¿Qué es el mal? ¿Cuál puede ser el mal en una persona? ¿Una adicción, vicio, otra persona, uno mismo? Ver nuestros propios errores es difícil, casi imposible para unos.

En algún momento de nuestras vidas hemos ejercido un tipo de daño, un tipo de mal, ya sea en contra de otros o para uno mismo.

En tantas ocasiones, lo que parece un simple gusto termina por ser un vicio nocivo.

Cuantas ocasiones descargamos ira y frustración con quien menos lo merece. Y nos arrepentimos a tiempo o demasiado tarde.

¿Por qué necesitamos que alguien nos abra los ojos la mayoría de ocasiones? ¿Y aun así porque continuamos ejerciendo mal sobre quien se supone queremos?

Venganzas, rivalidades, adicciones, miedos, cuando notes lo desgastantes y lo mucho que se pierde en ello, sabrás que no valen la pena.

El fin justifica los medios. Jessica lo aplico, mintió con toda intensión sobre decirle a Akemi que lo suyo con Tiffany significo nada, cuando en realidad significo todo pero ya que fue dejada atrás, que Tiffany seguía su vida junto a la persona que eligió, no veía porque valerse de esas “tácticas” era malo. Después de todo dejo a su ex amiga en el pasado, sin sentimientos arrastrados por esta el camino de posibilidades con la extranjera se abrió y estaba dispuesta a tomarlo, iba enserio sobre amarla, esta ocasión de verdad.

Después de lograr convencerla quedaron para cenar, Jessica invitaría y se plantearían reglas para la relación, fue lo último que menciono Akemi antes de entrar a su habitación luego de la serie de besos que se dieron en el pasillo.

Jessica llego primero a la cita, espero paciente en la mesa que reservo y se levantó de su lugar al verla llegar para abrirle la silla amablemente.

-Luces hermosa. –La de múltiples nacionalidades traía un vestido negro que descubría sus hombros y tenía una apertura en el estómago, dejando ver su vientre plano. -Deberíamos saltarnos la cena y pasar a

-Tú también luces hermosa. –La corto y le dejo un beso en la mejilla cosa que Jessica no desaprovecho, le tomo el rostro y le comió los labios. -Jessica.

-¿Qué sucede? –Volvió a su lugar con una sonrisa.

-Jamás te gustaron las muestras de cariño en lugares tan concurridos. –Más de una mirada se ganaron.

-He cambiado. –Mantenía su sonrisa mientras llamaba al mesero para ordenar.

Luego de hacer sus pedidos los halagos regresaron, halagos a los que Akemi no se acostumbraba, en el pasado era ella quien alababa la hermosura de Jessica todo el tiempo.

-Relájate. –Jessica noto la incomodidad. –Sabes que no muerdo a menos que lo pidas.

-Y no lo pediré.

-Ya lo veremos. –Sonrió de medio lado. La incomodidad en la extranjera continuaba– ¿Qué pasa?

-Todo esto me toma por sorpresa sabes, tu invitando, tu alagando, tu besándome.

-¿Te disgusta?

-No es eso, se siente extraño pero a la vez se siente bien.

-Disfrútalo, déjate llevar.

-Tengo miedo de obsesionarme de nuevo. –Y vaya que el miedo se podía descubrir a través de su mirada.

-Te juro que estoy siendo sincera. –Estiro su mano para tomarle la suya. –Esta vez nos amaremos, no tengas miedo a amar de verdad. Yo quiero amarte.

-¿En serio? –Las caricias en su mano la empezaban a confortar.

-Muy en serio. Quiero que esta vez funcione y tengamos el mismo amor la una por la otra.

-Debemos poner reglas.

-Olvida las estúpidas reglas, no debe haberlas. Dejemos que suceda, para que nos ponemos límites. –Su siguiente movimiento fue levantarse un poco y dejarle un pequeño beso en los labios.

Akemi sonrió feliz, creía en ella, lo haría, después de todo los sentimientos permanecían, dormidos hasta cierto punto.

La velada prosiguió en conversaciones más amenas, Jessica hablándole de su nuevo trabajo, del idiota de Donghae hasta que finalmente la japonesa toco un tema importante.

-Viste a Krystal.

-Así es, te conto?

-Hablamos, también estaba Eiji, a él no le pareció que tu –Se cortó sin lograr completar.

-Le ofreciera mi ayuda para abortar. –Por su parte lo dijo como si nada.

-Honestamente te odia, y por eso no pude decirles que estoy contigo de nuevo.

-¿Me odia? Es un estúpido. –Dio un trago a la copa de vino.

-¿Le ofreciste eso a Krys para que haga lo contrario verdad? Tú habías dicho que tiende a hacer lo contrario. ¿Fue por eso?

-Lo dije, es cierto que lo hace, pero esta ocasión lo ofrecí porque quería estar de su lado.

-¿Apoyas que aborte? –Apenas y lo podía creer, Jessica no era ese tipo de persona.

-Totalmente, si ella lo quiere.

-Es increíble que apoyes una gran estupidez y no apoyaras otras decisiones más cuerdas.

Al parecer Jessica no era la única que cambio, meses atrás hubiera sido impensable que la japonesa le dijera algo así.

-Lo siento. –Se disculpó al ver como la dejo muda– Lo bueno es que ha decidido tener él bebe, seremos tías.

-¿Cuándo decidió eso?

-Recién, esta mañana Eiji me llamo y me dio la noticia. ¿No es genial? –Su sonrisa de ojos apareció por primera vez en la noche.

-Sí, supongo. –Un trago más grande a su copa de vino.

-Hablare con ellos y les diré que he vuelto contigo, luego hare que

-¿Podemos dejar de hablar de ellos? Prefiero hablar de ti, de nosotras. ¿Ya terminaste quieres algo más?

-He terminado.

-Vamos a dar un paseo nocturno. –Hizo una seña al mesero para que le llevara la cuenta.

-Tal vez en otra ocasión, es mejor que me vaya.

-Te llevo.

-Me iré en taxi, si queremos que funcione, no demos saltos apresurados.

-Solo te voy a llevar al hotel.

-Ayer terminamos besándonos como si no hubiera mañana.

-¿Y eso que tiene de malo?

-Quiero que cada cosa que suceda entre nosotras, por más mínima, se haga por amor, no por desesperación o solo por atracción.

-¿De que estas hablando?

-Si empezamos a besarnos sin control o incluso a tener relaciones, solo volveré a obsesionarme, te pido que tomemos esto con calma, tener una relación como un noviazgo que va empezando y que las cosas surjan poco a poco.

Jessica arqueo sus cejas no voy convencida, termino por asentir resignada.

. . .

Mientras tomaba una decisión dejo de ir a verla, mientras buscaba como seguir se alejó por completo y aunque pasaron pocos días hizo que todos pensaran que la dejaba de lado. De ninguna manera, tenía su lado sensato y necesitaba tiempo a solas para decidir, en cuanto le informaron del despertar, corrió, corrió al hospital.

Y sin plan alguno o palabras pensadas para decir abrió la puerta, encontró su mirada con esos ojos enigmáticos, con esa mirada seductora que ahora lucia cansada.

Quedo sin palabras porque pensó que la encontraría dormida. Recibió una sonrisa y cabeceo afirmativo.

-Me alegra mucho verte despierta, no sabes cuánto.

Sunmi solo mordió su labio inferior, darse cuenta que la preocupo la hacía sentir pésima.

Taeyeon por desgracia se desconectó y todo lo que decidió, lo que había planeado proponerle si despertaba se esfumo de su mente en esos momentos.

Sunmi no pronunciaba palabra por alguna razón, tampoco se movía por otra. Simple, los estragos no definitivos del coma. Aunque escuchar un sollozo la hizo casi saltar, solo pudo posar su vista en Taeyeon y verla cubrir su boca, antes de disculparse y salir.

¿Por qué razón lloraba? ¿Por ella? No tenía derecho a merecer tal cosa, sus lágrimas también se hacían presentes. El día anterior paso algo similar, Yubin lloraba mientras la llamaba estúpida.

Es una pena tener que llegar al fondo para darte cuenta de todo lo que tienes.

Fuera de la habitación, cuando Taeyeon logro calmarse llegaba la morena, esta sorprendida de verla esbozo una sonrisa.

-¿Te has decidido por?

-Es evidente que quiero estar con ella.

-Si es tu elección final. ¿Ya has pasado?

-Un momento, me quede sin que decir.

-Entremos. –Sin dejarla responder abrió la puerta e incluso la jalo con ella. –Mimi. ¿Te alegras de verla? ¿Sabes por qué esta aquí? ¿Quieres saberlo?

La recién salida del coma apenas abrió su boca mientras miraba asesinamente a la morena.

-¿Quieres que me vaya? –Pregunto Taeyeon.

-Obviamente no, resulta que la idiota no puede hablar o moverse del todo.

-¿Qué? –Eso le fue alarmante.

-Tranquila, se le pasara a los pocos días o semanas. No se, pueden ser meses o años, lo vi en películas. –La mirada de odio en su contra se intensificaba– Si no se le pasa al mes no aparezcas, no mereces cargar con esta idiota.

-No entiendo.

-Este es el despertar real de una persona después de un coma, gracias a que no fue tanto tiempo, sus secuelas son temporales.

-¿De verdad no habla?

-Habla, pero tartamudea. –Soltó una risa en burla. – Como eres tú no quiere que la escuches así, vez la mirada de odio que me está dando?

Taeyeon entonces se dio cuenta de la mirada asesina y ceño fruncido de Sunmi.

-Se amable con tu amiga está embarazada. –Decidió ser parte de la broma.

-Escúchala, estoy embarazada, respétame. Por cierto tampoco se mueve.

-Lo está haciendo. –Dijo al verla levantar una mano con mucho esfuerzo lo cual solo hizo para hacerle una seña obscena a Yubin.

-Creo que no te conviene. –Definitivamente Yubin seria asesinada después de dar a luz.

-Sunmi que grosera. –Que Taeyeon la regañara la hizo sonrojarse y desviar su mirada.

–Se ha rendido, las dejo, regreso más tarde.

Al salir la morena, Taeyeon tomo la silla que se encontraba en la habitación y la acerco a la camilla.

-Tal vez sean días, semanas, meses antes de que te recuperes. No importa, yo estaré a tu lado.

-Yo… soy mala. –Logro pronunciar.

-Todas las personas tenemos cosas desagradables en nosotros pero siempre podemos cambiar.

Un cambio, era justo lo que Tiffany necesitaba, no queria pasársela llorando ni deprimida, pero parecia no tener mucho que hacer.

Oficialmente se quedo sin amigas y con su familia lejos podría decirse que entro en un tipo de soledad. Por el momento encontrar nuevas amistades no estaba en sus planes, quizas empezaría a buscarse alguna actividad o un segundo empleo.

-Tiffany. –Escuchar su nombre la saco de sus pensamientos, ver quien la llamo la trajo de nuevos.

Puede que también fuera tiempo arreglar las cosas con viejas amistades.

-Irene.

-¿Te gustaria ir a beber algo esta noche o podemos ir a un café?

Tiffany se le quedo mirando pensativa. –Me encantaría arreglar las cosas entre nosotras si es tu verdadero propósito.

-Lo es en parte. Es que en verdad estoy preocupada por ti, hace poco con Wendy la vimos.

-¿A quién? –No podia entender de que iba.

-La que era tu novia, la psicótica con Yubin. Lamento tanto que tu mejor amiga se quedara con tu novia y a la vez me alegro, de que ya no estés con ella quiero decir, era una psicótica.

-Ya... –Asintió sin tener mucho que decir al respecto.

-Te he visto tan mal desde hace tiempo, puedo imaginar como te sientes.

-¿Me tienes lastima? Es eso. –A nadie le gusta que le tengan lastima.

-No lo llamaría lástima, solo quiero que sepas que estoy para lo que necesites, ya que no estas con la psicótica.

-Eres adulta pero te sigues comportando como una niña por eso siempre vas a tener problemas con Wendy, ambas son inmaduras.

-¿Estas molesta porque la llame psicótica?

-Si un poco.

-Lo siento no sabia que todavía la sigues queriendo, sí que estas afectada.

-No tienes idea de nada Irene y ni siquiera estoy molesta.

-¿Por que defiendes a alguien que te dejo?

-No la estoy defendiendo y te repito no tienes idea de nada.

-Cuentame entonces. ¿Tú la dejaste y luego se fue con Yu