-Lee ven aquí.

Chaerin miro al teniente Yang, y luego arrojó el archivo que había estado viendo en su escritorio. Hizo caso omiso de las miradas curiosas de los otros detectives cuando caminaba tranquilamente hacia la oficina.

-Cierra la puerta. –Dijo Yang.

Ella entró y se sentó en silencio delante de él, esperando. Chaerin observaba a hyun suk en silencio mientras él se frotaba la frente. Finalmente, levantó la vista de un grueso expediente, bloqueo la mirada con la de ella. Chaerin miró hacia abajo y se dio cuenta de que el archivo que había estado mirando era el suyo.

-Usted ha estado conmigo siete años, Chaerin.

-Sí, señor.

Yang se recostó en su silla.

-Usted ha tenido seis parejas.

Chaerin suspiró y puso los ojos en el techo. Otra vez no.

-¿No fue sólo hace unos meses que pasó esto? –Preguntó ella.

-Sí. Y en ese momento, sólo había tenido cinco parejas. –Yang se inclinó hacia Chaerin.

-No es posible que me eches la culpa de las dos piernas rotas de Top. –Exclamó.

-Al detective Seunghyun lo más probable que le suceda, es que pase detrás de una mesa el resto de su carrera. –Después Yang suspiró. –¿Top?

-Seunghyun era muy largo. –Dijo Chae secamente.

-Si el testigo no lo hubiese comprobado, afirmando que usted había saltado en primer lugar, yo habría sido el primero en pensar que usted lo había empujado fuera de la maldita ventana.

-Oh, por favor. Si yo hubiera querido deshacerme de él, le habría pegado un tiro.

Yang no pudo evitar sonreír ante el comentario de Chaerin.

 -Chae, tú sabes que te permito salir con más mierda que nadie en este equipo. Tú eres mi mejor detective y lo sabes. El infierno, todo el mundo lo sabe. Pero este asunto con las parejas, tiene que parar.

-Yang, ¿Acaso es mi culpa que se lesionen?

-¿Lesionados? –Yang agarró el archivo y hojeó las páginas. –Dos de ellos fueron asesinados en el cumplimiento del deber, Lee. Uno de ellos está en discapacidad permanente. Dos salieron de la fuerza. Y ahora Seunghyun. Ahora debo informar, porque va a caminar con una cojera el resto de su vida.

Chaerin apartó la vista. Quería sentir remordimiento. Ella realmente quería. Pero no había tenido una relación con ninguno de ellos. Nunca hubo un clic, nunca formó el vínculo necesario para ser parejas. No había confianza entre sí. Y eso la convierte en la peor de las parejas.

-Usted no me puede culpar por ello. Traté de decirle a cada uno de ellos que no estaba funcionando. Ninguno de ellos pudo superar el hecho de que soy mujer. –Dijo.

-Ya lo sé, y sé que no eran los adecuados para ti. Pero no siempre llegas a tomar las decisiones. Eres demasiado rebelde, Lee. Usted no sigue las reglas. Me parece sorprendente que no se hayan puesto en contacto contigo todavía.

Ella lo miró. Había oído este discurso varias veces antes. Siempre precedió a su anuncio de que ella tendría una nueva pareja.

-Entonces, ¿Quién es esta vez? ¿Algún agotado de la Central?

El teniente Yang revolvió papeles sobre su escritorio.

-Teniente Park. De asalto.

-¿Y? –Chaerin lo miró levantando una ceja.

-Y ella ha sido asignada a nosotros.

-¿Ella? –Chaerin se irguió en su silla. -¿Una mujer? ¿Me estas asociando con una mujer? –Apoyó los codos sobre el escritorio. -¿Yang? ¿Una maldita mujer?

-¿Qué hay de malo en eso? Eres una mujer.

Chaerin se levantó rápidamente, caminando a través de la oficina. ¿Una mujer? ¿Alguna tipa de asalto? ¡Jesús!

-Ella no va a durar ni un día. –Amenazó Chaerin. –Y tú lo sabes.

-Ella va a durar un día, CL. –Yang la estaba señalando con el dedo. –Porque si no lo hace, ellos te enviaran a la patrulla e irás a la Central o te pondrán detrás de un escritorio en la CIU. ¡Demonios Lee! Incluso el jefe me llamó.

-¿El jefe? Cristo, yo creía que él no sabía mi nombre.

-Lo digo enserio, CL. Has este trabajo. No quiero perderte, pero no puedo protegerte para siempre. En caso de que no lo hayas notado, nadie quiere trabajar contigo.

Chaerin metió las manos en los bolsillos. Una mujer. Bueno, esto será divertido.

-Cuídala Chaerin. Puede ser que te haga bien tener una pareja femenina. Así podrás ser la única sacando testosterona. –Yang comenzó a reírse.

-Muy gracioso.

***

Sandara Park, acomodó su chaqueta y los pantalones bien planchados, una vez más antes de entrar en la sala de la brigada. Caminaba con confianza hacia el escritorio del sargento, que esperaba paciente mientras terminaba de escribir un informe. El sargento levantó la mirada.

-¿Sí?

-Soy la detective Park, el teniente Yang me está esperando. –Dijo.

-Es por allí. –Señaló. –El nombre está en la puerta.

-Gracias.

Entró a la habitación grande, fácil esquivó a dos agentes uniformados que casi tropiezan con ella. Miró a su alrededor, dándose cuenta de que la mayoría de los escritorios estaban vacios.

Un teléfono sonó con insistencia y se preguntó porque nadie lo tomó. Sus ojos, finalmente aterrizaron en un apuesto joven de cabello platinado, que mostró una sonrisa. Ella asintió con la cabeza hacia él y continuo su camino, con los ojos dio un barrido por las oficinas en busca del nombre Yang.

-¿Necesitas ayuda?

Se dio la vuelta. El hombre de cabello platinado, estaba de pie, con los ojos viajando por su cuerpo. ¡Dios!, ¿No podía ser menos sutil?

-¡Eh, los ojos están aquí! –Dijo lentamente, apuntando a su cara. Cuando por fin levantó la mirada le preguntó. -¿La oficina del teniente Yang?

-Dos puertas más abajo. Justo ahí. –Dijo, señalando con una bien cuidada mano. Entonces él se acercó. –Soy el detective Seungri. ¿Algo más en que pueda ayudarte?

Sandara lo miró por un momento. Luego sonrió.

-No, es todo, gracias.

Llamó a la puerta del teniente, y luego entró.

Chaerin colgó el teléfono y miró como Seungri interceptó a la joven caminando a través del lugar. Él mostró su sonrisa más seductora y ella negó con la cabeza. Cualquier mujer era un juego justo en cuanto a Seungri se trata. Chaerin estaba a punto de marcharse cuando la mujer se acercó deliberadamente a la oficina del teniente.

Dios seguro que no era su nueva pareja. Se recostó en su silla y observó a la mujer. Era una pequeña mujer castaña, aunque muy ruda con esa chaqueta negra. Vio que la mujer entraba en la oficina del teniente, luego deslizó sus ojos a Seungri.

-Atrás Lee. Ella está fuera de tu liga. –Dijo Seungri a través del cuarto con una sonrisa.

Chaerin le dedicó una sonrisa sin humor.

-Parece que ella podría tener una o dos neuronas. Creo que ella, obviamente está, fuera de tu liga Seungri.

Los otros dos detectives se echaron a reír y Seungri tomó su asiento.

-Muy buena CL.

Chaerin miro a Kwon Jiyong. Él era en realidad el único en el que Chaerin confiaba de todo el equipo. A menudo se preguntaba porque Yang no los hizo pareja. Se llevaban bien y en las pocas ocasiones en que habían trabajado juntos, nunca la había tratado como algo más que su igual.

Después miró a los otros dos detectives, Dong Youngbae había venido con ella desde la academia. Es probable que la conociera mejor que nadie aquí.

Luego miró a Kang Daesung. Él siempre era muy reservado. Así que Chaerin no tenía mucho trato con él.

Por fin miró a Seungri. Aunque tenía que admitir que era guapo. Él usaba su aspecto para obtener testigos para hablar una y otra vez. Desafortunadamente, ese era su mejor calidad como detective. Él, por encima de todo, despreciaba a Chaerin. No porque ella era mujer. Seungri fue probablemente el único aquí que  puede trabajar con una mujer.

Ella se encogió de hombros y volvió a sus archivos. Nada de eso importaba. Ella tenía la mejor tasa de convicción entre todos ellos y nunca descansó hasta que sus casos fueron resueltos. Noche tras noche, todos se van a casa a sus vidas y sus familias y ella se quedaría estudiando minuciosamente los informes una y otra vez. Pero en realidad… ella no tenía a alguien por el cual ir a casa.

-¿El teniente Y