-¿Estamos perdidos? -Pregunto con preocupación. -Lo estamos. -Se respondió a si con temor.

-Solo hay que ver el mapa de nuevo y pedir indicaciones a alguien.

-No sabemos el idioma.

-Hablamos inglés, alguien tiene que hablarlo, es una ciudad conurbada. En el peor de los casos tomamos un taxi.

-¿Y abandonar la motocicleta?

-Qué más da.

-Oh claro, señor tengo dinero para tirar a la basura. -Tomo el mapa y se centró en él. Segundos después fue tomada por la cintura. –Eiji.

-Abandonemos todo, caminemos sin rumbo.

-¿Qué está diciendo? EIJI. -Se quejó al ser levantada por los brazos de este al estilo nupcial. -Bájame.

-¿Te suelto? -Bromeo.

-NO. -Se aferró a su cuello. -¿Qué planeas? Nos perderemos de verdad.

-Por tu culpa estoy perdido desde hace mucho. -Seguía avanzando dejando la moto atrás.

Krystal se sorprendió por las palabras de su novio.

-Y está perfecto siempre que estés a mi lado. -Repentinamente los labios de Krystal estaban sobre los suyos, detenido el paso para disfrutar el momento y de no ser por el sonido de su celular habrían seguido. Con cuidado la bajo y tomo su celular con molestia.

-¿Quién fue el inoportuno? -Krystal también se hallaba molesta.

-Es el papá de Akemi. -Se veía en shock.

-Responde. -Lo animo.

Eiji asintió y tomo la llamada, como hablaba en su idioma Krystal decidió caminar de regreso a la moto y seguir buscando la ubicación en el mapa. Taiwan era una cuidad inmensa que habían tomado a la ligera, ir por las calles sin rumbo fue una mala idea, pero era más divertido que permanecer al lado del resto de turistas siendo guiados por un aburrido guía.

En un par de minutos entendió el mapa, o eso creí, regreso su vista a Eiji quien continuaba hablando y lo vio sonreír, tal vez eran buenas noticias.

Al cortar la llamada se le aproximo emocionado y la beso de felicidad.

-¿Qué ocurre?

-Akemi, ha mejorado y si continúa estable podre llamarla cuando quiera y le darán permiso de recibir visitas.

-Suena a que está realmente loca. ¿Qué paso con ella en este tiempo?

-Un día decayó feo, se poco al respecto solo me entere que preocupo a todo el mundo y mi tío prefirió tenerla el doble de vigilada y restringida, temía que volviera a dañarse, esta vez logrando su cometido.

-Supongo que se atiende psicológicamente.

-Diario tiene terapia.

-¿Diario? -Le pareció extremo.

-Lo necesita y al parecer funciona. Cuando pueda verla me acompañarías? Quiero decirle que eres mi novia.

-Yo no lo sé, ya sabes es ex de Jessica, estaría mal para ella que me viera no crees?

-Es verdad. -Pareció desanimarse.

-Bueno se lo puedes preguntar a su psicóloga, si dice que sí, obvio te acompaño. Ahora volviendo al tema. -Subió a la moto y lo miro insinuante. -Sube chico guapo.

-¿Encontraste el camino?

-Sube y averígualo. -Hablo con tono seductor.

-Como usted diga, señorita.

Detestable lunes por la mañana, después de la fiesta del sábado y lo ocurrido, la doctora Hwang tenía un humor pésimo para ese día. Al llegar a la clínica ni siquiera se molestó en darle buenos días a nadie.

-La fiesta debió estar mal. -Irene le dijo a su novia.

-¿Hablamos con ella? -Pregunto Wendy.

-No lo sé. -Dudo. -Mejor no.

Dentro de su consultorio, Tiffany, decidió dejar sus problemas de lado, tenía que ser profesional. Suspiro pesadamente varias veces y recordó por última vez las estupideces de Hyuna y las de ella misma por soportar. ¿Por qué lo hacía? A claro, porque eso eligió, debía aguantarse cierto?

Olvido el asunto para atender a sus pacientes y parcialmente lo logro.

Al medio día cuando salió a la cafetería se encontró a Hyuna fuera de su consultorio, cabe decir que desde la bofetada no le dirigía la palabra.

-Llevo horas aquí.

Continúo sin dirigirle la palabra.

-Venga no puedes seguir así, no podemos seguir mal. Estoy poniendo de mi parte. -Recibió una mirada asesina. -Lo siento, fue estúpido que me dejara besar por Sunmi aunque haya sido un juego. ¿Me perdonas?

-Estoy en hora de trabajo, retírate.

-¿Es por la bofetada? Me llamaste perra. -Se justificó. -Tú nunca me insultas, no me gusta.

-Si no te marchas voy a estar en problemas.

-Mientes. -La arrincono.

-Hyuna.

-Es tu enojo el que te hace no querer verme y tienes razón, por eso vengo a disculparme. Perdóname. -Le acaricio la mejilla.

-Hazte a un lado. En casa hablamos.

-Es ahora, me salí del trabajo sin avisar, yo también estaré en problemas.

-Eso no es mi culpa.

-Tiffany. -Le dio una mirada de súplica. -Te juro que no vuelvo a seguir los juegos de mis amigas, te lo juro.

-No se trata solo de esa parte, es todo lo que me has dicho.

-Perdóname. -La abrazo por la cintura y empezó a dejar besos en su mejilla.

Antes de que Tiffany intentara quitársela de encima una tercera persona necesariamente tuvo            que pasar por ese pasillo, lo hizo sin mirarlas y con incomodidad.

-¡Yubin! -La nombro Hyuna, soltó a Tiffany y fue a traer a esta.

-¿Qué haces? -Preguntaron al unísono las dos mujeres.

-Es momento de que hagan las pases. No sé porque se pelearon pero hagan las pases, vamos. -Las animo.

Ambas quedaron confundidas.

-Tiffany extraña tu amistad.

-¿Perdón? -La aludida se ofendió.

-Me lo ha dicho, me alejare un tanto para que hablen. -Se alejó varios pasos sonriente.

Yubin soltó una risa por la acción. -Nuestra pequeña Hyuna.

-Ha cambiado, créeme. -Hablo dolida.

-¿Qué ha ocurrido? -Se animó a preguntar.

-¿De verdad vamos a hacer las paces? -Pregunto Tiffany incrédula.

-Deberíamos, eso creo. -La morena cedió.

-Recuerdo que te enojaste por lo mío con Jessica y tenías razón en lo que dijiste.

-¿Qué de todo?

-Me parece que gran parte. Ya no somos amigas. -Sonrió con amargura.

-¿Cómo es posible eso? -Sí que era una noticia fuerte.

-¿Ya? -Hyuna había regresado en mal momento.

-No. -Respondió Tiffany enojada. -¿Puedes marcharte?

-Eso es duro. -Menciono Yubin y Hyuna aprovecho abrazándosele.

-Está muy enojada conmigo, dile que me perdone.

-¿Perdónala?

La mirada de Tiffany era de molestia. -Hablamos otro día. -Le dijo a Yubin para tomar de la mano a Hyuna y meterla a su consultorio.

-Tienes que perdonarme ya, hasta se han reconciliado por mí. -Seguía intentando.

Tiffany se cruzó de brazos y se recargo en el escritorio.

-Fany. -La abrazo por la cintura. -Te miras muy y. -Se acercó a su cuello y comenzó a dejar besos.

Tiffany la empujo un poco. -¿Me amas?

-Claro. Si no lo hiciera, no estaría pidiendo tu perdón, ya te he dicho que no volverá a suceder, nunca me volveré a besar con Sunmi ni con otros. Y créeme que lamento haberte abofeteado pero me dolió que me insultaras.

-Lo siento. -Hablo sin ganas.

-¿Estoy perdonada?

-Puede ser. -Fue besada y no rechazó los labios de Hyuna.

-Voy a ir al trabajo, regresare por la noche a casa y me gustaría que estés preparada para salir a cenar fuera. ¿Te parece?

-No quiero más fiestas en casa.

-Oh. . .  Acepto con tal de ser perdonada. -Le sonrió. -¿Me besas? -Pidió formando un puchero y logro su cometido, los cálidos labios de Tiffany se posaron sobre los suyos. Había sido perdonada.

Día libre de la dentista Kim, lo empleaba en beber un buen café en una cafetería, no importaba que ya fuera medio día, esa ocasión era una fecha especial ya que años atrás había conocido a su primera novia y atesoraba ese recuerdo, ya que si bien la relación llego a su fin, quedaron en buenos términos. Después de esa relación tuvo unas cuantas más, sin problema, hasta Soyeon fue que conoció lo que era estar en problemas.

-El destino se empeña en hacer que nos encontremos. -Tomo asiento a su lado sorprendiéndola. -No podemos ignorarlo.

-Yo no te eh permitido sentar.

-Simplemente no voy a ignorar algo tan grande como la fuerza del destino.

-Señorita Sunmi.

-Mi nombre suena maravilloso cuando tú lo pronuncias, hermosa.

-Déjame tranquila.

-Es imposible para mi, lindura.

-Deja los sufijos.

-A eso quería llegar, te llamare por tu nombre en cuanto me lo rebeles, debe ser muy hermoso como tú.

-¿Por qué coqueteas conmigo? -Pregunto enfadada.

-Por molestar y ya te has enojado, lo dejare. -Levanto sus manos en señal de rendición.

-¿Desea ordenar? -Se había aproximado un mesero.

-Ella ya se va. -Respondió rápido Taeyeon.

-Quiero un café americano. -Fijo mirada en la dentista. -Para llevar porque efectivamente me iré.

Cuando el mesero se retiró cortaron mirada.

-Engañaste a Taecyeon.

-Soy una zorra, ya lo sé.

-Te equivocas, eres una lista porque él te perdono y una biual porque te metiste con una mujer, aunque probablemente seas lesbiana.

-¿Y a ti que te importa mi ualidad?

-Mucho puede que seamos del mismo equipo y siendo así

-Para tu tren. Desentiendo porque quieres o intentas seducirme, no lo sé. ¿Yubin te lo pidió? Me quiere lejos de su hermano.

-Esto no tiene que ver con los hermanos. Mi seducción es innata y sobre ti, es curioso que nos encontremos, me agradas a simple vista por ello te asecho, y no me parece que Yubin te ataque, Taec te perdono, ella no tiene que meterse.

-Tu café ya debe estar listo. -Miro a otro lado cosa que Sunmi aprovecho para tomar su celular que estaba en la mesa. -¡¿Qué haces?!

-Solo apuntare mi número, si un día Yubin te ataca, llámame, yo se controlarla o simplemente llámame alguna vez. ¿De acuerdo? -Se lo devolvió.

-Ni en tus mejores sueños.

Sunmi soltó una risita antes de irse. Taeyeon quedo molesta, su día quedo arruinado.

Victoria Song, si alguien sabía manejar una doble cara a la perfección era ella. El golpe de vida que recibió y la solución que así misma puso la llevo a ser la mujer que era ahora, buena o mala, vengativa daba igual, se divertía y eso era lo importante.

Al llegar a casa encontró al que fuera su marido lagrimeando en medio de la sala y ama esos momentos donde podía atacarlo.

-¿Otra vez llorando? Taec sí que te lastima. -Se sentó enfrente. -Y yo que creí que él era la pasiva, no sé de esos mundos.

Nichkhun la miro con odio y limpio sus ojos, antes de levantarse para salir de ahí Victoria subió a su retazo.

-Detente esposo.

-¿Qué haces?

-Tengo una propuesta para ti.

-Déjame tranquilo. -La tomo de la cintura para quitársela de encima pero ella le tomo las manos.

-Querías que dejara a Seunghyun, estoy pensando en hacerlo.

-¿A cambio de qué? -La conocía bastante bien.

-De que te acuestes conmigo y que sea placentero.

En ese instante la expresión del pobre hombre se detuvo por completo.

-Te doy tiempo para que te lo pienses. -Se quitó de él y salió triunfante de la sala.

Nichkhun en verdad comenzó a considerarlo, se hallaba dolido por su ruptura con Taecyeon, culpable y pésimo por no poder decirle la verdad a Yubin, quien era casi tan importante en su vida como Taecyeon, siendo la hermana de este le tenía aprecio