Capitulo 57

No es solo un sueño

"Oh, tio, probablemente vas a saber ésta," murmuró Yuri mirando la tarjeta del Trivial Pursuit que había escogido. Horas después de su siesta y tras un reconfortante desayuno de fruta y croissants, Yoona había sugerido que jugaran a un juego de mesa. Trivial Pursuit era que el único que Yuri había traído, así que ganó por defecto.

Pero Yoona había cambiado las reglas del juego levemente. En lugar de un quesito por una respuesta correcta, ganaban preguntar a la otra una pregunta personal. "Una juego de verdad intelectual o de verdad," lo había llamado Yuri cuando Yoona había sugerido la idea. La artista sólo había sonreído. Y ahora Yuri tenía la certeza de que estaban a punto de preguntarle probablemente algo que no querría contestar.

"Ooh, ¿tiene que ver con arte?" preguntó Yoona agitadamente. "De dulce. Oigámoslo."

Yuri se aclaró la garganta. "¿Qué pintó Botticelli que algunos llaman 'Venus de la media concha'?"

Yoona sonrió. "El Nacimiento de Venus," contestó pagada de sí misma.

Mirando al cielo, Yuri devolvió la tarjeta a la parte de atrás del taco. "Vale, perfecto, listilla. ¿Qué quieres saber?"

Yoona estaba pensativa mientras meditaba una pregunta. "¿Tienes alguna marca de nacimiento?"

Yuri se sintió ruborizar. ¿De dónde había salido esa pregunta? "Sí," contestó.

"¿De veras? Dónde?" Yoona preguntó con curiosidad.

Yuri estaba a punto de contestar, pero le agitó un dedo a Yoona. "Na-a. Sólo puedes hacer una pregunta. Y la hiciste y contesté. Así que es mi turno."

Poniendo mala cara, Yoona cedió. "Muy bien, te pillaré la próxima vez."

Aliviada por ahora y esperando no hubiera próxima vez, Yuri tiró el dado. Aterrizó en verde. Gimió. "Son deportes, ¿verdad? No tengo idea de deportes."

"Bien," contestó Yoona con una sonrisa satisfecha. Tomó una tarjeta de la caja y leyó, "¿Qué equipo profesional de deporte es apodado 'Broadway Blues'?"

Yuri pensó largo y tendido. "Broadway… es Nueva York. Así que, um, los New York algo. Er, ¡los Braves!"

Yoona le parpadeó. "Es insultante. Los New York Rangers. Devolvió la tarjeta y agitó la cabeza. "¿Los Braves? No son de Nueva York."

"Mencioné no saber nada de deportes, ¿verdad?" dijo Yuri. "Podría jurar que lo hice."

Con una carcajada Yoona tomó su turno. "Amarillo."

"¿Qué dos padres fundadores salían en los primeros dos sellos vendidos en EE.UU., en 1847?" preguntó Yuri esperando que Yoona estuviera tan puesta en historia como ella en deportes.

"Ben Franklin," dijo Yoona, "y…" Arrugó la cara. "¿George Washington?"aventuró con incertidumbre.

Yuri frunció el ceño. "¿Cómo sabes esas cosas?" preguntó impresionada pese a estar perdiendo.

"Debiera haberse quedado en la facultad, Srta. Kwon," le chinchó Yoona. "Mmm, ¿y dónde estaba yo? Oh, ya. Tu marca. ¿Dónde está?"

Yuri suspiró. "En mi trasero."

Yoona sonrió. "Oh, ¿de veras? Interesante."

Yuri esperaba que la próxima pregunta de Yoona no fuese, "¿Qué cachete?" Con suspiro resignado, tiró los dados y aterrizó en rosa. "¡Sí! Bien."

"¿Qué obra de Broadway vendía las entradas con una máquina adivina futuro Zoltar en FAO Schwartz?" leyó Yoona.

"Big," dijo Yuri confiadamente.

"Dita sea," maldijo Yoona.

Yuri se frotó las manos alegremente. "Hmm, ¿qué puedo preguntar?" se preguntó. Tenía que ser algo malvado. Muy malvado. "¿Has tenido algún sueño en que eras más que amistosa con otra mujer?"

Yoona se ruborizó ante la pregunta y miró intensamente el tablero de juego. "Uhh… sí."

Ahora Yuri estaba intrigada. "Oh, ¿de veras? ¿Cuándo?"

"Nanai, agotaste tu pregunta. Mi turno," dijo Yoona rápidamente. "Azul."

Yuri entrecerró los ojos. La pillaría en el próximo. "De acuerdo, ¿qué país asiático alberga la mayor la población musulmana del mundo?"

"Uh," Yoona miró alrededor como esperando sacar las respuestas del aire. "¿China?"

"Tsk, tsk, Indonesia," replicó Yuri. Tomó su turno. "Amarillo."

"Esperemos que seas un asco en historia," masculló Yoona. "¿Quién le dijo a Milk Wallace en

1964: 'Van a matarme… sé demasiado sobre Elijah'?"

"Malcolm X," contestó Yuri.

Yoona entrecerró los ojos. "Te odio."

"Ya. Bueno, ¿qué pasó en ese sueño?" preguntó Yuri sonriendo.

Yoona agitó la cabeza. "No lo cuento."

"Entonces tendrás que aceptar un desafío," Yuri contestó de plano.

Con un suspiro, Yoona concordó. "Bien. ¿Cual es el desafío?"

Ah, había tantas posibilidades, pensó Yuri satisfecha. "Te desafío a bailar conmigo en un bar lesbiano el jueves noche."

Yoona inclinó la cabeza a un lado, mirando con curiosidad a Yuri y sonrió. "Vale," contestó. "Parece interesante. Creí que ibas a hacerme poner la ropa interior en la cabeza y atravesar la segunda planta gritando '¡Fuego!'"

Los ojos de Yuri se abrieron y sonrió brillantemente.

"Ni siquiera lo pienses," le advirtió Yoona agarrando los dados. Los tiró. "Yay, rosa. A por arte."

"¿Qué película de carretera de 1991 fue originalmente pensada para Meryl Streep y Goldie Hawn?"

"Thelma & Louise," contestó fácilmente. "Sooyoung me cuenta todas esas cosas sueltas."

Yuri masculló por lo bajo. "De acuerdo, dispara."

"¿Quién fue la última persona por la que estuviste colada?" preguntó Yoona.

Yuri se paralizó ante la pregunta. Deseaba decírselo. Era tan tentador. Pero no podía. No deseaba lidiar con las consecuencias que seguirían. Había habido suficientes de esas últimamente. "Me acojo a la quinta."

"Au, venga," dijo Yoona. "Díme. Jessica, ¿verdad?"

"Mis labios están sellados," contestó Yuri doliéndole el corazón. ¿Cómo se lo tomaría Yoona? ¿Se espantaría? En ese momento no era lo bastante fuerte para averiguarlo.

Defraudada, Yoona suspiró. "Vale. Entonces te desafío a meterte en un website de o lesbiano."

Yuri se le quedó mirando. "Bromeas."

"No. Lo uno o lo otro, Sparky," contestó Yoona sonriendo.

Yuri gimió y agarró su computadora. "No puedo creer que estés obligándome a hacer esto."

"Mejor tienes lista tu tarjeta de crédito," Yoona se rió disimuladamente. Gateó por la cama, apartando el tablero de juego, y se sentó ligeramente detrás de Yuri para poder mirar la pantalla. "Debo supervisar."

Durante un momento a Yuri le distrajo la proximidad de Yoona. Deseaba apoyarse atrás para sentir más de la cálida suavidad que, estaba segura, encontraría allí. En cambio, entró en Google y tecleó "o lesbiano". Tras montones de clics y cerrar ventanas emergentes, logró encontrar un sitio para registrarse. "Si esto aparece mañana en la portada The Enquirer voy a…"

"¿Vas a que?" le desafió Yoona, inclinándose para descansar su barbilla en el hombro de Yuri.

A besarte, pensó Yuri, su corazón martilleándole en el pecho. "¿Tienes cosquillas?" preguntó de repente.

Yoona se echó atrás. "Uh, no," contestó.

"De algún modo no te creo," replicó Yuri tecleando los dígitos de su tarjeta de crédito. Unos segundos después estaba registrada. Un mundo de o lésbico al alcance de sus dedos. "¿Ahora qué se supone que he de hacer en este website?"

"Estoy segura que encontrarás algo para mantenerte entretenida," bromeó Yoona poniéndose levemente encima.

Yuri puso la computadora portátil en el suelo y se volvió a Yoona. "¿Cómo?"

"Trios entre tetonas rubias sudorosas," contestó Yoona riéndose.

"Prefiero las morenas," replicó Yuri sonriendo. "¿Y cómo sabes de esas rubias? ¿Vas allí a menudo?"

Yoona asintió con falsa seriedad. "Ajá. Soy adicta al o lésbico. Has averiguado mi sucio secretillo." Se rió. "¿Ha terminado el juego?"

"Sí, creo que nos hemos avergonzado mutuamente lo bastante por un día," contestó Yuri cerrando el tablero y metiendo las piezas del juego en la caja. Tras despejar la cama, se tumbó y miró a Yoona que estaba cruzada de piernas al lado de ella. "Bueno, ¿ahora qué?"

"No lo sé," contestó Yoona. "Hoy me he divertido."

"Yo también,"contestó Yuri esperando que no fuera la manera de Yoona de decir que tenía que irse pronto.

Yoona la miró con curiosidad. "Eh, ¿tienes cosquillas?"

"No," mintió Yuri.

Una sonrisa traviesa apareció en los labios de Yoona. "Oh. ¿de veras? ¿Estás segura?"

"Recuerda, soy más alta y fuerte que tú," le advirtió Yuri sentándose. Necesitaba estar a la defensiva en caso de que Yoona intentase algo.

"Más alta, no estoy segura de ello, pero si soy  más fuerte," discutió Yoona.

"También soy más fuerte."

"Demuéstralo," desafió Yoona.

Yuri arqueó una ceja inquisitiva. "¿Y cómo propones que lo haga?" preguntó.

Yoona miró alrededor pensativamente. Entonces se animó. "Lucharemos. La primera en inmovilizar a la otra, gana."

¿Está intentando matarme? Yuri se preguntó. "Bien," estuvo de acuerdo porque era masoquista. Una cochina, cochina masoquista. "Pero lo haremos junto a la cama. No quiero herirte cuando te derribe.

Yoona miró al cielo. "Eres demasiado chula para tu propio bien," dijo rodando fuera de la cama. "Venga, Sparky."

"¿Que es eso de Sparky?" Yuri preguntó saliendo de la cama y uniéndose a Yoona al pie.

Yoona sonrió. "Es mono."

"Eres tan rara," dijo Yuri. "Bueno, ¿cómo vamos a hacer esto? No quiero hacerte daño."

"No lo sé, nunca he luchado antes," Yoona contestó ligeramente. "Pero tengo dos hermanos, así que creo que tengo ventaja."

Yuri se rió. "Bueno, es verdad. Yo contuve a mi hermana con cruces y agua bendita." Hizo una pausa. "Vale, ¿así que todo lo que tengo que hacer es inmovilizarte sobre la cama?"

"Tienes que intentarlo," Yoona corrigió.

Yuri se rascó la barbilla pensativamente. Vale. Se adelantó rápidamente y empezó a hacerle cosquillas en el estómago a Yoona. Como esperaba, Yoona empezó a doblarse de risa. Yuri ignoró las súplicas de Yoona y cuidadosa, pero eficazmente, tuvo a Yoona sobre la cama.

"¡Tramposa!" gritó Yoona esforzándose por escapar de las cosquillosas manos de Yuri.

Yuri se rió y agarró las manos de Yoona con una de las propias y las inmovilizó bajo la nuca de Yoona. Con su mano libre Yuri continuó haciéndole cosquillas a Yoona. "Admite que soy más fuerte," dijo.

"¡No!" se negó Yoona riéndose incontroladamente. "¡Eres una tramposa!" De algún modo logró liberar una de sus manos y fue toda la ventaja que necesitaba. Yoona empezó a hacerle cosquillas a Yuri, lo que distrajo a la actriz de su propio ataque. Eso libró la otra mano de Yoona y empujó a Yuri rodando encima de ella. Se rió inmovilizando las manos de Yuri con las dos suyas. "Yo gano."

Yuri estaba riéndose y jadeando por aire, pero todavía era consciente de que Yoona estaba montando su cintura. "Tú ganas," admitió sonriendo, aunque estaba teniendo problemas concentrándose en algo aparte de la cercanía del cuerpo de Yoona. Deglutió.

Yoona se le quedó mirando, sus carcajadas reduciéndose a una risita. "Debiera quitarme de encima tuyo."

"Tú," dijo Yuri sin pensar.

"¿Qué?" Yoona contestó.

Tú eres la última persona por la que he estado colada. "No sé," respondió Yuri sintiéndose avergonzada. "No sé lo que estoy diciendo."

Yoona sonrió y soltó los brazos de Yuri. "Vamos a comer algo. La perdedora invita."

"Bastante justo," contestó Yuri notando que Yoona aún estaba encima de ella. Intentó no concentrarse en los puntos dónde sus cuerpos se estaban tocando. Pero estaba perdiendo esa batalla. Béisbol. Nieve. Agua fría. Bill Clinton desnudo en un día frío. Euu.

Yoona saltó de repente, como notando que había estado allí demasiado tiempo. "Lo siento," se disculpó rápidamente ruborizándose.

Yuri notó el cambio en la conducta de Yoona y le preocupó su significado. ¿Puede ver lo que siento? Se sentó intentando descifrar el humor de Yoona. "¿El qué?"

Yoona hizo una pausa antes de contestar. "Hacer estallar tu burbuja de poderosa."

"Bueno, a veces necesito que me bajen a tierra," contestó Yuri.

Muchas horas después Yoona yacía despierta mirando perezosamente su propio techo. Su mirada recorría trayectos largo de las estrellas fosforescentes con la esperanzas de encontrar una accidental constelación.

Entretanto una serie de pensamientos dispersos hacían largos en su cerebro. El proceso le estaba mereando. Deseaba que hubiese forma de pararlo. Pero sus ojos continuaban buscando orden en la aleatoriedad del azar.

La pregunta no respondida de Yoona la perseguía. ¿Alguna vez has soñado…? Sí, había admitido. No, no diría más. ¿Cómo podía? ¿Cómo podía Yoona decirle a Yuri que ella había sido la estrella; que todo el santo día seguía regresando a los detalles del sueño, medio avergonzada, medio excitada.

Sus ojos se cerraron por voluntad propia y estaba de regreso al recuerdo del sueño. Su intensidad le secaba la boca.

Yoona recordaba las velas; resplandecientes velas blancas rodeando una enorme cama. Todo lo demás estaba oscuro. Música suave, indescifrable sonaba cerca y lejos. Yoona no podía decir de donde venía. Quizás era su corazón cantando. Pero estaba sola. No. No sola. Esperando.

Esperando.

Y de repente ya no estaba sola. Yuri estaba allí, mirándola con ojos curiosos. Parecía estar haciendo una pregunta tácita. Y Yoona no sabía si tenía la respuesta.

Todo cambió. Las velas desaparecieron. Oscuridad vestida en luz de luna bañaba los centellantes mechones de cabello de Yuri. Y Yoona estaba hipnotizada. Deseaba pintar un cuadro de ese momento. Pero fue sacada de su deseo por los dedos de Yuri en sus labios.

Yuri habló pero Yoona no había escuchado. Había estado demasiado concentrada en el movimiento de los labios de la otra mujer. Apretados y después separados, murmurando cuestiones que se plegaban sobre el lienzo del recuerdo de Yoona.

La cama era suave, Yoona lo había notado de algún modo. Pero la piel de Yuri era más suave mientras sus dedos recorrían la suavidad del brazo de Yuri. Rápidamente retiró su mano, insegura de sus acciones, sus intenciones.

Y los labios de Yuri estaban más próximos, acercándose a ella con una lentitud imposible que hablaba de atemporalidad y duda. Pero Yoona no se alejó, no podía alejarse. Y el espacio se cerró a su alrededor, haciéndole jadear mientras suaves labios rozaban tan brevísimamente contra los propios.

Los ojos de Yoona se abrieron, su corazón martilleando. Deseaba dejar de pensar en el sueño, pero no podía. Estaba vivo en sus pensamientos, tan vívido como cualquier recuerdo impulsado por la esperanza.

Las estrellas en su techo se oscurecieron hasta el punto de la no-existencia. Sus pensamientos vagaron.

En ese momento de espera, de cuestionamiento, podría haberse marchado. Podría haber encendido las luces y roto el hechizo.

Pero los labios de Yuri eran tan invitadores. Y cuando presionaron una vez más contra los suyos, se dejó. Se dejó de preocupación, de duda. En ese momento, se rindió al dulce sabor de la verdad. Presionó más fuerte y más hondo, buscando algo que no sabía que necesitaba.

Y despacio, el mundo se disipó en el nada.

Yoona abrió los ojos y encendió la luz.

"¿Yoona?" Leeteuk parecía alarmado cuando abrió la puerta de su apartamento y encontró a su hermanastra allí de pie. "¿Pasó algo?"

Yoona pasó junto a él, entrando en el apartamento, sintiéndose agitada y confusa. Su voz adquirió un borde nervioso cuando habló. "Estoy alucinando," anunció justo cuando Heechul salía del dormitorio. Le lanzó una mirada inquisitiva a Leeteuk, que se encogió de hombros.

Yoona era ajena al intercambio mientras continuaba. "De camino aquí me detuve en el confesonario de la iglesia y entonces pensé '¿Qué estoy haciendo aquí?' Me refiero a que no vas y le confiesas estas cosas a un cura, ¿verdad? Tienes que admitirlo primero ante tí misma. Pero cuando lo haces, ya está, es real. Está ahí. No puedes volver a guardarlo una vez que lo has soltado al mundo." Empezó a pasear.

Leeteuk y Heechul observaron silenciosamente durante un momento. Finalmente Leeteuk habló. "Um, Yoona," empezó gentilmente, aunque su voz estaba ronca por el sueño. "¿De qué estás hablando?"

Yoona se detuvo lo bastante para echar una mirada a su público. Suspiró y se sentó en el sofá.

"He estado teniendo estos pensamientos sobre alguien." Hizo una pausa sintiéndose tonta y avergonzada. El estar sentada allí parecía surreal; una escena que estaba imaginando; un escenario de '¿Y sí...?' que se desarrollaría y después se desvanecería en el trasfondo de sus pensamientos, dejándola a salvo de las consecuencias.

Pero sabía que no era un pensamiento peregrino en que estaba atrapada. Estaba en el borde de un precipicio y a punto de lanzarse. "Alguien mujer," susurró mirando hacia abajo.

Leeteuk y Heechul intercambiaron otra mirada. "Voy a hacer café," anunció Heechul yendo a hacer justo eso. "Montones de café," murmuró por lo bajo.

Leeteuk se acercó agarrando una silla de la mesa. Se sentó con un suspiro. "Bueno, ¿qué tipo de pensamientos?" preguntó.

Yoona levantó la vista. "Por favor, no me hagas entrar en detalles. Ya es lo bastante vergonzoso como es." Se pasó la mano por su pelo desgreñado, notando por primera vez que todavía estaba en pijama. "Tuve este sueño dónde nos besábamos."

"Yo tuve un sueño en que besaba a esta chica, Cathy Evans del trabajo," intercaló Heechul. "Un sueño no significa nada." Hizo una pausa haciendo una mueca. "Eso espero. Dios, ¿y si soy hetero?"

Leeteuk miró a Yoona con preocupación. "¿Fue sólo un sueño?" cuestionó.

"Sí," dijo ella. Entonces agitó la cabeza. "No. Había otras cosas." Se mordió el labio inferior.

"Ella me confunde. Siempre que la veo… sólo deseo… "

"Follarla hasta dejarla inconsciente," Heechul ofreció.

La cabeza de Yoona saltó ante las palabras y se ruborizó furiosamente.

" Heechul," advirtió Leeteuk.

"No me vengas con ' Heechul '," discutió su novio agarrando otra silla. La puso más cerca de Yoona. Se apartó algunos mechones sueltos de rubio cabello de su cara y se inclinó adelante. "Mira, tu hermano es un asco en estas cosas. Así que yo me hago cargo. Háblame de esta chica. ¿Es mona?"

Yoona sonrió levemente ante la idea de alguien llamando "mona" a Yuri Kwon. Se detuvo a considerar sus palabras. "Es bellísima," fue todo con lo que pudo salir. Imágenes de foto-sesiones e instantáneas que había encontrado recientemente mientras navegaba por la red se filtraron en su mente. Al instante bajó la mirada, asustada de que viesen sus pensamientos reflejados.

"¿Cómo se llama?"

Yoona consideró cuánto decir. "Yuri," contestó. Suspiró. "Pero tiene una cita el viernes. Y debiera sentirme contenta por ella porque es mi amiga, pero no quiero que salga con Jessica."

"Oh, ¿así que es gay?" preguntó Heechul.

"Sí," confirmó Yoona. "Pero no hay forma de que jamás se interese por mí. Quiero decir ella es… " Se mordió la lengua para impedirse decir más. Explicar su cuelgue por Yuri Kwon, de toda la gente, no sería fácil. "Y aún no estoy realmente segura de qué estoy sintiendo. Ni siquiera estoy segura por qué estoy aquí. Es que no podía dormir. Y no podía

decírselo a Soo. Fliparía."

"Aquí siempre eres bienvenida," le dijo Leeteuk.

Heechul asintió. "Saldrá bien," dijo. "Te figurarás las cosas. Sólo sigue el flujo de cosas."

El flujo de cosas. Ya. De las oscuras rendijas de su mente algo empezó a emerger.

"Seung Gi," dijo conmocionada por haber olvidado, de algún modo, todo sobre él. "Me marcharé el fin de semana con él."

"Bien," dijo Heechul pensativamente, "esto es bueno. Quizá él te ayudará a figurarte algunas cosas. Me refiero a si realmente te preocupas por él, entonces quizá lo que estás sintiendo por Yuri es sólo un fugaz cuelgue."

Sí, fugaz. A Yoona le gustó ese pensamiento. "Quizás," admitió encontrando consuelo en el conocimiento de que sus sentimientos podrían ser temporales.

Podrían ser