Su momento de liberación, lleno de tensión y preocupación por lo que fuera a desencadenar. Lo cierto es que no quería lastimarlo pero hablar con la verdad es lo mejor y de todas maneras en el amor se sufre.

Nozomi estaba llegando al hombre que logró cautivarla y hacerla decir si, lo que sentía por Akemi era más fuerte, no se quedó en el deseo, en una sola vez, se había enamorado de esa chica con eye smile y no estaba dispuesta a perderla, a ella no.

—Tenemos que terminar. —Fue lo primero que le dijo, después de ignorarlo por días.

—¿Por qué razón? —Tetsuji intento mantenerse en calma.

—Lamento hacerte perder tu tiempo, es que esto ya no funciona.

—Y cómo va a funcionar si últimamente me apartas de tu vida y te escondes de mí. Se trata de otro, otra en este caso. ¿Es eso? —La calma se le perdió por completo.

—Perdóname. —Lo único que podía decir.

—¡Qué demonios Nozomi!

—Yo no sé qué me pasa pero me gusta mucho y no puedo ignorar este sentimiento.

—Es normal que te atraigan otras personas, hay un montón de mujeres y hombres atractivos pero eso no es amor, no puedes echar a la basura lo nuestro solo por algo pasajero!

—Es fuerte, más que de lo que puedo controlar. Me estoy enamorando perdidamente y hasta tengo miedo.

—¡Por favor! —La tomo de los hombros. —Eres de mí de quien estas enamorada, toda tu vida siendo lesbiana y yo te hice dudar de ello, disfrutas estar conmigo, disfrutas cada maldito momento. La intimidad tampoco te es desagradable.

—Detente por favor. —Ejercía presión en el agarre, la lastimaba.

—Piénsatelo bien, lo que estas sintiendo por esa otra es pasajero, lo nuestro es más fuerte. —Soltó el agarre, pero el enojo seguía en él.

—No tengo nada que pensar, ya tome una decisión, no es pasajero, la amo.

—¿Cómo puedes decir eso? ¡Te has acostado con ella! —Se podía ver el desprecio en sus ojos, algo no muy bueno se avecinaba.

Hay quienes no aceptan perder, quienes por sentirse traicionados creen tener derecho de cobrársela, de hacer pagar a quien los hizo sufrir.

La familia Darenogare estaba de manteles largos, festejando el cumpleaños del patriarca de la casa. La celebración se llevó a cabo en la residencia familiar, gigantesca ya que albergaría a los más de trescientos invitados que estaban contemplados.

Los fotógrafos profesionales comenzaron con las fotos familiares.

—¿Akemi todavía no llega? —Eiji la buscaba por orden del abuelo, su ausencia era algo de pesar, ella siempre se caracterizó por ser puntual a los eventos familiares. —La voy a llamar.

Eiji lo intento sin poder comunicarse con ella, algo que lo empezaba a preocupar.

—¿Qué ocurre? —Pregunto Krystal.

—No responde. Esto se suma a lo rara que ha estado, tengo miedo de que algo muy malo le esté pasando

—Tranquilo puede que ya esté en camino y no puede responder porque viene conduciendo. —La teoría de Krystal era muy buena.

—Es el cumpleaños del abuelo, lo adora. Suele ser de las primeras en llegar.

—Y siempre hay una primera vez para salir de lo habitual. Ya llegara.

Pasaron unos veinte minutos para que hiciera acto de presencia, se excusó diciendo que demoro en arreglarse y la verdad se veía bastante guapa por lo que le fue creído.

Luego de las fotos familiares Akemi no se despegaba de su abuelo, más que en casos muy necesarios cuando este tenía que estar con gente importante, para esos ratos ella iba por la bebe de su primo, actitud extraña que ni Eiji ni Krystal pasaron desapercibida.

Eiji le pidió a Krystal que hablara con ella, que le intentara sacar la verdad, cosa que ella atendió pronto, debido a que Akemi se había convertido en alguien importante para ella.

—¿Está todo bien contigo?

—Estoy perfecta y feliz por el cumpleaños del abuelo.

—Tu sonrisa se ve un poco falsa.

—Estoy un poco estresada ya te lo conté.

—Eiji dice que siempre eres de las primeras en llegar a este evento.

—Tuve un problema con mi ropa y

—La has pasado pegada a tu abuelo, nadie te lo robara. —Akemi tuvo que dar una sonrisa nerviosa sin nada que decir al respecto— ¿Que te está pasando? Luces asustada, como si quisieras huir de alguien.

Casi atrapada tuvo que pensar una muy buena excusa, tuvo suerte de que le llegara una idea convencible. —Más bien quiero irme ya, es que tengo una cita.

—¿Se puede saber con quién?

—Una chica, bueno mujer. Es toda una mujer, que estoy diciendo. —Aunque no era del todo cierto por lo de la cita se refería a Nozomi y pensar en ella rápido le causo que los colores rojos aparecieran en sus mejillas.

—Te gusta mucho. —Krystal se creyó la excusa gracias a la expresión de enamorada en Akemi.

—Es muy linda, decidida y seductora. Ha dicho que nos veamos más tarde y yo dije sí, pero no es como si pueda salir de este evento. —Se lo invento en ese momento, la verdad no tenía ninguna cita con Nozomi.

—¿Y por qué no se lo comentas a tu abuelo? Eres su todo, te entenderá.

—¿Tú crees? —La coreana le asintió regalándole una sonrisa— Gracias Krys.

A Akemi lo que realmente la mantenía en preocupación, que la hizo inventarse una cita con Nozomi, fue la intimidación que ejercía su hermano sobre ella, desde que llego a aquel evento la miraba como un animal asechando a su presa.

—Bailemos esta pieza. —Tuvo el descaro de abordarla a la primera oportunidad.

Por suerte ella tenía un as bajo la manga. —Lo siento, ya tenía prevista esta pieza para el hombre de mi vida.

El abuelo Darenogare a pocos metros mostro una enorme sonrisa y recibió a su nieta en sus brazos, dejando a Daniel furioso. Durante el baile Akemi decidió comentar que conoció a alguien e intentó excusarse de ahí, de otra manera tendría que soportar a su hermano, su abuelo encantado le permitió marchar y sin espera lo hizo.

Para que no fuese solo una mentira, de verdad tomo camino a casa de la actriz.

—¿Adivina a donde iré? —La había llamado por el sistema de manos libres, tomando precaución mientras manejaba.

—¿Una fiesta?

—Voy para tu departamento.

—¿Ahora?

—¿No puedo?

—Resulta que estoy saliendo del país.

—¿Qué? —Eso sí que la desanimo— ¿Dónde es que vas?

—Voy para Corea, me dio por visitar a Tiffany.

—Tiffany. —Sintió una extraña sensación, provocada por verse en segundo plano otra vez por causa de la coreana.

—Hay buenas noticias, lo he dejado, por eso si tú quieres podemos ser novias. Déjame pedírtelo en persona cuando nos veamos.

—¿Y cuando vuelves?

—Me tomara un tiempo, en cuanto vuelva lo primero que haré es buscarte.

—Está bien supongo. —No había otra más que esperar.

—Me gustas mucho.

—Tú también me gustas mucho.

Jessica nunca se hubiera imagina que las idioteces de Donghae le abrieran una oportunidad con Tiffany, ahora se lo agradecía ya que estaba en la primera cita con esta.

Primera cita ya que se trataron como si recién se conociera, cosa rara que al final tuvo su punto y funcionaba.

El lugar fue un punto para comer, con eso de que Jessica no se podía mover mucho por la lesión en su tobillo, luego de comer continuaron en el lugar tomando bebidas, sin alcohol claro está.

—¿Te parece si te llevo a tu casa ya? —Por la repentina visita de su amiga japonesa tenía que dejar la cita.

—¿Me va a llevar a mi casa? Dulce señorita. —Llego en taxi y esperaba marchar de igual forma.

—Con ese tobillo no llegas muy lejos.

—Soy auto suficiente.

—Tomare eso como un déjame tranquila.

—No es eso, llévame por favor pero la verdad me gustaría pasar un rato más. Nunca me la había pasado tan bien en una cita. —Jessica estaba mintiendo un poco y a la vez no, puesto que las únicas veces que la pasó así de bien fueron con Tiffany pero como debían pretender apenas conocerse.

—Me quedaría toda la tarde contigo pero tengo ver a una amiga. —Para Tiffany su táctica de conocerse de nuevo le sentó de maravilla.

—¿Y si la cancelas?

—Me es imposible como viene desde otro país.

La chica de hielo paso a quedar fría, acertando en su adentro que se trataba de esas amistades japonesas de Tiffany. —¿Puedo saber que amiga?

—En nuestra próxima cita hablamos de ello. ¿Te parece?

—Siempre que nuestra próxima cita sea pronto.

—Me paso por tu casa, nada más dime el día.

Jessica pensó en lanzar un mañana mismo, sin embargo iba a ser muy apresurado que supo atinar a un buen día. —El fin de semana.

Tiffany asintió y mostro la ansiada eye smile.

Sin nada que agregar pagaron la cuenta, cada una lo suyo y se montaron en el auto de la eye smile, que ayudo a Jessica a subir. Ya en marcha la conversación fue retomada con la ocurrencia de la mayor.

—Una vez salí con una chica japonesa, tenía un eye smile que inconscientemente me recordaba a mi primer amor.

—Tú primer amor seguramente fue una chica hermosa y sensual.

—Sí pero ya se murió.

—Oh que lastima. —La risa burlona de Jessica fue lo siguiente mientras Tiffany mantenía una sonrisa y pasaba por su cabeza ideas para devolvérsela. —Yo una vez conocí a una chica coreana americana, temía por teñirse el cabello a rubio pero cuando lo hizo, se veía hermosa, es el color que mejor le queda aunque a ella no le gusta tanto.

—¿Qué paso con esa hermosura? —Hubiera sido preferible que no preguntara.

—No se murió pero se volvió loca y la in