Dos palabras no son suficientes

El lado ciego del amor 1 (adaptación)

Capitulo 64

Dos palabras no son suficientes 

Yuri escuchó el tintineo de cubertería contra el fondo de los platos. El ruido, aunque rítmico, sólo servía para crisparle los nervios. Deseaba coger la mano de Yoona y sacar a su amiga de allí. Había demasiado silencio. La falta de conversación le molestaba.

Finalmente fue la hermana de Yoona quien rompió el silencio. “¿Y qué pasó con Siwon?”

Susan levantó la vista de su plato, al parecer escindida entre decirle a Yeri que callara y sentir genuina curiosidad por saber la respuesta de Yuri. Optó por la curiosidad. “Sí, Yuri, ¿qué pasó?”

Yuri podía sentir todos los ojos mirándola; los de su madre, los de Yeri y los de Yoona. No quería mentir delante de Yoona. No quería seguir fingiendo, ni inventar más historias para ocultar la verdad. ¿Pero qué se gana admitiendo la verdad? “No estoy enamorada de él,” respondió finalmente.

“¿Y de quién estás enamorada?” preguntó Yeri.

La pregunta dejó helada a Yuri. No sabía cómo responder sin mentir. “¿Qué te hace pensar que estoy enamorada de alguien?” contratacó intentando darle la vuelta, esperando que la pregunta se disipara en la nada.

Yeri se encogió de hombros. “¿Lo estás?”

“Supongo que tendrás que ver Entertainment Tonight como todos los demás,” replicó Yuri.

Resignada, Yeri se volvió a Yoona. “Mamá estaba segura que eras el nuevo novio de Yuri,” informó. “Hizo que el personal limpiara toda la casa en preparación a tu llegada.”

Susan se aclaró la garganta, claramente avergonzada por la revelación de su hija. “Bueno, Yoona, ¿sales en la película con  Yuri?”

Yoona pareció momentáneamente desconcertada por la súbita atención. “No, soy estudiante de arte en NYU. Aunque mi compañera de piso sale en la película.”

“Yoona es una artista muy talentosa,” aportó Yuri, saltando ante cualquier oportunidad para alardear de su talento.

“¿Tienes novio?” preguntó Yeri con curiosidad.

“¿Es todo en lo que piensas?” respondió Yuri irritada por las preguntas de su hermana.

Yeri ignoró a Yuri y concentró su atención en esperar la contestación de Yoona.

Yoona agitó levemente la cabeza y dijo, “Tenía. Pero nos separamos.”

“¿Por qué?” preguntó Yeri.

“¡No es asunto tuyo!” estalló Yuri.

“Yuri,” reprendió Susan.

Yeri pareció molesta. “Soy libre de tener una conversación con tu amiga si lo deseo. No eres su dueña. Tiene todo el derecho a decirme que me calle siempre que me propase.”

Frustrada y un poco más que enfadada, Yuri apretó la mandíbula, pero no dijo nada. Yeri tenía razón, por mucho que detestara admitirlo. Yoona era plenamente capaz de cuidarse sola.

“No estaba enamorada de él,” contestó Yoona, si sólo para poner fin a la riña.

“Parece ser común,” comentó Yeri lanzando una mirada a Yuri.

“No debe ser fácil,” intercaló Susan, “ser artista en Nueva York.”

Yoona se encogió de hombros. “En realidad no es fácil ser alguien en ninguna parte.”

Susan se quedó un momento mirando a Yoona. “Bueno, supongo que sabrás de esforzarse. Siempre he admirado a tu gente.”

Yuri giró bruscamente la cabeza hacia su madre. Se quedó mirando con incredulidad.

Yoona serenamente tomó un sorbo de su bebida y miró a Susan. “¿Qué gente es esa?”

Susan agitó la mano en un gesto circular como para indicar que con 'gente‘  se refería a una entidad gigante: la minoría en general. “Chinos. Lo veo en TV a todas horas. Esa pobre gente siendo rescatada de las balsas.” Agitó la cabeza y tomó un sorbo de vino.

“Francamente, no puedo imaginar cómo lo logran. ¿Tu familia llegó aquí de igual modo?”

Yuri parpadeó.

Yeri ahogó una carcajada.

Yoona sonrió. “Sí, claro. Los coreanos escapamos del país en balsa a todas horas.”

 “¿Así que entonces es común en tu cultura?” preguntó Susan. “Asombroso a lo que la gente se acostumbra.”

Yuri deseaba, desesperadamente, golpear su cabeza contra la mesa y rezaba porque todo fuera un mal sueño. Sabía que su madre era malvada pero, ¿también ignorante y estúpida? “Son un Estado asociado, madre. Estoy segura que los aviones son un poco más convenientes.”

Susan absorbió esta información desde detrás de su vaso de vino. Sus ojos azules se clavaron en Yoona y se entrecerraron ligeramente. Estaba claro para Yuri que su madre no apreciaba ser corregida por su hija. Sobre todo cuando le provocaba vergüenza personal. También le era claro a Yuri que el sarcasmo de Yoona era igualmente poco preciado. “Entonces parece injusto que la acción afirmativa aun os incluya como participantes, ¿no? Los chinos deben sentirse muy altos y poderosos teniendo lo mejor de ambos mundos.”

El humor dejó los ojos de Yoona. “Lo que parece injusto, señora, es que a su estulticia se le permita residir en casa tan hermosa como ésta. Estoy segura que el tamaño de esta mansión está compensada por el tamaño de su cerebro.”

Yeri estalló en carcajadas pero lo escondió con una enorme y dramática tos.

La boca de Susan se quedó ligeramente abierta, entonces se cerró rápidamente. Incapaz de replicar, tomó otro sorbo de vino.

Yuri se aclaró la garganta, principalmente para impedirse reír. Yoona había increpado a su madre. Yoona, Estaba casi mareada por la diversión y levemente paralizada por la impresión. “Bueno, gracias por la cena, madre,” dijo levantándose. “Yoona y yo tenemos asuntos que tratar.”

Yoona también se levantó, su mirada hacia abajo, como si ahora estuviera dándose cuenta de que ella, Yoona Im, acababa de llamar estúpida a la madre de Yuri Kwon

“Yuri,” dijo Susan duramente aunque con inquietante calma. “¿Podría hablarte en privado?”

En realidad no era una pregunta. Yuri miró rápidamente a Yoona. “Nos encontraremos en la limusina.”

Agradecida al poder esperar fuera, Yoona asintió y fue hacia la puerta delantera. Se dio la vuelta, sólo para ofrecer una cortés inclinación a Yeri.

Yuri observó salir a Yoona y entonces, resignada, siguió a su madre al cuarto contiguo.

“No te quiero cerca de esa… esa…” La voz de su madre se apagó, la ira reemplazando su  fría conducta.

“Su nombre es Yoona,” dijo Yuri también empezando a enfurecerse. No podía creer lo que su madre había dicho. “¿Balsas, madre?”

“Debería agradecer no haberla necesitado,” replicó Susan. “Esa gente nunca aprecia nada. Les permitimos entrar en nuestro país y todo lo que hacen es quejarse.”

“¿Te estás oyendo?” exigió Yuri.

Susan encogió sus delgados hombros. “Dono a sus organizaciones de caridad. Sé de qué va. Y a esa… lo que sea, jamás se le volverá a permitir la entrada a esta casa.”

“¡Como si quisiera regresar!” gritó Yuri.

“Yuri, no voy a repetírtelo. ¡No quiero que te asocies con tan despreciable hez!”

Yuri no se había sentido tan furiosa en su vida. ¡El valor de su madre! ¡Cómo se atrevía! “Ya no dictas mi vida.”

“No estoy hablando de tu vida, Yuri,” dijo Susan, su voz regresando a la calma, confortada al saber que había hecho perder la frialdad a Yuri. “No te pongas dramática.”

“Yoona es mi vida,” contestó Yuri, ni siquiera sorprendida por facilidad con que las palabras salieron de sus labios.

Susan ni siquiera pestañeó. “Deja de decir tonterias.”

“No son tonterias, madre,” respondió Yuri, su furia alimentando su valor. “Es la verdad. Soy gay. Bollera, tortillera, lo que quieras llamarme. Y estoy enamorada de Yoona. Niégalo, acéptalo, me importa un bledo.” Con eso se giró sobre sus talones y fue hacia la salida más cercana.

Yoona paseaba junto a la limusina, sintiéndose a la deriva en un mar de mezcladas emociones. ¿Cómo había llegado a perder el control? Le era tan impropio, tan extraño a su personalidad dar voz a sus pensamientos. Y aun así, las palabras habían escapado de su boca antes de tener oportunidad de detenerlas.

Pero no era pesar lo que sentía estando al pie de la majestuosa perfección. Echando una mirada a la torre de grandiosidad que albergaba la llave de su revelación. Era más específico que pesar. Había entrado en la mansión con sentido de sobrecogimiento y fascinación, y partía con un sentimiento de piedad tan profundo que le costó instantes definir la emoción.

Ahora Yoona comprendía el equilibrio del mundo. Se había equivocado al creer injusto que Yuri tuviese tanto: belleza, fama, fortuna. Los lujos superficiales de la vida, tan fáciles de confundir con dones y bendiciones, ahora le parecían a Yoona meros sustitutos para el verdadero milagro de ser.

¿Cómo pudo Yuri sobrevivir tantos años en compañía de tan fría indiferencia? No parecía justo que a nadie le robasen el consuelo de un hogar amoroso, aunque elegantemente enmascarado entre pliegues de vestidos de terciopelo y perfección orlada en oro.

La furia reemplazó a la piedad.

La brisa del océano picaba en sus labios y Yoona se lamió la sal preguntándose por un instante si estaba llorando sin notarlo. Pese a su furia, la idea de enfrentar a Yuri llenó a Yoona de miedo. El hecho era que había sobrepasado los límites en la cena y la posibilidad de que Yuri estuviera molesta destacaba firmemente en la mente de Yoona.

El sonido de pisadas captó la atención de Yoona y sintió retenerse su respiración.

"Deberíamos salir de aquí," dijo Yuri en un tono que reclamaba definición. No era uno que Yoona hubiese oído antes.

Sobresaltada ante la súbita aparición de la actriz,  Yoona se quedó muda. Sin una palabra, siguió a Yuri a la limousine. Se sentaron calladamente, escuchando el sonido del motor arrancando, distraídas por la rapidez del movimiento.

"Lo siento," dijo Yuri, las palabras suaves y refrescantes contra la dureza de silencio. "No creí que saliese tan mal."

Yoona se había preparado para todo menos una disculpa. Su mente falló en salir con una contestación adecuada.

Yuri  le echó una mirada y miró a lo lejos. "Comprendo si quieres regresar a Nueva York."

La regresiva naturaleza de la conversación era para Yoona como una vuelta. ¿Por qué creería Yuri que querría irse? "Soy yo quien debería sentirlo," dijo finalmente. "No pretendía insultar así a tu madre. Fue verdaderamente grosero y--"

"Bien merecido", acabó Yuri  volviendo a mirar a Yoona. "Es ella quién debiera sentirlo." Sonrió. "Nunca antes te había visto tan franca. Debiera hacerte enfadar algún día."

Yoona sonrió, permitiendo que la dulzura del alivio le recorriera. "Creo que sería más prudente si no lo hiciera, Srta. Kwon. Quién sabe qué cosas sin censurar podrían escapar en la noche."

"Vaya, ahora me pica la curiosidad."

Yoona sonrió, sintiendo la arrolladora necesidad de abrazar a la actriz. Pero sólo se cruzó de brazos y se retrepó en el asiento.

 

Yuri había añorado el sonido de las olas. Había añorado los paseos a medianoche por la orilla; descalza y despreocupada en la arena mojada y resbaladiza; hundiéndose con cada pisada, sólo para emerger y hundirse de nuevo. Tan sólo en presencia de tales factores se dio cuenta de que enorme parte de su existencia diaria había estado perdida.

Era agradable, ahora, sentarse en la tranquila soledad de la noche y quedarse mirando el rítmo de las olas. Deseó quedarse allí para siempre, lejos de su madre, el público, sus amigos.

Lejos de Yoona…

Yuri se preguntó cuánto más podría aguantar sin confesar. El miedo a perder la amistad de Yoona empezaba a ser más una excusa que una razón. ¿Tan malo sería el rechazo? Podría seguir adelante tras eso; a qué, no estaba segura, pero tenía que ser mejor que permitir a sus emociones supurar en el profundo baúl del anhelo. Cualquier cosa tenía que ser mejor que esto.

Suspirando, se echó atrás sobre sus codos. Siempre se había considerado una persona segura. Toda su vida había ido a por lo que deseaba, así que ¿por qué no esta vez? ¿Qué había tan aterrador en la palabra 'no'?

Yoona había estado observando a Yuri durante algún tiempo. No había sido su intención encontrarse con la actriz en la playa. Ambas se habían despedido por esa noche. Ambas se suponía que estaban durmiendo.

Y Yoona lo había intentado. Se quedó mirando el techo, observando la oscuridad discutir con la luz. Había escuchado las olas intentando encontrar un ritmo que le sosegara. Hasta había contado 484 ovejas antes de llegar a la conclusión de que el sueño no vendría.

Así que había ido a pasear y se tropezó, bastante inesperadamente, con la forma de Yuri Kwon. En un momento de pánico irracional, se escondió. Y ahora se sentía ridícula, como una mirona. Como una mirona ridícula. aun así, no se descubrió. Era de lejos demasiado tentador permanecer oculta, observar a Yuri en su estado natural, sin tener que preocuparse por mirar demasiado intensamente o durante demasiado. Incluso si le daba algo de repelús, escondiéndose en las sombras como una acosadora loca.

Yoona deseaba ser valiente. Deseaba ir hasta Yuri y decirle, de plano, que sus sentimientos eran más intensos que la simple amistad. Que estaba desesperada por besarla, aunque el pensamiento era tan aterrador como excitante. Yoona deseaba soltarlo todo, confesarlo todo. Quizá entonces, tras el rechazo que ciertamente seguiría, podría seguir adelante. Estaba cansada de volverse loca con fantasías y escenarios posibles.

Pero no era tan valiente. Jamás podría decir esas cosas, aunque lo deseaba. Aunque jamás habría imaginado decir lo que le dijo a la madre de Yuri. Así que, quizá había una oportunidad.

Yoona permitió a su atención derivar a la figura a unos metros. La vida sería muchísimo más fácil si la gente llevara, como en los cómics, bocadillos con sus pensamientos.

 

Unos pasos interrumpieron sus pensamientos. Y se volvió, sorprendida al encontrar a Yoona yendo hacia ella. Se figuraba que la artista estaba dormida. "¿Cómo sabías que estaría aquí?" preguntó.

Yoona la miró un momento y entonces se sentó. "¿Qué te hace pensar que estaba buscándote?" bromeó.

"¿No podías dormir?" adivinó Yuri.

"No," admitió Yoona, mirando fijamente al océano. "Supongo que es que ha sido un día agotador."

Yuri asintió. En verdad agotador. aun no se había hecho a la idea de cómo logró salirle del armario a su madre. Una parte de ella todavía estaba en fase de negación al respecto. "Bueno, supongo que éste es buen sitio para insomnes."

Yoona permaneció silenciosa por un rato y Yuri se esforzó por impedir que su mirada fuese a la cara de la artista.

"¿Añoras todo esto cuando estás en Nueva York?" Yoona preguntó, levantando la vista. "Es tan tranquilo comparado con la ciudad. Bueno, en realidad, es tan tranquilo en general."

"Lo añoro," admitió Yuri. "Pero regresaré aquí dentro de un mes o dos."

"Oh," dijo Yoona con lo que Yuri pensó que era un atisbo de tristeza. "Supongo que, una vez termines la película, no tendrás razón para quedarte en Nueva York."

Yuri no sabía cómo decir que había razón suficiente para quedarse. Pero realmente no era el problema. "He de regresar y terminar la temporada de Guardian."

"Oh, cierto," respondió Yoona. "¿Cuánto más va a durar la serie?"

"Podría acabar este año," contestó Yuri. "Pero me pidieron que renovara el contrato por dos temporadas más."

"Entonces eso debiera mantenerte bastante ocupada," replicó Yoona.

Sí, en verdad muy ocupada. Más películas, más series de TV, más giras promocionales, más entrevistas. ¿Que sentido tenía siquiera decirle a Yoona cómo sentía? Yuri no tenía tiempo para una relación. "aun no he firmado el contrato," se encontró revelando.

Yoona la miró con sorpresa. "¿Estás debatiendo si continuar o no?"

Yuri no sabía contestar a eso. El hecho era que tenía ese contrato en su posesión hacía meses. Lo había discutido con sus abogados. Tenía, en su mente, intención de pasarse los próximos dos años en el papel de Kiara. Pero estaba vacilante. Una parte muy fuerte de ella no deseaba tener esa responsabilidad cerniendose sobre la cabeza. Deseaba la opción de hacer otra cosa, o no hacer nada en absoluto. "Sí," dijo finalmente. "Supongo que sí."

Yoona asintió pero no pidió detalles. "Te echaré de menos cuando te vayas," dijo sonriendo, si bien un poco tristemente. "Me he acostumbrado a tenerte cerca."

Las palabras hicieron que el corazón de Yuri se saltara un latido. "Me quedo el apartamento," dijo, aunque no lo había decidido totalmente hasta ese momento. "Regresaré."

"Bien," dijo Yoona.

Permanecieron en silencio mucho tiempo escuchando las olas. Yuri estaba desesperada por decir algo. Pero deseaba salir con algo que fuera más que una pérdida de aliento para llenar el silencio. Deseaba decir decir algo significativo, profundo, que expresara, siquiera mínimamente, las emociones que le recorrían.

Bordeaba lo doloroso estar allí, a centímetros de la persona que anhelaba, y censurar los únicos pensamientos que realmente parecían importar. ¿Por qué decir te amo es tan difícil?

"¿Crees que es raro?"

Yuri parpadeó, completamente sorprendida por la pregunta. "¿Qué creo que es raro?"

"Nosotras."

"¿Nosotras?" cuestionó Yuri.

Yoona la miró brevemente antes de desviar la vista a lo lejos. Apartó los mechones de cabello de su cara y continuó. "Que seamos amigas."

"¿Es raro para ti?"

"A veces," admitió Yoona. "Cuando recuerdo quién eres."

"¿Y quién soy?" quiso saber Yuri. Repentínamente le intrigó el giro en la conversación.

"Yuri Kwon, estrella de TV y cine," respondió Yoona. "Sabes, cuando estábamos en el aeropuerto, vi unas tres revistas contigo en portada. Y dos que sólo te mencionaban. Fue muy extraño. Como estar atrapada en mitad de un sueño muy raro."

Yuri no supo responder a eso. ¿Qué intentaba decir Yoona? "¿Mi fama te molesta?"

Yoona frunció el ceño y miró a la actriz. "¿Molestarme? Me impresiona. Miro alrededor a todo esto y me asombra tanto." Agitó la cabeza. "No me molesta, Yul. Pero me entristece un poco."

"¿Por qué te entristece?"

"Porque," Yoona empezó, "antes de conocerte, todo lo que tenía era lo que veía de ti en TV. Eras esa figura bidimensional fácil de odiar porque no parecías real. Y me entristece que hay gente ahí fuera que querrá destrozarte. Que querrá herirte porque, incluso fuera de de tus papeles en TV y cine, aun les pareces un personaje."

Yuri se quedó silenciosa, un nudo en su garganta. No confiaba en su voz para hablar.

"Debo decirte que creo que eres maravillosa," continuó Yoona. "Y creo que cualquiera en este mundo tendría una suerte increíble al estar contigo."

Yuri se quedó mirando los ojos avellana, casi negros por la oscuridad. Tuvo que recordarse respirar. Aun no podía hablar. Jamás nadie antes le había dicho algo parecido. No con tan abierta sinceridad. Le dañaba el corazón. "Gracias," fue su brillante contestación.

"De nada," contestó Yoona.

Ésta era su oportunidad, se dio cuenta Yuri. Era su entrada. El momento para decirle todo a Yoona, a despecho de las consecuencias. Su corazón estaba latiendo tan rápido y fuerte que apenas podía oír las olas sobre los ruidos en su pecho. Deseaba pensar las palabras justas. Deseaba dejar claro que no esperaba nada y que nada cambiaría. Sólo deseaba sentir esperanza, siquiera durante el breve segundo antes de la reacción de Yoona. Era ese instante que ansiaba, el simple sabor de algo además de esta amarga necesidad.

"Yul," dijo Yoona de repente. "¿Qué buscas? En otra persona, quiero decir."

¿Había dejado pasar el instante?, se preguntó Yuri sintiéndose aliviada y defraudada por que Yoona había hablado. "¿En qué sentido?"

"¿Por qué dejaste de ver a Jessica?" preguntó Yoona suavemente.

Yuri frunció el ceño ante la pregunta, insegura de qué contestar. La verdad vino fácilmente a su mente, pero encontró imposible expresarlo. "No tenía sentimientos por ella."

"¿Pero por qué?" dijo Yoona volviéndose para encarar a Yuri. "¿Qué buscabas que ella no era?"

Yuri se sentía como una cobarde. Estaba cansada de darle rodeos a las preguntas, cansada de evitar la verdad. "No era tú," dijo y, durante un segundo, no estaba segura de haber realmente pronunciado las palabras.

Yoona la miró un largo momento que fue, para Yuri, como una eternidad. "¿No era yo?" preguntó vacilantemente, como asustada de haber oído incorrectamente. O quizá asustada de haberlo oído correctamente. Yuri no podía estar segura.

"Sí," respondió Yuri simplemente, arrancando su mirada de los ojos de Yoona. No deseaba ver lo que allí encontraría. Parte de ella deseaba llorar. Sentía tan arrasadora combinación de miedo y alivio en ese momento, que no sabía qué hacer con las emociones. Arriesgó una mirada hacia Yoona y encontró a la artista mirándola fijamente. "¿Te he asustado?" preguntó intentando mantener el tono ligero, pese al hecho de estar aterrrorizada.

"Sólo conmocionada," contestó Yoona. "Y creo que… confusa."

"¿Por?"

"¿Qué estás intentando decir?" respondió Yoona.

Yuri sintió rendirse algo dentro de ella. "No importa," dijo mirando a lo lejos. "Debiera dormir algo."

Yoona no contestó en seguida. Pero finalmente dijo, "De acuerdo."

Defraudada, Yuri se incorporó y sacudió la arena de la parte de atrás de sus pantalones. "¿Te veré mañana?"

Yoona levantó la vista hasta ella y asintió. "Claro."

"Buenas noches, Yoona," dijo Yuri.

"Buenas noches."

Yuri casi vaciló, queriendo decir algo más. Quizá no había sido lo bastante clara, quizá debiera decir más. Pero, ¿cuál era el sentido? Había sido boba al pensar que admitir sus sentimientos cambiaría algo.

Resignada, saludó a Yoona y fue hacia la casa.

Yoona observó a Yuri, hasta que la actriz desapareció dentro. ¿Qué acababa de pasar? En un momento estaba reuniendo valor para decirle a Yuri lo que sentía y al siguiente estaba completamente paralizada.

No era tú…

Las palabras se repitieron en la mente de Yoona hasta que creyó que el corazón se le saldría del pecho. Yuri tenía sentimientos por ella. Yuri tenía sentimientos por ella y Yoona le había permitido irse a la cama. "Que idiota soy," dijo recordando como había reaccionado. Se habría dado de puntapiés si no estuviera tan agobiada Tenía que ir a su encuentro.

De algún modo refrenó el impulso de correr mientras iba tras Yuri. Tenía que pensar claramente. Tenía que planear algún tipo de monólogo. Una disculpa por su reciente estupidez tampoco estaría fuera de lugar.

Oh, Dios, Yuri tiene sentimientos por mí.

Darse cuenta de lo que significaba casi la dejó patidifusa. Creyó que podría explotar por pura sobrecarga de sentimiento.

Pero reasumió sus pasos, entrando en la casa y yendo hacia la escalera al segundo piso. Se sentía como si fuera a cámara lenta. Se sentía como en un sueño maravilloso que estaba a punto de acabar. Deseaba que este momento durara para siempre, porque le aterraba lo que seguiría.

No había planeado nada que no fuera rechazo. La noción de que Yuri pudiera sentir lo mismo meramente se había quedado al fondo, con todos los demás esperanzas y sueños que no se permitía tener. Así que, ¿cómo podía saber qué hacer?

Se detuvo ante la puerta del dormitorio de Yuri. Podía ver un rayo de luz amarilla escapando a través del bajo y, saber que Yuri estaba al otro lado de esta barrera de madera, llenaba a Yoona de un anhelo tan profundo que le hacía desear llorar.

Después de deglutir varias veces, dispuso su mano para golpear. Y entonces esperó, temiendo cada segundo que pasaba, sabiendo ahora que en cualquier segundo se enfrentaría con una decisión.

El picaporte de la puerta giró, el rayo de luz se hizo más y más grande hasta ser eclipsado por el cuerpo de Yuri en el umbral. Yoona miró vacilantemente a los desconcertados ojos azules y sintió desvanecerse todas sus dudas y reservas. "Si te digo que estoy enamorada de ti, ¿te asustaré?" preguntó pensando que era un momento irreal. Podía sentir su corazón martilleándole en el pecho. No estaba segura de estar respirando.

Yuri la miraba fijamente como si no pudiera decidir si Yoona era real o no. "¿Qué?" preguntó finalmente.

Yoona se acercó como guiada por una fuerza invisible que la llenaba de un valor que nunca supo poseer. Miró brevemente a los labios de Yuri, no deseando nada más que sentirlos contra los propios. Volvió a mirar los ojos de Yuri y vio una llamarada de algo irreconocible. "Te amo," dijo Yoona suavemente, esperando hacerse comprender esta vez; intentando, desesperadamente, aferrarse a la esperanza de que Yuri  aun mantenía lo que dijo en la playa.

"Yoon…" dijo Yuri, su voz incierta.

"No tienes que decírmelo también," dijo Yoona rápidamente, asustada de haber dicho demasiado. "Es que quería que lo supieras." Empezó a retroceder, pero Yuri tomó su mano. Yoona no estaba segura cómo aun no había tenido un ataque cardíaco. Tenía la certeza de que lo que su corazón estaba haciendo en ese momento no era saludable. Yoona miró a sus manos, insegura de qué interpretar del gesto, insegura incluso de que algo de esto estuviera pasando realmente. Tentativamente, miró a los ojos azules y esperó.

Yuri estaba aterrada. Su cerebro entero se paralizó al instante que Yoona empezó a hablar. Había tantas cosas que deseaba decir, preguntar, pero se quedó muda por el impacto del momento.

Tantas cosas estaban pasando a la vez dentro de su mente que no sabía por dónde empezar. Quería volver atrás, para examinar cada recuerdo buscando evidencias de que lo que Yoona estaba diciéndole era verdad. Yuri quería sentarse y partir cada momento aparentemente inconsecuente, encontrar los fragmentos enterrados de frases desechadas, pedazos tirados de palabras insignificantes. ¿Cuánto había sido evidente? ¿Cuánto había ignorado?

"Por favor, di algo," dijo Yoona.

Yuri interrumpió sus pensamientos, repentinamente consciente de estar sosteniendo la mano de Yoona; insegura de cómo había pasado. Miró sus dedos entrelazados, intentando ganar tiempo. No tenía certeza sobre qué decir, qué hacer, cómo actuar. "Eres… estás… "

Yoona le ofreció una media sonrisa. "¿Tiene problemas sin guión, Srta. Kwon?" bromeó.

Yuri no sabía si reírse o llorar. Volvió a mirar a sus manos y entonces a la cara de Yoona. Te amo es que no parecía bastante para cubrir lo que estaba sintiendo. ¿Cómo podían dos palabras expresar todas las noches y días, y horas, minutos, segundos pasados fantaseando este momento, mientras sintiendo, todo el tiempo, que nunca llegaría?

No había palabras, en absoluto. Había sólo silencio llenado con acortadas tomas de aliento. Había sólo los ocasionales quedos sonidos de algo indistinto e indescifrable, apenas audible sobre la intensidad del momento. Había sólo el acto de abrir una puerta para encontrar todo que alguna vez había deseado, esperado y rezado, de pie en el umbral.

Pilló a Yoona mirándole los labios, entonces desviando la vista como avergonzada. El corazón de Yuri se aceleró, dió un vuelco y martilleó; sintió su cuerpo entero temblar y paralizarse a la vez. El tiempo perdió todo significado, toda existencia. Yuri sólo se daba cuenta de que los labios de Yoona parecían tan hermosos, suaves e increíblemente invitadores. Y, aunque estaban sólo a centímetros de los propios, parecían como a kilómetros.

Fue el turno de Yoona de pillarla mirando y sus miradas se clavaron durante una décima de segundo antes de ocultarse detrás de párpados cerrados. Yuri perdió la pista de si estaba respirando o no, notando sólo el calor del cuerpo de Yoona lentamente presionando contra el suyo. Inclinó la cabeza y sus labios rozaron tan dulce suavidad que casi retrocedió ante el embate de emoción.

Sintió envararse el cuerpo de Yoona, después relajarse contra ella, acercándola más. Sus labios se encontraron brevemente, se separaron por un instante antes de encontrarse de nuevo. El cuerpo entero de Yuri se sentía listo para explotar de sensación. Pensó que podría derretirse, o ser consumida por el simple placer de sentir la boca de Yoona moviéndose contra la propia.

Yoona presionó contra ella, gimió contra sus labios, profundizó el besó hasta que Yuri creyó que podría desmayarse. Su cuerpo entero gritaba, temblaba y ardía con un calor maravilloso que se extendía a través de cada fibra de su ser. Lo dejó pasarle por encima cual ola de marea de incomensurable éxtasis y se rindió completamente al momento, hasta que finalmente, tras lo que parecía un siglo pasado en el parpadeo de un ojo, apartó sus labios y susurró, "Yo también te amo"

 

Hey que tal, ¿cómo les va? tiempo sin actualizar, aqui les dejo el penultimo capitulo de esta hermosa historia, si les gustaria que continuará con la vercion 2.5 dejenmelo en los comentarios.  

Nos vemos en el proximo capitulo, gracias por leer, por sus comentarios y por acompañarme en esta historia. 

P.D estan emocionados por el comeback de las soshis, dios, yo ya lo esperó, simplemente ver el teaser grupal me tiene a la expectativa, ¿Qué sera cuando sea su regreso? no me lo imagino. Recuerden no se les olvide apoyarlas reproduciendo el video oficial y si hay posibilidad comprando el album en físico o digital. y si no esperemos que no tarden en subirlo a spotify... 

Mattane.  :)

 

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Comments

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minogue
#1
Chapter 65: la verdad me encanto y espero la siguiente versión de esta historia :D saludos y ya estoy leyendo tu otra historia
minogue
#2
terminaste esta historia?
sabes me gusto mucho, tuve que volverla a leer porque perdí la secuencia y de que se trataba. Pero no se si ya la terminaste.
yorbelis #3
Chapter 64: Noooooo, dios mio de mi vida, terminala por amor a Jesús cristo, creí que la historia estaba completa, estaba tan emocionada en que iba a leer el final de esta historia tan buena en esta pagina (por primera vez en la historia). Que estres tengo ahora, quiero saber que pasa? Hay o no lemon? Jajajaja, por los dioses estare pendiente de la actualización
yub1ozan #4
Chapter 64: Entre pensando que ya estaría terminada la historia :c ya no la terminarás? </3
LuisaRK #5
Chapter 64: creo ser la unica que comenta XD... aqui esperando el siguiente capitulo.. :´3 ...seria bueno que continuaras con la versión 2.5... lo espero con ganas y paciencia :3
LuisaRK #6
Chapter 64: ... ohh!! estas dos ya me estaban desesperando... por fin UN beso!!! jajaja, (para su comeback me amanecí :3 baile toda la madrugada XD) continúa la esta cool tu historia uu
LuisaRK #7
Chapter 63: Me encanta <3 ... sigue, por favor!!!
LuisaRK #8
Chapter 61: Me encanta esta historia. .(Y recién la conocí ;-;) . Me gustaría que siguiera viva Hasta que termine 7~7 .... Es. ..tann emocionante... Por favor continúa...
yub1ozan #9
Chapter 61: Ya no la piensas continuar? :c
minogue
#10
Chapter 61: Me desesperan esta dos....
buen capitulo