Génesis
Beautiful Bastard-Margarita en las rocas. -Dijo Dara.
Ella había estado esperando cerca de quince minutos a Bom. Comenzaría sin ella. Pero así como el camarero trajo el vaso, Bom entró por la puerta.
-Un momento, mi amiga está aquí.
-Siento llegar tarde. La Jueza estaba en uno de sus días. -Explicó. "-Mmm, se ve bien. Voy a querer lo mismo.
Dejó su bolso en la esquina de la mesa y movió su silla más cerca, apoyando los codos sobre la mesa. Luego inclinó la cabeza, moviendo el flequillo de color negro de sus ojos.
-Te ves muy bien. ¿Te has bronceado? -Señaló. "-¿Cómo te las has arreglado para arrastrar a Donghae fuera de la casa?
Dara sonrió y negó con la cabeza.
-No lo hice. Él quería pasar la tarde del sábado en un cine, o peor aún, en su apartamento viendo películas. -Ella se encogió de hombros. -Yo quería estar fuera.
-¿Y?
-Y me fui a un barco. -Dijo.
-¿Dónde? ¿Con quién?
-En el lago Eagle Mountain. Chaerin tiene un yate por ahí. -Dijo con tanta naturalidad como pudo.
-¿Chaerin? ¿Tu pareja? ¿La mujer psicópata, de la que te quejaste la primera semana?
-La misma. Una vez que llegas a conocerla realmente no es tan psicópata.
-¿Así que abandonaste a Donghae y saliste en un barco con ella? Apuesto a que te fue bien.
-Tuvimos una pelea. El sábado en el almuerzo. Me fui y no le dije nada. Cuando volví el domingo por la noche, había dejado doce mensajes.
-¿Pasaste el fin de semana con ella?
-No fue algo planeado realmente. Pero yo no estaba pasando un buen rato, no quería volver.
-¿Pasaste la noche en un barco? Eso suena como a diversión.
-Sí. Lo era. No estoy segura de que Donghae me haya perdonado todavía.
-¿Pelearon?
-Nietos.
-¿Cómo? ¿Sus nietos?
-Sí. Él empezó a hablar de casarse y tener hijos. Dio a entender que mi carrera era más importante para mí.
-¿Es una broma? Pero él sabe lo importante que es tu carrera para ti.
-Pensé que lo era. -Hizo una pausa mientras el camarero trajo la bebida de Bom y luego continuó. -Él dijo que las decisiones que tomo sobre mi carrera se basa en nuestro futuro juntos, lo que significa casa y niños. Tenía que estar en casa, más si íbamos a tener hijos.
-¿Y le dijiste que tal vez no debería estar tratando tan duro para hacerse de tu compañía?
Dara sonrió. Por mucho que le gustaba Donghae, Bom odiaba cualquier mención de machismo.
-Bom, no creo que Donghae sea para mí. -Dijo en voz baja. -Trato de imaginarme estar casada con él y no se siente bien.
Bom se inclinó sobre la mesa y tomó la mano de Dara.
-Tuvieron un desacuerdo acerca de tu carrera. Ahora ya sabes cómo se siente él y él sabe cómo te sientes. Sólo tienes que hablar de ello y llegar a un acuerdo que funcione para ambos. -Dijo.
-Bom, no se trata de eso. Me he sentido así durante meses, ahora lo sé.
-¿Meses? Pero dijiste que lo amabas.
-Yo lo quiero. Es un hombre dulce y será un buen esposo y padre. Pero yo no me veo en la imagen.
-Tal vez el asunto del matrimonio te está asustando.
-No estoy enamorada de él, Bom. Admitió. -Pensé que quizás podría con el tiempo. Pero no lo estoy. Lo sé.
Bom se echó hacia atrás en su silla, mirándola.
-Han estado saliendo durante dos años. ¿Y ahora te estás dando cuenta de que no estás enamorada de él?
-No necesito que me juzguen, Bom. Sólo necesito hablar de ello.
Bom se inclinó hacia delante de nuevo.
-¿Es realmente tan malo, Dara? Quiero decir, tú y yo siempre podemos hablar de cualquier cosa. Tengo la sensación de que estás eludiendo el problema aquí, y tienes miedo de hablar conmigo.
-No. Pero, ¿cómo le dices a alguien te amo y quiero casarme contigo si no estás enamorada?
-No lo sé. Pero sí sé esto. Cuanto más tiempo arrastres esto, dejando que él piense que tienen un futuro, más difícil será.
-Lo sé. Y ayer por la noche, preparó una comida maravillosa para mí, luz con velas y vino.
-¿Así que todavía estás durmiendo con él?
-De eso se trata. Fingí un dolor de cabeza y me fui a la cama temprano.
-¿Ni siquiera quieres tener o con él?
Era el turno de Dara para inclinarse hacia adelante.
-Bom, he llegado al punto que apenas puedo soportar su contacto. -Susurró.
-Bueno, tienes que decirle, Dara. ¿Cuándo fue la última vez que se han acostado juntos?
Dara se encogió de hombros.
-No lo sé. ¿Un mes? ¿Dos?
-Sin duda, él sabe que algo anda mal.
-Sí. Ya sé que él sabe. Me siento como una perra. No sé lo que está mal. Bueno, si sé lo que está mal. Mi cuerpo me dice que no es él y no puedo seguir más con todo el procedimiento.
-¿Has estado fingiendo?
Dara se ruborizó. Dios, ¿realmente estaba teniendo esta conversación con Bom?
-Pensé que se me iba a pasar.
-Bueno, yo no estoy tomando partido aquí, pero estás apenas siendo justa con él.
-Oh, no me digas que nunca has fingido.
-Por supuesto que sí. Pero no en mucho tiempo y ciertamente no con alguien con quien he estado saliendo por dos años y que quiere casarse conmigo.
-Bom, nunca has salido con alguien más de dos meses.
-Eso es porque es cuando tengo que empezar a fingir, ya sé que es hora de seguir adelante. Jesús, Dara, se trata de Donghae del que estamos hablando. El hombre con el que has estado prácticamente viviendo.
-No estás haciendo esto fácil. -Dijo en voz baja.
-Lo sé, cariño. Lo siento. -Bom apretó su mano otra vez. -Tal vez es sólo el estrés de tu nuevo trabajo. Tal vez necesitas darle algo de tiempo, ¿eh?
Dara estaba a punto de protestar, pero lo dejó pasar. No era su nuevo trabajo. Esta inquietud que sentía que había estado creciendo durante meses, comiéndola poco a poco. Y ahora, era casi insoportable. Había algo que faltaba y Donghae no era la respuesta.
**
El sonido atravesó su sueño, Dara se acercó y le dio un puñetazo a la alarma. El sonido continúo. Abrió un ojo.
-¿Cuatro?
Ella cogió el teléfono y tiró de él bajo las sábanas con ella.
-¿Sí?
-¿Dara?
Ella se sentó.
-¿Qué pasa?
-Tenemos otra chica.
-Oh, no.
Dara tiró de las cubiertas y entró en el cuarto de baño.
-¿Dónde?
-Downtown ¿Por el Starbucks del centro?
-Sí. Voy a estar allí.
Se echó agua fría en la cara y se pasó los dedos por el cabello mojado. Se veía horrible, pero sabía que no tenía tiempo para una ducha. Rápidamente se puso unos pantalones vaqueros, una sudadera y salió corriendo. Se preguntó a qué hora Chaerin había recibido la llamada. Sonaba bien despierta en el teléfono.
Las calles estaban vacías a esa hora. Dara llegó al centro de la ciudad en sólo quince minutos. Las luces intermitentes de las patrullas de la policía iluminaban el cielo y termino estacionado en la calle, mostraba su tarje
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