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—¿A dónde crees que vas? —Taeyeon y Tiffany estaban compartiendo unas copas de vino frente a la televisión, viendo algún drama que al parecer habían emitido cuando eran adolescentes y de pronto su hija apareció en la sala completamente vestida a las nueve y treinta de la noche.

—Unas amigas me invitaron a salir. —Minjeong sabía que no podía usar la palabra amiga a la ligera, pero había aprendido que era una de las mejores formas para tranquilizar a sus mamás. —No debería llegar tarde.

Tiffany y Taeyeon se quedaron mirando entre ellas. Minjeong siempre les pedía permiso para salir los días de semana y no querían que se vuelva una rutina para la joven salir sin requerir autorización de sus madres, pero también comprendían que Minjeong estaba recién llegando a una ciudad nueva y tal vez le haría bien salir y conocer nuevas personas. —Está bien, tienes máximo hasta las dos de la madrugada y tienes prohibido faltar a clases mañana. —Minjeong rodó los ojos a Taeyeon y asintió después.

Le dejó un beso en la frente a Tiffany y luego se fue de la casa. Sabía que estaba siendo un poco dura con Taeyeon, pero no le nacía ser cariñosa con ella porque todavía sentía algo de rencor por todo lo que había pasado.

Yoon le había mandado su ubicación, vivía muy cerca de ella así que no le tomó tiempo ubicarse. De camino a su casa se cruzó con Jeno, seguramente iba a buscar a Karina. Ni siquiera hicieron contacto visual, el chico probablemente no tenía ni idea de su existencia. Revisó dos veces y comprobó que estaba frente a la casa de Yoon. Era casi igual de grande que la suya, pero se veía más moderna. Minjeong sabía que su familia tenía dinero, pero por primera vez estaba conviviendo con gente así, quizá le tomaría un tiempo acostumbrarse.

Caminó hasta la puerta de la casa y estaba a punto de tocar el timbre cuando algo le cayó en el hombro. Levantó la mirada y vio a Yoon desde la ventana cruzando los brazos. De inmediato Minjeong entendió que no tenía que tocar el timbre, después miró el suelo y se encontró con el particular objeto que le había lanzado desde el segundo piso. Era un calcetín.

Minjeong tomó la prenda y dio unos pasos hacia atrás para ver la imagen panorámica de Yoon bajando desde su ventana. Al parecer la menor tenía todo un plan diseñado y su altura le permitía poner sus piernas en lugares que Minjeong no hubiera alcanzado. Luego de saltar por el balcón hasta el techo y finalmente caer en el pasto, Yoon se sacudió la tierra como si nada y sonrió victoriosa. —¿Me das mi calcetín? —Para su sorpresa, se quitó una de sus zapatillas y tenía el pie descalzo. Entre risas Minjeong le entregó su calcetín.

—¿Por qué siento qué haces eso seguido? —Yoon tenía todo un elaborado plan para salir de su casa sin hacer mucho ruido.

—Digamos que mis papás son algo estrictos y debo encontrar formas de tener un poco de vida social. —Minjeong entendía que a veces había que tomar medidas extremas para poder soportar los límites que ponían los padres. Ella misma había averiguado un par de veces cómo podía comprar un boleto para escaparse de vuelta a Estados Unidos, pero su edad no se lo permitía.

Minjeong no tenía idea de dónde vivía Giselle, pero por suerte Yoon conocía el camino de memoria. —¿Te has adaptado bien? Me sorprende que decidieras juntarte con nosotras.

SM era muy estereotipada, como toda escuela de élite tenía grupos muy marcados. Minjeong simplemente terminó sentada con Yizhuo y de inmediato sintió que podrían ser buenas amigas, fue todo como producto del destino, ya que eran parte del equipo de fútbol al que Minjeong deseaba pertenecer. —A mí me da igual lo que la gente diga, solo estaré aquí por un año así que no le daré importancia a las cosas que pasen.

Yoon pensó en lo genial que sería que todas las personas fueran como Minjeong. Había crecido con restricciones, obligada a comportarse para entrar dentro de la norma y no destacar mucho.

Luego de caminar un par de cuadras, ambas escucharon la música que provenía de una gran mansión. La casa de Aeri era hasta ahora, la más grande que había visto.

—Seguro que Giselle invitó a toda la escuela, de aquí puedo escuchar a todas las personas. —Además de las personas, se veían grupos de chicos y chicas caminando en dirección al lugar. Minjeong pensó en qué tanto Giselle debe odiar a Yizhuo y sus amigas como para que se haya dado el tiempo de invitar a toda la escuela menos a ellas.

La mayor parte de la fiesta se estaba desarrollando en el patio de la casa, Yoon se sentía un poco incomoda porque lo suyo no eran los lugares llenos de gente. —Bueno, podría ser peor ¿No? —Rió Minjeong, en un intento de quitarle algo de nerviosismo a su compañera.

Minjeong notó a la distancia como Jimin entraba acompañada de su novio, los dos se veían muy bien juntos y ni se notaba que hace poco los había visto peleando. —¿Quieres tomar algo? —le preguntó a Yoon, aunque sin esperar su respuesta caminó junto a ella hasta el interior de la casa. No fue una sorpresa ver la decoración llena de objetos caros y espacios tan grandes que podrían invitar a otra escuela y la casa seguiría dando abasto. Minjeong no pudo evitar pensar en lo solitario que se debe sentir vivir ahí.

Un chico bastante agradable les llenó dos vasos con cerveza, Minjeong le dio uno a Yoon quien parecía nerviosa de beber. —Tranquila, asegúrate de que el vaso te dure mucho y no dejes que nadie te lo quite. —Aconsejó, pensando en que quizá era la primera vez para Yoon.

Yoon simplemente asintió y continuó caminando junto a ella. —¡Jayoon! Viniste. —Las dos se dieron vuelta al ver a un chico que parecía excesivamente feliz de ver a Yoon en ese lugar.

La más alta lo presentó, se trataba de Shotaro, el hermano de Giselle que ayudaba a Yoon con sus clases. El chico les dio la bienvenida e incluso se dio el tiempo de darles un pequeño recorrido por la casa. Era muy acogedor y totalmente opuesto a lo que había visto de Giselle.

En un momento hizo contacto visual con Karina, pero decidió romperlo rápidamente porque la hacía sentir un poco incómoda. Era extraño porque era una incomodidad nerviosa, algo que ninguna otra chica le había hecho sentir antes.

Casi 40 minutos después se encontraron con Yizhuo y Chaewon. —Me costó mucho sacarla de su casa. —Se quejó Yizhuo, haciendo referencia a Chaewon quien parecía no tener ganas de estar ahí.

Minjeong había notado que Chaewon era muy amistosa, pero que constantemente parecía molesta o nerviosa por algo, todavía no lograba diferenciarlo.

Las cuatro permanecieron juntas gran parte de la noche, pudieron conocerse mejor y conversar de cómo funcionaban las dinámicas de la escuela. —¿Entonces tú no eres parte del equipo? —preguntó Minjeong a Yoon, quien había seguido las instrucciones de Minjeong y todavía tenía su vaso casi intacto.

—No soy muy deportista. —Soltó una risa nerviosa que le pareció adorable. —Yo solo voy a ver los entrenamientos y les reparto el agua.

Minjeong iba a contestar cuando se paró frente a ella Yunjin, a quien no había visto durante toda la noche. —¿Qué haces aquí? No pensé que estabas invitada.

—No lo estaba. —Yunjin pareció evitar todo tipo de contacto visual con el resto del grupo y se dirigió únicamente a la más baja. —Pensé que no te gustaban las fiestas.

—No me gustan, pero mis amigas me invitaron.

—¿NingNing, Chaewon y Yoon son tus amigas? —Minjeong notó que Yunjin había bebido por su forma de hablar y su lenguaje corporal. —No, bueno, nos estamos conociendo. —Se intentó corregir, intentando comprender el motivo tras el interrogatorio.

Yunjin estaba a punto de hablar cuando llegó Aeri, bastante alegre probablemente por el alcohol y pasó su brazo alrededor de los hombros de Yunjin. —Ven, vamos a bailar. —Le pidió feliz, arrastrando a su amiga afuera de ahí.

Minjeong vio que Yizhuo salió atrás de ella y solo pudo pensar en lo perdida que estaba porque Giselle no se había dado el tiempo ni siquiera de mirarla.

Cuando Minjeong volvió al grupo, Yoon ya no estaba y Chaewon apuntó a la joven bailando junto a Shotaro. Realmente se notaba que se llevaban muy bien y Minjeong confió en que el chico cuidaría de ella en lo que estuvieran juntos.

—No sabía que tú y Yunjin eran tan cercanas. —Chaewon y ella caminaban para llenar sus vasos nuevamente.

—Somos amigas desde pequeñas. —Fue lo único que explicó Minjeong. Ella no tenía problema en hablar sobre sus mamás, pero recordó que a Yunjin no le gustaba y no quería exponer demasiada información sobre ella para no incomodarla. —No creo que seamos amigas, pero le tengo mucho cariño por todos los años que nos conocemos.

Chaewon solo asintió y caminaron hasta el patio de la casa, ahí era más fácil ver lo que hacía cada persona porque había mayores espacios vacíos. Sus ojos se fueron de inmediato al grupo donde estaba Yunjin bailando junto a Karina, Sullyoon, Giselle, un par de chicas que no conocía y una desapercibida Yizhuo. —No puedo creer que logró meterse ahí. —Minjeong no podía dejar de sonreír, viendo a Giselle bailando con NingNing como si no fuera la chica a la que insultaba durante todas las clases.

—Hay historia entre ellas. —Le medio susurró Chaewon, quien también veía con atención al grupo. —No debería contarlo, pero al menos así Yizhuo no se ve tan patética.

Minjeong no quería decirlo, pero le dolía un poco ver a NingNing tan empedernida con Giselle cuando claramente no había interés de su parte, pero al parecer había una parte de la historia que ella desconocía, algo que podía explicar que NingNing fuese tan constante.

—Hace unos años NingNing se fue de vacaciones a Japón con sus padres y sin saberlo terminaron en el mismo resort vacacionando. Las dos se reconocieron de la escuela y se llevaron muy bien.

Minjeong le pudo hacer un poco de sentido a la historia, entendía que fue ahí cuando NingNing se enamoró de Aeri.

—Según cuenta NingNing, Giselle le contó algunas cosas que no le había contado a nadie. Secretos que solo ellas dos conocen y además. —Bebió un poco de su cerveza para darle un poco de dramatismo al momento. —Se besaron un par de veces.

—Pero eso no explica el hecho de que la trate tan mal.

—Al principio no fue así. —Era claro que no todo el rencor podría ser actuado. —Ellas se demostraron cercanas un tiempo hasta que de la nada dejaron de hablar.

—¿Sin ninguna explicación?

Chaewon se encogió de hombros, era una parte de la historia que desconocía. —Simplemente pasó y NingNing nunca ha querido contar lo que gatilló ese odio. Pero miralas, es obvio que hay cosas sin resolver entre ellas.

Minjeong se dio cuenta que todo ese tiempo había estado mirando a Jimin, no percatándose de la cercanía que había entre Giselle y NingNing. —¿Y qué hay de ti? —preguntó la menor, quien se sentía cómoda con Chaewon y pensó que sería buena idea conocerla un poco mejor.

—¿Yo qué?

—¿Sales con alguien?

Chaewon rió un poco y negó con leves movimientos. —No tengo tiempo de salir con nadie, además hace poco terminé una relación importante.

Minjeong siguió la línea visual de la mayor y notó que veía a Yunjin, quien ahora bailaba entre Jimin y otro chico. —¿Y estás bien con eso?

—Estoy bien.

Chaewon se terminó su cerveza y dudó un poco entre servirse otro o acabar por la noche. —¿Crees que podrías llevar a Yoon a su casa? Estoy un poco cansada. —Minjeong asintió, sonriendo por ese sentimiento sobreprotector que tenía todo el grupo con Yoon.

—Claro, no hay problema.

A Minjeong le llamó un poco la atención que Chaewon quisiera irse de la nada, intentó no darle importancia y decidió volver a entrar en busca de otro relleno de su cerveza. Eran ya la 1:15 de la madrugada y se hizo la nota mental de llamar a Yoon en unos minutos más porque no quería meterse en problemas con sus madres tan rápido.

El tiempo de espera lo ocupó para ver los distintos rostros de aquellos que asistían a su escuela. Todos parecían estar disfrutando, pero Minjeong no pudo evitar pensar en aquellos que no habían sido invitados y que seguramente ya estaban durmiendo sin saber que una gran parte de su clase estaba bailando y bebiendo como si no tuvieran que asistir a clases al día siguiente.

Sacó su teléfono para ver la hora cuando notó un mensaje de texto que le había escrito Yoon donde le decía que ya estaba en su casa con una foto adjunta de ella posando con su calcetín. Minjeong soltó una carcajada y se alegró de que estuviera bien. Supuso entonces que ya no tenía que hacer en la fiesta, fue a devolver su vaso y después comenzó a caminar por el patio de la casa de los Uchinaga hasta que notó dentro de la multitud a Yunjin con mal aspecto.

Tuvo un pequeño conflicto interno porque no quería que se le haga tarde, pero tampoco quería dejar a Yunjin sola en ese estado.

—Jen. —Se acercó, arrodillándose frente a la joven que era unos meses menor que ella. —Vamos, te llevo a casa.

Yunjin no se quejó y pareció relajarse al ver un rostro conocido. Con ayuda de Minjeong se puso de pie y se abrazó a ella. Era extraño, no recibía un abrazo de ella desde que eran pequeñas. —Yunjin, vamos. Te llevo a casa. —Las dos se soltaron al ver a Jimin, no le tomó mucho tiempo notar que la mayor tampoco se encontraba en un buen estado.

—Winter me llevará. —Respondió Yunjin, quien seguía abrazada a ella.

Karina no se veía del todo conforme con esa respuesta y negó, quejándose luego por un pequeño mareo. Era obvio que no estaba en condiciones de llevar a Yunjin sana y salva a su casa. —No la conozco, quién sabe lo que te pueda hacer. —Se justificó, tomando a Yunjin del brazo para alejarla de Winter.

—Las dos la podemos llevar. —Sugirió Minjeong, sabiendo muy bien que entrar en conflictos con una borracha no era buena idea.

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Yunjin parecía no darse cuenta de lo divertida que era la escena. Tenía cada brazo enrollado en el brazo de la otra. —¿Yoona sabe que saliste, verdad? —Se le ocurrió preguntar cuando ya estaban cerca de su casa.

—Mamá me deja hacer todo. —Respondió Yunjin, con una sonrisa un tanto traviesa.

—¿Y Yuri?

Yunjin se detuvo de golpe y puso su dedo sobre la boca de Minjeong. —Aquí no hablamos de Yuri.

—¿Quién es Yuri? —preguntó Jimin, siendo la primera vez que escuchaba el nombre.

—Nadie. —Respondió Yunjin, caminando un poco más rápido, dejando a las otras dos un poco atrás.

Jimin se quedó viendo a Minjeong como intentando obtener más información, pero la deportista no diría nada por respeto a Yunjin, aunque era un tema que no dejaría pasar luego.

Cuando llegaron a la casa, Yunjin sacó las llaves de su cartera y batalló un buen tiempo para poder abrir la puerta hasta que mágicamente se abrió ante las tres chicas. Era Yoona, tan hermosa como siempre. —¿Problemas para abrir la puerta? —preguntó divertida, viendo que su hija estaba un poco borracha. —Yunjin, a la cama. Mañana vamos a hablar.

Yunjin entró gruñendo a la casa y las tres la vieron subir las escaleras con algo de torpeza. —Gracias por traerla, Minjeong y

—Jimin. —La misma estiró su mano y le hizo una pequeña reverencia a Yoona.

—¿Quieren que las lleve a casa? —Preguntó Yoona, era tarde y estaba un poco oscuro. No quería que les pase algo por haber ayudado a su hija.

—No es necesario, vivimos en el mismo sector así que nos iremos juntas. Pero muchas gracias. —A Minjeong le sorprendió que Jimin quisiera pasar tiempo a solas con ella, pero simplemente asintió.

—Está bien, escríbeme un mensaje cuando llegues a casa. —Le pidió Yoona a Minjeong, quien se lo prometió porque sabía que sus mamás harían lo mismo con Yunjin.

Jimin y Minjeong comenzaron a caminar en silencio, la mayor ya se sentía mucho mejor y no se sentía mareada al caminar. —No sabía que Yunjin y tú eran así de cercanas. —Comentó Jimin, haciendo énfasis al “así.

—Nuestras familias son cercanas hace años, nos criamos como hermanas cuando fuimos más pequeñas hasta que no pudimos vernos tan seguido.

Jimin pasó un tiempo sin comentar nada, la respuesta de Minjeong había sido más que suficiente.

—¿Por qué no te trajo tu novio? —Minjeong recordó que había sido su novio al que había visto antes, cuando ella iba de camino a la fiesta. También recordó verlo en la fiesta, pero de un momento a otro se desapareció y ahora era ella quien caminaba de vuelta con Jimin.

—¿Siempre eres así de metida en la vida de los demás? —Minjeong se atragantó con su propia saliva al escuchar esa pregunta. Por un momento había creído que Jimin estaba siendo una persona más simpática y cercana, pero se había equivocado.

—Se fue con sus amigos. —Respondió después de un rato, notando que había sido un poco maleducada con Minjeong.

Iban caminando por el lado de la calle de Jimin, por lo que Winter decidió acompañarla hasta la puerta de su casa. —Gracias por acompañarme. —Le agradeció, metiendo su llave con mucha más agilidad que la que había tenido Yunjin. —Esto no significa que seamos amigas. —Le aclaró antes de cerrar la puerta.

Minjeong cruzó la calle para entrar a su casa. Solo había una luz prendida que era la de la cocina. Curiosamente caminó hasta ahí y se encontró a su mamá Taeyeon tomando un poco de té. —Son las 2:45. —Fue lo único que comentó. Minjeong se fue a tomar un vaso de agua y se sentó al lado de su mamá.

—Tuve que llevar a Yunjin a su casa. —Explicó, tomando el vaso de agua casi de un solo sorbo.

—¿Está bien?

—Está bien, solo no hubiera sido buena idea que se vaya sola a su casa.

Taeyeon asintió, no podía enojarse con su hija por hacer algo así. —No quiero que estemos enojadas. —Fue su mamá quien habló primero. Minjeong sabía que si estaba despierta a esa hora era porque quería hablar.

—No estoy enojada.

—Eres mi hija, sé cuando me estás evitando o cuando no estás contenta con algo.

Minjeong suspiró, tomando otro vaso de agua. —Es cierto, pero estoy intentando comprender que esto no se trata de mí, se trata del abuelo y quizá algún día yo haría lo mismo por ustedes.

—No quiero que tengas una mala experiencia aquí, no quiero que vivas las cosas que mamá y yo tuvimos que vivir. Me rompería el corazón verte sufrir por cosas así y que haya sido yo quien te trajo acá.

—No te preocupes, mamá. Nadie me hará daño, yo soy fuerte.