—Jessica ya no sé qué excusa poner, como no te presentes a trabajar mañana estarás despedida. Despedida. —Mensaje de voz número quince.

— ¿Cómo vas a dejar perder este trabajo? —Mensaje de voz número dieciséis.

— ¿Qué estás pensando Jessica? —Mensaje de voz número diecisiete,

—Sé que lo de Akemi te tiene hundida pero vamos hay más mujeres, yo podría presentarte a —Ahí corto el mensaje de voz número dieciocho.

Donghae era bueno e idiota a la vez, preocupándose por ella cuando no se merecía ese tipo de atención.

Iba a dejar el trabajo por estúpido que fuera, es que llevaba días en que ni ganas tenia de levantarse, no fue por el hecho que Akemi hubiese roto con ella, fue detonante sí, pero lo que realmente le asqueo era su patética vida.

Jessica ya no era feliz o tal vez nunca lo fue, definitivamente estaba atravesando un momento muy difícil.

El único destello de luz en su vida, fue la llamada de Krystal preguntándole que si podía visitarla, Jessica dijo que si como una contestadora automática, al finalizar la llamada entro en cuenta, su hermana ya debería tener a su bebe.

La menor de las Jung algo bueno pudo aprender de su loca nueva familia, el hecho de dejar las diferencias de lado para los nuevos seres que no tenían nada que ver en las disputas adultas. Jessica es tía de su pequeña y eso nunca cambiara, tienen derecho de conocerse y puede que sea una gran oportunidad para Krystal de volver a ser las hermanas Jung.

—Llegamos. —Informo su marido, habían alquilado un auto para trasladarse en corea y todo fuera más cómodo— Dame un segundo.

Krystal estaba en el asiento trasero con la bebe en sus brazos, su marido bajo ciertas cosas de la cajuela y por fin le abrió la puerta a su esposa.

—Por alguna razón tengo nervios.

—Yo no. ¿Te ayudo? —Se ofreció pese a que llevaba la bolsa con las cosas para la bebe y el bolso de Krystal.

—Ya llevas bastantes cosas pero ya que insistes. —La coloco en sus brazos.

—Esta despierta, hasta ella sabe que conocerá a su tía. ¿Estas emocionada? —La bebe no hizo gesto alguno— Es inexpresiva como tú.

—Luego haces bromas por favor. —Se mantenía tensa.

—Relájate, es solo tu hermana.

—Es que no sé qué reacción vaya a tener, por teléfono solo dijo sí.

—Deja que las cosas pasen, no te pongas de nervios antes de tiempo.

El llamado a su puerta, soltó un suspiro y se encamino a abrir. Su hermana fue la primer imagen y tras de ella Eiji con un bebe en brazos.

—Adelante. —Se hizo a un lado luego de invitarlos a pasar.

Krystal se esperaba otro tipo de saludo antes que un simple adelante, sin decir nada entro junto a su esposo.

—Tomen asiento. —Siguió con la formalidad.

Eiji solo podía pensar que los Jung eran tan difíciles, ya no podía seguir en medio de tanta tensión así que mientras su esposa se acomodó en el sofá, él se dirigió a Jessica.

—Es niña. —Informo mientras la iba colocando en sus manos.

—Espera.

—Sostenla, no es difícil una vez que la tienes en manos.

—Pero… —Tarde para protestar, su nueva sobrina estaba en sus brazos y la miraba fijamente— Vaya esta despierta.

La bebe seguía observando al parecer había heredado los ojos Jung. Eiji se colocó junto a Krystal quien le dio un beso en la mejilla como agradecimiento por eliminar la tensión.

—Es muy tranquila. —Dijo Jessica a lo que Krystal soltó una carcajada sarcástica— ¿Cuál es su nombre?

—Nami. —Respondió Eiji, el eligió el nombre.

—Un nombre japonés.

—Nació en Japón después de todo pero también estoy buscando un nombre americano como nosotras. ——Comento Krystal sonriendo de ver a su hermana no despegar vista de su bebe.

— ¿Cuánto tiene?

—Un mes.

— ¿Has viajado en avión con un bebe de un mes? —Ahora si los miro con sorpresa.

—Me gustan las aventuras. —Krystal y su lado relajado solo hizo preocupar a Jessica más.

—Es seguro y la tienes en tus brazos sana y salva. —Explico Eiji— Jamás las expondría.

—Lo sé, debes estar muy feliz ahora.

—Ni siquiera puedo describir cuan feliz me siento.

—Habla en serio, hasta lloro cuando la tuvo en sus brazos por primera vez. —Krystal fue mala al exponer a su esposo.

— ¿Vamos a decir verdades? Tú lloraste la primera noche porque ella no se dormía y tuve que salir al rescate.

—No sé de qué estás hablando.

—Mamá siempre se quejó de ti sobre eso, eras terrible en las noches. —La Jung mayor revelo.

—Oh vamos, ahora resulta que estoy sabiendo lo que se siente.

—Por torturar a tu madre. —Dijo Eiji.

—Se lo ha inventado, siempre inventa cosas para darme mala fama.

—Claro, soy la hermana mala. Se las devuelvo. —Le entrego la bebe a Eiji— No tengo algo para comer puesto que no se cocinar pero llamare algún servicio para que traigan algo, deben estar hambrientos por el viaje.

—Mejor vamos a un lugar fuera y pagas tú como somos la visita. —Krystal supo aprovechar.

Se dirigieron a un restaurant donde la conversación fue fluida pero evasiva sobre los temas que en el pasado habían colocado en disputa a las hermanas.

Querer desaparecer un asunto nunca es lo mejor, la menor de las Jung lo sabía perfectamente y cuando tuvo oportunidad, se alejó con Jessica para hablar con esta.

— ¿Estará bien el solo con Nami?

—Es su papá, tiene que.

—Mira no quiero hablar sobre Akemi.

—Pensaba tratar otros temas aunque ese igual es un buen

—Por favor, búrlate internamente.

— ¿Burlarme? —Krystal no estaba comprendiendo.

—De que me dejo.

—Yo no sabía que fue ella la que te dejo. Solo menciono un terminamos y yo creí que de nuevo habías sido tu quien la boto.

—Pues no, se ha vengado, justo cuando me estaba enamorado de ella me deja para sentir un poco de lo que ella sintió alguna vez. Lo merezco.

—No creo que ella lo hiciera por castigarte.

— ¿La estas defendiendo? —Se extrañó bastante— A ti no te caía bien.

—Porque no me di una oportunidad de conocerla, porque era un poco como tú, haciendo afirmaciones por mí cuenta. La vida no es señalar Jessica.

—Yo no soy así. —Hasta frunció el ceño levemente enojada.

— ¿A no? Despreciaste a mi esposo, nunca le diste una oportunidad.

— Si es lo que te tiene resentida, perdón. Mi opinión sobre él ha cambiado ok.

— ¿Qué piensas ahora sobre él? —No podía creerle del todo.

—Que en verdad te ama y las cuidara bien. Es el padre de ti hija, ojala seas muy feliz a su lado. —Si mostro sinceridad con sus palabras y eso alegro a Krystal.

—Él tampoco te detesta más pero debo decir que está feliz de que ya no estés con su prima.

—Y dices que no me detesta.

—Yo también estoy feliz, tú no amas a Akemi y al parecer ella ya lo entendió y es genial.

Jessica se sentía dolida de que su propia hermana le dijera ese tipo de cosas, entre tanto las palabras que le dijo Akemi le llegaron y decidió sacarlas con su hermana, en ella si podía confiar ¿cierto?

—Ella cree que yo necesito a Tiffany. —Todavía se mantenía recia en ese tema.

— ¿Por qué cree tal cosa? —Lo último que hubiera esperado era la mención de la también coreana-americana.

—Cuando la deje, en una ocasión llamo a Tiffany y esta le dijo que estábamos juntas, si lo estábamos, creo que desde ahí ella saco muchas conclusiones.

— ¿Tú necesitas a Tiffany?

—No, es ridículo. —Su respuesta rápida no reflejaba seguridad.

—Mientes mucho y esa es otra cosa que detesto de ti, porque te perjudica a ti misma.

—Yo no estoy mintiendo.

—Es que siempre has ocultado cosas. Ya ni siquiera entiendo el tipo de relación que tuviste con Tiffany y porque lo dejaron, o porque le hiciste tanto daño a Akemi.

— ¿De qué daño hablas?

—Le saque como fue la primera relación que tuvieron, cuando tú ibas con otras. ¿No me digas que ya lo olvidaste? —Como dijera si la detestaría.

—A ella le gustaba así, perfectamente sabia mi forma de ser y seguía a mi lado. —Krystal solo pudo mirarla mal— Bien, en ese tiempo era muy inmadura.

—A la fecha lo eres.

Jessica ya no iba a soportar más los ataques de su hermana. —Mira que tú tengas un hijo no te hace la gran mujer madura.

—Sé que no, siguió siendo idiota, llorar cuando Nami no quiere dormir refleja lo inmadura que sigo, pero por lo menos se y acepto lo que quiero.

—Creí que íbamos a dejar las cosas atrás, que íbamos a estar bien de una vez por todas y solo te empeñas en atacarme, en que estemos mal.

—Nadie está mal contigo ya, solo que no puedo entenderte, a decir verdad nunca lo hice. La única que lo hacía era Tiffany.

—Ustedes tienen un problema con Tiffany, están como obsesionadas con ella. Basta ya de mencionarla.

—Lo haré por última vez. Cuando me dijeron que estaban en una relación me dije, por fin las idiotas se dieron cuenta de cuanto se aman y fui feliz por ti. Luego resulto que ella te dejo por otra, y la odie no sabes cuánto, una vez la tope y hasta la desprecie, porque creí que hirió a mi hermana.

Jessica solo escuchaba atenta.

—Luego de saber parte de tu verdadera cara, de cómo lastimaste a Akemi. Supe que me había equivocado con Tiffany, que en realidad no sé cómo fue tu relación con ella pero es obvio que no se ni la mitad de lo que en verdad paso.

—Te contare. —Necesitaba ser escuchada.

—Lo hiciste y al parecer ocultaste mucho y ya no quiero saberlo.

—Yo también salí lastimada y bastante.

—No lo dudo, estas destruida y al parecer es desde ese momento. Quizás por eso Akemi piensa que la necesitas y ni siquiera vio lo que yo vi. —Se refería a los primeros años, cuando Jessica y Tiffany estaban juntas casi todo el tiempo.

—Las cosas nunca me resultan.

—No dejes de intentar. Olvidemos nuestras disputas ya, cuando necesites algo puedes contar conmigo, incluso ir a Japón a verme.

—Si la necesito. —De repente lo acepto— Necesito a mi mejor amiga.

— ¿Qué esperas para buscarla?

—Es que las últimas veces la trate horrible y cuando intente arreglar las cosas, se malinterpreto todo.

—Intenta siendo la Jessica de antes de muy antes me refiero, estoy segura que Tiffany no se resistiría.

Era una buena opción, el problema es ¿Dónde está Tiffany?

El absoluto silencio la hizo asustar, pronuncio su nombre un par de veces sin obtener respuesta, cuando ya se imaginaba lo peor, la encontró en la bañera.

Taeyeon la observo bien, no parecía fuera de sí, estaba consiente para su alivio, luego al percatarse que no era una ducha normal la molestia le entro.

—Esta agua esta helada. —Había metido su mano en la tina— ¿Qué pretendes Sunmi?

—Distraerme, pensar en otra cosa que no sea ya sabes qué.

—Acepta ir a un maldito centro de rehabilitación.

— ¿Y cómo crees que seré tratada ahí? ¿Me llevaran a un spa cuando quiera drogas? No, probablemente me sugieran esto, tomar un baño frio.

—Más no sumergirte en agua fría por quien sabe cuántos minutos. Puede darte en una maldita pulmonía.

—Mejor que morir de una sobre dosis. —Su humor negro estuvo muy fuera de lugar.

Taeyeon le miro con impotencia con unas ganas fuertes de echarla de su casa pero si hacia eso tenía seguro que perdería a Sunmi por siempre, porque si, en la calle con mucha más razón iría por drogas.

—Ya se lo que voy a hacer contigo. No tienes que ir con voluntad, solo tengo que pagar y vendrán por ti, será lo mejor para todos. —Se dio media vuelta dejándola en la tina.

Sunmi pronto razono que hablaba sobre el centro de rehabilitación y el temor se apodero de su cuerpo, salió del baño lo más rápido que pudo y lo único que se coloco fue una toalla.

—Tae no estás hablando en serio.

—Jamás he bromeado como tú.

—No, no, no. Ni siquiera e consumido drogas los últimos días. —Y la vio llorar, la pobre chica ya no pudo más— Taeyeon.

Pero de nada servía, Sunmi se sentiría pésima y luego se le pasaría, hasta ella lo sabía. Se odiaba, se daba asco, pero luego volvía a caer en ese asqueroso vicio. Lastimar a Taeyeon no era su plan, la amaba, maldita sea que sí, pero el amor parecía no ser suficiente.

—Es mejor que me vaya de aquí. No te preocupes, iré a casa de Hyuna, Yubin necesitara refuerzos pronto.

—Has lo que quieras, ya no puedo contigo.

Sunmi se vistió e hizo una pequeña maleta, no tenía muchas cosas. Taeyeon no la hubiera dejado ir, es que llego a su límite de verla dañarse, destruirse. ¿Por qué alguien con tanta inteligencia la desperdiciaba de esa manera? La mataba. Y ¿Por qué su amor no bastaba para que Sunmi se aferrara a algo?

— ¿Piensas que marchándote se acabara tu problema? ¿Por qué le temes tanto a un centro de rehabilitación?

—Prefiero no responder. Solo diré que me voy para evitarte más daño.

—Eres una idiota.

—Lo sé. Tal vez lejos de ti pueda entender todo lo que estoy perdiendo y

—Lárgate ya.

—Taeyeon, te amo, nunca lo dudes.

Antes de que Sunmi pudiera dejar del todo la casa de Taeyeon, está la alcanzo para besarla, ya que quien sabe cuándo volvería a poder besarla