La clínica donde laboraba Tiffany era relativamente pequeña, consultorios de un tamaño normal,  atención de ocho de la mañana a diez de la noche, especialistas que tenían que turnar a los pacientes a hospitales más grandes porque ahí se trataba medicina general y alteraciones básicas, pocas veces atendían casos mayores, contaban con atención odontológica entre otras menores. El personal entre médicos, enfermeros, recepción, seguridad no era muy numeroso, por lo que podía decirse que todo se sabía.

-Necesito que cumplan la apuesta, Irene está enojada conmigo y me vendrían bien los días libres.

-Ustedes siempre discuten por cosas tontas. –Respondió Soyeon. -¿De qué fue en esta ocasión?

-Luego te lo cuento, paga la apuesta. –Pidió Wendy.

-¿Qué apuesta? –Se añadió una morena a la conversación.

-La que descubriera porque Tiff esta tan feliz, cubriría a la otra pareja. –Explico Soyeon.

-¿Lo descubrieron? –Ni ella misma lo sabía.

-Le sacamos la verdad. –Presumió la menor. -Dijo que la supuesta novia la llamo.

-¿HYUNA? –Yubin no podía creerlo. -Esto tengo que preguntárselo. ¿Vieron si esta con paciente?

-Esta con la rubia bonita. -Respondió Soyeon. -La que también es tu amiga.

-¿Jessica?

-Ella.

Mejor momento no había, si se encontraba con Jessica en el consultorio de forma tan repentina, seguramente se debía al tema de Hyuna. Yubin ingenuamente llego hasta la puerta y dado que ambas eran sus amigas no dudo en abrir y preguntar a su amiga, siendo entonces que se llevó la sorpresa de su vida.

-Tiff…Fany. –La escena provoco que reaccionara de manera escandalosa. -ESTAS CON JESSICA. ¿CON JESSICA?

Las dos se habían separado, la nombrada se cubría tras Tiffany dado que le faltaba su blusa.

-¿Por qué los gritos? –Se aproximó Qri y asomó su cabeza al consultorio. –Tú amiga, la de la novia extranjera que también es tu amiga. –Se sumó a la sorpresa. -Dios que infidelidad.

-No es lo que parece. –Hablo Jessica.

-Es lo que parece, se besaban, comían. –Rebelo Yubin.

-Su blusa esta tirada por ahí. –Continuo Qri. -Ya entiendo, tú eres la de la felicidad, Wenrene mintió. No ganaron la apuesta.

-¿De qué apuesta hablas? –Pregunto Tiffany.

-¿Les importaría? –Pidió Jessica sintiéndose incomoda.

-Claro. –Respondió Yubin. -Merezco explicaciones.

-¿Pueden cerrar la puerta y darnos espacio? Si el director o alguien más ve esto estaré despedida.

-Bye Qri. –Yubin cerró la puerta dejándola fuera.

-Tú también.

-¿Están saliendo? –La ignoro por completo. -¿Por fin?

-Te vemos en el estacionamiento en cinco minutos. ¿Te parece?

Yubin las conocía desde que las tres rondaban los dieciocho años, viviendo la época fiestera y de nada importar, agrandando el círculo de conocidos y amigos de reuniones. Tan solo unos cuantos meses después de haberlas conocido dedujo y apostaba que se querían más allá de la amistad que tanto se profesaban, o por lo menos una de las dos tenía sentimientos de amor por la otra, sin embargo nuca pudo confirmarlo o sacarles la verdad. Con esa escena vista creía que por fin se habían confesado aquel amor de hace tanto tiempo y que se habían decidido a estar juntas, en su interior estaba feliz por sus amigas hasta que escucho de lo que se trataba, se le hacia un nuevo juego esta vez aún más tonto y perjudicial.

-Dejen ver si lo entendí bien. –Se hallaba frente al par. -Son amantes de nuevo.

-Ahora no solo nos acostamos. –Explico Jessica.

Asintió y preparo sus siguientes palabras. -¿Y si te dejas de pendejadas?–Le pregunto directamente a Tiffany.

-¿Perdón?

-¿Por qué no olvidas a Hyuna? Fallo al dejar de comunicarse contigo, es su culpa, prácticamente no son novias ya.

-La esperare, nos prometimos encontrarnos en cierta fecha y hora la cual está por llegar, en caso que no llegue entonces la olvidare.

Le dio una mirada a una Jessica la cual lucia muy tranquila, regreso su vista a Tiffany y se puso firme. -O la esperas o te diviertes.

-No me estoy divirtiendo.

-¿Entonces? ¿Qué es Jessica para ti? Es tu juguete en este momento, tu juego.

-Por mí no hay problema. –Hablo la nombrada. -Fui yo quien le propuso todo y la convenció.

-¿Qué? –Solo se le hizo más irracional. -¿Estás de broma?

-Dijiste que la ayudara, lo estoy haciendo. –Se encogió de hombros de forma burlona.

-Que la sacaras de la depresión, no que te la cogieras.

-¡Hey! La hago feliz hasta que llegue su novia, si es que llega.

-¿Y si no regresa? –Miro a la doctora Hwang esperando respuesta.

-No sé, seguiremos esta vez de novias a ver qué tal. –Le respondió.

-¿Se dan cuenta lo imbécil que es esto? Están cayendo a los tiempos de su adolescencia, ya no están en edad de jugar así.

-¿A ti en que te afecta? –Pregunto Jessica.

-En nada, son ustedes las que terminaran muy mal.

-Ante todo siempre vamos a ser amigas, nos lo hemos prometido. –Menciono la doctora.

-¿Si Hyuna regresa botaras a esta así como así? –La respuesta no llego. -¿A Hyuna le dirás que tuviste una amante?

-No.

-Entonces serás deshonesta.

-Esa seguro se lio con alguien. –Dijo Jessica. –Nadie esperaría tanto.

-¿Y si no? –Siguió enfrentando a su colega. -Estas cometiendo el peor error de tu vida.

Tiffany permanecía en silencio analizando la situación, las palabras de Yubin la ponían a pensarlo de verdad.

-Habla la que se casó con un patán. –Defendía Jessica.

-Tú no sabes la historia mejor cállate. –El ambiente empezaba a ponerse tenso. -Cuando Hyuna regrese le contare esto.

-Boca suelta entrometida. –Jessica continuaba enfrentándola.

-Engañar es lo peor que puede hacer una persona, ella también es mi amiga y por si no te lo conto, fui yo quien las presento, además esa chica es más joven no se merece esto.

-¿Y Tiffany si se merece que la desgraciada no se comunique más?

-Tiene la solución de dejarla en definitiva, el problema aquí es su estúpido punto de esperarla y empezar algo dudoso contigo, no entiendes que lo que no quiero es que tú salgas dañada.

-Muchas gracias y mucho gusto. –Dijo con sarcasmo. –Hermana Yubin.

-Vete al diablo.

-¡¿Quién te entiende?! –Estallo Tiffany. -Querías que dejara mi lado depresivo y ahora que lo hago también te quejas.

-Ya te lo dije o la olvidas o la esperas, deja de ser egoísta y querer todo para ti. –Volvió a dejarla en silencio.

-Si Steph quiere esperarla y tenerme como su segundona puede hacerlo, yo estoy aceptando.

-¿Qué te paso? ¿Desde cuándo le gusta a la ice princess estar en segundo plano?

-Es una ocasión especial y ya no tengo porque darte más explicaciones. Si vas de bocazas no respondo.

-Jessi. –Reacciono Tiffany intentando calmarla.

-No puedo creer que me estés amenazando.

-No puedo creer que nos vayas a traicionar.

-Hagan lo que quieran las consecuencias serán para ustedes solo no me vuelvan a hablar. –Se retiró molesta.

-Yubin. –Llamo la doctora.

-Déjala.

-Tal vez tiene razón.

-Para nada, no dejes que te afecte lo que ha dicho, no pienses en ello.

-En caso de que Hyuna regrese, si de verdad le dice. . . –Comenzó a temer.

-Por lo visto quiere que nadie sufra, no hablara.

-Ni nos hablara. –Entro en cuenta. -¡Ya no nos hablara!

-Se ha vuelto loca. Se interesa mucho por nosotras y no resuelve su vida. –Le había molestado la actitud de la morena.

-Yo soy la que está loca, Jessica tú no puedes ser mi amante, eres más que eso, eres

-Quiero serlo. ¿Por qué no entiendes esa parte? Me gusta estar contigo, besarte, abrazarte, tener relaciones, dormir  y despertar a tu lado aunque sea por tiempo limitado, sé que se va a acabar cuando tu novia regrese.

Tiffany la miraba en silencio procesando si estaba bien continuar. -¿Estas bien con ello?

-Perfectamente. –Hablo con decisión dando confianza suficiente y más que eso.

 -Eres demasiado linda. –Acorto la distancia con un profundo beso.

-¿Aquí hay cámaras? –Había cortado el beso y al verla negar volvió a sus labios. No era que a Jessica no le importase ser la segunda, la sustituta, tenía sus razones por serlo.

-Tengo que volver al trabajo. –Se abrazaba a su cuello. -Iré a tu casa por la noche.

-¿Dormirás ahí? -

-Me quedare. –Confirmo sonriente. -Jessi. –Hizo una pausa. -Te quiero.

-Yo a ti.

-Encanto. –La hacia sonrojar. –Eres un encanto.

-Basta.

-Lindura. –Pico su mejilla.

-Steph. –Dio pasos hacia atrás. -Me voy te veo más tarde.

-No huyas de mí. –La atrapo en sus brazos y le planto un último beso antes de regresar al trabajo donde Wendy no perdió oportunidad de preguntar.

-¿Es la causante de tu felicidad?

-Por el momento si y no diré más.

-Ya tenía una apuesta ganada, como voy a hacer para alegrar a Irene?

-Envíale tu ropa interior.

-¿Eh?

Se fue sonriente a su consultorio.

Por supuesto que lo estaba viendo, no podía evitarlo y es que había algo en el que le atraía, le gustaba y sabiendo que no le era indiferente no perdería oportunidad. Él era tan diferente a la clase de chico con la que normalmente salía, era mayor con la vida resuelta y podía hacer lo que quisiera, tal vez envidiaba esa parte, quizás solo estaba maravillada, que importaba ante todo se suponía que eran amigos.

-Hello. –La recibió con sorpresa. -¿Saliste pronto? –La vio negar. -¿De nuevo sin clases?

-Me parece que se fueron al paro. ¿Podemos seguir con lo que tú me enseñas? –Hacia pequeñas insinuaciones cada que podía.

Eiji sonrió de medio lado y demoro en responderle. -¿Odias la escuela?

-¿Por qué lo dices?

-Sé que estas mintiendo y que todos estos días has tenido clases.

-Podría ser. ¿Empezamos ya?

-¿Por qué la odias?

-¿Para qué quieres saber? ¿Me obligaras a ir? Además porque te interesas hasta ahora, cuando ya nos hemos divertido tanto.

-Krystal. –La nombro para mostrar seriedad. –No me interesa si vas o no vas.

Eso le dolió un tanto. -¿Y?

-Lo que me disgusta es que mientas, siéntete libre cuando estés conmigo.

¿Libre? ¿A qué se refería? Pensó.

-Has lo que desees, de nada me sirve enviarte a la escuela cuando al parecer te disgusta ir.

-¿Y si no voy nunca más? ¿Apoyarías eso?

-No soy yo por quien debes de preocuparte.

-Jessica.

-En realidad es a tu futuro, en mi caso no estudie una carrera porque tengo la vida resuelta y los negocios de mi padre me quedaran en automático por ser hijo único. Actualmente tengo propiedades valiosas por cualquier cosa.

-¿Mansiones? ¿Autos?

-Ese  no es el punto.

Resoplo fastidiada. -Regresare mañana o pronto, si dejo de ir mis padres ya no enviaran dinero, sin una carrera tendré oportunidades nulas de conseguir empleo y Jessica pegara el grito al cielo.

-Te importa mucho su opinión, que envidiable tener una hermana.

-Tienes a Akemi.

-Aunque nos digamos hermanos, no lo soy, en este momento por ejemplo no sé nada de ella.

-Ve a visitarla.

-Le han prohibido mi contacto porque puede hacer que le consiga información de tu hermana y eso le perjudicaría.

-Suena a que mi hermana es el mal, una enfermedad mortal.

-Para mi prima lo es, representa una obsesión que la hace querer dejar de vivir si no la tiene, hasta que supere esa idea todo estará bien.

-Me disculpo en nombre de Jessica.

-No es su culpa y a nosotros no nos concierne.

Krystal asintió. -¿Lo hacemos ya? –Retomo el tema principal.

-Pasa.

Odios que comienzan sin razón, que se convierten en rivalidades, todo el tiempo los vemos. Personas que gastan su tiempo en lastimar a otras, en vengarse. Sunmi no era ese tipo de chica, no hasta que llegabas a su límite.

Les había contado a sus amigas, Hwasa y Jia, como la perra gorda, uno de los tantos sufijos que le había puesto a Tiffany, la había sacado de sus casillas, como convenció a Jessica nuevamente a que no le hablara.

-¿A ti te gusta Jessica? –Pregunto Jia.

-Le gustaba. –Hwasa lo recordaba. -¿Aun te la quieres tirar?

-No a ambas. –Respondió rápido para luego dudar. -No lo sé.

-Te molesta mucho que esa la aleje de ti, si te gusta ve y quítasela sino que se vayan al diablo ambas. –Jia le aconsejo.

-No es Jessica, es la perra gorda, solo lo hace por fastidiarme.

-Y la otra que le hace caso, recuerdan que también intento alejar a Hyuna de nosotras. –Menciono Hwasa.

-Nuestra bebe. –Dijo Jia. Así la llamaban por ser la más joven del grupo. –No le hizo caso. Tienes razón Mimi, lo único que quiere es fastidiar.

-Peor es quien le hace caso y la sigue. –Continuo Hwasa.

-Jessica se deja influenciar porque está enamorada del hipopótamo.

-¿Qué? –Ambas chicas se impresionaron.

-Hay que ser idiota para no darse cuenta.

-¿Nos acabas de llamar idiotas? –Hwasa pregunto ofendida.

-Perdonen, es que ya estoy fastidiada, esa hipopótamo me las tiene que pagar.

-Paga para que la golpeen, el dinero te sobra. –Aconsejo Hwasa.

-El dolor físico se pasa en un par de semanas, es peor el emocional. –Dijo Jia. –Qué tal si en su cara mencionas a Hyuna, dices que vas a verla.

-Es una buena idea. De hecho iré a verla de verdad. –Sonrió con malicia maquinando sus movimientos.

En el pasado, desde la primera vez que el par se habían hecho amantes, se vio disgustada, espero como varias a que descubrieran lo