Traición?
What Is Love?Un día pacífico y tranquilo, sin mucho que pensar en negativismos. Todo marchaba bien hasta que choco con cierto sujeto y al verlo solo pudo fingir una sonrisa que termino por echar a la basura. Para que fingir si ninguno se caía bien.
-Cuidado, te puedo romper. –Seunghyun le dijo en doble sentido.
-El único que se va a romper eres tú, cuando alguien te rompa la boca justo como lo mereces.
-Sacaste el cobre. Pobre Tiffany.
-¡¿Qué?! –Siempre solía terminar más enojada que él.
-Por más que te duela, Yubin es mi esposa y lo será hasta que la muerte nos separe.
-Hasta que la vuelvas a engañar. ¿En verdad crees que te va a perdonar siempre? –Soltó una risa a lo que Seunghyun frunció el ceño.
-No voy a seguir discutiendo contigo. –Prefirió huir, perdió esa batalla.
La puerta del consultorio de Yubin estaba entre abierta por lo que entro sin importarle nada.
-Doctora Choi. –La nombro mientras se aproximaba a su asiento. -Suena tan bien.
Yubin sonrió y recibió los labios de su esposo. -¿Vienes para llevarme a comer?
-Me encantaría es solo que. . . –Tomo asiento frente a ella. -Quede con alguien.
-¿A qué vienes entonces? –Comenzó a enojarse.
-A pedirte permiso, tal vez regrese noche a la casa.
-Has lo que quieras y ya vete, tengo trabajo. –Poso la vista en su computadora y se concentró en ella.
-Iré a casa de Nichkhun, el invitara a Taecyeon y veremos el partido de futbol, me parece que los tres le vamos al mismo equipo, pensé que eso sería un buen comienzo.
Yubin cambio su vista para mirarlo, ver su expresión tranquila y saber sus verdaderas intenciones la hizo sentirse mal.
-Le cancelare, no quiero que te molestes, te veo más tarde. –Se levantó y antes de avanzar a la espalda ella lo abrazo por la espalda.
-Perdóname, creí que. . . Ve con ellos, divierte. Hare plegarias para que Taec se comporte.
Se giró y la abrazo por la cintura. -A mi deséame suerte, de verdad pondré de mi parte, se cuanto lo quieres, tu único hermano.
-Igual procura llegar a casa y que este despierta, te recompensare. –Le giño el ojo de manera seductora haciendo que Seunghyun la besara con pasión.
Al terminar el beso salió a prisa y se dirigió a la casa de los Horvejkul. Victoria le abrió la puerta y nada de tiempo que perdió, lo jalo de la corbata metiéndolo dentro y besándolo con desesperación.
-¿Segura? –El pregunto entre beso y beso.
-Lo calcule bien. –Lo tomo de la mano y lo condujo a la habitación. –Por mínimo tardara una hora para venir con Taecyeon. Tenemos el tiempo justo.
-Esto es peligroso.
-Y por ello será más placentero. –Lo empujo dentro de la habitación.
-Toma. Guárdalo antes. –Le entrego un boleto de avión. –Alcánzame el fin, tengo un asunto pero se resuelve rápido, me tendrás el resto del tiempo para ti.
-¿Tailandia? –Miraba el pasaje. -Jajaja la nación de mi marido, que irónico. –Guardo el boleto en un lugar seguro y continuaron.
La doctora Hwang esperaba en el cruce, se dirigía a su casa puesto que ya había comido algo en la cafetería del hospital.
-¡FANY! –El grito llamo la atención de varias personas aparte de la nombrada.
Tiffany solo sonrió mientras que Akemi ondeaba su mano y esperaba que el semáforo cambiara para irla a encontrarla. Basto que estuvieran de frente para que la japonesa le diera un abrazo enorme.
-Vaya. . . y yo que creí que los japoneses eran poco afectivos.
-No todos lo somos. –La soltó. –¿Ya saliste de trabajar? ¿Dónde está tu auto? ¿Te gustaría venir a pasear conmigo? –Pregunto sin parar y eufórica, a lo que Tiffany solo podía pestañear. -Bueno iríamos de compras, y te compraría algo porque te lo debo.
-¿Qué?
-Jessica pudo dormir bien. De haber sabido que tú puedes ayudarla te habría pedido ayuda cuando no estábamos aquí, muchas veces tenia problema para dormir.
-¿Cómo dices?
-No es justo, tú me haces preguntas y no me has respondido nada de lo anterior.
-Ya salí de trabajar, no traje mi auto y. . . ¿Por qué no estas con Jessica?
-Es malo que siempre este tras de ella, la verdad se iba a ver con una de sus amigas. –Se encogió de hombros.
-¿Qué amiga? –Los celos invadieron a Tiffany.
-Mimi. Sunmi. –Hablo sonriente.
-¿La dejaste ir con Sunmi? ¿Olvidaste mi advertencia? –Se invadió de un enojo momentáneo.
-Sica me dijo que exagerabas y que no te hiciera caso.
Tiffany agrando sus ojos, saber que Jessica la llamaba exagerada y que por primera vez prefiriera a Sunmi era la peor de las ofensas. -Bien. . . –Se mordió el labio unos segundos. - Soy una exagerada. Sabes que vamos a donde tú quieras, a beber una cerveza.
-¿A esta hora?
-Cualquiera es buena. –La tomo del brazo y la jalo con ella.
-Mi camioneta esta por allá.
Tiffany asintió y se dirigieron a la camioneta, de ahí se marcharon a un bar donde pidieron una cubeta de cervezas, contenía unas ocho cervezas. La extranjera se asustó con ello puesto que casi no bebía pero luego se tranquilizó cuando Tiffany le explico que las tomarían en el trascurso del día y que contenían poco alcohol.
Destaparon el primer par de cervezas.
-Sobre lo que hablaste con mi amor ¿Por qué estaba así? ¿Que la tenía preocupada?
Dudo en contarle la verdad, tampoco era como si pudiera mentirle. – Jessica creía que yo estaba enojada con ella.
-¿Era eso? ¿No tiene que ver conmigo? –Pregunto emocionada.
-Para nada.
-Qué lindo. –Se sintió aliviada y feliz. De pronto busco algo en su bolso. -Tengo este reloj nuevo. ¿Lo quieres? –Puso una caja en la mesa.
-No. –Rotundamente se reusó.
-Bueno, entonces acabando esto iremos al centro comercial y escogerás algo.
-De verdad no tienes que agradecer y menos de esa manera.
-Si no quieres nada elegiré por ti.
-Me quedo con el reloj. –Tuvo que resignarse, la insistencia de Akemi era grande.
-Es pink, tu favorito. –Le dijo al tiempo que lo abría.
-Hermoso. . . –Raro si no quedaba deslumbrada ante algo de color rosa.
-Sabía que te gustaría.
-Tienes que dejar de hacerme regalos.
-Pero eres mi amiga.
-Las amigas no necesitan darse regalos todo el tiempo.
-Ok, dejare de hacerte regalos tan seguido. Eres como Sica, tampoco me deja hacerle regalos.
Tiffany sonrió y bebió su cerveza.
-Eres mi primera amiga aquí. Gracias.
-Tú eres mi primera amiga japonesa.
-Japonesa, brasileña e italiana. –Presumió.
-Tu múltiple nacionalidad. Salud por eso.
-Salud. –Chocaron las cervezas antes de beber de ellas.
Siempre fue de tener novios con auto pero vamos en Estados Unidos la mayoría de las personas tiene auto, ahora que estaba en Corea tener un novio con moto era mucho mejor, si bien no era una moto deslumbrante, estaba bien en lo que cavia.
Por fin llegaron a su casa, bajo de la moto y se acercó al chico esperando un largo beso de despedida. Decepción se llevó cuando este la beso en la mejilla.
-Adiós princesa.
-Jackson. –Le dio una mirada fría.
-¿Si? –Se notaba confuso, aun así sonreía.
-Bésame en la boca. –Le exigió borrando la sonrisa que el mantenía.
-¿Y si tu hermana está mirando desde alguna ventana y sale a asesinarme?
-Mi hermana. –Sonrió con malicia. -Gracias por recordar, es tiempo que la conozcas. –Lo tomo de la mano y lo obligo a seguirla.
-Espera. –Se resistía pero ella no lo iba a soltar.
-Lo siento, es ahora. –Abrió la casa y entraron. -JESSICA. –No hubo respuesta y tampoco había sonido alguno.
-Parece que no hay nadie. –Al terminar de decirlo Krystal lo miro de manera insinuante.
-¿Te gustaría conocer mi habitación? –Le sugirió en un tono sensual.
Jackson trago saliva e hizo su esfuerzo para rechazar la oferta. -Otro día. –Krystal lo miro fríamente. -Tengo que volver rápido a casa, pero te prometo que la próxima vez será tu quien conozca mi habitación.
Eso reavivo el ánimo en Krystal y lo acompaño a la salida, antes de que se fuera ella lo beso devorándole los labios. Toda vez que el chico se marchó, continúo parada tocando sus labios hasta que una segunda moto la saco del trance.
-Wow. . . –Era una moto de pista, de esas que usan en las competencias donde saltan obstáculos. –Eiji ¿eso?
-Tengo trabajo. –Presumió mientras se sacaba el casco.
-¿Yakuza? –Ningún trabajo pagaba tan bien el primer día, solo la mafia, el chico se soltó a reír. -¿De dónde la sacaste?
-Menos preguntas señorita. –No iba a admitir que volvió a utilizar su tarjeta de crédito. -¿Te gustaría dar una vuelta? –La miro fijamente a los ojos.
-Pásame el casco.
Nichkhun y Taecyeon se conocían desde la secundaria por ende las familias de ambos se conocían a pesar de que la del extranjero no habitaba Seúl, ambos tenían un estatus social alto por eso se entendían y podían quejarse mutuamente de la presión familiar.
El tailandés sabia lo mucho que Taecyeon odiaba a su cuñado así como la razón de ese odio, sin embargo noto el esfuerzo de Seunghyun por querer hacer las paces que decidió ayudarlo, además no es que tuviera muchas opciones con alguien que era su superior laboral.
-¿Puedes hablarme de una buena vez? –Conducían a casa, habían pasado al súper mercado a comprar cerveza y snacks.
Taecyeon iba molesto desde que supo cuál era el plan del día.
-Que infantil eres.
-Ese imbécil se hace pendeja a mi hermana, no quiero ser su amigo.
-Fue antes y ella lo perdono ya acéptalo.
-Detén el auto, me iré a casa. –Pidió molesto.
-Solo te pido que le des una oportunidad, no seas su amigo, simplemente toléralo.
-Escuche cientos de noches llorar a Yubin por causa de ese. ¿Crees que es fácil tolerarlo?
-Yubin también es c
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