinar, pero conozco muy bien a las involucradas. Querida, yo no creo que seas el problema, no te sientas culpable por estar metida en medio de los problemas de dos adultas. Yoona y Yuri se deben una conversación para zanjar algunas cosas, y dentro de eso está la relación que tienen contigo. Ellas no te quieren lastimar, pero por su propia indecisión lo están haciendo.

Yunjin se quedó callada. Sooyoung tenía razón, sus mamás estaban en medio de una batalla silenciosa y su hija se encontraba justo al medio donde todo parecía doler más. —¿Puedo dormir contigo hoy?

—¡Claro! Kyunghoo está de viaje así que me haría bien la compañía, aunque tenemos que preguntarle a Yuri.

—Estoy segura de que no habrá problema, veré qué hacer durante la tarde y me vendré acá antes de la hora de cenar.

—Perfecto, cariño. Pero habla con Yuri de todas formas.

Yunjin asintió y siguió leyendo, ya estaba por terminar el libro cuando recordó que tendría que matar el tiempo de alguna forma cuando ya no le queden más páginas por leer.

[Jen.08] ¡Hola ¿Qué planes tienes para hoy?

No lo pensó mucho y apenas envió el mensaje comenzó a arrepentirse ¿Realmente se quería juntar con una chica que había conocido la noche anterior sin saber cuál era su nombre o conocer su rostro? Era exactamente la forma en que chicas como ella terminaban metidas en problemas.

[0008.01] Hola, pensé que habías desaparecido. Sigo en el hotel, no pensaba hacer nada además de ver películas románticas y llorar todo el día.

Yunjin rió por el nivel de dramatismo, de todas formas ella no hubiera sido muy diferente en su lugar

[Jen.08] Te invito a almorzar, para subirte los ánimos.

La respuesta se demoró tanto en llegar que Yunjin ya estaba buscando tutoriales de cómo eliminar los mensajes enviados.

[0008.01] Perdón, estaba en la ducha. Me parece bien ¿A qué hora y dónde?

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Yunjin ya estaba en el lugar acordado cuando se dio cuenta de que no tenía idea de qué buscar. A diferencia de Naevis, la capítal del país era muy grande y la cantidad de personas que se podían acumular en un lugar era tremenda.

[Jen.08] Estoy al inicio de las escaleras, llevo una camiseta negra y jeans claros.

¿Era eso una descripción muy vaga? Al parecer no porque sintió el toque de unos dedos en su espalda y sin tiempo de estar nerviosa se dio la media vuelta.

—¿Yunjin? —preguntó la chica, y Yunjin sintió el calor en sus orejas y el corazón latiendo muy fuerte.

—No. —¿No? ¿Esa fue su respuesta? Pero antes de ponerse a pensar en lo que había dicho, se dio la media vuelta y comenzó a caminar lo más rápido posible en la dirección opuesta.

—¡Kwon Yunjin! —La llamó, pero la chica siguió caminando, casi corriendo hasta que de pronto unas manos la sujetaron por la cintura y la empujaron en dirección contraria, cayendo al suelo encima de la chica y vio como un auto pasaba apenas a un metro de ella. —¿Te quieres matar acaso? Dios. —Pero Yunjin seguía muda, sentada encima de la chica que tantas veces había visto en su salón.

—Perdón… Debería irme. —Yunjin se puso de pie y limpió su ropa con algunos golpecitos. Chaewon igual estaba en shock. Kwon Yunjin, la chica que había llegado junto a ella a la escuela el año pasado y que rápidamente encontró un grupo en las chicas populares, mientras ella se quedó en el lado opuesto. Jamás habían tenido una conversación y solo se saludaban de vez en cuando por educación.

—Yunjin. —Chaewon se puso de pie y estiró su brazo con el libro aplastado. —Creo que deberías comprar otro.

Yunjin recibió el libro con un puchero, no solo estaba todo doblado sino que se había mojado al caer sobre un charco de agua. —No te tienes que ir, podemos almorzar igual.

La menor parecía dudar, todavía sentía pánico de estar con alguien que sabía su secreto y que además veía todos los días en la escuela.

—Está bien, pero

—No le diré a nadie. —Chaewon le sonrió amistosamente y Yunjin comenzó a caminar a su lado, tenía miedo, pero no quería arrepentirse después de no salir con Chaewon.

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—Nunca pensé que iba a conocer a otra persona que ame tanto las ensaladas. —Las dos habían pedido lo mismo y decidieron caminar hasta un parque para comer ahí sus ensaladas. —Mis amigas piensan que estoy a dieta, pero realmente me gustan mucho.

—Es que tus amigas están obsesionadas con la dieta y verse perfectas.

—¡Oye! estás hablando de mis amigas. —Se quejó Yunjin, picándole con uno de sus palillos. —Además, hay que verse bien en el uniforme de porristas.

—Créeme, se ven muy bien. —Yunjin se enrojeció y siguió comiendo su ensalada sin decir nada.

—Entonces, tenías novia. —Yunjin abrió su coca-cola y tomó un poco esperando las palabras de la contraria.

—Se llama Minju. —Chaewon imitó el acto de Yunjin, abriendo su bebida también. —A veces pienso que me va a llamar y me dirá que vuelva, que no sentía las cosas que me dijo.

—No pierdas tu tiempo en eso. —Yunjin respondió de inmediato. —Sigue viviendo, no dejarán de haber chicas lindas que quieran salir contigo, o chicos, no sé. —Recordó que no tenía que asumir la ualidad de la chica.

—No me interesan los chicos. —Aclaró rápidamente Chaewon. —Se nota que nunca te has enamorado ¿No?

—No, pero no necesito haberlo hecho como para saber que el amor tiene fecha de caducación y tal como las otras cosas, podemos conseguir uno nuevo.

Chaewon no pudo hacer nada más que reír, pensaba en qué podía estar pasando la menor como para tener esa imagen tan pesimista del amor. Ella lo estaba pasando mal, pero todas las lágrimas y el dolor en el pecho no la hacían dejar de querer enamorarse en el futuro, porque valía la pena. Chaewon lo haría todo de nuevo si fuera necesario.

—Entonces también te gustan las chicas.

Yunjin sabía que en algún momento ella se volvería el tema de conversación, tenía que explicar qué hacía registrada en una aplicación de citas exclusiva para mujeres.

—No lo sé.

Su respuesta fue dolorosamente honesta ¿Le gustaban las mujeres? Quizá ¿Le gustaban los hombres? Quizá ¿Quería saberlo? No.

—Está bien no saber.

La respuesta, sin que Chaewon lo supiera, le había sanado un poco el corazón.

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Yunjin no podía dejar de reír. El ir a cenar a casa de Sooyoung había sido una de las mejores decisiones que pudo haber tomado. Sooyoung también invitó a Hyoyeon y Sunny. Las tres eran parte del grupo de amigas de sus madres y juntas eran como dinamita. La joven no podía recordar la última vez que había reído de esa forma, las tres adultas hablaban con tanta soltura y de vez en cuando olvidaban que la menor estaba ahí, soltando algunas anécdotas poco apropiadas.

Ya habían terminado de comer, pero el alcohol seguía siendo servido. Yunjin había bebido un par de copas también, Sooyoung insistía que era mejor que aprenda a beber con ellas y no en fiestas con los chicos que eran peligrosos. Claramente no era la primera vez que Yunjin bebía, pero hacerlo con ellas se sentía diferente. Se sintió adulta y sofisticada, le gustaba como se veía con una copa de vino en la mano y no con un vaso plástico lleno de cerveza barata.

En un momento sonó el timbre y una chispeante Sooyoung salió a atenderla. —¡Kwon Yuri! —Todas en la sala escucharon a la mujer, haciendo entrar a su amiga. Yuri la acompañó hasta la sala y levantó sus manos como pidiendo explicaciones.

—Gracias por avisar. —El tono irónico y molesto que utilizó hizo que la habitación quede en completo silencio.

—Te avisé.

—No. Me dijiste que estabas aquí después de que no te pudiera encontrar en la casa ¿Tan difícil era llamarme? —Sooyoung pareció ponerse sobria de un momento a otro y tomó a su amiga por el brazo como queriendo pedirle un poco de calma.

Yunjin se puso de pie. —No sé, dime tú qué tan difícil es llamar a alguien. —No sabía cómo se armó de tanto valor, quizá era el alcohol, antes le había pasado algo parecido y ahora tal vez lo estaba confirmando.

Yuri sabía a lo que se refería su hija y el resto de mujeres también comprendieron la indirecta.

—¿Estás tomando vino? ¿Le dieron alcohol a mi hija? —Yunjin rió. Su mamá estaba evitando de nuevo y ahora crea otro conflicto para no recibir el golpe ella. —Yunjin, nos vamos a casa. —Yuri la tomó del brazo, pero Yunjin se zafó de inmediato. —No quiero, me voy a quedar a dormir acá.

—Dije que nos vamos a casa.

—Hey. —Sunny se puso de pie y tomó el brazo de su amiga para que no intente forcejear con la menor. —Yuri. —La llamó, exigiendo contacto visual. Sunny era la mayor, la que todas respetaban y la que sabía lo difícil que las cosas estaban siendo para su amiga. —Vamos a la cocina, estás hablando sin pensar.

Yuri se fue a la cocina con Hyoyeon y Sunny, Yunjin se volvió a sentar y Sooyoung se quedó a hacerle compañía.

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—Yul, no puedes tratar así a Yunjin. No quiero decirte cómo debes actuar con tu hija, pero sé que el divorcio no es algo fácil. Bien sabes lo que sufrí cuando mis padres decidieron hacerlo. —Sunny comenzó a hablar mientras Hyoyeon le servía un vaso de agua. —Tienes que ser un poco más suave con ella y demarcar tus líneas. No puedes exigirle que te diga todo lo que hace si tampoco demuestras interés en sus cosas.

—Me interesa lo que hace mi hija.

—¿Sabes quiénes son sus amigos? ¿Qué cosas le gustan? ¿Sabes cuáles fueron sus calificaciones este año? —Yuri se quedó en silencio, un silencio que le dolió más a ella que al resto. No podía imaginar lo mucho que le dolía a su hija. —Yuri, te estás separando de Yoona, no de Yunjin.

Yuri comenzó a llorar en silencio.

—Lo arruiné todo, lo sigo arruinando todo.

—No digas eso. —Sooyoung entró a la cocina, abrazando de inmediato a su mejor amiga.

—Tampoco debí pedirle el divorcio a Yoona. No quiero perder a mi familia por no haber sido fiel, por no haber sido valiente y mentir. —Yuri seguía llorando en los brazos de su amiga.

Yunjin pensaba que quizá su mamá había aprendido la lección. Que ya la veía como alguien grande para hablar las cosas de frente. Pero al igual que cuando todo se había comenzado a desmoronarse hace un tiempo atrás, Yunjin escuchaba todo desde la habitación de al lado.

El alcohol le daba valor.

Tomó su teléfono mientras salía corriendo de la habitación y buscó a la chica que le había hecho sentir tanta paz durante la tarde. Chaewon no se demoró en contestar.

—Yunjin ¿Qué pasa?

—Ese hotel barato en el que te estás quedando ¿Tiene una cama lo suficientemente grande como para mí?

Yunjin seguía corriendo, no tenía idea hacia dónde se dirigía, pero apenas pudo detuvo un taxi y le pidió llevarla a la dirección que Chaewon le había dado después de que la mayor le dijera que era bienvenida en su habitación.