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Ante el shock de Yizhuo, Aeri decidió tomar la iniciativa y besarla. El shock continuó y la futbolista se demoró unos segundos antes de corresponder. No era la primera vez que se daban un beso, pero el primero había sido hace tantos años que se sentía como tal. Cuando terminó, NingNing tenía las mejillas completamente rojas. Giselle comenzó a reírse y volvió a besar sus labios, casi como provocando a la menor y así verla nerviosa. —Pensé que tendrías una sonrisa gigante, pero te ves completamente aterrada. —La molestó, y finalmente NingNing se dio cuenta de lo que estaba pasando.

—Es solo que, todo este tiempo. —Había muy poca distancia entre las dos, y eso le dificultaba un poco poder decir las palabras que se enredaban en su cabeza. —Pensé que me odiabas, no que estabas jugando conmigo.

Giselle suspiró, entendía las razones. Admitía sentir un poco de culpa por todas las veces en que la rechazó públicamente o que soltó palabras hirientes contra la chica que parecía no rendirse nunca. Y era justamente esa una de las razones por la cual NingNing se le hacía tan atractiva como persona. —Que buscabas a alguien mejor. —Concluyó, haciendo que Giselle ruede los ojos y se siente sobre la cama, indicándole a Yizhuo que haga lo mismo para que se puedan ver a los ojos.

—Ning Yizhuo. —Su tono era casi amenazador. —Eres una de las chicas más guapas de la escuela.

—No tanto como Yunjin.

Las dos rieron, al parecer tenían su primera broma interna. —Eres de las mejores alumnas de la clase, probablemente la más rica de todas y ahora que el equipo de futbol lo está haciendo bien, también eres una deportista destacada ¿De verdad crees que podría encontrar a alguien mejor?

NingNing sintió unas vergonzosas ganas de lloriquear, era la primera vez que alguien le decía directamente cosas positivas, no estaba acostumbrada y por lo mismo no sabía cómo reaccionar. Se limpió rápidamente las lágrimas y comenzó a reír, parte de esa vergüenza se mezcló con su risa nerviosa.

—Pero entonces no entiendo ¿Por qué has sido así todo este tiempo?

—Soy una persona demasiado distraída. —Nuevamente, sus palabras la dejaron muda y sin entender lo que quería decir. Giselle notó la confusión de Yizhuo y siguió explicándose. —Con todo lo de la escuela, los ensayos, la preparación para la universidad, no puedo estar con nadie.

Las dos se quedaron en silencio, Yizhuo intentaba entenderlo, pero se le hacía difícil ¿Giselle no quería estar con ella porque no quería distraerse? Era increíble.

—Pero yo te puedo ayudar en la escuela.

—Necesito entrar a la universidad.

—Vas a entrar a la universidad ¿Pero qué te hace creer que el próximo año no vas a necesitar esforzarte casi igual o más que lo que haces ahora?

Giselle se veía nerviosa, y Yizhuo la tomó de las manos para tranquilizarla y darle la seguridad de hablar. —El año pasado mis padres pagaron a la escuela para que me aprueben. —No estaba orgullosa de decirlo, pero estaba siendo sincera, quería que Yizhuo entienda sus razones. —Pero el trato era que este año tenía que aprobar por mi cuenta o me enviarán a vivir a Japón con mi otra familia.

Ahora NingNing lo entendía, Giselle necesitaba ocupar su tiempo en aprobar, pero también quería mantener su vida social intacta.

—El otro año ya seré mayor de edad y mis padres no podrán hacer conmigo lo que se les de la gana.

—¿Por qué no me dijiste esto antes? Creo que hubiera sido más fácil que tenerme creyendo que me odiabas.

—Exactamente por esto. —Respondió, aplastando el puchero de Yizhuo con sus dedos. —Prefiero verte enojada a verte triste y con esos ojos enamorados.

El plan de Giselle no era confesarlo todo en el viaje, pero jamás pensó que terminaría atascada con ella en su cabaña, estar las 24 horas con ella le hacía imposible continuar con su plan.

—¿Y cuál es el plan ahora?

Giselle se encogió de hombros, no tenía ni idea. NingNing ya sabía la verdad, no tenía sentido seguir haciéndose la tonta o fingir que odiaba a la futbolista cuando la realidad era lo opuesto.

—Dame unos días para pensarlo bien ¿Sí?

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Karina despertó con un insoportable dolor de cabeza, tan fuerte que apenas podía abrir los ojos sin sentir que un martillo le golpeaba la frente. Se había emborrachado antes, pero nunca de la forma en que lo había hecho la noche anterior, y sin duda su cuerpo se lo estaba haciendo notar.

Cuando logró mantener los ojos abiertos sin sentir que le arrancaban la cabeza, comenzó a explorar sus alrededores. Recordó rápidamente que estaban en su viaje escolar, la cabaña se veía normal, excepto porque no estaba en la cama que le correspondía ¿Se había acostado con alguien? Llevó sus manos rápidamente a su cuerpo, por suerte no se demoró en notar que traía el pijama puesta ¿Quién la había vestido? La idea de que Minjeong la haya vestido hizo que sus mejillas se tinten de un fuerte rojo, pero el recuerdo de Minjeong le permitió devolverse a la noche anterior. EL BESO ENTRE WINTER Y GISELLE.

Se hizo la imagen mental pocos segundos antes de que Yunjin entrara a la habitación y justo a tiempo para alcanzar a poner el basurero al borde de la cama y atrapar todo el vómito que salía por su boca.

Ahora, además de todos los dolores producidos por el exceso de alcohol, también se sentía sucia y avergonzada. Por suerte, Yunjin no mostraba ninguna reacción negativa. Ese no era momento para relucir sus problemas, su amiga estaba para ayudarla y hacerla sentir mejor. —Debes soltarlo todo. —Le pidió, sobando su espalda y motivándola a vomitar un poco más.

Después de soltarlo todo, tal y como lo pidió Yunjin, se sintió muchísimo mejor. La cabeza seguía doliéndole de sobremanera, pero al menos ya no tenía el estómago revuelto. Admiró a Yunjin por no sentir asco y por seguir confortándola. —Te iré a preparar el baño, dejaré esto aquí.

Karina asintió y se recostó en su cama observando el basurero con su vómito, pensando que soportar esa imagen y ese olor era lo mínimo que se merecía después de haber quebrado todas sus reglas la noche anterior. Ella siempre había sido responsable, nunca se había mostrado ebria frente a nadie y ahora tenía que lidiar con las consecuencias.

Cuando Yunjin volvió, le acercó un vaso de agua y una pastilla. La porrista ni siquiera preguntó qué era y simplemente se la tomó y luego vació el vaso de agua. Estaba muerta de sed y eso finalmente hizo reír a Yunjin.

—Ve a bañarte, apestas. —Usó un tono de voz divertido, las dos estaban pasando por un pésimo momento como amigas, pero Yunjin no lo hacía notar, le estaba dando importancia a ella y dejando de lado todo lo demás.

La acompañó hasta el baño y después de asegurarse de que estaba bien, la dejó sola ahí. La bañera estaba llena de agua a la temperatura perfecta, el baño estaba temperado y si no fuera porque todavía se sentía un poco ebria, se quedaría horas disfrutando de ese baño.

Se metió y dejó que el agua caliente le relaje el cuerpo. Cerró los ojos y revivió todo lo que sucedió la noche anterior. Al principio bebió para compartir con sus compañeras, algo que había hecho muchas veces en las distintas fiestas que se hacían durante el año. Pero Karina siempre había bebido de forma responsable, quizá demasiado responsable. Cada vez que salía, se aseguraba de tomar un vaso y llevarlo a todos lados hasta que termine la noche. De esa forma daba la imagen de compartir, pero no sufría los reveses de beber de más. Era su primera resaca y se sentía fatal.

Y ese sentimiento ni se lograba comparar con la vergüenza que le recorría el cuerpo, Yunjin se había comportado muy bien con ella ¿Pero qué pasaba con el resto? ¿Estarían sus compañeras hablando de ella? Seguramente pensaban que era una mojigata, siempre siendo la mejor en todo y de pronto mostrándose completamente borracha en un viaje escolar.

Estando borracha no lo había sentido, pero ahora sentía lo que le pasaba cada vez que estaba en público. Creía que todo el mundo la observaba, que había cámaras grabándola y personas hablando de ella y criticando su forma de actuar, juzgándola por no hacer las cosas bien y la respiración comenzaba a faltarle.

Se hundió en el agua completamente e intentó relajarse. Cerró los ojos y se concentró en cuidar el oxígeno que le quedaba. “Nadie te está mirando, nadie te está mirando” se repetía, estaba sola y todos tenían días de locura “Nadie te juzga” se dijo a ella misma. Tenía que controlarse, no podía perder los estribos en ese momento.

De pronto abrió los ojos y observó el techo de madera, se movía por el agua y aquello la relajó. La imagen de Yunjin tapó la escena y se preguntó si se había desmayado ¿Cuánto tiempo había pasado bajo el agua? Algo inexplicable la impulsó para estar más cerca de Yunjin y abrió la boca para tomar una gran bocanada de aire.

—¿Estás bien? —Yunjin se veía preocupada y Karina asintió, todavía concentrada en respirar y darse cuenta en dónde se encontraba. Yunjin se había preocupado cuando la llamó desde el otro lado de la puerta y no había escuchado respuesta. No se quería hacer ideas raras, tal vez Jimin solo necesitaba refrescarse. —Te preparé un café, no te demores tanto para que no se te enfríe.

—Gracias. —Susurró Jimin, encontrando difícil soltar palabras.

Se quedó un par de minutos más ahí, hasta que sus manos se arrugaron y el agua ya no se sentía cómodamente cálida. Cuando entró a su habitación se encontró con ropa sobre su cama que seguramente Yunjin había dejado ahí y se vistió rápidamente para no enfriar su cuerpo.

Al llegar a la sala compartida se encontró efectivamente con un tazón de café destinado específicamente a ella. Chaewon y Yunjin estaban ahí, preparando comida en la cocina. Se quedó en silencio viendo como las dos se comunicaban y movían. Una batía los huevos y otra picaba las verduras, una se aseguraba de que el agua tenga la temperatura correcta mientras la otra limpiaba. Se veían sincronizadas y Jimin envidió un poco la manera en que las dos parecían demostrarse la atracción de distintas formas, ya sin preocuparse mucho si alguien las veía o no.

Poco después, Minjeong apareció. También se había bañado hace poco, Jimin estaba tan desconectada de todo que ni siquiera la había escuchado. La futbolista se sentó en el banco que estaba al lado de ella y casi como prediciendo su llegada, Yunjin le dejó frente a ella un café muy caliente. Minjeong le dio las gracias y tomó un sorbo de su café, cerrando sus ojos y soltando un sonoro “mmm” porque seguramente tenía una resaca igual que la suya.

Karina evitó mirarla de más, la imagen de su beso con Giselle se le apareció de nuevo y así mismo un sentimiento de enojo inexplicable.

Chaewon y Yunjin podían notar la tensión, pero también entendían que no era culpa de ellas y que no continuarían con ese ambiente lugubre solo porque sus dos compañeras estaban decididas a no hablarse. —Me sorprende que ninguna de las dos esté resfriada. —Comentó Yunjin de repente. Chaewon entendió rápidamente de dónde provenía ese comentario y junto a la porrista comenzaron a reír hasta que sus estómagos dolían, mientras que Winter y Karina se observaron por primera vez, ambas incrédulas y sin entender qué era tan gracioso. —¡Por supuesto! ¡Ni si siquiera se acuerdan! —Las dos ahora rieron más fuerte. Cuando por fin lograron calmarse un poco, comenzaron a darles contexto a las que eran las verdaderas protagonistas de la historia.

Karina y Minjeong escucharon incrédulas la historia ¿A quién se le ocurría tirarse en la nieve cuando las temperaturas estaban bajo cero y se encontraban en medio de la noche? Karina se sentía muy avergonzada y en momentos, mientras las chicas relataban lo acontecido, se tapaba el rostro con ambas manos. Aquello que sucedió, no era para nada típico en ella. Karina jamás bebía de más y por supuesto que no hacía cosas de ese tipo en medio de la noche.

Quería salir, cavar un agujero y meterse ahí. Se sentía fatal, hasta que miró al lado y vio como Minjeong reía junto a las dos chicas que seguían añadiendo comentarios a la historia y entonces se dio cuenta. Chaewon y Yunjin no se querían burlar de ella ni hacerla sentir mal. Ella y Minjeong se habían comportado como dos niñas por culpa del alcohol, Chaewon y Yunjin las dejaron ser y al final de la noche las ayudaron a llegar sanas y salvas a su cabaña, las cambiaron de ropa para que no se resfriaran y se repartieron para que no durmieran solas y que nada malo les suceda al dormir. Finalmente, concluyó que no se estaban burlando de ella, que estaban disfrutando de una anécdota compartida y además, aceptó que podía dejarse llevar de vez en cuando, porque no estaba sola, porque tenía amigas que la querían y que la iban a cuidar cuando se permitiera descuidarse.

Y fue ahí cuando comenzó a reír y a sanar una parte de su interior.

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Nuevamente, tuvo que almorzar toda la clase en un comedor común, para Minjeong fue el almuerzo más incómodo de su vida. La única persona con la que podía hablar sin sentir ningún tipo de remordimiento era Yoon. Tenía una conversación pendiente con Yunjin, otra con Karina, había besado a Giselle y Yizhuo le lanzaba dardos cada vez que la miraba. Realmente estaba metida en serios problemas.

La profesora a cargo les indicó lo que harían ese día: subir una montaña. De inmediato los gritos y quejas se hicieron escuchar, pero la actividad ya estaba programada y por más reclamos que existieran, nada lo iba a cancelar. Las que más se quejaron fueron las que habían pasado la noche anterior bebiendo.

Sus rostros las delataban y la profesora parecía disfrutarlo.

Expertos en montañismo comenzaron a darles una charla de seguridad, les mostraron un mapa y les explicaron todo lo necesario para poder llegar a la cima sin inconvenientes. Era una caminata para principiantes y no debería tomarles más de dos horas llegar al lugar.

Luego de ponerles el equipamiento, el grupo se puso en marcha. El sendero estaba marcado tal y como les habían explicado, dos de los expertos iban adelante y otros dos en la parte final del grupo para asegurarse de que todas lleguen sanas y salvas.

El paisaje era precioso, a sus alrededores podían ver árboles tradicionales bañados en nieve, algunos, según explicaron los guías, eran milenarios y habían sido capaces de resistir enormes tormentas de nieve sin problemas.

Bajo sus botas, la nieve crujía en un sonido único que a varias produjo un enorme placer. Pese a las quejas iniciales, la mayoría estaba disfrutando mucho de ese trayecto. Serpenteaban por la ladera de la montaña sin quejas, disfrutaban del silencio acompañado por el ruido de los pájaros, la nieve y además, sus narices disfrutaban del rico aroma que tenía el frío invernal.

En el trayecto final, el camino se volvió un poco más desafiante y si bien se escucharon algunas quejas, la mayoría lo soportó porque la vista parecía valer la pena.

Eso lo comprobaron al llegar al lugar de encuentro en la cima. La vista les permitió no solo ver el sendero por el cual subieron, sino también todos los árboles, el pueblo a la distancia y el manto de la montaña completamente nevado. Rápidamente, las chicas comenzaron a tomarse fotos, grabar vídeos y comentar lo hermosa que era la vista.

Yunjin le pidió a Giselle que le tome una foto junto a Chaewon, Minjeong las miró con afecto y un poco de envidia. Se veían tan felices, sonriendo y abrazándose, mientras Giselle les pedía distintas poses para que las fotos salgan perfectas.

Karina y Sullyoon se estaban tomando fotos junto a un mono de nieve y decidió que no perdía nada en intentar tomarse una con ella, para recordar ese momento. Después de que las dos hayan terminado de fotografiarse, Minjeong se acercó sigilosamente a la porrista.

—Hey. —La llamó, casi con timidez, y Jimin le regaló una sonrisa, pero siguió viendo su teléfono para analizar las fotos que se había sacado recién con su amiga. —¿Te quieres tomar una foto conmigo? —Karina se mordió el labio al escuchar esa pregunta. Si las condiciones fueran otras, no hubiera dudado en tomarse una foto con ella, pero estaba molesta con Minjeong y lo único que quería era confrontarla y escuchar cuáles eran sus explicaciones.

—Está bien.

Al tener el teléfono en la mano, Karina fue la encargada de tomar la foto, decidió poner la cámara en modo selfie y se posicionó al lado de la futbolista. Las dos sonrieron y guardaron el momento en esa imagen.

Minjeong pensó en decir algo, pero no alcanzó a encontrar las palabras antes de que Karina se alejara.

El camino de vuelta se les hizo mucho más rápido, ya no había malas caras porque el paisaje pagaba todo esfuerzo.

Al llegar, se les indicó a todas que se vayan a cambiar de ropa y que después vuelvan al comedor para comer algo especial. Las cuatro compañeras de cabaña subieron un poco cansadas, quejándose de ser las últimas y cuando finalmente estuvieron ahí, jugaron piedra, papel o tijera para decidir quién usaría el baño primero.

Chaewon fue la ganadora, seguida por Yunjin y finalmente Minjeong y Karina.

En la espera, Yunjin preparó café para las tres y luego se fue a su habitación, pensando que quizá a Minjeong y Karina les serviría un poco de privacidad. Inicialmente, se rodearon de un incómodo silencio, algo que no era muy típico en ellas porque siempre encontraban algo para hablar. Ahora el caso era distinto, porque debían tocar temas poco cómodos.

—Creo que anoche tomamos mucho. —Minjeong fue la que rompió el silencio y Karina intentó darle sentido a su comentario ¿Estaba simplemente haciendo un comentario para relajar el ambiente o estaba ya dando una excusa para lo que había ocurrido la noche anterior? —No estaba pensando las cosas cuando pasó lo de Giselle. —Continuó y para Jimin era un poco comprensible, las personas hacían cosas tontas cuando bebían demás. La historia de los ángeles de nieve en la madrugada eran un ejemplo perfecto para demostrarlo. —Y tengo que admitir que me tomó por sorpresa y que, además, estaba un poco enojada.

—¿Enojada?

Minjeong tragó saliva, estaba nerviosa por decir lo que quería decir, pero no podía decir las cosas a medias. —Por lo de Jeno.

Karina empezó a hacer memoria, la noche se le hacía un poco borrosa, era la primera vez que bebía tanto y no podía recordar bien. —¿Qué cosa con Jeno?

—Lo de: Digamos que Jeno es el capitán por algo. —Rodó los ojos al intentar recordar las palabras que había usado. Karina escuchó las palabras, tomándose un par de segundos para por fin recordar de qué estaba hablando.

—Oh, por favor, ¿Te enojaste por eso?

Minjeong pensaba que iba a escuchar otra cosa por parte de Karina, pero jamás pensó que infravaloraría lo que había sentido después de escuchar a Jimin fanfarroneando sobre lo bueno que Jeno era en la cama.

—Bueno, si no te parece importante a ti, entonces supongo que no hay nada que discutir. —Winter se levantó, no se sentía de humor para pelear con Karina, sobre todo si el centro de la discusión nuevamente sería su estúpido novio. De inmediato le volvió el dolor de cabeza y decidió salir a la terraza para poder tomar un poco de aire fresco.

Para Karina la conversación estaba lejos de acabar. Se tomó un pequeño momento para calmarse y luego caminó detrás de Minjeong. La encontró apoyada en una baranda, observando la nieve caer. Su cuerpo sintió el golpe de frío inmediato, se arrepintió de no llevar una chaqueta, pero decidió no devolverse para no dar el mensaje equivocado.

—Lo que dije sobre Jeno fue una broma.

—No dio risa.

Minjeong siguió con su tono frío y molesto, no tenía energías para darle más tiempo de conversación a un chico que no le interesaba, a un tema que la hacía sentir muy mal.

—Jeno y yo nunca lo hemos hecho. —Confesó, jugando con sus dedos no solo para mantenerlos a temperatura, sino también porque estaba un poco nerviosa de hablar sobre ese tema. —Me daba vergüenza admitirlo frente a las otras chicas porque supongo que todas esperaban que Jeno y yo ya hayamos dado ese paso.

—Pudiste decir que no y ya ¿Qué importa lo que piensa el resto? —Pero sabía que era una pregunta lanzada al aire, porque Karina no daba un paso sin pensar en qué diría cualquier persona que tuviera sus ojos fijados en ella.

Jimin no supo qué responder a eso, sabía que no tenía que importarle, pero era de esas cosas que era mucho más fácil decir que hacer. —Perdón si te di la impresión equivocada con mi comentario, pero ¿Realmente importa si me acosté con Jeno o no?

Minjeong lo había hecho con muchas otras chicas antes de llegar a Naevis, era algo que nunca había conversado con Karina, pero si lo pensaba quizá podía llegar a aceptar que estaba siendo un poco injusta con ella. —¿Y por qué no lo has hecho? —Decidió no responder y lanzarle otra pregunta.

—Al principio porque quería esperar hasta el matrimonio. —Minjeong no la podía juzgar, sabía que ella se había criado muy cercana a la religión y debía respetarlo. —Luego me di cuenta de que simplemente no era la persona con la que quería hacerlo porque es algo importante para mí. Ambos llegamos al acuerdo de que podía decirle a sus amigos que ya lo hicimos, porque no quiere que lo juzguen y aunque tengas una imagen horrible de Jeno, en realidad lo entiende.

—Lo entiende, pero no lo acepta. Si realmente le importara, ninguno de los dos tendría que mentir. No es algo de que avergonzarse ¿Sabes?

—Bueno, da igual lo que diga, porque siempre vas a encontrar una forma para odiar a Jeno.

—¿Y me juzgas por eso?

—No. —Respondió rápidamente. —Pero es interesante ver que cuando algo te molesta reaccionas así. Cuando me ves con Jeno en la escuela le lanzas una pelota en la cabeza, cuando me escuchas hablar de nuestra relación decides besar a mi mejor amiga, dices que me quieres esperar, pero haces cosas hirientes igualmente.

Minjeong apoyó su espalda en la baranda y ahora la veía directamente a la cara. Sus palabras le habían tocado algo. Yunjin le había dado a entender algo parecido antes, no estaba actuando de la mejor forma, estaba atacando y siendo vengativa, algo que antes no había hecho. Actuaba de manera irracional, ella sabía bien lo que era Karina y había aceptado los términos, pero por primera vez se estaba dando cuenta de lo que eso le había provocado a ella misma.

Por su cabeza pasaron sus discusiones con Karina, con Yunjin, con Chaewon y con su mamá. Había golpeado a Jeno, había besado a Giselle solo para herir a la chica de la que estaba enamorada. Se estaba convirtiendo en alguien que no le gustaba y sabía cuál era el motivo.

—¿Todavía estás pensando en pedirle un tiempo a Jeno?

Karina asintió, Minjeong estaba siendo tan errática en esa conversación, no lograba conectarse a un tema cuando ya estaban hablando de otra cosa. La confundía y veía en la futbolista algo que no había visto nunca.

—Gracias por hacerlo, significa mucho para mí. —Minjeong suspiró y cerró los ojos, no podía mirarla porque sabía que se iba a arrepentir si lo hacía. —Creo que nosotras también deberíamos tomarnos un tiempo. —Karina protestó de inmediato, era cierto que no estaban pasando por el mejor momento, pero si se iba a tomar un tiempo con Jeno era justamente para darle toda su prioridad a Winter.

—Un mes.

—No.

—Tómate un mes de Jeno y de mí, de aquí al 25 de diciembre podrás decidir qué es lo que quieres hacer, con quién quieres estar realmente. Sea cual sea la decisión, yo la aceptaré.