Fue después de las seis cuando Sandara entró a su apartamento y se derrumbó en el sofá. Había sido un día psicológicamente muy duro y estaba agotada. Echó un vistazo al teléfono. Tres mensajes. Comenzó a quitarse los zapatos, y escuchó los mensajes de voz.

Soy yo cariño. Quería ver si te apetece cenar afuera. No puedo esperar a oír hablar de tu primer día. Llámame cuando llegues

Sandara asintió con la cabeza esperando el pitido.

Soy yo. Entonces ¿Cómo te fue? Si puedes escabullirte de Donghae, una noche ¿Por qué no vamos a cenar? Ha pasado bastante tiempo.

Asintió de nuevo. Ahora tenía que llamarle a Bom más tarde.

 Lo siento. Sandara, no puedo cenar contigo esta noche. Tengo una reunión. Te llamaré cuando haya terminado. Tal vez pueda pasarme por tu casa.

Sacudió la cabeza. Estaba demasiado cansada, agradeció profundamente que Donghae tuviera una reunión. Se apartó de la cama, comenzó a quitarse la ropa mientras se dirigía al baño. Una ducha larga y caliente ayudó a revivirla un poco. Desafortunadamente, su refrigerador no contiene milagrosamente la cena. Solo una botella de vino.

Tomó un vaso y la botella, luego se dirigió a la sala de estar y marcó a Bom.

-Soy yo. –Dijo cuándo Bom respondió.

-Hola detective. ¿Cómo te fue?

Sandara sonrió y tomó un sorbo de su vino.

-Yo sobreviví… casi. –Dijo. –Me temó que estoy peligrosamente cerca de un manicomio, pero sobreviví.

-Que mal.

-Nunca antes he visto en mi vida tantos egos y testosterona en un solo lugar.

Bom se echó a reír.

-Te dije que te quedarás. Los muchachos de Homicidios no pierden el tiempo para coquetear.

-Mi pareja es una mujer. –Dijo Sandara.

-¿Estas bromeando? ¿Qué?

-Puede que hayas oído hablar de ella. Es Lee Chaerin, mejor conocida como CL.

-¡Jesucristo! Ella es la loca que saltó del edificio de dos pisos. Estamos defendiendo al chico que atrapó. –Dijo Bom.

-Sí, es ella… Es muy buena en su trabajo. –Dijo Sandara. –A pesar de no estar exactamente muy bien con sus compañeros, sin embargo, no estoy segura de llevarnos bien.

-Oh, lo harás muy bien. Todo el mundo te quiere.

-Sí. Pero a ella no le agrada nadie. Va a ser difícil. Es caprichosa hasta más no poder y le molesta que me hayan asignado a ella.

-Estoy segura de que vas agradarle. ¿Dónde está Donghae?

-Reunión... Suerte. Yo estaba demasiado cansada para la cena. De hecho, estoy muy cansada para la compañía, y punto.

-Entonces, ¿Cómo van las cosas entre ustedes?

-Están bien.

-¿Están bien? Ustedes han estado saliendo durante dos años. ¿Cuándo van a hablar del matrimonio?

-¿Matrimonio? No creo que estemos en esa etapa Bom. –De hecho, Dara sabía que no quería. Donghae había insinuado que podrían irse a vivir juntos, pero ella se había resistido. A Dara le gustaba su vida privada y su tiempo a solas. Él no comprendía muy bien pero no la presionaba. No mucho…

-Es un buen momento Dara.

-Sí, lo sé… -Dara suspiró.

-¿Crees que va a interferir con tu carrera?

-Bueno, no es eso. –Dijo. –Él ahora odia cuando estoy fuera por las noches. ¿Te imaginas si nos casamos?

-Y con el trabajo en Homicidios, estarás fuera más a menudo.

Dara se despidió de Bom. Comenzó a pensar en lo que dijo Bom del matrimonio.

Donghae era guapo. ¿Estaba enamorada de él? Realmente tenían una gran relación. Rara vez discutieron. Y si lo hacían generalmente era sobre casos. Él era abogado defensor. Gracias a dios, nunca habían trabajado el mismo caso.

Ella estaba acostada en el sofá cuando él llamó esa misma tarde.

-Donghae, estoy realmente agotada. ¿Me puedes llamar mañana?

-Por supuesto. ¿Cómo te fue hoy?

-Todo salió bien… -Dijo Dara. –Es diferente, eso es seguro. –Dijo bostezando. –Lo siento. –Murmuró.

-Está bien. Vuelve a dormir. Te hablo mañana.

Dara se puso de pie y se dirigió a la cama.

+++

Sandara se sentía fresca cuando su despertador sonó a las seis. Se duchó rápidamente, decidió tomar un café en el camino. Quería llegar temprano. Por alguna razón, sintió la necesidad de vencer a Lee Chaerin.

Era lo suficientemente temprano para vencer el tráfico y se detuvo en una cafetería en la esquina de Oakland. Miró a los pasteles antes de decidirse por un croissant de jamón y queso. Comió mientras llegaba a la estación. Era temprano. El estacionamiento estaba medio lleno.

Sin embargo su buen humor se desvaneció cuando vio a Lee Chaerin sentada en su escritorio, y el teléfono ya metido en su hombro. ¡Maldita sea! ¿Qué no va a su casa?

-Buenos días. –Dijo.

Chaerin la miró brevemente y continúo con el teléfono.

-Habla CL. Quiero los ir por los informes de laboratorio. Voy a estar en una media hora. –Una pausa. –Sí, ya sé qué hora es. ¿y tú? –Después colgó el teléfono con fuerza. –Idiotas.

-Bueno, fue otro buen comienzo. –Murmuró Sandara. Sacó su silla y se sentó mirando a su nueva pareja.

-Parece ser que nuestra chica estaba ocupada antes de su muerte. Cuatro tipos de diferentes. –Dijo Chaerin.

-¿Cuándo obtuviste el informe? –Preguntó Dara.

-Ayer por la noche. –Respondió Chaerin con aire ausente. -¿Quieres venir o quedarte aquí a esperar?

Dara esperó hasta que Chaerin alzó la vista.

-¿Siempre haces esto para que sea difícil trabajar contigo?

-Sí.

-No es de extrañar que Seunghyun diera un salto. Probablemente estaba deseando que fuera de cuatros pisos en lugar de dos.

-Muy graciosa. ¿Vas a venir?

-Sí, Chaerin, ya voy. Cristo. ¿Vas a tu casa aunque sea un rato?

-No.

-¿Has dormido?

Chaerin se puso de pie y miró a Dara.

-Si he dormido o no, y en donde, no es de tu incumbencia. –Se dio la media vuelta y se fue sin decir una palabra.

-Precioso. He aterrizado en el infierno.

El viaje al laboratorio se hizo en silencio, Sandara mantuvo sus manos entrelazadas en el regazo y miraba al frente.

-Entonces ¿Tus amigos te llaman Dara?

-¿Cómo? –Eran las primeras pa