Le fastidiaba, simplemente le fastidiaba tener una llamada de esa mujer. Los últimos hechos la llevaron a no querer tener esa llamada. ¿Qué quería de ella? Seguramente la respuesta era Jessica.

-Ahora no puedo atender.

-Por favor, es de vital importancia para mí. –La suplica natural.

Suspiro con pesadez y miro a la chica de recepción. –Pásame la llamada a mi consultorio. –Regreso a la línea. –Enseguida hablamos.

Le cansaba pensar que tendría que lidiar con los lloriqueos y sin fin de preguntas sobre Jessica, si, Akemi ya era de su total desagrado luego de lo que su familia había hecho, amenazar a Jessica y luego intentar chantajearla.

Tomo asiento y respondió a la llamada ya en la privacidad de su consultorio.

-Te escucho. –Encendió su laptop.

-Perdón si estas ocupada. –El desánimo era notorio.

-Ve al grano.

-Primero que nada quiero agradecerte por la amistad que me brindaste mientras estuve en Corea, sino te he llamado antes es porque me han quitado mi celular y no recordaba el nombre de la clínica.

-¿De dónde me llamas? –La curiosidad le gano.

-Del teléfono de mi terapeuta. –La respuesta sorprendió a la doctora, Akemi atendiéndose psicológicamente. -Tengo tiempo viéndola e progresado.

-Qué bueno. –Le restó importancia a pesar de la sorpresa y prefirió parecer desinteresada. -¿Es todo?

-Bueno yo. –Hubo una pausa de segundos.

-¿Puedes apresurarte? Yo si trabajo.

-Claro, perdón. ¿Has visto a Jessica? Es obvio que la has visto. –Se respondió así misma. -¿Ya. . .Ya no le importo?

-Akemi. –La nombro con fastidio. -¿Tu terapeuta está a tu lado?

-No.

-Me lo suponía, mira si quieres superar a Jessica tienes que dejar de preguntar por ella o buscar información sobre ella. –El consejo parecía razonable.

-Yo sé pero es imposible. –El nudo en la garganta comenzaba a formarse. -No puedo, está en todas partes, a donde mire siempre la veo y duele demasiado.

-Pues con esa actitud mucho menos lo lograras. –Ella misma se sorprendió de su cruel y realista comentario.

-A veces estoy bien, otras me pongo muy mal, Jessica era mi todo y me hago esperanzas con ideas dolorosas, sobre que me ama, es solo que necesita meterse con otras para variar.

-¿Qué dices? –Comenzaba a parecerle una completa loca.

-Cuando la conocí, le gustaba salir con otras, al principio de nuestra relación se metía con otras, ella es así, de muchas mujeres, tal vez en este momento tenga aventuras pero terminaran y volverá a mí.

-Estas muy afectada sabes. –Llegaba al límite de escuchar.

-Sunmi debe ser una de ellas y seguro hay más, son solo zorras para pasar el rato, que no significan nada.

De alguna manera le llego como golpe directo. -¡Te equivocas, no son zorras ni son varias!

-¿Sabes si esta con alguien? Lo sabes. ¿Con quién esta?

-No esta con nadie. –Su tono era intranquilo y enojado.

-Estas mintiendo, dime quien es para saber a quién me enfrento. –El tono de Akemi era desesperado.

-¡Jessica no te ama! –Estallo. -No importa quien sea, se trata de que no te ama, nunca lo hizo y nunca lo va a hacer.

-¿Eres tú? –Un silencio enorme surgió, en el que se sintió devastada, engañada, burlada.

Tiffany se sintió al descubierto. ¿Cómo se había dado cuenta? ¿Cómo si era una estúpida?

-Y te lo ha dicho. .  . Que no me ama. –Apenas y salió su voz, pareciendo un murmuro lejano.

-¡Exacto! Soy yo, esta conmigo así que supérala, deja ir lo que ya se fue, no nos molestes ni vuelvas a llamarme. –Corto la llamada todavía alterada, sintió que había hecho una gran maldad pero a la vez sintió liberación, es decir, le dejo en claro la situación.

Akemi se rompió a llorar, su llanto era tan devastador como para hacer entrar a la terapeuta y que esta pidiera ayuda. Todo le quedo claro y ya no podía negarse a la realidad, Jessica la dejo por Tiffany, le fue infiel con Tiffany, Tiffany. . . su única amiga en mucho tiempo.

Tiffany masajeaba sus cienes en su consultorio, quería dejar de pensar en el reciente suceso así que verifico si tenía pacientes y para su suerte el lugar estaba vacío, estar sin hacer nada la llevo a que su cabeza se llenara de ideas.

¿Debería contarle a Jessica de la llamada de Akemi? ¿Qué tal si esa loca llamaba a Jessica y la ponía en su contra? Porque al parecer tenía la idea de recuperarla.

Tomo el celular y marco a la rubia, esta le respondió somnolienta.

-Buenos días Jessi. –Le hablo con alegría. -Despierta, despierta bien mi bella durmiente, te está llamando una de las mejores voces de corea. –La escucho reír. -¿Estas burlándote?

-Para nada, debiste ser cantante.

-Tú debiste serlo.

-Ambas, y estar en el mismo grupo, ir de gira por el mundo.

-Ser un dúo, nadie más a nuestro alrededor, solo tú y yo.

-Hubiese sido hermoso.

-Lo sé. Jessi. . . Repentinamente me acorde de Akemi. ¿Has sabido algo de ella?

-Por desgracia no, nada.

-¿Por desgracia? ¿Quieres verla o algo por el estilo?

-La verdad si, y lo hare, no sé cuándo pero lo hare.

-No, es decir, su familia está dañada, ya vez todo lo que te han hecho.

-Ella es independiente, su familia es su familia, Akemi es diferente.

-Obsesionada por ti, si te ve se vuelve loca, creo que nunca deberías verla, ya es tu pasado.

-Te equivocas, ella siempre estará presente, fue una gran persona en mi vida y a mí me gustaría terminar las cosas bien.

-Pues ve a buscarla entonces. –Soltó con molestia, una que Jessica no noto.

-Por ahora no puedo.

 -Te corto tengo trabajo aquí. –Corto frustrada y molesta dejando a Jessica extrañada.

Soyeon se encontraba nerviosa, era el día que tenía su cita con la dentista y para su suerte, su novia Qri, tenía el día libre así que la acompañaba.

-No estés nerviosa amor. –La animaba Qri pensando que los nervios eran por miedo al dentista. –Nada te pasara.

-Ojala. –Sus nervios era por juntar a su novia y a la chica por la que tenía un flechazo y con la que ya había coqueteado con anterioridad. Amaba a Qri, de eso no había duda pero Taeyeon le provocaba una especie de deseó que no podía explicar, le gustaba verla a solas y hablar aunque fuesen un par de palabras insignificantes, con Qri a su lado veía eso imposible.

-Chicas. –Tiffany se topó con ellas.

-Hola Fany. –Saludo Qri mientras Soyeon solo sonrió.

-¿Están de día libre? ¿Pueden cubrirme?

-Estamos pero mi amor tiene visita con la dentista y la acompañare porque le da miedito.

-Diablos, necesito salir de emergencia. –Se notaba desesperada.

-¿Paso algo?

-Nada grave.

-Qri deberías cubrirla, yo seré valiente. –Soyeon vio oportunidad. –Es solo una revisión después de todo.

Jiyoung de nuevo veía como su mejor amigo se salía con la suya, contenía su risa frente a él, quien se encontraba llamando a su esposa.

 -¿Lo conseguiste? Esposita, que maravilloso, ya no puedo esperar.  No, estas noches llegare de madrugada tengo que dejar todo en orden, perfecto, te amo. –Corto y su amigo pudo soltar la carcajada. -¿Qué? La amo.

-Eso no. Lo de dejar todo en orden.

-Hable con la verdad, dejare todo en orden para podernos ir de vacaciones.

-Y ese orden se llama ¿Victoria?

-Pues claro, se me enojo mucho porque deje de verla desde que Yubin me reclamo, debo visitarla para tener una despedida muy buena, después de todo me iré un par de semanas.

-Si está enojada ¿Cómo piensas que te vera para despedirse?

-Porque la llevare a un restaurant lujoso, uno al que ni a Yubin he llevado.

-Desgraciado.

-Soy inteligente.

-¿Cómo van las cosas con tu cuñado?

-Me da igual ese imbécil.

-Un día te va a partir la cara, de mi te acuerdas.

-¿Por qué?

-Engañas a su hermana, te metes con la esposa de su mejor amigo que debe ser así como otro hermano para él.

-De eso nunca se enterara.

-Igual no se agradan y esa idea de fingir querer llevarte bien se va a caer, el teatro se te va a caer.

-Que no, yo se manejar esto. ¿Nos tomamos unas copas en el almuerzo? También me quiero despedir de ti.

-Idiota.

Las jugarretas cuando eres joven son el pan de cada día, sin embargo lo que le había sucedido con Jackson superaba cualquier estupidez antes vivida. La última ocasión que le vio y lo termino, se enteró que solo fue una apuesta en su vida y que si la busco fue para tener relaciones, a ambas les resto importancia y justo como en su sueño se burló y le dejo en claro lo patético que era, eso sí sucedió. Después de saber eso, mucho menos quería seguir asistiendo a una escuela donde los ya casi hombres, seguían actuando como niñatos y donde las chicas se hacían las sumisas y santas.

¿Qué hacía entonces Krystal cuando se suponía debía estar en la escuela?

Eiji era la respuesta, le había convencido de que la enseñara a usar la motocicleta, y eso hacía, ir a lecciones, las cuales le pagaba, así el “tenía empleo y ella aprendía algo productivo”

-Aprendes rápido. Es bueno eso.

-¿Después seguimos con clases de manejo?

-¿De dónde sacamos el auto?

-Puedes alquilarte uno.

-¿Solo para ti?

-Claro, es un privilegio estar con Krystal Jung, deberías pagarme por verme.

-Y yo te dije que no debías pagarme las clases.

-¿Otra vez con eso? no seas fastidioso molesto. Se fastidioso encantador.

-¿Y cómo es eso?

-mmmm, no lo seas, eres mayor como para comportarte como niñato, por eso me agradas porque tu si te comportas como el hombre que eres.

-¿Ocurrió algo? ¿Con tu novio?

-Ya no tengo novio, estaba conmigo por una apuesta, que por cierto perdió porque le deje.

-¿Hablas enserio? –Cuando la vio asentir le invadió la ira. –Eso no se vale, que el hiciera eso.

-Estoy bien, no es tan importante. –Se encogió de hombros y tomo el casco de la motocicleta. -¿Puedo dar una vuelta?

-Adelante, sin acelerar mucho. Sabes. –Rasco su nuca. –A él le llegara el karma.

-Ya lo creo. –Se sonrieron mutuamente.

....

-Steph. –La visita repentina estaba lejos de ser lo más impresionante en la mañana de Jessica y lo descubrió al instante cuando sintió sus labios sobre los suyos, cuando sus labios dolieron por la brusquedad.

Tiffany marcaba territorio sin darse cuenta, tampoco razonaba que lo que hacía era innecesario pero la sola idea de que Akemi reapareciera y convenciera a Jessica la ponía así, idea ilógica pero que invadió su mente.

-¿Qué sucede? –Como pudo la aparto aun así entraron a la casa.

-¿Krystal no esta cierto?

-No. Por –Sus labios fueron comidos nuevamente, las ocasiones anteriores habían sido salvajes pero esta las superaba, le dolían las mordidas y agresividad pero a la vez le gustaba.

-Es perfecto, te necesito ahora. –Dio una mordida en su barbilla. –Quiero de ti. –Rasguño su nuca sin cuidado.

-Me lastimas. –Ahora si se quejó.

-Lo siento bebe. –Se puso a su espalda, le hizo el cabello a un lado y fue dejando pequeños besos en su nuca mientras la abrazaba desde esa posición.

Jessica jadeo sin perder del todo la compostura. -¿Qué ocurre? ¿Por qué estas así?

-Quiero disfrutar el hoy. ¿Tú no?

-Si. . . –Su voz sonó raspada. -Mucho.

-Eres demasiado y. –Poso sus labios en la nuca y succiono con ganas provocándole cerrar los ojos.

La agresividad pronto regreso a ambas, las dos, se besaban, mordían, rasguñaban disfrutando esa manera de darse amor.

Para Taeyeon ya no fue divertido, no cuando los coqueteos tontos con Soyeon fueron más allá al punto de que esta estuviera lista para su revisión en su consultorio, contacto y cercanía segura a solas. Los nervios la invadían ya que un paso en falso y entraría a un verdadero peligro, todo se pondría en riesgo.

-Listo. –Por suerte había pasado o eso creía. –Te lo dije estas perfecta. –Retrocedió pasos. –Tu dentadura es muy sana.

-¿Te encuentras bien? –Mientras que sus nervios se fueron al entrar noto los de Taeyeon enseguida. La suerte de Soyeon cambio desde que Qri, acepto cubrir a Tiffany, ahora a solas con la dentista.

Y podía notar el cambio repentino.

-Me encuentro perfecta. –Respondió rascando su cuello demostrando sus nervios.

-Es que antes lucias más –Seductora, obviamente no podía decirle eso, buscaba la palabra correcta. -Decidida.

-¿A qué? ¿A qué te refieres? –Taeyeon solo podía ponerse nerviosa, sabía por dónde iba el asunto y pensándolo bien si tenía algo con Soyeon sería el peor de sus errores.

-Ya sabes. –Seguía el coqueteo incluso se acercó dejando centímetros de distancia.

-No lo sé. –Se plantó Taeyeon. –No sé a qué te refieres, no sé qué entendiste, yo amo a mi novio y no soy lesbiana.

-¿Y quién ha mencionado eso? –Pregunto entre risas. –Al parecer fuiste tú la que está entendiendo todo mal.

Se sintió idiota entonces, mencionar lo que dijo fue idiota. -Disculpa, me encuentro un poco nerviosa.

-¿Te pongo nerviosa? –Sonrió de medio lado.

Tenía que ser fuerte, saco el valor que estaba perdiendo. -Eres una descarada. –A la vez, estaba a punto de mandar todo a la borda y besar esa sonrisa burlona.

-Lo lamento dentista, es que los días anteriores eras muy interesante y hoy pareciera que solo tiemblas ante mí y yo no lo entiendo. –Se acercó peligrosamente, milímetros solo milímetros. –Explícame que sucede contigo.

-Tientas diablo. –Camino por el consultorio para alejarse.

-No sé a qué te refieres. –Le siguió mostrando su sonrisa, era una persecución en un pequeño consultorio de dentista.

-Deberías irte, tengo otras citas.

-Que dolor, me has corrido y por otras citas. –Con sus brazos la atrapo.

-Ya sin juegos, suéltame.

-¿Qué te sucede? –Soltó el agarre. –Eso, solo es un juego. ¿Por qué tomarlo tan enserio? Es una broma sí.

-¿Soy tu diversión? –Aquello si le había hecho enojar.

-No quise decir eso.

-Así me divierto yo. –Y lo hizo, le planto un beso que pretendía fuera el roce de labios solo que Soyeon retuvo haciendo que se intensificara.

Por si fuera poco el novio, Taecyeon, había llegado a la clínica.

-¿Qué haces aquí tarado?

-Hermanita, que buen recibimiento, veo que estas muy feliz.

-Me voy de vacaciones con mi maridito pronto. ¿Quieres unirte con Taeyeon?

-Creí que te caía mal.

-¿Te lo dijo?

-Nos contamos todo, base de una buena relación.

-Yo también con Seunghyun. ¿Vienes o no? Para avisarle que te consiga boletos.

-Ni muerto, será como su luna de miel.

-Más o menos. ¿Vienes a verla? –Lo vio asentir. -¿Y con las manos vacías?

-¿Qué dices?

-Le hubieras traído flores o algo. Inútil.

-Tonta.

-Bestia que no sabe tratar a una mujer.

-¿Y tú sí? –La vio pestañar ofendida sin saber que la hizo sentir descubierta, él no sabía de la relación que había tenido con una mujer. -¿Cómo se debe tratar a una mujer?

-Vete al diablo y no vengas a distraerla, ella sale al medio día.

-A eso venia, a saber su hora de salida, la llame y no responde, quiero pasar por ella para llevarla a comer.

-Ya te di la información.

-Gracias hermanita, regresare al  medio día con ¿flores? ¿Eso les gusta a las mujeres? –Yubin se marchó sin responderle. –Se enoja de todo. –Justo cuando se giró se encontró con una bella mujer.

-Hola, de lejos te vi discutir con Yubin. ¿De casualidad eres su hermano? –Noto la mirada confusa por lo que se presentó. –Perdona, me llamo Qri, compañera de Yubin.

-Un gusto, soy Taecyeon, hermano de esa mujer.

-Tenía curiosidad por saber quién era su hermano, desde que tu novia entro aquí.

-¿Le hablas?

-La eh visto de lejos, es muy bonita.

-Y pensabas si yo era apuesto para ella, ya te decepcione.

-Eres apuesto, forman una pareja muy linda.

-Gracias, debo irme.

-¿Ya la viste? ¿Gustas que te lleve a su consultorio?

-Oh no, vendré al medio día para sorprenderla, solo investigue a qué hora sale.

-Novio atento, eso es lindo. –Solo pensaba en su propia situación, que podría ser más linda para Soyeon.

La tarde llego en un abrir y cerrar de ojos, cuando miraron el reloj pasaba de las 5 p.m.

La doctora tomo un baño rápido y salió cambiada dispuesta a irse a su casa, tenía tanto como pensar, sobretodo su actitud.

-Perdóname. –Se disculpó por las marcas que le dejo.

-Estoy bien, enserio, además también te deje unas cuantas.

-Nada comparadas, yo si te lastime. ¿Por qué no me detuviste?

-Me estaba gustando demasiado. –Salió de la cama todavía desnuda y la abrazo por la cintura. –Fiera. –Le susurró al oído.

-Detente. –Suplico.

-Quédate. –Le dio un beso rápido.

-Si lo hago, mañana no voy a querer ir al trabajo. –Poso su vista en los rasguños que le dejo en el cuello.

-Por mi está bien.

-Tengo que ir, cubriré dos turnos por mi salida repentina de hoy. –Comenzó a acariciarle el cuello.

-Arde un poco.

-No sé qué me paso.

-Si sabes, cuéntame. –Algo que no podía descifrar había detrás.

-Quiero disfrutar este tiempo. –Era parte de verdad.

-Entonces quédate, prometo portarme bien, podríamos ver una película y luego dormi