-¿Cómo te sientes acerca de dejarme trabajar contigo? –Dara le preguntó más tarde a chaerin, cuando se dirigían a la central.

-¿En el gimnasio?

-Me di cuenta ayer que mi fuerza en la parte superior del cuerpo es un poco escasa. –Admitió.

-Tal vez. Pero tendrás que quedarte más tarde. Suelo ejercitarme tarde en la noche. –Chaerin la miró rápidamente. -¿No quieres consultarlo antes con tu novio?

-¿Por qué tengo que hacer eso?

-Como te he dicho, que vas a quedarte más tarde.

-Sí, pero es mi tiempo no el suyo.

Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Dara oyó resonar en su cerebro como Donghae se enfadaría. Sería quitar su tiempo juntos y, últimamente, el tiempo se había estirado al máximo. Bueno, él lo entendería. Su trabajo era importante para ella, al igual que el suyo para él.

***

-¿Tres noches a la semana? Pero sandara, apenas nos vemos tal y como estábamos ahora y mira no creo que necesites ir al gimnasio. –Dijo Donghae.

-Contrabajo y pude subir la valla, Donghae. Sí, tengo que ir al gimnasio. No estoy en forma.

-No estoy de acuerdo. Creo que estas en forma.

Ella sonrió y le entregó el plato.

-Gracias. Pero tú sabes lo que quiero decir.

-Bueno, no escales vallas con demasiada frecuencia. ¿No estas exagerando?

Se sentaron uno frente al otro en la mesa y lo observó en silencio mientras servía el vino. ¿Estaba exagerando? Era solo que chaerin estaba en buena forma. Y ella quería mantenerle el ritmo.

CAP 11

-Me estas matando. –Se quejó Dara mientras trataba de levantar las pesas una vez más.

-Dos más.

-¿Dos? Dijiste una.

-Mentí.

Dara empujo hacia arriba, con esfuerzo. ¿Está realmente fue su idea? ¿En que había pensado? Tomó una respiración profunda y finalmente empujo las pesas por encima de su cabeza.

-Genial. –Dijo chaerin, tomando la barra de Dara. –Ahora, la prensa de piernas.

Dara se puso de pie, agitando los brazos a los costados.

-Espero no tener que usar mi arma mañana.

-¿Por qué?

-Porque dudo que sea capaz de levantar los brazos.

-Mañana vas a estar bien. –Dijo chaerin. Se acercó a la prensa de piernas y señaló. –Siéntate.

Dara lo hizo y vio como chaerin ajustaba el peso.

-Trata con eso.

Ella lo hizo. Se movió unos centímetros. Chaerin disminuyó el peso y Dara lo intentó de nuevo. Esta vez, fue capaz de extender sus piernas.

-Genial. Ahora diez.

-¿Por qué no te creo? –Dara murmuró.

Chaerin observaba sorprendida los músculos bien definidos de la pierna de Dara. Extendió la mano y los tocó.

-¿Corres? –Preguntó.

Dara era consciente de la mano que descansaba sobre su muslo mientras respiraba duro para terminar la serie.

-Antes. Pero no desde hace un par de años. Me conformo ahora con la bicicleta estacionaria.

-Es mejor que nada. Tus piernas se ven en forma.

-Gracias. –Por alguna razón, la hizo sentir mejor. Luego se detuvo. -¿Por qué no te ejercitas?

-Yo lo haré más en la noche. Te prometí que te ayudaría.

-¿No podemos hacer las dos cosas? Odio que estés de pie mirándome.

Chaerin levantó las cejas.

-Podría ser peor. –Bromeó. –Te podría estar mirando Seungri u otra persona.

Dara sonrió. Le encantaba cuando chaerin estaba relajada y hacia bromas.

-¿Por qué no te ejercitas conmigo? Después te invitó a cenar. –Ofreció Dara.

-¿Cenar?

-Sí. No creo que te tomes el tiempo para comer si estas pensado en trabajar más adelante. Vamos a comprar una hamburguesa o algo así.

Chaerin se quedó pensado. Ella no había sido invitada a cenar en mucho tiempo, no sabía cómo responder. Asintió.

-Gracias. –Respondió Dara.

-Eso no quiere decir que esté ejercitándome a la ligera. –Dijo chaerin y tomó el equipo junto a Dara. Cerró los ojos y tomó aire, después inicio con un ritmo constante, contando en silencio para sí misma.

Dara observó sus piernas, los músculos de las piernas de chaerin. Después miró sus propias piernas delgadas, preguntándose si alguna vez tendrían más definición.

-Vamos Dara, otra serie. –Dijo chaerin a su lado.

-Sí, sí. –Murmuró.

Más tarde en el vestuario, la timidez se apoderó de Dara mientras se desnudaba sólo a unos casilleros más debajo de chaerin.

Chaerin aparentemente, no tenía un solo hueso tímido en su cuerpo. Se desnudó, se puso de pie, caminando desnuda hacia la ducha.

-Dios mío. -murmuró Dara mientras observaba a Chaerin de pie.

La mujer era una diosa, desde la cabeza hasta los pies. Dara bajó la mirada hacia su propio cuerpo, todavía vestido con sujetador deportivo y pantalones cortos. Ella ciertamente no estaba avergonzada de su cuerpo. De hecho, Donghae dijo en numerosas ocasiones que tenía un cuerpo maravilloso. Simplemente no estaba definido como el de Chaerin. Bueno, es por eso qué estaba aquí, se dijo. Se quitó el sujetador y los pantalones cortos y tomó una toalla, caminando rápidamente a una cabina de ducha.

Chaerin salió de la ducha y comenzó a vestirse.

-Voy a esperarte afuera. -dijo mientras se ataba las agujetas.

-Está bien. Voy a estar en un segundo.-dijo Dara.

Dejó caer la toalla tan pronto como chaerin salió, se vistió rápidamente. Se puso unos vaqueros y una sudadera, cepillo su cabello húmedo y empujó todo en su bolsa de deporte.

Encontró a chaerin sentada en un banco de pesas cuando salió.

-¿Mejor?-chaerin preguntó.

Dara  sonrió.

-Me siento mejor. Gracias.

Chaerin se levantó y metió ambas manos en los bolsillos, esperando.

-¿Qué hay de Albert sobre el Pearl? -Preguntó Dara. -Es suficientemente casual.

-Por supuesto. Yo te seguiré.

Dara era consciente de la camioneta Explorer detrás de ella y miró hacia arriba varias veces en el espejo. Estaba nerviosa y no podía imaginar por qué. Tal vez era porque no le había dicho a Donghae. Entonces miró  su teléfono celular, que estaba apagado. Podría llamarlo, pero dudaba de que fuera una breve conversación. No, hablaría después con él.

Albert estaba lleno durante la noche entre semana y tenían que sentarse en el bar hasta que estuviera una mesa vacía.

Ambas pidieron una cerveza, luego descansaron sus brazos casualmente en la barra superior.

-Oh Dios, esto es tan bueno.-dijo Dara después de su primer trago.

-Mmm.–coincidió Chaerin.

-Gracias por hacer esto. El entrenamiento y la cena.-Explicó Dara. -Realmente quiero que seamos amigas, chaerin. Creo que va a hacer que sea mucho más fácil trabajar juntas.

-¿En serio?

-Sí.

Dara apoyó los codos sobre la mesa y miró a Chaerin.

-Tienes que admitir, que esto es mucho mejor que discutir y discutir o simplemente no hablar, ¿Verdad?"

Chaerin sonrió y asintió con la cabeza.

Lo digo en serio. Tuve miedo del infierno que me hiciste pasar la primera semana, ya sabes.

-¿Lo hice?-Chaerin se encogió de hombros. -Yo no sé por qué estaba así.

-¿En serio?. -Preguntó Dara -¿Y quién eres ahora?

Chaerin miro directamente a los ojos de Dara luego volvió a su cerveza, bebiendo la mitad de su trago.

-Era como si quisieras que no te caiga bien.-continuó Dara. -Yo no puedo averiguar por qué.

-A nadie le caigo bien, Dara.

-Me caes bien.

-¿Por qué?

Dara se encogió de hombros y sonrió.

-Te puedo asegurar que yo tuve más diversión contigo el otro día, que en toda mi vida.

-¿En el túnel?-Chaerin preguntó con las cejas levantadas.

-Sí. En el túnel.

-¿Diversión? Me amenazaste con dispararme varias veces.-Chaerin le recordó.

-Ah, ya sé. En ese momento, me pareció una buena idea.-dijo Dara con una sonrisa. -De hecho, cuando pienso en el agua, me imagino un bonito color azul del agua. Pero lo más probable es que era de color café.

-Lo más probable.

-Quiero decir, estábamos siendo perseguidas, tiroteadas y luego casi nos ahogamos. Luego estaba la rata come-hombres. Por no hablar de la caída de diez metros en el arroyo.

-No te olvides de la explosión.

Dara se echó a reír.

-Sí y lo único bueno es que no soy alérgica a la hiedra venenosa.

Era el turno de Chaerin de reír.

-No creo que hayas estado allí el tiempo suficiente para averiguarlo. Deberías haber visto tú cara cuando caías.

-Deberías haber visto tu cara cuando te sumergí bajo el agua.-disparó Dara de vuelta.

Chaerin sonrió y asintió con la cabeza.

Sí, había sido muy divertido. Ellas podrían haber sido asesinadas, pero fue muy divertido. Y chaerin no podía recordar la última vez que se divirtió.

***

Dara vio a Chaerin alejarse, luego la siguió por la calle. Ya era tarde. Después de las diez. Donghae se pondría furioso. Pero se encogió de hombros. Sabía qué hacer con él. Había estado divirtiéndose mucho antes de poner fin a la noche. Chaerin se había abierto. No mucho, pero si un poco. Había hablado sobre su barco. De hecho, había invitado a Dara y a Donghae a unirse a ella un fin de semana. Eso sorprendió a Dara. Dudaba que Chaerin haya invitado a alguien a hacer algo con ella. No mencionó una sola palabra sobre su infancia o de su familia, y Dara no le preguntó. Si Chaerin quería compartir, lo haría. Agradeció que hayan podido hablar más de lo habitual. Así el trabajo juntas sería mucho más fácil.

Miro de vuelta a su teléfono celular. El pitido insistente le dijo que tenía mensajes. Cuatro de ellos. Lo agarró y h