────────────────────────────────────

La cantidad de personas que se vio afectada por el beso (además de las implicadas) ascendió a tres: NingNing, Jimin y Yunjin. Ningning se sintió traicionada y los celos le calentaron el rostro, Jimin tuvo ganas de llorar de forma inmediata y después el corazón le dolió de una forma que nunca antes había sentido y finalmente Yunjin supo de inmediato que nada bueno podía salir de lo que acababa de observar.

El resto de las compañeras gritaba y aplaudía la valentía de las dos chicas, quizá era debido a todo el alcohol que habían consumido, pero a ninguna pareció molestarle el hecho de que dos de sus compañeras se habían besado frente a ellas.

Las dos volvieron a sus asientos sin darle mayor importancia a lo que acababan de hacer, pese a que Minjeong sabía muy bien el motivo por el cual decidió intensificar ese beso frente a todas sus compañeras, específicamente frente a Jimin.

Chaewon le susurró al oído a Yunjin que creía que las cosas no iban a terminar bien si las cosas seguían así y las dos decidieron que lo mejor sería llevarse a sus compañeras de cabaña de vuelta a dicho lugar. Yunjin esperó un par de retos más antes de volver a levantarse y caminar hasta donde estaba Karina. La capitana tenía un rostro rígido y su vaso que había sido rellenado hace poco ahora se encontraba completamente vacío. Yunjin sabía que esas no eran buenas noticias porque su amiga era la que nunca bebía cuando salían de fiesta.

Yunjin la tomó del brazo para llamar su atención y le pidió que se fueran porque ya era tarde y la nieve comenzaba a caer cada vez más fuerte. Al principio Jimin se rehusó, quería quedarse ahí y seguir bebiendo con sus compañeras, pero después de un largo discurso sobre lo mal que le haría beber toda la noche logró convencerla.

Para Chaewon no fue muy difícil convencer a Minjeong de devolverse, la pobre estaba con mucho sueño y el alcohol se le había subido a la cabeza, era muy fácil hacerla entrar en razón.

Las dos se esforzaron en llevarlas sanas y salvas, a mitad de camino Karina perdió toda voluntad de caminar y se lanzó de frente a la nieve. Minjeong, quien de estar sobria probablemente hubiera sido la primera en ayudarla a ponerse de pie, decidió que se veía muy divertido y se lanzó igualmente a hacer ángeles de nieve junto a la porrista. Yunjin y Chaewon se observaron con preocupación, estaban muriendo de frío, mientras que las dos borrachas parecían no sentir nada mientras se enterraban más y más en la nieve. Después del shock inicial, las arrastraron fuera de la nieve.

Karina se negó a caminar y Yunjin no tuvo de otra que subirla a su espalda. La porrista no pesaba mucho, pero a medida en que iban subiendo la colina que llegaba a su cabaña, la nieve se volvía más y más densa, por lo que en cada paso que daba, Yunjin se enterraba más profundo en la nieve.

En llegar a la cabaña se demoraron casi el doble de lo que hubieran demorado en una caminata habitual. Tras llevar a Karina en su espalda, Yunjin llegó completamente agotada y el frío se le había olvidado por completo.

Minjeong se sentó en el sofá y se veía claramente que caería dormida en cualquier momento, por otro lado, Karina ya se había dormido varios minutos atrás cuando descansaba en la espalda de la agotada Yunjin.

Chaewon se acercó a la cocina para calentar agua y Yunjin, después de recobrar energías, le comentó que las cambiaría de ropa.

Si tener que llevar a Karina en su espalda había sido agotador, nada se comparaba con tener que cambiar de ropa a dos desmayadas de borrachas. No podía dejarlas dormir con su ropa, porque después de su escena en la nieve estaban totalmente empapadas.

La tarea le tomó unos cuarenta minutos y después, con ayuda de Chaewon las metieron a la cama. Decidieron que lo mejor era meterlas en camas separadas porque si alguna de las dos se sentía mal, lo mejor es que alguien sobrio esté a su lado para socorrerlas.

Después de dejarlas cómodamente durmiendo, las dos volvieron a la cocina para tomarse el café que Chaewon había preparado. —Mañana será un día interesante. —Suspiró Chaewon, porque ninguna de las dos se atrevía a decidir cómo iba a reaccionar Karina por ese beso que sorprendió a todo el mundo.

—Karina se veía realmente enojada. —Recordó Chaewon unos minutos después, pero por la reacción que tenía Yunjin, parecía ser que no le interesaba. —Dime lo que piensas. —Le pidió, al estar realmente intrigada.

—No es ni la mitad de lo que ha tenido que ver Minjeong todo este tiempo, a lo mejor necesitaba un poco de su propia medicina para entrar en razón.

Era la primera vez que Chaewon veía ese lado de Yunjin, algo vengativo y sobreprotector con Minjeong, pero al mismo tiempo lo entendía, porque ella misma se había sentido así cuando se enteró de que Yunjin estaba saliendo con Jay.

—¿Cuál es tu historia con Jay? —decidió preguntar finalmente.

────────────────────────────────────

El primer día de clases siempre era un desafío, pero si a eso le sumabas que no solo era una escuela nueva sino, una ciudad nueva, la ansiedad aumentaba por dos. Y como si eso fuera poco, Yunjin se encontraba completamente deprimida tras la separación de sus madres.

—¿También es tu primer día? —El chico que estaba sentado al lado de ella le preguntó. Ambos estaban sentados afuera de la oficina del director y él, había notado la forma en que Yunjin movía su pierna y jugaba con sus dedos. Yunjin asintió con una sonrisa nerviosa y el chico de inmediato comenzó a buscar algo en su mochila, Yunjin lo observó con atención y le ofreció una barra de chocolate. —Mamá dice que ayuda para manejar los nervios, mi nombre es Jay.

La verdad era que Yunjin estaba muerta de hambre, esa mañana Yoona le había preparado un desayuno contundente, pero ella estaba tan nerviosa que apenas había tomado un poco de su té. Aceptó el chocolate y se presentó. Durante la espera aprendió que Jay también venía desde Seúl, su mamá había encontrado una oportunidad laboral mejor ahí y los dos se mudaron.

Yunjin decidió no preguntar nada personal, sabía ella misma que las relaciones familiares podían ser un poco complicadas y a ella no le gustaría que le pregunten.

—También estoy un poco nervioso ¿Pero qué podría salir mal? Nos quedan dos años aquí y luego seremos todos nuevos en la universidad.

Eso la hizo reír y pensar en lo encantador que era Jay. Seguramente no le iba a costar hacer amigos porque estaba lleno de carisma.

—Tienes razón ¿Qué podría salir mal? —Los dos compartieron una sonrisa de complicidad.

—¿Club de los nuevos? —preguntó Jay, estirando su mano y Yunjin estiró la suya para cerrar el trato. Sin duda lo estaba haciendo para tranquilizarla, porque dudaba realmente que terminarían siendo amigos después de esa corta interacción.

La llegada de un chico con su uniforme perfectamente ajustado los interrumpió y ambos se pusieron de pie, al ser obvio que quería hablar con ellos. —Soy Yang Jungwon. —el chico hizo una leve reverencia. —Presidente de tu clase. —Habló mirando únicamente a Jay y después sonrió a Yunjin. —Yoo Jimin es la presidenta de tu clase, se supone que ella te mostraría la escuela, pero todavía no llega de sus vacaciones. Tendrás que venir con nosotros si no es problema.

Por supuesto que Yunjin no tuvo problema y descubrió que Jungwon era bastante amable, aunque demasiado serio y un poco intimidante. Los llevó por cada rincón de la escuela, y el tour se hizo mucho más largo al tener que mostrarle los espacios para mujeres y para hombres.

En un momento Jungwon se excusó para hablar algo con un profesor y los dos se quedaron caminando lentamente por el patio, la mañana estaba soleada y las áreas verdes del lugar eran perfectas para estar relajados. —Creo que esto va a sonar un poco extraño. —Le comentó Jay de la nada. —¿No te parece que Jungwon me mira mucho?

Yunjin se detuvo en seco, un poco confundida por lo que Jay intentaba decir. Su primer pensamiento fue creer que el chico estaba incómodo con el exceso de atención que le daba el presidente de la clase y esa idea le revolvió el estómago, porque las vibras que le daba Jay eran las opuestas a un chico que se sentiría incómodo si un chico lo observaba más de lo habitual.

—¡Oh no! no, no, no. —Leyendo la expresión de Yunjin, Jay decidió aclarar de inmediato sus palabras. —No es que me moleste, es que creo que me gustó sentir su atención. —El chico seguro que había conocido al principio ahora estaba oculto por unas mejillas rojas y una sonrisa tímida. —¿Eso te molesta a ti? —ahora el inseguro era él y Yunjin de inmediato lo tranquilizó.

—Claro que no, tengo dos mamás. —Supuso que con esa información era suficiente para tranquilizar al chico. —Aunque no le digas eso a nadie, es un poco complicado.

Jay asintió sin preguntar más, los dos se voltearon a ver a Jungwon conversando con el profesor.

────────────────────────────────────

Chaewon estaba apegada a Yunjin en el sofá, las dos observaban la chimenea mientras la porrista le narraba la historia. Yunjin tenía una sonrisa en el rostro mientras contaba los detalles de ese primer encuentro.

—Se gustaron desde el principio.

—Oh no. —La corrigió Yunjin. —Jungwon tenía cero interés en Jay.

Las primeras semanas de clase no fueron fáciles para Yunjin, al principio le había costado mucho hacer amigas e integrarse en su clase, por suerte Jay se había tomado en serio el club de los nuevos y siempre que podía compartir con ella lo hacía.

Generalmente, compartían en el almuerzo o en las tardes donde aprovechaban de estudiar juntos y por supuesto, Jay la actualizaba sobre su intento de conquistar al presidente de la clase.

Cada vez que intentaban estudiar, Jay pasaba la mayor parte del tiempo quejándose de la falta de interés que le demostraba Jungwon cada vez que intentaba hablarle.

—Jay lo saludaba con intenciones de conocerlo mejor, pero siempre que lo hacía Jungwon le preguntaba si tenía dudas sobre la clase o si ya se había inscrito a sus actividades extracurriculares.

Chaewon soltó una risa al imaginarse lo frustrante que debió ser para Jay intentar hablar con Jungwon. El presidente de su clase era conocido por ser uno de los estudiantes más serios de toda la escuela, tenía el mejor promedio de notas y existían rumores de que las universidades ya lo llamaban para que considere ser su estudiante después de graduarse.

—Hasta que un día Jay encontró la forma de hablar de otra cosa.

El chico dedicaba buena parte de sus días para escuchar las conversaciones de Jungwon, sabía que eso sonaba mal, pero necesitaba conocerlo mejor porque todo lo relacionado con el presidente de la clase se convertía en una obsesión. Era frustrante no poder llamar su atención, pero apenas encontró la forma, lo hizo.

—¿Recuerdas ese concierto al que íbamos a ir juntas? —Chaewon hizo un esfuerzo por recordarlo, había sido a principio de año. Yunjin había conseguido entradas para ir a ver a su cantante favorito y le había pedido a Chaewon que la acompañe a Seúl para ir juntas. Una semana antes del evento, Yunjin lo canceló, puso como excusa que su mamá quería que se quede unos días con ella y prefirió mantener su distancia. —También es el cantante favorito de Jungwon.

—Eres adorable, le diste las entradas a tu mejor amigo para que pudiera conquistar a su chico.

—Oh, no, se las vendí al doble del precio. —Las dos comenzaron a reír, Yunjin deseaba mucho ese concierto como para entregarlo gratuitamente. —A partir de ese momento se volvieron inseparables.

Yunjin apegó sus piernas a su pecho y escondió parte de su cabeza en sus rodillas, pensando en lo linda que era la historia entre ellos y en como ella había, en parte, contribuido a que funcione.

Después de eso, su relación escaló rápidamente. Jungwon también había sentido la chispa de forma instantánea, pero había decidido ignorarla porque en su cabeza era imposible que el guapo y masculino defensa del equipo de basquetbol podría interesarse en el obsesivo y estudioso presidente de la clase.

—¿Y cómo terminó todo en ustedes fingiendo una relación?

—La mamá de Jay sabía de la relación desde un principio, ellos dos son inseparables. —Yunjin había estado varias veces en su casa y no se demoró mucho en darse cuenta de que la mamá de su amigo era el tipo de persona que iba a apoyar a su hijo sin importar las decisiones que tome en su vida. —Pero los padres de Jungwon son otra cosa.

—Creo que muchas de las personas que se presionan a ser los mejores en todo suelen recibir el primer y más grande empujón de parte de sus padres.

Las dos sabían que ambas habían sido víctimas de algo así en algún momento de sus vidas, sobre todo Chaewon, a quien sus padres habían decidido educar en una de las mejores escuelas, aunque sea difícil llegar a fin de mes.

Otro claro ejemplo de eso era la chica que dormía borracha en su habitación, Karina se esforzaba día a día para ser la mejor en todo y para no decepcionar a nadie, decepcionando a ella misma en el proceso.

Notando que Chaewon se estaba yendo mucho a sus pensamientos, Yunjin la tomó de la mano para regresarla al lugar en el que estaban. —Alguien puso un sobre en la mesa de Jay, era una foto de los dos y tenía una amenaza.

—¿Qué tipo de amenaza?

Yunjin dudó si hablar o no, sabía que Chaewon era una persona a la que le podía confiar todos sus secretos, pero también entendía que al contarle todos los detalles de lo que le pasó a su amigo, ella también podía sentirse un poco amenazada. No soltó su mano y le explicó de qué iba la amenaza. Jay y Jungwon recibieron una carta llena de mensajes homofóbicos con intenciones claras de hacerles daño.

Chaewon sabía que las personas así existían, era uno de los motivos por el cual su relación con Yunjin había sido llevada en silencio, pero entender que era una realidad en su escuela dolía de forma distinta.

Cuando Jay le mostró a Yunjin parecía que el chico siempre seguro y valiente había desaparecido. Jay tenía miedo, nunca pensó que algo así le pudiera pasar “No tengo miedo solo por mí” habían sido sus palabras “Tengo miedo por Jungwon, por ti, por Chaewon, Minjeong y quién sabe qué otros compañeros que estén pasando por algo parecido”

—¿Crees que alguien más haya recibido amenazas? —Yunjin se encogió de hombros, sabía que hacer públicas ese tipo de amenazas también significaba confirmar a toda la escuela lo que probablemente era un secreto no fácil de confesar.

—Espero que no. —Yunjin había visto el pánico en los ojos de su amigo, Jay tenía su apoyo y el apoyo de Jungwon. No se quería imaginar lo mal que lo pasaría alguien que no tuviera de personas a su lado que los apoyen a soportar ese tipo de mensajes de odio.

Jungwon fue el de la idea de que ella y Jay se hicieran pasar por novios. La foto no los comprometía del todo y al menos eso haría creer al resto de sus compañeros que todo era falso porque Jay estaba perdidamente enamorado de la bella porrista.

Al principio Yunjin no quería, su corazón estaba completamente entregado a Chaewon, pero cuando la misma había decidido romperle el corazón, Yunjin supuso que también podía obtener algún beneficio de esa relación falsa. —Claro que funcionó, jamás había sentido tantos celos en mi vida.

—Perdóname por hacerte daño de esa forma.

Las disculpas la sorprendieron, creía que realmente la única que se había dedicado a hacerle daño a alguien había sido ella con sus indecisiones.

—Más que hacerme daño, creo que me sirvió mucho para darme cuenta de lo que no quería perder.

Yunjin no necesitó más que escuchar esas palabras para acercarse y reclamar los labios de Chaewon. Estar alejada de ella había sido físicamente doloroso, confiaba en las palabras de la mayor y realmente creía que esta vez harían las cosas bien, a Yunjin ya no le importaba lo que fueran a decir los demás, lo único que quería era demostrarle a Chaewon que estaba totalmente comprometida con su relación.

Se separaron apenas unos centímetros y sus ojos seguían fijados en los opuestos, compartiendo un mensaje de amor a través de ellos.

—Deberíamos ir a la cama a cuidar a nuestras borrachitas. —Chaewon asintió, aunque para ambas era mucho más interesante quedarse ahí, conversando y besándose después de tanto tiempo.

────────────────────────────────────

Cuando las cuatro compañeras de cabaña habían aceptado realizar una fiesta sabían las consecuencias que traería. Al día siguiente la cabaña estaba completamente desordenada, apestaba a alcohol y el refrigerador estaba lleno de comida a medio masticar.

A todo eso había que sumarle la resaca con la cual habían despertado, Sullyoon sentía que alguien le martillaba la cabeza cada vez que alguien hablaba, Yoon sentía que seguía borracha, Giselle apenas podía abrir los ojos y NingNing sentía náuseas cada vez que olía algo diferente.

Incluso así, las cuatro hacían el esfuerzo de ordenar y limpiar todo en caso de que tuvieran una inspección sorpresa. Por suerte para ellas, al igual que la mañana anterior, habían recibido la instrucción de desayunar en sus cabañas para no exponerse a la tormenta que había comenzado en la madrugada.

Ninguna de las cuatro tenía apetito, además la mayoría de su comida había sido saqueada la noche anterior por sus compañeras. Después de casi dos horas, la cabaña se veía casi tan limpia como el día en que llegaron. Yoon y Sullyoon se lanzaron en el sofá a tomar café y disfrutar un poco de la chimenea, mientras que Giselle y Yizhuo decidieron ir a tomar siesta.

Para Aeri no pasó desapercibido el hecho de que NingNing se había metido en la cama que no le correspondía, lo que se sumaba a la clara forma en que su compañera la estaba ignorando durante toda la mañana.

Giselle se metió en su cama, se arropó sintiendo la suavidad de las mantas y cerró los ojos. Apenas un minuto después abrió los ojos nuevamente y se giró al otro lado, repitiendo el mismo ejercicio sin éxito.

Finalmente, se levantó y dio rápidos pasos para entrar en la habitación de al lado. Yizhuo estaba ahí, dándole la espalda.

—Esa no es tu cama. —La llamó sin tomarle importancia al hecho de si Yizhuo estaba despierta o no.

—No veo a nadie queriendo ocuparla.

—Yoon y Sullyoon podrían venir en cualquier momento. —Con las continuas protestas, Yizhuo decidió sentarse sobre la cama para enfrentarse direactamente con Giselle, quien ahora estaba parada al lado de ella.

—¿Cuál es tu problema?

—¿Cuál es tu problema? —Giselle acentuó sus palabras, intentando hacer referencia a la clara forma en que la ignoraba. Yizhuo movió sus manos mostrando no entender y Giselle rodó los ojos. —Llevas ignorándome toda la mañana.

—Llevas literalmente todo el año pidiéndome que te deje tranquila ¿Y cuando lo hago te molesta?

—¡Te lo pido porque es divertido! No porque quiero que lo hagas.

La pequeña habitación pasó de los gritos al completo silencio después de que Giselle dejara escapar esas palabras. La expresión inicial de Yizhuo fue de sorpresa, pero poco a poco una sonrisa se comenzó a formar en su rostro, la cual hizo que Giselle ruede los ojos intentando quitarle importancia a sus propias palabras. —O sea que te gusto. —El exceso de seguridad en sus palabras irritó a Giselle, quien jamás admitiría algo así tan fácilmente.

—No te pases, dije que me gusta jugar contigo, no que esté perdidamente enamorada de ti. —Pero como siempre, NingNing solo escuchó lo que quiso escuchar y omitió por completo esa parte.

Sintiendo que quizá se había expuesto demás, decidió retirarse y devolverse a su antigua habitación. Por su parte, Yizhuo no se tomó ni medio segundo en saltar de la cama e ir detrás de ella. Casi como un gato persiguiendo a un ratón, Giselle ya se encontraba escondida bajo las mantas, pero eso no detuvo a Yizhuo de meterse junto a ella.

—¿Qué haces aquí? —Giselle se aferró a sus mantas como si su vida dependiese de eso y no dejó que Yizhuo tome abrigo junto a ella.

—Me pediste que me venga a dormir contigo.

—Te pedí que te salgas de una cama que no era la tuya. —La corrigió, todavía sin ceder las mantas.

Yizhuo dejó de pelear, y aunque tenía un poco de frío, tampoco forcejeó por conseguir algo para cubrir su cuerpo. Se sentía feliz, y eso era suficiente para opacar cualquier otro sentir.

Unos cuantos minutos después, Giselle se dio cuenta de lo infantil y egoísta que estaba siendo. La mañana todavía estaba muy helada y ella misma sentía frío pese a estar bastante arropada. Se giró sobre su cuerpo y enfrentó a Yizhuo, compartiendo las mantas con ella.

—¿Por qué besaste a Minjeong? —Era la pregunta que quería hacer desde el primer momento en que eso ocurrió. Sabía que las posibilidades de ser besada por Giselle cuando le hicieron el reto eran mínimas, pero también quería saber que era lo que tenía su amiga que no tuviera ella. Para lo que no estaba preparada, era para la respuesta que iba a recibir.

—Porque Yunjin estaba muy lejos.

NingNing apoyó su cuerpo sobre su brazo para poder alzarse y ver a Giselle a los ojos, sorprendida por su respuesta.

—Estaba muy ebria. —Continuó explicando al ver que su respuesta no había sido suficiente. —Quería besar a Yunjin ¿Acaso no la has visto? Es probablemente la chica más guapa que he visto en mi vida después de verme al espejo. —Yizhuo no podía creer lo que estaba escuchando. —Pero estaba muy ebria y Yunjin estaba muy lejos como para llegar hasta ella. Minjeong estaba ahí, además, nadie puede negar que también es guapa.

—Aeri Uchinaga, eres increíble. —En su cabeza, NingNing estaba lista para sentir su corazón destrozado, pero una vez más la chica por la que llevaba años obsesionada le estaba demostrando los motivos por los cuales le gustaba tanto. No podía dejar de reír, y en un momento su risa fue tan fuerte que logró contagiarse. La habitación se llenó de risas hasta el punto en que sus estómagos dolían por el constante movimiento. —¿Y tú? —preguntó, intentando contenerse un poco. —¿Yo qué? —Consultó Yizhuo, intentando contener su risa todavía. —¿A quién hubieras besado tu?

La pregunta le tomó por sorpresa, pero su respuesta era clara. —Después de tus argumentos, definitivamente a Yunjin. —Su respuesta la hizo obtener un rápido golpe en su hombro.

—Ya bésame, Ning Yizhuo.