Obrando a gusto propio una y otra vez, no les resulta igual de divertido cuando la consecuencia recae sobre ellos, cuando otros son los que reciben las satisfacciones dejándolos con la peor parte.

-Todo me ha salido bien, acéptalo. Soy el puto amo.

Su buen amigo Jiyong ya no lo veía con tan buenos ojos desde hace tiempo, podían tener una fuerte amistad pero no apoyaba las últimas acciones de Seunghyun.

-No sé qué tan bueno sea mantener al hijo de otro.

-Yo no lo hare, lo harán sus verdaderos abuelos. –Su característico cinismo no faltaba– Que me ven como el hombre perfecto y bueno que ha recogido a su hija.

-Sé que es mera venganza lo de casarte con Victoria.

-Justa, el marica de Nichkhun se burló de ella.

-Pero a ti no te hizo nada.

-La zorra de Yubin.

-Hizo lo que tú le hacías, te pago igual.

-¿De qué lado estas?

-De ninguno, tú debes aceptar que te la aplicaron y que te has desquitado con la persona equivocada. Y la realidad, nada te salió bien.

-Lo que digas. –Desapareció de la vista de su amigo porque lo último que quería era hacerse de palabras con él.

Seunghyun en el fondo resintió los comentarios pero su orgullo era mayor y no se dejaría afectar por nada, el gano, provoco que los padres de los hermanos Kim despreciaran a estos e hizo lo mismo con el tailandés, Nichkhun era repudiado por su familia. Y la mejor parte, gano una sensual esposa.

Librada de una vez por todas de su ex marido, Yubin emprendió camino para conseguir empleo, después de todo ya tenía un hijo y no podía seguirse aprovechando de su menor Hyuna.

Dejo solicitudes en todo tipo de hospitales, desde grandes hasta clínicas pequeñas, sin permitirse seleccionar.

Mientras se devolvía a casa sintió la extraña sensación de ser seguida, tranquilizándose por unos minutos para luego entrar en pánico cuando efectivamente descubrió que si la seguían.

-Kangin. –Aún más extraño que se tratara de él.

-Caminas muy rápido. –Le sonrió con tranquilidad y algo que se percibía como gusto.

-¿Por qué me estas siguiendo? –Yubin solo podía temer.

-Hace mucho que no te veo, que no se de ti. –La morena asintió dispuesta a seguir su camino– Espera vamos a conversar.

-¿Sobre qué podríamos conversar? –Nunca fueron amigos, no había tema para conversar o eso creía.

-¿Tu bebe, que fue? –Mantenía la sonrisa que se le hacía tan molesta a ella.

-Un niño. –Respondió queriendo llegar al final de la conversación.

-Excelente. ¿Dónde está? –Ahí se dio cuenta de que la estaba asustando por eso apuro a explicarse– Eres noticia por periódicos amarillistas y yo he estado preocupado por ti, si pregunto por tu bebe es para ofrecerme a cuidarlo, ya sabes en lugar de que lo dejes con alguna niñera o esas cosas.

Dejo de lado el miedo para asquearse y confundirse, Kangin se había vuelto completamente demente.

-Sé que fuimos compañeros de trabajo pero solo eso, no somos amigos.

-Somos más que amigos. –Psicópata, lo podía definir como tal– Quería buscarte antes, no lo hice como podría ser contra producente para tu demanda de divorcio.

-Tú no tienes que hacer nada por mí, me tengo que ir y no vuelvas a seguirme, da miedo. –Ahora si apuro el paso escapando.

Los sustos no le terminaron ahí, a su costado una persona con una sudadera de gorra le abordo.

-Es su hijo. –Le dijo.

-Maldita sea Sunmi. ¿Quieres matarme? –Que se cubriera con el gorro sí que asustaba además traía una facha casi de vaga.

-¿Por qué tuviste que acostarte con ese cerdo?

-¿De que estas hablando?

-Escuche la conversación, me acerque porque te vi y pensé que era algún tipo enviado por Seunghyun para asustarte.

-Espera estas drogada. –Logro quitarle el gorro notando por completo la expresión demacrada y los característicos ojos rojas, sumando la desesperación que ya le había percibido– SUNMI.

-Solo fue una píldora.

-Eres una idiota, una gran idiota.

-Tú eres la conversación aquí. El cerdo gordo sabe que es su hijo, te lo va querer quitar, debemos tener un plan de escape.

-Cállate, ni siquiera es su hijo.

-¿Te acostaste con otro a parte de ese?

-Con varios.

-Vaya, no negaste que te acostaras con él. –Su lado inteligente sirvió– Y no te creo nada de que hubo otros.

-Deja de drogarte de una maldita vez.

-Mi cuerpo lo pide, es algo más fuerte que yo. –Se volvió a colocar el gorro.

-No te mereces a Taeyeon. –Ataco donde sabía que lastimaría pero dado el estado de Sunmi.

-Y tu hijo no se merece un padre tan feo. –Se hecho a reír.

-Por última vez, él no es el padre de mi hijo y tú vete al diablo.

¿Kangin era o no el padre del hijo de Yubin?

Ahora sabía lo que se sentía. Observar desde atrás las fiestas, la multitud, a las personas alcoholizadas, la seducción unos a otros, esa misma seducción ya no para ella sino para su novia. No le hacía gracia la manera en la que Akemi era asechada, en la que todo el mundo la abordaba, hombres y mujeres, supero la etapa de celos y escenas porque ahora se tragaba todo y fingía una sonrisa diciendo que todo estaba bien.

En la primera parte de su relación con la japonesa, fue Jessica quien recibía ese tipo de atención, en la última etapa se controló un poco y dejo de lado aquello. Ahora vivía en carne propia estar del otro lado con la diferencia de quien sabe cuándo su novia dejaría de recibir tanta atención, probablemente nunca.

Por suerte otras cosas habían cambiado para bien y su novia no era del tipo vengativo así que no había caído en las insinuaciones de otros y le daba su lugar, además ya no era infantil, estaba en una etapa madura de su vida, pudiera ser que Jessica estuviera de igual forma madurando de algún modo.

-J. No has venido a bailar conmigo. ¿Quieres irte ya?

-Estoy bien, disfrutaba las bebidas. —Le mostro su bebida en color naranja.

-Son exquisitas. —Akemi por su parte traía una en color verde.

-Ya tienes más tolerancia.

-Salud por eso. —Chocaron copar pero Akemi no la dejo beber, en su lugar capturo sus labios en un tremendo beso— Vamos a bailar.

-Sabes que no me gusta hacerlo, menos cuando hay tanta gente desconocida.

-Por favor. —La aparición de su eye smile fue para nada, no la pudo convencer y tuvo que salir a la pista sola.

Aquello solía pasar tan a menudo y Akemi solo podía sentirse decepcionada, la relación iba en picada pero se negaba a rendirse.

Sus compañeras al ver la actitud tan fría de Jessica, la desaprobaban por completo, y es que poco a poco Akemi iba siendo parte de su círculo, llamarla amiga ya era posible.

Elli, una de las modelos veteranas era quien se atrevía a tener conversaciones profundas con Akemi.

-¿Por qué sigues con alguien así? —Luego de ver la escena de rechazo, se aproximó para interrogar— Todo el tiempo le estas rogando para que este a tu lado. Parece como si no te quisiera.

-Lo hace, viene desde otro país a verme y cuando estamos a solas la pasamos bien.

-Eso es un problema, no puede solo estar bien cuando son ustedes dos. Además no te veo feliz.

-Ya no tiene sentido esto. —Lo acepto por primera vez, dio un sorbo leve a su bebida para proseguir— Ha sido mi tipo de chica, mi sueño perfecto.

-Me habías dicho un poco al respecto.

-Y la realidad es dura. No me hace feliz y sé que yo a ella tampoco, su felicidad es… —Soltó un suspiro pesado, Elli le sobo la espalda en apoyo— Sabes, cuando tenemos intimidad, ya no siento ni un poco de lo que alguna vez sentí.

-Akemi. —La información la sorprendió— Deberías decírselo, deberían dejarlo ya.

-Sé que me hace una persona horrible pero tengo una gran razón para no decir nada.

-¿Puedo saberla?

-Jessica se esfuerza por la relación, yo respondo igual, esto un mal tiempo del que debo salir. Mírala es imposible no amarla. —La modelo le arqueo las cejas en respuesta— Sueno como una psicópata.

-Si.

-De nuevo. —Lo dijo en voz baja.

-Dile que no sientes nada, tal vez puedan hacerlo de otra forma o tomar una terapia. Pero la verdad termínala, pienso que es lo mejor.

-No voy a romperle el corazón, nada más tengo que luchar por la relación.

-Ambas tienen insatisfacción de algún tipo y se supone que es su segunda vez intentándolo. —Sabia poco al respecto— Lo más probable es que no sean la una para la otra.

-No lo somos. —Afirmo con amargura.

-Ya encontraras el verdadero amor y ella igual.

-Pronto hablare con ella.

-Has lo que creas correcto.

Akemi regreso al lado de Jessica a quien encontró muy entretenida mirando a un punto del lugar que por la iluminación de bar poco se notaba.

-Tiffany está aquí. —Le informo descolocando— ¿Quieres que nos vayamos?

-¿Qué hace aquí? —Fue lo primero que se le ocurrió preguntar a la japonesa.

-Cómo voy a saberlo. —Ahora estaba de pésimo humor.

-¿Con quién está? —Una pregunta inocente pero detonante.

-¿Eres estúpida acaso? ¿Por qué me preguntas a mí? este tu mundo.

-Tienes razón. Averiguare con quien viene, a lo mejor volvemos a ser amigas.

-Akemi. —La nombro tarde, la japonesa se alejó y Jessica siguió con su enfado sin ver que tuvo la culpa, sin percatarse que la insulto.

Solo se quedó ahí, observando al punto donde estaba Tiffany, apenas y veía pero no despegaba mirada, había más personas alrededor muy animadas, y su ex amiga parecía ser el centro de atención.

Lo que le faltaba, topársela esa noche y casi en la misma condición que su novia, es decir, siendo el auge, no le daba envidia, se trataba de celos. Ahí podía por fin hablar con ella pero como hacerlo si estaba rodeada de idiotas.

Hombres y mujeres, y faltaba poco para que Tiffany se colocara al centro, eso veían los ojos celosos de Jessica, que lejos llegaría a darse cuenta que no tenía ningún derecho a ponerse celosa.

La eye smile coreana fue invitada a esa fiesta por nada más y nada menos que Nozomi Sasaki, quien siendo modelo años atrás todavía conservaba amistades de ese mundo que la invitaban. Sasaki aprovecho la noche para presentar a Tiffany con su círculo de amistad.

-Denle un respiro. Pregunta tras pregunta. —Nozomi salió al rescate, apenada de meter en tal interrogatorio a Tiffany.

-Nos hablaste tanto de ella que ahora que efectivamente la conocemos y vemos ese lado interesante que presumiste, no podemos evitarlo así que te aguantas. —Respondió otra modelo.

-Como estaba muy obsesionada con ella no podía dejar de mencionarla.

-Lo bueno es que dejo la obsesión.

-Sí, ahora tiene otros intereses.

-Basta. —Nozomi se sonrojo, la pusieron como el centro de burlas.

-Voy al tocador. —Tiffany aprovecho.

-Te acompaño.

-Sigue disfru