Océanos IV

La canción número 7 (Adaptación Taeny)
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Taeyeon:

Una tarde, mientras paseaba por la pequeña isla situada frente a mi casa de Busan, recordé de repente una frase que mi abuela había dicho la primera vez que la visité en la residencia:

''Taeyeon, no todo el mundo tiene derecho a elegir. Hay veces que la vida elige por ti... Tienes que centrarte en luchar para que la vida te conduzca hacia tus sueños y no te aleje de ellos. Piensa muy bien cada decisión que tomes porque, aunque no lo sepas aún, cada elección que tomamos, por muy insignificante que parezca, te conducirá irrevocablemente a tu futuro. ''

Ahora comprendía por qué había hecho ese comentario; se había referido a mi madre, y a todo lo que ella tuvo que dejar atrás por hacer lo que creía correcto.

De pronto, bajo el cegador sol de agosto, comprendí con absoluta claridad por qué ella siempre pareció vivir en una jaula de cristal; las circunstancias no la dejaron elegir su propio futuro, y perdió la oportunidad de ser feliz junto al hombre que realmente amaba.

Y mi abuela había intentado avisarme a su manera para que yo no cometiera el mismo error.

En un impulso, al día siguiente hice las maletas a toda prisa y emprendí el viaje de vuelta. Pero no me dirigí a Seúl, sino a Yeongjong. Conduje con la firme intención de resolver de una vez por todas los dos temas que me mantenían desvelada por las noches: debía pedirle perdón a Tiffany y también charlar cara a cara con Jaejoong. No pensaba permitir que la vida eligiera por mí. Era yo la que tenía que dar los pasos que fueran necesarios para conseguir el futuro que quería. De pronto, veía con total nitidez qué debía hacer para completar mi puzzle; necesitaba aquellas dos fichas para que la imagen estuviera completa.

Llegué a la finca al atardecer, impaciente por reencontrarme con ella. Cuando Yejin me abrió la puerta, dándome una calurosa bienvenida, me informó de que Tiffany se había ido a Estados Unidos hasta septiembre. Sentí que me desinflaba como un globo, pero no cambié de idea. Decidí quedarme con ellos de todas maneras; necesitaba su compañía y sus sabios consejos.

Siwon no me había dicho nada sobre la huida de Tiffany, pero no lo podía culpar.

Había sido yo la que le había advertido de que no quería hablar sobre ella, por lo que él únicamente se había limitado a respetar mi petición.

No fui capaz de ir en busca de Jaejoong nada más llegar. Primero necesitaba reencontrarme con esa parte de mí misma que había dejado atrás en aquel acogedor dormitorio.

Era extraño encontrarme absolutamente a solas en aquel segundo piso de la casa; siempre lo había compartido con ella, y ahora sentía que me faltaba algo. La que sí estaba allí para consolarme era Hani, que con su compañía me recordaba aún más todo lo que había ocurrido con Tiffany en los últimos meses. Esa perra era nuestra, pero... ¿aún quedaría una esperanza para seguir utilizando la palabra nosotras?

El día después de mi llegada quedé con Siwon para tocar juntos en el local de ensayo. Hacía casi dos meses que no compartía la música con el grupo, por lo que aquella improvisada sesión a dúo me ayudó a relajarme. Tan sólo estuvimos él y yo. Los demás estaban de vacaciones, pero con nuestras guitarras y su voz fue más que suficiente. Tocamos durante más de dos horas sin parar, disfrutando como niños. Después fuimos al pub japonés, donde me encontré con Jessica. Mantuvimos una breve charla y enseguida se marchó. Me arrepentí de no haberle preguntado más cosas sobre Tiffany. No había querido abrumarla interrogándola hasta el cansancio. Sin embargo, tras escuchar que Tiffany estaba bien, me sentí aún más sedienta de noticias. La enorme distancia que nos separaba me tenía en vilo. ¿Cómo transcurrían sus días en San Francisco? ¿Habría conocido a alguien? ¿Alguien que la hiciera sentir mejor que yo?...

Sólo con pensar en ello me daban escalofríos.

Necesitaba estar cerca de todo lo que me recordaba a ella, así que una mañana me dirigí a los establos. Sin dudarlo, me acerqué al box de Soul. Aquel corcel negro era difícil de montar y estaba acostumbrado a que únicamente lo hiciera su dueña. Aun así, decidí arriesgarme; tenía la impresión de que sí él no me rechazaba sería una señal de que ella, cuando regresara, tampoco lo haría. Era un pensamiento supersticioso, pero quería intentarlo.

Ensillé al caballo, le coloqué las riendas y me dirigí tirando suavemente de él hacia el picadero. El animal se mostraba algo agitado, pero parecía reconocerme. Acaricié su Majestuosa cabeza y pronto se calmó. Probablemente deseaba salir a galopar, por lo que me armé de valor y salté sobre su espalda. Cuando tuve la seguridad de que Soul se encontraba dispuesto a dejar que lo montara, salimos trotando hacia el bosque. Alcanzamos un veloz galope, y por fin comprobé lo ágil y rápido que era aquel caballo. Tiffany no mentía cuando describía lo fabuloso que resultaba cabalgar en el lomo de Soul; volábamos colina arriba, sin que nada detuviera nuestro avance.

Los montes se encontraban más bonitos que nunca. El sol de la mañana inundaba aquellos parajes con su luz y los árboles desprendían aquel olor que había llegado a ser tan familiar para mí. Por primera vez en mucho tiempo sentía que estaba en el sitio que me correspondía.

Ya no me quedaban dudas; aquellas tierras eran mi hogar. Seúl, por mucho que me gustase, ya no era mi sitio. Se me había concedido la oportunidad de elegir, y tenía muy claro dónde quería estar.

Cuando llegamos al Monte de la Luna, ordené a Soul que se detuviera.

Desmonté y me senté sobre las rocas donde Tiffany y yo, meses atrás, habíamos charlado hasta el amanecer. Observé las lejanas torres en el horizonte y recordé cómo aquella escapada nocturna a caballo lo había cambiado todo; esa noche, bajo el influjo de las estrellas, fue cuando me di cuenta de que me había enamorado de ella sin remedio.

Saqué del bolsillo de mi pantalón vaquero el pequeño reproductor de música y me coloqué los audífonos en los oídos. Necesitaba escuchar una canción que llevaba días en mi cabeza. Ahora que tenía la ciudad frente a mí, tan lejos y tan cerca al mismo tiempo, sentía la necesidad de despedirme de ella a mi manera. Sabía que ya no iba a regresar. Sucediera lo que sucediera, mi futuro se encontraba en Yeongjong. Era allí donde quería establecerme. Buscaría mi propia casa y construiría mi vida a partir de los escombros que ya había comenzado a levantar hacía casi un año. Tal y como decía aquella canción de Stereophonics, quería rebobinar mi vida hasta el punto donde todo había comenzado a tener sentido. Nunca es demasiado tarde para cambiar el rumbo. Y mi brújula indicaba con determinación hacía dónde debía dirigirme a partir de ese momento.

It's your time

It's your day

It's never too late

To change lanes

How's your life?

How's your place?

Was it where you wanted

Your head to lay?

(Es tu momento

Es tu día

Nunca es demasiado tarde

Para cambiarse de carril

¿Cómo es tu vida?

¿Cómo es tu casa?

¿Está donde tú querías

que descansase tu mente?)

But wait, you can breathe

You can see what I can see

Don't waste your time

You can't make back

(Pero espera, puedes respirar

Puedes ver lo que yo veo

No pierdas el tiempo

No puedes volver atrás)

If you could rewind your time

Would you change your life?

(Si pudieras rebobinar tu momento

¿Cambiarías tu vida?)

Cada una de aquellas preguntas parecían dirigidas a mí; en aquel instante, mientras disfrutaba de las impresionantes vistas que tenía ante mis ojos, obtuve todas las respuestas.

Había llegado a una encrucijada: podía tirar mi vida por la borda o hacer que realmente tuviese sentido. La decisión estaba clara: no iba a permitir que el miedo al fracaso me obligara a arrepentirme pasados los años. Aquél era mi momento, y estaba dispuesta a aprovecharlo.

A pesar de mi firme decisión, el miedo a no ser bienvenida me paralizaba.

Después de mi actitud de absoluto rechazo, cabía la posibilidad de que él no estuviera dispuesto a recibirme. No le había concedido la más mínima oportunidad de acercarse a mí. Entonces, ¿por qué iba a tener que abrirme las puertas al primer intento? Era probable que se hallara herido y evasivo ante mi inesperada visita. Y más a esas horas de la noche.

Sentada en mi coche, escuchaba por milésima vez aquella canción. Había aparcado frente a la moderna valla de metal tras la cual se escondía la casa donde vivía Jaejoong.

Cumpliendo con la decisión que había tomado en el Monte de la Luna, después de cenar le pedí a Yejin que me indicara cómo llegar allí. Sin preguntas y con una cómplice sonrisa, ella me explicó dónde se encontraba aquel moderno chalet. Por fin me armé de valor y salí del coche.

Había llegado la hora de enfrentarme a la verdad. Me acerqué a la puerta de acceso y presioné el botón del portero automático. Jaejoong no tardó más que unos segundos en contestar, pero a mí se me hicieron eternos. Me encontraba muy nerviosa.

— ¿Sí? —preguntó una voz por el interfono.

—Jaejoong, soy Taeyeon... ¿Puedo pasar?

—Sí, adelante.

La puerta emitió un zumbido y la empujé, adentrándome en un bonito y cuidado jardín que conducía a un moderno y sencillo edificio de hormigón. Al tiempo que llegaba a la puerta principal, ésta se abrió y Jaejoong apareció ante mis ojos. No parecía sorprendido ni tampoco enfadado. Un precioso Labrador negro apareció de repente. Movía su cola con entusiasmo, mostrándose encantado de darme la bienvenida.

—Ésta es Vivi —anunció Jaejoong.

—Hola Vivi —dije, aproximándome a ella para acariciarla. El animal, en un ataque de efusividad, se lanzó amistosamente a mis piernas, aceptando con mucho gusto mis atenciones—. Es una perra encantadora.

—Sí, a veces demasiado —dijo riendo—. Se va con todo aquél que le haga caso.

—Es mejor eso a que sea agresiva —opiné.

—Sí, lo malo es que a veces le da por desaparecer y me tiene en vilo hasta que encuentra el camino de vuelta. Una vez, en Londres, tardó días en regresar y llegué a pensar que la había perdido para siempre.

—Imagino el alivio que sentiste cuando regresó a ti.

—Sí, sobre todo para un hombre solitario como yo. Sin ella la casa habría estado demasiado tranquila. ¡Nunca se queda quieta!

—Son unos compañeros excelentes, ¿verdad?

—Por algo son los mejores amigos del hombre.

Era una situación de lo más incómoda para mí, había caminado hacia la casa sin saber muy bien qué decir. La presencia de aquel simpático animal me había brindado la excusa perfecta para romper el hielo.

—Siento presentarme así, a estas horas y sin avisar —dije al fin.

—No te preocupes, Yejin me ha avisado. Me ha llamado hace un rato —me explicó con una cálida sonrisa.

Claro, ¿cómo no me lo había imaginado?... Ella siempre trataba de facilitarme las cosas. Una vez más había intervenido para ayudarme.

—Por favor, pasa —me invitó, adentrándose en el amplio recibidor.

—Gracias —murmuré cohibida.

Caminé hacia el interior sin saber muy bien cómo continuar la conversación.

Jamás me había encontrado en una situación tan rara. Aquél que me recibía amablemente era en realidad mi padre y apenas lo conocía.

—Pasemos al salón —propuso con naturalidad. Él sí parecía saber cómo proceder ante aquella peculiar visita, así que decidí permitirle que llevara las riendas del asunto.

Seguí sus pasos, adentrándonos en un salón de generosas proporciones tan sólo aislado del jardín trasero por unos enormes ventanales corredizos que se encontraban abiertos, permitiendo que la brisa nocturna de las montañas penetrase en la estancia. El fresco aroma a pinos apaciguó mi nerviosismo. Me llamó la atención un gran piano de cola situado al otro extremo de la sala. Allí tenía la primera prueba de aquel individuo estaba genéticamente ligado a mí. Parecía que la música también formaba una parte importante de su vida, pues las estanterías que rodeaban aquel imponente instrumento se hallaban repletas de discos y libros de partituras.

— ¿Tocas el piano? —pregunté atónita.

—Sí, desde niño —respondió.

—Creía que tus grandes pasiones eran el teatro y la literatura. No tenía ni idea de que la música también fuese una de tus aficiones —observé, gratamente sorprendida ante aquel descubrimiento.

—Hay muchas cosas que no sabes sobre mí... —Su mirada no era acusatoria, sino paciente.

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Comments

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SharnLovesTaeNy
#1
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#2
Chapter 43: Es fantástico
nahlot
#3
Chapter 43: Wow, lo leí de principio a fin en unas horas y puedo decir que me gustó mucho, gracias por subir esta adaptación.
roguecr #4
Chapter 43: Esta hermoso . Lo empece a leer y ya no pude parar hasta terminarlo. Me encanto . Gracias por subirlo
Aapark #5
Amazing
Elizabeth14 #6
Chapter 14: Sgjjdjlsdhl sube otro cap por favor
KazKaz18 #7
Chapter 14: 15 y 16?
Skyth06
#8
Chapter 14: Siempre lo dejas en la mejor parte
Pink_gangstah #9
Chapter 12: Que triste D: ya quiero leer que sigue <|3
Skyth06
#10
Chapter 12: Quedó buenísimo uno más xfaa