Dara  encontró  el  estacionamiento  fácilmente.  Estaba  tan tranquilo,  esperaba  que  el  puerto deportivo estuviera lleno de gente. Camino hacia la puerta, marco el código que Chaerin le había dado.  Caminó  a lo largo del muelle,  con la vista  sobre el lago Eagle Mountain,  observando como la luz del sol rebota en el agua. Fue hermoso. No es de extrañar porque Chaerin venia aquí a relajarse.

El puerto deportivo era pequeño, mucho más pequeño que los otros que vio antes, cuando hizo su recorrido alrededor del lago Worth y Eagle Mountain. Pero combinaba con Chaerin. No podía imaginarla con un centenar de otros barcos a su alrededor. Este puerto deportivo tenía unos veinte barcos a lo mucho. Pero lo que le sorprendió fue el tamaño de los barcos. No eran barcos de pesca. Eran cruceros de cabina. Por alguna razón, ella se imaginaba el barco de Chaerin como un barco de esquí, no como los monstruos que pasaban por delante ahora.

-Oye, por aquí.

Dara miró hacia el sonido de la voz de Chaerin. Ella estaba de pie al final del muelle y levantó la mano  en señal  de  saludo.  Los  ojos  de  Dara  se posaron en sus piernas    bronceadas, llevaba pantalones cortos holgados, una camiseta blanca y gafas negras. Sonrió a la sonrisa que Chaerin le dio en su lugar. Se veía más relajada, como Dara jamás la había visto.

-Este es el lugar. -Dijo cuando llegó a Chaerin.

Chaerin se encogió de hombros. Dara la siguió por uno de los pilares laterales, entre los barcos.

-Es tranquilo. Nada de lujos. -Dijo Chaerin.

De hecho, ella estaba orgullosa de su barco. Había sido una gran inversión, pero valió la pena cada centavo. Se detuvo al final y se volvió hacia Dara, señalando a su barco.

-Aquí está.

Dara se quedó  mirando  el enorme  yate.  El caminar  con Chaerin la había hecho sudar. Observo que estaba escrito Harin en letras más pequeñas. Dara miró a Chaerin con las cejas levantadas.

Chaerin le sostuvo la mirada

-Harin era mi hermana. -Dijo en voz baja. -Ella murió cuando tenía doce años.

Dara  respiró  fuerte,  esperando  que  Chaerin  dijera  más.  Vio  un gesto  desfigurado  en las características de Chaerin, luego se le pasó y sus ojos se suavizaron otra vez.

-Ven a bordo. -Dijo. Luego hizo una pausa. -Pensé que traerías a Donghae.

Dara enarcó las cejas.

-¿Por qué pensaste eso?

Chaerin se encogió de hombros otra vez.

-Es fin de semana. No lo viste mucho la semana pasada. Estuviste conmigo por tres noches. -Dijo.

Era el turno de Dara para encogerse de hombros.

-Almorcé con él. Fue más que suficiente. -Dijo evasivamente. -¿Vas a mostrarme alrededor?

Chaerin tomó la mano de Dara y le ayudó a subir, luego la llevó al interior.

-El recorrido no tomará mucho tiempo. La Galera. -Dijo, señalando la pequeña cocina. -Abajo están las cabinas y el cuarto de baño. Ve a echar un vistazo. Cuidado con la cabeza allí. -Dijo mientras Dara se agacho.

Dara miró a su alrededor, abriendo la puerta de una habitación que tenía una cama, nada más. Pequeñas estanterías  a la derecha en la pared. Abrió la otra puerta.  Esta habitación era más grande, pero no por mucho. Aquí es donde dormía Chaerin, observo la cama deshecha  y reconoció  la ropa  de la noche  anterior,  tirada  sobre otro montón en el suelo.  Los estantes contenían pantalones cortos y camisetas. Abrió el pequeño cuarto de baño, sorprendida por la eficiencia del pequeño espacio.

-Hay una ducha. -Gritó hacia arriba.

-Sí.

Dara subió los escalones y sonrió.

-Es muy bonito. No es de extrañar que vengas aquí para relajarte.

-Voy a salir ahora que el clima se ha calentado. Dijo Chaerin a Dara entregándole una cerveza, y luego la condujo a la cubierta. -¿Te sientes en un crucero?

-¿Estás bromeando? Me encantaría estar en uno.

Dara ayudó a desatar el barco, y luego subió a la parte superior con Chaerin, sentada a su lado en los controles. Chaerin saco el respaldado del barco fuera del muelle lentamente, luego se volvió y se dirigió hacia las aguas abiertas del lago. Ella respiró hondo, dejando que los rayos del sol la bañaran. Fue glorioso. Estiró las piernas, sintiendo el sol caliente en la piel. Dara sonrió mirando a Chaerin. Se veía tan cómoda, tan a gusto.

-Esto es maravilloso, Chaerin. ¿A qué hora se puede ir a nadar?

-Bueno, si eres valiente, a principios y mediados de mayo. Pero por el Memorial Day, el agua está muy bien.

-¿Y tú eres valiente?

-Sí. Me encanta nadar. Soy parte de los peces. -Explicó. -Yo podría estar en el agua durante horas, creo.

-¿Cuánto tiempo has tenido el barco?

-Este lo he tenido sólo por tres años. -Dijo Chaerin. -El primero era sólo de veinticinco pies de altura. Fue genial para un día, pero un poco estrecho para alojarme durante la noche. Este es un treinta y cinco.

-Me encanta. Gracias por haberme invitado.

-No hay problema. No ocurre a menudo que tenga compañía. -Dijo.

De hecho, Dara era la única persona que había estado a bordo. Pero no sentía la necesidad de decirle a Dara eso. En cambio, estaba curiosa del por qué no estaba con Donghae.

-¿Me quieres decir al respecto?

-¿Qué?

-¿Donghae?

Dara se sonrojó y desvió la mirada. Le pareció un poco tonto ahora su arrebato. Donghae no había querido decir nada malo. Él acababa de expresar sus sentimientos. Y ella solo quería salir.

-Tuvimos un desacuerdo. -Dijo finalmente. -Acerca de nuestro futuro.

-¿Ah, sí? ¿Quieren cosas diferentes?

-Chaerin, quiere casarse y tener hijos. De hecho, creo que quiere pasar directamente a los niños y nietos.  Yo  sólo  tengo  veintisiete.  Ni siquiera  puedo  imaginar  estar  casada,  y mucho menos en una casa de los suburbios con niños.

-¿Y le dijiste?

-No exactamente.  Me dijo que yo estaba más interesada  en mi carrera que en él. Eso me molestó un poco.

-¿Por qué?

-Porque es la verdad. -Admitió Dara. -Mi carrera es importante. Más que él. Pero espera que yo haga sacrificios,  este más en casa,  mientras  que su carrera sigue como está. No es justo.

-¿Por qué no puedes imaginarte casada? -Chaerin preguntó vacilante.

-No sé. No sé si es por casarme o por hacerlo con él. -Dijo. -Realmente me gusta. Es un hombre muy dulce. Muy compasivo. Le encanta su trabajo, se preocupa por la gente que defiende. Es un buen tipo...

-¿Pero?

Dara miró hacia otro lado y apretó con fuerza los ojos. Ella no quería que fuese verdad, pero así era.

-No estoy enamorada de él. -Dijo en voz baja.

Chaerin asintió y esperó en silencio a que Dara continuara.

-Pensé que quizás podría estar. O tal vez con el tiempo llegaría. Y estaba contenta por salir con él. Pero estuvimos en apartamentos separados. Todavía tenía mi espacio. Pero ahora, él está listo para proceder al siguiente nivel y yo sé que no es lo que necesito en mi vida. -Echó un vistazo rápido a Chaerin. -No puedo creer que te estoy diciendo todo esto. Suelo guardar estas conversaciones para Bom.

-¿Quién es ella?

-Mi mejor amiga. Pero ama a Donghae. Piensa que somos perfectos juntos.

-Entonces ella no te conoce tan bien.

-Nos conocemos desde hace diez años, pero puede que tengas razón. Tienden a restar importancia a las cosas cuando se trata de Donghae. Es más fácil así y decirme que estoy loca porque no lo quiero. Él es realmente un buen partido. Pero no es el adecuado para mí.

-Bueno, tú eres joven. -Dijo Chaerin. -Tienes tiempo. ¿Qué sabe ella de él?

Dara sonrió.

-No soy tan joven. ¿Qué edad tienes? Nunca me has dicho.

-Voy a tener veinticinco en una semana. -Dijo.

-Una semana ¿Por qué no me habías dicho?

Chaerin se encogió de hombros.  

-No lo celebro. –Dijo. -De hecho, la última vez que recuerdo haber estado en una fiesta de cumpleaños fue cuando tenía doce años.

-Bueno, este año será diferente. ¿Te llevo a cenar?

-Cenar ¿eh? Creo que podría manejar eso.

Dara  se  inclinó, palmeó el hombro de Chaerin,  y  luego  sonrió.  Se  estaba divirtiendo.  Se preocuparía por Donghae más tarde.

 ** 

Girar alrededor del lago les tomó casi una hora. Luego Chaerin se detuvo en una pequeña cala y apagó  el motor.  Dejó caer  el ancla,  se puso de pie y se estiró.  Dara observó  sus movimientos, una vez más pensando en los cambios que estaba viendo en Chaerin aquí en el sol, en pantalones cortos y camiseta holgada, parece tan relajada. Era muy diferente de la mujer que veía todos los días en el trabajo.

-¿Estás preparada para un poco de pesca? ¿O tengo que volver?

-No tengo que volver. De hecho, es mí fin de semana. No puedo recordar la última vez que he tenido un fin de semana para hacer lo que quisiera.

Poco  tiempo  después,  se  sentó  en  las  sillas  de  jardín,  con  cañas  y  carretes atrapados  entre sus piernas.  Dara aceptó la oferta de Chaerin de otra cerveza  y se sentó en silencio, mirando el corcho que flotaba lentamente en la superficie. Ella secretamente esperaba no atrapar un pez. Sabiendo que Chaerin esperaría que Dara lo tocara para desengancharlo. Hizo una mueca. De ninguna manera tocaría las pequeñas cosas viscosas.

-¿Qué?

-¿Qué?

-Está