Despertó encontrándose con el espacio vacío de la cama, otra mañana sin ella. Con tristeza se levantó, sin muchas ganas como siempre, luego de ducharse se animó un poco.
Vertió café en su tasa y lo bebió en la soledad de su amplio departamento, si bien no era adinerada, su trabajo le daba un nivel económico promedio y suficiente si se lo preguntaban. Después de su solitario desayuno se encamino al trabajo, subió a su auto promedio, un modelo de que compro cuatro años atrás.

En el recorrido al trabajo tuvo ese momento donde buscas esperanza en cualquier rincón, intentas ser positiva y de un modo u otro encuentras el lado bueno de las cosas.

-Jessi está de vuelta. –Se dijo. También era día en que la vería, Yubin y ella por fin conocerían a la novia extranjera, sonaba a que sería un día divertido.

Quien tenía un mejor despertar era Yubin, quien no siendo recién casado, apenas habían pasado unos cuatro días de la boda, aún estaba en el auge de la felicidad. Su esposo se había despertado primero, lo vio entrar en la habitación en su traje, listo para el trabajo.

-¿Por qué no me despertaste?

-Dijiste que era tu día libre. –Se acercó y beso sus labios.

Yubin retuvo el beso disfrutando más.

-Tengo que irme. –El cortó el beso.

-¿Volverás para la cena?

-Eso espero.

-Avísame, veré a

-La odiosa y a Jessica, pasa toda la tarde con ellas, yo traigo la cena.

-Gracias. –Deposito un beso en sus labios. -Y no llames odiosa a Tiff.

-Me odia.

-Y tú a ella, suficiente tengo.

El volvió a besarla y se encamino a la puerta. -Llamas a tu empleo, no olvides apartar tus vacaciones.

Yubin asintió. –Que te vaya bien. –Lo vio irse y suspiro. Amaba a ese hombre aun después de todo lo que habían pasado. Ya estaba superado así que no había de que preocuparse.

Su mañana la empleo en arreglarse y en llamar a su empleo, pediría sus vacaciones y los días libres que le daban para su luna de miel.

Jessica, ella tenía una mañana muy ruidosa, fue despertada por Krystal quien le mintió diciéndole que ya había llegado su chica. La pobre Jessica se despertó todavía adormecida, camino a la sala y choco con el sofá, dejándose un moretón en la rodilla provocando que botara un par de lágrimas y que le quedara un moretón demasiado visible.

-Eres una fastidiosa y duele! Duele. –Se hallaba sentada en el sofá con su pierna sobre el regazo de Krystal pues esta le ponía un ungüento.

-Perdóname hermanita, es que en verdad no despertabas.

-Nunca me respetas, debes ser la hermana endiablada, la gemela malvada y ni siquiera nacimos el mismo año.

-Exagerada y dramática.

-¡Me duele! ¿Por que me lastimas más?

-Apenas y te estoy tocando.

-Ya déjame. –Bajo su pie. –Vete ya.

-¿Estarás bien, semi lisiada? –Se ganó un almohadazo. –Vete preparando, por si no viste la hora, ya es tarde.

-Aún falta para verlas.

-Tú tardas horas arreglándote.

-Y gracias a ti no podre usar falda o short o vestido.

-Cómo si usaras mucho, salúdame a Tiffany y dile que venga pronto, quiero verla también.

-Es mía. –Le saco la lengua.

-Espero repitas eso delante de miss Japón. –Se burló.

-Sabes que estoy bromeando. –Se retractó rápidamente.

-Siento lo de tu rodilla, te veo después.

-No hables con extraños y checa varias escuelas, no te dejes deslumbrar e inscribas en la primera.

-Entendido.

Jessica había estado viviendo en el extranjero, lejos de sus amigos con quienes perdió contacto, lejos de su familia a quien visitaba en las navidades, con su pequeña hermana era con la única que tenía contacto seguido, a veces hacia que la fuera a visitar o se estaban llamando todo el tiempo, esa conexión de hermanas era fuerte, por ello cuando decidió regresar a Corea le propuso que vivieran juntas y que estudiara en una universidad de Seúl.

La tarde paso lenta para Tiffany, sucedía que se la paso viendo la hora para salir y encontrarse con sus amigas, se le hizo eterno pero por fin llego el tiempo.

Antes de poder irse fue abordada por una pareja.

-¿A dónde crees que vas?

-Tan arreglada y con un perfume embriagante.

-¿Qué perfume? –Las vio reír y comprendió. –Es que veré a mi novio. –Les siguió el juego.

-Lo creería si no fueses tan gay. –Dijo Qri.

-Más que gay, es como una lesbiana camionera.

-Por dios. Sobretodo.

-¿Vas a ver a la rubia con la que te la pasaste en la boda de Yubin? –Pregunto Soyeon.

-A la misma y a Yubin.

-Me la saludas.

-NO. –Se apresuró a prohibir Qri. –No andes viendo a otras. –Le dio un pellizco en el brazo.

-Auch, era broma.

-Tiffany. –Llamo una tercera chica.

-Vete. Corre. –Dijo Soyeon en voz baja y asiéndose a un lado para que Tiffany se fuera.

Por desgracia la chica alcanzo a Tiffany en el estacionamiento.

-¿Qué ocurre Irene? –Para que preguntar si suponía de lo que se trataba.

-Wendy

-Oh no, sorry, llevo prisa hoy no puedo ser consejera personal. –Abrió su auto y entro cerrando tan rápido como pudo, sin embargo alcanzo a ver la expresión triste de su menor por lo que bajo el vidrio. -¿Qué ha pasado?

-Me grito frente a la gente. –Boto unas cuantas lágrimas.

Tiffany resoplo, solucionar o por lo menos consolarla le llevaría tiempo.

Así fue, Jessica y Yubin llegaron al restaurant donde quedaron de verse y la ausencia de Tiffany brillaba.

-Se supone que ella es la más puntual. –Se quejó Yubin.

-Lo recuerdo. Igual no debe tardar, pidamos cuando ella llegue.

-¿Tu extranjera no debería venir contigo?

-Su vuelo se retrasó, ya llego al hotel pero se va a arreglar, así que llegara en un tiempo.

-¿Al hotel? Pensé que se quedaría en tu casa.

-Eso piensa ella. –Mostro una expresión divertida.

-Que malvada.

-Soy lista. Aceptarla en mi casa es como un pequeño paso al matricidio y no gracias. Por cierto, no deberías estar en tu luna de miel? Señora Choi.

-Seung Hyun tuvo muchos casos en esta semana, lo pospusimos, en quince días nos iremos a las islas maldivas.

-Un hombre típico.

-No lo es. –Frunció el ceño.

-Estoy jugando, no te molestes. Ya pareces Tiffany.

-¿Se enfadó contigo?

-Algo así, la noche de tu boda la acompañe a su casa y me reprocho mis años de ausencia.

-Me uno a ese reproche. ¿Qué te crees?

-Jessica Queen.

-Deja eso. Hablo enserio.

-Se lo explique, eran días difíciles para mí y a la vez quería renovarme ya no ser tan desatada.

-¿Dejaste de acostarte con cualquier mujer de buen cuerpo?

Asintió. -En cuanto lo mío con mi actual novia se puso serio.

-¿Lo hiciste por ella? Me dejas sorprendida.

-Si se cambia por amor, creo. . . Es decir hasta tú te casaste y con un hombre, juraría que te quedarías con aquella chica. ¿Cuál era su nombre?

-Te agradecería que eso no lo menciones, es parte de mi pasado oscuro y así debe quedarse.

-¿Pasado oscuro? ¿Quieres decir que tu biualidad es pasada? –Se carcajeo. –Siempre va a haber una chica que te ponga.

-No es pasada, mi esposo no lo sabe y quiero que no lo sepa.

-¿Por qué? Los casados siempre presumen que saben todo el uno del otro.

-No quiero ser parte de ese todos. –Las cosas comenzaban a ponerse tensas. -También me renové y no le incumbe a Seung Hyun lo que hice en mi juventud alocada.

-¿Pretendes olvidar tu naturaleza? –La ataco ganándose una mirada de reproche. -Ok, es tu problema, hablemos de otras cosas ¿Sabes qué pasa con Tiffany? Me pareció que fingía esa sonrisa en tu boda.

-¿Te conto lo de Hyuna?

-¿Hyuna?

-Su novia.

-Ya, la que ya no se comunica con ella. Eso es rastrero, ya no es su novia.

-Lo mismo que intente explicarle pero no hace caso, mantiene la esperanza y no es malo, no hasta que realmente se ha vuelto depresiva. Cuando tiene vacaciones se la pasa en casa, sin hacer nada, a veces ni se baña. –Jessica no pudo evitar reírse. -Hablo enserio. Se hunde en depresión y luego no sé cómo rayos le hace pero su ánimo regresa, se va a volver bipolar o ya lo es, no sé. –La expresión en Jessica entonces se volvió de preocupación. -Eres su mejor amiga, confió en que puedes ayudarla.

Se quedó en silencio analizando la situación y preguntándose si podría ayudarla, quería hacerlo, eso estaba claro, solo que estuvo ausente mucho tiempo.

-Lo lamento chicas. –Tiffany había llegado, las saludo besándolas en la mejilla. –Irene se atravesó en mi camino.

-Otra vez peleo con Wendy. ¿Cuál fue el problema esta vez? –Pregunto Yubin.

-Dejemos ese tema, hacen que mi cabeza duela. ¿Y tu novia? –Jessica apenas estaba por reaccionar. -¿Te la inventaste?

-¡Existe! Ya no debe tardar.

-¿Conoce la ciudad?

Lo pensó unos segundos. –Sabe el idioma, puede tomar taxi, o usar al chofer de sus primos.

-Ya. Que pésima novia eres. Deberías irla a recoger.

-O llámala por lo menos. –Añadió Yubin.

-Va a estar bien. –Ambas la miraban con decepción. -Ok, iré a afuera a llamarla.  –Se levantó de su silla y volvió a sentarse. –Ha llegado. –Miraba a la entrada.

Ambas miraron a la entrada dando con la única chica que llegaba, se impresionaron un poco al verla.

-Oh my god. –Fue la expresión de Tiffany.

-Es muy bonita. –Siguió Yubin. -Hasta que consigues algo bueno.

-¿Perdón? Yo siempre.

-SICA. –La nombro con voz chillona debido al gri