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Naevis era sin duda un pueblo muy tranquilo, nadie se metía directamente en la vida de los demás, pero todos conocían los detalles de cada persona. La gente competía por quién tenía la casa más grande o el auto más nuevo, pero nadie hablaba directamente de eso. Era solo parte de un juego silencioso.

Los hijos de esos hombres y mujeres tenían una plaza asegurada en SM, una escuela privada y de las más prestigiosas del país. En ese lugar la educación era de excelencia y se prestaba particular atención a los deportes y la vida sana.

La escuela estaba dividida en dos grandes edificios, uno para mujeres y otro para hombres, existiendo solo algunas zonas en las que se les permitía compartir.

En el mundo microscópico de SM existían fronteras invisibles trazadas por la popularidad que eran tan sólidas como los muros de aquella escuela. La regla era clara y simple: Los populares se juntaban con populares y ya. Aquella regla existía hace años y ninguna generación había sido capaz de saltarla.

Era por reglas como esa que Lee Jeno, el chico guapo y capitán del equipo de basquetbol, terminaba emparejado con Karina Yoo, la capitana del equipo de porristas. Era como si estuvieran predestinados a estar juntos y cuando finalmente se hizo realidad, no sorprendió a nadie pese a que todos hablaban de lo perfectos que se veían juntos.

Karina había cumplido recién los 14 años cuando un día se encontró con Jeno a la salida de la escuela y como si fuera parte de un matrimonio arreglado, Karina sabía que había llegado su momento de comenzar a salir con el chico que todos creían que debía salir.

Y así había sido desde entonces, la pareja se había ganado los corazones de todos los estudiantes. Eran simplemente perfectos y ninguno de los dos se podía quejar, ambos habían conseguido la popularidad máxima y con el tiempo habían conseguido quererse sinceramente.

El año anterior algo amenazó con esa estabilidad: La llegada de Yunjin. La chica había llamado la atención de todos, apenas pisó la escuela. Hace mucho una estudiante nueva no había provocado aquel efecto en los estudiantes. La chica tenía proporciones perfectas, era un poco misteriosa, tenía talento musical y además había pasado las audiciones para ser porrista en su primer intento (algo que no se logra con facilidad) todos esperaban que ella y Jimin se volvieran enemigas naturales en busca de la popularidad máxima, pero ocurrió todo lo contrario.

Yunjin no tenía interés alguno en pelear por ser la reina de la escuela. Su único propósito era pasar desapercibida y hacer las cosas que más le divertían. Jimin nunca había conocido a alguien así en SM y rápidamente se volvieron cercanas.

Jeno había estado en una situación similar al inicio de ese año. Un chico nuevo llegó a principio de semestre y rápidamente llamó la atención de todas las chicas.

Jay Park era el nuevo chico favorito de la escuela. Guapo, carismático y buen estudiante. Jay era todo lo que una chica pudiera desear y no fue sorpresivo su ingreso al equipo de basquetbol de la escuela. Pero a diferencia de lo que había ocurrido entre Karina y Yunjin, Jeno siempre le tuvo un poco de resentimiento al chico. Compartían equipo, algunos amigos, pero no por eso se llevaban bien.

Desde el primer día de su llegada, todo el mundo llegó a una conclusión: Jay Park y Yunjin Kwon serían la pareja perfecta. Tristemente, eso solo se había convertido en un deseo que no se había hecho realidad.

Eso hasta hoy.

Algunos cuellos sonaron tanto doblarse para ver a dos de los favoritos de la escuela caminando tomados de la mano en la escalera de la entrada.

Ambos eran conscientes de las miradas y de la gente murmurando sobre su icónica entrada. Jay tenía las mejillas un poco rojas por el exceso de atención y Yunjin sonrió porque era una imagen adorable y la escena no hizo más que encantar a todos los estudiantes que veían atentamente cada uno de sus movimientos.

—Vaya, la hipocresía. —Giselle fue la única que escuchó a Karina decir eso. La porrista los observó por unos segundos más y decidió entrar a la escuela, no podía creer que Yunjin había fingido todo ese tiempo no tener interés en el chico cuando claramente había algo entre ellos.

Yunjin vio a su grupo de amigas a la distancia y notó la forma en que Karina se había retirado de la escena con un rostro molesto. Sabía que le debía una explicación.

—¿Deberíamos darnos un beso? —La pregunta de Jay la distrajo de lo que estaba viendo y finalmente le prestó su atención al chico nuevamente.

—No sé si estoy lista. —Yunjin se escuchaba realmente nerviosa, pero para los espectadores no se trataba más de una linda y adorable interacción entre la nueva pareja favorita.

—¿Crees que Chaewon se moleste? —preguntó el chico educadamente, aferrándose a la correa de su mochila. Yunjin miró a su alrededor, notando que la chica no se encontraba entre su público. Además, Chaewon no tenía derecho a protestarle absolutamente nada.

—No. —Contestó finalmente. —¿Crees que Jungwon se moleste? —La mención del chico hizo sonreír a Jay, quien hizo el mismo ejercicio que hace poco había hecho la porrista. La diferencia era que el chico efectivamente estaba ahí parado viendo a la pareja.

Yunjin también lo vio y fue ella quien decidió estarse un poco y dejar un suave beso en la mejilla de Jay, acción que hizo suspirar a algunas chicas. —Nos vemos después del entrenamiento. —Dijo antes de entrar a la escuela e irse a su bloque.

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El profesor de matemáticas les pidió que se sienten junto a sus compañeras de la actividad anterior y por suerte para Jimin, esa era Kim Minjeong.

—Qué suerte la mía. —Le susurró a la futbolista y en ese momento, Minjeong aceptó que jamás se acostumbraría a lo coqueta que podía ser Jimin.

De un principio supo que era una persona directa, pero esto era un nivel superior y creía que no se iba a poder acostumbrar tan rápidamente.

Por suerte para su salud mental, Jimin estuvo la mayor parte de la clase concentrada en las explicaciones del profesor. Minjeong se había dado cuenta de que las matemáticas no eran el fuerte de la chica y por esa razón era la clase en la que más se intentaba concentrar.

Luego de la parte teórica, les entregaron unas guías para trabajar. —Pueden hacerlo con sus parejas. —Anunció el profesor antes de tomar asiento y concentrarse en sus propias cosas.

—Bueno, y vamos a hablar del tema del día, o probablemente del año.

Minjeong no sabía de lo que estaba hablando y Jimin rodó los ojos. —Yunjin y Jay entrando juntos en la mañana. No puedo creer que haya tenido el descaro de negarmelo en la cara y después mostrarle a toda la escuela que están juntos.

Esa mañana Yunjin le había avisado que no iba a irse con ella a la escuela porque iba un poco atrasada, jamás pensó que se podía tratar de algo de ese estilo. —No me digas que no tenías idea porque te dejo de meter gomitas en el casillero. —Winter soltó una risita y luego se volteó a ver el resto de la clase. Chaewon no había asistido y todo parecía extrañamente sospechoso.

—No todo tiene una explicación lógica. —Las palabras de Minjeong no le hicieron mucho sentido, ella solo sabía que Yunjin le había mentido en la cara y necesitaba una muy buena explicación si quería que su amistad no se vea afectada. —Estoy segura de que Yunjin sabrá explicarte.

—Más le vale. —Contestó entre dientes antes de volver a concentrarse en la tarea que les habían dejado. —¿Por qué no vienes hoy a mi casa para que me expliques esto?

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Cuando llegó el primer periodo libre, el grupo de porristas se reunió en una de las bancas del patio. —Bueno, bueno. —Por supuesto que sería Giselle la primera en romper el hielo. —Pequeña Yunjin ¿Por qué nos tenías guardado ese enorme secreto? ¡Jay! El guapo, talentoso y perfecto Jay ¡Yo jamás lo hubiera ocultado!

Yunjin no pudo evitar mirar a Karina, había algo de vergüenza en su mirada y Jimin creía que vergüenza era lo mínimo que debía sentir tras haberle negado en más de una ocasión que entre ella y Jay ocurría algo más que una amistad.

—Supongo que no queríamos decir nada hasta estar seguros. —Yunjin habló un tono más bajo de lo habitual, pero nadie además de Jimin lo notó. Giselle abrazó a su amiga y le dejó un beso en la mejilla. —Se ven guapísimos juntos, si te llega a hacer algo yo seré la primera en romperle la nariz.

Yunjin soltó una risa que no se reflejó en su mirada y Jimin se excusó para ir al baño. Era obvio para Yunjin que su amiga estaba enojada.

Jimin no estaba soportando el nivel de hipocresía y decidió que lo mejor era salir de ahí antes de decir algo de lo que se podía arrepentir. En su camino por los pasillos se encontró con Minjeong y al ver que nadie les estaba prestando atención decidió agarrarla del brazo y arrastrarla con ella hasta el baño.

Las dos comenzaron a reír y Jimin la empujó hasta uno de los cubículos, cerrando la puerta para poder empujarla contra la pared y así comenzar a besarla. La futbolista se sorprendió por la agresividad con la que la había tomado.

Winter no sabía qué la tenía tan molesta, pero rápidamente se ajustó a la velocidad de sus labios y correspondió a su beso de la misma forma. Al pasar de los segundos, Jimin comenzó a sentir el relajo que le producía estar con Minjeong y el beso se transformó en uno lento, suave y romántico.

Todo era perfecto, hasta que ambas escucharon la puerta principal abrirse y Jimin la empujó torpemente para que se suba a la taza del baño y nadie note que habían dos personas en un mismo cubículo.

—Karina, sé que estás aquí. —Ambas se quedaron tiesas al escuchar la voz de Yunjin. Jimin puso su mano sobre la boca de Minjeong para que no se escucha ni su respiración y aclaró su garganta.

—No quiero hablar contigo.

En silencio escucharon los pasos de Yunjin dentro del baño y notaron que había cerrado la puerta del baño con pestillo. Jimin se maldijo por no haber pensado en eso antes de meterse ahí con Winter.

Los pasos se volvieron a acercar, Yunjin probablemente estaba parada cerca del cubículo donde estaban ellas.

—No tienes que decir nada, solo escúchame.

El silencio hizo que Yunjin comience a hablar. —Yo jamás te mentí, Karina. Jay y yo solo somos amigos. Estamos fingiendo ser novios porque está recibiendo amenazas. —Yunjin jugaba nerviosamente con sus dedos y Karina solo notaba la inseguridad de su voz. —No te puedo decir todo porque sería contarte secretos sobre Jay y yo respeto mucho la confianza que tenemos él y yo.

Karina le dedicó una mirada confundida a Minjeong quien simplemente negó con movimientos de cabeza, ella no tenía ni idea de lo que estaba hablando. Jamás habían hablado sobre Jay.

—Yo solo estoy ayudando a Jay. —Yunjin ahora se quedó en silencio, nerviosa por la falta de respuesta y si bien le había dicho a Karina que podía no decir nada, esperaba que no le hiciera caso. —Y su compañía me hace bien.

Yunjin tiró los hilos de su sweater nerviosamente, su mamá la regañaría por eso, pero era una forma de afrontar la ansiedad que sentía. —A mí no me gusta Jay porque estoy enamorada de otra persona. —Su voz se escuchaba temblorosa y Minjeong sintió la fuerte necesidad de salir de ahí y apoyar a su amiga con un abrazo, pero Jimin se lo impidió. —Y me duele mucho. —Yunjin ya estaba llorando, las dos lo notaron por su tono de voz. —Porque ella no está enamorada de mí. —Minjeong sintió orgullo de la chica que sacaba la voz desde el otro lado, sabía que para Yunjin no estaba siendo fácil el descubrirse a ella misma y aceptar quién es, y finalmente lo estaba haciendo. Jimin levantó la mirada para hacer contacto visual con Minjeong, demostrando que estaba totalmente sorprendida por la confesión que estaba haciendo la otra chica.

—Estoy enamorada de Kim Chaewon, pero a ella no le gusto de la misma forma. —De alguna forma, decir eso en voz alta significó aceptar que tal vez era momento de comenzar a trabajar en olvidarse de la futbolista, sobre todo ahora que Minju volvía a ser parte de su vida.

No sabiendo qué más decir, decidió darse la media vuelta y caminar hasta la puerta para irse de ahí, sintiéndose triste de no recibir apoyo de parte de su amiga.

Jimin sacó su mano de la boca de Minjeong y le indicó que no se mueva de ahí.

Yunjin sintió que se le devolvió el alma al cuerpo cuando vio a Karina frente a ella, su rostro era más delicado, totalmente opuesto a esa mirada que le había dado antes y sintió que no había problemas entre ellas.

—¿Entonces no me has mentido?

—No. —Yunjin se acercó a su amiga con tímidos pasos. —Te prometo que no.

Y Karina le dio un abrazo, sin saber que era lo que Yunjin más necesitaba. Yunjin sentía que el peso de sus secretos estaba pudiendo con ella y comenzó a creer que tal vez podía contarle todo lo que le estaba pasando, sin dejar ningún detalle fuera. —Chaewon es una estúpida por no darse cuenta de lo que está perdiendo.

Jimin le limpió las lágrimas y la volvió a abrazar, susurrando suaves palabras que le confirmaban a Yunjin que no pasaba nada malo y que para ella Yunjin seguía siendo la misma persona que tanto quería.

En su intento de ver lo que estaba ocurriendo, Minjeong resbaló y para no caer al suelo apoyó todo su cuerpo contra un costado del cubículo, haciendo un ruido que no pasó desapercibido por ninguna de las dos.

—¿Qué fue eso? —Yunjin se intentó soltar del agarre de Karina para ir a comprobar la fuente del ruido, pero Jimin la agarró fuerte para impedirle moverse. —Creo que hay alguien ahí. —Insistió, pero Jimin la tomó del brazo para que pudieran salir del baño.

—Quizá fueron las cañerías, no había nadie cuando entré. —Le explicó mientras salían. —Vamos a la cafetería, te voy a comprar unos chocolates.

Minjeong esperó un par de minutos antes de salir del baño, no quería levantar ningún tipo de sospecha y por suerte nadie se interesó mucho en ella mientras salía de ahí y caminaba hasta la cafetería. Se sentó con su grupo de amigas y Yoon le ofreció algunas galletas.

—¿Tú sabes por qué no vino Chaewon?

Para la futbolista era más fácil que Yoon o Yizhuo supieran por qué Chaewon estaba ausente ese día. Era claro para todas que las dos no estaban pasando por un buen momento de su amistad y si alguna pudiera saber el motivo de su ausencia, probablemente no sería Minjeong.

Minjeong les contestó que no tenía idea y se dedicó a robar comida de las chicas. Al pasar los segundos, notó que la atención seguía puesta en ella. Las dos no dejaban de verla y al principio no entendía nada, después de una pequeña reflexión creyó saber a qué se debían.

Las chicas querían saber sobre el chisme que toda la escuela comentaba. Por supuesto que creían que Minjeong conocía cada detalle sobre la nueva pareja favorita de la escuela, pero la verdad era que ella sabía lo mismo o menos que ellas.

—Mis labios están sellados. No diré nada. —Pero tampoco podía evitar sentirse dejada de lado, creía que ella y Yunjin se contaban todo y ahora lo único que sabía de su supuesta relación con Jay era lo que había oído entre su conversación con Karina.

Minjeong dedicó el resto de su mañana a prestar atención en clases, ignorando inevitablemente así a Yunjin. No fue a propósito, pero tampoco la buscó para tener las conversaciones esporádicas que solían tener durante su jornada escolar.

Ese día tenía entrenamiento y se reventó. El entrenador Park las obligó a entrenar como locas porque se veían un par de partidos competitivos. Estaban arriba en la tabla de posiciones de la liga escolar, pero perder dos partidos significaba terminar muy abajo y nadie quería eso.

Ni siquiera la lluvia que rompió en la tarde detuvo al entrenador de seguir con sus ejercicios y al final del entrenamiento todas estaban completamente mojadas y agotadas.

—¡Me quiero morir! —Exclamó una empapada NingNing. Sus piernas temblaban por el cansancio y Minjeong la levantó del suelo con lo poco y nada de energía que le quedaba. —Odio a Chaewon, se salvó del peor de los entrenamientos. —Minjeong la escuchó quejarse durante todo el camino hasta los cambiadores. La china y ella se cambiaron rápidamente de ropa porque lo único que querían era llegar a casa y darse una ducha con agua caliente, las de la escuela no estaban funcionando.

Winter esperó a que su amiga se vaya para pasar por el gimnasio donde solían practicar las porristas. Tenía una conversación pendiente con Yunjin, pero también quería ver la capitana, no podía negarlo.

Observó el gimnasio, notando que estaba completamente vacío, excepto por la señora que limpiaba el lugar. Intrigada por la falta de personas, se acercó a preguntar qué había pasado con las porristas.

Su entrenamiento había terminado antes por el problema que había con el agua y para evitar que salgan justo en el momento que se desate la tormenta, el cual era exactamente en ese momento. Sufrió internamente porque el entrenador Park jamás las hubiera dejado irse antes y aceptó que tendría que caminar solitariamente hasta casa.

Caminó lo más rápido posible, las gotas de lluvia chocaban contra su cuerpo y el agua ya había traspasado por completo su ropa. Le temblaba la piel por el frío que sentía y maldijo internamente a sus mamás por su prohibición de usar su auto los días de clases.

En el momento en que entró a su casa se veía exactamente como un cachorro que había sido abandonado en la calle en medio de la tormenta.

Taeyeon la mandó inmediatamente a darse un baño caliente, temiendo que podría enfermarse. Minjeong lo hizo sin protestar porque tenía tanto frío que creía que eso era lo único que podía ayudarla a entrar en calor.

En la espera, Tiffany le pidió a Jieun que le prepare un caldo caliente para evitar un resfriado y porque sabía que su hija podía tener hambre después del entrenamiento.

Apenas sintió el chorro de agua caliente chocar contra su cabeza se le erizó por completo la piel. Su cuerpo pasó de un extremo al otro y obtuvo una reconfortante sensación.

La vida de Minjeong había cambiado mucho en los últimos meses, al principio estaba reacia a exponerse a esos nuevos ajustes, pero ahora estaba cada vez más agradecida de estar viviendo ahí. Había encontrado nuevas amigas, (incluyendo a Chaewon, pese a estar pasando por un mal momento) se había reencontrado con la persona que creció, pasaba más tiempo junto a sus mamás, aprovecha a su abuelo lo máximo posible, era la figura de su equipo de fútbol y además, creía estar enamorada por primera vez.

No estaba segura si estaba siendo demasiado optimista o no, pero creía que a partir de ese momento las cosas solo podían mejorar.

Salió de la ducha sintiéndose un poco aletargada, agradeció mentalmente que su mamá le haya dejado ropa sobre su cama, al parecer la había metido a la secadora y se encontraba tibia, abrazando su cuerpo con la suavidad y calidez.

Bajó las escaleras lentamente y se fue a la cocina en busca de algo caliente para tomar algo caliente. —Jieun te hizo una sopa. —Tiffany la estaba esperando, sirviendo una porción de sopa para su hija, quien tomó asiento para comer en la cocina. —No debieron entrenar en la intemperie, te vas a enfermar. —Su mamá se sentó junto a ella para que así su hija no coma sola.

Minjeong solo asintió, concentrada en tomar su sopa, mientras que sus pensamientos se fueron a Yunjin y la conversación que había tenido con Karina en el baño. Ella no tuvo que haber escuchado esa charla, Yunjin no tenía idea de que ella estaba oculta en uno de los cubículos, pero eso ya no se podía cambiar.

Por supuesto que estaba orgullosa de ella, creía que se había quitado un enorme peso de encima al decirle a una de sus amigas lo que le estaba pasando. Todavía estaba conociendo a Karina, pero creía que sería una buena amiga a la hora de bridarle todo su apoyo y contención a Yunjin. El problema era que ella ya no podía interferir, porque eso significaría tener que confesarle a Yunjin que había escuchado todo y eso también significaba explicar qué hacía encerrada en un baño con Jimin.

Tiffany comenzó a acariciar el rostro de su hija, preocupada por lo acalorada que la sentía y empezó a temer que pudiera tener fiebre. —Después de esto te vas directo a la cama. —Conocía el cuerpo de su hija como si fuera el de ella y podía notar cuando estaba cerca de enfermar.

—Tengo que hacer deberes. —Respondió un poco desanimada, aunque en el fondo lo único que le interesaba era poder ir a casa de su vecina esa noche.

—No sé si podrás ir a clases mañana, no tienes buena pinta.

La joven miró a su mamá de pies a cabeza, su mamá lucía ropas casuales y no parecía la estilosa Tiffany de siempre. —¿Vas a ir así a la reunión de padres? —su noto juzgón no fue del gusto de su mamá, quien no tuvo tiempo de quejarse porque saltó de su silla, recordando de pronto que ese día tenía que ir a la escuela para la reunión de padres.

—¡No puede ser! —Gritó mientras caminaba afuera de la cocina. —¡¿Kim Taeyeon, ya te bañaste?! —Minjeong no pudo no soltar una risotada, sus mamás podían ser muy divertidas cuando actuaban como dos niñas.

Minjeong se obligó a tomarse el resto de sopa y simplemente observó a sus mamás arreglarse para ir a la escuela, al parecer querían destacar en su primera reunión con los demás padres.

Por su parte, ella quería mantenerse bien para poder cruzar la calle y estar con Jimin durante lo que dure la reunión, pero cada segundo se sentía un poco más enferma y decaída.

Sintió que se tuvo que arrastrar hasta llegar a su habitación, se tiró sobre la cama y comenzó a contemplar el resto de su vida desde ahí.

No tuvo mucho tiempo para seguir viviendo su momento de protagonista dramática cuando sintió que alguien abría la puerta de su habitación, inicialmente no decidió ni mirar pensando que seguramente era Jieun, ya que sus madres ya se habían ido, pero después los silenciosos pasos llamaron su atención. Su sonrisa no se pudo ocultar cuando se encontró con su porrista favorita parada frente a ella. —Me dijeron que alguien necesitaba una enfermera ¿Serás tú?

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N/A: El capítulo era más largo originalmente, pero no quería hacerles esperar más:( intentaré que el próximo no demore tanto y muchas gracias por todos los comentarios.