-18.

Just my type (Jiminjeong + Purinz)

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Jimin entró a la casa de Minjeong preocupada, porque tras verla entrar hace un rato atrás, no había recibido ninguna llamada de su parte. Se suponía que esa tarde-noche iban a estar juntas, aprovechando que los padres debían asistir a una reunión obligatoria. Dudó por un tiempo, pero finalmente decidió cruzar la calle y tocar la puerta de la casa de Minjeong.

Una señora bastante agradable la recibió y le explicó que Minjeong estaba en cama porque se sentía un poco delicada de salud. Jimin preguntó si podía pasar, y como era conocida por Jieun como la vecina de la casa de al frente, la dejó pasar sin protestar.

La porrista se autoguió por la casa, subiendo al segundo piso porque sabía que la habitación de Minjeong se encontraba ahí. Por un momento se sintió como una intrusa, revisando distintas habitaciones hasta dar con la de la futbolista.

Minjeong se veía como un pequeño bulto sobre su cama, le preocupó de inmediato aquella imagen y caminó un poco más para acercarse a ella. —Me dijeron que alguien necesitaba una enfermera ¿Serás tú? —Se tranquilizó al verla sonreír y tomó eso como una señal de acercarse un poco más.

La chica se levantó un poco gracias a algunas almohadas y Jimin se sentó a un costado de su cama, alzó su mano y la puso sobre la frente de Minjeong, no era experta, pero notaba que estaba muy caliente. —Generalmente, siempre estás ardiendo, pero hoy es un poco preocupante. —Las risas de Minjeong la tranquilizaron un poco, le gustaba saber que todavía en esas condiciones podía hacerla sentir bien.

Jimin notó que Minjeong estaba con ropas limpias, así que no había necesidad de ayudarla a cambiarse de ropa, además no sabía lo que podría provocarle verla con pocas vestimentas. La movió un poco y abrió las tapas de su cama para ayudarla a meterse adentro. Lo de ser su enfermera había sido una broma, pero ahora se estaba tomando el trabajo en serio. —Estás pagando tu karma por mentirle a Yunjin el otro día diciendo que estabas enferma. —Minjeong seguía sonriendo, no teniendo la fuerza suficiente para poder contestarle con palabras.

Después de acomodarla bien en su cama y cubrir su cuerpo lo suficiente, pidió permiso para caminar hasta el baño de su habitación. Era su primera vez ahí, pero se ubicaba un poco por lo que había visto desde su ventana.

Todo estaba ordenado y en su lugar, Karina sabía que las mamás de Minjeong no estaban trabajando y además tenían personal que trabajaba en la casa, por lo que tenía sentido que todo estuviera tan limpio y ordenado.

Sacó una toalla y la humedeció un poco, volvió hasta donde estaba Minjeong. Dobló con cuidado la toalla y la acomodó sobre la frente de la menor.

Nunca le había nacido cuidar de alguien de esa forma. Quizá alguna vez había sido la encargada de llevarle la medicina a su mamá o a su papá, pero ahora se sentía muy distinto. Quería quitarle todo el dolor a Minjeong y llenarla de suavidad y comodidad.

Minjeong cerró los ojos y mantuvo su sonrisa de agradecimiento por todo lo que estaba haciendo Jimin por ella. Siguió observando las cosas de la habitación, tenía algunas fotos colgadas y un estante lleno de libros. Era un gusto que al parecer compartía con Yunjin, quien también tenía su habitación llena de libros. “El corazón de una mujer” no pasó desapercibido en su velador, era el próximo libro de su lectura obligatoria de la escuela y a juzgar por la posición del marcapáginas, Minjeong ya estaba casi por terminarlo. Se notaba que la joven era muy disciplinada y Jimin no pudo evitar pensar si toda la presión no era mucho para ella. Ella misma estaba constantemente obligándose a ser de las mejores en todo y sabía bastante bien que aquello no estaba libre de consecuencias. Cada día te obligabas a exigirte más y tarde o temprano sentías que ibas a explotar. A ella le había sucedido en más de una ocasión.

—¿Estás durmiendo? —preguntó luego de unos minutos de silencio. Minjeong se sentía muy débil como para poder contestar, así que solo negó moviendo la cabeza. —La conversación con Yunjin salió bien. —Sabía que si Minjeong estuviera en condiciones de tener una conversación normal, le preguntaría sobre el tema, así que decidió ser ella quien hable de aquello.

La entrenadora observó por la ventana las nubes oscuras que solo podían indicar que la tormenta estaba por caer. También le había recordado que había un problema con el agua en la escuela, así que las duchas no estarían disponibles.

No le gustaba perder entrenamientos, pero creía que lo más razonable era terminar lo antes posible para que las chicas pudieran llegar seguras a sus casas.

Las porristas parecían contentas de ir a casa, nadie en su sano juicio quería quedarse en la escuela a sabiendas de la tormenta que estaba por comenzar. Karina tenía una conversación pendiente con Yunjin y se le ocurrió que sería buena idea aprovechar que ahora tendrían tiempo libre sin que nadie pueda molestarlas.

Las dos fueron a un café, era el mismo donde Karina había estado junto a Jeno y había visto a Yunjin y Jay juntos por primera vez. Los dos podían convencer a cualquiera, lo habían logrado con ella. Se veían muy bien, tenían química y realmente se notaba que tenían una buena relación porque había luz en sus ojos cuando estaban juntos. Ahora Jimin sabía que eso se debía simplemente a que de verdad eran muy buenos amigos.

Karina no había dejado de pensar durante todo el día en esa confesión que Yunjin le había hecho en el baño. Jamás se le hubiera pasado por la cabeza que su amiga tenía una relación con Kim Chaewon. Sabía que se llevaban relativamente bien, pero nada más que eso.

La pelea entre Minjeong y Chaewon le hacía más sentido ahora, no era solo que Chaewon había hablado mal de una de las personas que más quería. Chaewon le había roto el corazón a Yunjin y Minjeong no podía tolerarlo.

Las dos pidieron un chocolate caliente para pasar el frío y Jimin esperó a que su amiga tome la iniciativa porque no quería presionarla.

Por su parte, Yunjin estaba muy nerviosa. Tenía todos los sentimientos a flor de piel. Le había contado sus secretos a Seohyun, sabía que Chaewon no estaba en la escuela porque probablemente se estaba reconciliando con Minju y ahora Jimin también sabía su secreto.

Su amiga comenzó a presentir el temor que tenía Yunjin, así que estiró su mano para tomar la de ella y le dio un apretón para intentar relajarla. —Está bien. Todo está bien, esta conversación se queda entre nosotras. —No sabía si ese era el miedo que tenía su amiga, pero quería disiparlo de un principio.

Y al parecer eso era porque a partir de ese momento Yunjin se liberó de todo. Le comentó todo el contexto de su relación con Chaewon, cómo se conocieron, cómo comenzaron a pasar más tiempo juntas y todo lo que la hacía sentir. Y al terminar su historia le contó todo lo que había sucedido la noche anterior.

—¿Y estás segura de que Minju vino para volver con ella?

Yunjin mataría por tener esa respuesta, pero de momento lo único que tenía eran sus suposiciones negativas en la cabeza. —¿Para qué más podría estar acá? —Y aunque no fuera para eso, Chaewon probablemente todavía sentía cosas por ella y tenerla al frente, afloraría todos esos sentimientos retenidos. —Tengo que olvidarme de ella y ya.

—¿Qué vamos a hacer con Yunjin? —Suspiró Jimin, frustrada de no poder ayudar a su amiga. Recostó su cuerpo sobre el pecho de Minjeong, sabía que la chica estaba muy delicada como para poder contestarle, pero le tomó por sorpresa las caricias que comenzó a recibir en su cabello, reconfortándola sin palabras, pero con acciones.

Sus cariños le relajaron tanto que ambas terminaron quedándose dormidas en esa posición.

Un par de horas después, lo único que logró despertarla fueron los suaves movimientos que estaba recibiendo sobre sus hombros. Se aterró por completo cuando la primera persona que vio fue a la mamá de Minjeong.

Se levantó rápidamente y con el corazón retumbando en sus oídos. —¿Qué estás haciendo acá? —Tiffany había subido a ver a su hija, pues sabía que había llegado un poco enferma, jamás pensó que se encontraría con aquella escena. Escena que definitivamente no fue de su agrado.

—Perdón, vine a ver a Minjeong y nos quedamos dormidas. —Se disculpó, notando que Tiffany no estaba contenta de verla ahí con su hija.

—Es tarde, deberías ir a casa.

Karina asintió y salió de la habitación sin despedirse de Minjeong, ya que seguía profundamente dormida. Caminó por la enorme casa con Tiffany siguiendo cada uno de sus pasos.

La porrista comenzaba a sentir que a Tiffany no le gustaba absolutamente nada de ella y que prácticamente la estaba acarreando fuera de su casa. Abrió la puerta para ella y Karina se quedó ahí parada, tímidamente. —Espero que Minjeong se sienta bien mañana.

—Buenas noches, Karina.

La joven entendió de inmediato que ya no era bienvenida ahí y sencillamente asintió para salir de esa casa y cruzar la calle.

—¿Era necesario ser así de desagradable? —Taeyeon apareció por detrás de una pared, desilusionada de la forma en que su esposa había tratado a la chica que acababa de irse.

La relación entre las dos seguía un poco tensa por todo el tema de Yuri y Yoona, sin duda eso no estaba ayudando. —Tú no viste lo que yo vi.

—¿Y qué fue exactamente lo que viste que te alarmó tanto?

A Tiffany no le estaba gustando el tono que su esposa estaba ocupando y creía que si la conversación seguía así las cosas no iban a terminar bien. —Estaban durmiendo abrazadas en la cama de Minjeong.

Taeyeon soltó una risa burlona. —Te recuerdo que hace unos meses teníamos que escuchar todas las noches como nuestra hija traía distintas chicas a la casa. —La discusión comenzó a sonar un poco más fuerte. —Y no exactamente para dormir abrazadas ¿Me quieres decir cuál es el verdadero problema que tienes con esa chica?

—¡Tiene novio! Tiene novio y Minjeong claramente siente algo por ella que no sentía por esas chicas de una noche. —Exclamó Tiffany, ahora notoriamente molesta por la poca comprensión que estaba teniendo su esposa.

—¿Acaso no recuerdas cuando comenzamos a salir? Tú también tenías novio.

Tiffany abrió la boca impresionada y juzgando a su esposa. —No puedo creer que estés mencionando eso después de todos estos años. —Su tono de voz no ocultaba su indignación. Taeyeon sabía que estaba jugando con fuego, porque si entraban en una discusión que involucraba los años en los que empezaron a salir, ella seguramente saldría perdiendo. —Cuando empezamos a salir mi relación estaba prácticamente acabada, no puedes compararlo.

—¿Y cómo sabes si este caso no es similar? —Taeyeon no quería seguir discutiendo con su esposa y caminó hasta estar bien cerca de ella, tomándola por la cintura para que no pudiera escaparse de ella. —Yo creo que tu problema no es que esa niña tenga novio. —Acarició su mejilla para que con la delicadez de sus caricias las palabras suenen un poco menos fuertes. —Yo creo que el problema es que esa niña es la hija de Krystal Jung.

Lo tenso que se puso el cuerpo de su esposa le hizo creer que tal vez tenía razón, pero antes de que pudiera hablar, decidió ser ella quien la calme. —Tiff, tenemos que dejar que nuestra hija tome sus propias decisiones. Nosotras mismas cometimos algunos errores cuando teníamos su edad, y a diferencia nuestra, ella parece estar llevando todo mucho mejor ¿No crees? Hemos criado una niña maravillosa y creo que si nos llega a necesitar nos pedirá ayuda. —Reflexionó en voz alta, sin dejar de dejarle cariños. —Y recuerda que Krystal jamás fue el enemigo, y definitivamente su hija, que ni vivió en esa época, tiene la culpa.

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Al día siguiente, Minjeong despertó mucho peor. Se mantuvo con fiebre y apenas podía estar despierta por unas horas. No les tomó mucho tiempo decidir a Tiffany y Taeyeon que lo mejor era llevarla a ver un doctor.

La tensión que había entre sus mamás se disipó por completo, lo único que importaba ahora era la salud de Minjeong.

Después de su visita médica, se concluyó que Minjeong requería un reposo completo y medicina para poder bajar la fiebre.

Cuando volvieron a casa, Jieun ya había cambiado las sábanas y abierto las ventanas para que su habitación esté fresca. Taeyeon agradeció por su trabajo y acomodaron nuevamente a Minjeong en su cama, quien al menos tenía más cordura.

Tiffany todavía se sentía extraña tras haber visto a su hija junto a Jimin la noche anterior, no sabía definir sus sentimientos, pero no podía negar que su esposa tenía razón. Si su hija quería algo con ella, entonces tenía que dejar de lado todas las cosas que habían pasado entre ella y la familia de la joven porrista.

Acaricio las mejillas de su hija, quien ya se estaba quedando dormida.

Cuando Minjeong despertó se sentía mucho más repuesta. Los medicamentos definitivamente la habían ayudado porque al menos tenía la fuerza para levantarse de su cama por su propia cuenta.

Bajó las escaleras afirmándose bien de las barandas para no perder el equilibrio y cuando llegó abajo sus madres la vieron con sorpresa de estar ahí frente a ellas. Taeyeon fue la primera en avanzar hasta sostenerla del brazo en caso de que necesite apoyo. —¿Estás bien, cariño? Deberías estar en tu cama. —Tiffany también se levantó para pedirle a Jieun que caliente un poco de comida, creyendo que su hija estaba de pie porque tenía hambre.

—¿Qué hora es?

Después de pasar casi un día entero algo perdida entre la fiebre y los medicamentos, era imposible entender qué estaba pasando. —Las seis de la tarde ¿Tienes hambre? —Minjeong asintió, su estómago era lo que la había despertado. Escuchar eso fue una alegría para Taeyeon, ya que el tener apetito era una buena noticia.

El abuelo estaba algo aislado porque no querían que se le pegue la gripe, así que Minjeong no pudo verlo, pero Tiffany la esperaba en la cocina con un plato de comida caliente.

—¿No hay problema con que haya faltado a clases?

Tiffany comenzó a reír por la responsabilidad excesiva de su hija. El médico le había pedido reposo así que estaba excusada para faltar a clases. —Hay un problema con las cañerías de la escuela y empeoró por la lluvia, así que no tendrás clases hasta el lunes.

Minjeong pensó en lo bueno que era eso para poder descansar y avanzar en algunas de sus lecturas, pero seguramente tendría que dejarlo para un poco más adelante, ya que todavía se sentía enferma. —Al menos no voy a perder clases. —Apoyó su cabeza en su mano y se quedó quieta intentando comer lentamente para soportar el dolor de su garganta.

Taeyeon se excusó para ir a buscar algo a su habitación y Minjeong le pidió que traiga su teléfono, sintiéndose un poco alejada de todo el mundo debido a su enfermedad.

Estaba en lo cierto. Tenía varios mensajes pendientes de sus amigas, compañeras de equipo y uno en particular que esperaba con ansias poder leer.

Jimin.

Intentó ocultar su sonrisa, a sabiendas de que Tiffany no aprobaba su relación. No le había dicho directamente que se trataba de Jimin, pero sabía que la persona que le interesaba tenía novio y con eso ya era suficiente como para que su mamá no lo apruebe.

—Come tu comida antes de que se enfríe. —Minjeong se cuestionó de inmediato si Tiffany había pasado a leer sus mensajes o si estaba siendo honesta con respecto a su comida.

Bloqueó su teléfono y se concentró en comer, con saber que Jimin le había escrito, había sido suficiente para estar tranquila.

También había notado que Yunjin le había dejado varios mensajes y eso le hizo recordar de que tenía una conversación pendiente con ella. Tenía que cuestionarle lo que estaba pasando con Jay, siempre y cuando ella decida contarle la verdad. No podía exponer su relación con Jimin al confesar que había escuchado su conversación.

De alguna forma u otra, agradeció que las clases estuvieran suspendidas. La escuela estaba llena de drama que, de momento, prefería evitar.

Después de comer se sintió casi como nueva, lo único que le faltaba para sentirse mucho mejor era darse un baño, y nuevamente, como si pudiera leerle la mente, Tiffany había preparado la bañera para que se pueda dar un tranquilo baño de burbujas. —Te amo, pero apestas. —Fue lo único que le dijo antes de ayudarla a entrar al baño.

Su cuerpo se relajó al sentir el agua caliente. Sus músculos se libraron de toda tensión y soltó un suspiro. Quizá el resfriado no era del todo malo, quizá necesitaba sentirse así de consentida, porque ahora notaba lo cansada que estaba.

Después de disfrutar de aquella sensación por un par de minutos, se apoyó en el borde de la bañera para poder alcanzar su teléfono y así poder concentrarse en los mensajes que tenía pendientes. Supo que la liga del fin de semana se había suspendido y como varias se quejaban del clima, después vio su chat de amigas con Yoon, Chaewon y Yizhuo, quienes por algún motivo se habían enterado de su estado de salud y le enviaban mensajes de apoyo para que se mejore pronto.

Siguió para revisar su chat con Yunjin, quien le pedía que cuando se encuentre bien la llame para que conversen y también que le había preparado galletas y se las llevaría en la noche. Seguramente Yunjin había hablado con alguna de sus mamás y por eso no preguntó por más detalles.

Dejó para de último su chat con Jimin, como queriendo dejar lo mejor para el final.

[Karina] Te veías adorable durmiendo, aunque tu mamá no parecía feliz de tenerme ahí.

[Karina] Escríbeme cuando te sientas mejor, extraño hablar contigo.

[Karina] No sé si supiste, pero suspendieron las clases ¿Crees que te pueda ir a ver? No quiero hacer enojar a tu mamá con mi presencia.

[Karina] Vi que saliste en la mañana con tus mamás ¿Te encuentras mejor? Estoy preocupada, avísame cómo estás.

Todos los mensajes los leyó al menos dos veces, acompañado de una sonrisa, por lo bien que la hacía sentir la preocupación que tenía la porrista sobre ella. Se sentía lindo y especial.

Eran mensajes sencillos, pero estaban llenos de preocupación. Sentía una cálida sensación en el pecho, casi tan cálida como el agua que rodeaba su cuerpo. Ya no tenía dudas de que a ella le gustaba Jimin, cada reacción de su cuerpo se lo confirmaba.

Secó un poco sus manos y decidió llamarla, no creía que ninguna de sus mamás podría entrar para interrumpirla, así que se sentía segura ahí.

La porrista no demoró en contestar, lo que le hizo pensar que estaba al pendiente de ella, algo que le gustó saber. —¡Finalmente! Me estaba comenzando a preocupar.

De inmediato salieron unas risas, Jimin sonaba adorable. —¿Recién te comenzabas a preocupar? Por tus mensajes yo creía que llevabas un tiempo preocupada ya.

—Bueno, sí. Estaba preocupada desde que te vi en tu cama ese día, te veías terrible.

Los próximos minutos los pasaron hablando sobre el estado de salud de Minjeong. Le contó sobre los medicamentos que estaba tomando, todo el reposo que había hecho y que ya se sentía mucho mejor.

Jimin insistía en asegurarse de que aquello sea cierto, preguntando una y otra vez por sus síntomas como si ella fuera experta.

—¿Y qué fue exactamente lo que pasó con mi mamá? —Minjeong sentía curiosidad. Algo había intuido, pero no había podido escuchar una versión completa sobre lo que había sucedido aquella noche.

La porrista había intentado evitar el tema, no era algo con lo que se sentía muy cómoda, pero creía que si había una persona con la que podía hablar del tema, era Minjeong. Sobre todo porque ella podría orientarla sobre si estaba pensando de más o no. Le contó todos los detalles de esa noche, de como sintió que Tiffany estaba prácticamente expulsándola de su casa lo más rápido posible y terminó con la pregunta que deseaba hacer desde ese momento. —¿Crees que a tu mamá le caigo mal?

Y la respuesta no era fácil de conseguir. Desde que tenía memoria a Tiffany nunca le gustaban las personas que ella llevaba a casa. Generalmente, no las saludaba, las ignoraba e incluso a veces las veía con una cara de enojo.

Sabía que su mamá era celosa, pero también entendía que ella lo hacía porque Minjeong solo llevaba a chicas para pasar la noche y generalmente no las volvía a ver. No se molestaba en interactuar porque ni para ella ni para su hija eran importantes.

¿Sabía Tiffany que Jimin era diferente?

—Hablaré con ella. —Al no tener la respuesta exacta, se propuso buscarla ella misma al hablar del tema con su mamá. —Perdón si te hizo sentir incómoda.

Jimin aceptó que se tendría que conformar con eso y esperó que sus suposiciones no sean más que eso. —¿Cuándo podré verte? —Decidió cambiar de tema y Minjeong se sorprendió nuevamente por la transformación que tuvo Jimin. A veces le costaba aceptar que era la misma persona que la había amenazado en su primer día de clases.

—Apenas me sienta un poco mejor y no tenga a mis mamás encima. —Quizá no fue la mejor elección de palabras porque últimamente Tiffany y Taeyeon estaban al pendiente de ella las veinticuatro horas.

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Yunjin se sentía como la protagonista de un drama mientras veía el agua caer. La escena era triste y nostálgica y su cabeza estaba abarrotada de pensamientos debido a todo lo que había ocurrido en los últimos días.

Se cuestionaba cada una de sus decisiones y algo que no sabía definir como culpa o desamor le hacía doler el cuerpo.

Yoona la interrumpió al sentarse a su lado en el acolchado sofá. Le acercó una taza de té que su hija aceptó con una sonrisa. —Seohyun dijo que vendrías a tocar el piano, pero no escuché nada.

La hermosa madre de Yunjin estaba en su habitación a la espera de las dulces melodías que solía escuchar cada vez que Yunjin o Seohyun se sentaban a tocar el piano, pero la falta de sonido la preocupó y decidió acompañar a su hija.

—El sonido de la lluvia es muy fuerte. —Comentó Yoona, viendo en la misma dirección que hacía su hija.

Yunjin asintió, aunque la tormenta que había afuera no se comparaba a la que tenía por dentro.

—Mamá, estoy saliendo con alguien.

Yoona se sorprendió al escucharlo, pese a que Seohyun le había dado a entender que su hija estaba confundida románticamente. —¿Con quién? —Intentó demostrar su apoyo, pese a que su hija todavía le parecía muy joven como para estar en una relación.

—Se llama Jay, te lo presenté una vez, después de un partido de basquetbol. —Inicialmente, mentirle a su mamá no era parte de sus planes. Pero estaba convencida de que mostrarle que tenía una relación saludable con un buen chico la haría sentir tranquila, porque si supiera todo lo que estaba pasando con Chaewon sería ponerle otra carga encima.

Yoona se tomó un tiempo en procesar la información. Recordaba vagamente a Jay, un chico guapo y educado, pero había algo que no le cuadraba. Ella estaba casi segura de que su hija sentía cosas por otra persona, en una chica.

—¿Mamá? —La falta de respuesta comenzaba a asustar a Yunjin y los nervios también crecían.

—¡Perdón! —Yoona notó que se estaba tomando demasiado tiempo perdida en sus pensamientos. —Creo que lo recuerdo, deberías invitarlo a cenar un día para conocerlo mejor.

—Lo haré, lo haré. —Yunjin se limpió las lágrimas que no sabía que estaban cayendo y cuyo motivo también desconocía. Dejó su té sobre la mesita del costado y se acomodó entre los seguros brazos de su mamá.

—Hay que organizarlo bien, para que pueda venir Yuri también.

La tranquilidad con la que Yoona había soltado el nombre de Yuri le sorprendió. Desde la separación, los momentos en que ambas habían compartido en un mismo lugar habían sido contados con los dedos de una mano. Quizá era infantil, pero la idea de estar con las dos le provocaba una ilusión que no sentía hace mucho tiempo.

—Hablaré con mamá y con Jay.

El cómodo silencio volvió, pero Yunjin no se despegó de los brazos de su mamá. Posición que le recordaba a cuando era niña y se refugiaba en ella cada vez que necesitaba apoyo de su mamá.

Yoona también disfrutaba de aquella imagen, tener una hija adolescente no era algo fácil y temía que su relación se pudiera estropear, sobre todo debido a las distintas situaciones que su hija había tenido que vivir últimamente. Pero Yunjin seguí siendo cariñosa, y aunque estaba un poco más reservada, seguía demostrando que todavía necesitaba de su mamá.

La vibración del teléfono de Yunjin las despertó de ese momento íntimo y entre quejas, la joven porrista lo tomó. Era algo así como la llamada veinte de Chaewon en ese día.

—Es Chaewon. —Su mamá había leído sin querer el contacto que aparecía en la llamada. —Te dejaré para que hablen, yo estaré en el estudio.

Yunjin no pudo protestar, así que de forma obligada tuvo que contestar y escuchar esa voz que extrañaba, pero que al mismo tiempo quería evitar a toda costa.

El silencio inicial solo demostró la sorpresa que tuvo Chaewon de que finalmente Yunjin le había contestado.

—¿Jin? —La posibilidad de que alguien haya contestado el teléfono por error fue lo primero que se le vino a la cabeza.

—Sí. —Su corazón se contrajo apenas ese apodo salió de los labios de Chaewon. Algo que nunca antes le había provocado, el poder que Chaewon tenía sobre ella le aterraba.

—No pensé que me ibas a contestar. —Confesó, intentando así excusarse por su falta de palabras y los nervios de su voz. —Quiero conversar contigo.

Era obvio que a lo que Chaewon se refería era a verse en persona, conversar, viéndose a los ojos para que así todo se sienta real, lo que sea que se quisieran decir.

Yunjin dudó por un buen tiempo. Ella también tenía cosas que explicar. Sus ojos se desviaron nuevamente a la calle, seguía lloviendo con tanta fuerza como en el día de ayer y todo parecía indicar que continuaría de esa forma.

—El café de siempre, en dos horas. —Yunjin cortó la llamada antes de recibir alguna réplica por parte de Chaewon.

La porrista sabía las dificultades que representan salir a la calle en un día como ese. Las autoridades recomendaban quedarse en casa y salir únicamente para cosas muy necesarias. Era como una prueba, si Chaewon realmente quería conversar con ella, entonces tendría que esforzarse para hacerlo.

Subió a su habitación para prepararse, lo primero que hizo fue mirar por la ventana. El cielo estaba completamente oscuro pese a ser cerca de las cuatro de la tarde, a lo lejos también escuchó el sonido de los truenos y se cuestionó si su idea había sido la correcta o no.

Estaba dispuesta a ir. Las últimas semanas habían sido insoportables y necesitaba darle un cierre sin importar si era uno positivo o no.

Decidió no ponerse maquillaje, temiendo que la lluvia pudiera arruinarlo y se puso ropa abrigada, además de una chaqueta impermeable y zapatos especiales para la lluvia.

Pensó en pedirle a Seohyun que la lleve hasta el café, pero la idea no le pareció correcta, era algo que debía hacer por su cuenta. Lo único que hizo fue ir hasta su habitación para hacerle saber que se ausentaría por un tiempo, por supuesto que la mujer insistió en llevarla, pero Yunjin logró persuadirla, explicándole que le gustaba caminar bajo la lluvia y que en caso de que sea muy terrible, la llamaría para que pase por ella después.

Apenas dio un paso afuera de su casa, se cuestionó el volver para pedir ayuda. La lluvia caía con violencia y era totalmente entendible ahora la sugerencia de las autoridades de quedarse en casa.

Abrió su paraguas y comenzó a caminar antes de que el arrepentimiento le gane.

La idea había sido terrible. Apenas había caminado por dos cuadras y ya estaba completamente empapada, su paraguas batallaba con el viento para permanecer con vida y apenas podía abrir los ojos por la forma en que la lluvia le chocaba en la cara. En las calles el agua corría como si fuese un río y si bien sus zapatos estaban preparados para la lluvia, tampoco fueron lo suficientemente resistentes para proteger sus pies durante todo el trayecto.

El café que Yunjin había escogido para juntarse no estaba muy cerca, otra de sus malas ideas, pero era un lugar en el que Chaewon y ella solían compartir y significaba mucho para ellas. El dueño era un señor de avanzada edad y las dos siempre se preguntaban cómo mantenía con vida ese local si casi siempre se encontraba vacío. A ellas les gustaba porque las galletas eran ricas y no se sentían observadas por nadie, era como un lugar oculto en el que podían ser ellas mismas.

Además, su dueño debe ser el único loco que decide abrir su negocio en un día de tormenta como ese. Se paró frente al café y sonrió al ver el pequeño letrero que decía “abierto”. Recién en ese momento se dio cuenta de lo que estaba a punto de hacer.

Todo podría salir muy bien o terriblemente mal y algo dentro de ella se inclinaba por lo último. Esperaba que no fuera así, porque después de todas esas noches atormentada por la duda, estaba segura de que estaba completamente enamorada de Chaewon y perderla iba a significar un dolor casi insoportable.

Pero era un paso que tenía que dar sí o sí. No podía seguir ignorándola y debía enfrentarse a cualquiera sea su nueva realidad.

Abrió la puerta y un golpe de calor le chocó contra el cuerpo. El café estaba caluroso y primeramente notó que estaba vacío y la decepción fue inmediata. Por suerte todo fue un malentendido, Chaewon había entrado al baño y por eso no estaba ahí para recibirla.

—Yunji, estás empapada. —Cualquier tipo de conversación podría esperar, Chaewon se preocupó de inmediato de quitarle la chaqueta a Yunjin para ponerla cerca de un radiador de calor.

El dueño del café se acercó tras escuchar la campanilla y también se preocupó al ver a una de sus compradoras habituales totalmente mojada. —Ustedes son las únicas locas que salen con este aguacero. —Refunfuñaba mientras acercaba otro calentador a la mesa en la que siempre se sentaba la pareja. El señor le dio permiso de quitarse los zapatos y Yunjin también acercó sus pies al calentador para secar un poco sus calcetines.

—Les traeré algo caliente. —Anunció antes de salir de ahí.

Chaewon seguía preocupada por lo mojada que estaba Yunjin, se quitó su chaqueta y la puso alrededor de su espalda para que así no se le enfríe la espalda. —¿Cómo se te ocurre venir caminando? Te vas a enfermar.

—¿Y tú por qué no te mojaste?

—Papá me trajo. —Yunjin se sintió tonta en ese momento, ella creía que al ser algo tan privado entre ellas, debía llegar ahí por su cuenta. Ahora que veía a Chaewon seca y calentita supo que había tomado una pésima decisión.

El señor llegó con dos bowls de ramen, el humo salía notoriamente lo que significaba que estaba muy caliente. Perfecto para un día como ese. Las dos sabían que el ramen no era parte de la carta del café, pero ninguna dijo nada porque el dueño del café solo soltó un “Para el frío” y las dejó solas nuevamente.

Yunjin fue la primera en servirse, necesitando de otra fuente de calor. Ambas decidieron que su conversación podría esperar hasta que la sensación de frío y humedad se quite un poco.

Chaewon la observó comer por un tiempo antes de empezar a hacerlo ella. El ramen estaba muy rico y sin duda alguna era ideal para ese clima.

—Supe que Minju vino a verte. —Yunjin fue la primera en romper el silencio. La más alta decidió empezar directo al hueso, no quería perder las agallas que tanto le había costado juntar.

Chaewon se había enterado al día siguiente de que Yunjin había ido a verla en el momento en que estaba compartiendo con Minju. La visita de su ex novia había sido una completa sorpresa y le pareció casi injusto que justo en ese momento Yunjin decidiera pasarse por su casa.

—Minju quería aclarar las cosas. Cuando terminamos yo corté todo contacto con ella, eso lo sabes. —A Chaewon le había costado mucho asimilar su ruptura con Minju, no quería saber nada de ella por un largo tiempo y después de meses, Minju había decidido buscarla a ella para poder explicarle algunas cosas. —Se siente culpable por la forma en que se alejó de mí, por hacerme viajar pensando que estaría con ella, cuando en realidad solo esperaba que vaya para poder terminar conmigo en persona.

A Yunjin no le tenían que contar todo eso, ella misma fue quien la tuvo que escuchar y consolar cuando todo era reciente.

—Me quería pedir disculpas por lo insensible que fue, eso era todo.

El silencio le indicó que Chaewon no iba a explicar nada más y realmente se sintió con gusto a poco. Era una explicación muy pobre y la joven de pelo corto parecía un poco nerviosa.

—¿Por qué siento que eso no fue todo?

Intuición, to sentido o algo así. Yunjin lo podía ver en los ojos de Chaewon.

—Dijo que seguía enamorada de mí, que había cometido un error. —Después de cada palabra sentía como si un martillo le estuviera golpeando la cabeza. —No te puedo mentir y decir que no pasó nada. —Yunjin se mantuvo firme pese a todo el dolor físico que sentía, pese a que escuchaba como si Chaewon estuviera cada vez más lejos de ella, apenas escuchando lo último que salió de su boca. —Pasamos la noche juntas.

Se movió con tanta rapidez que no notó que estaba forcejeando con Chaewon por su zapato. La porrista quería salir de ahí lo más rápido posible mientras escuchaba los vagos “Deja de escapar” de Chaewon, quien aparentemente tenía más cosas que decir, pero que Yunjin no estaba dispuesta a escuchar porque apenas tuvo sus zapatos puestos, salió del café. Chaewon, quien practicamente corrió tras ella, logró tomarla del brazo con algo de brusquedad. Estaban en medio de la calle y la lluvia caía sin compasión sobre las dos.

—Yunjin, por favor, escúchame. —Le suplicó Chaewon, siendo opacada por el ruido de la lluvia.

—Déjame en paz ¿Sí? Y ya deja de jugar conmigo, sé feliz con Minju y yo intentaré ser feliz con Jay.

Mentirle a Chaewon jamás fue parte del plan, pero si su relación ficticia podía provocar un poco de daño la hacía sentir bien, sabiendo que jamás superaría el dolor que ella estaba sintiendo en esos momentos.

Chaewon la soltó, viéndola con una expresión de confusión. Yunjin aprovechó esa baja de guardia y se escapó de Chaewon lo más rápido posible. 

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Comments

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JavrritJuiget
#1
Chapter 39: Por favor, puede escribir un capítulo separado sobre cómo Tiffany logró la reciprocidad de Taeyeon 🥺🥺
Jinja_ninja #2
Chapter 39: Wait what happening.minjeing didn't shiw up? Must have a good reason.
UndefinedCharacter
#3
Chapter 39: Chapter 39: 😨😨😨
What happened?
The beginning was full of celebration of victory, of love...
Minjeong finally admitting to her mother about her feelings for Karina...
And Karina telling her mother of her plans after graduating...
Although Yunjin is going through something...
And they were supposed to talk...
😨😨😨
UndefinedCharacter
#4
Chapter 38: 😮😯😲😳
So this is Yuri and Yoona's secret they're hiding from Yunjin...
It's a good thing some of the misunderstandings were addressed and cleared...
That was a rollercoaster of emotions!
I'm glad Yunjin and Chaewon are official, and she even told her parents...
And her plan after graduating....
Minjeong and Jimin next? 🥹
Oh, were nearing the end? 🥺
JavrritJuiget
#5
Chapter 38: Fcking fabulous story ㅠㅠ
JavrritJuiget
#6
Chapter 37: Oh… amazing chapter!!!

I hope I can see more also Taeny’s story
UndefinedCharacter
#7
Chapter 37: Yuri and Yoona... 🫣😅
Yunjin did a lot of good in this chapter, despite what happened to her... Which I think is essential for a lot of realizations...
Being honest with everyone, especially her parents and profess her love for Chaewon.
And then her telling Minjeong to not settle for less and that she loves her too.
Her parents realized what she may be going through.
And then having that honest talk with Karina and vice versa...
I love their turning points.
Congratulations on your new work! ❤️
tamynl
#8
Chapter 37: Pobre Yunjin todo lo que le paso, por suerte pudo hablar con su mama. Espero que Karina pueda hablar con Minjeong talvez la ayude con todo el lio que tiene ensima.
Gracias por actualizar!
UndefinedCharacter
#9
Chapter 36: I'm liking Yunjin more... Maybe because she kinda know what she wanted, although the thing with her parents have not been sorted out(?). But her straightforwardness on telling what's on her mind, of Jimin taking the blow on the break she asked of her boyfriend, and Minjeong being distracted, affected and disappointed.
I wonder what Jimin has decided though. I think them finding Jessica is an eye opener for her, for a lot of things.
Awww... Mr. Kim.... 🥺
UndefinedCharacter
#10
Chapter 35: Yunjin's plan is so cute! 😁
I do hope the team wins!
Poor Minjeong... That's a hard thing to decide... When that something she's holding on to stay is unsure... 😢
I think Karina's conversation with Yeseo would make an impact on her, especially her nonchalance about her mom dating a woman, and other things...
The realization of Karina on what if on parallel world Taeyeon and Jessica didn't stop dating, then maybe there will be no Winter...
Awww, the sister finally reunited! 🥹
Great chapter!
Thanks for updating!😉