cereal, arena y mar

El lado ciego del amor 1 (adaptación)

Capítulo 65

“cereal, arena y mar”

Esa mañana Yoona estaba despierta cuando Yuri saltó de la cama. Había escuchado cada movimiento y cada sonido, hasta que la puerta se abrió y silenciosamente se cerró. Había escuchado los pasos bajando los escalones hasta que, finalmente, se sintió lo bastante segura para abrir los ojos.

Echó una mirada al desconocido dormitorio, aun no acostumbrada a los alrededores, e intentó determinar sus emociones. Mientras observaba, mirando pero no viendo, se preguntó qué había llevado a ese momento. En un momento dado estaba espiando desde las sombras, demasiado tímida para acercarse a la actriz, y al siguiente estaba llamando a la puerta de Yuri, admitiendo cosas que nunca había pensado que diría, estaba desgajada de todo pensamiento racional.

Si Yoona hubiera pensado claramente, se habría detenido al pie de la escalera, mirado a la puerta del dormitorio de Yuri y entonces habría continuado hacia el cuarto de invitados. Se habría acostado, preguntándose qué había dicho Yuri. Habría inventado y reinventado una plétora de escenarios posibles que habrían culminado con un beso. Pero habría estado bien porque no habría sido real. No hay consecuencias a las fantasías fútiles.

En cambio había hecho realidad sus pensamientos. Había pisado el umbral de la posibilidad y había saltado de cabeza, sin pensar más. Se había entregado al momento, a la tensión, al júbilo y la excitación, apartando confusión, incertidumbre y temor. ¿Y ahora qué? Ahora que todo estaba al descubierto, ahora que sabía exactamente que sentía con los labios de Yul contra los propios, ¿qué iba a hacer?

Todo había cambiado. Pudo sentirlo desde el instante en que volvió a la consciencia. Lo había sentido en el instante antes de besarse, un cambio, sutil, aunque incuestionable. El marco entero de su amistad había sido frenéticamente alterado por una simple declaración de amor. No había vuelta a trás desde ese momento; ninguna forma de volver a no saber.

Yoona cerró sus ojos ante el recuerdo del beso de Yuri. En ese momento había perdido toda inhibición, toda preocupación, toda duda. Había deseado dar todo de sí a Yuri, desgarrar el tejido de su existencia previamente sin sentido y verter sus contenido en el mundo de

Yuri. Había querido hacer que Yuri viese, sintiese la profundidad de sus emociones.

Había sido como morir y renacer de nuevo, su cuerpo entero estremeciéndose por los choques de placer que lo recorrían. Había sido arrollador, perfecto y aterrador; y había deseado más.

Y entonces todo cambió.

Se habían detenido durante medio segundo, una minúscula fracción de tiempo, pero suficiente para derrumbar la realidad alrededor de ellas.

¿Qué había pasado? ¿Qué acababan de hacer?

Yoona rodó por encima de la cama y se enjugó los ojos, sintiéndose completamente superada. Una cosa era admitir tener sentimientos por Yuri, otra era actuar en consecuencia. Y ahora que sabía que Yuri sentía igual, ¿qué significaba? ¿Qué harían?

El sonido del timbre de la puerta interrumpió los pensamientos de Yoona y su atención fue al sonido de voces indescifrables. Casi podía distinguir la de Yul, pero no podía oír lo que estaba diciendo.

Yoona se preguntó quién más estaba abajo. Estaba bastante segura que había oído una voz masculina. Y quizá otra femenina, no estaba segura. También se preguntó cuánto tiempo podría esconderse en el dormitorio de Yuri antes de hacerse obvio que estaba escondiéndose.

Tras pensarlo varios minutos, decidió finalmente que realmente necesitaba levantarse. Culpó a su vejiga y al hecho de no poder evitar a Yuri para siempre.

Pero quizá esperara unos minutos más.

“Te traje una copia de Rojo como yo,” anunció Siwon sosteniendo la cinta. “Puedes agregarlo a tu colección de películas odiadas.

Es muy interesante,” comentó Taeyeon. “A Tiffany le encantó.”

Yuri miró por encima del hombro de Siwon hacia los escalones. Estaba medio anticipando, medio temiendo que Yoona despertase. Sabía que necesitaban hablar, pero tendría que esperar hasta que ella volviera del estreno esa noche. Y no tenía idea de que decirle a Yoona cuando la viese.

Siwon se dio la vuelta para ver qué miraba Yuri. No viendo nada, se giró. “Um,

Yul. Estoy aquí.” Agitó la mano que sostenía la cinta.

Recordando de repente que tenía compañía, la mente de Yuri se reenfocó en sus invitados. “Lo siento.”

Rojo como yo,” repitió Siwon dándole la película. “Es todo tuyo.”

Yuri se quedó mirando la cinta en su mano y después a Siwon. “Gracias. Pero, ¿que infiernos es Rojo como yo?”

“Mi película,” le recordó él. “¿Manzanas? ¿Gente?”

Yuri se le quedó mirando inexpresivamente.

Siwon suspiró. “La película del tomate.”

Yuri recordó al fin. Intentó no mirar al cielo. Sabía cuan importante era la demencia de Siwon para él. “No puedo esperar a verlo.” Se volvió a Taeyeon. “Bueno, ¿qué hago hoy?”

“Almuerzas con Derek y su padre, Steven, a mediodía. Después tienes una entrevista o dos, que no debieran tomar demasiado tiempo. Hay una cena del reparto a las seis. Y la película empieza a las ocho. Y después hay una fiesta en la casa del director.”

Yuri suspiró para sí. Jamás iba a regresar a casa. “Vale.”

“¿No es genial regresar a L.A.?” bromeó Siwon. “Y Derek. ¿Es el tipo por el que has decidido plantarme esta noche?”

“Tiene unos ocho años,” le informó Yuri

“Es enfermizo, Yul. Ya es bastante malo que seas lesbiana. ¿Ahora también eres pedófila?”

“No es divertido,” replicó Yuri.

Siwon se encogió de hombros. “No puedes ganarles a todos. Así que llevas a un crío de ocho años a la película. ¿No tiene una gran escena del o caliente?”

Yuri agitó la cabeza. “No. Quiero decir que la filmamos. Ambos recordais esa catástrofe. Pero los productores pensaron que sería mejor si la película no se desviara demasiado de la serie. Así que la eliminaron.”

“Un asco,” dijo Siwon “¿El DVD tendrá las escenas cortadas? ¿Habrá versión sin censurar?”

Yuri ignoró la pregunta y volvió a aventurar una mirada a la escalera.

Siwon arqueó una ceja cuando la pilló mirando de nuevo por encima de su hombro. "Yuri, ¿qué pasa contigo?” Entonces la comprensión se hizo. “Ohhh, es cierto. Olvidé que Yoon vino contigo.”

“¡Ooooooh! ¿Dónde está?” preguntó Taeyeon echando una mirada alrededor.

Yuri deseó matarles a ambos. “¿Os callareis e intentareis actuar como adultos maduros?”

Los dos se miraron. “¿Somos adultos maduros?” preguntó Siwon.

“No, no lo creo,” contestó Taeyeon. “¿Así que por eso sigues echando miradas a las escaleras cada dos segundos?”

Siwon la miró con sorpresa. “¿Está en tu dormitorio?”

“Por favor, déjalo.”

“¿Significa que hay algo que dejar?” preguntó Siwon.

Yuri empezó a ir hacia la cocina y se detuvo en seco cuando vio a Yoona entrar en la sala. Pillada con la guardia baja, le costó un segundo a Yuri reaccionar. “Buenos días,” dijo intentando no parecer tan torpe como se sentía. Se volvió. “Yoona, ésta es mi ayudante, Taeyeon, y mi ocasional mejor amigo, Siwon.”

“Encantada de conoceros,” dijo Yoona. “He oído hablar mucho de vosotros.” Les dijo a los dos pero Yuri notó que su mirada no abandonó a Siwon.

Yuri miró a Siwon, cuya mirada estaba completamente pegada a Yoona, y se presentó una ola de celos irracionales. Al instante la ignoró. “¿Alguien tiene hambre?”

“Estoy desfallecida,” contestó Yoona, su mirada regresando a Yuri. “Pero debo ducharme.”

“Haré algo mientras te duchas,” le dijo Yuri.

Yoona se excusó de sus nuevos conocidos, su mirada demorándose en Siwon más de lo necesario y desapareció por el vestíbulo hacia el cuarto de invitados.

Yuri le lanzó a Siwon una mirada que derretiría el metal.

“¡Uoa!” dijo Siwon levantando las manos defensivamente. “Es que pensaba que me resulta muy familiar.”

“Has visto su foto,” le recordó Yuri, insegura de por qué estaba sobrerreaccionando.

Taeyeon se alejó de la línea de fuego y fue a sentarse en el sofá.

Siwon se acercó Yuri. “Juraría que la he visto antes.”

“Voy a hacer el desayuno,” anunció Yuri, insegura de qué comentar porque estaba insegura de qué sentía. “¿Quieres?”

“No, gracias,” dijo Siwon pareciendo preocupado.

“Tae, ¿desayuno?” ofreció Yuri.

“No,” contestó Taeyeon. “Pero, ¿te importa si babeo sobre tu TV?”

“Adelante,”contestó Yuri. Fue a irse, pero Siwon la detuvo.

Estaba frunciendo el ceño. “¿Qué está pasando?”

Yuri agitó la cabeza. “No tengo idea,” dijo sinceramente. “Ahora mismo estoy verdaderamente confusa. Y creo que está volviéndome un poco… demente.”

“¿Eso es nuevo?” bromeó Siwon intentando aligerar el humor.

Yuri se mordió el labio y miró hacia el vestíbulo por dónde Yoona se había ido. “Anoche nos besamos."

Los ojos de Siwon dilataron. “¿Qué?”

“Me dijo que está enamorada de mí.”

Siwon la miró con escepticismo. “¿Desde cuándo?”

“No lo sé,” contestó Yuri. “Nos besamos y fue tan… perfecto. Sólo que, entonces se hizo raro e incómodo entre nosotras. Y le pregunté si deseaba pasar la noche en mi cuarto y lo hizo. Pero sólo dormimos, o fingimos dormir y… no sé qué significa todo esto. No sé lo que desea, o si tan siquiera puedo dárselo. Y ahora, de algún modo, he de soportar el día de hoy y no sé cómo voy a lograrlo sin volverme loca.”

“Sí, definitivamente parece que necesitas hablar con ella,” concordó Siwon. “Está visto que no voy a ser de gran ayuda por el momento. aun soy atorado en lo del beso. De veras debería instalar cámaras en este lugar.”

Yuri se le quedó mirando. “Sabes, a veces me pregunto por qué me molesto en contarte nada en absoluto.”

“Contempla el poder del tanga,” le aseguró Siwon. “Ninguna mujer puede resistirlo.”

Yuri casi sonrió ante eso, pero entonces recordó su aprieto. “No sé qué hacer.”

“¿No es siempre tu problema?” preguntó Siwon. “¿Y qué te digo siempre?”

“¿Algo sobre Playboy?” adivinó Yuri.

“Ja,” dijo Siwon. “No, haz lo que sientas correcto.”

Yuri suspiró. “Es el problema, no siento nada completamente correcto.”

“Uno… dos… tres… cuatro,” contó Tae. Vacilantemente soltó su ficha. “Dita sea.”

“¡Ja!” dijo Siwon. “Dos mil dólares, por favor.”

Yoona miró a Taeyeon y sonrió. “Es lo que te pasa por darle Park Place.”

“En su momento pareció un movimiento inteligente,” refunfuñó Taeyeon contando su dinero del Monopoly. Hipotecó unas propiedades, vendió tres casas y, tras mucho mascullar por lo bajo, le dio sus dos mil dólares a Siwon. “Está bien. Recuperaré mis hoteles y entonces lo sentirá.”

Yoona se rió y lanzó los dados. Llegó a la seguridad de una de sus propias propiedades. “Ueu,” dijo aliviada. Miró a Siwon cuando era su turno. Todo el día había estado intentando recordar dónde le había visto antes, pero sin resultado. Quizá había sido en televisión con Yuri. “Bueno, ¿quién es ese tipo con el que Yuri va al estreno?”

Taeyeon y Siwon intercambiaron una mirada.

“Es, um, Derek,” contestó Siwon.

Derek. Yoona  intentó recordar si Yuri le había mencionado a un Derek alguna vez, pero no pudo. “¿Es un viejo amigo?”

Empezaron a reirse y Yoona los miró con confusión.

“Es un amigo de ocho años,” le contó Taeyeon.

Yoona estaba un poco desconcertada. “¿Le conoce desde hace ocho años?”

Siwon sonrió. “No, sólo tiene ocho años.”

“¿Ocho?”

“Ocho,” confirmó Tae con una sonrisa. “La hermana de Derek le escribió una carta a Yuri en que contaba que su hermano pequeño estaba enfermo. No estoy segura de la enfermedad. Cáncer, quizá. Y Yuri escribió a los padres ofreciéndose a ayudar con dinero para cualquier tratamiento necesario, si fuera preciso. Y en cualquier caso, si Derek se sentía bien en el momento, que le gustaría que él fuera su acompañante al estreno de la película. Envió cuatro billetes de avión, junto con la carta, para que la familia pudiera venir.”

Yoona sonrió, volviéndose a enamorar de Yuri. “Fue muy considerado por su parte. ¿Hace Yuri a menudo ese tipo de cosas?”

Siwon resopló.

Taeyeon se encogió de hombros y miró al tablero, tomando su turno. “Yuri nunca antes leía su correo.”

“Y sólo empezó porque hice un trato con ella,” aportó Siwon.

“¿Qué tipo de trato?” preguntó Yoona con curiosidad.

“Oh, es que tenía que llamar a esta chica,” contestó Siwon. Pareció pensar en algo y se detuvo. “Um, pero bueno, le dije lo haría con tal de que ella leyera tres cartas por semana.”

Yoona frunció el ceño. “¿Por qué no las leía?”

“Algunos teóricos creen que es porque no tenía tiempo para ser molestada,” respondió Siwon. Miró significativamente a Taeyeon. “Pero creo que es porque le era más fácil fingir que no le importaba. Siempre tuvo problemas con la gente no viéndola por lo que realmente es y creo que leer el correos de sus fans era como abrir un puñado de espejitos. Tendría que enfrentar directamente cómo la veía otra gente.”

Yoona lo ponderó por un momento, no segura de que tuviera sentido para ella. “¿Ahora lo lee?”

“No lo sé, tengo unas dos cajas para que se las lleve a Nueva York, si quiere,” dijo Taeyeon con una sonrisa. “La mayoría pasa por su club oficial de fans y ellos sólo envían una foto con una de esas firmas estampadas. Oh, y es tu turno.”

“Lo siento,” se disculpó y lanzó. Condujo su cochecito metálico pequeño por Boardwalk y gimió. “Bueno, oficialmente he acabado.”

“Yo gano,” anunció Siwon sosteniendo su fortuna. “¡Oh, sí! Ahora, ¿dónde puedo cambiar esto por dinero de verdad?” Sonrió. “Sabeis, cuando juguemos con Yuri, debiéramos decirle que nos dé dinero de verdad si pierde.”

Yoona se rió y empezó a ayudar a guardar las piezas del juego en la mesa de café.

“Debiéramos marcharnos,” anunció Taeyeon. “Tengo que volver con Tiffany.”

Yoona miró a Taeyeon. “¿Quién es Tiffany?”

“Mi novia,” contestó Taeyeon. “Está deprimida por mi ida a Nueva York. Y yo sigo diciéndole que es sólo durante otro mes, mientras Yuri termina el rodaje, pero todavía está abatida al respecto.”

“¿Vas a Nueva York?” preguntó Yoona, incapaz de decidir cual comentario le sorprendía más.

Taeyeon asintió. “Sí, es muy difícil ser ayudante a larga distancia. Pero estaba acabando un curso de escritura de guiones y Yul fue lo bastante amable para no quejarse de mi prolongada ausencia.”

Yoona sentía curiosidad por en dónde se quedaría Taeyeon, pero no preguntó. Tampoco entendía para que necesitaba Yuri una ayudante. A Yuri parecía irle bien sola. Pero Yoona tampoco lo mencionó. “Ya veo,” dijo finalmente.

Siwon interpretó la pausa en la conversación como señal para incorporarse. “Bueno, fue un placer conocerte, Yoon,” dijo.

Yoona también se levantó. “Gracias por quedaros para entretenerme.”

“Fue un placer,” respondió Siwon. La miró durante un momento. “Um, escucha, a riesgo de que suene a frase de ligue, ¿nos hemos visto antes?”

Yoona sonrió. “En realidad me lo he estado preguntando. Me pareces tan familiar.”

“Hm,” dijo Siwon pensativamente. “Ya lo recordaré.”

Yuri sujetó el micrófono a su camisa y esperó la señal. Tan pronto vino, puso su cara de entrevistas y volcó su plena atención a la persona frente a ella.

“Y bienvenidos de nuevo a nuestro especial Guardian: A Second Chance. Me siento junto a la estrella de la película, Yuri Kwon. ¿Cómo estás, Yuri?”

“Estoy bien, gracias,” contestó. “¿Cómo estás, Phil?”

“Fantástico,” contestó él.

Yuri se preguntó si alguien que de veras usa la palabra “fantástico” para describir su estado, alguna vez estaba realmente “fantástico.” Esperó a que él continuase.

“Bueno, ¿ya has visto la película?” preguntó Phil.

“No, en realidad no, voy esta noche al estreno. Estoy muy emocionada por ver el producto terminado.”

“Actualmente no estás rodando nuevos episodios de la serie de TV. ¿Qué has estado haciendo para mantenerte ocupada durante este descanso?”

“Estoy filmando una película llamada Summer’s End, que creo saldrá a final del próximo año.”

“¿Estás disfrutando ese proyecto?”

“Me encanta. Va a ser una película maravillosa.”

“Bueno, estoy seguro que tus fans están ansiosos por su estreno,” contestó Phil. “Tengo aquí algunas preguntas enviadas vía correo electrónico por algunos de tus espectadores.”

“De acuerdo,” contestó Yuri.

Phil levantó una nota y dijo, “A Jane Harvey, de Minnesota, le gustaría saber si 'todavía sales con el cachas de Siwon'?”

Yuri se obligó a reirse, pero lo cierto era que le molestaba la pregunta. ¿Por qué a la gente le interesaba su vida amorosa? También estaba insegura de qué decir. Una cosa era romper la burbuja de ilusión en que vivian su madre y hermana, pero otra muy distinta hacerlo público en las noticias.

¿Y Yoona? Habían pasado menos de veinticuatro horas desde que se besaron y las cosas ya eran complicadas. Sería mucho más fácil esconder su relación con Yoona si la gente aun creía que estaba con Siwon. ¿Pero tenían siquiera una relación? Podía sentir aproximarse un dolor de cabeza. “No, ya no estamos juntos,” contestó finalmente, decidiendo que incluso si la verdad era más complicada, aun era mejor que una mentira.

“Bueno, Jane, si estás viendo esto, el cachas está ahora disponible,” bromeó Phil.

Esta vez Yuri se rió.

Yoona atravesó la casa de Yuri observando cada pieza de mobiliario, cada objeto. Le encantaba saber que todo allí era puramente Yuri. ¿O no? ¿Había contratado a un decorador? Quizá Yuri se lo había dicho, pero no podía recordarlo. Y al final, no importaba realmente.

Se sentía triste allí, insegura de dónde se encontraba con Yuri, o si se encontraba siquiera. Se suponía que el amor lo conquista todo, le habían dicho, pero ¿era cierto? Nunca había visto ninguna. Todo lo que había presenciado evidenciaba lo contrario. Entonces, ¿en realidad que sentido tenía decirle a Yuri cómo sentía? ¿que sentido tenía emocionarse por que Yuri sintiese lo mismo?

En un mes o dos, Yuri regresaría a California. Seguiría con sus series y películas, y Yoona volvería a vender pinturas en la calle; a desperdiciar todo su tiempo y energía estudiando para convertirse en algo que ya era.

Era tonto, estos sentimientos que tenía. Era tonto y demente pensar que algo podría salir de ello. Jamás podrían hacerlo funcionar.

Pero, aun así, todos estos pensamientos de lógica y razón no hicieron nada para borrar cómo se sintió al instante que oyó a Yuri decir ‘te amo'. No podían cambiar cómo se sentía pensando en Yuri, sin importar cuan inocente fuese el pensamiento. Deseaba más. Deseaba todo. Deseaba pasearse por esa misma casa y no sentirse cortada o intrusa. Deseaba hacerle a Yuri todas las preguntas que había sido demasiada tímida para hacer. Deseaba tocar Yuri sin temer que su contacto fuese mal recibido. Deseaba un final a toda esta dolorosa incertidumbre.

Yoona se sentó al pié de la larga escalera preguntándose si Yuri habría cambiado de idea; temiendo que todo lo que jamás había deseado hubiera aparecido y después desaparecido, y todo el rato intentando convencerse desesperadamente de que no le importaba.

Tras la cena del reparto Yuri fue diligentemente a recoger a su cita al hotel en que se quedaba. Ya estaba enamorada del chiquillo y lo había visto sólo durante una hora. El almuerzo con Derek y su padre había sido agradable, si bien un poco más extraño que a lo que estaba acostumbrada. Se le había agradecido profusamente su ayuda con el tratamiento de Derek y Yuri daba gracias a la deidad encargada de destino que, de todas las cartas que Taeyeon pudo escoger al azar, hubiera sido la de Jennifer la que aterrizó en el montón de tres cartas.

También tenía que dar las gracias a Siwon y su estúpido acuerdo. Pero principalmente a Yoona…Yoona estaba en la raíz de toda esta bondad.

Mientras llegaba al restaurante para la comida acordada, se le había ocurrido a Yuri y que Yoona debería haber estado allí. Había estado tan ocupada intentando evitar lo embarazoso que había olvidado lo que era importante. ¿Cómo podía decirle a Yoona que la amaba y entonces abandonarla a la mañana siguiente?

Empezando esta noche algo tendría que cambiar. Ya había empezado, esta metamórfosis inconsciente se inició en el momento que recibió el primer correo electrónico de Yoona. Yuri había cambiado, podía sentirlo; pero todavía era la misma. Y eso le preocupaba.

En el vestíbulo del hotel observó abrirse las puertas del ascensor y emerger a Derek y su padre. Les sonrió a ambos. “Puede venir si lo desea,” le dijo al hombre. “Si no se siente cómodo dejando a Derek a mi cuidado.”

Steven sonrió. “Derek no me lo permitiría,” dijo con una risa. “Divertíos. Tráigale antes de medianoche.”

“Será más bien a las diez o diez treinta,” prometió. Ya había decidido saltarse la fiesta en casa del director. Todo lo que deseaba era pasar estas dos horas agónicas de verse interpretar y entonces regresar a casa, a Yoona.

Yuri sonrió a Derek y le ofreció su mano. “¿Listo?”

El chiquillo asintió y tomó su mano.

Yuri se sonrió sintiéndose feliz y aturdida, si bien petrificada por lo que le aguardaba en su casa. Miró al sonriente chico, cuya vida había ayudado a salvar, y se sintió confiada, más que de nada en este mundo, de que el destino existía.

Yoona jugó con la arena, dejándola resbalar entre los dedos. Era calmante, aunque estaba poniéndose más inquieta e impaciente con el paso del tiempo. Había tenido casi un día entero para contemplar el espectro entero de sus emociones y lo único que había logrado deducir era el hecho de que amaba a Yuri.

Y apenas era una novedad.

“Encantador encontrarte aquí.”

El corazón de Yoona se saltó un latido y ella volvió la cabeza para ver a Yuri yendo hacia a ella.

“Hola,” dijo sintiéndose tímida de repente. En su mente, había sabido exactamente lo que le diría a Yuri al instante que llegase a casa. Pero ahora no podía recordar una sola palabra del extenso monólogo que había escrito mentalmente.

Yuri se sentó y Yoona notó por primera vez que llevaba un cuenco. “Hola,” respondió Yuri.

“¿Qué comes?”

“Un experimento,” declaró Yuri agarrando la cuchara. Apuntó al contenido del cuenco.

“Es Cap’n Crunch Berries, Honey Nut Cheerios y Kashi Go Lean.”

Yoona frunció la cara con aversión. “¿Estás demente?”

“¿Quieres la primera cucharada?” ofreció Yuri.

Yoona negó con la cabeza, aunque ahora se sentía mórbidamente curiosa. “¿De veras planeas comerte eso?”

“¿Por qué no?” preguntó Yuri. “Imagino que, si saben bien por separado, deben saber bien juntos.”

Yoona sonrió. “Lamento decir que tu lógica no está muy meditada. Que hay de la pizza con helado.”

Yuri pareció pensativa. “Sabes, no tiene mala pinta.”

“¿Estás embarazada?” exigió Yoona.

“No lo sé, supongo que depende de cuan hábil seas besando,” replicó Yuri con un guiño.

Yoona quiso sonreír, pero el comentario le recordó todo sobre que aun no habían hablado. “¿Cómo te fue el día?”

Yuri se quedó mirando su cuenco de cereal surtido. “Estuvo bien,” dijo jugando con el cereal y la leche. Alzó una cucharada. “¿Crees que sabrá bien?”

“No, ni una chispa,” replicó Yoona y no pudo evitar sino sonreir.

Yuri puso el cereal en su boca y masticó pensativamente. “Mmmm,” dijo una vez hubo tragado. “No está mal.”

Yoona era escéptica. “No hay forma de que sepa bien.”

“Delicioso,” dijo Yuri entre bocados. “Debo mezclar más a menudo.”

“¿Y qué te llevó a este nuevo descubrimiento culinario?” preguntó Yoona.

Yuri sonrió. “Bueno, esta mañana noté que no tenía cereales. Así que me detuve de regreso a casa para compralos. Y no podía decidir entre sus favoritos y los míos. Así que cogí

uno de cada. Y después no podía decidir cuál comer. Así que pensé probarlos todos a la vez.” Sonrió. “¿Es tan raro?”

“Mucho,” confirmó Yoona. Pero también era encantador. Miró a lo lejos, sabiendo que tenían que hablar sobre lo que había pasado. “¿Qué vamos a hacer?” preguntó.

Yuri la miró. “Sentarnos en la playa.”

Yoona no esbozó una sonrisa, ni miró a Yuri.

Yuri lo tomó como indicación para ser seria. “Creo que actuamos como idiotas. Pero yo, más que tú, porque debí hacer algo mejor que tener pánico.”

“¿Pánico?” preguntó Yoona.

Yuri apartó el cuenco de cereal y se giró para encarar a Yoona. “¿Tiene idea de cuánto tiempo he estado enamorada de ti?"

Yoona se paralizó ante las palabras.

“Desde siempre,” dijo Yuri. “Desde antes de conocernos en Nueva York. Desde antes de comprarte esa segunda pintura. Todo ese tiempo había estado tan convencida de que jamás podría pasar nada entre nosotras que nunca me permití preguntarme que ocurriría si algo pasase. Y anoche pasó algo. Y tuve pánico porque no sabía qué significaba para mí estar enamorada de ti.”

Yoona pensó durante un momento sobre lo que Yuri había dicho. Había demasiadas cosas ante las que reaccionar y era difícil decidir en cual concentrarse. Pero decidió ir a por la que realmente importaba. Todo lo demás podría resolverlo luego, a solas. “Bueno, ¿ahora sabes lo que significa estar enamorada de mí?” Las palabras le sonaban irreales. aun no comprendía realmente cómo había llegado al punto dónde podía estar diciéndole tales cosas a otra persona, a Yuri Kwon, de toda la gente.

“Sé lo que siento,” dijo Yuri. “Pero no sé lo que sientes, o lo que deseas.”

Yoona la miró fijamente. “¿Qué deseas tú?”

“A ti,” dijo Yuri.

Yoona deseaba llorar de felicidad y temor, pero logró no hacerlo. aun quedaba demasiado de que hablar. “Relamente aun no he aceptado lo que deseo. Quiero decir que sé lo que siento por ti. Pero, ¿qué significa en lo que respecta a nosotras? Todavía eres Yuri Kwon. Todavía eres famosa y siempre en el punto de mira público. Tendríamos que esconderlo todo. Ni siquiera sé qué decirles a mis padres. Y tu carrera… ¿y si la gente lo averigua? Estará en todas las noticias. Todos lo sabrán. ¿Estás dispuesta a arriesgarte?”

“¿Y tú?” preguntó Yuri suavemente.

“No tengo tanto que perder como tú, Yuri,” declaró Yoona. Suspiró. “Pero, pensar en que mis padres lo sepan. Sabiendo cómo reaccionaron con mi hermano…”

Yuri asintió, pero se quedó callada.

“No quiero cometer un error,” continuó Yoona sintiendo romperse su corazón. ¿A dónde iba con esto? ¿Realmente deseaba romper con Yuri antes incluso de tener algo que romper?

Yuri no respondió en seguida. Finalmente, preguntó, “¿Lamentas lo que pasó anoche?”

“No,” dijo Yoona rápidamente. “¿Y tú?”

“Jamás podría lamentar algo contigo,” contestó Yuri.

Yoona no sabía qué interpretar de ese comentario. “¿Qué quieres hacer?”

“Quiero estar contigo,” contestó Yuri sinceramente. “Pero no a riesgo de complicarte más la vida.”

“¿Que hay de tu vida?”

Yuri sonrió. “Mi vida ya es complicada. Eres más importante que mis banales miedos.”

Yoona se sentía triste. Si Yul no fuera famosa probablemente no sería tan complicado. “Sigue siendo tu vida, Yuri. Será tu vida la que estará constantemente bajo el microscopio.”

“También te arrastrarán.”

“No tengo nada que perder,” dijo Yoona.

Yuri suspiró. “Bueno, ¿qué estás diciendo?”

Yoona vaciló, insegura de cómo proceder. “Estoy diciendo que, pese sentirme completamente aterrada por lo que significaría para nuestros futuros, no cambia el hecho de que estoy totalmente enamorada de ti.”

Yuri se le quedó mirando. “Anoche le dije a mi madre que estaba enamorada de ti.”

“¿Qué?” preguntó Yoona, más que conmocionada. “¿Cuándo?”

“Cuando estabas esperando fuera,” contestó Yuri. “Realmente le dije la palabra "tortillera" a mi madre.”

Yoona se rió, aun no superada la sorpresa del anuncio de Yuri. “¿Qué dijo?”

“Nada, todavía,” Yuri contestó. “Le solté la bomba y me marché. No he tenido noticias de ella, así que puede estar aun allí con la boca abierta.”

“Uau,” dijo Yoona. No podía imaginar saliéndole del armario a su madre. Pero, pensar en lo que amar a Yuri significaba sobre su ualidad era totalmente asunto aparte. Uno que no estaba completamente preparada para afrontar. De algún modo, el amor parecía mucho más fácil de tratar cuando no se pensaba en todos los detallitos que lo acompañaban.

“Estoy realmente cansada de vivir una mentira,” explicó Yuri. “Estoy cansada de fingir cada día de mi vida. Sólo quiero ser yo.”

Yoona sonrió. “Parece bueno en teoría.”

“Lo sé,” admitió Yuri. “Pero estoy dispuesta a intentarlo.”

Yoona asintió preguntándose cuánto intento precisaría. “¿Crees que el amor es suficiente para hacer funcionar las cosas?”

“¿Quieres averiguarlo?”

Ahí estaba, la pregunta que había estado haciéndose todo el día. ¿Quería averiguarlo? Sí.

Pero también tenía miedo. Así que realmente se reducía a ver qué era más importante: ¿miedo o amor? Miró a Yuri, que estaba mirándola a la expectativa. “Sí,” dijo.

Yuri sonrió. “¿Crees que estamos dementes?”

“Con certificado,” concedió Yoona con una sonrisa, sintiéndose emocionada de nuevo. Iba a salir con Yuri Kwon. ¿En que rayos estaba metiéndose? ¿Y por qué no parecía importar en lo más mínimo?

Yuri  miró el océano por un momento. “Bueno, ¿quieres ir a ver una película o algo?”

Yoona empezó a reirse. “¿Eso es todo?”

“¿Esperabas fuegos artificiales o algo así?” preguntó Yuri con una sonrisa. “Podría pasar otra hora profesando mi eterno amor por ti, si lo prefieres.”

Yoona lo consideró. “¿No recibo algún tipo de premio por ser quien finalmente te ganó?”

“Um,” Yuri fingió pensarlo. “Compartiré mi creación contigo.” Sostuvo el cuenco del ahora empapado cereal.

Yoona lo tomó y se quedó mirando la gran masa de babosidad . “Que asco.”

Yuri sonrió. “Eres hermosa incluso cuando estás totalmente disgustada.”

El corazón de Yoona se saltó un latido. aun no estaba acostumbrada a oír decir cosas así a Yuri. “Va a costar un tiempo acostumbrarse a esto, ¿verdad?”

“Bueno, no tienes que comerlo si no quieres,” bromeó Yuri. “Parece un poco blandengue.”

“Me refiero a nosotras,” dijo Yoona con una sonrisa.

“Probablemente,” dijo Yuri.

Yoona atrapó la mirada de Yuri y decidió que deseaba algo además del cereal. “¿Puedo cambiarlo por otra cosa?” preguntó levantando el cuenco.

“No sé,” dijo Yuri. “Me costó mucho dártelo.” Se dió golpecitos en la barbilla pensativamente. “Bueno, pero sólo esta vez.” Tomó el cuenco de vuelta y lo sostuvo protectoramente. “¿Qué te gustaría a cambio?.”

“No sé, otra cosa,” Yoona acercándose.

Yuri echó una mirada alrededor. “¿Arena?”

“Um, no,” dijo Yoona, su rostro a centímetros del de Yuri. Yuri la miró a los labios, después a la cara. “Es muy distrayente cuando haces eso.” “Bien,” dijo Yoona con una sonrisa.

“Te daré agua del océano,” susurró Yuri. “Pero es mi oferta final.”

“Entonces supongo que tendré que aceptarlo,” contestó Yoona rozando sus labios ligeramente contra los de Yuri. “A menos que desees cambiar tu oferta final.”

“Es muy dura negociadora, Srta. Im.”

“Mejor que te acostumbres.”

Y entonces, por el momento, cesó toda conversació...

 

Y bueno, este es el final de la versión 1, en la siguiente se logran aclarar algunas cosas y el final es más satisfactorio.

Gracias por continuar leyendo por mucho tiempo, sé que esta actualización tardó mucho, pero nunca la olvide, esperó estén al pendientes de mis próximas historias, las cuales prometo no tardaran mucho en actualizar, y claro, entre ellas se encuentra la versión 2.5 de esta romántica y graciosa historia, nos leemos pronto. Siéntanse libres de dejar sus comentarios, dudas y sugerencias.

Por cierto, se enteraron del efecto Yoona con la aparición en el nuevo programa, increíble, solo ella podía lograr esas cifras.

Gracias por todo su apoyo hasta hoy, nos leemos pronto en mi siguiente adaptacion, "El misterioso caso de Yuri Kwon" y posiblemente la vercion 2.5 del lado ciego del amor 

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Comments

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minogue
#1
Chapter 65: la verdad me encanto y espero la siguiente versión de esta historia :D saludos y ya estoy leyendo tu otra historia
minogue
#2
terminaste esta historia?
sabes me gusto mucho, tuve que volverla a leer porque perdí la secuencia y de que se trataba. Pero no se si ya la terminaste.
yorbelis #3
Chapter 64: Noooooo, dios mio de mi vida, terminala por amor a Jesús cristo, creí que la historia estaba completa, estaba tan emocionada en que iba a leer el final de esta historia tan buena en esta pagina (por primera vez en la historia). Que estres tengo ahora, quiero saber que pasa? Hay o no lemon? Jajajaja, por los dioses estare pendiente de la actualización
yub1ozan #4
Chapter 64: Entre pensando que ya estaría terminada la historia :c ya no la terminarás? </3
LuisaRK #5
Chapter 64: creo ser la unica que comenta XD... aqui esperando el siguiente capitulo.. :´3 ...seria bueno que continuaras con la versión 2.5... lo espero con ganas y paciencia :3
LuisaRK #6
Chapter 64: ... ohh!! estas dos ya me estaban desesperando... por fin UN beso!!! jajaja, (para su comeback me amanecí :3 baile toda la madrugada XD) continúa la esta cool tu historia uu
LuisaRK #7
Chapter 63: Me encanta <3 ... sigue, por favor!!!
LuisaRK #8
Chapter 61: Me encanta esta historia. .(Y recién la conocí ;-;) . Me gustaría que siguiera viva Hasta que termine 7~7 .... Es. ..tann emocionante... Por favor continúa...
yub1ozan #9
Chapter 61: Ya no la piensas continuar? :c
minogue
#10
Chapter 61: Me desesperan esta dos....
buen capitulo