Capitulo 58

Ya no quiero pensar...

Yuri se quedó mirando su reflejo en el espejo, quedándose finalmente con un conjunto. Irónicamente resultó ser el primero que se había probado. Pero al final comprendió que realmente no le importaba si a Jessica le gustara su ropa. ¿Qué diferencia supondría si llevara una cosa u otra? No era como si Jessica tuviera una cita con su ropa

La actriz se volvió rápidamente de su reflejo y echó un ojo a la hora. Llegaba tarde. El que siguiera demorándose con la esperanza de que Yoona llamara no se le había escapado.

No va a llamar, Yuri se recordó, no por primera vez. Está de camino a pasar un fin de semana maravillosamente romántico con Sata--er, Lee Seung Gi. Inspiró profundamente. "Y yo tengo una cita," anunció a la alcoba vacía. "Para la que ya llego tres minutos tarde." Cuernos.

La actriz se apresuró fuera del edificio, esperando, con algo de impaciencia, que el portero le consiguiese un taxi. Sabía que no estaba de buen humor. De hecho casi había llamado para cancelar la cita unas cuatro veces, pero no quería estar sola. No esa noche, cuando sus pensamientos se centrarían indudablemente en Yoona y lo que podría estar haciendo con Lee Seung Gi.

Yuri agitó la cabeza intentando aclarar sus pensamientos. "Gracias," dijo mientras un taxi finalmente aparcaba.

"Que tenga buena noche, Srta. Kwon," le dijo el portero.

Desde la ventanilla del taxi Nueva York parecía distante e irreal. Quizá todas las imágenes vistas a través de encuadres cuadrangulares por naturaleza parecían soñados. ¿Es así cómo ella le parecía a otra gente: distante e irreal, reducida a una figura bidimensional? Era un lugar solitario. Deseaba ser real desesperadamente. Yoona merecía a alguien real.

Yuri suspiró, su mirada vagando a lo largo del paisaje. Se preguntó qué estaría pensando Yoona en ese momento. ¿Era feliz en compañía de Lee Seung Gi? ¿La hacía sonreir? ¿Podría darle todo lo que ella necesitaba? Y en ese caso, ¿podría Yuri aceptarlo alguna vez?

Deseaba creer que sí, que podía dejar atrás el dolor y los celos. Pero en el fondo de su mente, siempre creería que ella podría hacerlo mejor; que podría hacer a Yoona más feliz.

Pero, ¿podía? se preguntó Yuri de repente. ¿Yoona sería feliz bajo el ojo público? ¿Sería feliz renunciando a su privacidad?

La gente querría herirlas, separarlas. La gente diría cosas y asumiría cosas. Mentirían para vender más periódicos. Harían una burla de todo lo que Yuri consideraba hermoso y cierto, sólo porque ella no existía en el mundo de ellos. No se esperaba que las figuras bidimensionales tuvieran sentimientos, no se les permitía amar.

Yuri bajó la mirada al darse cuenta: Yoona estaba más a salvo en brazos de Lee Seung Gi.

"Sesenta y ocho, y Broadway," anunció el taxista parando el vehículo.

Sacada de su ensueño, Yuri le dio rápidamente el dinero y salió al fresco aire nocturno; lista para su cita.

Yoona se quedó mirando por la ventanilla del automóvil que Lee Seung Gi había pedido prestado a sus padres, su mirada fija en la oscuridad de fuera, mientras su mente viajaba a mil kilómetros por hora a través de la autopista de sus pensamientos. Tenía la intranquila sensación de que tendría lugar una una colisión de frente en su futuro próximo.

Después de su visita al apartamento de Leeteuk, Yoona había decidido enterrarse en las tareas de clase. Las clases se convirtieron en su santuario durante el resto de la semana. Había evitado el set. Había evitado el apartamento de Yuri. Lo peor de todo, había evitado a Yuri.

Yoona sabía que tenían el acuerdo de ir a bailar la noche antes, pero se había acorbadado ante el desafío. El que deseara ir la asustó. Yoona había imaginado que si evitaba a Yuri hasta el fin de semana, estaría a salvo. El fin de semana le mostraría que Lee Seung Gi era lo adecuado para ella.

Eso espero…

Yoona desvió la atención de la ventana. "Bueno, ¿qué haremos esta noche?" preguntó, esperando entablar conversación. Hablar mantendría el silencio a raya. El silencio era peligroso. El silencio llevaba a pensar. Y pensar llevaba a la culpa. ¿Cómo pude ignorar así a Yul? El pensamiento se empecinaba en llamar su atención, llenándola de inquietud, impotencia y una mescla de tristeza inmensa.

"Podríamos hacer un fuego," sugirió A. "Y ver una película. Traje algunas."

Yoona asintió. "Suena bien," le dijo buscando en su mente otro inicio de conversación. ¿Por qué no podía pensar nunca algo que decirle? La conversación venía tan fácilmente cuando estaba con Yuri. ¡AGH! "Bueno, um, ¿Vienes con frecuencia aquí?"

Lee Seung Gi agitó la cabeza, su mirada en el camino delante. "No, a mis padres normalmente les gusta su tiempo a solas para estar… bueno, a solas." Sonrió echándole una rápida mirada. "Creo que es dulce que tras todos esos años de matrimonio aún logren encontrar romance."

Yoona asintió. "Sí, no pasa a menudo," dijo recordando el divorcio de sus padres. "Creo que el amor verdadero es difícil de encontrar," agregó no segura de por qué estaba diciéndolo, sobre todo a Lee Seung Gi.

"No sé, a veces se tiene suerte," contestó Lee Seung Gi. "Ya casi estamos."

Yoona miró fuera de la ventanilla, notando el cambio en el paisaje. Deseó poder sentirse más feliz por estar fuera en el bosque, rodeada de belleza inalterada.

El automóvil vino a parar delante de una cabañita de leños y Yoona se quedó mirando un momento. Varias películas de horror le vinieron a la mente.

"Estoy seguro es mucho menos siniestro a la luz del día," bromeó Lee Seung Gi como leyéndole el pensamiento. "Venga, metamos nuestras cosas. Tenemos una noche llena de diversión por delante."

Sí, llena de diversión, pensó Yoona y salió del automóvil.

Yuri estaba intentando desesperadamente prestar atención a todo lo que Jessica decía, pero su mente seguía vagando. ¿Por qué no había llamado Yoona? ¿Había espantado a Yoona? ¿Eran demasiado obvios sus sentimientos?

"Yuri," dijo Jessica interrumpiendo sus pensamientos.

"¿Hmm? " la actriz levantó la vista, notando por primera vez que había estado tamborileando el tenedor contra la mesa. Cesó el movimiento en seguida y miró a la directora con una sonrisa de disculpa. "Lo siento."

"¿Estás bien?" preguntó No, su voz llena de preocupación.

Yuri miró por el restaurante durante un breve segundo antes de devolver su atención a los atentos ojos verdes. Se preocupa de mí… ¿por qué no puedo preocuparme por ella?

¿Por qué deben las cosas complicarse así? "Es que estoy teniendo problema concentrándome, lo siento. Ha sido una larga semana."

La directora afirmó con la cabeza, tomando un sorbo de su copa de vino. "¿Quieres hablar de ello?"

"No, sólo… sólo quiero dejar de pensar," respondió Yuri deseando que fuera tan simple.

Jessica pidió la cuenta con un gesto y se retrepó en la silla mirando a Yuri pensativamente. "¿Quieres ir a casa?" preguntó suavemente.

Casa. ¿Qué era eso? "No estoy segura de desear estar sola," contestó Yuri realmente no importándole cómo sonaba. Va a hacerse una idea equivocada, le advirtió una vocecita.

"No tienes que estarlo," replicó Jessica.

Yoona miraba la televisión intentando enfocar las imágenes que fluctúaban por la pantalla. Pero estaba demasiado nerviosa para concentrarse. Seguía preguntándose qué estaba pensando Lee Seung Gi. Seguía preguntándose qué traería la noche. ¿Pasaría algo? ¿Permitiría que pasase? Aún no lo sabía.

Al lado de ella en el sofá Lee Seung Gi se movió. "¿Quieres un refresco o algo?" ofreció él.

"No, gracias," contestó Yoona manteniendo la mirada en la pantalla de la televisión. Si parecía absorvida en la película, quizá no intentase nada. Es tu novio, no un desconocido. Pero parecía un desconocido. ¿Y no se suponía que ella estaba allí para conocerle mejor? ¿No se suponía que esto era divertido? "Seung Gi," dijo volviéndose a él. "¿Podemos hablar?"

"Claro," contestó Seung Gi apagando la TV. Se volvió para encararla. "¿Qué pasa?"

Yoona se volvió también, tomándose un momento para decidir qué decir. "¿Te sientes incómodo?" preguntó y rápidamente agregó, "Porque yo sí."

"Estoy algo nervioso," admitió él pasándose una mano a través del pelo. "No estoy muy seguro de cómo leerte."

"¿Leerme?" Yoona preguntó desconcertado. ¿Era ella un libro?

Lee Seung Gi la miró con inquietud. "No quiero cruzar la línea ni nada," le dijo suavemente. "No quiero ser cretino."

"Oh," respondió Yoona sintiéndose dividida. "Estoy teniendo problemas viendo dónde está la línea," admitió. "¿Podemos sólo… improvisar?"

"Sí, definitivamente," dijo y se relajó visiblemente. Cogió la mano de Yoona y reasumió la película.

Yoona miró brevemente a sus manos entrelazadas e inspiró profundamente dejando que su mirada descansase en la pantalla de televisión. Su corazón estaba martillando, sus pensamientos estaban desbocados y estaba segura que había dejado la razón y la lógica en la ciudad. "Lee Seung Gi," susurró, una parte de ella esperándo que no la oyese.

"¿Sí?"

"Vamos a la cama," dijo mirándole.

"Lamento haber sido tan mala cita," se disculpó Yuri sintiéndose avergonzada por su conducta de toda la noche. "Me sorprende que aún estés aquí." No miró a Jessica mientras hablaba, eligiendo mantener la vista pegada a la acera.

El hecho era que deseaba poder volver a empezar la tarde de nuevo, empezando con no llegar tarde. Como resultado de su tardía aparición, se habían perdido la película. Aunque Jessica no se había enfadado. Yuri se preguntó si alguna vez se enfadaba. La directora era tan espíritu libre; tan calmada y despreocupada. No parecía posible que una persona pudiera ser tan tranquila.

Jessica le sonrió. "Entiendo que tienes cosas en la mente," contestó con un leve encogimiento de hombros. "Sólo desearía poder ayudar."

"Has ayudado," le aseguró Yuri mirando en los ojos verdes. No estaba segura cómo habría pasado la tarde sola. "De veras aprecio tu compañía. Es que soy terrible para demostrarlo."

La directora se rió fácilmente. "Está bien, Yuri. Soy feliz sólo estando cerca de ti." Miró al cielo ante el comentario. "Lo siento, me prometí que no diría cosas así."

Yuri sonrió sintiéndose adulada. "¿Por qué?" preguntó.

Jessica le echó una mirada, avergonzada. "Porque sé que me gustas mucho más de lo que debería y no quiero espantarte."

"No me siento espantada," dijo Yuri. "Adulada, pero no espantada." Echó una mirada para ver su edificio no demasiado lejos. Podía sentir su corazón latiendo.

"Bien, no deseo incomodarte," dijo la directora, su voz tímida pero sincera.

¿Por qué estoy sufriendo por alguien que no puedo tener? Jessica es perfecta. Sus pensamientos batallaban intentando encontrar solución al problema. No estaba segura que hubiera una buena solución aparte de superar a Yoona y ¿cuánto tiempo costaría eso? ¿Cuál lejos estaba dispuesta a llegar para apresurar el proceso?

"Bueno, aquí estamos," anunció Jessica echando una mirada al edificio.

Yuri miró fijamente la puerta y entonces a Jessica. Podría decir sólo buenas noches. Aquí mismo. Sólo di buenas noches. Pero no quería decir buenas noches. Deseaba sentirse entera de nuevo. Deseaba parar el dolor. Deseaba más que vacío y silencio. "¿Quieres subir?"