Cuando se alinean los planetas II

La canción número 7 (Adaptación Taeny)
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Tiffany:

Ya no había música.

Tan sólo percibía sus labios recorriendo el contorno de mi rostro, lentamente, acercándose a los míos.

El miedo me paralizaba, y el calor que sentía al tenerla tan cerca me nublaba la mente. Sentí sus dedos rozando mi piel, acariciándola. Giró mi rostro con suavidad y su mirada verde e intensa capturó la mía, convirtiéndome en su presa.

Estaba tan cerca que percibía cada cambio de tonalidad en el iris de sus ojos.

Sus manos sujetaban mi cara con delicadeza, como si fuera un preciado objeto que pudiera romperse con facilidad. Sus pulgares se pasearon por mi mentón, dibujándolo mientras lo admiraba. Nadie me había contemplado jamás de aquella forma. Por un momento, me sentí el ser más bonito del universo. Era como mirarse en un espejo trucado, donde te reflejabas como la mujer más bella y admirada de la historia.

—Tiffany...

Pronunció mi nombre con una intensidad arrolladora. Se detuvo unos instantes, cerrando sus párpados e inspirando profundamente. Cuando volvió a mirarme, sin apartar ni un segundo sus ojos de los míos, supe que ya no había vuelta atrás.

—Estoy cansada de intentar ocultar lo que siento cuando estoy a tu lado...

Sus labios por fin rozaron los míos, quedándose muy quietos, posándose sobre ellos con delicadeza. A continuación se separó unos centímetros, titubeante, como si temiera ser rechazada. Su respiración, profunda y cálida, se había acelerado. Mi cuerpo, que hasta entonces había temblado como una hoja, se quedó inerte. Sentí mis manos heladas, y mi corazón ya no latía...

No sabía si estaba viva. Podría estar muerta, y parecía flotar, como si rozara el cielo.

Cuando sus labios se decidieron a acercarse de nuevo, cerré los ojos. Sentí cómo acariciaban mi piel descendiendo hacia mi cuello, con besos pausados y delicados, dejándome sin aliento.

Con la yema de su pulgar iba dibujando el trazo que seguía su boca. Sus labios ascendían de nuevo hacia mi rostro, besando cada centímetro de mi piel. Aquello era superior a mis fuerzas... ¡Iba a enloquecer!

Tras un eterno rodeo, al fin sentí sus delicados labios sobre los míos; dulces, cálidos y apasionados. Mientras me besaba como nunca nadie lo había hecho, mi corazón volvió a latir...

¡Estaba muy viva... más viva que nunca!

Me acercó contra su cuerpo sin dejar de besarme y pude sentir cómo ella también se estremecía. Llevé mi mano a su mejilla y ella la cubrió con la suya, tomándola con suavidad.

Sus labios besaron mi muñeca, humedeciéndola ligeramente. Unos instantes después, regresó a mi boca con una pasión arrolladora que se prolongó durante un tiempo infinito.

Aquél había sido el beso más bonito, largo e intenso de toda mi vida. Jamás hubiese imaginado que una chica como Taeyeon con tantos golpes de la vida pudiera ser tan tierna y al mismo tiempo tan apasionada.

Taeyeon estaba desencajando una vez más todas las teorías que creía conocer. De repente nos encontrábamos en la misma órbita, como si fuéramos dos planetas perfectamente alineados, suspendidos en un armónico universo lleno de profundas sensaciones.

Apoyó con delicadeza su cara en mi pecho, yo acariciaba su cabello. Muy despacio, como si de una ensoñación se tratara, fui saliendo de mi aturdimiento. Comencé a comprender lo que acababa de suceder. Me aparté de repente. El miedo volvió como un relámpago y me sentí muy confundida. Ella me observó contrariada. No entendía mi súbito rechazo y la confusión asomó a sus ojos.

— ¿Te ha molestado? —me preguntó.

—No... —respondí a medias, cada vez más perdida en mi propio desconcierto.

¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora? ¿En qué nos habíamos convertido?

—Tiffany, por favor..., dime qué ocurre.

—No lo sé, yo..., yo no me lo esperaba —balbuceé, tratando de decir en alto lo que mi cerebro y mi corazón trataban de asimilar.

—Yo tampoco..., pero ha sucedido, y no me arrepiento.

—Yo..., no sé qué decir... —Había pasado de la felicidad más absoluta a ser presa del miedo de nuevo.

Me levanté de la cama; quería evaporarme. Necesitaba estar sola y asimilar lo que acababa de ocurrir. Salí como una bala en dirección a la puerta. Quería irme de allí lo antes posible.

—Por favor, no te vayas —suplicó, caminado tras de mí, atrapándome antes de que saliera de la habitación. Presa entre su cuerpo y la puerta, notaba su cálida respiración—. Sé que tienes miedo.

—No, no tengo miedo —le interrumpí con brusquedad, esforzándome por sonar convincente y segura. No quería que se diera cuenta del poder que tenía sobre mí.

—Entonces, ¿por qué huyes? —El aliento de su suave y ronca voz rozó mi nuca y sentí como mis piernas flaqueaban. ¡Joder! No tenía escapatoria.

—No huyo, es sólo que prefiero irme antes de cometer un error.

— ¿Un error? —repitió molesta.

—Sí, Taeyeon, un error. No debemos poner en peligro nuestra amistad. Esto es muy peligroso.

No intentaba convencerle a ella, sino a mí misma.

Cansada de que le diera la espalda, me giró, obligándome a mirarla de nuevo.

Sus cálidas manos sujetaron mi mentón, delicadas pero decididas, por lo que me fue imposible evitar el cara a cara. Sus ojos parecían en llamas, no sabía si de rabia o de emoción. Lo que sí resultaba evidente era que estaba llegando al límite de aquel juego, o mejor dicho, parecía haberlo sobrepasado ya.

—Entre nosotras no hay ninguna amistad que proteger... —comenzó a decir.

— ¿Ah no? — le interrumpí indignada.

—No —sentenció.

— ¡Déjame salir! —le ordené furiosa. ¿Cómo se atrevía a besarme y ahora decir que ni siquiera me consideraba su amiga?

—No voy a dejar que te vayas hasta que aclaremos una cosa — me aseguró, sin dejar de sostener mi rostro, fusilándome con aquellos ojos mientras yo quedaba inmovilizada entre su cuerpo y la puerta. Volvíamos a estar peligrosamente cerca.

—No puedo dejar que abandones este dormitorio sin que sepas que... —Sus labios volvían a rozar los míos mientras hablaba—... no soy sólo tu amiga: estoy perdidamente enamorada de ti.

Aquellas palabras me dejaron sin habla. Ella aprovechó mi desconcierto para besarme una vez más, con tanta pasión que me habría caído redonda al suelo si no fuera porque me tenía totalmente envuelta entre sus brazos. Escuché cómo la puerta acorazada se cerraba a mis espaldas.

Ya no había vuelta atrás.

No podía huir, no me quedaban fuerzas para oponer resistencia. Me dejé llevar, dándome cuenta que aquella era la primera vez en toda mi vida que sentía que rozaba el cielo.

Mis escasas experiencias anteriores no podían compararse con aquella sensación.

Taeyeon me confirmaba que había estado luchando contra lo inevitable. No existía forma humana de ganar esa batalla; era como un soldado sin armas.

Desperté por la mañana aturdida, sin saber muy bien dónde me encontraba.

¿Había soñado que Taeyeon me besaba?

Mientras me revolvía lentamente bajo el edredón, fui recobrando la consciencia.

No, no lo había soñado. Lo ocurrido la pasada noche había sido real; un sueño inimaginable hecho realidad, eso había sido.

Abrí los ojos al fin. Me hallaba en mi habitación, a solas, y sin ningún ruido a mí alrededor. No recordaba haber regresado a mi cuarto. Nos habíamos quedado en su habitación tendidas sobre la cama mientras hablábamos y ella me acariciaba el pelo. No había intentado nada más; se limitó a escucharme con atención, contemplándome con aquellos hermosos ojos cristalinos mientras yo le contaba cosas sobre mi infancia.

Debí de quedarme dormida en sus brazos, mientras conversábamos, y ella me habría traído a la cama sin que me diera cuenta. Aquella noche había conseguido cerrar un capítulo que me había mantenido en vilo durante meses. Tras liberarme de tanta tensión, por fin había conseguido dormir toda la noche. Nada ni nadie habría conseguido sacarme de un sueño tan relajado y apacible.

Me desperezaba cuando descubrí un papel doblado junto a mi almohada. Lo abrí con curiosidad:

No quise despertarte, dormías como un bebé, así que me limité a traerte a tu cama. Cuando te despiertes avísame, tengo una sorpresa para ti... Taeyeon.

¿Cómo podía existir un ser tan delicado y encantador, que al mismo tiempo fuese tan y? Y lo más sorprendente de todo era que alguien como ella fuera tan atenta conmigo. No sabía qué veía en mí para que yo le interesara, con lo rarita y especial que había sido con ella. Parecía adivinarme. Se anticipaba a mis palabras y a mis miedos con una facilidad sorprendente, y conseguía llegar a lugares prohibidos con sólo mirarme.

Una punzada de temor me invadió.

¿Qué pasaría cuando descubriera lo inestable y frágil que era? ¿Saldría corriendo de mi lado cuando se percatara de que tenía que tomar antidepresivos y que había estado al borde del suicidio? Nadie quiere cargar con esa carga, nadie quiere compartir su vida con una chica depresiva y en ocasiones autodestructiva. En ese instante, un gran miedo a perder la felicidad que había sentido la noche anterior me provocó un nudo en el estómago. ¿Acaso merecía ser amada sin condiciones cuando podía hacer tanto daño a los que me rodeaban con mis problemas mentales?

Taeyeon era siempre tan positiva y enérgica que me creaba un cierto complejo de inseguridad. A pesar de todo lo que le había ocurrido, seguía su camino llena de entusiasmo y muy segura de hacia dónde se dirigía. Yo, en cambio, siempre daba pasos a tientas, sin saber muy bien si hacía lo correcto. Últimamente albergaba serias dudas sobre mi carrera de Periodismo y me sentía terriblemente frustrada al no conseguir superar mi miedo a enfrentarme a las cámaras. Quizá me había equivocado de carrera y ahora que ya estaba en tercero podía ser demasiado tarde para dar marcha atrás. ¿Acaso mi futuro no residía en ser periodista? ¿Habría algo mejor para mí? Estas preguntas llevaban atormentándome desde hacía semanas y no era capaz de darles respuesta.

Abandoné la cama de un salto, decidida a dejar mis temores a un lado por el momento. Algo maravilloso había tenido lugar al otro lado de la pared hacía apenas unas horas y no quería borrar aquella sensación de mi cuerpo. Sus besos aún parecían acariciar mi piel, suaves, delicados, decididos...

No iba a permitir que nada estropeara un despertar tan agradable; ya me enfrentaría a mis demonios en otro momento.

Me dirigía a la ducha cuando divisé otro papel bajo la ranura de la puerta. Me agaché y lo leí:

Te espero en la cocina preparando el desayuno. Asegúrate de tomar mucho café, porque hoy va a ser un día lleno de sorpresas y debes estar muy despierta.

¿Acaso se había propuesto matarme de curiosidad?

Me metí directo en la ducha, expectante y nerviosa. ¿Qué estaría tramando?

Desde luego, sabía cómo despertar mi interés.

Me vestí aprisa con unos ajustados vaqueros y un suave jersey para luego calzarme unas calentitas y cómodas botas de cuero que sobresalían por encima del pantalón, anticipando un largo día en el que no quería sufrir dolor alguno en los pies. Antes de bajar, comprobé el aspecto de mi cara en el espejo. Estaba pálida pero radiante. Mi cutis parecía haber sufrido una mágica transformación después de haber dormido tan profundamente.

"Esos besos me han sentado realmente bien" pensé sonriente.

Bajé las escaleras sintiendo cómo los latidos de mi corazón se aceleraban ante el inminente reencuentro con Taeyeon. Iba a ser raro verla cara a cara a la luz del día. Hacía tan sólo unas horas habíamos cruzado la barrera de la amistad para dar paso a algo más. Ella había dicho que no hacía falta ponerle nombre, que nos dejáramos llevar. Sin embargo, yo no podía evitar preguntarme hacia dónde nos dirigíamos. Más que un café, iba a necesitar litros de tila. Según mis pasos me conducían hacia la cocina, me iba poniendo más nerviosa. ¡Qué situación tan inusual! Aquella chica de la que me estaba enamorando vivía bajo mi mismo techo. No tenía tiempo para deleitarme recordando lo sucedido, ni esperar impaciente una llamada de teléfono. Ella estaba allí mismo, así que no podía disponer de la intimidad de la mañana para llamar a mi mejor amiga o fantasear con nuestro próximo encuentro. Alguna desventaja tenía que albergar el hecho de compartir mi casa con tan preciosa chica; no se puede tener todo.

No había tiempo para pensar, y quizá fuera mejor así.

Entré en la cocina y la encontré preparando unos zumos de naranja. Al escuchar mis pasos, alzó la vista. Aquellos increíbles ojos se reencontraron con los míos, más alegres y pícaros que nunca. Ambas nos contemplamos en silencio durante unos segundos.

—Buenos días —me saludó finalmente, regalándome un guiño. Se acercó despacio y rozó mi mejilla con el dorso de su mano. Un suave aroma cítrico me envolvió. Giró su cabeza a ambos lados para asegurarse de que nadie nos veía y a continuación acercó sus labios a los míos. Aquel beso furtivo me elevó varios metros del suelo.

—No te imaginas lo que me costó separarme de ti anoche... —susurró en mi oído—, pero me pareció más apropiado devolverte a tu cama.

—Debía de estar realmente dormida, porque ni me enteré.

Me envolvió en sus delicados brazos y me sentí absolutamente protegida. Aquél era el mejor comienzo para un nuevo día. Deslizó su mano por mi cabello y volvió a besarme, provocándome de nuevo una placentera sensación de mareo. Escuchamos unos pasos que se acercaban y nos separamos bruscamente, como si estuviéramos haciendo algo prohibido.

Doona entró en la cocina unos segundos después. Yo ya estaba sentada en la mesa y Taeyeon traía los vasos con zumo.

—Buenos días, chicas —nos saludó ella, absolutamente ajena a la escena romántica que se acababa de producir entre nosotras.

—Buenos días, Doona —le contestó Taeyeon aparentando una total tranquilidad. Yo me limité a saludar con la cabeza, pues mucho me temía que mi voz iba a surgir temblorosa de mi garganta.

Doona cogió unos productos de limpieza y se fue por donde había venido. Suspiré aliviada; si se hubiera quedado de charla con nosotros me habría descubierto. Aquella afable mujer me conocía como si me hubiera parido y no le habría pasado desapercibida mi agitación.

No es que quisiera ocultar nada a mi familia, no obstante, yo todavía no había procesado muy bien lo que estaba sucediendo, por lo que no podía decírselo a nadie en casa todavía. Me pregunté qué iban a pensar mis padres sobre aquello... Siempre habían sido muy abiertos con mi ualidad y comprensivos, pero aquella situación era bastante atípica y no estaba segura de cómo se lo tomarían. Probablemente mi madre no era totalmente ajena a lo que se estaba sucediendo. Era muy intuitiva y ya me había soltado alguna indirecta sobre Taeyeon. Por supuesto, yo había esquivado sus insinuaciones cambiando de tema. Ella no se sorprendería demasiado. Sin embargo mi padre era otro asunto. Él no tenía ni idea de nada y, si lo nuestro evolucionaba, esperaba que no le moleste. Los padres suelen ser más protectores con las hijas y podía no hacerle gracia que mantuviera una relación con una chica que vivía en nuestra propia casa.

Una relación... Ni yo misma alcanzaba a comprenderlo.

—Casi nos descubre —dijo Taeyeon riendo.

—Sí, por poco —respondí uniéndome a sus carcajadas.

— ¿Qué tal has dormido? —Su pregunta sonó tan dulce y suave que sentí como si me acariciara con su voz.

—Como un koala, hacía mucho tiempo que no dormía tan bien. Me pregunto por qué será...

Taeyeon sonrió ante mi comentario. Sabía de sobra que ella era la culpable de que me hubiera levantado tan descansada y feliz.

—Me alegra saber que has dormido tan bien. Nos espera un día muy ajetreado.

— ¡Desde luego tú ya has comenzado con ganas, dejando notas por toda mi habitación!

—No quería despertarte, así que he recurrido a las notitas —me explicó divertida.

— ¿Qué estás tramando? —pregunté intrigada.

—Si te lo digo ya no será una sorpresa...

—Dame una pista aunque sea.

—Bueno, sólo una —cedió al fin—: vamos a Seúl a devolverle el coche a mi abuela. Lo que haremos después sigue siendo un secreto.

— Me tienes muy intrigada.

—De eso se trata —declaró satisfecha.

Mi padre no tardó en aparecer por allí en busca de más café. Solía desayunar en su despacho mientras leía el periódico, pero, al vernos, decidió tomar asiento en la mesa y degustar aquella taza de espresso en nuestra compañía. Taeyeon y yo actuamos como si nada hubiese ocurrido entre nosotras y charlamos con él sobre nuestros planes de ir a Seúl. La que realmente habló fue Taeyeon, porque a mí la excitación y los nervios me tenían sumida en un estado de confusión q

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Comments

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SharnLovesTaeNy
#1
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#2
Chapter 43: Es fantástico
nahlot
#3
Chapter 43: Wow, lo leí de principio a fin en unas horas y puedo decir que me gustó mucho, gracias por subir esta adaptación.
roguecr #4
Chapter 43: Esta hermoso . Lo empece a leer y ya no pude parar hasta terminarlo. Me encanto . Gracias por subirlo
Aapark #5
Amazing
Elizabeth14 #6
Chapter 14: Sgjjdjlsdhl sube otro cap por favor
KazKaz18 #7
Chapter 14: 15 y 16?
Skyth06
#8
Chapter 14: Siempre lo dejas en la mejor parte
Pink_gangstah #9
Chapter 12: Que triste D: ya quiero leer que sigue <|3
Skyth06
#10
Chapter 12: Quedó buenísimo uno más xfaa