Capitulo 63

Nuves engañosas

Yuri se quedó mirando las nubes por la ventana del avión, preguntándose cómo podía parecer tan inequívocamente sólido, parecer tan innegablemente presente y aun así no serlo en absoluto. Estaba cansándose de ilusiones. ¿Alguna vez algo era simple en este mundo de humo y espejos? ¿O todo era cuestión de encontrar paz entre la duda.

“Pareces pensativa."

Yuri desvió su atención de la ventana y miró los ojos curiosos color ocre. "¿Tuviste una buena siesta?" preguntó.

Yoona asintió y soltó un bostezo. "No dormí mucho anoche. Nervios de viaje, supongo." Miró por el jet. "Es algo raro no volar con centenares de personas."

"¿Te haría sentir mejor si me siento detrás de ti y pateo tu asiento?" preguntó Yuri. "No deseo robarte la experiencia."

"Quizá en el vuelo de regreso," contestó Yoona con fingida seriedad. "No querría que te desvivieras por mi bien."

Yuri  sonrió y se relajó en el asiento. A pesar de todas las confusas emociones referentes a su amistad con Yoona, estaba contenta en ese momento. Y quizá, al final, era todo lo que importaba.

"Bueno, ¿en qué pensabas?" preguntó Yoona de repente. "Cuando estabas mirando por la ventana."

La pregunta cogió por sorpresa a Yuri y se esforzó por encontrar una evasiva rápida. Pero era estúpido, notó, censurarse tan frecuentemente. ¿De veras necesitaba pintar un retrato perfecto de ella misma para beneficio de Yoona? Si sus sentimientos por esta mujer eran reales, entonces, ¿por qué no podía ser sincera? "Um," dijo mirando de nuevo por la ventanilla del avión, como si las respuestas estuvieran flotando junto a la aeronave. "Sólo observaba las nubes. Pensaba que son engañosas."

Yoona la miró cuidadosamente, su vista yendo a la ventana y de nuevo a los ojos de Yuri. "¿Por qué engañosas?"

Yuri se sintió increíblemente ridícula admitiendo sus errantes pensamientos. Al instante lamentó haber optado por la verdad. Le hacía sentir vulnerable. "Sólo estaba siendo tonta," contestó esperando que fuera bastante para detener el tema. "¿Tienes sed?" añadió.

" No," respondió Yoona. Volvió a mirar por la ventana. "¿Por qué engañosas?" preguntó de nuevo.

La actriz suspiró silenciosamente, entonces dejó de intentar evitar la pregunta. "Cambia asiento conmigo," dijo de repente.

"¿Qué?"

"Cámbiate," dijo Yuri de nuevo. "Si voy a explicarlo entonces necesitas mejores vistas."

Yoona parecía desconcertada pero cambió asiento con Yuri sin más preguntas. Una vez acomodada en el asiento de la ventanilla, miró con expectativa al mundo exterior. "¿Qué estoy mirando?"

"No lo sé. ¿Qué ves?"

"Nubes," contestó Yoona automáticamente mirando a Yuri. "¿Las preguntas se harán más difíciles conforme sigamos?"

Yuri sonrió. "¿Qué parecen? Y si dices 'nubes', voy a hacerte cosquillas implacablemente cuando lleguemos a California."

Una ceja alzada fue la respuesta Yoona, antes de volver a la ventana. "¿Era una amenaza, Srta. Kwoni?"

"Quizá."

Yoona sonrió pero no contestó. En cambio, inspiró profundamente y se concentró en intentar descifrar lo que Yuri estaba intentando hacerle ver. "Me recuerdan algodón de azúcar," dijo finalmente.

"¿Por qué algodón de azúcar?" preguntó Yuri.

"Por la textura. Parecen suaves."

"¿Y comestibles?" le chinchó Yuri.

Yoona se rió. "No estás respondiendo mi pregunta original."

"¿Por qué las nubes son engañosas?" Yuri se encogió de hombros y cabeceó hacia la ventana. "Te invito a intentar probar tu teoría del algodón de azúcar."

Yoona lo pensó un momento y sonrió. "Ya veo. ¿Pero por qué es importante?"

"¿Qué?"

"¿Por qué el que no sean lo que parecen es importante?"

Yuri se dio cuenta de que ésa era la verdadera pregunta de Yoona y que era más difícil de explicar. O quizá no. Quizá nada era realmente difícil de explicar a menos que deseases eludir la verdad. "Porque nada lo es nunca," le dijo.

"¿Importante?"

" No, lo que parece ser."

Yoona lo sopesó. "Quizá sólo tienes que mirar más de cerca."

"Oh, Dios mío, es hermoso," musitó Yoona mientras entraba en la casa de Yuri. Su mirada voló de inmediato a las ventanas de cristal enfrente de ella. Casi podía ver el océano de dónde desde donde estaba. Arrancó la mirada de las vistas y echó una mirada alrededor. Todo era tan… luminoso.

Era extraño mirar fuera y ver infinito, en lugar de las habituales sombras arrojadas por los edificios. Le hacía parecer como si estuviera en el vestíbulo de un palacio. O al menos algo sacado de un episodio de MTV Cribs.

"¿Te gusta?" preguntó Yuri mirando alrededor. "No es mucho."

Al principio Yoona pensó que Yuri estaba siendo sarcástica, pero entonces comprendió que no. En realidad Yuri parecía insegura, incluso tímida. Volvió a mirar alrededor, asombrada de que dos personas pudieran mirar lo mismo y ver algo totalmente diferente. "Bueno, me desilusiona un poco que las paredes no están cubiertas de diamantes. Y supongo que azulejos orlados de oro tampoco irían mal."

"Tu sarcasmo es debidamente notado, Srta. Im," contestó Yuri. "¿Puedo mostrarte tus habitaciones?"

Yoona abrió la boca con fingida sorpresa. "¿No hay mayordomo?"

Yuri miró ál cielo y empezó a andar.

"¿Siquiera doncella?" continuó Yoona siguiendo a su anfitriona hacia la sala. Se detuvo a mirar las vistas un poco más cerca. La playa estaba justó debajo. "Es como una casa de ensueño. No puedo creerme que vivas aquí."

Yuri se dio la vuelta y miró con seriedad a Yoona. "¿Puedes quedarte aquí cuando quieras, tanto cuanto gustes. Incluso si no estoy aquí."

Yoona miró a la actriz y sonrió. "¿Qué tendría de divertido?" preguntó. "Pero gracias." Siguió a Yuri al dormitorio de invitados y dejó caer sus cosas. "¿Tiene balcón?" Yoona atravesó el cuarto y descorrió las puertas de cristal que llevaban al balconcito. Cálido aire salado dió al instante contra su cara cuando salió. Se quedó mirando la vista del océano. "Me caso con tu casa."

"Igualmente podrías casarte conmigo," respondió Yuri. "Prometo que el o sería mejor."

El corazón de Yoona le saltó a la garganta. Podía sentir a todo su cuerpo respondiendo a esas palabras. Está bromeando. Ríe. Se rió intentando no parecer tan nerviosa como se sentía. ¡¿Qué digo a eso?!

Afortunadamente, Yuri cambió de tema. "Dejaré que te acomodes. Búscame cuando te aburras de las vistas."

"Podría ser nunca," respondió Yoona con leve sonrisa. Tampoco estaba bromeando. Podría quedarse mirando el océano fácilmente para siempre.

"Entonces te encontraré yo, cuando me aburra de esperar." Yuri le guiñó y se alejó, dejando sola a Yoona con el océano Pacífico.

Yoona sonrió y se apoyó contra la baranda, sintiendo la brisa en su pelo. Se obligó a no pensar en nada; no en el aspecto de Yuri cuando sonreía o se movía o respiraba. Ni en el sonido de su voz cuando hablaba o se reía o susurraba. Yoona no deseaba pensar en cómo su cuerpo hormigueaba cuando Yuri estaba cerca, incluso cuando ni siquiera se estaban tocando.

Yoona deseaba, meramente, existir apaciblemente, en ese instante, sin la complicación de las emociones y extrañas respuestas de su cuerpo. ¿Casarse con ella? ¿Mejor o? Jesús. Está intentando matarme.

Se quedó mirando el agua unos minutos más, entonces regresó al cuarto. En realidad no lo había notado antes, habiendo estado distraída por el balcón. Las paredes eran de un tono claro de azul, enmarcadas fotografías en blanco y negro de paisajes poco familiares se alineaban en ellas. Había una cama doble, pulcramente hecha, y una cómoda con espejo. Yoona se preguntó cuántos invitados tenía Yuri normalmente. No podía imaginar que hubiese muchos.

Yoona inspiró profundamente y se sentó al final de la cama, debatiendo si desempaquetar o encontrarse con Yuri. Era tonto estar ya añorando a la actriz cuando no habían estado separadas más de quince minutos. Por pura cabezonería, decidió desempaquetar. Estaba segura que Yuri deseaba tiempo para acomodarse.

Yuri se paseaba por la sala sintiéndose frustrada y ansiosa. ¿Por qué devolvía las llamadas de su madre? Ahora parecía tonto, aunque había parecido una buena idea en su momento. "Esta noche no puedo ir a cena," insistió por tercera vez en diez minutos. "Aun has de darme una excusa adecuada, Yul," contestó su madre.

Yuri cerró los ojos sabiendo que ahora su madre tenía la mano ganadora. Nunca llamaba a Yuri por su verdadero nombre a menos que estuviera a punto de hervir. "Tengo huésped," aventuró a decir, esperando que quizás sirviese como razón válida para saltarse la cena.

"¿Qué tipo de huésped?"

"Una amistad de Nueva York," contestó Yuri.

"¿Y que hay de Siwon ?"

La pregunta fue tan inesperada que Yuri se quedó muda unos segundos, "Adrian y yo ya no somos pareja," contestó. "Olvidé decírtelo."

"¿Y ya está? Bueno, espero que este 'huésped' tuyo sea digno de tu tiempo."

Yuri se encontró sonriendo. "Más que digno."

"La cena empieza a las siete," contestó su madre.

"Pero, Yoon-"

"La invitación es para dos," dijo su madre secamente. "Llámalo curiosidad mórbida."

A Yuri no le gustó cómo sonaba eso. Yoona merecía más que ser una 'curiosidad mórbida.'

"Ahora voy colgar, Yuri. Sabes que estar demasiado al teléfono me da dolor de cabeza. Por favor, sé puntual."

"Yoon es vegeta," dijo Yuri bruscamente sintiéndose resignada.

"Informaré al cocinero. Nos vemos esta noche."

"Adiós." Yuri esperó que su madre colgase primero, entonces apagó su teléfono. La cena iba a ser una pesadilla. Se dio la vuelta para encontrar a Yoona mirando las vistas de fuera. Era extraño cómo una persona pudiera hacerle sentir desencajada y calmada a la vez. ¿El amor era siempre tan conflictivo?

Yoona desvió la vista de las ventanas mientras Yuri se acercaba. "¿Que sea vegetariana es tema candente de conversación estos días?" preguntó. Entonces agitó la cabeza. "Lo siento, no pretendía escuchar."

Yuri miró un momento al océano y el cielo, sintiéndose momentáneamente aterrada por el concepto de Yoona conociendo a su familia. "¿Te interesaría en algo asistir a una cena en casa de mis padres?"

Pareció levemente asustada pero intentó cubrirlo. "Me encantaría."

"Debo advertirte que son ersos," dijo Yuri, su tono ligero aunque lo decía en serio.

"Mi madre y hermana sobre todo. Le ganan a Satanás."

"Estoy segura que exageras," replicó Yoona con una sonrisa.

Yuri se encogió de hombros rindiéndose. "Ya verás. Me disculpo de antemano por la traumática experiencia que probablemente sufrirás."

"¿Intentas asustarme?" preguntó Yoona amablemente.

"¿Funciona?" preguntó Yuri esperanzadamente.

"No," respondió Yoona contestó tras un momento de consideración. "Ahora creo soy mórbidamente curiosa."

Yuri respingó recordando las palabras de su madre. Había algo inquietante en que su madre y Yoona usasen expresiones similares. O quizá era adecuado para la ocasión. Sólo los eventos de esta noche lo diran. "Curioso que digas eso."

"¿Por qué?"

"Al parecer mi madre siente lo mismo sobre conocerte," admitió Yuri.

Esto pareció confundir a Yoona, que frunció levemente el ceño. "¿Por qué debería sentirse mórbidamente curiosa por conocerme?"

Yuri se encogió de hombros. "Probablemente porque sentir genuino interés en nada aparte de dinero y cotilleos la elude. Más el hecho de que probablemente cree que estamos saliendo. Y que eres un tio."

"Bueno, es un interesante añadido," replicó Kris sonriendo. "¿Significa que quieres que aparezca a la cena de drag-king?"

El pensamiento le hizo sonreir. No podía imaginar cual sería la reacción de su madre a eso. "En realidad creo que me gustas más así".

"¿Crees?"

"Bueno, aun no te he visto de drag-king para comparar," bromeó Yuri.

"Buen punto," concedió Yoona. "¿Y por qué pensaría tu madre que estábamos saliendo?"

"Bueno, en realidad no la corregí cuando sospeché que asumió…" Yuri no estaba segura de lo que Yoona sacaría de esa admisión.

"¿Intentas provocarle un ataque cardíaco a tu madre, Yuri?" preguntó Yoona. "Porque si así es y de veras es tan malvada como dices, gustosamente fingiré ser tu novia durante la velada." Le guiñó.

Yuri quiso reírse de la idea, pero era difícil ignorar la punzada de desilusión que acompañó oir la palabra 'fingir.' "De veras es tan malvada. Pero supongo que no hay necesidad de matarla." Sonrió.

Yoona le devolvió la sonrisa pero no dijo nada, su atención una vez más en la vista de fuera.

Yuri  intentó quedarse mirando, intentado no concentrarse en las emociones que la recorrían. Si hubiera tenido una chispa de valor, le habría dicho a Yoona que no deseaba que fingiera ser algo. Que lo aceptaría de verdad cualquier día. ¿Pero cómo podía poner en palabras la desesperación emocional en que estaba perdida? "¿Tienes hambre?" preguntó.

"En realidad no," contestó Yoona mirando de reojo a Yuri. "Mis nervios están un poco de punta por toda la emoción."

Con frecuencia pasaba que Yuri  tenía que dejar de pensar en sí y ponerse en lugar de Yoona para entender lo que Yoona estaba intentando decir. Era fácil olvidar que su vida no era normal. Le preocupaba el intentar imaginar cómo podían encajar una en el mundo de la otra, si era siquiera posible fusionarlos. Esta amistad entre ellas, ¿cuánto podría durar?

"¿Yuri?"

La actriz miró a Yoona, momentáneamente sobresaltada. "Lo siento."

Había preocupación en los ojos ocre. "¿Estás bien?"

"Es que tengo mucho en la cabeza," contestó.

Yoona asintió. "¿Estás nerviosa por el estreno?"

¿El estreno? Yuri casi había olvidado que era la razón para estar allí. "Um, en parte," contestó, aunque era la menor de sus preocupaciones. "¿Quieres bajar a la playa?"

Los ojos de Yoona se iluminaron ante la sugerencia. "Me encantaría. No he estado en la playa en siglos."

Extrañas las cosas que se toman por dadas cuando vives junto al mar. Pero Yuri estaba secretamente contenta de poder hacer feliz a Yoona. Adoraba su entusiasmo y su apreciación de cosas que Yuri apenas se daba cuenta de tener. Le hacía desear a Yuri darse cuenta. Le hacía desear envolver todo con un gran lazo rojo y entregárselo a Yonna.

Quizá. Quizá algún día. Le gustaba fingir que había esperanza.

Yoona jamás había visto tan de cerca una casa tan hermosa. Había estado observándola atentamente desde su asiento en la limousine de Yuri. Cuanto más de acercaban, más impresionante se volvía. Yoona sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de que éste era su destino. Parecía demasiado hermoso para ser real. Se volvió para mirar a Yuri, a compartir sus pensamientos, pero la actriz estaba en mitad de lo que parecía una importante conversación.

No deseando entrometerse, Yoona apoyó la cabeza contra la ventanilla y se perdió en las imágenes que pasaban volando. Casi era como un cuento de hadas el estar en el mundo de Yuri. Manhattan parecía tan lejos en ese momento. Era como si hubiera entrado en una realidad alternativa y ahora fuera ésta su vida. Alzó la cabeza, mirando a Yuri un momento antes de volver su mirada al mundo exterior.

Excepto que no era su vida. Era plenamente consciente de ello. Ésto era sólo un retazo, un atisbo de algo fuera de su esfera de existencia. Meramente estaba consiguiendo una degustación gratis del éxito.

“Ah, hogar, dulce averno,” Yuri se rió apoyándose contra Yoona para mirar por la ventanilla.

Yoona adoraba el calor del cuerpo de Yuri. Deseaba apoyarse en él, sentir más. ¿Por qué el simple contacto era tan complicado? “Es hermoso,” dijo Yoona intentando concentrarse en el paisaje.

“Es pomposo y pretencioso,” dijo Yuri. “Tienen siempre encendidas las luces en todas las ventanas para que parezca más majestuoso. Idea de mi madre.”

“Suena a enorme factura de electricidad,” dijo Yoona ni siquiera podía imaginar cuan enorme.

Yuri se sentó atrás, reclamando su previo asiento cerca de la ventanilla opuesta. “No creo que mi madre haya jamás visto una factura.”

Yoona notó que el tono de Yuri era más de facto que crítico. Se preguntó si la misma

Yuri  había visto una factura alguna vez. No parecía probable dada la suave transición de Yuri de mimada niña rica a super estrella. La suerte parecía irregularmente distribuida entre las masas.

La limousine llegó a pararse y el chófer salió para abrirles la puerta. Una vez fuera, Yoona se quedó mirando la mansión con una sensación incómoda. No tenía idea de qué esperar. Pero deseaba conocer a la familia de Yuri; deseaba ver, de primera mano, con qué creció Yuri.

“¿Lista?” preguntó Yuri.

Yoona  la miró y ofreció una breve sonrisa. “No lo sé. ¿Y tú?”

“Jamás,” contestó Yuri. Miró a la casa y suspiró. “Acabemos con esto. Pase lo que pase, no mires directamente a los ojos de mi madre.”

Yoona sonrió, relajándose levemente, y siguió a Yuri  hacia la puerta delantera. Antes de tener oportunidad de llamar, una mujer que parecía una réplica exacta de Yuri, si bien un poco mayor y con el cabello corto, abrió la puerta.

“¿Abriendo ahora las puertas, madre?” comentó Julianne. “Que novedad. No sabía que supieras cómo.”

La madre de Yuri no contestó, su mirada fija en Yoona.

Yoona se rebulló incómoda bajo la intensa mirada de la mujer, pero no desvió la mirada. No deseaba parecer intimidada.

Tras unos segundos, los ojos azules fueron a los de Yuri. “¿Vas a presentarme a tu invitada, Yuri? ¿Dónde están tus modales?”

“Madre, ésta es Yoona. Yoona, ésta es mi madre.”

“Puedes llamarme Susan,” dijo su madre dándoles la espalda y metiéndose en la casa. “Tu padre está retenido en una reunión. No se nos unirá.”

Yoona miró a Yuri con una ceja levantada.

“Después de ti,” Yuri indicó con un ademán de su brazo. “No digas que no te advertí.”

Yoona sonrió y entró en el gran recibidor. Si la mujer quería chulería, Yoona le daría chulería.

Hola aqui otra actualización, en el proximo capitulo tendremos la gran cena con la madre de Yuri, qué expectativas tienen?