Capitulo 50

"No quise herirte."

Yoona no podía recordar el volver a su apartamento. ¿Caminó hasta allí? ¿Tomó el metro? En alguna parte, entre el apartamento de Yuri y el propio, había perdido contacto con su entorno. Incapaz para recontar sus pasos, alcanzó sus llaves, ansiosa por lograr asilo. Su agotada mente apenas registró que la puerta delantera ya estaba descerrojada cuando entró en el oscuro apartamento.

Voces veladas en la oscuridad saludaron su llegada. Sobresaltada, Yoona encendió la luz justo para ver a Jeremy caerse intentando ponerse los pantalones. Sooyoung estaba en algún lugar fuera de la vista de Yoona. "Espero no interrumpir nada," comentó Yoona, momentáneamente distraída de sus cuitas por la escena ante ella.

Sooyoung saltó desde detrás del sofá, su camisa del revés e invertida. "Sólo estábamos viendo TV," dijo jadeante.

Yoona echó un vistazo al aparato de televisión. "Realmente," dijo. "Normalmente funciona mejor cuando la enciendes."

Jeremy apareció un segundo después. "Hola, Yoona," saludó desmañadamente.

"Sabes, tienes tu propio cuarto," le Yoona recordó a su compañera de piso.

Sooyoung se animó. "¿Por qué no vamos a verlo, Jer? Tiene pinturas de Yoona. Te encantarán." Agarró su brazo y tiró de él hacia la alcoba.

Yoona se detuvo lo suficiente para verles desaparecer en el cuarto de Sooyoung, entonces agitó la cabeza y se dirigió hacia el propio. En cualquier otro día, le habría preocupado que Sooyoung estuviera lanzándose demasiado rápidamente en algo. En cualquier otro día, le habría importado.

En cambio, se encontraba extrañamente desgarrada entre donde estaba y donde vagaba su mente. Una parte de ella aún no había dejado el dormitorio de Yuri. Una parte de ella deseaba que toda ella se hubiera quedado.

Pero había escuchado a la parte que había deseado huir. A veces la verdad podía ser asfixiante. Excepto…

Excepto que aún no estaba segura de cuál era la verdad.

Su mirada cayó sobre el ordenador portátil que descansaba en la cama. Lo contempló largo rato, intentando descifrar sus sentimientos. Había demasiadas preguntas sin respuesta impidiéndole tener una reacción sólida.

¿Todo lo de Yul era mentira?

Le dolía que alguien con quien había llegado a intimar y confiar tan profundamente pudiera resultar ser…

¿Qué? ¿Qué era exactamente?

Yoona se sentó al borde de su cama y se quedó mirando la puerta, no viéndola realmente. Estaba enfadada, estaba herida y estaba confusa. Deseaba confrontar a Yuri y deseaba no volver a verla jamás. La dualidad de sus sentimientos batallaba dentro de ella. La verdad era que no sabía qué deseaba.

¿Yul era Yuri? ¿Cómo podía ser? ¿Cómo no lo había notado? Si Yuri no hubiera dicho nada, ¿se lo habría figurado por su cuenta?

Recordó los correos de Yul: actriz… poeta… lesbiana. Yoona frunció el ceño. ¿Cuánto de Yul era Yuri? ¿Era todo mentira, una broma llegada demasiado lejos? ¿A Yuri le gustaba engañar gente por Internet? ¿Trabar amistad y entonces dejarles por tontos?

La furia empezó a reemplazar el shock inicial de Yoona. ¿Cómo podía nadie ser tan cruel? ¿Qué derecho tenía Yuri Kwon de mentir así a la gente? Sólo porque fuese famosa no significaba que estuviera por encima del resto del mundo. "Y justo cuando estaba empezando a pensar que me equivocaba sobre ella," Yoona murmuró, girando los ojos al cielo. "Me está bien empleado."

7:02

Habían sido las 7:02 por lo que ya parecían horas. Yuri miró el despertador un segundo más largo, deseosa de que cambiase, deseosa de que demostrarse que el tiempo no se había detenido.

Se quedó mirando el sobre en su mano, contemplado un lado y después dándole la vuelta. Todo lo que decía era, "Feliz cumpleaños, Yoona". La tarjeta no decía nada más elaborado que eso. Aún así, se había acobardado dárselo. Y ahora le aliviaba no haberlo hecho.

Suspirando, arrojó la tarjeta a un lado y ojeó la hora.

7:03

Así que no se había detenido después de todo; sólo cambiaba despacio… tan despacio que tras un rato dejas de prestarle atención. El cambio era curioso de esa forma. Se arrastra sobre ti, a veces despacio, a veces de repente. Pero sin tener en cuenta el paso o el tiempo, lo único que quedaba eran esquirlas de recuerdos rotos, esperando ser pisadas sin zapatos.

Girando los ojos al cielo, cayó sobre la cama. Sus ojos siguieron yendo a las pinturas en la pared. Ahora dolía mirarlas. Seguían recordándole que debiera haber ido tras Yoona. Que debiera haber intentado explicarlo.

Aunque, ¿explicar qué? ¿Que había sido demasiado egoísta para ser sincera? ¿Que deseaba aferrarse a la fantasía de algo que nunca podría ser?

Yuri cerró los ojos, su cuerpo exhausto, su mente alerta. Deseaba llamar a Yoona. Incluso si todo lo que Yoona hiciera era gritarle, era mejor que el silencio de su cuarto.

Dicho silencio fue interrumpido de repente por un ruido familiar. Yuri abrió los ojos y los entrecerró, intentando situar dónde venía el sonido. Volvió la cabeza para mirar el armario. ¿El armario…?

Corrió a él y empezó a echar cosas fuera, mirándolas brevemente antes de continuar su búsqueda. Eventualmente encontró lo que había estado buscando. "Hola," dijo jadeante.

"¿Yuri?"

Apoyándose contra la puerta del armario, Yuri intentó suprimir su desilusión. "Al habla," dijo. ¿Qué esperaba? ¿Tenía siquiera Yoona su número de móvil?

"Soy Jessica," vino la voz de la directora. “Jung," agregó un segundo después.

"Oh, hola," Yuri saludó, intentando parecer tan cortés como su humor permitía.

Hubo una breve pausa mientras la directora trataba con alguien más. "¿Yuri?"

"Todavía aquí," contestó la actriz, sintiéndose impaciente.

"De veras siento estar llamándote tan temprano, pero esperaba que pudieras pasarte hoy por el set. Quiero ver donde estais tú y Samantha, químicamente. Sé que no vamos a rodar esas escenas en mucho, pero me gustaría saber cuánto trabajo van a necesitar."

"Puedo estar allí en una hora," Yuri contestó, ansiosa de una distracción. Se detuvo, repentinamente preocupada. "¿Va a estar Sooyoung Choi?"

"No," contestó Jessica. "Trabajaremos en tus escenas con ella el lunes. ¿Por qué?"

"Sólo curiosidad,"contestó Yuri, aliviada. No deseaba tener que encarar a Sooyoung. Aún no.

"Nos vemos en una hora," contestó Jessica.

"Vale," respondió Yuri, colgando. Alegre por tener algo que ocupara su mente además del paso de tortuga del tiempo, Yuri se dirigió hacia la ducha.

Tras evaluar y reevaluar su vida, Yoona había llegado a una solución. No iba a ser fácil, pero iba a tener que hacerlo. Si Yuri Kwon pensaba que podía comprar a Yoona con su elegante dinero, las llevaba claras. Yoona planeaba devolver hasta el último centavo. Iba a llevarle largo tiempo, pero lo haría. Y entonces se libraría de Yuri o Yul o cualquiera fuese su nombre hoy, y volvería a una existencia sensata, internauta y llena de paz. De ahora en adelante, sólo hablaría online con su padre. Al menos sabía que él era trigo limpio.

Satisfecha con su decisión, abrió el periódico.

"Por favor, díme que hiciste café," masculló Sooyoung mientras entraba en la cocina.

Yoona le arqueó una ceja a su amiga. Parecía como muerta. "¿Larga noche?"

Sooyoung asintió en medio de un bostezo. "Jeremy y tuvimos una verdadera experiencia conectiva."

"El o hace eso," comentó Yoona.

Sooyoung se detuvo a medio servirse café para quedarse mirando a Yoona. "¿Perdona? No dormí con él. Tonteamos, hay una diferencia."

"Soy mala," murmuró Yoona.

"¿Por qué estás leyendo el periódico?" preguntó Sooyoung, alejando la conversación de sus incriminatorias actividades.

Yoona suspiró, no queriendo entrar en eso. Miró a Sooyoug. "Busco trabajo."

"¿Por qué? Pensé que la renta estaba cubierta." Sooyoung se sentó a la mesa, café en mano. "¿Ya se acabó?"

"No, voy a devolverlo," contestó Yoona.

Sooyoung se quedó mirando. "¿Te sientes bien?"

"En realidad, no," contestó Yoona. Era inevitable. Inspiró profundamente. "¿Conoces a Yul?" Sooyoung  asintió.

"¿Y conoces a Yuri?"

Otra inclinación.

"Son exactamente la misma persona," explicó Yoona, levantándose de la mesa para poner la jarra de café en el fregadero. No le dio oportunidad a Sooyoung de responder antes de continuar, "Yuri me lo dijo anoche. Me llevó a su apartamento donde procedió a descubrir su colección de mis pinturas. Todas ellas, incluso la que le di a la dama misteriosa. ¿Adivinas quién era? Agh."

Yoona abrió el grifo y empezó a enjuagar la taza, hablando por encima del ruidoso chorro de agua. "Pero voy a devolverle hasta el último de esos 15.000 $. ¿Quién haría tal cosa? Fingir ser quien no es sólo para…" Yoona no estaba segura de qué había Yuri sacado de esto, pero estaba segura que no era bueno. "Probablemente pensó que era tan buena broma. Todos sus amigos de alta sociedad sentados burlándose de mí."

Incapaz para limpiar la jarra más de lo que estaba, cerró el agua y se volvió a su amiga. "Me siento tan idiota," admitió suavemente.

Sooyoung se sentó atrás en la silla, pareciendo aturdida. "¿Era Yuri? Todo el tiempo… Uau."

Miró alrededor pensativamente. "¡Te das cuenta que significa que hemos sido amigas de Yuri Kwon durante meses!"

"¿Amigas?" habló Yoona. "Las amigas no se mienten así. No pretenden ser quién no son. Si realmente quisiera ser mi amiga, me habría dicho la verdad desde el principio, en vez de jugar todos estos juegos mentales." Yoona agitó la cabeza. "No es mi amiga. Es sólo una actriz estirada con nada mejor que hacer."

"Me consiguió un papel en la película," señaló suavemente Sooyoung. "Tio, es demasiada información para procesar a esta hora."

Yoona asintió, estando de acuerdo. La verdad era que, a pesar de su enojo, estaba confundida. Y no quería estar confundida más.

"Bueno, ¿qué dijo para defenderse?" preguntó Sooyoung.

Yoona se encogió de hombros, apoyándose contra la barra de la cocina. "Huí de allí antes de que pudiera decir nada. Es que… no podía… soportarlo. Necesitaba aire o algo. ¿Cómo se responde a algo así?"

"¿Vas a hablar con ella?"

"Sí, voy al banco y sacar lo que queda del dinero y devolvérselo. Entonces veré cómo devolverle el resto."

"¿Crees que lo aceptará?" preguntó dubitativamente Sooyoung.

"Bueno, yo no lo quiero," contestó Yoona. "No quiero tener nada más para ver con Yuri Kwon… jamás."

Yuri miró fijamente su co-estrella. Al principio, se había preguntado por qué Jessica la había escogido, ya que Samantha no era una de las actrices con las que Yuri tuvo audición. Pero ahora Yuri lo entendía. La mujer era asombrosa. Casi lo bastante para hacerle olvidar a Yuri la horrible personalidad de Samantha.

Casi.

Yuri se concentró en mantenerse en carácter. En unas cuatro líneas, iba a estar besando a la actriz delante de ella. Yuri se figuró que tenía que ser mejor que sus pasadas experiencias.

En la penúltima frase del monólogo de Samantha, Yuri avanzó. En la penúltima palabra, se inclinó adelante. Pero antes de que sus labios presionasen contra los de la otra mujer, la directora dijo, "¡Corten!"

Al instante, Yuri retrocedió y miró a la directora con expectación.

Jessica Jung tenía una sonrisa en su cara. "Perfecto," comentó. "La próxima semana trabajaremos en las marcas y recorrido pero, aparte de eso, excelente trabajo. Supongo que puedo descansar tranquila."

"¿Hemos acabado por hoy?" preguntó Samantha, su tono impaciente.

Jessica asintió distraídamente, su atención en una parte diferente del set. "Nos vemos el lunes."

Yuri se volvió para irse, pero una voz la detuvo.

"¿Yuri?"

La actriz se volvió a enfrentar a la directora. "¿Sí?"

"¿Estás ocupada esta noche?" preguntó Jessica, pareciendo vacilante y avergonzada.

El corazón de Yuri se aceleró, la revelación de Taeyeon aún fresca en su mente. Por un largo instante, no supo cómo contestar. Al final, dijo, "Realmente no." Las palabras abandonaron su boca antes de que pudiera pensar lo que estaba diciendo.

Alentada, Jessica continuó. "Hay una película independiente en un pequeño cine en Manhattan. Pensé que podría gustarte verla. Oí que es muy buena."

Bueno, era una primera vez. Le estaba pidiendo salir su director, su directora mujer. ¿Le dijo Taeyeon a Jessica que podría tener oportunidad después de todo? ¿O es que era Jessica así de perceptiva? ¿O valiente? O ambos.

Yuri se aclaró la garganta, intentando ver qué decir. ¿Quería sentarse en su apartamento sintiéndose desdichada toda la noche? ¿Y si Yoona llamaba? ¿Y si no? ¿Y si? ¿y si? ¿y si? "Suena bien," dijo por fin. "Estoy segura que a Siwon le gustaría oír al respecto."

"¿Siwon?" cuestionó Jessica.

"Mi—" Yuri vaciló. Iba a decir novio. ¿Pero merecía la pena mentir? ¿Siquiera importaba ya? "Mejor amigo. Es director."

"Siwon," Jessica repitió como intentando recordar algo. "¿Choi?"

Yuri asintió. "El único y verdadero."

"Soy fan de su trabajo. Es…"

"Raro," terminó Yuri por ella.

Jessica se rió. "Iba a decir provocativo."

Yuri sonrió. "Raro," insistió.

"Debieras ver algunas de mis primeras películas," contestó Jessica.

Yuri sonrió. "Lo he hecho," admitió. "Disfruté especialmente Galactic Cannibal, ¿era…? ¿um?" Buscó el adjetivo correcto.

"¿Rara?" adivinó Jessica, sonriendo.

Yuri sonrió. "Bueno, iba a decir psicótica."

Jessica se rió. "Muchísimas gracias." Miró a un lado cuando algo captó su mirada.

Yuri notó que alguien estaba llamando a la directora y se figuró que su charlita había terminado. Se encontró extrañamente aliviada y, aún más extrañamente, defraudada.

"El deber llama," dijo Jessica, regresando a Yuri. "¿Te recojo a las 7:30?"

Yuri empezó a asentir, entonces se detuvo. "¿Sabes dónde vivo?"

Jessica sonrió y empezó a alejarse. "Nos vemos esta noche."

Yuri miró a la directora, no realmente pensando en nada en particular, aparte del hecho que había logrado no pensar en Yoona durante unos cinco minutos y ése era un gran progreso.

Quizá esta noche pasara de diez.

Yuri habría estado lista a las siete. O lo habría estado de no haber decidido a las 7:26 que lo que llevaba puesto no era apropiado. No obstante, ¿qué se llevaba en una cita con una directora?

Se daba cuenta que estaba siendo ridícula, allí de pie, delante del espejo de cuerpo entero con los pantalones alrededor de los tobillos. "Solía ser tan sofisticada," susurró sentidamente.

El golpe en la puerta la sacudió de su indecisión. "Mierda," masculló, alcanzando abajo para subirse los pantalones.

Fue brincando por el cuarto, intentando meter el trasero en los pantalones. ¿Había ganado peso? "¡Ya voy!" gritó, esperando que de algún modo su voz atravesase el apartamento y traspasase la puerta delantera.

Los pantalones en su sitio, arremetió a por la camisa que había tirado por el cuarto. Estaba del revés. "Dita sea," murmuró cuando oyó otro golpe. Metió la cabeza a través del cuello de la camiseta y se lanzó hacia la puerta, intentando meter las manos por las mangas mientras corría.

Finalmente, estaba vestida. O al menos, esperaba estarlo. Debatió volver corriendo al cuarto para mirarse en el espejo, pero decidió que realmente no le importaba. Abriendo de un tirón la puerta, dijo, "Lamento que me llevase tan—" El resto de las palabras murió en su garganta. "Yoona," musitó.

Ojos avellana miraron detrás de la actriz durante una fracción de segundo. "Lo siento, no quería interrumpir."

"No interrumpes," contestó Yuri. "Sólo estaba vistiéndome. ¿Quieres entrar?" Miró brevemente detrás de Yoona, esperando que Jessica no se presentara ahora.

Yoona miró abajo y se aclaró la garganta. "No, uh, sólo quería venir y darte esto," dijo, dándole un pedazo de papel a Yuri. "Te devolveré el resto en cuanto pueda."

Yuri miró al objeto en su mano y se dio cuenta que era un cheque. "¿Para qué es esto?"

"Es lo que queda del dinero que me diste," contestó Yoona. "No lo quiero."

Yuri levantó la vista, frunciendo el ceño. "No te dí dinero."

"Mira, puedes ahorrarte las mentiras porque ya no me las trago," contestó Yoona, pareciendo enfadada. "No necesito tu caridad y no necesito tu dinero culpable. Así que acéptalo y no lo compliques más de lo que ya está."

Yuri inspiró profundamente y rasgó el cheque por la mitad. "Ese dinero no tenía nada que ver con la culpa. Te compré una pintura."

"La pintura era quince dólares," argumentó Yoona.

"Bueno, valía más para mí," replicó Yuri, su mirada en la de Yoona. No quería estar teniendo esta conversación. "Por favor, no lo hagas ir sobre dinero," dijo, mirando hacia los desgarrados trozos de papel en su mano.

Yoona miró fijamente a Yuri antes de responder. "¿Entonces de qué va?"

El zumbido del interfono interrumpió la respuesta de Yuri. Miró a Yoona con pesar por un momento y entonces pulsó el botón. "Kwon," dijo.

"Eh, soy Jessica. Siento llegar tarde."

Yuri suspiró; sabiendo que su conversación con Yoona había acabado. "Sube." Se volvió a Yoona. "Lo siento."

"No importa," contestó Yoona, empezando a alejarse. "Nos vemos."

"Yoona, espera," empezó Yuri, no segura de qué deseaba decir.

Para sorpresa de Yuri, Yoona se detuvo.

"No quise herirte."

"Es lo que todos dicen después de herir a alguien," contestó Yoona, entonces se encogió de hombros, volviéndose de nuevo. "No arregla nada."

Yuri tragó, intentando no llorar ante la desesperación que sentía. "Entonces déjame intentar arréglalo."

Cuando Yoona se dio la vuelta, Yuri notó que sus ojos estaban húmedos. "Me siento como si mi mejor amiga acabara de morir. Y eres tú quién la mató." Agitó la cabeza y empezó a alejarse. Entonces se detuvo. Sin volverse, agregó, "Sé que crees que estoy furiosa contigo por mentirme. Y puede haber sido verdad al principio, pero es más que eso." Echó una mirada atrás. "Lo que realmente está matándome es que me hiciste creer en algo hermoso y especial, y lo has destrozado para siempre." Miró a lo lejos. "Buena suerte arreglando eso."

En alguna parte al fondo del vestíbulo, Yuri percibió el ruido de apertura de las puertas del ascensor. Miró en esa dirección, justo cuando Jessica salía al vestíbulo. La directora saludó a Yoona que sonrió educadamente mientras desaparecía dentro del ascensor.

Yuri estaba paralizada, insegura de qué hacer. ¿Debía seguir a Yoona? ¿Debía dejarla irse? ¿Que era lo correcto a hacer? No lo sabía. Todo lo que sabía es que estaba agonizando por dentro y el dolor estaba amenazando tragarla entera.

"¿Estás bien?" preguntó Jessica, acercándose a la actriz con preocupación.

Yuri sabía que estaba a punto de empezar a llorar, pero necesitaba aguantar hasta que estuviera sola. "Mira, no puedo hacer esto," se encontró diciendo. "No quiero darte ánimos. No quiero herirte. Ya he hecho de eso lo suficiente para toda una vida y, al menos ahora mismo, tengo la opción de hacer algo bien para variar. Lo siento." Con eso, entró en el apartamento y cerró la puerta.

Apoyando su espalda contra ella, dejó caer las lágrimas.