Chaerin lanzó sus dos bolsas en la cama y cerró la puerta obedientemente cuando Dara inspeccionó la habitación.

-Está bien.

-Sí. Mejor.

-Tu casa no estaba tan mal, Chae. Por lo menos estaba limpio.

.Eso es porque nunca estoy ahí para ensuciarla. Pero es oscura como yo.

-Sí. Pero en realidad no eras así.

-¿Tu lo crees?

Dara se acercó, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Chaerin, atrayéndola hacia sí.

-No, no te veo así. Eres todo un sol.

Chaerin se echó a reír. 

-Luz del sol, ¿eh?

Dara se puso seria cuando su mano rozó la mejilla de Chaerin.

-Eres mi luz del sol. -Dijo en voz baja. -No lo olvides nunca.

El corazón de Chaerin dio un vuelco con el amor que encontró en los ojos de Dara. Inclinó la cabeza para besarla, cuando sonó el celular de Dara.

-Justo a tiempo, como siempre. -Murmuró Dara, alejándose. Miró el identificador de llamadas, y se quejó. -Donghae…

Chaerin levantó las cejas, y luego se alejó, pero Dara tiró de ella de nuevo, arrojando su celular a un sillón.

-¿Una ducha? -Le susurró al oido.

-Absolutamente. –Chaerin sonrió.

 ***

Chaerin dejó escapar un gemido de satisfacción cuando levantó su cara hacia el chorro caliente de agua, cerrando los ojos cuando las manos enjabonadas de Dara se movieron ligeramente por encima de su espalda, se quedó  boquiabierta, cuando esas mismas manos se deslizaron a su alrededor y tomaron sus pechos. Sentía a Dara moverse detrás de ella, apretando su cuerpo contra el suyo íntimamente. Ella cubrió las manos de Dara, sosteniéndolas apretadas contra sus pecho mientras sus ojos estaban cerrados.

-Déjame complacerte. –Dara le susurró al oído.

Chaerin volvió a gemir cuando Dara deslizó una mano más abajo, haciendo una breve pausa en su vientre antes de pasar cerca de su entrepierna. Las piernas de Chaerin se separaron y ella se sacudió involuntariamente.

-Quiero que te vengas para mí, Chae. Aquí mismo. -Murmuró.

Chaerin no tuvo el poder para resistirse. Dara presionaba fuertemente contra sus nalgas, con la cascada de agua caliente sobre ambas. Una de sus manos todavía estaba cautiva sobre su seno y Chaerin se movió contra la otra, tratando de igualar el ritmo que Dara había puesto. Chaerin se apoyó con ambas manos en la pared de la ducha, cuando Dara la acarició, sintiéndola por la espalda.

-Oh, Dios, Chae. -Murmuró Dara. Besando su espalda. Sus caderas tenían voluntad propia mientras apretaba su centro caliente contra la parte trasera de Chaerin.

Chaerin jadeaba ahora, sintiendo su propia humedad mezclada con el vapor caliente a su alrededor, sintiendo los dedos de Dara mientras se movían rápidamente sobre su clítoris hinchado, sintiendo a Dara presionando cada vez más fuerte en su contra. Ella cerró los ojos, atrayendo un poco de aire mientras su o golpeó sin previo aviso, casi cae de rodillas. Se dio la vuelta, con su mano viajando de inmediato a Dara, deslizándose entre sus piernas, dándole la libertad que anhelaba. La besó, capturó su grito, cuando las caderas de Dara finalmente se calmaron.

Permanecieron juntas, con los brazos envueltos alrededor de la otra.

-Te amo. -Murmuró Dara. –Te amo mucho mi amor.

-Dara… -Chaerin respiraba, incapaz de expresar sus sentimientos. Su corazón se detenía cada vez que Dara decía esas palabras, así que temió que sería la última vez que las escuchara.

-Lo sé, cariño. Lo sé. -Dara se alejó, mirando a los ojos de Chaerin. Alargó la mano y rozó su mejilla. -Lo sé.

Chaerin sólo asintió en silencio, acercando su rostro lentamente para capturar los labios de Dara.

-Vamos a la cama.

Las dos estaban cansadas, pero tan pronto como Dara se enrosco alrededor de Chaerin, se agitó su deseo insaciable. Sus manos se movían libremente a través de la piel suave de Chaerin, y ella gimió cuando Chaerin encontró su boca.

-No puedo tener suficiente de ti Chaerin. Nunca…

Chaerin quería decirle que era ella la que no se cansaba, pero sus palabras murieron cuando la lengua de Dara encontró su camino hacia su boca. Ella le dio la vuelta, atrapando a Dara debajo de ella, con su boca capturó su pecho. Dara gemía y era música para sus oídos,  metió la mano entre sus piernas, en busca de la humedad que sabía que iba a encontrar.

-Por favor... quiero tu boca en mí. -Le susurró Dara.

-Sí, cariño, yo también quiero eso.

Chaerin se movió más bajo, con la boca mojando un camino a través del estómago de Dara. Las manos de Dara se abrieron paso a través de su cabello, instándola a bajar. Se acomodó entre las piernas de Dara, con una mano empujando sus muslos. Su boca la encontró, su lengua se movía a través de su humedad, y las caderas de Dara se levantaron para cumplir con ella, cuando su celular sonó.

-Dios mío. -Susurró Dara. -Ahora no.