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Yunjin ya comenzaba a tener ilusiones ópticas por lo aburrida que estaba, Karina se había ido hace poco y su mamá le preguntaba cada cinco minutos si le dolía algo, en un momento fingió dormir solo para dejar de escucharla.

La verdad era que Yoona estaba muy preocupada porque sentía que la caída de su hija había sido su culpa y porque era la primera vez que Yunjin estaba hospitalizada por algo tan serio como quebrarse un hueso. Quizá era muy sobre protectora, pero no podía evitarlo.

Tomó un libro y comenzó a leer porque eso no hacía tanto ruido como prender el televisor o ver vídeos en su teléfono. Apenas logró terminar un capítulo cuando notó la presencia de dos personas en la puerta de la habitación. Eran Minjeong y Chaewon, traían una canasta con frutas y Chaewon llevaba en sus manos un ramo de flores que la hizo sonreír de inmediato.

Yunjin, quien estaba despierta, decidió continuar con su actuación porque no estaba lista para enfrentar a su mamá y a Chaewon en la misma habitación después de soltarlo todo en un momento de impulso.

—Chicas, gracias por venir. No tenían que molestarse. —Yoona recibió la canasta y en un momento Chaewon dudó si entregarle las flores o no, pero finalmente se las entregó.

—¿Cómo está? —preguntó Minjeong, ya que era la única que se atrevía a hablar.

—Adolorida, inflamada, sentimental y muy… Honesta. —Yoona soltó una risa por lo último, que dejó confundida a las dos chicas. —Ahora está durmiendo, pero debería despertar pronto. Las dejaré solas mientras voy a almorzar.

Yunjin escuchó todo y esperó una buena cantidad de segundos para asegurarse de que su mamá no estuviera ahí y finalmente abrió los ojos de golpe, asustando a las dos chicas que intentaban hacer todo sigilosamente para no molestar a la enferma. —¿Mamá se fue?

No hubo saludo ni nada más, para Yunjin esa era su única preocupación. Minjeong y Chaewon se miraron confundidas, pero luego le respondieron que ya estaban solas. Los hombros de la enferma se relajaron y con un gesto de dolor se acomodó en su cama. Minjeong se acercó a abrazarla y cuando Chaewon hizo lo mismo, Yunjin la obligó a darle un beso en los labios.

Chaewon todavía estaba en el proceso de acostumbrarse a la forma desinhibida que tenía Yunjin últimamente, pero no le disgustaba, por el contrario, la forma en que su corazón daba vuelcos dentro de su pecho cada vez que ocurría era muy adictiva.

—Sé mi novia.

—¿Qué?

Minjeong sintió que estaba sobrando en ese momento, pero la realidad era que nadie, además de Yunjin, se esperaba que algo así pudiera ocurrir en ese momento.

—Sé mi novia, Kim Chaewon.

Después del shock inicial, Chaewon aceptó y volvió a besar a su ahora novia. Yunjin se aguantó todo el dolor y correspondió al beso sin que nada más pudiera importar. Minjeong dio unos pasos para atrás, intentando darles un poco de privacidad.

Chaewon tomó las flores que antes las había retenido Yoona y se las entregó, haciendo del momento algo un poco más romántico.

—Felicitaciones.

Pasaron varios minutos en el que las dos estaban en su propio mundo y cuando escucharon a Minjeong recordaron que estaba ahí.

Después del bajón tras el subidón que significó el inicio oficial de la relación, comenzaron a conversar sobre el estado de salud de Yunjin. Ambas se habían enterado en la mañana del accidente y apenas pudieron ponerse de acuerdo, decidieron ir a visitarla.

—Queríamos ser las primeras en firmar el yeso.

—De momento no hay yeso, tiene que cicatrizar. Pero igual no hubieran sido las primeras. —Hubo un silencio que solo significaba que las dos querían saber quién le había ganado. —Jimin estuvo aquí, me hizo compañía por varias horas.

Minjeong seguía molesta con ella misma por el amargor que le producía no saber nada de la vida de Karina. Pero cada vez faltaba menos para el día en que todo ese tira y afloja tuviera que llegar a un final. La idea le producía ansiedad y un alivio al mismo tiempo, porque si la elegía, estaba segura de que tendrían la relación con la que tanto soñó y si el resultado era negativo, entonces podía ocuparse lo suficiente como para intentar superarlo. Se iría a Estados Unidos tras aceptar alguna de las cuantas becas deportivas que ya le habían ofertado y se concentraría en eso y en estudiar. Quizá allá podría conocer a otra chica que hiciera de las cosas un poco más sencillas y después de un tiempo Karina sería solo un recuerdo de su paso por Corea.

Se dio cuenta de que estaba muy perdida en sus pensamientos cuando recibió un golpe en la cabeza por parte de Chaewon. La pareja se burló de su falta de atención y la obligaron a incluirse a la conversación que ahora daba vueltas en el detalle de la cirugía de Yunjin.

Unos minutos más tarde, Chaewon se excusó para ir al baño y eso dejó a las dos amigas de infancia con un margen para conversar a solas. —Pensé que tenías un plan detallado de como querías que Chaewon se convierta en tu novia. —Minjeong ocupaba ahora el asiento al lado de la cama y Yunjin volteó un poco su cuerpo para poder mirarla y también para despertar algunos de sus músculos dormidos por estar tanto tiempo en la misma posición. —Tengo casi seis meses de recuperación, y me di cuenta de que no todas las cosas salen como uno planea. No se puede controlar todo. —Su tono de voz era de conformidad y un poco de decepción. —Pero conseguí a la chica. —Se animó rápidamente, formando una sonrisa genuina.

—Estoy muy feliz por ustedes.

Las dos se sonrieron en silencio, lo que demostraba lo mucho que se protegían y querían. De todas formas, Yunjin quería hablar de otra cosa, algo que sabía que Minjeong prefería conversar en privado con ella.

—Yo tengo el presentimiento de que tú también serás muy feliz.

—¿De qué estás hablando?

Yunjin se encogió de hombros únicamente para irritar a Winter con su misterio, pero de todos modos terminó por hablar. —Yo veo que en el último tiempo Jimin ha cambiado mucho. —Las dos habían tenido más de una conversación profunda que le indicaba eso. —Ya tendrán tiempo de hablar ustedes y vas a entender de lo que estoy hablando.

La siguiente pregunta se le quedó en el aire porque Chaewon ya estaba de vuelta y no fue capaz de mencionar el nombre de Karina frente a otra persona que no sea Yunjin.

Minjeong había quedado de almorzar con su mamá e invitó a Chaewon, pero la rechazó amablemente porque quería pasar el mayor tiempo posible con Yunjin antes de tener que volver a Naevis.

Caminó por los pasillos del hospital con el recuerdo de lo que había tenido que vivir hace poco tiempo con su abuelo y cuando finalmente el aire limpio y la brisa fría del exterior la tranquilizó, notó a una corta distancia que la persona que significaba todo lo anterior estaba ahí, caminando lentamente en su dirección sin todavía notar su presencia.

Miró atrás, pensando si era posible huir, pero ya era demasiado tarde. Karina ya tenía sus ojos fijos en ella y paró de golpe, imitando su accionar de mirar atrás para ver si podía evitar el encuentro. Las dos ya sabían que era algo inevitable y finalmente dieron la misma cantidad de pasos hasta estar a menos de un metro de distancia.

—Yunjin dijo que estabas por aquí.

A Jimin casi se le escapó un suspiro únicamente por escuchar su voz. No era lo mismo escucharla a lo lejos en una sala de clases a recibir sus palabras dedicadas directamente a ella.

—Me estoy quedando aquí unos días. —Hizo una pausa porque no podía decir todo de golpe. —Por unos asuntos familiares.

Minjeong asintió, quería preguntar, pero prefirió no hacerlo por respeto a la decisión que habían tomado las dos de darse un espacio para pensar las cosas. —Yunjin le pidió a Chaewon que sea su novia. —Decidió cambiar el tema drásticamente y definitivamente funcionó porque Jimin abrió la boca completamente y le dejó un par de golpes en su hombro por la emoción que le producía escuchar aquella noticia.

—¡Por fin! Siempre le dije a Yunjin que no podía planificar cada detalle, las cosas se iban a dar en algún momento. Están locas la una por la otra.

Se preguntó después de escuchar eso si creía que esa razón funcionaba para todo el mundo porque ella estaba loca por Jimin y eso debería ser suficiente para que pudieran estar juntos y ser felices. Se castigó mentalmente, se iba a volver loca si seguía pensando así.

—Si vas a entrar ahí. —Señaló al hospital. —Más te vale ir preparada para ser ignorada, ahora que están oficialmente juntas son demasiado.

Karina rio y jugó arrastrando la suela de su zapatilla contra el pavimento, algo que solía hacer cuando no sabía qué decir. No pasó desapercibido para Minjeong, quien decidió que era momento de dejarla ir. —Bueno, me tengo que ir. Mi mamá me está esperando para almorzar.

La otra chica asintió, pero ahora ninguna de las dos sabía cómo despedirse ¿Chocaban manos? ¿Un abrazo?

—Falta una semana para Navidad.

Así que las dos estaban contando los días como si fueran niños que esperaban recibir el mejor juguete del año.

—Ah cierto. —Probablemente no estuvo bien la falta de interés que demostró, pero era su forma de autodefensa por si las cosas salían mal.

Karina intentó omitir su dolor. —Había pensado que nos podíamos juntar el 25 en la mañana en el refugio. —Era un poco vergonzoso que después de aquella frialdad de parte de Winter, ella demostrase que ya tenía todo planificado para ese día. Minjeong asintió manteniendo la frialdad que pocas veces tenía. —¿Te parece a las diez?

—A las diez, por supuesto.

—Espero verte ahí. —Esa frase no era parte del plan, pero por la forma en que Minjeong finalmente soltó una sonrisa supuso que no estuvo tan mal decirlo.

—Yo también. —Minjeong apretó sus manos en puños, suprimiendo sus tontos nervios adolescentes y luego alzó su mano en un incómodo saludo de despedida.

Jimin la vio partir, sonriendo cuando la chica se dio una media vuelta para confirmar que seguía ahí. Su corazón estaba intranquilo, pero una parte de ella se relajó al presentir que el 25 estarían ambas seguras de una decisión similar. De estar juntas pese a lo difícil que eso podría llegar a ser.

Se sacudió el nerviosismo de encima y se entró al hospital dispuesta a soportar el exceso de amor del cual le advirtió Minjeong.

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Su tarde había sido tan perfecta que casi había olvidado que, al momento de que todas sus visitas se fueran, tendría que soportar el exceso de atención de sus mamás.

Yoona le ajustaba la almohada cada diez minutos y Yuri hablaba sutilmente sobre distintas universidades en la capital, recibiendo simples asentimientos de parte de su hija. —También podrías estudiar en Japón. —Sugirió en un momento de desesperación.

—Nuestra hija no se va a ir a Japón. —Yoona sostenía un vaso para que Yunjin pudiera tomar agua.

—¿China?

—No hablo Chino… Ni japonés.

—Estados Unidos entonces. —Yuri dejó los folletos en la mesita al lado de la cama de Yunjin, con la esperanza de que los lea cuando esté sola. —Puede que Minjeong estudie allá, podrían vivir juntas.

“No creo que Minjeong se vaya” pensó Yunjin, con un pequeño presentimiento, tras haber compartido parte de la tarde con Minjeong y también con Jimin. —No me voy a ir a ninguna parte, les tengo que contar algo.

Sus mamás tomaron asiento, mirando a la menor expectantes de escuchar que todo el tema de no querer ir a la universidad era una broma o quizá un impulso debido a la anestesia. —Chaewon y yo estamos saliendo. Oficialmente, es mi novia. —Detalló, con las mejillas enrojecidas y una gran felicidad en el rostro.

Las dos se miraron por un segundo, no era la noticia que estaban esperando escuchar. La gran novedad solo confirmaba que esa confesión que había hecho bajo los efectos de la anestesia había sido cierta, así también las sospechas que tenía Yuri sobre la relación entre su hija y Chaewon.

—Me pone muy feliz. —Yoona fue la primera en reaccionar, besando la frente de su hija. —No está de más decir que tienes todo nuestro apoyo. Mientras tú seas feliz y estés enamorada, nosotras estaremos totalmente conformes y a favor de esta relación. —No podía abrazarla por el temor a hacerle doler, así que simplemente besó su frente.

—Si te rompe el corazón, la demando.

Madre e hija se rieron por la seriedad con la que Yuri dijo eso, pero las dos estaban acostumbradas a su forma de ser y sabían que era su manera de demostrar el cariño. —Gracias mamá. —Yunjin estiró su mano buena para que se le pueda acercar y haga como Yoona, dejando un beso en su frente.

Por un momento ahí, Yunjin se sintió como una persona normal. Casi como si se hubiera devuelto años atrás y nada malo hubiera ocurrido con su familia. Le dieron ganas de llorar, pero de felicidad, aunque lo contuvo porque ya había llorado en exceso las últimas 24 horas y no quería asustar a sus mamás.

—¿Es esa la razón por la cual no quieres ir a la universidad el próximo año? —Yuri supuso que no perdía nada en preguntar.

—Eres insoportable.

La castigó Yoona, quien creía que Yuri ya estaba llevando el tema muy lejos porque de momento Yunjin parecía no estar lista para cambiar de opinión.

—No es por eso. —Ninguna de las dos le había preguntado directamente el verdadero motivo por el cual no quería ir a la universidad y eso había sido lo más directo. —De hecho Chaewon quiere venir a estudiar acá. Quiere ser cirujana igual que Minjeong.

Yuri sonrió, era una buena carrera y aunque le daba igual qué era lo que quería estudiar la novia de su hija, había una especie de tranquilidad al saber que tenía planes serios para su futuro. —¿Y entonces? ¿No quieres ir con tu novia? Podrían estudiar en la misma universidad, así pasarán más tiempo juntas.

—Sí, esa es una buena idea. —Yuri pensó que había ganado. —Solo que no será el próximo año. La verdad es que no tengo ni idea de lo que quiero estudiar

El silencio indicó que no era lo que esperaban escuchar. Yunjin siempre fue una estudiante modelo, de esas que no se tenían que matar estudiando para obtener buenos resultados porque todo siempre se le daba muy bien. Destacaba en números, sus ensayos siempre eran elogiados por sus profesores, los experimentos científicos siempre tenían resultados satisfactorios, tenía un talento natural innato y también destacaba dentro del grupo de las porristas.

Pero nada la apasionaba.

—Puedes estudiar negocios, algún día necesitaré una mano derecha para dirigir todo.

—Esa es demasiada presión para poner en una niña. —Yoona juntó sus cejas mientras veía a su esposa. No estaba de acuerdo en arrinconarla de esa manera. —Además, también puede estudiar algo relacionado con las artes como hice yo.

—Ambas estarían bien. —El comentario de su hija las sorprendió. —Me he puesto en esa situación y ambas cosas se me darían muy bien, pero también podría hacer otra. No me quiero arrepentir de nada y si me lo permiten me gustaría esperar un año para pensar bien lo que quiero hacer.

El hecho de que Yunjin no estuviera cerrada a ir a la universidad era algo que las relajaba a las dos. Probablemente su conversación debió comenzar de esa forma y no con ellas, asumiendo que su hija se volvería una hippie que se dedicaría a viajar por el mundo gastando el dinero de su familia.

Las dos se comunicaron con la mirada y asintieron al mismo tiempo. —Está bien, puedes esperar un año y explorar tus oportunidades. —Yoona fue la portadora de la noticia.

—También les quiero pedir otra cosa. —El silencio le indicó que podía seguir hablando. —Me gustaría pasar ese año en Naevis. No me quiero volver a mudar.

Yunjin lo había pensando bastante. Era obvio que una vez termine la escuela, ella y Yoona tendrían que volver a Seúl a su antigua casa porque las universidades estaban ahí y Yuri no podía seguir yendo y viniendo con todo el trabajo que tenía. Pero la verdad era que si se tomaba un año, Yunjin quería estar alejada de todo el caos que podría significar la reconciliación de sus mamás.

—Por supuesto que no. —Yoona puso su mano sobre la de su esposa para intentar tranquilizarla. —Sigues siendo menor de edad y nosotras pagamos por todas tus necesidades, si tu mamá y yo estamos viviendo en Seúl tú tienes que estar con nosotras.

—No puedes vivir sola y yo no puedo seguir viviendo en Naevis.

—Hablé con Seohyun y.

—¡¿Seohyun?! —La mención de la dentista fue lo que terminó con la paciencia de Yuri. —¿Desde cuándo esa mujer tiene peso en las decisiones de nuestra hija? —La pregunta iba dirigida a Yoona y Yuri se tomó el tiempo de enfatizar las palabras “Esa mujer” y “Nuestra hija”

—No le hables así a mamá. —Yunjin tenía miedo y su voz salió más baja de lo que pensó porque ninguna de las dos la escuchó.

—Sabes que ella vivió un tiempo con nosotras y se preocupa mucho por Yunjin.

Yuri soltó una risa sarcástica. —¿Y así eres capaz de decirme que no pasó nada entre ustedes? —Era como revivir cada una de las peleas que escuchó desde su habitación, solo que ahora ninguna de las dos se molestaba en censurarse.

—¡Porque nada pasó! —Después de mucho, Yoona perdió la paciencia y elevó su tono de voz para igualar el de su esposa. —¡Es mi amiga!

—Si fuera solo una amiga, no se hubiera aprovechado de tu vulnerabilidad e irse a vivir contigo e intentar ganarse a nuestra hija.

—¿Estás loca? Fui yo quien la invitó a vivir con nosotras y Yunjin estuvo de acuerdo.

La menor se hundía cada vez más contra el colchón y sentía que los analgésicos perdían su eficacia porque todo comenzaba a dolerle.

—Entonces eso no te hace mucho mejor.

—¿Mucho mejor? —Yoona estaba indignada y se acercó a Yuri. —¿En qué me convierte eso? ¿En una puta? ¿En una infiel? Porque no lo soy Kwon Yuri y nuestra hija es testigo de todo eso.

—No la uses en esto. —Yuri apuntó a Yunjin. —Eres mi esposa, y aunque no estuviéramos viviendo juntas, nunca lo dejaste de ser.

—¡¿Puedes dejar de ser tan hipócrita?! —Las dos se callaron cuando escucharon la voz de su hija. Recién ahí cayeron en cuenta de que estaba en la misma habitación y que escuchaba absolutamente todo lo que ellas se estaban prácticamente gritando. —Mamá no hizo nada con Seohyun. —El corazón le latía tan fuerte que creía que en cualquier momento tendría que llegar una enfermera a monitorear su ritmo cardíaco. —Mamá nunca te hizo nada y tú la sigues atacando como si no fueras tú quien destruyó nuestra familia.

—Yunjin, suficiente.—Fue Yoona quien intentó detener a su hija, pero no lo logró. —¡No! Suficiente ustedes dos ¿Sabías que mamá te engañó con una de sus modelos?

—¿De qué estás hablando? —Yunjin nunca pensó que Yuri fingiría ese tipo de demencia. Ella y Yoona se miraron como queriendo encontrar explicación a lo que decía su hija, pero Yunjin era un enigma.

Había tensión en el aire, Yuri tenía sus manos en su cintura y Yoona las cruzó sobre su pecho. Yunjin por su parte, era la más expuesta al estar inmóvil en la cama del hospital. —Encontré las fotos que te dedicaba. Lo sospeché desde que me la presentaste en el verano por la forma en que te pusiste nerviosa.

Yoona se tensó por completo, su mandíbula destacaba en su rostro y por primera vez Yuri se veía verdaderamente afectada.

—¿Le presentaste a esa mujer a nuestra hija?

La pregunta le indicó a Yunjin que su mamá ya sabía del tema, lo cual le sorprendió porque eso significaba que pese a la infidelidad, ella había decidido perdonarla.

—No fue mi intención. Ella insistió en estar ahí.

El resto fue silencio. Ninguna de las tres se atrevió a hablar, parecía que cada una de las integrantes de la familia estaba trabajando mentalmente en qué decir después. Yunjin quería tener el poder de leer los pensamientos de sus mamás porque ahora no entendía lo que estaba pasando.

—Está bien. —Soltó Yoona, soltando la tensión de sus hombros. —Está bien. —Repitió mirando únicamente a Yuri, quien asintió suavemente. Yunjin odiaba la capacidad que tenían las dos de comunicarse con miradas o con palabras que para ella no tenían sentido, llevaba toda su vida viviendo con ellas y todavía no lograba descifrar ese lenguaje secreto que tenían.

—La mujer que conociste no es mi amante ni nunca lo fue. Es cierto que tu mamá y yo tuvimos un muy mal momento como pareja, pero nuestro quiebre no fue por infidelidad. —Yuri se acercó a su hija, tomando su mano pese a que la respuesta inicial de Yunjin fue intentar rechazarla. —Las relaciones se desgastan y ocurren problema, surgen inseguridades, pero las estamos trabajando porque no queremos volver a estar separadas. Cuando pasas muchos años junto a alguien y formas una familia como lo hicimos nosotras te das cuenta de que todo lo que haces no solo tiene consecuencias individuales, sino que también afectan a las personas que son parte de tu vida. —Yunjin estaba un poco preocupada porque esos discursos tan sentimentales no eran algo típico de su mamá, siempre era Yoona la que se dedicaba a eso y Yuri era la encargada de aportar con realidad y seriedad. —Tu mamá y yo hemos tomado demasiadas decisiones juntas y probablemente la que más deseamos y por la que más luchamos fue por tenerte en nuestras vidas.

La suavidad de su tono de voz la asustaba un poco, intentó buscar a su mamá Yoona para intentar buscar una explicación de lo que estaba escuchando, pero su mamá estaba mirando al suelo, evitándola.

—Con mamá lo intentamos mucho, pero los tratamientos no funcionaban.

—¿Qué?

Comenzaba a intuir por dónde podía ir la confesión ¿Pero cómo podía ser eso real? Necesitaba escuchar más antes de que su cabeza explote.

—Un día conocí a Jinah, quería ser modelo y tenía todos los atributos para conseguirlo, excepto por uno. —Hubo un suspiro que para ella duró tres años. Sentía que todo iba en cámara lenta. —Estaba embarazada.

—No. —Yunjin ya lo había entendido todo, miró a Yoona, pero seguía evitándola. —Mamá. —La llamó y por fin alzó la mirada, Yunjin se sentía destruida cuando sus ojos le confirmaron que sus sospechas eran ciertas.

—Nosotras decidimos adoptarte. —Jamás pensó que escucharía algo así, sabía que no había absolutamente nada malo con ser adoptada, pero claramente lo era cuando te habían convencido toda la vida de que eras hija biológica del matrimonio. —Eso no cambia nada, todo lo que te amamos, nosotras somos tus mamás.

Yunjin soltó lentamente la mano de Yuri y la posicionó sobre su pecho. —Jinah quería conocerte, pero en realidad solo me estaba chantajeando para conseguir portadas y contratos. Ya no trabaja directamente conmigo y su contrato finaliza en un par de meses.

—¿Por qué no me lo dijeron antes?

De todas las preguntas que tenía atragantada fue esa la única que logró decir. —No queríamos hacerlo porque no pensábamos que fuera necesario.

—No te lo contamos porque pensé que no me ibas a querer como una madre. Me ha costado años luchar contra esa inseguridad. —Yoona finalmente habló. —Yuri te lo quiso decir desde un principio, pero yo no la dejé. Pensé que tenía una amante, pero solo estaba intentando ocultarme que Jinah quería conocerte. No tienes que odiar a tu mamá, la culpa es mía.

—Quisiera estar sola.

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N/A: El capítulo tenía que ser más largo, pero no quería alargar su espera. De todas formas me pondré en campaña estos días para avanzar en modo flash. Quería contarles también que en 2 o 3 capítulos la historia llega a su fin.

¡Gracias por el apoyo! Nos leemos prontito.